Ingresó en la Biblioteca Histórica procedente de la Facultad de Filología en 2017. - Etiqueta de G. Molina, Libros antiguos, Madrid. - Encuadernación holandesa
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DICCIONARIO
Y BIBLIOGRÁFICO
DE LA
PROVINCIA
DE
CIUDAD-REAL
POR
PROFESOR DE HISTORIA ECLESIÁSTICA DEL SEMINARIO, VICEPRESIDENTE DE LA COMISIÓN PROVINCIAL
DE MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS, CURA EN COMISIÓN DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO
V PÁRROCO CASTRENSE DE CIUDAD-REAL.
(2.a edición.)
Con licencia de la Autoridad eclesiástica.
BIBLIOTECA DE FILOSOFIA Y LET3AS
CIUDAD'REAL.
ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DEL HOSPICIO PROVINCIAL.
Amemus patrinm posteritati et gloria,
serviamus; id esse optimum puto.
Cíe.
o
pro
S extio .
Nuestra provincia carece aún de historia escrita. Por más que no
falten libros en los cuales se ha pretendido historiar las vicisitudes del
pueblo manchego, son incompletos unos, y otros escasos de crítica y he
chos sobre fuentes impuras. No abrigamos la ridicula pretensión de que
nuestro Diccionario sea esa Historia, que La Mancha reclama y pide líafie tiempo. Nuestro traba]o es más modesto. Pretendemos únicamente
<lar á conocer la carta puebla, el privilegio, el viejo pergamino sepulta
do entre el polvo de los archivos, el olvidado testimonio de la crónica,
las instituciones y leyes por que sus pueblos en particular se han regido,
al hombre ilustre con los detalles biográficos y bibliográficos necesarios,
para apreciar el valioso contingente, que La Mancha aportó al acervo
común de la cultura española, todo aquello, en fin, que hemos podido
descubrir y entender de su vida íntima, en lo que tiene de propio y pe
culiar, y que le distingue de los demás pueblos. Pretendemos facilitar el
camino, para que otros con más alientos tracen el extenso cuadro de
nuestra Historia, tal y como hoy se comprende y debe ser.
Agotada hace tiempo la primera edición, para dar á luz esta segun
da hemos pretendido y conseguido la generosa ayuda de la Excrna. Di
putación provincial. Sin este auxilio hubiera tardado aún muchos años
en aparecer, por los grandes dispendios, que exige una obra de esta im
portancia. Cuantos descubrimientos hemos tenido la fortuna de hacer
en este tiempo van incluidos aquí, juntamente con las rectificaciones,
que estos reclaman é imponen; hechas éstas con tanto más gusto, en
cuanto que, libres por fortuna de prejuicios sólo á la verdad queremos y
debemos rendir culto.
D. Francisco Coello hace confluir en esta villa la vía romana, que des
de Mérida se dirigía á Zaragoza, y la qué partiendo de Sisapon por Puerto
Marches terminaba en Toledo. Es muy nombrada en las expediciones milita
res de la Edad Media, adquiriendo su posesión Alfonso VIII, el cual dió á la
O. de Calatrava la dehesa de Abenoja juntamente con las de Zacatena y
Alcudia; y concediendo Honorio III por su Bula dada en Letrán á 9 de Fe
brero de 1 2 1 7 al Arzobispo D. Rodrigo “ las casas, viñas, molinos, hornos,
sernas..... de Zuferola con todos sus términos en Alarcos..... y las fuentes de
Ravinat y Corralrrubio hasta Abenoja,, (1) de aquí, que el Prelado de Tole
do cobrara en ella su tercia pontifical, sin que la Orden pusiera en juicio su
derecho.
En el reparto, que de sus bienes hizo la Orden, Abenójar fué agregado á
la encomienda mayor; perteneció al partido de Almagro, hasta que el Co
mendador mayor obtuvo para sus pueblos el nombramiento de un alcalde
mayor con residencia en aquella ciudad, para que entendiera en los negocios
y causas de estos pueblos.
Situado al extremo de la sierra de Caracuel y en una hondonada, le cru
za un arroyo, cuyos miasmas suelen ser germen del paludismo. Dista 9 le
guas de Ciudad-Real y 5 de la estación de Puertollano, perteneciendo al
partido de Almodóvar. En el siglo XVIII tocó casi los límites de su despo
blación, pues los visitadores de 1720 le señalan 47 vecinos. En el censo de
1887 figura con 606 y 1980 habitantes.
En la primera guerra civil fué fortificada esta villa, teniendo ordinaria
mente un pequeño destacamento; formado en 9 de Noviembre de 1836 por
15 hombres del provincial de Córdoba hubo de capitular á la aproximación
de Cabrera.
(1) Bol. de la Aoad. de la Hist., t. 11 y 15—1887—1889.
fi
La iglesia parroquial está dedicada á Nuestra Señora de la Asunción,
habiendo sido reedificada en 1826 á expensas de la encomienda mayor, me
reciendo el aprecio de los inteligentes los tres grandes cuadros de su retablo
mayor, el de la Titular, S. Carlos Borromeo y S. Francisco de Asís, de autor
desconocido. Felipe II, por cédula dada en Elvas á 7 de Febrero de 1 581 ,
confirmó la licencia que el concejo de esta villa había dado al presbítero Juan
Sánchez de Rivera, para que en la iglesia parroquial levantase un altar y en
él colocar la imagen de Nuestra Señora del Rosario; la que desde aquel
dempo es tenida en gran devoción. (1)
El Capítulo General de 1652 nos dice de este pueblo: “Los compulsos
de Cabeza Arados y de Luciana, que están agregados por el Consejo de las
Ordenes desde el año 1636, se agreguen al Beneficio de la villa de Abenoxa... por estar enmedio y que también ha ido en disminución, y tiene setenta
vecinos... (2). Tiene esta iglesia la categoría de primer ascenso y está servi
da por cura y coadjutor.
V il l a g u t ié r r e z .— D. Antonio Blázquez sitúa aquí la mansión A d Tu
rres del camino de Mérida á Zaragoza (3) y la O. de Calatrava concedió es
ta dehesa en 1267 á D. Ruíz Martínez Mosquera al objeto de poblarla, (4) y
en 1 281 á la Marquesa del Viso con este mismo intento; (5) Alfonso X, ha
llándose en Villa Real en 29 de Abril de este mismo año concedió completa
exención de pechos á los que viniesen á poblar á esta dehesa, y el Maestre
de Calatrava los libra de mazalga (6) fonsadera, fonsada y de ir en hueste pa
ra dar impulso á su vecindario; (7) lo que no consiguieron porque los esca
sos pobladores que á él vinieron le abandonaron en los primeros años del
siglo siguiente.
Felipe III en 15 de Abril de 1599, concedió facultad á Miguel Ruíz de
Espinosa para beneficiar las minas de oro y plata, las que D. |uan López
Ugarte visitó é informó al dicho Felipe III en una Memoria fechada en Vi
llagutiérrez á 28 de Junio de 1608. D. Eugenio Larruga nos dice á este pro
pósito ser la mina de Albertos la principal y más importante de los muchos
pozos con que cuenta esta dehesa, haciéndose desde el principio su explo
tación con bastante provecho; pero que la abundancia de agua hizo abando
nar. Por el año 1605 Martín de Treviño y Juan de Oviedo la denunciaron,
siéndoles adjudicada, los que reanudaron los trabajos con no escasa utilidad.
(1) Arch. Hist. Nac. Iglesias de la 0. de Calat.—Salazar y Castro.—Docum.
(2) Definiciones, p. 182.
(3) Hist. de la prov. de Ciudad-Real.
(4) Ind. del Arch. del S. Conv.
(5) Antequera.—Hist. de la Leg. Esp.
(6) Marzazga y martiniega.—Censo predial que abonaba el labrador al señor y consistía
en 12 maravedís por vecino. Fonsadera, tributo para gastos de guerra—Sánchez Ocaña—Contrib. é Impuestos de León y Castilla -Memoria—1896.
(7) Arch. Hist. Nac. Ind. de Pap. de la 0 . de Calat., t. l.° fol. 283.
Estos edificaron una casa para su residencia, 4 para los oficiales, 75 chozas
para los trabajadores, una capilla donde se decía misa los dias de precepto,
una casa de fundición con dos hornos y dos fuslinas donde afinaban el plo
mo y sacaban la plata, con otras dependencias menores, trabajando en aquel
tiempo unos 300 hombres. (1) Cuenta hoy con 42 casas y 192 habitantes.
M inas de V alde-I nfierno. — Componen estas minas 5 casas con 27 habi
tantes.
N avalmedio de M orales.— Colonia agrícola con 8 casas y 82 habitantes.
D. Sergio Yegros y Fernández del Campo.— Nació el 1820. Nombrado
Director en comisión de las Minas de Almadén en 1845 hizo notables trabajos, entre
ellos levantó planos de aquellas dilatadas y peligrosas labores subterráneas y cons
truyó un modelo de aquellas Minas, que adquirió el Estado, siendo recompensado
con la Cruz de Carlos III. Murió en Madrid el IO de Abril de 1872. Escribió:
1.
— Breve reseña de las principales minas de la prov. de Alicante.— “Bol. of. de
Minas,,.— 1845 —
2.
— Apuntes sobre Salinas.— De la serie de artículos publicados en la “ Revista Mi
nera,,, t. 3 -°, formó un folleto.— Madrid 1852.
3— Contestación a l interrogatorio del limo. Sr. Director de Casa Moneda, Minas, et
cétera, acerca del establecimiento de minas de azogue de Almadén.— M. S .— 39 boj. fol,
4- — Observaciones sobre las arenas auríferas .— “ Revista Minera,,, t. l.°
5 -— Observaciones..... sobre los terre7ios de Espicl y Belmez.— id.
6. — Noticias de las minas de hierro de Setiles .— id. t. 2.°
7 . — Nuevos apuntes sobre salinas.— id. t. 4 °
8. — Noticias de las tuinas de S. Antonio de Talancar.— id.
9 -— Apuntes para el estudio y reformas que demanda el establecimiento de minas de
azogue de Almadén .— id. t. 5.0
10. — Resumen estadístico del distrito minero de Guadalajara. — 1857— id. t. 9.
11. — Estudios sobre el rico filón de Hiendelaettcina.— id. id.
1 . — Industria minera de Guadalajara.— 1861 — id. t. 13.
13 -— Minas de turba de Mandayona.— id. t. 14.
14.— Minería de la prov. de Guadalajara — 1862— id.
15 -— Relación de las desgracias ocurridas en la mina Perla de Hieudélaencina.—
2
1862— id. t. 16. (2)
(1) Memorias Polit, y Econ Mein. 84.
(2) Centenario de la Esc. de Minas—pág. 268.
Acud en tiempos de los árabes, debió á éstos su nombre y población, (i)
En el año 1264 las ciudades de Toledo y Córdoba, con consentimiento de
Alfonso X, partían sus términos y jurisdicción en la forma siguiente: “ é co
mo viene derecho el rio Seruela, e el rio de Seruela arriba como viene de
recho á Agudo, et de Agudo al puerto de Despiernacaballos..... et otorgá
rnosles que quant es de estos mojones de susodichos contra 1 oledo, que sea
término de Toledo, et quanto es de los mojones contra Cordova, que sea tér
mino de Córdova. „ (2) Disputábanse Toledo y Córdoba su posesión, que
dando al fin agregado Agudo á la primera por el citado acuerdo; pero no
estuvo por largo tiempo bajo la jurisdicción de la célebre ciudad; pues bien
fuera incluido en el amojonamiento que de sus términos hicieron á su vez
Toledo y la Orden de Calatrava, ó en algún acuerdo especial, del que no te
nemos noticia, ello es, que al finalizar el siglo XIII Agudo pertenecía á la ín
clita Orden y se le conocía como uno de los pueblos de su Campo.
Pertenecía con su vecino Abenójar á la encomienda mayor, segunda dig
nidad de la Orden; el comendador cobraba aquí el diezmo y ejercía^ las de
más funciones afectas al señorío en la percepción de los demás tributos y
elección de su justicia. Antes de la creación de los partidos en el Campo de
Calatrava, Agudo, como los demás pueblos, concurría á Almagro á las jun
tas, y su alcalde mayor conocía en apelación de los negocios de sus vecinos;
pero á la subdivisión de los pueblos del Campo de Calatrava en partidos ó
provincias, consiguió el comendador mayor tener en Almagro un alcalde ma
yor, para que conociera en primera instancia de los negocios de los pueblos,
que constituían su encomienda. Entonces era conocido por Puebla de Agudo.
Situado en anchuroso valle, al pié de una sierra, y en el límite O. de la
provincia, confina al N. con Fuenlabrada, E. Saceruela, S. baterno y O. Ta(1)
(2)
Glosario de voces ibéricas, etc.—D. F. J. Simonet.
Memorial Hist. Esp, t. l.°, pág. 213.
murejo. Dista 14 leguas de Ciudad-Real y 4 de Almadén, su cabeza de par
tido. En 1742 contaba con 300 vecinos, señalándole el censo de 1887 el
número de 630 y 2.306 habitantes.
El comendador mayor D. García de Padilla dejó en su testamento
100.000 mrs. para la construcción de su iglesia parroquial; reclamaron los
vecinos el cumplimiento de esta disposición del Emperador, ordenándolo és
te así al sacristán mayor por su Provisión expedida en Valladolid á 4 de
Agosto de. 1553. (1) Seis años después su concejo pedía licencia al de A l
madén, para extraer piedra de una cantera de su término con destino á su
fábrica, y los visitadores de 1742 nos dicen ser de piedra javalina con los
esquinales y remates de mármol, de tres naves, sin terminar, habiéndose que
dado la torre en el primer cuerpo, y estar dedicada á S. Benito. (2) El Ca
pítulo General de 1652 mandó agregar á este curato el compulso de Puebla
de D. Rodrigo, cobrando el cura de la encomienda mayor 3.176 reales. A
corta distancia de la población tiene la ermita de Ntra. Sra. de la Estrella.
Alonso de Herrera y Olalla.—E n 1534 se trasladó á A m érica, donde se
distinguió á las órdenes del general D . Gonzalo Jiménez de Ouesada. ( 3)
Fr. Diego de Cea.— Franciscano de la provincia de los Angeles, sabio lector
de S. T eo log ía, procurador en R o m a y Comisario general de la orden, escribió en la
ciudad pontificia:
1 . — Concionem de S. Josepho— R o m a — 1635 *
2.
— Archielogiam sacram Principuum Apostolorum Petri et Pauli — Duobus Libris
— R o m a — 1636— 4.0
3.
— Thesaurus Terree Scinctce, quem Seraphica Minorum Religio de Observantia
ínter infideles per trecentos et citnplius cinnos religiose custodit et fideliter administi cit
R o m a — 1639— 4.0
4. — D e inmaculata Conceptione Virginis — Sevilla— 1 6 2 0 — 4.0
5. — De Sanctissitno Eucharistice Sacramento— Sevilla— 1627— 4.0
6. — Concionem fiunebrem in exequiis Ducis Infantado— Sevilla
1629 4 7. _D e origine conventus S. Marice Angelorum suce provincice— M. S. en el a rchivo
del convento de S. A n to n io de Sevilla.
Murió en la casa de A raceli el año 1640— (4).
D. Fermín Díaz del Castillo — M agistrado.
(1) B ol. de la Acad., t. 35, p. 61—año 1899.
(2 j Iglesias de la O. de C alat. Arch. H ist. N ac. E s t.—48
(3) Blázquez.—H ist, de la 1 rov. de C .-R eal—pag. 183.
(4) Nic. A nt.—B ib . Hisp. Nova.
)
2
Situado este pueblo dos leguas al S. E. de Almadén y 14 de CiudadReal, pasa junto á sus paredes el Alcudia, el que unido á una laguna próxi
ma le hacen propenso á intermitentes. Su población hubo de tener principio
en los primeros años del siglo XVI, en cuanto que, en 1575 tenía solos 13
vecinos. (1) Formada su población en término y jurisdicción de Almadén fué
siempre su anejo, y así su gobernador D. Juan Aguirre decretaba en 2 de
Agosto de 1644: “Por cuanto en el lugar del Alamillo sea edificado Iglesia
con la advocación de N. Sra. de la Anunciación y acuden muchas personas
al dicho lugar á oir missa..... y para que se proceda y corra el dicho lugar
con los demas y aya en todas cosas...... tenemos á bien nombrar alcalde....
sin darle más jurisdicción, que la que tienen los del Lugar de Gargantiel.„ (2) Nombraba además todos los años el ayuntamiento de la matriz re
gidor y mayordoríio del común, constituyendo estos tres oficios su concejo.
Contando más tarde con Pósito, las cofradías del Smo. Sacramento y S. A n
tonio, se nombraban sus mayordomos en la misma forma, continuando así
hasta tanto que logró su independencia. Su vecindario fué creciendo progre
sivamente, contando en 1785 con 104 vecinos, 231 en 1857 y en el censo
de 1887 figura con 351 y 1337 habitantes.
De varios particulares interesantísimos para la historia de este pueblo
nos dan noticia los documentos siguientes: “Don Phelipe.... por quanto por
parte de vos Juan Gómez del Alamillo, Diego de Arroyo, Antón Soriano,
|uan Hernández y [uan Borox, y los demás vecinos de los Alamillos Altos y
Bajos (3) en la jurisdicción de la villa de Almadén de la dicha Orden, me
(1) Reí. Topog. de Almadén.
(2) Arch. de Almadén.—A. Leg. n.° 2.
(3) Alamillo alto y Alamillo bajo distan una legua entre sí, siendo este último el que
reunió la población, y existiendo solo del primero algunas ruinas y un pilar.—1>. L. Niño.—
Trat. Geog.... de la Frov. de C.-Real.
11
fué fecha relación, que el dicho sitio estaba en unos montes, donde se cria
ban los dichos vecinos muy rústicos y sin Pastor espiritual, ni oir Missa, por
no tener Iglesia. Y que si algunos la oían, era yendo dos leguas á la villa
de Almadén ó á la de Chillón. Y que por aver dos rios de por medio, se
avian ahogado muchas personas, y muchos se avian muerto sin Sacramentos,
y por su pobreza se avian enterrado en aquellos campos. Y que por ser mu
chos, y que serviades en hechar leña para cocer el metal del azogue, con
mas de 600 carretas, aviades determinado hacer una Iglesia á vuestra costa,
donde se os dixese Missa, y administrasen los Sacramentos, sin perjuicio del
derecho que teniades á que se os diesse Iglesia, y ornamentos para ella,
atento á que davades diezmos prediales, é industriales de vuestra labranza y
crianza. Para lo qual teniades junta una limosna, que mandar, que aviades
fecho entre vos los dichos vecinos. Y para animarlos á seguir en tan santo
proposito, me suplicavades fuesse servido mandaros dar licencia para comen
zar la dicha Iglesia, y para nombrar depositario, en quien se depositassen las
limosnas prometidas, y que se juntassen. Y estando fecha la dicha Iglesia
con la decencia, y ornamentos debidos, que se pudiesse decir Missa en ella-,
que para que se sustentase el Capellán, dariades arbitrio como se hiziesse, en
el ínterin que se os concediese, con lo demas anexo..... Lo que visto..... fué
acordado daros licencia y facultad para que podáis hacer la dicha Hermita.....
En San Lorenzo á 1 2 de Octubre de 16 22,,..... (1)
“En el Consejo de las Ordenes, continúa el Sr. Salazar, se halla el proce
so de autos hechos para erigir en Parroquia la Ermita del Lugar de los Alamillos, anexo del Almadén, en el cual consta, que el Consejo de la Gober
nación del Arzobispado de Toledo, en 24 de Octubre de 1 701 , consultó al
Cardenal Portocarrero, que en atención á tener el lugar más de cuarenta ca
sas y doscientas personas, y no tener Sacramento, ni Pila, su Ermita, era pre
ciso acudir en la necesidad á la Iglesia de Almadén, dos leguas distante, lo
que en invierno ofrecía peligros, por tener que cruzar dos rios sin puentes.
Para cuyo remedio podía el Cardenal erigir en Parroquia aquella Ermita. El
Cardenal envió la consulta al Consejo, y éste, en 10 de Diciembre de aquel
año, dió comisión á Fray D. José Bravo de Velasco, Prior de Mestanza, para
hacer la correspondiente información, en la que se proveyó el auto siguien
te “Eríjase la Ermita sita en el Lugar de los Alamillos, en Ayuda de Pa
rroquia de la parroquial del Almadén, de quien es anexo, y para ello el Prior
del Almadén ponga luego Teniente, que sea Presbytero y Confesor aproba
do, el cual resida en el dicho lugar, á quien se señalen cien ducados de con
grua anual, en esta forma. Pagándole los vecinos del dicho Lugar 700 reales
que han dado y dan al Sacerdote que les decía Misa; 150 el Dicho Prior, y
los 250 restantes se rateen entre la Mesa Maestral y Encomienda de Alcolea,.
(1)
D. L uis de S alazar y Castro.
á quienes se condena á la paga de ellos. Y con las 157 fanegas y media de
trigo, que han ofrecido dichos vecinos, se ponga el Sacramento y Pila, para
todo lo qual se de comisión al Prior de Mestanza, y si sobrare algo dellas,
queda para fábrica..... Madrid 24 de Noviembre de 1703.
Constituida en ayuda de parroquia esta Iglesia por el decreto anterior,
se le nombró su teniente con la dotación de 20 ducados, que abonaba el cu
ra de Almadén, con más 1 o fanegas de sembradura, que le hacían los veci
nos y unos 100 ducados que percibía del fondo decimal. Se le dió igualmen
te por anejo á S. Benito. Los visitadores de Calatrava del año 1742 nos
dicen, tener su iglesia la techumbre de madera fijada sobre arcos con tres
altares, el mayor dedicado á la Purísima Concepción, S. Antonio y Nuestra
Sra. del Buen Suceso á los lados.
Existe en su término, y no lejos de él, el Villar de Casa Paterna, castillo
de Paterno en la Edad Media y bajo el señorío de la Orden de Santiago; el
cual bien pudo ser en la época romana Paterniana, distinta de la que men
ciona Ptolomeo en la región carpetana (i) Deshecha su población y reduci
da á una de las muchas fortalezas destinadas á asegurar la posesión y domi
nio de la tierra, sobrevivió á las dominaciones goda y musulmana, pues al
confirmar el Papa Honorio III en 1223 á la Orden de Santiago en la pose
sión de los bienes, que había obtenido por el esfuerzo de sus caballeros y ge
nerosidad de los Reyes de Castilla, entre otros muchos hace relación del
“ Castillo de Paterno con todas sus pertenencias„, esto es, con ios términos
que ya en aquel tiempo le estaban fijados. (2)
Salazar y Mendoza nos dice, que D. Esteban Illán. célebre caballero to
ledano, recibió de Alfonso VIII varias mercedes, entre ellas, el señorío del
Castillo de Albaladejo, por el servicio de haber sostenido á Toledo en su
devoción contra las pretensiones de su tío D. Fernando de León (3) 1170.
En 30 de Diciembre de 1187 el conde D. Pedro, de la poderosa estirpe de
los Laras, otorgaba en favor de la Orden de la Calatrava esta importante
carta de donación: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo—
Amen— Sea de todos conocido como yo Pedro, Conde por la gracia de
Dios, juntamente con mi mujer doña Margerina, Condesa, donamos y con
cedemos al Convento y Freires de Calatrava las heredades, molinos, casas
y viñas que por justo titulo tenemos y poseemos en Asbaladejo..... para que
las tengan y posean quieta y pacíficamente..... Y o Pedro por la gracia de
Dios, Conde, y mi mujer Marg. la Condesa, damos las dichas heredades al
Convento de Calatrava de nuestra libre y espontánea voluntad, y io hacemos
(1) Fernz. Guerra.— Obran de (¿uevedo.
(2) Bull. O. S. Jacobi—pág. 81.
(3) Origen de la Dign. de León y Cast.—pág. 121.
14
por nuestras almas y la de nuestros padres..... Dada esta carta en Molina el
año que el Rey Alfonso tomó á Cuenca.„ (i )
Bien hacía el inquieto D. Pedro Manrique de Lara en desagraviar con
buenas obras á la justicia divina, pues su ambición y las tradiciones de su
poderosa casa, juntamente con las ribalidades de los Castros, no menos fuer
tes y turbulentos, envolvieron á Castilla, en la menor edad de nuestros Reyes,
en lamentables revueltas, ensangrentando en más de una ocasión su suelo,
tomando por la fuerza las ciudades que él creía afectas á sus enemigos, y
alentando al musulmán, el que merced á estas discordias recobraba lo que el
esfuerzo unido de las armas cristianas le había hecho perder.
Los documentos anteriores nos hacen comprender, que este pueblo exis
tió en el tiempo de la dominación árabe en nuestro suelo, y que sino fué su
primer destino el recoger la herencia de Paterniana, le siguió poco después.
Además de que Albaladejo, según uno de nuestros más doctos anticuarios
se interpreta cercano d la Calzada; siendo lo cierto, que se halla situado en
las cercanías del camino hercúleo, que desde Cádiz se dirigía á Roma por
Laminio, es fácil por lo tanto el suponer, que la seguridad y refugio de los
caminantes, que los romanos confiaron aquí á la antigua Paterniana, despo
blada esta, recayó en Albaladejo, y dió sino origen, por lo menos crecimien
to á su población.
Ello es, que los Reyes de Castilla, al pasear sus victoriosas armas por
esta región, hallaron formado á este pueblo, agregándolo desde luego á la
Corona. La derrota de Alárcos y los horrores que la siguieron sembraron La
Mancha de ruinas y escombros; Albaladejo sucumbió también al poder agareno, cuando sediento de sangre y de venganza por los pasados descalabros
volvió á pisar su suelo, y sus habitantes, los que no perecieron al hierro mu
sulmán, huyeron al centro de Castilla, para librarse de una muerte cierta y
segura.
Así, al recobrar el ejército cristiano todo este territorio después de ía ba
talla de las Navas, no halló en este pueblo sino el Castillo, el que la Orden
de Santiago amplió y reconstruyó para seguridad y defensa del Campo de
Montiel, y como punto avanzado de sus dominios. Por esta razón de estar
despoblado no le menciona la Concordia de 1242 entre el Arzobispo de T o
ledo y la Orden; pero en el año 1245 el concejo de Alcaráz se querelló al
santo Rey Fernando “de los Freires de la Cavalleria de Sat Yague, que le
entraran los términos, que les fueran dados del Ondrado Rey D. Alfonso mió
Avuelo, é que avien hi poblado Castiellos é Aldeas..... que aquí son escri
tos.....: Villanueva, Alvaladeio.....„ San Fernando hizo reparación y amojo
namiento de sus términos respectivos agregando Villanueva á Alcaráz y
Albaladejo al concejo de Segura cuya sentencia aprobó Inocencio IV. (2)
4 ) IJull. O. de Calcitrara—pág. 449.
¡2) B u l l .- pág. 127 y 150.
15
Aldea de Segura y perteneciendo á su encomienda con solo algunas casas
de labor de vecinos de su matriz, así permaneció Albaladejo hasta los prime
ros años del siglo XV, en “ que Gonzalo Fernandez, hijo de }uan Sánchez,
vecino de Segura, nos dijo, como era suya y de otros herederos la heredad,
que dicen, Alearía de Albaladejo, que es en este término de la dicha villa, é
dice, que el, ni los dichos herederos no labran la dicha heredad como deben;
por quanto no tienen pasto para sus bueyes de arado, que en ella labran é
labrarían, y que se les hace muy lejos la dehesa Concejil de essa dicha villa.....
é pidiónos por merced, que le diessemos derredor de dicha heredad un pe
dazo de tierra, que fuesse guardado por dehessa para los bueyes de el y de
los dichos herederos..... é nos viendo que es nuestro servicio y provecho de
la dicha nuestra villa, que en ella haya los más labradores de pan, que ser
pueda: Otro si, que se labren las dichas tierras de la dicha Alearía, porque
ella esté poblada, tenemos por bien de dar..... al dicho Gonzalo Fernandez y
los herederos de la dicha Alearía, de un pedazo de tierra del Valdío, que esta
rededor de ella para que sea dehessa para los bueyes.....é que vos los dichos
Alcaldes con quatro Homes buenos de la dicha villa, vades á la dicha Alea
ría, é señaledes, é mojonedes de un pedazo del dicho valdío, que esta derre
dor de la dicha Alearía, do vos fuere bien visto, que cumple para dehessa á
los bueyes que labraren la dicha heredad; y dándoles para esto la tierra, que
entendieredes para esto que habrán menester, é do lo puedan pasar bien.
Dado en nuestro lugar de Torres á i 2 de Mayo de 1404.— D. Lorenzo Suarez de Figueroa.— Maestre. „ (1)
No se engañó el Maestre de Santiago, al asegurar, que la concesión que
hacían de dehesa boyal á la alquería de Albaladejo había de ser causa eficaz
del aumento de su población, porque los propietarios de Segura que aquí
tenían terrenos, veíanse imposibilitados de labrarlos por esta falta; en cuan
to que, cien años después de esta concesión ya se consideraban suficientes y
con fuerza bastante para formar concejo de por sí, separándose de Segura.
Aprovechando la ocasión de que el Emperador Carlos I, acometiendo la co
losal empresa de sujetar á los turcos, los cuales dueños del Mediterráneo
amenazaban enseñorearse de Europa, no solamente obtuvo autorización pon
tificia, para vender parte de los bienes de la Mesa Maestral, sino que otorga
ba títulos de villa á las aldeas, que lo solicitaban, mediante el abono de una
suma respetable, que éstos ingresaban en la Hacienda Real. Los vecinos de
esta alquería consiguieron su separación de Segura, tomando la nueva villa
el nombre de Albaladejo de los Freires, aludiendo sin duda á sus antiguos
señores los caballeros de Santiago, y entrando á formar parte del Campo de
Montiel. (2) El nombramiento de su justicia se hacía en la forma común á
todos los pueblos del Campo, cobrando sus alcaldes y regidores de salaria
v.1) Bernabé de Chaves.—Apunt. legal sobre el Dom inio
r2) Relac. Topog.—1575.
solar de la
O. de
Santiago
—fol. 55.
16
cuatrocientos maravedís. En 1575 tenía este pueblo 200 vecinos, en 1877
contaba con 403 vecinos y 1550 habitantes, y según el censo de 1887, 486
de los primeros y 1935 de los segundos.
Se halla situado en una meseta al S. de la cordillera, que desde Almedina corre á Villanueva de la Fuente y confina al N. con Montiel, E. Villanue
va de la Fuente, S. rio Guadarmena y O. Terrinches. Se surte de aguas de
la fuente del Santo, y otros manantiales no menos abundantes riegan y fer
tilizan su suelo.
En 1 575 se estaba construyendo su iglesia parroquial con los productos
que rendía la dehesa del Carrascal concedidos á este piadoso objeto por Fe
lipe II, porque la primitiva dedicada también á Santiago y Santa Ana era ya
insuficiente para su vecindario; siendo después clasificada de primer ascenso.
E l hospital, que en todo tiempo fué solo una casa reducida destinada á dar
albergue á los pobres transeúntes, fué fundación de uno de los Sánchez, pri
mitivos pobladores de este pueblo, y las ermitas de S. Juan y S. Sebastián
existían ya á mediados del siglo XVI, haciendo de ellas mención la Relación
‘T opográfica.
D. Antonio Martínez.—Presbítero, se dedicó al estudio de nuestras antigüe
dades, en las cuales alcanzó gran pericia, por lo que Fernando VI le comisionó para
visitar nuestros archivos; pero enfermando al poco tiempo, vino a su pueblo al obje
to de tomar sus aires y en él murió el año 1754- Escribió:
Instrucción sobre Antigüedades. —Es citado con encomio por el P. Francisco Po
ní ey S. I. en su Panteón Místico ó Hist. fabulosa de los Dioses, (i)
(1)
Alonog. de Albaladejo—Archivo
de Santa María de C.-Real—Leg. 80 ns. 980 al 101».
C eltiberia.— El primer pueblo ele que tenemos noticia establecido en el
centro de nuestra Península, procedente tal vez de la gran familia turania,
fué el Ibero. ¿Le precedió algún otro en su inmigración? Sólo podemos afir
mar, que la humanidad es mucho anterior á la Historia, y que antes de los
llamados tiempos históricos transcurrió un período seguramente muy largo,
el período llamado de la Prehistoria. Las cuevas abiertas en la tierra fueron
sus primeras habitaciones como las Motas sus sepulcros. Ya no es posible
poner en duda el grado notable de civilización que alcanzó este pueblo. La
necesidad de defenderse de los enemigos, que incesantemente le amenaza
ban, le obligó á construir sus villas en las alturas, rodeándolas de sólidas mu
rallas.
Los Arios, nobles, excelentes, ó celtas procentes como los Iberos del
Asia, la officina gentlum, la tierra en que se criaban los pueblos destinados
á engrandecer la humanidad, avanzan por las diversas regiones del continen
te europeo, penetran en España, en unas partes obligan á los Iberos á reple
garse al Mediodía, de donde son después expulsados por los Fenicios, y en
las abruptas quebradas de los Pirineos, donde toman el nombre de Vascos.
Se confunden y mezclan vencedores y vencidos en el centro de España, dan
do origen al pueblo Celtíbero, (i) Así no lo describen Diodoro Siculo y
Lucano.
Profugitque á gente vetusta Gallorum Celtcz miscentes nomen Iberis.
Eran los Celtíberos el nervio de España, según L. Anneo Floro, los com
batió primeramente Catón; y después Sempronio Gracco auxiliado de gran
des refuerzos logró sujetar á este pueblo y dominarlo.
O rden d e S. J uan.— ( 2) La peregrinación de los cristianos á Jerusalén
data desde el origen mismo del Cristianismo, pues la fé y amor de los verda-
(1) M. de Nadaillac.—Los Primeros Pobladores de Europa.
(2) Para confeccionar estos apuntes hemos tenido á la vista.—El Inventario de los papeles
del ¿relavo de Consuegra existente en el Arch. Hist. Nac., el que tenemos por el índice del Car
tulario de Santa María del Monte, Escaño. —Propugn. Relig. Jerosolimit - , Card. Vicente Petra
—Ad Const. Anast. IV, Alvar G. de Castro —Vita Franc. Xim. Cisn, Arostegui—Concord. Past,
Marqués del Surco—Concord. y Decís del G. Priorato de S. Juan, Poxa -H ist. de la O. de S. Ju an ,
M. S. Bib. Nac., Benavides—Ordenes de Caballería—Bull. Mag - t . 1, Bandoin— Privilegios de la
O. de S. Juan, Tratado entre el Prior de S. Juan y Toledo.—M. S. M. m. 437—Bib. Nac , con Ma
riana, Zurita, D. V. de la Fuente, Alzog, Hergenrrother y Brugera.
8
18
deros creyentes les impulsaba y movía á visitar aquellos Santos Lugares san
tificados con la divina presencia y regados con la preciosa sangre del Reden
tor. Conquistada la Tierra Santa por Ornar en 637 cesaron por el pronto las
peregrinaciones; pero al tener noticia, de que el poderoso Califa había dejado
libre el ejercicio de la Religión cristiana, emprendieron de nuevo los cristia
nos las interrumpidas peregrinaciones á la Palestina; más al penetrar en ella,
hallaban muchos no solo dificultades si que también peligros y aun la muerte,
merced al fanatismo musulmán. La codicia allanó el camino, y los domina
dores concedieron el permiso mediante un tributo á todos los extranjeros, que
la devoción llevara al Santo Sepulcro.
La piedad y fervor cristiano no se enfriaron á pesar de esta vejación, y el
celo de los hijos de la Iglesia, tanto de Oriente como de Occidente, fué cons
tante por el espacio de más de 300 años. Entre tanto en Francia y España se
combatía con heroísmo contra los sectarios del Korán, y repercutiendo el eco
de sus victorias en la extremidad del Asia, hizo que los Califas permitieran el
establecimiento de hospitales en Jerusalén para la asistencia de los pereorinos.
o
.
.
.
A mediados del siglo XI los Califas de Egipto, soberanos de la Palesti
na, permitieron á los griegos establecerse en Jerusalén, señalándoles para su
residencia el barrio más cercano al Santo Sepulcro, á fin de que no vivieran
confundidos con los musulmanes. Por este mismo tiempo, unos comerciantes
de Amalfi, Nápoles, vasallos del Emperador griego de Constantinopla, que
hacían el comercio con Egipto, pudieron introducirse hasta la corte del C ali
fa Moustafor-Billah, y por medio de regalos alcanzaron para los cristianos la
tinos el permiso de establecer junto al Santo Sepulcro un hospicio. Señalado
el terreno por el Gobernador de la ciudad se edificó juntamente con el hos
pital una capilla que tomó el título de Santa María de la Latina, para dis
tinguirla de las iglesias del rito griego, la que se puso al cargo de los monges de S. Benito— 1048—
Algunas personas seglares venidas de Europa y poseídas del celo y fervor
de los primitivos cristianos para visitar los Santos Lugares, deseando apar
tarse del mundo y ejercer la caridad, renunciaron volver á su patria, y se
dedicaron á la laudable misión de asistir á los peregrinos pobres y enfermos
fundando una casa dirigida y gobernada por los monges bajo la advocación
de S. Juan Bautista, la que con el tiempo vino á ser cuna de la célebre Orden
Hospitalaria. Sosteníase este asilo con los recursos que los mercaderes de
Amalfi recogían en Italia. El peregrino latino era recibido y alimentado sin
distinción de país; se vestía al despojado por los ladrones, y toda miseria ha
llaba en la caridad de los Hospitalarios providencia y misericordia sin lími
tes. Cuando se consideraba sólido el hospicio por contar 17 años de existen
cia fué saqueado por los turcomanos, que tomaron por sorpresa á |erusalén,
y hubiera sucumbido á su furor, si la avaricia no hubiese dominado su impie
dad, aumentando los tributos y vejámenes hasta el extremo de que muchos
19
peregrinos sucumbían de hambre y miseria, aun antes de alcanzar el ver el
Santa Sepulcro, único objeto de sus deseos.
Cierto noble provenzal llamado Gerardo de Martignes, que aventajaba á
todos por su ardiente caridad para con los enfermos, ejercía las funciones de
superior de esta casa en el venturoso día 15 de Julio de 1099, en que Godofredo de Bullón, al frente de los cruzados, entraba triunfante en Jerusalén. El
ilustre Godofredo quiso visitar esta casa hospitalaria, la primera que los lati
nos fundaron en Jerusalén, y quedó admirado de la caridad, aseo y cuidado
con que eran asistidos los enfermos y heridos, no cesando éstos en medio de
sus quebrantos de agradecer y encomiar la caridad de los Hospitalarios. De
aquí provino, que muchos jóvenes cruzados de la principal nobleza, renuncian
do volver á Europa, se consagraran al servicio de los pobres y peregrinos.
El aumento que recibió el hospital con el ingreso de estos ilustres cru
zados, el deseo de mayor perfección y el considerar el ven. Gerardo, que él
solo era un administrador secular de aquella caritativa institución, le decidió
á proponer á sus consocios, consagrar enteramente su vida al servicio de los
pobres y peregrinos, tomando un hábito y estatuto regular. Adoptaron la re
gla de S. Agustín, el hábito blanco adornado de la Cruz de ocho puntas y
se someten al Papa Pascual II, el que se dignó aprobarla en 1104. Godofre
do de Bullón no sólo les concede varias donaciones en Palestina, sino los se
ñoríos de Montboise, que le pertenecían en el Brabante, muchos príncipes
y señores siguen su ejemplo, y en poco tiempo la Orden de S. Juan se
eleva á gran altura, tanto en Palestina como en Europa.
A la muerte de Gerardo eligen á Raimundo Dupuy por superior, toma
el nombre de guardián del H ospital y servidor de los pobres, y vierte la
idea entre los Hospitalarios y emplea todo su prestigio y autoridad en incli
narlos, á que no sólo asistan y cuiden de los enfermos, sino que defiendan á
los peregrinos, siendo su amparo y defensa, consagrando también su vida á
la custodia de la Tierra Santa, á imitación de los Templarios. Raimundo rati
fica la observancia de la Regla de S. Agustín concerniente al oficio divino y
modo de vivir como religiosos, recoger limosnas para los hospitales, y á los
tres votos ordinarios de pobreza, castidad y obediencia añade el de com
batir á los infieles. Verificando su profesión en manos del Patriarca de Je
rusalén convierte la congregación en Orden de Caballería— 11 2 0 — siendo
aprobada por Calixto II en 1 1 2 3 , concediéndole á la vez varios privilegios;
Inocencio II la confirma en 1 1 30, haciendo de ella elogio brillantísimo;
Anastasio IV en 11.54, y por último, Pío IV en su constitución Circunspecta
establece el Derecho eclesiástico por que se había de regir.
Al constituirse la Orden de S. Juan en Orden de Caballería varió el co
lor del hábito, adoptando la Cruz blanca en el pecho en memoria de las
bienaventuranzas, y en la bandera ó estandarte de sus mesnadas la Cruz roja.
Los religiosos se dividieron en tres clases acomodadas á sus particulares
oficios.
20
Para ser admitido á dicha Orden era necesario proceder de familia no
ble, pues si bien no se hacían pruebas y sólo se estaba á la declaración del
candidato, castigábase severamente si mentía. El caballero debía ser libre de
todo lazo y voto, no estar casado, ni tener prometidos esponsales, ni perte
necer á orden religiosa y estar sano de cuerpo. El noviciado no fué nunca
fijo, era á voluntad del Maestre ó preceptor. Cada caballero tenía su equipo
completo de guerra con dos ó tres caballos y un armígero, que era un freile
sirviente ó uno de los escuderos, que para formar su falange de campaña to
maban á sueldo.
Al principio de la institución de la Orden no hubo sino caballeros, some
tidos al Patriarca de |erusalén ó á los obispos en cuya jurisdicción radicaban
las casas de la Orden-, pero al cabo de algunos años la Santa Sede eximió á
la Orden de esta jurisdicción, poniéndola bajo su especial protección, facul
tando la admisión de sacerdotes ó religiosos para el servicio divino y admi
nistración de sacramentos.
Como quiera que tanto creciese el número de caballeros y los escuderos
y criados ni fuesen aptos ni suficientes para el servicio de los enfermos y ne
cesidades de la Orden, la economía y la política idearon la creación de una
clase de freiles, destinados á diversos empleos, ya interiores ya exteriores; y
esta clase fué la de freiles sirvientes. En dicha clase tenían ingreso no sola
mente hombres del pueblo y de humilde condición, sino también ricos y de
ilustre nacimiento.
Para el régimen y gobierno dividiéronse las casas de la religión por
lenguas, que hacían el oficio de provincias, contando en España con las de
Castilla y Aragón. El Maestre, primera dignidad, los asistentes que vivían
junto á él, representantes de las diversas Lenguas y los Capítulos ó Asam
bleas generales gobernaban la Orden, siendo encargados de sus territorios
los bailios y priores, y de las fortalezas los alcaides, caballeros también. A
las asambleas, que celebraban los caballeros de las diversas Lenguas para
tratar de los asuntos particulares concernientes á sus respectivos territorios,
llamaban Capítulos provinciales.
Esta milicia activa y valiente en unión de los Templarios prestó eminen
tes servicios á los ejércitos de los cruzados, que llegaban de tiempo en
tiempo á la Palestina, enviados por el celo de los cristianos de Europa, á fin
de oponerse á las numerosas huestes de bárbaros infieles, que sin cesar vo
mitaba el desierto. Antes de entrar en batalla, si era posible, oian misa y re
zaban ciertas preces, para que el Señor de los ejércitos les concediera la vic
toria, y marchaban contra el enemigo precedidos del estandarte sagrado.
Cuando combatían en unión de los Templarios, alternaban en la vanguardia
y retaguardia, tomando la precaución de colocar entre las dos Ordenes á los
nuevamente llegados de Europa, para que no fueran sorprendidos por el g é
nero de guerra que usaban los enemigos del nombre cristiano.
El 2 de Octubre de 1187 Saladillo entraba triunfante en jerusalén á los,
21
88 años de haberla tomado Godofredo al frente de sus cruzados. El culto de
Mahomet sustituyó al de Jesucristo, siendo convertidas en mezquitas todas
las iglesias, con excepción del Santo Sepulcro, y desalojada la ciudad santa
de sus moradores, que la abandonaron cubiertos de llanto y desolación.
Aquel doloroso espectáculo conmovió el corazón de Saladillo y permitió á
los Hospitalarios permanecer en la ciudad santa, para cuidar á los peregrinos
y enfermos imposibilitados de salir.
La Orden de S. Juan siguió prodigando la sangre de sus caballeros y sus
tesoros en la Palestina, hasta tanto que, obligados á evacuarla conquistaron
á Rodas en 1 31 0. Heredó en 1 3 1 2 los bienes todos de la Orden del Temple
con excepción de lo que poseían en Castilla, Aragón, Mallorca y Portugal,
con lo que sus riquezas y poder crecieron extraordinariamente. Arrojada de
aquí por los turcos en 1523, se retiró la Orden á Malta en 1 530 por cesión
que de esta isla les hizo el Emperador Carlos V, donde permaneció hasta que
Inglaterra, con la aquiescencia de Francia, se apoderó de tan importante isla
en 1800. De los diversos lugares, asiento de la Orden, viniéronle á los caba
lleros los nombres de Sanjuanistas, H ospitalarios, J e r oso¿imítanos > Caba
lleros de A cre, Rodienses y Melitenses, con que son conocidos.
Los beneficios que esta Religión ilustre y sus hermanas las Ordenes de
caballería prestaron á la agitada Europa, y muy especialmente á España, en
gran parte aherreojada bajo el poder de la Cimitarra musulmana, son incal
culables. Ellas reanimaron el fuego de la fé cristianá en la nobleza, arrancán
dola de los brazos de indolencia, que después había de causar su descrédito
y su muerte. Ejercitando á sus hijos en el manejo de las armas, y enseñándo
les á mirar como la misión más noble del caballero el despego de'las rique
zas, la defensa de la Iglesia, del derecho, del pobre, del huérfano y la asis
tencia del enfermo, y á emplear su valor y su espada en toda causa justa y
santa. Bajo el punto de vista moral y religioso aún fueron más importantes
las conquistas que realizaron los caballeros con su consagración monástica,
que los triunfos alcanzados en los campos de batalla con el esfuerzo de su
brazo.
No es de admirar, ni ha de causar extrañeza, que la Orden del Hospital
atrajese hacia sí de todas partes, no tan solo lo más ilustre de la nobleza, lo
más sano del pueblo y á todos aquellos á quienes animaba el fuego sagrada
de la ^Religión y el entusiasmo por la defensa de aquellos lugares santifica
dos con la sangre del Redentor. Como su hermana la del Temple había te
nido su cuna alrededor del Santo Sepulcro, y el que para libertarle de la
profanación de los infieles toda Europa se había levantado como un solo
hombre. ¡Tan sagrado y laudable era su objeto! Además, el atractivo de es
tas Ordenes lo producía en primer término el honor y hasta noble orgullo,
que entonces tenía todo cristiano, de combatir á los sarracenos, enemigos de
Cristo, y hacer triunfar, aun á expensas del sacrificio de su vida, el signo ve
nerando de la Cruz. De ahí esa multitud prodigiosa que corrió desalada á
—
22
—
alistarse bajo los estandartes de S. }uan y del Temple, que se consideraba
como un blasón para las familias nobles y como un principio de nobleza y
distinción para los hijos del pueblo.
La decadencia de la nobleza coincide con el amortiguamiento de la lu
cha con el musulmán. Entonces, el sentimiento religioso cede en gran parte
el puesto al mundanal sensualismo, y vuelve á predominar la frívola osten
tación del lujo y vanidad sobre la fuerza del puño. A la noble y levantada
ocupación de asistir á los enfermos, de velar por la seguridad de los cami
nos, ser la salvaguardia y sostén del peregrino y mermar el poder agareno,
sucede la lucha encarnizada y sangrienta por escalar el poder y allegar ho
nores y riquezas. A las virtudes engendradas por la lucha en defensa de los'
más altos intereses de la Religión y de la patria siguieron los vicios, que en
gendra la ociosidad y mantiene la molicie. Los Sanjuanistas, arrastrados por
la resbaladiza pendiente de esta decadencia, no era posible se mantuvieran á
la altura de su primitivo esplendor. Relajados los lazos de moralidad y faltos
del noble entusiasmo, que les impulsó á la práctica de las más heroicas vir
tudes y á la defensa desinteresada de los más sagrados intereses de la comu
nidad cristiana, é impregnados cada vez más de los perniciosos elementos de
una sociedad tan opuesta á su propio espíritu penetró en el seno mismo de
la Orden el egoísmo, precursor en toda noble empresa de su ruina.
L a O rden de S. J uan en C astilla .— E l testamento de D. Alfonso I, el
Batallador, R ey de Navarra y Aragón, otorgado en 1 1 3 1 en el sitio de Ba
yona y ratificado en Sariñena en 1 1 3 4, por el que dejaba herederos y suce
sores de su reino á los Templarios, Hospitalarios y Canónigos del Santo Se
pulcro, si para nada fué tenido en cuenta por los proceres, en cuanto que, '
eligieron su Rey, y la diputación que mandaron el Patriarca de Jerusalén y
las tres Ordenes nada consiguieron en Aragón y Navarra, el Conde de Bar
celona, más equitativo y conocedor de los grandes servicios, que podían pres
tar á su Reino, hizo con los diputados una transación, cediéndoles algunas
plazas y castillos, que fué aprobada por el Patriarca, Maestre de las Ordenes
y por el Papa Inocencio II en 1 1 4 1 .
Sosegadas las alteraciones de Aragón y Cataluña y empuñando las riendas
del gobierno el Conde Ramón Berenguer, concedióles á las dichas Ordenes
con consentimiento de las Cortes de Gerona valiosas donaciones. Alfonso VIII
de Castilla sigue su ejemplo, porque en la cruda guerra que sostenía con
el musulmán consideró oportuno asociar al valor y esfuerzo de los caballeros
de Calatrava y Santiago la pericia y denuedo en cien combates justificada de
los Hospitalarios de S. Juan, y en 1 1 6 2 les concede á Criptana, Villajos y
Quero en frontera de moros, para que atendieran á su defensa; pero los asun
tos de Palestina sufrieron no pequeño detrimento con la inesperada muerte
de Balduino, y la Orden hubo de reconcentrar allí sus fuerzas y poder, así es
que hizo traslado de esta donación en aquel mismo año al magnate D. Mi
g u el Anaban.
28
La discordia entre los príncipes y señores del joven reino de Jerusalén,
1 la debilidad de su Rey y el poder siempre creciente de Saladino hacían
temer los espantosos desastres, que no tardaron en llegar. La Orden, presin
tiendo su ruina en Asia, ensancha su poder y busca en Europa campo apro
piado, donde ejercitar su misión y dar cumplimiento á los fines de su institu|to; y en 1 1 83 acepta del mismo Rey de Castilla la donación del Castillo de
j Consuegra, erigiéndole en cabeza del poderoso estado, que había de poseer
en esta región central de España. La notoria importancia de este diploma
nos obliga á transcribirle, vertiéndole del latín. “Notorio sea así á los presen
tes como á los que han de venir, como Yo Ildefonso por la gracia de Dios
Rey de Castilla y Toledo, juntamente con mi mujer la Reina D .a Leonor,
como otorgo carta de donación y confirmación á Dios y al Hospital Jerosolimitano del B. Juan, á voz D. Pedro de Arias, prior en España de dicho
Hospital, á vuestros sucesores, á todos vuestros hermanos. Os doy y concedo
el Castillo que llaman Consuegra, en frontera de moros y cerca de Toledo,
todo íntegro, con sus entradas y salidas, con sus pechos, con sus prados y
yermos, con tierras, viñas y huertas, con sus pastos, aguas, rios, molinos y
¡con sus portazgos y minas que se hallaren en su término, con sus montes,
fuentes y bosques y con sus dehesas y todas sus pertenencias, por derecho
hereditario y para que lo posean libre, perpétua é irrevocablemente. Si al¡guno fuere contra esta donación incurra en la ira de Dios Omnipotente y re
ciba el castigo de |udas el traidor, y abonará además á mi cámara diez mil
;escudos. Otorgada esta carta en Valencia Era 1 221 en 13 dias de Agosto.„
Siéndole concedido á la Orden el hacer suyos cuantos Castillos y lugares
lograse arrancar del poder agareno, según el Derecho de Castilla, deslindan
do sus términos con sus hermanas las de Calatrava y Santiago, repoblando
[sus campos yermos y deshabitados y atrayendo con el cebo de leyes protec
toras y de donaciones considerables nuevos pobladores, llegó á constituir un
poderoso señorío, un territorio extenso y dilatado, bajo la jurisdicción del
Prior, como su señor y cabeza, el cual tomó los nombres del Priorato de
San yuan de Castilla, E l G ran Priorato y los Prioratos de León y Castilla,
éste ultimo con ocasión de su división en el siglo XVI, y también el Cam
p o de S. puan por su semejanza y proximidad á los de Montiel y Calatrava»
Priores e7 i España, Comendadores de Consuegra, P riores de Castilla y
Grandes P riores de León y Castilla; con estos nombres vemos designados á
los dignatarios del Hospital destinados á ejercer el señorío jurisdiccional y
solariego, que los Reyes de España concedieron á la dicha Orden en Casti
lla. Hasta el año 1 382 en que el Maestre de S. Juan con la aprobación del
Papa Urbano VI fijó los términos de este Priorato, su jurisdicción se exten
día á más ó menos territorios ó pueblos, según los límites que á su autoridad
fijaban el Maestre y Asambleas de la Orden.
Consiguiendo D. Juan II del Papa Martino V la facultad de designar y
nombrar á los Priores, comendadores y demás dignatarios de la Orden en
24
Castilla para si y sus sucesores, le hicieron independiente del Maestre, pues
entre el Rey y el Prior ejercían la jurisdicción y gozaban de los privilegios
todos á la Orden concedidos; conservando aquel como gobierno supremo só
lo una preeminencia de honor. En las discordias que ocasionaron el nombra
miento de Priores y en las alegaciones de la Orden ante la Rota, en sus plei
tos con el Arzobispo de Toledo, los descontentos solían acogerse á la autori
dad del Maestre; así como la Orden pretendía igualmente desechar las Con
cordias ajustadas por los Priores á título de haberse otorgado sin conoci
miento de toda la Religión de S. Juan; pero ni los Papas, ni los tribunales
tuvieron nunca en cuenta estos recursos.
Desde esta emancipación los caballeros celebraron sus capítulos provin
ciales en Consuegra y Alcázar; diciéndonos el Inventario citado, que existía
en el archivo un libro de actas correspondiente á los celebrados en los años
1494— 1495— 1496— y 1498; y en este artículo hemos de citar acuerdos
de otros, que han escapado á la ruina y al olvido.
P r io r e s . — Careciendo de datos suficientes para formar un catálogo com
pleto de los Priores de Castilla, consignaremos los nombres con que hemos
topado en nuestras investigaciones, con una de las fe'chas en que ejercían su
cargo: Villano— 1 1 6 1 — D. Pedro de Aries— 1 1 8 3 — D. Juan Iñíguez.— 1226
—:D. Ferrant Ruíz— 1 2 3 1 — D. Ruíz Pérez— 12 3 8 — D. Rodrigo Pérez—
1 2 4 1 — D. Guillén Mondragón— 124 8— D. Fernando Rodríguez— 13 2 0 —
O. Alfonso Ortíz Calderón— 13 3 7 — D. Juan de Luna—1425— D. Rodrigo
<le Luna— 14 30 — D. Gonzalo Ouiroga— 14 50 — D. Juan de Valenzuela—
14 7 0 —D. Alvaro de Zúñiga— 1490— D. Antonio de Zúñiga— 1500— 2.a vez
— 1 5 2 1 — D. Diego de Toledo— 1 5 1 2 — 2.a vez— 15 3 0 — D. Fernando de
Toledo— 15 6 3 — Príncipe Emanuel P'iliberto de Saboya— 16 10 — D. Juan de
Austria— 1650— D. Ignacio Balandia— 1680— Infante D. Fernando de Borbón— 17 2 0 — Príncipe Carlos de Lorena— 17 3 3 — Infante D. Gabriel de Borbón— 1780.
En el siglo XVI aparece ya el Priorato dividido en dos Bailías, la de
Consuegra y Alcázar, sin que nos sea dado el precisar las atribuciones y fun
ciones de estos dignatarios de la orden; en cuanto que, en unas regiones te
nían el carácter de comendadores y en otras de alcaldes mayores ó goberna
dores, con el encargo de conocer en las apelaciones de los negocios y causas
de la Bailía; aunque sospechamos con algún fundamento ser este último el
oficio que desempeñaron en el Priorato.
Tenían los Priores sus alcaides en las fortalezas, percibían por medio de
éstos ó de arrendadores los dos tercios del diezmo del Priorato, é íntegro de
los pueblos de Argamasilla y Turleque y de las dehesas que privativamente
les pertenecían, de las sernas y donadíos (1).
(1) Sema; cierta porción de tierra reservada á los comendadores— Donadíos; las fincas ad
quiridas por donación á la Orden.
25
El poder que alcanzó la Orden de S. Juan en Castilla se demuestra tan
to por la extensión y riqueza de su territorio, como por los pueblos que com
prendía. Eran estos C onsuegra , su capital— A lcázar — M adridejos , recibió
su carta puebla de la Orden en Enero de 1 238: — T embleque, villa constitui
da por D. Ruíz Pérez al fuero de Consuegra en 1 241 . — A rgamasilla — V illacañas , recibió su fuero é independencia del Prior Ferrant Ruíz en 1 23 1 .
— H erencia — Y ébenes de la O rden , una de sus más ricas encomiendas.—
U rda — C amuñas, igualmente que su lindero Herencia recibió su carta de po
blación en 1 238. --- VILLAFRANCA--- MANZANEQUE---ARENAS--- VlLLAR DEL POZO
— V illa rta — Q uero , volvió al señorío de la Orden, recibiendo su fuero de
de D. Rodrigo Pérez en 1 2 4 1 T urleque dióle carta de población 1). Guillén Mondragón en 1 248.— Las villas de Lillo, Romeral y Dáñeos, esta úl
tima despoblada, fueron cedidas por la Orden al Arzobispo de Toledo
en 1 228.
La dignidad de Prior de Castilla llevaba anejos tanta nobleza y poder,
que el que la obtenía, figuraba con razón al igual de los Maestres de Calatrava y Santiago, entre los más poderosos y temidos magnates de España.
Era muy natural, que pasada la hora del peligro, libres ya de los azares de
la lucha con el musulmán y despojándose del cuidado y asistencia de los en
fermos y peregrinos, los Priores únicamente se emplearan en mecerse en las
amargas dulzuras del gobernar y en gozar de las pingües rentas, que el Prio
rato les ofrecía. I)e aquí, el que fuera muy apetecida la posesión de esta dig
nidad por la nobleza y muy disputada en el alcázar de nuestros Reyes; dando
lugar á ruidosas intrigas y conatos de sedición y de lucha, y á que por últi
mo, nuestros Monarcas la convirtieran en patrimonio de su propia familia.
La más honda discordia que conmovió á toda la Orden y á las principa
les familias de la nobleza española y que amenazó convertirse en sedición
sangrienta, fué la que dió por resultado la división del Priorato entre los dos
pretendientes. Alvar Gómez de Castro nos da cuenta circunstanciada de esta
contienda.
Las revueltas, que agitaron á España en el reinado de Enrique III, die
ron ocasión á que usurpara esta dignidad juan de Valenzuela; pero depuesto
tras ruidoso proceso fué elegido D. Alvaro de Zúñiga. Agoviado el nuevo
Prior por su vejez y padecimientos inclinó los ánimos del Rey y del Papa, á
que le autorizaran para traspasar tan honroso cargo á su sobrino D. Antonio
de Zúñiga. Vuelto Fernando al gobierno de España por el fallecimiento de
Felipe e l Hermoso, quiso recompensar los buenos servicios del Duque de
Alba, y contra razón y derecho nombró Prior de Castilla á su tercer hijo don
Diego de Toledo. Ratificó esta elección el Maestre de Rodas en el Capítulo
General de Jerusalén de 1 5 1 2.
Antonio de Zúñiga se quejó al Pontífice de la tropelía del Rey y de la
audacia del Maestre de Rodas, aunque en vano, porque según apunta el cro
nista sunt enim longe regum manus. A la muerte de Fernando el Católico
4
26
recurrió al Emperador y al Pontífice y reconocieron su derecho-, pero al fin
de proceder con cautela y con el consejo que su importancia requería, aquél
lo cometió al Cardenal Jiménez de Cisneros, gobernador del Reino— Febre
ro— 1 5 1 7 —
Era Antonio de Zúñiga hermano del Duque de Bejar, apoyándole resuel
tamente los Duques del Infantado, de Cárdenas, de Maqueda y Fuensalida
y los Ayalas. Convencido por otra parte el de Alba de la injusticia de su
causa y de la rectitud y firmeza de Cisneros, quiso intimidarle moviendo fuer
te sedición, ayudándole en tan mala obra Antonio Fonseca, señor de las vi
llas de Coca y Alaejos y Capitán general del Reinó, que tan célebre se hizo
con el alcalde Ronquillo en la primera etapa de las Comunidades, y el Du
que de Escalona uno de los proceres más poderosos de Castilla. Era su in
tento defender su derecho con las armas y derribar cuanto el Cardenal de
cretase en su daño.
Unas fuertes tercianas le impedían entender en los negocios del Estado,
pero al fin el Consejo principió á conocer de tan ruidoso negocio, siendo va
rios los pareceres, aunque unánimes en decretar, que el Obispo de Avila se
situara en Madrid con 300 hombres y que las tropas del Rey ocuparan el
Priorato, hasta tanto que se resolviera la cuestión de acuerdo con el Papa. El
Emperador escribió desde Bruselas á 2 1 de Abril de 1 5 1 7 á D. Antonio de
Zúñiga y al Duque de Alba, para que hicieran entrega de las fortalezas, vi
llas y rentas del Priorato, hasta tanto que se hiciera justicia; pero temiendo
el de Alba que le fuera adversa la sentencia interesó en su favor á los Reyes
de Francia é Inglaterra y puso sus huestes al mando de Fonseca, encerrán
dose en Consuegra con 1.000 hombres y algunos ginetes.
Esta actitud sediciosa hizo comprender á Cisneros necesitaba de pronta
y eficaz remedio. Reúne un cuerpo de tropas de 5.000 infantes y 1.000 ca
ballos al mando de Villalba, el Placentino, los reparte en las cercanías de
Madrid y ordena que 300 marchen á Toledo y después á Consuegra. Ale
gres fueron estos soldados, esperanzados con la riqueza de la presa, y hacien
do diversión por las cercanías privan á los defensores de Consuegra de todo
auxilio exterior y acampan á su vista, mientras tienen lugar las intimaciones
de costumbre.
La juventud toledana, que seguía á Diego y se encerró con él, poseída
de un furor ciego y destemplado, en su desvarío soñaba con reproducir en
la capital del Priorato las escenas de Numancia y Sagunto. Construyeron va
rios ataúdes y los colocan sobre las murallas como contestación á las propo
siciones de paz y concordia que les hacía el Cardenal; y para hacer á éste
comprender y á sus soldados, que estaban dispuestos á sucumbir con Diego,
antes que entregar á Consuegra. Viendo el Duque de Alba toda la gravedad
del asunto visitó á la Reina y al Legado del Papa, para que intercedieran
con el Cardenal, y por último conferenció con éste, acordando la entrega lisa
y llana del Priorato al Marqués de Cabra, hasta tanto que, viniera el Empe—
—
,27
rador y dirimiera el pleito. La muerte del Cardenal excitó al de Alba á to
mar otra vez las armas reproduciendo en el Priorato la sedición y los tumul
tos, los que apenas pudo aplacar el Emperador, dividiendo el Priorato entre
los dos contendientes, siéndole á Zúñiga agregado con el título de P rio r de
León los pueblos de Alcázar, Argamasilla, Quero y Villafranca, y á D. Die
go el resto con la dignidad de P rio r de C astilla, cuya providencia aprobó
el Papa Clemente VII en 1 5 2 1 .
D. Antonio de Zúñiga fué muy solicitado por la ciudad de Toledo para
tomar parte en el levantamiento de las Comunidades, pero de acuerdo con
el Cardenal de Tortosa, no sólo permaneció fiel al Emperador, sino que or
ganizó la defensa del Priorato aliándose además con los comendadores de
Santiago y Calatrava— 152 0 — Nombrado jefe del ejército, que operaba en
la frontera, murió en Perpiñán, entrando el de Alba en la posesión entera
del codiciado Priorato. Secularizóse éste en tiempo de Carlos II, constituyen
do Carlos III con sus rentas un mayorazgo, que agregó perpétuamente á la
Casa real; y por R. O. de 17 de Abril de 1802 Carlos IV incorporó á la Co
rona las asambleas de León y Castilla, declarándose Gran Maestre.
G obierno y administración espiritual del P riorato de C astilla .— Los
presbíteros admitidos para el servicio de la Orden muy pronto se considera
ron como miembros de ella, gozando de sus privilegios, observando en su
recepción la misma solemnidad que en la de los caballeros, omitiendo las
preguntas sobre nobleza y hacían en su profesión los mismos votos. La índole
de sus funciones sagradas, los deberes y obligaciones de la cura de almas, que
se Ies confiaba, y la vida monástica, que habían de profesar, exigían una pre
paración más lenta en harmonía con lo elevado de las funciones sagradas
que habían de ejercitar. Al dar cuenta los documentos de la Orden de las
posesiones y pertenencias del Priorato de Castilla dicen: “ el lugar de Santa
María del Monte„. Era éste la casa matriz de la Orden en el Priorato, desti
nada á la educación y enseñanza de los religiosos, formándolos para el mi
nisterio parroquial á la vez que se empleaban en cantar las divinas alabanzas;
siendo reedificada en 1450 por el Prior D. Gonzalo de Quiroga. Hallábase
sujeta en lo espiritual al Prior de la Casa de Malta y en lo temporal al Prior
de Castilla, teniendo el superior el carácter de prelado regular, elegido por
los hermanos clérigos así los que habitaban el convento como los que resi
dían en las parroquias y llevaba el nombre de prior. Por disposición del
Maestre Bautista de los Ursinos de 1475 se habían de aplicar al sostenimien
to de esta casa la sexta parte de la renta de los beneficios eclesiásticos, fiján
dose por la concordia de 1492 este subsidio en una cantidad fija y determidada, la luctuosa (1) y vacantes.
(1) Luctuosa ó Luitosa y también nuncio, era el derecho que tenía el señor secular ó ecle
siástico, al morir alguno de sus vasallos, de tomar para sí la mejor cabeza de ganado, la más
rica alhaja, mueble ó cierta cantidad de dinero.—Conde de Cedillo Contrib. é Impuestos en León
y Castilla, p. 146—
Envidiosa la Orden de S. Juan de la de Santiago por la concesión que
le hiciera Clemente VII del uso de pontificales al Prior Uclés, hubo de solicitar
la misma gracia para el de Santa María del Monte; pero le fué negada, tanto
en evitación de nuevos rozamientos con el Primado de Toledo, como porque
no existía paridad. Uclés, además de gozar de la jurisdicción vere nulliiiUy
era la Casa matriz de la Orden de Santiago, lo cual en la de S. Juan corres
pondía á la iglesia y convento mayor de Malta.
Obedeciendo al general movimiento de crear Colegios menores en Sala
manca, donde religiosos y legos completaran sus estudios, la Orden de San
Juan fundó su Colegio en aquella ciudad en 1534, para lo que el Prior don
Diego de Toledo cedió bienes y rentas bastantes á su sostenimiento. Los
Sanjuanistas D. Diego Brochero y el Almirante Juan Anaya de Paz, Gran
Bailío y Teniente Prior de Castilla dejaron en 1555 cuantiosos legados á
este Colegio. Los estudiantes usaban loba negra con la Cruz de la Orden y
bonete chato. (1)
Diez y nueve eran las iglesias parroquiales enclavadas en el Priorato de
Castilla. En Consuegra Santa María, existente en 1228 en unión de la de
S. Pedro, esta de la jurisdicción ordinaria del Arzobispo de Toledo, y la de
S. Juan fundada en 1597; disgregando sus parroquianos y rentas de la de
Santa María, en cuanto que, según alegaba el procurador de la Orden en 2
de Junio de 1630, de la parroquia de S. Pedro no existían ni aun vestigios,
por el mucho tiempo que hacía haber sido abandonada y destruida. En A l
cázar las de Santa María— 1226— y la de Santa Quiteria— 1567— . En Madridejos Santa María— 1238— y del Salvador— 1531— , S. |uan de A rgamasilla, nuevamente edificada en 1542 ob insalubritatem acris, como decía
el Sumario del Gran P rior; Santa María de Turleque— 1 248— , Santa Ma
ría de Camuñas, Santa María de Villafranca con su beneficio simple fundado
con el carácter de regular en 1563; la de Herencia, Santa María de Tem ble
que, de Manzaneque, Santa María de Villacañas, Santa María de Arenas»
S. Juan de Villarta, S. Juan de Yébenes, Santa María de Quero, S. Juan de
Urda, la de Villar del Pozo y la de Santa María de Peñarroya, extinguida
por despoblación. Tenían las parroquias el carácter de iglesias regulares, por
lo que sus rectores tomaron el título de priores, como superiores de ellas.
No se proveían por concurso, sino por nombramiento del Prior en religiosos
de Santa María del Monte y guardando el turno de ancianía. Los electos eran
examinados por el Arzobispo de Toledo, y hallándolos capaces, les con
cedía la institución canónica. Este mismo examen precedía al traslado de
una á otra parroquia.
Como quiera que al aparecer los Hospitalarios y Templarios, los Roma
nos Pontífices ya habían concedido valiosos privilegios de exención á ios
(1) D. Y. de la Fuente.—Hist. de las Universidades, t. 2.°, pág. 122 —
29
monges de Cluni y de Monte Casino, no es de maravillar, que las Ordenes
Militares, que aparecieron como brillantes estrellas en el cielo de la Iglesia,
fueran objeto de iguales consideraciones. Los más altos intereses de la socie
dad cristiana así lo exigían. Si la virtud y la ciencia se habían refugiado en
la Edad Media bajo las sombrías bóvedas de los conventos; aquellas realiza
ron la noble misión de conquistar el mundo para la Cruz, é ilustrarle y en
noblecerle con sus preclaros hechos y heroicas virtudes. Por esto bien mere
cían que la Iglesia dispensara su especial predilección á estas instituciones
cristianas.
La Orden de S. }uan obtuvo de los Papas Inocencio II, Celestino II, Lu
cio II, Eugenio III y Anastasio IV grandes privilegios, entre ellos el de la
exención episcopal. Sus constantes victorias sobre los turcos, su caridad para
con los enfermos y peregrinos y sus servicios eminentes á la causa de la Igle
sia y del Pontificado atravesaban el Oriente, y su eco repercutía en todas las
naciones cristianas. De ahí el que la liberalidad de la Silla Apostólica otor
gándole el goce de la jurisdicción eclesiástica fuera un premio á sus renom
brados hechos y un estímulo á sus caballeros, para que continuaran con el
mismo ardor en la defensa de los sagrados intereses de la Iglesia.
El Papa Adriano IV en 1 1 58, vista la confusión que estos privilegios in
troducían en el régimen y gobierno eclesiástico, intentó su reducción; los
obispos orientales quejáronse del abuso que de sus privilegios hacían los del
Temple y del Hospital en el cone. Lateranense III— 1 1 7 9 — con cuyo motivo
concretó la jurisdicción de la Orden á las iglesias que fundase y fuesen ade
más servidas por sus religiosos. El conc. de Viena—13 11 — , el Constanciense— 1 4 1 4 - - , el Lateranense V — 151 5— y por último el de Trento refrena
ron el constante deseo de los caballeros de conseguir la acumulación com
pleta de la jurisdicción ordinaria. El Papa Pío IV en su Bula Circunspecta—
Junio 156 0 — recapitula y establece los privilegios de jurisdicción, de que ha
bía de gozar la Orden, diciendo: “Que ponía bajo la protección de S. Pedro
y de la Silla Apostólica al Hospital con sus bailios, prioratos..... y también
al Maestre bailios..... y demás personas de la Orden con sus súbditos, vasa
llos, colonos y servidores, é igualmente á los presbíteros que se hallen ejer
ciendo la cura de almas..... y los libra de toda potestad y jurisdicción de Pa
triarcas, Arzobispos..... y el mismo Maestre, convento, preceptores y priores
dentro de los límites de su jurisdicción se tengan y consideren como verda
deros ordinarios, en la forma establecida y merecida por sus privilegios. „
Esta es la jurisdicción concedida á la Orden de S. Juan, la cual, según ei
sentir del Cardenal de Lúea y repetidas sentencias de la Rota, no excede, ni
puede exceder de las concedidas á los prelados clasificados por el Derecho
canónico de primera clase ó grado, circunscrita á sus conventos, casas é igle
sias y á las personas que inmediatamente les estaban sujetas. Según esta
doctrina, en el Priorato de Castilla eran exentos de la jurisdicción ordinaria
del Arzobispo de Toledo las iglesias, ermitas y hospitales, las personas re-
30
guiares, que vivían ó pertenecían al convento de dicha Religión, en quienes
concurrían los tres requisitos que pide el Concilio de Trento y Bula de Gre
gorio XIII.
Si los Priores ponían su mayor empeño en aumentar sus privilegios y
exenciones, era también imposible, que el Prelado de Toledo dejara su auto
ridad indefensa y permitiera, que sin justo derecho le arrebataran una impor
tante porción de su diócesis, rompiendo sus límites y dejando prosperar den
tro de ella otra autoridad ordinaria diocesana. De aquí las controversias y
cuestiones entre la autoridad ordinaria y la privilegiada. Al principio no se
discutió sobre el derecho territorial y universal, sino sobre particulares ob
venciones, como diezmos, sepulturas, administración de sacramentos, etc. Es
tas controversias se acallaron con las Concordias de 1228 y 1229. Su gran
importancia para la historia del Priorato en la Edad Media nos obliga á co
piar los acuerdos y disposiciones que á él se refieren.
Era 1 266— año 1228— “Conocido sea de todos esta Concordia que don
Rodrigo, Arzobispo de Toledo..... y D. Pedro Suárez, apoderado del comen
dador mayor en los cinco reinos de España..... Que la Iglesia de Alcázar sea
Parroquia, y el Arzobispo reciba la mitad del diezmo tanto de lo que culti
ven los Hermanos como de los vecinos de la villa, y dén también su morabetino; y la Iglesia de Santa María de Consuegra y todas las demás de su
distrito sean también Parroquias, el Arzobispo tenga y libre de ellas su ter
cia pontifical y catedrático (1) por su procuración, con excepción de la Igle
sia de la dicha villa del título de S. Pedro, que pertenece por completo al
Arzobispo.....Por todo lo que los Hospitalarios dejan al Arzobispo tres luga
res del término de Consuegra, Lillo, Romeral y Dáñeos.....„ “Era 1267— año
1229— Sea conocido de todos los que esta Carta vieren la composición que
hacemos Nos D. Rodrigo..... y D. Pedro Hernández, comendador mayor del
Hospital..... conviene á saber, que la Iglesia de Alcázar sea Parroquia del
Hospital, y el Arzobispo cobrara la mitad del diezmo de lo que cultiven los
Hermanos y parroquianos, más dos morabetinos por el diezmo del vino y
uno por procuración, y el arcediano otros dos..... y la Iglesia de S. Pedro
de Consuegra sea toda del Arzobispo, y la Iglesia de Santa María y las
demás que se erijan y levanten en Consuegra y su término sean Parroquias
del Hospital, y el Arzobispo tenga en ellas su tercio de todo y el catedrá
tico, y el arcediano de Toledo tenga su procuración; y del mismo modo
Santa María de Peña Roja y las Iglesias que se poblaren en su término sean
de igual condición á las de Consuegra..... y la presentación corresponde á los
Hermanos y la institución al Arzobispo, y sean seculares ó religiosos han de
prestar reverente obediencia en cuanto al gobierno de la Parroquia al Arzo
bispo, al arcediano y al arcipreste.....„
Estas transaciones calmaron algún tanto los ánimos ya enconados en la
0)
Véase art. Aimedina.
31
lucha; pero no logrando arrancar de raíz las semillas de la discordia, fue co
mo la bonanza y calma precursora de las grandes tempestades. Por impedir
el que los oficiales de la curia arzobispal llevaran sus varas en el Priorato,
hubieron de sancionar en público documento este derecho el Cardenal Cisneros y los Priores D. Alvaro de Zúñiga en 1 5 1 0 y D. Diego de Toledo en
1 51 6. Volvieron en 1526 á intentar su completa exención, siendo la Orden
contrariada en sus pretensiones por el Emperador en 1526, sin que lograra
ni aun hacer reinar la calma por algún tiempo, puesto que los Priores repi
ten sus intrusiones en la jurisdicción ordinaria, llegando hasta el extremo de
dar dimisorias para órdenes al clero secular del Priorato, y autorizar al obis
po de Lipari, para ejercer las funciones pontificales, cuyos excesos hubo de
condenar el Nuncio de S. Santidad en su Breve de 18 de Septiembre de
1596 y Clemente VIII amenazó con las censuras de la Iglesia á los Hospitatarios, si persitían en su desobediencia á lo dispuesto por el Concilio de
Trento.
Reprensiones tan severas no amenguaron el furor, que sentían los religioj sos de S. Juan por invadir el terreno propio y peculiar del Prelado diocesa
no. Teníalos ciegos la ambición; y el olvido completo de sus deberes y de
la doctrina de la Iglesia les impedía el conocer las responsabilidades en que
| incurrían. Asombra verdaderamente el recorrer las solas relaciones de los
litigios sostenidos en la Rota y Consejo de Castilla, que para sumergirse en
el insondable abismo de las alegaciones y defensas, parece corta la vida de
un hombre. Al fin, el Cardenal Portocarrero y el Príncipe Carlos de Lorena
pusieron término á la permanente querella, fijando clara y taxativamente los
derechos y atribuciones de las dos potestades, y creando la Ju n ta de Dubios,
para allanar las dificultades que surgieran en su aplicación, siendo aprobada
esta Concordia por Inocencio XII en 17 de Febrero de 1628.
Arzobispo y Prior constituyeron representantes de su autoridad jurisdic
cional eclesiástica, los cuales tomaron en el siglo X V el nombre de Vicarios,
y tenían su tribunal correspondiente. Parece ser, que antes de este tiempo re
presentaba la jurisdicción de la Orden el prior del Convento de Santa Ma
ría del Monte, y la del Arzobispo de Toledo el Arcipreste de la Guardia.
Coincidiendo la creación de los Vicarios con el traslado de residencia de los
Priores á Alcázar, en esta ciudad se establecieron los dos Vicarios con sus
respectivos tribunales. Al ser dividido el Priorato, el Vicario de la orden se
trasladó á Consuegra; pero reclamó Alcázar con instancias repetidas y le fué
concedido Vicario de la Orden, aunque limitando su jurisdicción á sólo los
pueblos de su partido, esto es, á los pueblos que en 1520 fueron señalados
al Priorato de León.
Si el ejercicio de la jurisdicción y potestad ordinaria y privilegiada en el
Priorato fué, como hemos visto, fecundo semillero de pleitos entre los Prio
res y Primados de Toledo, la estancia de los dos vicarios en Alcázar dió
también origen á querellas y competencia sin número acerca del sitio que
32
respectivamente habían de ocupar en las Iglesias, en las procesiones, y en
todos los netos públicos, así sagrados como civiles, dando mucho en que en
tender á los tribunales, especialmente á la Ju nta de Dubios, siendo o b jeto '
al mismo tiempo de sentencias repetidas, decretándose por último; “que los
Vicarios estén divididos, y el uno resida en Alcázar y el otro en Consuegra,
respecto de ser las cabezas de los Prioratos, y á este efecto se concede la
elección de lugar al Vicario de su Eminencia..... „ “Oue el Vicario de la Re
ligión de S. Juan en todos sus mandamientos se intitule: Vicario y Visitador
Eclesiástico O rdinario de las Iglesias regulares , Hospitales y súbditos de j
la Religión de S. Ju a n en estos Prioratos de Castilla y León por el Señor
Gra?i P rio r que es ó fu e re de ellos Y que el Vicario de la Dignidad Arzo
bispal se llame: Vicario y Visitador O rdinario diocesano de los lugares y i
distritos de los Prioratos de S. J'uan.,, La secularización de la Orden prime
ro, y la creación del Obispado Priorato después concluyeron con estas insti- j
tildones eclesiásticas, volviendo su jurisdicción á su propia fuente, que es la j
diocesana y ordinaria de los Prelados de Toledo y Ciudacl-Real.
R égimen y gobierno d el P riorato .— Se regían los pueblos del Priorato j
por el Fuero de Consuegra, del cual dice la Academia de la Historia ser co- ]
pia del de Cuenca, con solo la diferencia de escribir Consocra donde el otro ]
Conca; sirviendo para la impresión del mencionado fuero de Cuenca. “Entre
todos los fueros municipales de Castilla y de León, dice el P. Mariana, nin
guno hay comparable con el que D. Alonso VIII dió á la ciudad de Cuenca
después de haberla conquistado y libertado de la esclavitud mahometana, el
cual se aventaja seguramente á aquellos, ora se considere la autoridad y ex- ;
tensión que tuvo este cuerpo legal en Castilla, ora la copiosa colección de
sus leyes que se puede reputar como un compendio de derecho civil, ó como
dijo el autor del prólogo ó introducción que precede al fuero, suma de insti
tuciones forenses, en que se tratan con claridad y concisión los principales ;
puntos de jurisprudencia, y se ven reunidos los antiguos usos y costumbres
de Castilla. ,, Y el Sr. Muñoz y Romero dice por su parte, que este fuero fué
dado á Teruel por D. Alonso II de Aragón antes de la conquista de Cuenca,
no cabiéndole otro mérito á Alfonso VIII, que el de haberlo mandado copiar,
ordenado un poco, y hecho observar en muchas villas de sus estados, (i)
El nombramiento de justicia en el Priorato de S. Juan se hacía por el
método mixto de elección é insaculación. El gobernador ó un comisionado
especial, que nombraba el Rey ó el Consejo de las Ordenes, concurría al pue
blo, á toque de campana convocaba al pueblo y ayuntamiento, tomaba los
votos de los alcaldes, de los regidores, del clero y de las personas más signi
ficadas, habiendo de elegir duplicado número de sujetos á los cargos elegi
bles. Los nombres de los que habían obtenido mayor número de votos se es
cribían en cédulas que cerraban y sellaban, guardándolas en un arca con tres
(1)
Colee, de fueros municip.—Advert.—
33
llaves y varios departamentos ó senos, para encantarar por separado á los
alcaldes, regidores, los pertenecientes al estado noble y al llano ó ge
neral. Esta operación se hacía de cuatro en cuatro años y se llamaba insacu
lación ó encantar amiento, procuraban hacerla el sábado antes del Domin
go siguiente á S. Martín. La saca de oficios era anual, en el día de S. Martín,
sacándose primero las cédulas de los alcaldes, después las de los regidores,
y en todo el mes de Noviembre habían de someter lo actuado á la aprobación
del Prior, ó del gobernador. Aunque éste nombraba de vez en cuando un
juez de cuentas ó visitador con el encargo de residenciar á los concejos so
bre la administración comunal, éstos eran obligados á tomarse las cuentas
unos á otros y á proveer á los negocios y necesidades de los pueblos.
A lcázar .— La generalidad de los historiadores hacen de esta ciudad la
antigua Alces, que nosotros situamos en Villajos, coincidiendo con el S. Fer
nández Guerra (i). Campaner y Fuertes pretende que Alcázar sea Oláis, de
la cual registra una moneda ibérica (2); pero es lo cierto, que ni en esta ciu
dad ni en sus inmediaciones se hallan vestigios de antigua población. Reci
bió Alcázar su nombre de los árabes, siendo voz que algunos traducen por
casa fu erte y el B ilia rio de Santiago por cárcel de todos.
La vencedora espada de Alfonso VII lanzó al agareno al otro lado de
Sierra Morena, afianzando la conquista de La Mancha. El Emperador dió Al
cázar á Juan Muñóz, Fernando González y á Pedro Rodríguez, al objeto de
poblarle. Estos magnates castellanos, siguiendo la costumbre de aquel tiem
po, se trasladarían á este territorio con sus vasallos, clientes y siervos, ocu
parían su castillo, aumentarían sus defensas y apoderándose de las propieda
des abandonadas ó confiscadas, las distribuirían á su albedrío, nombrando
además jueces para su gobierno. En las heredades y tierras que ocuparon los
nuevos señores y cultivaban con sus siervos, tenían dominio perpétuo y abso
luto-, y de los nuevos pobladores exigían los servicios y emolumentos que
tuvieron á bien señalarles. “ Poblar, dice á este objeto el Sr. Cárdenas, no es
como pudiera entenderse por la vaga expresión de las crónicas, edificar por
cuenta del Rey ó del magnate las casas, que habían de habitar los poblado
res, pues ya se ve, que ésto habría sido imposible, cuando era tan escaso el
patrimonio de la Corona y no muy pingüe el de los particulares. Poblar sig
nificaba poner en un territorio persona que llevase á él pobladores, bien de
su propia familia, clientela y siervos, ó bien de gente extraña á .quien se
ofrecían como estímulo tierras, ganados, montes, aguas, libertades municipa
les, tributos módicos y lo que en aquella edad valía más que todo, protección
y seguridad para las personas y las propiedades. Así, lo que cumplía hacer
al nuevo señor, era construir fortalezas, levantar murallas, edificar templos
y poner en ellos clérigos que administrasen los Sacramentos; y si con ésto se
(1)
(2)
Bol. de la Acad. de la H ist.—t. l.°,
Indice Numism.—pág. 47—67—
pág. 137—
6
34
consideraba el lugar medianamente seguro de las algaradas sarracenas y se
ofrecían buenas tierras de cultivo con alguna ventaja en su disfrute, al punto
acudían pobladores ya de otros territorios cristianos menos favorecidos y ya
de los mismos mozárabes, que habitaban en las ciudades infieles„ (i)
De pertenecer Alcázar á la Orden de Santiago nos da cuenta el siguien
te documento: “No tum sit ómnibus hanc Cartam videntibus que yo Don P.
Guillen do Alcázar que yace entre Quitrana y Villa de Centenos y Villa de
Ajos con quanto le pertenece al Maestro Don García González y á la Orden
de Ucles, que heredé por generación de }ohn Muñoz y de Fernant González,
y de P. Rodríguez, y de sus fijos, y de su generación toda, por alma de to
dos ellos, y por mi, y por grandes amores que me fizo toda la Orden de
Ucles, et doles Carta la qual dió el Emperador á D. J. Muñoz y á D. F. Gonzalvez, y á Don P. Rodríguez, y si yo ó pariente que yo aya fuere contra esta
Carta, que aya la ira de Dios, y peche mili mrs. á la Orden de Ucles..... Facta Carta mense maii sub era— 12 7 0 —-año 1232.« D. Fernando III, e l Santo,
hallándose en Cordova á 20 de Febrero siguiente confirma esta donación del
Cortijo de A lcázar y concede á la dicha Orden en su término 30 yugadas
de bueyes, y 10 más para la casa de Montanchez. (2) Por este tiempo divi
dían las O. de Santiago y S. Juan sus respectivos territorios, quedando
“ Criptana con su sierra contra Consuegra,, para la primera, y Alcázar con su
término fué incluido en el territorio de la de S. Juan, (3) Así el Prior de
Consuegra D. Rodrigo Pérez en Octubre de 1241 dió á los 362 vecinos, que
poblaban esta villa, el fuero de Consuegra, el cual constituyó en la Edad Me
dia el derecho común, no sólo de los pueblos del Campo de S. |uan, sino de
toda Castilla. (4)
El Inventario de los papeles del Archivo de Consuegra en los números
3 2 1 y 322 nos da cuenta de varios Capítulos provinciales celebrados en esta
ciudad; (5) y el Ayuntamiento tomaba las providencias necesarias para el
que había de celebrarse el 24 de Junio de 1618. (6) Los procuradores de
Alcázar concurrían á las Cortes de Burgos de 1 31 5, y durante la turbulenta
minoría de Alfonso XI; perdiendo esta apreciada prerrogativa, cuando se hizo
exclusiva de las principales ciudades de la nación. (7) Los Priores distinguie
ron siempre á esta ciudad, considerándola desde luego como la segunda ca
becera del Priorato de Castilla, en ella edificaron su palacio, donde residían
con preferencia á Consuegra, fechando aquí los instrumentos que expedían,
por lo que en los últimos años del siglo XVI la curia romana tenía á este
pueblo como primera cabecera del Priorato y única residencia del Prior.
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
¿List, de la propiedad—Bol. de la Ac. de la Hist.—t. 29—Oct.—1896—
Ferrer Corpus diplom. Hisp.—t 5 0—Are. Hist. Nac. Registro diplom. de la O. de Sant.
B. de Chaves.—Apunt. legal.—f.° 15 —
Muñoz—Colee, de Fueros—Marichalar y Manrique—Hist. de la legisl.—t. 2.°, pág. 500.
Archivo Hist. Nac.
Libros de Acuerdos.
Cortes de los antiguos Reinos de León y Casi.—Acad. de la H ist.—i. 1.
35
Constituida la provincia de La Mancha por los franceses bajo la autori
dad del prefecto de Ciudad-Real, Alcázar fué designada como capital de dis
trito, compuesto de 25 pueblos enclavados hoy en las provincias de Toledo,
Ciudad-Real, Cuenca y Albacete á cargo de un corregidor. En 1821 se ha
llaba aquí establecida la comandancia de Hacienda pública de su partido, y
por R. D. de 10 de Abril de 1877 le fué concedido el título de ciudad.
Dos alcaldes ordinarios para los dos estados y diez regidores elegidos en
la forma que dejamos consignada, constituía su concejo. Adquirió este por
título oneroso la jurisdicción de primera instancia, y hubo de sostener gran
des contiendas con los gobernadores por atentar éstos contra su indepen
dencia, pretendiendo presidir sus sesiones é intervenir en los negocios de sus
vecinos. Fué siempre la situación de los labradores de esta ciudad penosa en
extremo, por sufrir de lleno las cargas concejiles; en cuanto que, los Reyes
para fomentar la fabricación de la pólvora colmaron de privilegios y exen
ciones á los salitreros, abundaban también los hijosdalgo, los que unidos á
los comisarios del Santo Oficio, cuadrilleros de Hermandad y arrendadores
de ventas hacían pesar sobre muy pocos las gavelas y demás servicios
públicos.
C asa ayuntamiento— En 1602 obtenía este concejo licencia de S. M.
para su construcción; poniendo la obra á cargo de los maestros Sebastián
Fernández y Lorenzo Enríquez, no logrando verla terminada hasta el 1622.
H ospitales.— Tenía esta cindad los hospitales de la Asunción y del Cor
pus, administrados por mayordomos, que nombraba el ayuntamiento; cons
truyéndose en 1620 á costa de los fondos del último el teatro, cuyos rendi
mientos cobraba.
P ósito.— Si nó nos ha sido posible dar con el fundador de esta benéfica
institución, hemos tocado en cambio su desarrollo y prosperidad, en cuanto
que, no sólo contaba con fondos bastantes para llenar los fines de su institu
ción, socorriendo á los labradores y al pueblo con larga mano, sino que tam
bién, venía en auxilio de la penuria del concejo, tomando éste prestados de
sus fondos lo que necesitaba, acudiendo también á los gastos que ocasionaba
la extinción de la plaga de langosta.
Instrucción pública.— En 1582 acordaba este ayuntamiento concertarse
con el convento ó con algún clérigo que enseñase Gramática, fijando el sala
rio de 10.000 maravedís; y en 1619 decretaba, de acuerdo con el guardián
de S. Francisco, la creación de dos Cátedras, de Gramática y Artes, á cargo
de dos religiosos, á los cuales había de abonar 150 ducados anuales y com
prar dos casas para aislar el convento.
Industria.— A últimos del siglo XVI, á la vez de los cargos concejiles, el
ayuntamiento nombraba anualmente examinadores ó veedores de tundidores,
boteros, curtidores, zapateros, carreteros, albañiles, caldereros, serradores,
cardadores, carpinteros, tejedores, bataneros, herreros, tintoreros, tejeros,
cordeleros, yeseros y fabricantes de piedras de molinos, ordenando en 1624
36
poner el sello de la villa á las estameñas, que en ella se fabricaban-, demos
trándonos las artes ó industrias que sus vecinos cultivaban.
L a fuente .— Para remediar la escasez de agua que se dejó sentir en
1 61 6 , se abrieron varios pozos de agua potable, contratando el bachiller Juan
Avilés la construcción de la Fuente por el aprovechamiento del agua por es
pacio de i 2 años.
S anta M aría .— En el año 1 226 el Arzobispo de Toledo y el comenda
dor mayor de Castilla decretaban: “ que en las iglesias de la Orden de S. Juan
tuvieran cerradas sus puertas al tiempo del rezo de las horas canónicas; que
no bautizaran, ni casaren en aquellas iglesias, exceptuando ¿a iglesia de A l
cázar, ¿a que ha de ser desde ahora p a rro q u ia » . Así las Concordias que le
siguieron de 1 228 y 1229, que dejamos citadas, legislan acerca de las atri
buciones que en esta parroquia correspondían á la Orden y Prelado de Toledo.
Venérase en esta iglesia á Ntra. Señora del Rosario, patrona de esta ciu
dad, á la que veneró siempre con singular devoción; pues en todas sus nece
sidades recurría siempre á su protección. El ayuntamiento, como patrono,
entendía en su fiesta y nombraba el mayordomo que había de administrar
sus caudales. También destinaba de sus fondos 20.000 maravedís para las
fiestas del Santísimo Sacramento, nombrando de su seno dos regidores comi
sarios, para disponer lo que correspondiera á su mayor solemnidad.
S anta Q uiteria .— Por el capítulo provincial de 1567 se ordenó la crea
ción de las parroquias de San Juan de Consuegra y Santa Quiteria de A lcá
zar, que hacían necesarias el crecimiento notable de su población. (1) E l
célebre Juan de Herrera hizo el plano, y el Ayuntamiento en 20 de Agosto
de 1587 contrató la obra con el maestro Agustín Arguello, obligándose á
darle en cada un año 500 ducados y los materiales necesarios, con la condi
ción de derribar cuanto tenía edificado Juan de Uza, por no haberse ajustado
al plano y condiciones estipuladas. Pero Arguello hubo de incurrir en la mis
ma falta, en cuanto que, el ayuntamiento hizo venir dos maestros de Uclés en
varias ocasiones para su reconocimiento, estableciendo estos las obras que
faltaban para llenar las condiciones del contrato, y Andrés Astian, en nombre
de Bartolomé Eloriaga, recibía en 1 593 con autorización del concejo 18 .0 0 0
ducados para la continuación de la obra. (2)
S. F rancisco. — De menores observantes y de la prov. de Cartagena fué
edificado el año 1 532. Por los servicios que los religiosos prestaban al vecin
dario el concejo daba de regalo á esta casa todo los años dos carneros y dos
pemiles de tocino. Por la ley de 1 820 quedó subsistente, recibiendo la co
munidad de Veas de Segura.
T rinitarios.— Con ocasión de venir á predicar á esta ciudad dos padres
trinitarios descalzos en 1 6 3 3 entraron en deseos de fundar un convento de su
(1) Concordia y decisiones, fol. 133.
(2) Llaguno y Amirola.—Noticia de los Arquit.—Libros de acuerdos.
37
religión, para lo que pidieron la correspondiente licencia al Prior y al Con
sejo, solicitaron éstos del ayuntamiento su informe, siendo negativo. En él
se hace constar, que á pesar de contar el convento de S. Francisco con 6o
religiosos, venían teatinos (jesuitas) y dominicos á las cuaresmas y misiones;
y en éste se da para rechazar la fundación esta misma razón, añadiéndose
además, que Juan Guerrero, hombre rico y sin hijos, daba su hacienda para
esta obra, que la villa había venido á gran pobreza, pues su labor, que era
en los años anteriores de 900 pares, estaba reducida á 200, que contaban
con 90 clérigos y un convento con 60 monjas muy necesitadas. Al fin los re
ligiosos vencieron todas las dificultades, tomando esta casa el título casi ge
neral á todas las fundaciones del B. Juan B. de la Concepción de N. Sra. de
1 Gracia. Fué suprimido en 1 821 , pasando sus religiosos á Socuéllamos, y el
P. Bernardino del Smo. Sacramento, comisario de los trinitarios en España,
instaló nuevamente los religiosos en su antigua residencia en 1879.
F ranciscas . — Fué fundado el 1605 bajo la advocación de S. [osé; y T er
c e r a s de S. F rancisco , sujetas á clausura desde el Conc. de Trento y dedica
do á la Purísima Concepción. En 21 de Enero de 1882 se restableció esta
casa de religión en la casa morada propiedad de la fundadora.
A lam eda d e C e r v e r a .— Cervaria en la España antigua situada según
Ptolomeo entre Mentesa y Beacia, límite de Oretania y Celtiberia y de los
obispados de Mentesa y Ergávica. Castillo de Cervera en la Edad Media y
S. Lorenzo de Cervera más tarde es aldea de Alcázar y anejo de su parro
quia de Santa María con 50 casas y 1 27 vecinos, situada 2 leguas y media al
S. de la matriz y sobre el camino de Tomelloso.
En el siglo 16 sólo existía un molino, instalándose las fábricas de pólvo
ras en fecha que nos es desconocida, dando con ellas principio su población.
No lejos de esta aldea, en las casas llamadas de Quintanilla, termina el caz ó
canal del Guadiana, cuyas aguas se utilizaron para los molinos de pólvora
hasta su traslación á Ruidera. En los años abundantes de lluvias las aguas, al
dejar el canal, se extravían por toda aquella planicie formando un lagunazo
poblado de malezas.
V ill acentenos .— Aldea de Consuegra en el siglo XIII con su iglesia y
término propio, pero que despoblándose en el siglo siguiente quedó en la
jurisdicción de Alcázar, aunque el aprovechamiento era común á las villas de
Herencia, Arenas y Villarta, poblándose esta última dentro de sus términos.
Varios han sido después los proyectos formados para su repoblación, entre
ellos, el de Villanueva; pero nada provechoso se ha hecho para su realización.
L a H id a lg a .— El M urum, primera mansión del camino de Lam inio á
Toledo á 27 millas del célebre municipio romano y 28 de Consuegra. Don
Alfonso Téllez de Meneses, en su nombre y con otorgamiento de su mujer
D.a Teresa Sánchez y de sus cuatro hijos D. Tello, D. Alonso, D. Mayor y
D .a Teresa, hizo donación á D. Rodrigo, Arzobispo de Toledo, y de sus
sucesores en dicha Iglesia de cuatro castillos ó plazas fuertes, que había po-
38
blado; y los cedía en descargo de “los muchos excesos y desafueros cometi
dos inconsideradamente en guerra contra cristianos;« los cuales él pobló, cuan
do eran frontera de moros. Eran éstos el castillo de Dos Hermanas, el de
Malamoneda .... y el de Muruni sobre el Guadiana— 1222.— (1)
El célebre prelado de Toledo, investido de las facultades de Legado de
la S. Sede en España, no sólo organizaba cruzadas, para hostigar y no dar
reposo al musulmán, sino que concedía privilegios á los caballeros, que por
penitencia y expiación (poenitens) como D. Alonso se consagraban á arre
batarles plazas y castillos, y poblarlas después para su defensa.
Murum estuvo poblado por contados años y en poder del Arzobispo de
Toledo, pues en los deslindes de su territorio hechos con las Ordenes de
Santiago y Calatrava no se hace de él mención alguna. Sus escasos pobla
dores aumentarían el vecindario de los pueblos cercanos, desapareciendo con
ellos también su nombre primitivo; pero no los vestigios de su antigua po
blación, pues estos abundan en aquel sitio. Al levantarse la casa de •labor á
que hoy está reducido tomó el nombre que lleva, y aunque situada al S. de
Alcázar y confinando con el término de Argamasilla los restos de edificación,
sepulcros y monedas halladas rodean á este sitio de las misteriosas sombras,
que envuelven á la otra Hidalga al extremo opuesto del término de esta
ciudad situada.
L as M o t il l a s y Villar d e las motillas, despoblado que debió su nombre
á establecerse su antigua población junto á las motas, cuya significación he
mos de explicar según las reglas de la Prehistoria y Arqueología en el ar
tículo Torralba.
El Nomenclátor de esta provincia del año 1894 menciona además veinte
caseríos repartidos por el extenso término de esta ciudad, siendo los más
poblados Los Barchinos con 16 habitantes, Las Casillas con 17, Estación de
Argamasilla de Alba con 38, Navas de Marimingo 11, Las Perdigueras 18.
Piédrola 15 y Tres Casas 14.
Fr. Juan COVO. — Tomó el hábito de Sto. Domingo en Ocaña, estudió en A vi
la y Alcalá y marchó á las misiones de Filipinas en 1586, no logrando aportar á es
tas islas hasta el año 1588. Elegido allí provincial, definidor y lector de S. Teología
sucesivamente fué enviado de embajador al Japón, donde recibido con grandes hono
res por el Emperador, ajustó un tratado de paz, por el que consintió la predicación
del Evangelio en todo el imperio, largo tiempo hacía prohibida, reanudándose el cul
to público de la Religión católica. Embarcándose para Filipinas, una furiosa tormenta
le arrojó á la isla de Formosa, donde fué asesinado por aquellos isleños— 1 5 9 1 —
Escribió;
(1) Líber, privil. ecclesioe Tolet.— Bol. de la Acad. de la H ist ., t. 14, pág. 465.—1889.—
39
1.
— Lingua sínica ad certam r evocata methodum quatuor distinctis caracterial ordinibus generalibus, specificis et individualis; seu vocabularinni sinensis—Filipinas.
2. — Catecismo Chino.
3.
— Sententice plures et graves philo soforum etiam gentilium ut Senecce et similium
ex eorum libris excertce et Sinicce reditce.
Sobre astronomía: (i)
P. Diego de Torres Rubio.'—Ingresó en la Compañía en Valencia y pasó al
Perú en 1579 » distinguiéndose por su rara humildad y modestia.—Murió en Chuquisaca el 13 de Abril de IÓ38 á los 91 años. Escribió:
Vocabularium et Gramática linguarum Aymarce et Quinchuce—Roma— 1603— Fs
esta obra, según Nicolás Antonio, muy apreciada en el Perú. (2)
Fr. Martín de Alcázar —Tomó el hábito de la orden de S. Jerónimo en San
Lorenzo del Escorial, donde residió muchos años y escribió:
Xalendarium romanum perpetuum ex B rebiario et Mis salí. Clementis V III auctoritatis recogniti, eum festis, quce generaliter in Hispania celebrantur, in quo ordo recitaneii officium divinum et missas celebrandi dilucide exponitur — Madrid— 16 18 —
limo. Fr. Juail Serrano.—Franciscano observante, colegial del Mayor de
S. Pedro y S. Pablo de Alcalá, lector jubilado de S. Teología y electo obispo de
Acerno, Nápoles, en 20 de Nov, de 16 13, aunque otros con Nicolás Antonio dicen ha
ber sido de Braciano en los antiguos Estados Pontificios, el que desempeñó hasta el
año 16 13 en que murió. Pbscribió:
1.
—Mis ce Sacrosanta, ac ceretnoniarum, quce in ejus celebratione fiunt. compendiosam
expositionem.—Roma— 1626—8.°—
2.
— De Inmaculata, prorsusque pura Sane tissim a s emperque Virginis Genitricis Det
Maree Conceptione Libros Quinqué.—Nápoles— 1635—fol.—
3.— Sermones Cuaresmales.—Zaragoza— 1653 —
4. — Repertorium H istoriarum Gallicarum .— París — 1599— 8.°— S. Gervasio—
1603 (3)
Pedro de la Concepción.—Carmelita, escribió:
Soplos en defensa de la Pura Concepción.—Zaragoza— 1662—
Fr. Pedro de Santa Catalina de Alcázar.—Franciscano de la provincia
de S. José, guardián de varios conventos y definidor desde el año 1669 al 1685;
escribió:
1.
— Memoriale prov. Sancti Josephi.—Es el Chronicon latino que dejó incompleto
P'r. Diego de Fuensalida, y que él terminó.
2. — Catálogo de Escritores de esta Prov. de San fo sé.
3-— Fundación del convento de Religiosas Franciscas de la Villa de Ciempozuelos y
las Vidas de sus Venerables Religiosas .
Murió en Ciempozuelos el 21 de Abril de 1688. (4)
limo. Sr. Dr. D. Francisco de Ocampo y Maroto.—De la O. de Santia
go, conventual de Uclés, obispo de Amiclán, titular de la Orden y del Consejo de
S. M., fué consagrado en 1636 y el 27 de Febrero de 1673 administró la Confirma
ción en Alcázar, según refiere Villar y Pascual. (5) Escribió:
(1) Jac. Echará—Script. O. Proed.—t. 2, pág. 307.
(2) Var. Bust, de la Comp. de Jesús—2.a eá., t. 4.°, pág. 209.—Se atribuye esta obra al P.
Luis de Bolaños.—V. art. Bolaños.
(3) Fr. Nic. Alcolea.—El Colegio May. de S. Pedro y S. Pablo—p. 228.—Bib. Univ. Franc.—
t. 2.°, p. 219.—Nic. Ant.—Hurter. —Nomec. Lit.—1.1.
(4) Fr. Marcos de S. Rosa.—Chronica de la Prov. de San José.—Lib. 2.°, cap. 10.
(5) Die. hist, geneal. herald.—t. 3—p. 109.
40
1.
— Responsa ad qucestionem: ¿Utrum clerici Fratres Jacobi sint capaces obtine
beneficia scecularia absque Apostólica dispensatione?
2. — Alegación por el derecho de la Orden de Santiago— 1654 —
3.
— Memorial en favor de la jurisdicción espiritual de la Orden de Santiago en
Vicaria del Campo de Montiel y en las de Totana y Aledo del Obispado de Cartagena
contra las pretensiones del Arzobispo de Toledo y Obispo de Murcia — 1659—
4. — Memorial por la jurisdicción del Priorato de Uclés— 1664—
5.
— Carta del Obispo de Amiclán al D r. D. Hipólito Samper, religioso de la Or
de Montesa, etc.— Mentesa Ilustrada, t. I.°, pág. 468— Febrero— 1666—
6.
— Censura del limo. Sr. D . Francisco de Ocampo, Obispo de Amiclán.— Ment
Ilustrada , t. I . ° — Preliminares.
7.
— Obligaciones de los Caballeros de la Orden de Santiago.— M. S. en fol. q
existe en la Bib. del Instituto prov. de León.
8.
— Apuntamientos acerca de los privilegios y derechos de la Orden de Santiag
1647— M. S. en la Bib. de Uclés.
9.
— Tres cartas del Obispo de Amiclán sobre los derechos, preeminencias y priv
gios de las Ordenes Militares, etc.— 1655— M. S. Bib. de Uclés.
10.
— Alegaciones, Consultas, dictámenes y otros papeles relativos á las Ordenes
litares — M. S. que según D. A. Blasco se halla en la Bib. de Uclés y archivo del Con
sejo de las Ordenes (i).
Pr. Alonso de Silva.— Monje cisterciense del monasterio de la Santa Espina,
doctor, catedrático de la Universidad de Salamanca, abad, definidor y general refor
mador en 1704, fué estrella lucidísima de la religión benedictina como le llama el M.
Legazpi, sus obras son:
1. — Sermones varios— Madrid— 1697— fol.
2.
— Discursos pulpitables y políticos sobre el libro prÍ7nero de los Reyes— Madrid
1708— 2 t. fol.
3. — Tardes de Cuaresma repartidas en veinte y tres tardes— Salamanca— 1702.
4.
— Exortaciones Políticas y Morales sobre la regla del gran Padre de los Mon
oiuestro glorioso Padre San Benito — Salamanca— 1690— 2 t. fol.— Esta obra fué siem
pre muy apreciada de los sabios por ser completa en la materia que trata.
5.
— Oración panegírica e7i la sole7miísima festividad del glorioso Patriarca y Pa
de los Mo7iges Sa 7i B e 7iito, etc.— 1701— 4.0 (2)
D. Juan Francisco Rioja y Romero.— Sacristán mayor y Maestro de Ca
pilla de la parroquia de Santa María, hizo una extensa y erudita disertación sobre
las aguas de Alcázar, de la que da cuenta D. Pedro González Bedoya en su Historia
universal de las Fue 7ites 77iÍ7ierales de España— 1765—
Sor Juana García Romera.— Mujer rica y de las principales familias de esta
ciudad, tomó el hábito de religiosa francisca á los 50 años de edad. Fué muy dada
á la oración, permaneciendo en ella muchas horas; decía sentir en ella suave y delei
tosa música, no siendo extraño por lo tanto, que se recrease en tal ejercicio, que le
proporcionaba inefables placeres. (3)
P. Juan Checa.— Procurador de la O. de Santo Domingo en Madrid, escribió:
E l 7iiño en sociedad, ó sÍ7iopsis de educaciÓ7i.
D. Juan Alvarez Guerra.— Magistrado de la Audiencia de Manila, del Con
sejo de Ultramar y Comisario regio de la Exposición de Filipinas en 1887.— Nació en
Lillo, pero desde muy joven vivió en esta ciudad.
Q) Hermosa de Sant.—Escrit. de las Ordenes Militares—M. S.
(2) Bib. Cisterc.—Esp.—pag.—319.
(8) Biog. Ectca. Comp.—t. 2ó, pág. 555.
41
1.
— Viajes por Filipinas. D e Manila á Marianas.— 1.a ed.— Manila— 1871— 2.a—
Madrid— 1887— 4.0 men.— 307 pág.
2.
— D e Manila á Tapabas.— 1.a ed.— Manila— 1878— 2.a— Madrid— 1887— 4 °
men.— 385 pág.
3. — D e Manila á Albay .— Madrid.— 1887— 4.0 men.— 3 18 pág.
4.
— Memoria sobre la Exposición de los objetos traídos por la expedición cientí
fica del Pacífico— Madrid— 1866.
D. Luis Prudencio Alvares.— Magistrado de la Audiencia de Valencia y
Diputado en las constituyentes de 1812; escribió sobre la canalización del Guadiana
según nos dice Madoz (i).
D . Tomás Tapia.— Presbítero, fué elegido para regir la cátedra que en la
Universidad de Madrid fundó Sanz del Río (2).
P. Patricio Panadero.— Lector de S. Teología y Derecho Canónico, predica
dor de S. M., consultor de la S. Congregación de Obispos y regulares, procurador
de los franciscos españoles en Roma y rector de S. Pedro in Montorio. Publicó varias
poesías en La Fé y La Cruz (3).
D. Francisco Lizcano y Alaminos.— Historia de la verdadera cuna de M i
guel Cerva?ites Saavedra— Mad.— 1892— 4.0
P. Evaristo Fernández Arias.— Dominico, rector y catedrático de la Uni
versidad de Manila.
1. — E l limo. Sr. D . F r. Miguel Benavides.— Manila— 1891— 4.0— 26 pág.
2.
— Sermón en la fiesta cívico religiosa de S. Andrés, Patrón de Manila.— Manila—
1892— fol.— 26 pág.
3.
— E l Beato Sánz y Compañeros Mártires , del O. de Predicadores.— Manila— 1893
— 4.0— 80 pág.
4.
— Paralelo entre la conquista y dominación de América y el descubrimiento y paci
ficación de Filipinas .— Memoria laureada en el certamen celebrado en Manila con mo
tivo de la celebración del Centenario de Colón.— ’Madrid— 1893—
5.
— Santo Tamás, el Gran Maestro del saber humano.— Discurso predicado ante el
Claustro universitario de Manila el-7 de Marzo de 1894.—-Manila— 4.0— 32 pág.
D . Vicente Moraleda y Palomares.— Profesor de Veterinaria.
1. — La Glosopeda.— 4.0— 36 pág.
2.
— Estudio clínico, terapéutico é higiénico de la Viruela en los seres irracionales.—
Alicante— 1897— 4.0— 293 p.
3. — Art. varios.
D . Juan Manrique de Lara.— General de Brigada y Gran Cruz de San H er
menegildo.
José Cándido Feñafiel.
1. — Descripción de las Lagunas de Ruidera.
2. — Obras varias.
(1)
(2)
(3)
Dic. Geog. V. C.-Real.
Heterodoxos Esp.— t. 3.°, pág. 811.
E l Eco Franciscano—M ayo—1895.
G
Alcoba, voz árabe que se interpreta peso público, estaba en el camino
romano que unía Mérida con Toledo, como una de las torres ó fuertes levan
tados para proteger á los viajeros contra los salteadores. Los árabes le for
tificaron y poblaron, dándole por este concepto el nombre que conserva, y
de ello nos dá noticia Alfonso X al confirmar en el año 1269 la Concordia
ó transacción ajustada sobre la división definitiva de sus territorios entre la
Orden de Calatrava y la ciudad de Toledo, el que nos dice: “Los Cavalleros
de Toledo mostraron privilegio del Rey Don Henrique, en que dicie, que dió
á la Iglesia de Santa María de Toledo et al Atzobispo Don Rodrigo.....fasta
Abenoia con todos sus logares, et los Villares antiguos, que entre sus térmi
nos se contienen, et es á saber: la sierra de Domingo Alhaquin, et el Campo
de Arroba, é de Alcoba.....„ (1) quedando por esta división en el término de
la ciudad de Toledo, formando sus terrenos linderos parte de sus propios.
Como en los términos ó lindes del territorio de la Orden de Calatrava
y Toledo cobraba aquí esta ciudad el portazgo á los vasallos de la Orden,
y á los que de Extremadura caminaban á tierra de Toledo; (2) así es que,
hasta los primeros años del siglo XVI, únicamente habitaron el castillo de
Alcoba los arrendatarios de dicho portazgo, hasta que en este tiempo prin
cipiaron á construir sus casas y habitar en ellas los labradores y ganaderos
que se aprovechaban de sus pastos y cultivaban sus campos; reuniéndose en
1576 unos 70 vecinos.
Aldea de Toledo, ponía esta ciudad su justicia, la que sólo conocía de los
negocios hasta 100 maravedís, pagaba á la dicha ciudad los tributos y alca
balas, y ésta le mandaba visitadores para inspeccionar las cuentas y marcha
(1) Bul. 0. de Cal., pág. 182.
(2) El portaticum convertido más tarde en portadgo y portazgo era el derecho de tránsito
personal, y también el que recaía sobre las mercaderías que entraban en una localidad para
reexportarlas. Pagábase tanto á la entrada como á la salida de las poblaciones, fijando el Có
digo de las Partidas su tipo en la 8.a parte de las mercancías; pagaban todos este tributo y se.
empleaba en la defensa de los caminos, puertos y paso de los puentes. Las Ordenes Militares,
formaron sus aranceles para sus respectivos territorios.—Contribuciones é Impuestos en Leéti y
Castilla.—C. de Cedillo —1896—pág. 128—Id. Memoria—D. Ramón S. Ocaña, pág. 184 —
43
de su concejo. Acudía á las Juntas de partido á Retuerta, y los negocios'
de que apelaban sus vecinos, se sustanciaban en la Audiencia de Valladolid.
Situado este pueblo en una llanura al pié de la sierra de S. Sebastián y
io leguas al O. de Ciudad-Real, confina al N. con Retuerta, E. Porzuna, S.
Fontanarejo y O. Horcajo. El terreno es pobre y montuoso, dedicado en su
mayor parte para el ganado cabrío. En el censo de 1 57 1 figura con 80 ve
cinos, en el de 1877 con 102, con 125 en el siguiente de 1887, y con 336
y 476 habitantes respectivamente.
Su iglesia de Ntra. Sra. de la Consolación fué siempre filial de la de
Arroba, de la vicaría de la Puebla de Alcocer, de la visita eclesiástica de
Ciudad-Real y servida por un teniente cura. Un hospital sin renta y la ermi
ta de S. Sebastián completaban sus fundaciones piadosas.
Tenía este pueblo en su término gran número de anejos y caseríos, que
nos dan á conocer haber estado los Montes de Toledo mucho más nutridos
de población que al presente. Daremos cuenta de los más poblados é impor
tantes.
Los Cadocos hoy E l Cadozo.— Lindaba su término por E. con el de Por
zuna, del que dista 2 leguas, y por O. con el de Alcoba, á cuya iglesia era
aneja la de este pueblo. Dió principio esta aldea por una venta, que no pa
gaba alcabala y de cuyo privilegio gozaron sus primeros pobladores hasta
tanto que, les fué concedido el tener su justicia. Era la jurisdicción de ésta li
mitada y al tenor de las demás aldeas de Toledo. En el siglo XVI tenía solo
8 vecinos y al presente se halla reducida á una mala casa y chozo de pas
tores.
E l Rostro.— Sobre el 1 5 1 0 principió á poblarse esta aldea y 60 años
después solo tenía 1 o vecinos, aunque también con su ayuntamiento y acudía
á Arroba como cabecera de cuadrilla ó á Retuerta á las juntas. Su iglesia
de S. Juan era servida por el cura de Arroba, por ser filial de aquella parro
quia. Hoy cuenta con dos edificios, una casa de labor y la del guarda.
Casco.— Aldea también de Toledo en las mismas condiciones que las de
más de los Montes y con su iglesia de Sta. Quiteria, que servía el cura de
Alcoba.
L a Sanguijuela.— Con 1 2 vecinos, era anejo de Alcoba, pero sin justicia
n i iglesia.
C erro de D. R odrigo.— E l Tanal de los empedrados, nombre con el
que en este país se conoce uno de los caminos romanos, que unían á Mérida
con Toledo, y señalado por el Sr. Coello con el núm. 6, pasaba por este sitio,
donde aún se perciben restos de antigua población, dirigiéndose después á
Navaelrincón, para tomar por Torre de Abram y Puerto del Milagro á Toledo.
Alcolea, voz árabe que Conde traduce por Castillejo, debió á este pueblo
su origen, y fué en sus comienzos y en el largo período de su dominación
en La Mancha, uno de los muchos fuertes que levantó el musulmán en nues
tro suelo, para defensa de las tribus que en él se apostaron en sus porfiadas
é intestinas luchas primero, y después, para atalayar el campo cristiano y
preparar á sus enemigos sangrienta sorpresa. De su población en el tiempo
de la dominación árabe nos convencen las ruinas y despojos de fortifica
ción y casas halladas en sus alrededores y la B u la del papa Celestino III de
8 de Junio de i 192, que trae D. Diego de Castejón y Fonseca en su “ D e
fensorio de la Prim acía de T o le d o la cual se expidió para confirmar á su
iglesia en la posesión de los bienes de que ya gozaba: “ establecemos y de
cretamos, dice el documento Pontificio, que todas tus Parroquias con sus
límites y pertenencias se conserven íntegras y completas para tí, y para tus
sucesores. Creemos conveniente anotar aquí y por su nombre fijar las Igle
sias de su Diócesis..... Calatrava, Almoguera, A lcolea.„ (1)
Enseñoreándose otra vez los moros de este país como triste consecuencia
de la catástrofe de Alarcos, los pocos vecinos de Alcolea ó perecieron al
hierro musulmán ó huyeron á buscar amparo y abrigo en los vecinos montes,
ello es, que al recobrar otra vez las armas cristianas esta región en los años
1 2 1 3 y 1 21 4, no hallaron sino el fuerte musulmán, el cual conservaron tam
bién y guarnecieron para defensa de la tierra. La Orden fundó en él una
de sus encomiendas, á la que agregó después Benavente y Almadén, siendo
su renta 150.000 maravedís, según el estado formado en el Capítulo Gene
ral del año 1535. En este mismo Capítulo se dió cuenta de estarse constru
yendo sus Tercias por el maestro Alonso Martín, vecino de Almagro, al que
se le abonaron 68.000 maravedís por la obra ejecutada en el año anterior.
(1) D. L. de Salazar y Castro, pág. 51.
45
Guardando completo silencio respecto de este pueblo el B u larlo de la
Orden de Calatrava es difícil conjeturar con acierto el tiempo de su repoblación. Debemos pensar, que dio principio en el siglo XIV, y que coincidiendo
con esta fecha la despoblación del castillo de Herrera y de Calabazas, pode
mos presumir que acogió á sus vecinos, debiendo á esta causa el aumento
de su población. Si hemos de creer á los redactores de su Relación Topo
gráfica., fué hecho independiente por los Reyes Católicos, recibiendo, según
costumbre de aquel tiempo, el privilegio de i .a instancia, el que el Empera
dor Carlos I no respetó, por no conservar su concejo el diploma. Contaba
Alcolea en aquel tiempo con 184 vecinos, de los que 40 eran hidalgos; su
concejo se gobernaba por un alcalde para cada uno de los estados noble y
plebeyo, y dos regidores. El día de San Miguel elegía el pueblo ocho suje
tos hábiles para los mencionados cargos, los que presentaba al comendador,
y de los cuales éste designaba los que habían de ejercer aquel año.
Este curato y su parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción estaba servido
por un clérigo de S. Pedro, que nombraba el Arzobispo de Toledo, por ser
Alcolea de su diócesis y jurisdicción, según nos lo dice la mencionada B u la
de Celestino III; pero en el Capítulo General del año 1652 se decretó lo si
guiente: “El compulso de la villa de los Pozuelos que tiene quince vecinos, y
vale mil reales y está dos leguas de la villa de Alcolea, que se acepta en
propiedad, y es Beneficio corto, de ochenta vecinos, y que vale mil seis
cientos reales, se agregue á él, con que valdrá doscientos cincuenta duca
dos. „ (1) El Arzobispo de Toledo cedió sus derechos sobre la iglesia de A l
colea en favor de la Orden y aceptados por el Capítulo General formó desde
aquella fecha entre las rectorías ó parroquias del gobierno espiritual del
Campo de Calatrava. Con motivo de la terrible sequía que afligió á este país
el año 1540, votó el concejo ir todos los años en procesión al santuario de
Santa María de Alarcos el día de S. Gabriel, 18 de Marzo; dedicaban á la
Virgen misa y sermón, y tenían aquel día como festivo.
En el siglo XVI, existía en este pueblo un hospital con tres camas á car
go de la cofradía de S. Bartolomé, establecida en la ermita de este santo,
de antigüedad tan notable, que hacía fundadamente sospechar en aquel tiem
po haber sido la iglesia de los primitivos pobladores de Alcolea.
Del partido judicial de Piedrabuena, en 1857 contaba con 356 vecinos,
elevándose en 1887 á 439 y 1.577 habitantes, marcando estas cifras el cre
cimiento de su población en este tiempo.
H er r e r a .— Que se interpreta H errería , según el Sr. Simonet y F e rrera
en 1245 era villa poblada con anterioridad á esta fecha. Fuerte castillo en
tiempo de la reconquista, á su abrigo estableciéronse algunos pobladores,
abandonándole al poco tiempo. Encomienda de Calatrava, el comendador
(1)
Definiciones,
pág. 182.
46
tenía aquí su alcaide y los Capítulos Generales decretaron en ocasiones di
ferentes sumas para su restauración, en especial, cuando se dió orden de
apercibir todas las fortalezas contra los comuneros.
Pedro Villafranca MalagÓH.— Pintor y discípulo de Vicencio Carducho, se
dedicó á grabar con buril, haciéndose notable por su habilidad. En el año 1640 grabó
la portada del libro Vidas y hechos del gran Cofidestable de Portugal D . Ñuño A lvaro
P ereira, y por orden de Felipe IV hizo también notables trabajos en el Escorial.
Fr. Martín de Alcolea.— Cartujo del Paular, coordinó con acierto los 12 to
mos de Diana, aun viviendo éste, los cuales publicó con el siguiente título:
Antonium Dianam coordinatum, seu omnes ejus resolutiones morales ipsius verbis
a d propia loca et materias Jideliter dispositas ac distributas, ac in novem tom. digestas ..
Lión— 1667— fol. (i)
(1) H. Hurter.— Nomenc. Lit. t 1, p. 906-
m
Alcubillas, que el Sr. Simonet traduce por arca de agita, (i) voz pura¡ mente árabe, debió su nombre, ó á que sus primeros pobladores eran oriun
dos de la ribera del río Alcobilas de Granada, por la antigua costumbre de
los orientales de dar á sus tribus el nombre del suelo de donde procedían, é
imponerlo á su vez al que nuevamente poblaban, ó lo que es más probable,
de la canalización que dieron al Javalón, al objeto de regar su fértil vega,
í Sea de esto lo que quiera, ello es, que su nombre y población la debió al
I pueblo musulmán, sin que la perdiera, al pasar al dominio de las armas cris| tianas, y especialmente al de la Orden de Santiago por la liberalidad de su
I generoso y decidido protector Alfonso VIII; porque el Papa Honorio III, al
confirmar esta milicia y mencionar todas sus posesiones, dice: “Alcobelas con
sus pertenencias,, — 1224— . El concejo de Alcaráz reclama entre los demás
pueblos del Campo de Montiel á Alcobiella, pretensión que desechó San
Fernando, dejándole en poder de la Orden de Santiago, que le había arran
cado del poder musulmán y repoblado á su costa;— 1243— y Alcubillas es
I una de las iglesias en las que se concede al Arzobispo de Toledo el derecho
i de catedrático á más del tercio del diezmo— 1245— . (2)
Su escaso vecindario hizo que fuera considerada por la Orden como aldea
de Montiel, aunque tenía su concejo elegido en la forma de los demás pue
blos del Campo, término excesivamenta corto y reducido, pues sólo constaba
de una dehesa, y cura que pagaba la Mesa Maestral, por cobrar ésta sus
diezmos y alcabalas. En 1539 se emancipó de Montiel, constituyendo villa
de por sí, en virtud de provisión del Emperador Carlos I, y mediante el abo
no que hizo al Tesoro Real de 510.000 maravedís; en cuyo tiempo contaba
con 130 vecinos, incluyendo algunas familias moriscas, que se habían estable
cido en este pueblo. (3)
(1)
(2)
(8)
Glosario de voces ibéricas y latinas.
B u l. O. S. Jacob, pág. 81 - L27 -1 6 0 .
Relación Topog.
48
Alcubillas confina al N. con S. Carlos del Valle, E. Infantes, S. Cózar
y O. Torrenueva. Según el censo de 1877 tenía 183 vecinos y 7 1 2 habitantes
y en el de 1887 figura con 223 y 921 respectivamente. El capitán D. Miguel
Rosales, con fuerza del regimiento de Dragones de Granada, se abrió paso
en este pueblo por entre fuerzas muy superiores de franceses, que intentaban
envolverle— junio de 1809. (1)
Amenazando ruina el templo parroquial procedió el pueblo á su reedifi
cación, en cuya obra empleó desde el año 1571 al 1580, por los considera
bles gastos que reclamaba una obra de esta importancia y la escasa renta
del Ayuntamiento. Está dedicada á Santa María Magdalena y tiene la cate
goría de primer ascenso.
P. Ildefonso de la Madre de Dios.— Dice el B. Juan B. de la Concepción,
reformador de la O. Trinitaria, que no conoció otro tan humilde y sufrido. Fué tam
bién gran penitente y devotísimo del Smo. Sacramento, en cuya presencia pasaba las
moches enteras. (2)
(!)
(2)
G. Arteche.— Guerra de la Indep.—t. 6.°, pág. 236—
Obras.— Arbor Chron. 0 . S. l'rinit. pág. 6L —
DEL REY.
Aldea es voz árabe que Conde traduce por lugar pequeño, el cual fué
poblado por el tiempo en que el convento de Calatrava se trasladó á su nue
va residencia, pues en la Concordia del año i 245 el Arzobispo reclamaba á
la Orden su terzuelo de esta villa, siéndole concedido. Pagaba además á la
Orden 1.260 mrs. por el tributo de S. Miguel, y como villa de la Mesa
Maestral cobraba ésta los dos tercios del diezmo y la mitad del producto de
la yerba de sus montes, que vendía su concejo.
El sacro convento podía aprovechar y gozar con sus ganados de todos
los pastos de sus términos concejiles “pastando las yerbas, é bebiendo las
aguas, con sus ganados mayores é menores, é sacando las leñas de los dichos
términos para el servicio del dicho convento, según y como hasta agora lo
han fecho, y lo hacen, é pueden hacer los demás vecinos de la dicha villa.,,
Esta fué la sentencia que en 11 de Septiembre de 1613 dió el Consejo
de las Ordenes en virtud de la querella presentada por el convento, por ha
ber los vecinos de este pueblo echado de su término á cuchilladas á los ga
nados y á sus pastores. (1) El convento se edificó en su término, y para el
goce de sus dehesas y bienes comunales se consideraba como vecino, pero no
para sus cargas, por ser inmune y de la jurisdicción exclusiva del prior.
Irritante en demasía era este privilegio por los abusos á que daba lugar;
así es, que los vecinos de Aldea del Rey no podían avenirse con una situa
ción solo en el nombre independiente, porque en el fondo habían de vivir
supeditados al convento. Sus numerosos ganados absorbían sus pastos, sin
que los vecinos de este pueblo pudieran dar un paso por sus montes, ni ha
cer adelantar su granjeria. Sus criados por otra parte con la inmunidad de la
casa, á la que servían, cometían toda clase de atropellos y desafueros en las
cosas y personas de los vecinos de este concejo; tampoco les era dado el re-
( 1) B ull. O. de Calat. — -pkg. 407—
7
50
•clamar, porque luchaban, y sin defensa, contra todo el poder y autoridad de
la Orden; de aquí sobradamente justificados los actos de violencia ejecutados
con los pastores y caballeros de sierra del convento, y el que los alcaldes entra
ran por la fuerza en la Granja del Cobo á prender á delincuentes y sujetarlos
á su autoridad. Se siguió el pleito correspondiente, siendo reconocida la au
toridad de los alcaldes de Aldea del Rey por el gobernador de Almagro y
Consejo de las Ordenes, á donde el convento apeló, confirmando á dicha
Granja en su inmunidad eclesiástica; pero negándole la civil, que el conven
to igualmente pretendía.
Estos litigios necesariamente habían de traer tras de sí el empobreci
miento de su concejo, del mismo modo que la comunidad de pastos con el
convento la pobreza y ruina de sus vecinos; así es, que el vecindario de este
pueblo se disminuyó en una mitad en el siglo XVII, teniendo solos 1 20 veci
nos en 1652. Por cuya razón el Capítulo General de este año agregó su cu
rato al de La Calzada.
Felipe II le separó de la Mesa Maestral, agregándole á la dignidad de
Clavería, construyó ésta después su casa en las afueras, llamada palacio
del Norte, siendo su último poseedor D. Carlos Isidro de Borbón. Su justicia
era elegida en la forma común á todas las del Campo, siendo el clavero ó
su representante quien designaba á los que habían de ejercer los oficios de
justicia. Perteneció siempre al partido de Almagro, donde acudía á las juntas»
y cuyo alcalde mayor conocía en primera instancia de los negocios de sus
vecinos.
Su parroquia de S. Jorge es de primer ascenso, situada en las afueras del
pueblo y servida por cura y coadjutor. El visitador de la Orden D. Manuel
Verdes Montenegro nos decía en 1742, ser su techumbre de madera y de
bóveda la capilla mayor. A la derecha entrando se halla la capilla de Nuestra
Señora del Rosario con su retablo pequeño, nuevamente construido y su te
jado de pizarra deteriorado; el altar mayor á medio dorar con un cuadro de San
[orge en el centro; saliendo de la sacristía á la derecha el altar de Santa Ana
de fábrica antigua, y más adelante la capilla del Smo. Cristo del Consuelo
con su retablo nuevo construido por su hermandad (1). En el centro del pue
blo se halla la ermita de Ntra. Sra. del Valle, nombrada en la antigüedad
de Val de Padilla, donde Amaro Hernández fundó una capellanía en 1 51 8.
Es de mucha devoción y su fiesta principal se celebra el 8 de Septiembre.
E nfermería .— La Orden tenía en este pueblo su enfermería, y el Capítu
lo General de 1658 ordenó erigir un oratorio para el servicio de los enfer
mos. Oratorio y casa de labor gozaban de inmunidad eclesiástica ó sea del
derecho de asilo.
Situada esta villa en una llanura, es su terreno fértil, dedicado casi exclu-
(1)
Relación del Estado de las Ig. del Campo de Calat. —Arch. Hist. Na«.
51
sivamente á cereales y pastos, y cuenta con 868 vecinos y 3.077 habitantes.
Linda al N. con Valenzuela, E. Calzada, S. Convento de Calatrava la Nueva
y O. Argamasilla. Riegan su término el Javalón, Morales, Vuelta y Buenvecino.
D e h e sa d e l Y edgo .— Santa María del Yedgo y granja de labor que en la
Edad Media perteneció al convento de S. Pedro de Gumiel, la cual el abad
y monge cedieron al de Calatrava en 1401 , y que éste á su vez cambió par
te de la dehesa con terrenos del concejo de Aldea del Rey en 1437 con au
torización de su Maestre D. Luis Guzmán. Tenía su ermita con esta misma
advocación y manantiales de agua agria.
F u en te la H ig u er a .— Abundante manantial que sirve de lavadero, riega
linas 20 fanegas de tierra y mueve algunos molinos. En el cerro se advierte
una boca de mina, cuya explotación se concedió en 1684 á D. Juan Fer
nández Salinas.
O b r e r ía . — Al P. del sacro convento se extienden las sierras llamadas de
la Obrería, porque pertenecían á esta dignidad de la Orden, y al pie de ellas
tenía sus casas.
F u en t e e l C obo .— Del castillo sobre el que se edificó Calatrava tomó su
nombre esta fuente, y junto á ella se edificaron casas destinadas para granja
de labor y habitación de los criados del convento. En 1591 se dió por el
Consejo licencia para edificar una capilla, donde aquéllos cumplieran sus de
beres religiosos.
Fr. Joaquín de la Jara y Carretero.—Ingresó en el convento de Agustinos
Descalzos de Almagro, tomando en su profesión el nombre de S. Teresa, fué ecóno
mo de Sta. María del Prado de Ciudad-Real y murió en Almagro el 6 de Agosto de
1880, á los 71 años de edad. Escribió:
1.
— H istoria de la imagen de Nuestra Señora del Prado , fundadora y Patrona de
Ciudad-Real, en la que se resumen como pertenecientes á ella , sucesos muy notables de la
General de España, y particularmente de la dicha capital y su provincia .—Ciudad-Real
— 1880—4.0 505 pág.
2.
— Notas á la H istoria de Ciudad-Real por Almenara.— Se publicó en el folletín
de La A talaya — 1870 al 7 1 *
3.— Almagro y N tra. Sra. de las Nieves—Composición poética.— La Voz de Alma
g ro — 1887.
4.
— La Santa Imagen de N tra. Sra. del Prado de Ciudad-Real en Aragón y en los
palacios y campamentos reales .—Poesías, Revista Católica de Civdad-Real—1880.
CALATRAYA LA NUEYA.
Asombro y casi pavor infunden aún hoy día al viajero las imponentes
ruinas del Sacro Convento. Los fuertes muros suspendidos sobre el penoso y
estrecho sendero que serpea en derredor de la montaña, incrustados en la
áspera roca, y con ella confundidos por un mismo color y dureza, y las altas
torres coronadas de almenas, que en triple cerca ciñen el recinto, donde se
alzan majestuosos y arrogantes los restos de la soberbia iglesia, del convento
de los religiosos y del fuerte y altivo castillo, dan a Calatrava tal aspecto de
severidad y grandeza, que la fantástica imaginación al verla, cree presenciar
los rudos combates, oir los furibundos golpes de las máquinas de guerra, y
le parece ver á los fuertes caballeros, que con agilidad de gamos y esfuerzo
de leones rechazan al enemigo común que venía á turbar la paz de aquella
majestuosa soledad. Bien es verdad, que lanzados los sarracenos al otro lado
de Sierra Morena, y arrollados por el irresistible empuje de las armas cris
tianas al centro de las comarcas andaluzas, lejos de La Mancha, en son de
guerra no llegaron al pié de los sólidos muros de esta fortaleza, la que no
presenció otras luchas que las nacidas de los cismas de los caballeros, al dis
putarse el maestrazgo, primera dignidad de la Orden. Así, al traer á la me
moria su pasada historia, ocurre el preguntar, si tan robusta fortaleza fué
levantada para imponer respeto y atajar el paso de Castilla al musulmán, ó
para afianzar la poderosa Orden sus grandes posesiones y conquistas, aca
llando los celos de los que no sin temor veían su pujanza siempre creciente
y la influencia y autoridad de que gozaban sus Maestres.
Sobre la cumbre del cerro en que Calatrava se había de alzar arrogante
y poderosa, existía antiguo y fuerte castillo llamado del Cobo, el cual según
Zapater debió su nombre á su forma cónica ó redonda, por ser Cobo corrup
to de cubo, (i) lo que Rades tiene por falso, “porque este castillo, dice, no
se nombra en ninguna de las Bulas y documentos de la Orden„; pero si tal
principio sentáramos, rarísimos serían en verdad de los que en La Mancha
podíamos dar razón, por mencionarnos el Bularlo una muy pequeña parte
de ellos.
»
Sin perder de vista á Calatrava tenemos al N. de esta fortaleza el de Castilviejo y al O. la Atalaya, cuyos cimientos aún se perciben, por lo que de
su existencia no cabe dudar. ¿Quién puede numerar los fuertes y castillos
por doquier levantados, para atalayar al enemigo, cuando venía en atrevida
correría á sorprender á nuestros pobladores, y refugio y abrigo cuando el
número de musulmanes hacía imposible el combate en campo raso y descu(1)
Cister M ilitante—pág.
185.
53
bierto? De muchos aún existen restos, y de todos vive fresco el nombre
en la memoria de los labradores que cultivan aquellos campos; y con tales
pruebas, ¿habíamos de negar su existencia por la sola razón de que las B ulas
y documentos de la Orden de ellos no dan noticia? Este castillo del Cobo
como los demás mencionados, que servían de avanzadas á Salvatierra y ce
rraban el paso de Sierra Morena, pudieron ser construidos por los árabes como
complemento de las defensas de éste, ó por los caballeros durante su estan
cia en Salvatierra, para alejar todo peligro de una sorpresa, como la que
ellos llevaron á cabo con singular valor y maestría, para hacer suya esta
plaza.
No consta la fecha en la que la Orden determinó levantar esta fortaleza,
pero puede conjeturarse haber dado comienzo su fábrica en los años que la
Orden habitó el frontero castillo de Salvatierra, últimos del siglo XII y pri
meros del XIII. Hábil y entendido guerrero D. Martín Martínez comprendió la
importancia estratégica de este fuerte, llave de La Mancha y vigía de Sierra
Morena; así es, que amplió las fortificaciones de Salvatierra y trasladó á su
recinto el convento; pero situado en la falda de la sierra era dominado por
las crestas vecinas, y los fuertes en ellas guarnecidos hacían más penosa su de
fensa; tampoco su suelo permitía dar la extensión necesaria á la fortaleza, para
que sirviera de casa principal de la Orden, dando esto lugar á que el vecino
cerro, separado de la cordillera por valle profundo, y dominando dilatada
comarca, fuera escogido por la Orden para edificar en su cumbre amplia
fortaleza, que le sirviera de abrigo y defensa. La proximidad de Salvatierra
favoreció grandemente su edificación, que debió ser lenta y costosa, ya por
el arrastre del inmenso material allí empleado, ya por la labor larga y pe
nosa de abrir á pico la dura peña, para construir sus numerosas habitaciones.
La pérdida de Salvatierra hizo suspender forzosamente las obras de la
nueva fortaleza; más recobrada en el año 1 2 1 3 se emprendieron con tal vi
gor, que cuatro años después el Maestre D. Martín Pérez de Quintana tras
ladó el convento y casa principal de la Orden desde Calatrava la Vieja. Pu
siéronle también por gratitud á esta fortaleza aquel tan glorioso nombre de
Calatrava, pero sus Maestres, dignatarios y caballeros ambicionaban ya algo
más que los laureles del vencedor y el botín de la victoria. La severidad de
aquella casa y la austeridad que necesariamente imponía, se compadecían
mal con la ostentación y placeres, con que les brindaban sus inmensas rique
zas, y de ahí el que su residencia aquí fuera por poco tiempo, pues á últimos
del siglo XIII vemos residir en Almagro á sus Maestres, reservando á Cala
trava la Nueva para el convento, retiro de caballeros y religiosos ancianos.
Al O. de la fortaleza y frente á Salvatierra se toma el camino que
mandó empedrar Felipe II en 1560; no sin fatiga se sube la empinada cues
ta, que da vuelta á toda la muralla exterior hasta dar frente al punto de par
tida. Al ingresar en la fortaleza, la devastación más completa reemplaza á la
robustez belicosa que presenta su aspecto exterior; torreones aislados, pare-
—
54
dones vestidos de musgo, bóvedas oscuras y sombrías, blanquecinos restos
de fábricas más recientes, la torre del homenaje aún irguiendo su alta frente*
mientras la grandiosa iglesia se va rindiendo a tanta soledad y tristeza; todo
está envuelto en una común ruina y un laberinto confuso, que no permiten
adivinar el plan y distribución de tan vasto edificio. El ojo más experto bus
ca allí en vano el convento, la sala del Capítulo, donde se hacía la elección
de Maestre ó ratificaba, el claustro, hospedería, el cementerio, la capilla de
Santa María de los Mártires, donde estaban depositadas las cenizas de los
Maestres, nada existe, todo está envuelto en escombros, así es, que estaría
mos en la más completa ignorancia acerca de este histórico monumento, si
un feliz descubrimiento no hubiera venido á revelarnos todas las magnificen
cias que atesoraba en su seno.
En la Biblioteca de la Academia de la Historia existe la Descripción d el
Sacro Convento y Castillo de Calatrava la Nueva, (i) tratado minucioso y
prolijo que nos da cabal idea de tan soberbio edificio. Seguiremos á tan au
torizada relación cuanto importe para darla a conocer, ya que el trascribirla
íntegra, como merecía, no nos sea posible, por no aumentar el volumen ya
demasiado crecido de este trabajo.
E ntrada .— Llega el camino empedrado á una puerta compuesta de cua
tro arcos y su bóveda, malamente tenida por la Puerta de Hierro, que estaba
después de la portería, y daba ingreso al convento. Era esta la puerta de
un recinto exterior formado por una contramuralla á veinte pasos de la prin
cipal, corría por todo el lienzo de O. hasta tocar en el del N., y se conocía
haber tenido foso para su mayor defensa. De aquí llegábase á la Puerta
de los Arcos, así llamada por tres que sobre ella existen en forma de tro
neras, y de ésta se llega á la Puerta de Hierro, que es la principal y término
de la clausura; era costumbre quitar antes de entrar por ella las armas á cual
quier persona que las llevase, no siendo caballero profeso de esta Orden. (2)
Seguía á ésta la portería, cuyas dos puertas no se habrían sino al prior, al
subprior en sede vacante ó á los visitadores cuando llegaban á ejercer su ofi
cio; un pequeño patio sin dependencias de importancia y una escalinata de
diez gradas daba entrada al del Parlatorio, patio igualmente del convento,
el que tomó su nombre de dos piezas que en él había, en las que se reunían
á ciertas horas los conventuales en honesta recreación. Con asientos de yeso
á todo su alrededor la una, y con chimenea la otra para los dias crudos de
invierno.
C laustro . — De este patio se salía al claustro, que es hoy la explanada que
se encuentra al salir por la puerta del M. de la iglesia; de arcos ) oovedas
(1) M. S. Colección Solazar.— Y .— Al.— L a Biog. Ecctca. Comp.—la atribuye al Obispo Mascareñas, ilustre Cronista de la O. cuya historia insertó por prólogo en las Definie,onts de 1652.
(2) Definiciones de 1600—Cap. 46—Que á los comendadores y caballeros no sean tomadas
las armas á la entrada del convento.
55
—
de ladrillo con labores de yeso, y á trechos grabadas en piedra las armas de
D. García López de Padilla, XXIX Maestre de la Orden. Al P. estaba la torre
con sus campanas y reloj, (i) y aunque esbelta y crecida era dominada por
el castillo; y la boca del algibe principal, el que por encañado de plomo re
cibía las aguas de la iglesia, claustro y convento, llenando con exceso las
necesidades todas de la casa. A su parte de O. y apoyándose ya en la mu
ralla, estaba la sala del capítulo, sobre la que aún descuella la espadaña que
sostenía la campana de la vela, la que tenía dos órdenes de asientos primo
rosamente labrados, artesonado dorado de antigua y extraordinaria labor y
el pavimento de azulejos; en su cornisa campeaban los escudos de los Padi
llas, en plata, oro y azul. En la nave del M. estaba la cocina, de bóveda para
evitar un incendio, ancha y espaciosa; á continuación despensa, la panadería
¡y habitaciones para los sirvientes. Había también en esta galería una puerta
que comunicaba con el castillo y era paso también á la parte del P. de la for
taleza, que se conocía con el nombre de Villavieja; la puerta además del re
fectorio, sobre la que descollaban las armas de Felipe II, tenía éste sesenta
Ipasos de largo y en proporción su ancho y altura, su techumbre era artesoi nada con algunas molduras doradas, y á lo largo de la cornisa, en pequeñas
!tarjetas pintados los escudos de los Reyes Católicos. Seis ventanas, con cris
tales de colores, daban luz á este grandioso aposento; en su frente levantá
banse sobre dos gradas dos mesas destinadas para el prior y subprior ordina
riamente, sin que en ellas pudieran comer á más otras personas de la Orden
sino el Maestre, comendador mayor y dignidades; seguían otras seis mesas
en banda, las dos primeras para los caballeros profesos y conventuales an
cianos, y en las restantes tomaban asiento los caballeros no profesos y los
conventuales, que no llevaban aún seis años de hábito. En las gradas que da
ban acceso á las mesas de los superiores se colocaban los caballeros ó reli
giosos penitenciados por alguna falta á comer pan y agua. Un aguamanil
de piedra abundantemente surtido y el pùlpito para el lector completaban
esta suntuosa fábrica, obra de los Reyes Católicos.
Por la parte alta del claustro corría amplia y extensa galería, la que da
ba entrada á dos grandes salas de fábrica antigua, que servían de biblioteca,
“en la que en estantes y caxones ay muchos de los juristas, los padres de la
iglesia, theologos y escripturarios y algunos expositores no modernos. En
medio del claustro ay una oliva solamente, símbolo de las victorias de esta
gran cassa, sino geroglifico de la paz, de que tanto se precian los hijos della.,
D ormitorio .— Tenía su principal entrada por el mencionado patio del
parlatorio y era un gran cuerpo de edificio, el que no parecía haber sido es
te su primer destino; tenía la techumbre de madera, pintadas sus vigas y en
sus remates el blasón de D. Gonzalo Núñez de Guzmán, el que parece ser le
(1) Se puso éste por decreto del Capítulo General de 1535.
56
constiuyó. Dentro de esta gran pieza había veinte aposentos, diez ei alto
con la habitación del subprior y diez en bajo con los aposentos de la digni
dad prioral; caían todos sobre el muro de Oriente, en el que tenían sus ven
tanas y la celda prioral balcón.
Tanto la hospedería alta como la baja tenían su entrada por el dormito
rio; componían éstas algunas habitaciones, adornadas con lujo y ostertación
unas, otras con severa sencillez según la calidad de las personas, que se ha
bían de alojar en ellas. Cerrándose las puertas del dormitorio al anodiecer,
les era preciso encerrarse á los huéspedes en sus habitaciones á esta misma
hora, lo que hacía allí la vida incómoda y molesta. Felipe II, que la habitó en
la Semana Santa del año 1560, evitó este gravísimo inconveniente ccn sólo
la construcción de una escalera, que las ponía en comunicación con el patio
del parlatorio, y de allí con toda la fortaleza; pero ésta se tenía siempre ce
rrada, “ p °rclue Por e ^a entró la Magestad de Felipe II, para escusarse de
llegar á la portería, y haber de pasar todo el dormitorio para entrar en la
Hospedería. „ (1)
De la hospedería baja se pasaba al corredor de los caballeros, asentado
sobre arcos de ladrillo y orientado al M.; sin permiso del superior no po
dían pasar á él sino los religiosos ancianos, y los modernos en el verano,
pero por solas dos horas. Debajo del dormitorio, hospedería y corredor de
los caballeros había grandes bóvedas en dirección á la Puerta de los Arcos,
de las que aún existen algunas, y que en aquel tiempo servían de trojes, des
pensas, depósito de leña, cuadras y para otros usos. Continuando la muralla
en dirección al N. y á continuación de la sala del capítulo se hallaba el pa
lomar y debajo de él el pozo de la nieve. Entre éste y la iglesia existían úl
timamente unas habitaciones destechadas habilitadas para juego de pelota.
C astillo .— Tenía éste la iglesia al N., á O. el claustro y por M. y P. una
gran porción de terreno sumamente accidentado, al que llamaban Villavieja.
Fundado sobre la roca se elevan sus murallas á prodigiosa altura, estando co
coronado de dos plazas de armas, que dominan ancho y dilatado campo.
Cercábale fuerte muralla, y gruesa puerta de hierro defendía su entrada;
altas y espaciosas bóvedas de ladrillo constituían sus habitaciones, las que se
comunicaban entre sí por una escalera de caracol. En una de éstas se custo
diaba el archivo, el que constaba de ochenta cajones, y por materias distintas
estaban clasificados los privilegios y papeles de importancia de la Orden; te
nían aquéllos sus llaves, que custodiaban el Maestre y Real Consejo, y de tal
manera estaba dispuesto y ordenado, que era fácil hallar cuanto se buscaba
y á la Orden interesaba el conocer. (2) Tenía también el castillo capilla, un
(1) Si algún huespéd fuere al convento mayor de nuestra Orden le sea dada ración por
tres dias, según su calidad.—Definie.—1600—pág. 258—
(2) Las Definie, de 16C0, tit. 2, cap. 41 y 42 dispuso que las llaves se habían de custodiar
por las 4 dignid. de la O. é insertan al final la Tabla de las Escrituras, que igualmente copió
Salazar y Castro en su Indice.
57
algibe que recogía todas sus aguas; su fábrica más antigua parecía ser el lado
del N., pues en la parte del M. adornaban interiormente sus ventanas el escu
do de los Jirones, lo que indica haberse construido en su tiempo. Estaba el
castillo á cargo de un alcaide, que residía en él con su servidumbre, el que
nombraba el Maestre de los seis comendadores que eran obligados á residir
en la fortaleza. Frente al castillo había una puerta en la muralla, la que co
municaba con el camino de Calatrava y con otro que descendía por la pen
diente del cerro en dirección al sitio que ocupó la antigua población de
Salvatierra, y en el lienzo N. de la muralla dos postigos, pero una y otros
se hallaban tapiados, sin que el convento tuviera más entrada que la Puerta
de los Arcos y la de Hierro.
Iglesia.— Al N. del castillo estaba la iglesia, teniendo ésta al O. y M.
al convento; fabricada del mismo pedernal, armada también para la lucha
cual convenía á un templo de una religión militar, es la única entre todas
las dependencias de Calatrava la Nueva, que conserva sus formas y nos da
; idea acabada de su grandeza. La fachada principal presenta cuatro botareles redondos en forma de cubos, de los que dos corresponden á las esqui
nas. Entre los dos centrales se abre la puerta principal formada de un arco
algún tanto apuntado, sobre el que se adelantan otros dos y un tercero ador
nado por unos ligeros lóbulos; toda ella está labrada con un conglomerado
rojo natural cuyo origen no se conoce. Sobre la puerta, llenando todo el es
pacio vano entre los dos botareles, hay un enorme rosetón de doce lóbulos.
Sus vanos se hallaban cubiertos con cristales de colores, en los que estaban
representados los misterios de la Virgen María, colocándose esta vidriera en
15 de Febrero de 1 541 , según lo acreditaba las armas del Emperador y la
inscripción correspondiente. De este hermoso adorno tomó su nombre esta
puerta principal, conociéndose por Puerta de la E strella. Sobre la clarabo
ya se eleva un frontón liso, coronado de almenas.
L a fachada principal luce como adorno entre los cubos de sus esquinas y
los del centro sendas ventanas de un solo arco, que por la parte de afuera
están formadas por uno de piedra algo apuntado, circunscrito en otro lobula
do de ladrillos rojos y blancos. Este elemento del dovelaje alternado rojo y
blanco parece indicar que los constructores conocían las obras árabes tole
danas, sino es que también, la maravillosa mezquita de Córdoba. De este
carácter mudejar participa también la portada que unía á la iglesia con la
clausura, á la que se subía por una escalinata de doce gradas en forma de
semicírculo.
El recinto sagrado consta de tres naves sostenidas por machones románi
cos, á los que se ajustan medias columnas, una en cada una de sus cuatro
caras. Las bases y capiteles están sin adorno, cual convenía á la austeridad de
la Orden. Los nervios de las bóvedas forman una cruz y son rectangulares y
sin adornos. La capilla mayor ó ábside de la nave central es medio decaedro
con arcos y nervios, que vienen á morir en el arco toral. Tenía ocho venta8
58
ñas adornadas de arcos lobulados de ladrillo, y las cuatro más cercanas al
arco toral daban á los ábsides laterales, y sus intradós estaban pintados simu
lando alicatados de labores geométricas, viéndose aún la pintura de alguna
tan completa como sino hubiera sufrido ni abandono ni ruina de ninguna
clase. Un retablo cuadrangular, probablemente de batea, embellecía la ca
pilla mayor, aislado completamente de las paredes, dorado sobre campo azul
repartido en cinco tableros y cubierto á manera de dosel por una inmensa
corona imperial. Ocupaba su centro una buena escultura de la Virgen, cuatro
tablas pintadas que representaban á S. Benito y S. Bernardo de un lado, á
S. Gregorio y S. Miguel de otro, y flanqueando esta decoración ocho esciilturitas de los apóstoles. En todo el retablo aparecían repetidas las armas
del Maestre D. García López de Padilla, lo cual parece indicar que se cons
truyó entre los años 1482 á 1487, que fué el tiempo del Gobierno del últi
mo Maestre de Calatrava. A l lado del evangelio se hallaba el sepulcro del
infante D. Alfonso, hermano de Isabel la Católica, con la inscripción de que
nos da cuenta Rades, (1) y tres sillas. A su frente una alacena destinada á
guardar el servicio de altar, todo de plata y de esmerada labor, y sobre ella
el sepulcro de la duquesa de Veragua, mandado quitar en 1633. Seguían los
asientos del preste y diáconos y otras tres sillas en harmonía con las del otro
lado, las que eran ocupadas por las personas de alta posición y gerarquía
que asistían á los divinos oficios. Lucía ante el Santísimo rica y artística lám
para de plata, donación de D. Gonzalo Fernández de Córdova en 1545.
En medio de la nave central estaba el coro con sillería alta y baja de abun
dante labor y pintura. Era el número de sillas á uno y otro lado el de 78,
seis en el centro y en medio una pequeña puerta de hierro por la que entra
ban el prior y subprior. Ocupaba éste la primera silla central de la izquierda
y aquél la de la derecha; las restantes para las dignidades de la Orden, los
religiosos, dejando dos sillas de respeto á cada lado, se sentaban por orden
de antigüedad ó ancianía. Un corredor coronaba el coro, en el que estaba
colocado el órgano á la parte del evangelio; era todo el coro abierto y las
rejas cerraban los dos arcos del crucero, para impedir la estancia de los fieles
entre éste y la capilla mayor. Una inscripción hacía constar deberse su fábri
ca á D. Diego García de Castrillo.— 1492 (2)
El ábside de la nave del lado de la epístola formaba una capilla llamada
de D. Gonzalo Núñez de Guzmán, por estar enterrado en ella este Maestre.
No tenía retablo, sino en su centro una ventana con su vidriera de colores,
bóvedas y muros pintados cuyo asunto, por lo borroso, no era fácil distin
guir, y se cerraba con puertas de madera. Entre esta capilla y la puerta del
claustro existe un arco en la pared con muy buenas molduras de yeso, el
cual los religiosos decían ser del célebre Maestre D. Enrique de Villena; pe(1) Chroñica— fol. 42 —
(2) Ramírez de Arellauo .— Paseo Artístico .
59
ro de éste dice el reputado cronista Rades, que murió en Madrid y su ca
dáver fué depositado en San Francisco. El ábside ó testero de la nave del
evangelio se eleva sobre dos gradas y forma la capilla de D. Pedro Jirón,
cerrada con una gran balaustrada de hierro. Tampoco tenía esta capilla re
tablo, pero sí una imagen de Nuestra Señora, sentada y con el niño; hermo
seándola seis columnas de mármol negro con adornos de encajes de alabastro
en sus vasas y capiteles; la bóveda, también de mármol, toda ella estaba
sembrada de ángeles de medio relieve, escudos, lazos y labores, y en el cen
tro de esta capilla un notable sepulcro de esta poderosa familia.
Adornaban la iglesia por su banda austral una serie de capillas, que le
prestaban magnificencia y desahogo. Era la primera é inmediata á la ante
riormente descripta de los Jirones, la del comendador mayor D. Gutierre de
Padilla, llamada también la grande, dedicada al Descendimiento de Nuestro
Señor. Era la más capaz de todas ellas, por lo que se daban aquí los hábitos
á los religiosos, y su construcción del estilo ojival, luciendo en su florido te
cho lazos, florones y los blasones del fundador, todos dorados. El retablo,
compuesto de varios cuerpos y con muy buenas pinturas, era dorado en cam
po blanco, su pavimento de azulejos, y reja dorada coronada con las armas de
los Padillas la separaba de la iglesia. A ésta seguía la sacristía con artística
portada de yeso, ancha y capaz para su objeto. Su techumbre de madera
con primorosos remates y labores sus vigas, y á los lados los cajones que
guardaban ropas de mucho precio; en su frente tenía una puerta que daba
entrada al relicario, pieza más reducida que la sacristía, artesonada, con en
cajes y molduras muy vistosas. Custodiábanse aquí las alhajas de plata y oro,
que eran muchas y de gran precio, y últimamente el tesoro de la Orden.
Creó este tesoro D. Gutierre Padilla, aprobando sus estatutos el Papa ju
lio III, y á él habían de ir la cuarta parte de las rentas de la Mesa Maestral,
tercera de encomiendas y prioratos y primer año de su vacante, hasta reunir
5.500 ducados, los que se habían de emplear en defender los derechos y pri
vilegios de la Orden, los que pasaran de esta suma en redimir cautivos. (1)
El relicario estaba formado á manera de retablo, sobre un altar, con catorce
nichos ó cajones en los cuales se guardaban las reliquias; para más seguridad
cerrábanle dos puertas de gran mérito artístico. Tenía éste de rentas asigna
das para su custodia y conservación 20 ducados, que pagaban los caballeros
por tomar el hábito fuera del convento, reuniendo de 250 á 300 al año por
este concepto. (2)
A continuación de la sacristía seguía la capilla dorada, así dicha por es
tarlo toda ella, reja, arco de entrada y bóveda. En sus tímpanos lucían her
mosas pinturas de personajes del Antiguo y Nuevo Testamento, en los rema
tes y centros de las aristas los escudos dorados de los Padillas y en las pareL-------------------
(1) Indice y extracto del archivo del S. Convento.—C. Salazar.—I. 36—f.° 21.
(2) Definiciones de 1748.
60
des grandes letreros, también dorados, que eran una profesión de fé de su
fundador y de su devoción á la Santísima Virgen María y á otros santos, sus
protectores. Estaba el altar sobre una grada, teniendo por frontal una piedra
negra con labores de oro y cenefa de mármol rojo, el retablo era de dos ór
denes, con excelentes pinturas de San Benito, San Bernardo, San Francisco
y misterios de la Virgen, y las armas de Castilla, León y Granada por re
mate. Delante de la grada el sepulcro de D. García de Padilla, el cual la
dotó de gracias espirituales en abundancia y 200 ducados de renta anual.
Tenía el pavimento de mármol blanco y negro en figura de juego de ajedréz. Fundó la última capilla el comendador mayor D. Dionisio García de
Castrillo, la que tenía su altar en el lienzo de la derecha, y en él una imagen
de Jesús atado á la columna, de gran devoción. En medio de ia capilla el
sepulcro con estátua yacente de D. Ramiro Núñez de Guzmán, de madera; y
al lado izquierdo el de D. Diego García de Castrillo, de muy parecida cons
trucción, y debajo existía una bóveda para entierros. En esta capilla y al la
do de su altar estaba colocado el Estandarte de la Orden, de damasco blanco,
á la una parte la Imagen de nuestra Señora, y de la otra la Cruz colorada
con travas negras. (1)
C ampo de los M ártires . — A la salida de la Puerta de la Estrella había
un pórtico ó tránsito sobre cuatro arcos de ladrillo levantado, y en él la bo
ca de un algibe, una puerta que daba á la muralla del recinto interior, que
separaba Villavieja del castillo y convento, y subiendo seis gradas se encon
traban dos puertas, una por donde los del castillo venían á la iglesia y la
otra del claustro de los Mártires, ambas de hierro. Esta última tenía su por
tada de piedra, de buen gusto y sobre ella una imagen con las ietras S IC C E R ,
que en todo tiempo fué entre los moradores de la fortaleza objeto de contro
versia su interpretación.
Constaba el claustro de los Mártires de tres lienzos formados de arcos de
ladrillo, en el de Oriente, junto á las peñas sobre las que estaba cimentado
el castillo, se hallaba la capilla de los Mártires, cuya puerta miraba al Poniente.
Mandó construir su verja D. Francisco de Zúñiga, comendador de Mestanza,
consistía aquélla en una bóveda lisa sin labores ni adornos; su retablo lo
formaban algunos lienzos y en el centro la ornacina ó nicho donde estaba
Nuestra Señora, ante la que ardía continuamente una lámpara de plata; el
suelo y poyos de alrededor estaban vestidos de azulejos. Al lado del evange
lio había una puerta que correspondía á una cámara, que servía de sacristía,
y en su entrada se hallahan las tumbas de los seis primeros Maestres, que fue
ron trasladados desde Calatrava.
A la entrada de este claustro había una pequeña capilla dedicada tam
bién á Nuestra Señora, que fundó D. Francisco de Bobadilla, en medio de
él sobre cuatro gradas un humilladero, obra de D. Alfonso de Silva, y por
(1) Definiciones de 1600—p. 237—
61
—
todo el dicho claustro muchos sepulcros ó enterramientos de priores, rectores
y caballeros, que allí se inhumaban, por gozar de las indulgencias que le con
cedió el papa León X á instancias de D. Diego de Cabrera, (i)
Residían en el convento el prior, cuarta dignidad de la Orden, “á quien
pertenece la general cura espiritual de las personas della, y por esto ha de
ser sacerdote. El prior por Apostólica concesión puede decir misa de pontifi
cal en el convento é iglesias de la Orden y dar la bendición al pueblo des
pués de misa y del oficio divino, dar órdenes menores á los freires, bendecir
ornamentos y cálices y reconciliar las iglesias violadas. (2) El sacristán ma
yor, cuyo oficio era tener cuenta con las reliquias, cálices, alhajas y ornamen
tos para el culto divino, por lo que se daba á freires clérigos; el obrero, sex
ta dignidad, que había de ejecutar las obras en el convento aunque los gas
tos corrían á cargo del Maestre. (3) Seis comendadores y por lo menos trein
ta religiosos profesos. El Gobierno interior de la casa se hallaba á cargo de
los oficiales, religiosos elegidos por el prior para los oficios de pitancero ó
administrador de los caudales del convento, el cual había de recibir con los
14.000 mrs., que el clavero era obligado á dar todos los años, las demás ren
tas, legados, donaciones, etc. de que gozaba; el mayordomo cobraba las ren
tas en especie, habiendo de vender lo sobrante y adquirir los artículos de
consumo que la casa necesitara; el despensero recibía del mayordomo todo
lo necesario para el gasto del convento, teniendo el encargo de su distribu
ción según la regla y costumbres de la casa sancionadas por el tiempo; el en
fermero y hospedero destinado como su nombre indica al cuidado de tan
esenciales dependencias del convento y el subsacristán á cuya vigilancia es
taba confiado todo el servicio de altar con las demás obligaciones de la dig
nidad de sacristán, por no ser éste obligado á residir dentro de clausura. Los
dichos oficiales, que administraban fondos, habían de dar cumplida cuenta de
su gestión, y todos eran obligados á cumplir sus obligaciones con sujeción á
las Ordenanzas hechas para el buen gobierno espiritual y temporal del Sa
cro Convento de Calatrava por el comendador mayor D. Gutierre de Padilla
fechadas en Almagro á 10 de febrero de 1507, aprobadas por el Capítulo
General de 1600 y mandadas insertar en sus Definiciones.
Además de las subvenciones que recibía el Convento de las encomiendas,
de los muchos legados de religiosos, caballeros y familiares de la Orden pa
ra fundación de cargas piadosas y de las dehesas debidas igualmente á gene
rosos donantes, los Reyes concedieron á sus ganados el libre pastoreo, el 5.0
de los abintestatos del Campo de Calatrava y cuantiosos juros sobre las al-
(1) Hasta aquí está tomado de la Descripción cit. Debiendo también hacer constar, que por
R. 0. de l.° de Mayo de 1854 fué declarado Monumento histórico este hoy ruinoso convento.
(2) Las Definiciones de 1468 establecen que el Prior reciba el doblado, esto es, la porción
de dos freiles..
(8) El sacristán mayor daba al convento 200 duc. de pensión para proveer á las necesida
des del culto y el Rey 2.000 duc. también anuales para su conservación. Dcfinic.—1600—1748.
62
cabalas del Campo y de Villarreal. Así pudieron levantar la suntuosa fábrica
cuyas ruinas verdaderamente asombran, y acrecentar sus rentas y posesiones
con adquisiciones por compra en Aldea del R ey y Ciudad-Real, según nos
dan cuenta el gran número de escrituras que atesoraba su archivo.
Para la educación y enseñanza de novicios y religiosos había en el con
vento desde su fundación un maestro de Gramática y otro de Moral ó casos
de conciencia; después se puso un lector ó catedrático de S. Teología con
7.000 mrs. de renta anual, excusado además de asistir al coro y de todos los
cargos que fueran incompatibles con su ocupación; en el Capítulo General de
1 5 3 5 se estableció una cátedra para explicar al Maestro de las Sentencias, y
en el de 1 600 se ordena la celebración de dos actos públicos cada mes acer
ca de las materias que estudiaran y por el orden que estableciera el profe
sor. En la asamblea de 1 652 dióse á los estudios nueva organización; se con
fió la cátedra de Gramática á un seglar, se estableció la enseñanza de Artes
ó Filosofía, ampliándose la de Moral con actos públicos bajo la presidencia
del prelado. Cursadas estas asignaturas, los más aprovechados alumnos pasa
ban á los colegios del Rosario, en Almagro, y de Calatrava en Salamanca:
alábase en los Capítulos Generales los beneficios obtenidos del primero, así
como hacen constar las vivas y continuas reclamaciones que hacían los visi
tadores, tanto para que se cubriesen las ocho plazas señaladas al segundo, lo
que rara vez sucedía, porque sus rentas se aplicaban mal y á usos bien distin
tos, como por la indisciplina de los colegiales y su notoria desaplicación.
La Orden al principio servía la cura de almas de los pueblos de su terri
torio por presbíteros seculares adm oviles ad mutuúm M agistri; pero después
de la Bula de Julio II de i.° de Abril de 1 508 quedó sometida al S. Conven
to, el cual la servía por sus religiosos, y como no recibían la colación canó
nica de los ordinarios se llamaban rectores, movibles igualmente á voluntad
del Maestre. Viéndose después que en algunos beneficios no se podían sus
tentar decorosamente los religiosos, Clemente VII— 15 2 4 — autorizó al citado
Convento para elegir curas seculares. E l Prior, teniendo en cuenta las circuns
tancias de idoneidad y ancianía, hacía la presentación al Maestse de los reli
giosos para los curatos.
L a incorporación del Maestrazgo á la Corona no alteró este derecho;
pues aunque el Consejo quiso establecer en 1 660 el concurso decretado por
el Conc. de Trento, reclamaron los priores y no se hizo alteración. E l R ey
en 1 7 1 5 , movido igualmente por el lastimoso estado de las parroquias, decre
tó también el concurso, dando en igualdad de circunstancias la preferencia
á los religiosos; pero igualmente se estorbó su ejecución, hasta tanto que,
Benedicto X IV por su Breve de 30 de Septiembre de 1 748, ordenó la cele
bración del concurso, prohibiendo la provisión de curatos fuera de él. El
Consejo organizó después su celebración, estableciendo tuviera efecto cada
dos años por el mes de Septiembre, y últimamente todos los años, dando en
todos la preferencia á los religiosos.
—
63
Las vicarías, que llevaban aneja la cura de almas, se proveían también
por concurso, como igualmente las capellanías de honor; pero para la provi
sión de éstas se convocaba únicamente á los freires de la Orden que moti
vaban la vacante, (i)
El mal ejemplo dado por los Maestres y caballeros, al soltar por comple
to las penosas austeridades de su instituto, inficionó también á los religiosos,
hasta tal punto, que detestando la vida claustral, sólo aspiraban á gozar de
las rentas de los prioratos y rectorías, mereciendo su vida aseglarada y sus
relajadas costumbres la censura severa que sobre ellos lanzó el Papa Pío V ,
al aprobar la reforma propuesta por Felipe II, en la que reconociendo que
las riquezas aglomeradas por la Orden eran la causa y origen del olvido de
la regla, prohibió á los religiosos toda propiedad, estableciendo la vida
claustral primitiva en todo su vigor y pureza. Pero esta reforma fué de corta
duración y las austeridades de la vida en común fueron debilitándose al paso
que los Monarcas de España perdían la fuerza del poder y el brillo de una
| nación floreciente. El deseo de los religiosos de pasar á vida más holgada y
menos solitaria fué en ellos permanente, y sólo contenido por la autoridad
de los Reyes sus Maestres; pero hallaron favorable ocasión para satisfacerlos
en el desconcierto y desbarajuste en que se sumergió la nación y la monar
quía en los últimos años del reinado de Carlos IV. En el año 1804 pres
cindiendo de toda concesión pontificia, sin esperar ni pretender la auto
rización del Maestre, ni someter asunto tan grave á la deliberación y consejo
del Capítulo General, en son de rebelión hicieron los religiosos su traslado
á Almagro.
Al dejar Calatrava, los mismos religiosos arrancaron sus puertas, desman
telaron gran parte de sus techos y destrozaron cuanto hallaron á las manos.
Las malas pasiones, largo tiempo reprimidas, estallaron con furia cruel é inu
sitada, y el pensamiento que agitaba sus volcánicas cabezas y movía con furia
sus brazos era e l arruinarle para siempre. Acto vandálico que la historia
condena y rechaza con energía como contrario á los más nobles sentimien
tos del corazón humano; borrón perpétuo que eclipsó en un momento todas
las glorias de aquella institución, que tanto había prodigado la sangre de sus
caballeros en los campos de batalla, al que si precedente histórico queremos
darle, hay que buscarle en el no menos censurable abandono, que esta misma
Orden hiciera de su ilustre cuna de las márgenes del Guadiana.
La historia militar de Calatrava la Nueva es la historia también de la
grandeza y poder de la Orden, y con las que desvanecida, olvidó su misión
y causó por lo tanto su ruina. En esta fortaleza resplandeció en el apogeo de
su gloria, y desde aquí, adelantando los caballeros las fronteras de sus domi
nios, penetraron en Andalucía, adquiriendo nuevos laureles y posesiones
(1) Guillarías.—has Ordenes Militares, pág. 166.
64
fuertes y ricas; una de las más importantes fué Osuna, donde en 1 2 6 1 Alfon
so X fundó un convento, para trasladar á él la casa mayor de la Orden, y
Felipe II en 1568 obtenía de Pío V un breve autorizándole para destinar las
rentas de la sacristanía á la construcción de “ un Convento en lugar más có
modo y agradable; „ pero ni en una ni en otra época la traslación tuvo
efecto. (1)
En aquella sagrada guerra en que los cristianos españoles peleaban por
su religión y por su patria, los Maestres eran todavía el brazo derecho de los
Monarcas de Castillla, compañeros suyos en el peligro y competidores en el
denuedo; como tales se mostraron D. Gonzalo \añez de Kov oa, valeroso
soldado de las Navas, el que con su mesnada venció varias veces en batalla
campal al musulmán, adquiriendo para la Orden á Martos y Andújar, se ha
lló con San Fernando en la conquista de Córdoba; D. Martín Ruíz, al que el
santo R ey dió los castillos de Alcobín y Susaña en premio de su valor; don
Gómez Manrique, ilustre vástago de los condes de Castilla, el que acompañó
á San Fernando á la conquista de Alcáudete, formando por esta causa parte
de los dominios de la Orden, y D. Fernando de Ordóñez, el que se halló en
la conquista de Jaén, donde hizo con sus caballeros notables hazañas, y dió
fuertes batidas á los moros que querían impedir el sitio de aquella plaza.
D. Pedro Yáñez y D. Juan González, al servicio de Alfonso X, e l Sabior
tomaron parte en la conquista de Jeréz, Niebla, Arcos y otras muchas plazas
y castillos de Andalucía, declarándose el último por el infante D. Sancho, ai
alzarse en abierta rebelión contra su padre. Defendió D. Ruíz Pérez Ponce
el combatido trono de D. Sancho IV contra los La Cerda, que traían revuel
ta á Castilla, y contra los musulmanes, que tenían en gran aprieto á varias
plazas de Andalucía.
En el siglo X IV empezó á cundir en la Orden el espíritu de cisma, siendo
asáz turbulenta la elección de los Maestres, teniendo éstos que sujetar con
la fuerza á los rebeldes para asegurar su autoridad, lo que complicándose
con las discordias del reino, produjo graves escándalos y catástrofes san
grientas. Entónces se vió á D. Garci López de Padilla dos veces depuesto
por los caballeros, que se negaban á reconocer su autoridad, y restituido
otras tantas veces en el maestrazgo por sentencia dada en Roma, el que
acompañó á D. Fernando IV en la conquista de Gibraltar y sitio de A lgeciras. y vencido por los moros en los llanos de Baena y por los caballeros
que otra vez le depusieron de su dignidad, renunciar al fin en 1329*
D. Juan Núñez de Prado, retoño bastardo de los Reyes de Portugal, no
se vió tampoco libre de émulos, sino que D. Alfonso Pérez, fa/orecido por
los Reyes de Aragón, le arrebató los dominios de la Orden en aquel reino,
expió su ingratitud al anterior Maestre, viéndose depuesto por el R ey don
(1)
Definiciones, pág. LXVII.-JBuM. 0. de Calat., pág. 387.
65
Pedro, preso, y por último caer bajo el hacha del verdugo en el castillo de
Maqueda el año 1355. D. Diego García de Padilla, encumbrado á esta dig
nidad por la voluntad del Rey de Castilla, por el único mérito de ser herma
no de su dama, también encontró competidor en D. Pedro Estebañez, el que
pagó con la vida su oposición á la voluntad del Rey D. Pedro. (1) El
valor demostrado por el de Padilla en los campos de batalla peleando con
tra aragoneses y musulmanes no fué bastante á librarle del castigo que á
su desafección impuso el Rey. Le sucedió en el maestrazgo D. Martín López
de Córdoba en 1364 por la influencia de D. Pedro de Castilla. Fiel á su
protector sostuvo muerto éste los derechos de sus hijos, hasta que vencido y
preso por D. Enrique le hizo éste morir en 1 371 .
La nueva dinastía dispuso como D. Pedro del maestrazgo de Calatrava,
y no sólo aseguró esta dignidad en D. Pedro Muñíz de Godoy, su antiguo y
constante servidor, sino que D. Juan I le confirió al Portugués D. Pedro Alvarez Pereira, bajo cuyas banderas murió en la batalla de Aljubarrota. Don
Gonzalo Núñez de Guzmán le sucedió, alcanzando fama imperecedora en las
campañas que Castilla hubo de sostener con Portugal y el musulmán. Su ma
trimonio clandestino con Isabel, hija bastarda del Rey, le hizo caer en des
gracia, y hasta estar preso por algún tiempo, pero rehabilitado hizo construir
una capilla en la iglesia del sacro convento, la que escogió para su sepultura.
Poco aprovecharon al famoso D. Enrique de Viljena la sangre real aragone
sa, que por sus venas corría, ni el faláz divorcio con su esposa D.11 María de
Albornóz, ni la renuncia de sus eventuales derechos á la Corona y condado
de Cangas de Tineo, pues si bien en 1404 obtuvo la primera dignidad de la
Orden de Calatrava, muchos caballeros eligieron á D. Luis Guzmán, y des
pués de diez años de división y cisma, en cuyo penoso litigio hubieron de
entender el Monarca de Castilla, la curia romana, los Capítulos de la Orden
y del Cister, fué al fin despojado por este último del maestrazgo, quedando
pobre y humillado, sin otra propiedad que la villa de Iniesta.
La Orden pareció recobrar toda su libertad con el triunfo de D. Luis
Guzmán, al que combatieron fuertemente los Reyes de Castilla, pero no por
esto dejó de ser menos fiel á D. Juan II en las discordias intestinas promo
vidas por los Infantes de Aragón y en la guerra contra los moros. Pero á su
muerte pretendió la corona disponer del maestrazgo en favor de D. Alonso
de Aragón, hermano bastador del Rey D. Fernando, e l Católico, exigiendo
que los caballeros anulasen la elección de D. Fernando de Padilla, “ como
hecha sin noticia suya;„ no se avino la Orden á esta demanda, y se retiró á
Calatrava en defensa de su derecho; sitiado en esta fortaleza por las tropas
reales murió por azar de una pedrada, que tiró al real contrario uno de los
suyos. En la guerra que ePde Castilla sostuvo contra el Rey de Navarra el
(D Funestísima fué esta división á los pueblos del Campo, porque los Caballeros los hicie
ron blanco de sus venganzas y codicia—D. Pedro López de Ayala—Crónica.—
9
66
Maestre D. Alonso siguió las banderas de su padre peleando contra su rey,
lo que motivó su deposición; pero D. Pedro Jirón, que le sucedió en 1445,
fué aún más funesto al trono y á la orden por su excesivo poder y ambición
desmedida. Sosegadas las diferencias suscitadas en su elección, la debilidad
del Rey de Castilla le alentó para aumentar su poder con la adquisición de
numerosas y ricas villas. Ligado con su hermano el marqués de Villena,
Maestre de Santiago, y con su tío el arzobispo de Toledo se impuso á
Juan II y Enrique IV, amparando contra el primero la rebelión de su hijo, y
contra éste la de su hermano el infante D. Alonso, siendo uno de los princi
pales amotinados que en Avila depusieron y degradaron á D. Enrique. Para
volver al servicio de su Rey, el altivo Maestre impuso graves y onerosas con
diciones, entre ellas, el recibir por esposa á la infanta Isabel, á la que Dios
guardaba para tan altos destinos, pero la muerte, que le acaeció en Villarrubia de los Ojos, vino á cortar el hilo de su agitada vida, y á poner coto á una
ambición que tantas ruinas causó á la débil Castilla. D. Rodrigo Téllez jirón,
aunque bastardo y niño, recayó en él el maestrazgo por renuncia de su padre
D. Pedro; en las alteraciones que siguieron á la muerte de D. Enrique si
guió el partido de la Beltraneja, lo que le enagenó la obediencia de muchos
caballeros fieles á los Reyes Católicos: vuelto á la gracia de éstos peleó bra
vamente y fué herido al pié de los muros de Loja. Guarda Ciudad-Real triste
memoria de este Maestre, pues allegando todo su poder entró en la ciudad
ejecutando crueles venganzas.
Frey D. Garci López de Padilla, trigésimo y último Maestre de Calatrava, se halló con sus caballeros en la conquista de Granada, siendo siempre
fiel á los Reyes. Sin embargo, aleccionada Isabel la Católica por las funestas
discordias que anegaron el reino, tanto en el reinado de D. Enrique como en
los comienzos del suyo, en las que tanta parte tomaron con los rebeldes al
trono los Maestres de Calatrava, y recordando tal vez con horror, que para
dar la paz al reino y asegurar el vacilante trono de su hermano, vióse hecha
el objeto de las ambiciones del poderoso D. Pedro Jirón, y obligada á ser su
esposa, no descansó hasta conseguir de los Papas la incorporación de los
maestrazgos de las Ordenes militares á la corona; desmontando estos temibles
baluartes armados siempre para turbar el reino, y estériles ya para el bien.
Incorporada la Orden de Calatrava á la Corona de Castilla, temporalmen
te primero y después á perpetuidad, trocóse en galas de corte lo que antes
era militar presea, y los Reyes premiaban y enriquecían á sus cortesanos y
favoritos con las encomiendas arrancadas á los musulmanes por el esfuerzo y
valor de los caballeros.
Situado este pueblo en una altura, semejante á la plaza de armas de una
fortaleza, ofrece defensas naturales, que los romanos, los árabes y aun los
cristianos en su reconquista supieron apreciar. Flanqueada por extenso valle,
duros riscos forman sus murallas y su suelo, al que no se llega sin penoso es
fuerzo, á causa de la empinada cuesta que por todos lados presenta, siendo
jsólo accesible por el mediodía.
Así los romanos le dieron la importancia que acusan los numerosos algibes abiertos en la dura roca y las lápidas que aún se conservan, de las que
hemos de hacer mención. Al E., sobre aislado cerro en forma de cono truncaido y separado del pueblo por cortadura profunda, se levanta gallardo y ame
nazador el castillo musulmán, defendiendo la entrada de Alhambra y atala
yando el dilatado campo que desde sus almenas se descubre. La Orden de
Santiago no sólo conserva y sostiene este fuerte, sino que aumenta sus de
fensas y construye la torre del homenage sobre su poterna, la que después
utiliza el comendador para su morada y la de sus representantes.
Anensemarca de la España romana según nos da cuenta una de sus ins
cripciones, de tal manera abundan en él los restos de antiguas construcciones,
cimientos formados de grandes sillares, sepulcros, mosáicos y otras antigua
llas, que no ya su existencia en aquella remota edad cabe el indagar, por
hallarse perfectamente comprobada; sino la importancia que alcanzó y la cla
se á que pertenecía, es lo que urge el dilucidar, al historiar las vicisitudes y
cambios por los que al través de los siglos pasó este pueblo del Campo de
Montiel.
En el siglo XVI veíase aún á la puerta de su iglesia parroquial la siguien
te inscripción, que cuidadosamente copiaron y nos transmitieron sus vecinos:
AELIAE. MARCI. FILIAE.
CANDIDE. CURANTE.
MACEDONICA. MATER.
COLLEGIUM. ANENSEMARCAE.
CLIENTiS. ET. LIBERTI. DONA.
POSUERE.
68
Esta memoria pusieron á Alia Cándida hija de Marco e^ Colegio (Agri
mensores) de Anensemarca, sus clientes y libertos, procurándolo su madre.
Nicolás Antonio halló copiada esta inscripción y la siguiente en un Códi
ce antiguo:
P. LICINIO. P. F.
G A L. LICINIANO.
PRAEFECTO .
COHORTIS. VII.
PRAECFECTORUM .
EQ U ITATE. IN.
GERMANIA.
TRIBUNO.
MILITUM. LIG. VII.
ENIAE. PIAE.
PRAEFECTO .
A Publio Licinio, hijo de Publio, de la tribu Galeria, y á Liciniano Pre
fecto de la Cohorte 7.a de á caballo, Tribuno militar de la Legión 7.a en
Germania-, Enia ó Belona os sea propicia. Esta inscripción pudo erigirse 34
años antes de la era cristiana en honor de Publio Licinio Craso Procónsul de
la España ulterior.
Cean Bermúdez en el sumario de antigüedades romanas trae asimismo
las siguientes inscripciones halladas en Alharnbra.
L. MACEDONI.
CAE. GLS. FILIAE.
FLAMINICAE. P.
GL. HEDIMELES.
PATRON AE.
OPTIMAE.
Los Hedímeles á su óptimo Patrón Lucio Macedonio, Procurador de los
Gladiadores, y á Fiammica (Sacerdotisa) hija de Gladiadores.
P. LICINIO. P.
CA L. MAX.
PRAEFECTO .
COHORTIS. II. CALLORUM .
EQ U ITATE. IN.
DACIA. TRIBUNO.
MILITUM. LEG. VIL
CLAU D IAE. P. LICINIUS.
LICINIANUS.
FRATRI.
69
Publio Licinio á Publio Licinio galiano, Emperador augusto, Prefecto de
de la Cohorte 7 . a de los Galos de á caballo. Tribuno militar en la Dacia de
la legión 7 . a á su muger Claudia. Fué Publio Licinio Procurador en la Bética
en tiempo de Valeriano.
Distribuían los generales romanos sus tropas en los cuarteles de invierno,
al terminar en el otoño su campaña, los que fijaban bien en pueblos españo
les, que les ofrecían comodidades para el abastecimiento y seguridades para
su defensa, ó en las colonias que ellos mismos fundaban y establecían, dotán
dolas de privilegios é inmunidades, y las que poblaban con soldados de Ita
lia. Alhambra indudablemente fué escogido por los romanos para alojamiento
de sus legiones, y de ahí las lápidas en que sus Prefectos perpetuaron la me
moria de su residencia en él.
La mención, que las mismas nos hacen, de los gladiadores y de la sacerdotista, claramente nos indica tener Anensemarca circo, en el que aquéllos
habían de ejercitar su bárbara destreza, y templo donde recibían culto las
falsas divinidades de Roma juntamente con la de los indígenas. Aunque es
aventurado el afirmar, que el pueblo oretano de tal manera se identificó con
el romano, que perdió idioma, religión y costumbres, para tomar las de sus
conquistadores; no se pueda negar, que bien por el atractivo, que lleva siem
pre el poder, por la emulación que en todo tiempo ha excitado aquello que
se cree más culto, moderno ó puesto en voga, ó ya por las prácticas que
necesariamente les impondrían sus señores, ellos es, que en Anensemarca ,
más que en otro pueblo alguno de Oretania, vemos las costumbres, la reli
gión y las diversiones públicas de los romanos ejerciendo su avasalladora in
fluencia, y demostrando el destino é importancia que dieron á este pueblo.
De la situación y estado de Anensemarca con los godos carecemos de
memorias y monumentos que nos la hagan conocer. Desde luego parece na
tural el sospechar, que debió de padecer y llegar á las puertas de la ruina en
la breve pero violenta y cruel invasión de los bárbaros, cuando así es oscu
recida por su vecina Mentesa. Como todos los pueblos de esta Capitanía en
el tiempo de los Imperiales estaría en su poder unas veces, en el de los g o
dos otras, según que su capital obedecía y estaba sujeta á unos ó á otros de
los que entonces se disputaban su posesión.
Los árabes no comprendieron á este pueblo en el decreto de exterminio
que lanzaron sobre esta muy poblada región de Oretania á su invasión de
España, y más aún en las guerras civiles que inmediatamente se sucedieron
entre sus diversas y enemigas tribus, las cuales tantas ruinas sembraran en
>este país. Lo rojo del terreno, en que este pueblo está situado, dióles motivo
para mudar su primitivo nombre Anensemarca en el de Alm rah ó Alham rah , la R oja, que con uno y otro se nombra indistintamente en las crónicas
de sus historiadores, al que después los repobladores de La Mancha convir
tieron en Alfambra y de ahí Alhambra. Los redactores de su Relación To
pográfica del año 1575 dicen llamarse este pueblo en lo antiguo Herrera.
70
de los Montes N egros; pero en los documentos de la Orden de Santiago no
se hallan vestigios ni referencia alguna de tan extraño nombre, y cuenta que
es uno de los pueblos del Campo de Montiel de que más se ocupa su Bulario.
Madóz, L a Crónica de C iudad-R eal y alguno otro escritor, que de los
pueblos de La Mancha ha tratado, neis dan la historia de Alhambra en el pe
ríodo de la dominación árabe completa y detallada, la que no admitimos por
absurda é indocumentada. Nada hay cierto en esa relación, ni un hecho exis
te en ella que pueda probarse, ni aun racionalmente explicarse, como lo te
nemos demostrado en otro lugar, (i) De Alhambra sólo cabe el decir, que
los musulmanes construyeron su castillo para afianzar su posesión, tanto en
las discordias intestinas de aquel pueblo, como en la porfiada lucha que ha
bían de sostener más tarde en estos campos con los cristianos. Tampoco
podemos fijar la época ó tiempo de la despoblación de Alhambra, pero con
fundamento puede sospecharse haber tenido lugar en los últimos años de su
dominación, en el siglo undécimo.
Alfonso VII, el Emperador, tomó é hizo suyo el castillo de Alhambra en
una de sus expediciones á Andalucía, agregándolo al patrimonio real, en cu
yo poder permaneció hasta que Fernando II de León hizo de él donación á
la Orden de Monte Gaudio de [erusalén. Consta esta cesión del piadoso Rey
en la confirmación que de dicha Orden hiciera Alejandro III á 23 de No
viembre de 1 1 8 0; donde, al aprobar sus constituciones, declara además los
dominios que poseía en aquel tiempo, y nos dice, en España el castillo de
A lh am bra con todos sus térm inos, e l que os dio e l rey Fernando. Esta Or
den, llamada también de Monfranc, fué fundada por Raimundo, conde de
Barcelona, llegando á adquirir tan extensos dominios y ricas propiedades,
que ninguna otra, con haber alcanzado tanto poder, fué tan rica, ni llegó á
estar tan dilatada en el mundo. L a rota de Alárcos y el volver por conse
cuencia de esta funesta jornada toda L a Mancha al poder musulmán, adelan
tando las fronteras de sus dominios hasta las murallas mismas de Toledo, hizo
que el castillo de Alhambra con todas las conquistas realizadas en este país
se perdiesen para las armas cristianas. Lanzados otra vez los musulmanes á
las comarcas andaluzas por el vencido en Alárcos, y señalando el victorioso
Alfonso VIII el Campo de Montiel como centro de las donaciones, que con
larga mano hacía á la naciente Orden de Santiago, en premio de la valiosa
ayuda que le daban sus caballeros en sus campañas contra los musulmanes,
Alhambra en su reconquista pasó á su poder con consentimiento del R ey
Alfonso, su constante protector.
Al mismo tiempo que la Orden de Santiago se afincaba y establecía en
L a Mancha, fijando próximo á ella su casa matriz, hallábase el país desierto,
falto de población y con solo algunos fuertes en él diseminados, necesarios
(1) El Manchego, números 121, 126 y 131 del año 1888.
71
á musulmanes y cristianos para sostener la gigantesca lucha, de que por más
«de una centuiia fue teatro toda esta tierra. Desde el primer instante dedicóse
la Orden con gran ahinco á su repoblación, único medio de allegar defenso
res y de aumentar sus rentas; así es, que no perdonó medio á este fin alta
mente político y provechoso. Fué uno de éstos el conceder los mismos pue
blos á sus repobladores con los derechos y preeminencias que la Orden tenía
sobre ellos, sin otra limitación, que el no ser trasmisible á sus herederos,
«ino que á su muerte volvían al dominio de la Orden. Esta concesión tan ha
lagüeña para los caballeros, como para la Orden provechosa, dió origen á la
mayor parte de los pueblos del Campo de Montiel, los que se levantaron en
los veinte años que siguieron á su definitiva conquista y á los primeros del
siglo XIII. Así el Capítulo General de León del año 1275 sancionó este de1echo, de antemano establecido, decretando: “que todos aquellos Freyres,
que fecho avían pueblas de que eran tenedores, é las feciesen caladelante'
.que las toviesen por todos los dias de sus vidas.... Et otrosi mandamos, que
ayan Alcaldes por sí, é sobre si..... que ninguno sea ossado de las dar, nin
las donar, nin de ninguna razón, nin dellas, nin de ninguna cosa de las del
Mugar. „ (1)
Dió la Orden de Santiago para su repoblación el Castillo de Alfam bra
al conde D. Alvaro Núñez de Lara, cuya donación confirmó D. Enrique de
Castilla en Cuellar á i.° de Mayo del año 1215 en estos términos: “ Yo, En
rique por la gracia de Dios Rey de Castilla y de Toledo, os doy y concedo
á vos, mi muy amado conde D. Alvaro el Castillo de Alfanbra, según que os
le dieron los Freiles de la Caballería de Santiago, para su repoblación y pa
ra que le tengáis y poseáis con todos sus términos por los dias de vuestra
vida, y á vuestra muerte volverá el castillo á los dichos Freiles.„ Dos años
después hallándose el Rey Enrique en Maqueda, “ mediante á que el Conde
había poblado en frontera de moros con no pocas expensas y peligros, re
dundando de ello gran utilidad á mi reino señalo al Castillo de Alfambra
todos estos términos: desde el Pozo del Ciervo á la Coscojosa Mayor, de allí
á la Coscojosa Menor, hasta el Cerro Pedregoso; desde este al Sotieílo. que
está en una peña sobre el Guadiana, va luego á la Moraleja comprendiendo
una y otra margen del rio, á la Cañada de Viviano, tomando luego la Cal
zada de Montello hasta Ruidera y el Azuer, después toca con Fuenllana,
partiendo de allí á Moraleja, y por Carrizosa, Puerto de Perales á la Sierra
de la Mesnera, á Argamasilla de Pilas Buenas con todo el Campo del Tocón
hasta encontrarse con el Pozo del Ciervo. „ (2)
D. Alvaro de Lara, poblador de Alhambra y de La Osa, jefe de una fa
milia poderosa, que con sus ambiciones había agitado fuertemente el reino
de castilla en la menor edad de Alfonso VIII, suscitó á su muerte nuevas tur—
(1)
(2)
Bul. O. S. Jacob, pág. 220.
Bulm., pág. 61 y 62.
72
bulencias y discordias. Coaligado con sus hermanos y algunos nobles caste
llanos no pararon en sus maquinaciones é intrigas hasta que obligaron á
D .a Berenguela á renunciar la Regencia y tutela del Rey D. Enrique. Due
ño y árbitro de los destinos de Castilla olvidó pronto sus fáciles y generosas
promesas, y una vez en el poder el ambicioso Conde, sólo pensó en sus par
ticulares intereses y en satisfacer añejos rencores. Así pudo dictar al joven
monarca la carta anterior con mengua de la justicia y menosprecio de los de
rechos legítimamente adquiridos por la Orden de Santiago, á cuya milicia
pertenecía, y á la cual en época bien cercana había de acogerse pobre y hu
millado en demanda de protección y sepultura, la que generosamente le con
cedió en su Casa de Uclés.
Con los extensos términos que el de Lara fijó á Alhambra amparado en
la autoridad real, que de hecho ejercía, mermó considerablemente los domi
nios de la Orden de Santiago en el Campo de Montiel, constituyendo un pe
queño estado, el que desde luego hubiera aumentado á costa de la Orden, á
durar por algún tiempo más su poder y privanza; pero la temprana muerte
del R ey, y los odios que se había creado con su despótica tutela, juntamente
con la férrea mano de San Fernando, el que empuñando las riendas del go
bierno de Castilla, cortó con energía las ambiciones de los magnates y con
cluyó con el funesto poder del Conde, siéndole arrebatados y confiscados
sus lugares y castillos, pasando los extraños al dominio de sus antiguos due
ños, y los tenidos por herencia formaron parte del patrimonio real.— 1 2 1 7 —1
El obispo Mascareñas asegura, que en la donación que San Fernando
hizo á la Orden de Calatrava en 1 2 2 1 del castillo de Monfrác, por haberse
disuelto y anulado esta Orden, estaba comprendido Alhambra; pero la carta
real no le menciona, así es, que los caballeros de Santiago, nunca dejaron
de poseer este pueblo, ni de contarlo dentro de sus dominios. Y tan perfecto
era su derecho y tan bien definido, que el concejo de Alcaráz reconoció co
mo única posesión legítima de la Orden de Santiago en el Campo de Mon
tiel la de Alhambra, por lo que no la incluyó entre los pueblos que reclamó
de San Fernando en 1 245. Para cortar aquella querella, y “ porque la Orden
é los de Alcaraz ayan siempre avenencia é paz entre si, mando é establezco,
dice el Rey, que vivan desta guisa: Que en sus montes, é en sus sierras ayan
siempre uso de pacer, é cortar comunialmientre los unos en lo de los otros,
sacadas end dos Defesas..... E en todos los otros términos también de Alca
raz, como de Montiel..... como de Alfambra..... que ayan comunaleza..... (1)
Alhambra con Solana constituyeron una de las más ricas encomiendas de
la Orden de Santiago, cuya renta era de 6.000 ducados, la que Felipe II dió
al ilustre marino D. Alvaro Bazán, primer Marqués de Santa Cruz, en recom
pensa de los eminentes servicios prestados á las órdenes de D. Juan de Aus-
(1)
Bulm. 0. S. Jae., pág. 161.
73
tria en la campaña de Navarino, y la que disfrutaron sus sucesores. El co
mendador nombraba el alcaide de su Castillo.
El impulso que dió á Alhambra D. Alvaro de Lara y la riqueza con que
dotó á su concejo, fijándole términos y jurisdicción tan dilatada, acrecentó
sus vecinos é importancia en la'Edad Media, llegando á ser la segunda de
las tres Cabeceras del Campo de Montiel, hablando tras de este en las jun
tas de Partido, y siendo fama, que aprestaba para la guerra contra infieles y
ponía en campaña á las órdenes del Maestre de Santiago ioo lanzas, todas
montadas en corceles blancos. Pero la condición enferma del pueblo, por ra
zón de las lagunas que le rodean, impidió seguramente el que éste adquiriera
el desarrollo, que su riqueza merecía, pues en el año 1575, según su justicia
declara, tenía sólo 200 vecinos, de los que eran hidalgos ocho y diez moris
cos del reino de Granada. Curiosísima en extremo es la descripción que la
misma nos hace de las aldeas y caseríos diseminados ya en aquel tiempo por
sus dilatados términos. El Cellizo, en el que partían lindes esta villa y Peñarroya, tenía entonces diez casas; cinco el Cobillo; el Pozo de la Calera
quince; cuatro el Pozo de las Navas; doce La Moraleja; quince La Nava; el
Pozo de la Serna dieciseis; Santa María de Flores doce casas y la ermita
de esta Virgen; ocho chozas el Aguila, y trece El Peral. Varios eran tam
bién en el siglo XVI los poseedores de sus ricas dehesas, pues la de Campi
llos pertenecía al comendador de Membrilla; la de la Vega á la encomienda
Üe Alhambra y Solana; Dehesilla de la dicha de Membrilla; la del Puerto,
población en 1245, de la Mesa Maestral; El Carrizal y Masegotillo de la
encomienda y concejo de Carrizosa, y los diezmos del pan y vino los lle
vaba en la proporción debida la dicha Mesa Maestral y el Arzobispo de
Toledo.
Despojados sus alcaldes de la autoridad de conocer en primera instancia
Üe los negocios y causas de sus vecinos en 1566, no tardaron en recobrarla,
pues en 1 570 hacían asiento con la Hacienda, obligándose á pagar 1 156.000
maravedís, que hubo su concejo de tomar á censo. Estos créditos, unidos á los
que le hicieron contraer los interminables y enojosos pleitos sobre jurisdicción
y términos que hubo de sostener con los pueblos vecinos, agoviaron de tal
manera á su concejo, que éste tenía en descubierto obligaciones sagradas, y
tanto crecieron, que excedían en mucho á las rentas de sus bienes comunales.
Para extinguirlos recurrió al medio de vender á Solana parte de su término
y descargó sobre Carrizosa, al hacerse independiente, otra parte considera
ble de sus deudas. Era el mayor acreedor D. Jacinto León, y tal preponderan
cia adquirió en esta zona por este concepto, que anuló la vida independien
te de sus ayuntamientos y por medio de sus alcaldes mayores administraba
su hacienda y justicia. Estado tan anormal llegó á conocimiento del Capítu
lo General de 1650, el que no tardó en ponerle eficaz remedio.
Dedicado su dilatado término á cereales y pastos, su suelo es propiedad
casi exclusiva de hacendados forasteros, por lo que su población permanece
10
74
estacionada sin hacerse notar su incremento. En el censo de 1 5 91 tenía i8g
vecinos, y en el de 1887 figuraba con 422 vecinos y 1 541 habitantes.
D. Juan de Villanueva en 1 792 por el tiempo en que construía la fá
brica de pólvora de Ruidera sembró todo este campo de proyectos de cana
les; honrosa empresa sin duda y altamente beneficiosa, si existencia real pu
dieran tener en una pequeñísima parte de ellos. Pero es evidente,’ que fla
quean por.su base. Las aguas sobrantes de Ruidera son siempre escasas, en
cambio el terreno que habían de beneficiar inmenso.
A más de los proyectos de los cuales daremos cuenta en el artículo A rg a m asilla d e A lba hizo el de otro canal por el cortijo del Perdiguero en direc
ción al del Cubo, había de recoger las aguas del Azuer, ionde haría un
pantano, regando los términos de Alhambra, Membrilla y La Solana, cuyo
coste sería el de 4 millones de reales. L a dominación napoleónica agitó otra
vez este proyecto, reproduciéndose en 1 832, y el ministro D. Martín de las
Heras en 1 835 lo tomó con algún empeño, pero todo quedó en consultas,
informes, planes y proyectos.
El Arzobispo é Iglesia de Toledo reclamaron siempre el derecho que
sobre las parroquias del Campo de Montiel les había concedido el Papa Ho
norio III en el año 1 2 1 7 ; derecho siempre disputado y controvertido por la
Orden de Santiago, porque se oponía á su constante tendencia á eludir todo
yugo y sujeción, así en el orden civil como en el religioso, y en cuya apli
cación tomaron no poca parte los Papas y Reyes de Castilla. Al objeto de
cortar de una vez esta perpétua contienda, Celestino IV nombró sus Legados
ante los que habían de concurrir á exponer sus derechos las partes litigan
tes. En una de las sesiones los procuradores del Maestre manifestaron “ que
la orden poseía á Alfambra,„ á lo que asintió el procurador del Arzobispo.
Añadió el de la Orden, “ que su Iglesia fué erigida en el mes de Febrero del
año primero del Pontificado de Honorio III;„ 1 2 1 7 , lo que negaron los tole
danos. (1) Concedido el castillo de Alhambra en 1 2 1 5 al conde D. Alvaro
al objeto de poblarle, y alabándose dos años después por el rey D. Enrique
los esfuerzos que en ello babía empleado, aparece ser cierto lo alegado por
la Orden, de que la parroquia de Alhambra era de creación anterior al año
1 2 1 7 , fecha del privilegio concedido por el papa Honorio III á su Legado
en España D. Rodrigo Jiménez de Rada, Arzobispo de Toledo.
Sobre las ruinas tal vez del templo romano, á que alude una de sus ins
cripciones, se levantó la iglesia de este pueblo, pobre y poco elevada al prin
cipio, cual convenía á la estrechez de sus pobladores, guerreros y labradores
á la vez, se elevó después creciendo sus murallas y dotándoa de su bóveda
encamonada, á medida que la riqueza de su concejo lo permitía y lo exigían
las necesidades del vecindario. Las capillas hoy en ruinas fueron también.
(1)
Bulm. O. S. Jac., pág. 115.
75
ídificadas en diversas épocas, en aquel tiempo en que este pueblo, merced á
o extenso de su territorio, era rico y floreciente. De aquella época guarda
lún este templo objetos valiosos para el arte y para la piedad. Dos retablos
iel siglo X V y un sagrario de la misma época con un bajo relieve de mérito
y maqueados de buena labor. La imagen de S. Antonio Abad de notable an
tigüedad y raro mérito, las de S. Pedro y S. Pablo dignas de mención y dos
cuadros de Sto. Tomás de Villanueva y S. Agustín muy apreciables. Esta
iglesia es de primer ascenso y se halla dedicada á S. Bartolomé.
Contaba también Alhambra con S. Antón de la Cañada, extramuros y no
lejos del pueblo, ermitorio de la Orden de San Francisco y de notable anti
güedad. (i) En el siglo XVI existían las ermitas de Ntra. Sra. de la Carras
ca, S. Benito y Sta. Catalina. El día de la Cruz de Mayo pueblo y concejo
caminaban en procesión á Sta. María de la Blanca, Ruidera, á pedir por la
intercesión de la Virgen el agua para sus campos, y el 5 del mismo mes,
precedido de su correspondiente vigilia, celebraban ¿a fiesta de San Vitan
(sic) votada por el hielo, en la que se mataba un toro y repartía como cari
dad entre sus vecinos. (2)
Pozo de la S erna .— Aldea situada en la carretera de Valdepeñas á In
fantes con 32 casas y 91 habitantes.
L a C alera .— Caserío situado una legua al N. de Alhambra, cuenta con
.1 2 casas de labor y 16 habitantes.
E l L obillo.— Cuenta con 5 casas y 6 habitantes.
Pozo de las N avas .— Existen 3 casas de labor con 16 habitantes.
|-
(1) Ruíz de Vergara.—Estab. déla 0. de Sant., pág. 295.
(2) Relae. Topog.
P o b l a c ió n . — -Hins Almadén, que se interpreta Fuerte de ¿a Mina, debió
al pueblo árabe su nombre; y su fama á los ricos veneros de su Mina. Fijan
aquí la generalidad de nuestros geógrafos é historiadores el asiento de Sisapon, mansión del camino romano de Mérida á Zaragoza señalada en el Iti
nerario del Emperador Antonino, Car acalla, (i) situada por nosotros en
Nuestra Señora del Castillo, entre este pueblo y el vecino Chillón. En la
época romana no existió indudablemente población en torno de la Mina, en
cuanto que, Plinio nos dá á conocer, que los trabajos en ella no eran conti
nuos, sino que extraída una cantidad de mineral fijada de antemano la cerra
ban. De la época goda guardan nuestros cronistas é historiadcres completo
silencio, por lo que sospechamos, que lejos de conceder á esta riqueza la im
portancia que merecía, desconocieron su valor y renunciaron á los recursos
poderosos que la explotación de esta Mina podía proporcionarles. No así los
musulmanes, ios cuales construyeron su fuerte para su defensa, dejando se
ñales ciertas de su laboreo y explotación, aunque igualmente carezcamos de
noticias para apreciar el desarrollo que dieron á sus trabajos. (2)
A la vez que las huestes cristianas, dueñas ya de Toledo, hacían declinar
el poder musulmán en el centro de España, y triunfantes y vencedoras reco
rrían el extremo occidental de Oretania, se levantaba próxima a su principal
(1) Al apoderarse la crítica de tan importante trabajo cosmográfico, n> sólo discute y se
guirá discutiendo sobre la correspondencia de las mansiones que establecí c;m nuestros ac
tuales pueblos, sobre la mayor ó menor pureza de los textos que conocemoí, s no que también
es vario el criterio que domina en los historiadores al señalarle su verdadero tutor. En Espa
ña, desde Jerónimo Zurita, es casi unánime la opinión, que lo atribuye a’ ci'.ado Emperador
Caracilla —211 á 217 de la Era cristiana.—Pero otros quieren se hiciera estt estado de las Vías
romanas por los Emperadores Antonino Pío ó Marco Aurelio Antonino—IBS á 180— ; quién
imperando Constantino—337—; quién tiene por su verdadero autor á Arrie Antonino, cónsul
romano, cuya sabiduría es muy alabada por Plinio, el joven, y otros quierei se deba al filósofo
y cosmógrafo eminente Aethico, scita, que vivió en tiempo de Teodosio I, aunque parece ya
fuera de duda que su Opus Cosmographicum es diferente del Itinerario.
(2) D. E. Saavedra.— La Geoy. de Esp. del Edrisi.—pág. 51 —
77
capitanía poderosa y aguerrida institución, militar y religiosa á un tiempo,,
la cual, adunando el valor del soldado cristiano con la austeridad del monge
había de ser el primer baluarte de Castilla, y dueña y señora de esta región
por el largo espacio de tres siglos. Su primer Maestre D. García, al frente
de sus caballeros, no sólo defiende valerosamente á Calatrava contra nume
roso ejército musulmán, sino que quebrantando sus fuerzas con atrevidas y
vigorosas salidas, le obliga á levantar su campamento y á declararse en reti
rada, evitando á Toledo y á su comarca largos dias de luto. Alfonso VIII en
recompensa otorgó á la naciente Orden de Calatrava varias mercedes, entre
ellas, la mitad del Castillo de Chillón con su Almaaden— 27 de Marzo de
¡1168.— Fué esta donación, según el obispo Mascareñas, el principio de las
copiosas rentas que la Orden y su Mesa Maestral habían de gozar con su
rica Mina.
Los Condes Ñuño y Teresa, que recibieron la otra mitad del Castillo de
Chillón y de su Mina, retuvieron por poco tiempo heredad tan pingüe; cedié
ronla al Arzobispo é iglesia de Sevilla, cambiando éstos á su vez sus derechos
jcon S. Fernando, con lo que revertió otra vez en la Corona de Castilla esta
imitad de Chillón y su Almadén. La aparcería de dominio lleva ordinariamen
te aparejada larga serie de conflictos y competencias, en los cuales, los Con¡des y Arzobispo de Sevilla, como más débiles, habían de llevar en su lucha
con la Orden la peor parte; y esto explica el apresuramiento á despojarse de
una posesión tan rica y acaso para ellos onerosa. Pero á pesar de esto, se vé
en estas repetidas cesiones de Almadén, que unos y otros desconocían la ri
queza que atesoraban sus obundantes veneros, y que embebecidos todos en
el fragor de la lucha con el musulmán no habían tenido tiempo de apreciar
la, ni aun había intentado arrancarla del fondo de sus pozos.
En poder de la Corona de Castilla Almadén, la Orden no cejó en sus
gestiones por conseguir toda su posesión, logrando al fin de S. Fernando el
siguiente privilegio, que tanto le allanaba el camino para el logro de sus de
seos: “Y o Fernando por la gracia de Dios, Rey de Castilla..... doy mi carta
de donación..... á Dios, á la Orden y Milicia de Calatrava..... le doy y conce
do la mitad de aquella mina mía de plata viva de Chillón, llamada vulgar
mente Almadén, con la condición de que toda la plata viva (1) que allí se
extraiga ahora ó en adelante, se saque y junta labremos, se divida por mitad-*
y los hombres que vinieren á habitar sean de los dos; y si un pozo se agota
y hay necesidad de abrir otro, siempre que éste último caiga en término de
Chillón pertenece la mitad de sus productos á la Orden de Calatrava. Y há
gase la extracción de la plata en la forma acostumbrada; y los mineros ten
gan derecho al agua, leñas y carbón según costumbre; y sus vecinos y
moradores gocen y igualmente de los pastos con sus ganados. Por esta dona: -------------------(1) Llámase plata viva, un líquido inmutable liquor ceternus, que se presentaba en burbu
ja s en ciertas piedras y filones de plata—Berlanga — Los Bronces de Locusta, etc.
73
cion que hago y concesión dejo á salvo los derechos del Concejo de Córdova
y de la Orden de Calatrava. Dada en Sevilla, 16 de Febrero, Era 1 287—
año i2 4 9 „—- Confirmó este privilegio su hijo Alfonso X en Toledo á 16 de
de Abril de 1 254. (1) Gran luz derrama el anterior documento sobre el tiem
po en que principió el laboreo de la Mina, condiciones á que se sujetó por
pertenecer á los dos señoríos, realengo y particular, y el origen de su pobla
ción, la que obedeció, como su crecimiento y prosperidad, á trabajadores
empleados en la Mina, y á la mayor extensión que de día en día, y á medida
que se desarrollaba la industria, se dió á los trabajos de extracción.
La Orden, que como dejamos dicho, codiciaba largo tiempo hacía lá po
sesión completa de Almadén, supo aprovechar su influencia y gran poder en
los disturbios que amargaron los últimos dias del Rey sabio y consiguió de
su hijo el Infante D. Sancho “ por los muchos servicios que vos D. Joan Gonzalvez, Maestre de la Orden de la Cavallería de Calatrava, et los Freires dessa
misma Orden ficiestes á los Reyes donde yo vengo, et á mi.... Do vos, et
otorgo vos la meatad del Almadén de los Pozos del argent vivo, que fué del
Arzobispo, et del Cabildo de Sevilla, que camiaron con el Rey nuestro pa
dre, que lo hayades con todos sus derechos, et con vassallos, et con términos,
et con todas sus pertenencias, assi como el Rey lo habie. „ (2) Fué otorgada
esta carta en Valladolid á 13 de Enero de 1285. ¿Almadén con sus ricos ve
neros fué el precio de la adhesión de la poderosa Orden al rebelde Infante?
La historia de aquel tiempo nos dice, que al declarar D. Sancho*la guerra á
su padre, puso en juego cuantos medios le sugirió su ambición, para atraer
partidarios. Halagó al pueblo, como hacerlo suelen los codiciosos del poder,
con largas promesas de libertades y franquicias y sobornó á los nobles y po
derosos aumentando su poder y riqueza con grandes donaciones de pueblos
y vasallos. La Orden de Calatrava se declaró desde luego por este Príncipe
y aceptó en cambio las pingües rentas de Almadén.
No siendo continuados los trabajos de la Mina, Almadén no podía po
blarse, acudiendo á las necesidades de los trabajadores en el tiempo del la
boreo el vecino pueblo de Chillón; pero esto no favorecía los intereses de la
Orden y hubo de pensar seriamente en su población; en el Capítulo Gene
ral de Sevilla de 1 4 1 7 , reunido en la iglesia de Sta. Marina acordó expedir
Ja Carta puebla siguiente: “ Nos D. Luis Guzman..... maestre con consenti
miento..... de todos los freiles y caballeros que se hallaron con nos en el
nuestro cabildo..... acatando el gran provecho de la dicha mi orden, que en
este presente trata y procura la población necesaria á nuestro Lugar de el
Almadén, el cual está despoblado por mengua de privilegios.... y porque se
pueda bien poblar y restaurar, según que al bien de la dicha nuestra Orden
conviene, por ende facer bien y merced al dicho nuestro Lugar de el Alm a(10 B ull.— O. de Calat.—pág. 89—
(2) B u ll.—pág. 459—
79
den y á los vecinos y moradores de el..... dárnosles y otorgárnosles para po
blación el dicho Lugar de el Almadén con todos sus términos..... y son estos
que se siguen. Primeramente del un cabo parte por termino de la Villa de
Chillón..... y de otro cabo con termino de Sta. Eufemia..... con nuestra deesa
de la Parrilla..... encomienda de Castilseras..... con nuestro Lugar de Gargantiel..... en la manera que dicho es les damos y otorgamos para siempre
jamas..... pero si el dicho concejo vendiere las yerbas__ de el Saladillo y
de el Alamillo ó de otro termino..... sean las dos tercias para Nos..... y la
otra para dicho concejo..... Y dárnosles..... que no pechen tributo alguno.....
salvo sus diezmos de pan, vino y ganados y todas las otras cosas que se sue
len dar..... Otrosí los que de aqui adelante viniesen á vivir y morar al dicho
Lugar de el Almadén..... gocen de las dichas franquezas...... que se obliguen
á facer..... una casa tejada de cuatro tapias en luengo y tres tapias en alto
y que pongan un aranzada de majuelo— Otrosí..... que los alcaldes y ofi
ciales..... sean vecinos del dicho Lugar..... que hagan el fuero de las leyes
porque se juzguen por el para siempre jamas, y el que no pagase del juicio
de los Alcaldes sea separado ante quien el derecho tuviere según los tiempos
pasados....... (i) Las cláusulas de esta concesión no fueron del agrado del
Prelado de Toledo en cuanto á la percepción íntegra de los diezmos por la
Mesa Maestral, y en 1482 concordaban que “ los vecinos é moradores del Al
madén hayan de pagar, é paguen el tercio de los diezmos al dicho Señor
Arzobispo, é á los otros señores que han parte en las dichas rentas, de todo
jo que labraren y cogieren en los términos concejiles.,,
D. Enrique.IV, el Impotente, moría el año 1466, y en las alteraciones
que siguieron á su muerte por la sucesión del reino, el Maestre D. Rodrigo
Tellez Girón siguió el partido de D .a Juana y del Rey de Portugal, con quien
pstaba desposada, arrastrando tras sí á gran parte de los caballeros, pero
muchos otros se apartaron de su obediencia permaneciendo fieles á D.a Isa
bel. Al frente de éstos se puso D. García López de Padilla, clavero, el cual
fortificándose en Almadén no cesó de hostigar y combatir á los partidarios
de la B eltra n eja , por cuyos servicios y lealtad los Reyes Católicos le elevapon después á la dignidad suprema de la Orden. En este tiempo y al objeto
le aumentar sus defensas D. García cercó de ancha y sólida muralla su aniguo castillo, reparó sus torres, é hizo de él una fortaleza en aptitud de sos
tener largo asedio y capaz para alojar fuerte guarnición. Estaba éste á cargo
e un alcaide nombrado entre los caballeros por el Maestre, el que tenia de
otación 42.000 maravedís, 200 fanegas de trigo y 50 de cebada, de renta
nual. La Orden atendió en todo tiempo á su conservación, pues en el Capi
llo General del año 1 535 concedía á su alcaide Frey Antonio Ponce Dávia 150.000 maravedís para su reparación, recibiéndole entonces la cuenta de
)tros 100.000 que se le habían entregado dos años antes con este mismo
¡
Í
(1) Archivo municipal.
—
80
—
objeto. En 1582 se ordenó por el Rey cercar la villa, y en 1609 salían de
Almadén 38 moriscos. (1)
A 3 de Marzo de 1664 D. Felipe IV concedía temporalmente y por solo
el tiempo de 10 años, plazo á que se sujetaba el arriendo de la Mina, la
exención de quintas á los vecinos de Almadén, de que aún gozan: “ El Rey...
Por cuanto en tiempo de guerras se suele mandar á los pueblos destos reinos
que vayan á servir con algún número de soldados..... para mas bien favorecer
la fabrica del dho Pozo, que todos los vecinos y moradores de la dha villa y
lugares de su jurisdicción y las demas personas de otras partes que trabajaren
y sirvieren en ella de ordinario sean libres y exemptos con personas y bes
tias de lo sobre dho; y que no ayan de contribuir, ni contribuyan en ello, ni
se pueda sacar..... gente para la guerra en la dha villa y su jurisdicción...,, (2)
En la guerra de la Independencia y civil se consideró Almadén como
punto estratégico. En los primeros dias de Enero de 1 8 1 0 una división
mandada por D. Tomás Zacaín ocupaba este pueblo; atacada por el mariscal
Víctor, fué desalojada de sus posiciones, apoderándose de la población el
caudillo francés el día 15. El 24 de Octubre de 1836 vino también sobre
esta villa el jefe carlista Gómez, formalizando su asedio en dos horas. Esta
ba Almadén débilmente fortificado, aspilleradas sus murallas y rodeadas de
zanjas; los carlistas lograron invadirlo por la parte del E. al S. á las pocas
horas de ataque. El inglés Flinter y el gobernador D. Manuel de la Puente
sostuvieron el combate hasta las nueve de la noche, que se retiraron á dos
fuertes construidos para el último apuro. Los carlistas les atacaron horadan
do las casas y peleando á cubierto; al fin les obligaron á capitular, entregán
dose á Gómez con 1767 hombres, casi todos movilizados de La Mancha y
Estremadura. (3)
Su población ha experimentado varias vicisitudes; en 1575 alcanzó la ci
fra de 400 vecinos; mermó ésta considerablemente en cuanto que el Capítulo
General de 1652 nos dice tener solos 300, y aunque se repuso algún tanto
en los primeros años del siglo XVIII, tanto le castigó una epidemia de tabar
dillos el año 1736 que disminuyó en una 4.a parte. En el censo de 1857
figura con 1972 vecinos y 7421 habitantes, y en el último de 1887 con 2219
y 8126 respectivamente.
R égimen municipal.— Desde el año 1 41 7 en que Almadén recibió su car
ia de villazgo, su concejo estaba compuesto de alcalde ordinario, 4 regidores,
procurador del común, alguacil mayor y mayordomo. Reunidos en los pri
meros dias del mes de Diciembre designaban 4 vecinos de los más significa
dos, los cuales se asociaban al concejo para la elección de los dichos oficios
de justicia. De común acuerdo ó separadamente proponían doble número de
(1) Bib. Nac. M. S.-D . d. 194
(2) Arch. municipal—á —Leg. núm. 2
(3) Hist. de la Guerra civil—D. Ant. Pirala—3.a ed., t. 2.°, pág. 227—Ap. n.° 18—
81
f
individuos al de los cargos, que se habían de elegir, y recibiendo previamen
te para cada votación los electores una haba blanca y otra negra y el gober
nador dos de cada clase, y depositados los nombres de los propuestos en una
? olla, sacaban uno de éstos, procediendo inmediatamente á su votación, siendo
los elegidos para los dichos cargos los que resultaban con más habas blancas.
| E l ayuntamiento nuevamente elegido hacía después el nombramiento de los
demás cargos concejiles y mayordomos de obras pías.
Nombrado su alcalde mayor al tenor de lo dispuesto por Felipe II por
los años 1 555, en 2 de Noviembre de 1562 concedió á los Fúcares, arren
dadores de la Mina, “ que agora de aqui adelante no aya dicha villa alcalde
mayor, y queriendo que dicho Marcos Fúcar pondrá para que administre
justicia en la villa y su termino persona que convenga á mi servicio..... con
cedo á Juan Xedler en su nombre ó á quien su poder oviere la jurisdicción
civil y criminal en dicha villa.....„ (1) Su hijo en 13 de Abril de 1 61 6 am
pliaba esta concesión haciendo llegar la autoridad del alcalde mayor de
Almadén no sólo á los vecinos de dicha villa, sino que también al “ que en
ella anduviese y trabajase, asi de la villa como de fuera della, en qualquier
parte y lugares donde quiera que obiese fabrica y beneficio de metales y
azogue y lo aello anejo, y mando que la persona que para este efecto fuese
nombrada por los dhos Marcos Fúcar y ermanos..... fuese juez ordinario y
como tal pudiesse traer y trajese bara de justicia y conocer y conociesse de
todas las causas..... y que de sus sentencias..... en que ubiere lugar á apela
ción, aquellas que fuessen de negocios ordinarios, que no toquen á dha fa
brica del azogue, para los tribunales y jueces donde hasta aqui se ha conoci
do dello, y de las que fuessen de la dha fabrica para el tribunal de oydores
de mi Contaduría mayor de Hacienda..... que el alcalde mayor que nombra
ren sea juez privativamente de todos los cassos y pleytos y diferencias que
tocaren á los oficiales y travajadores, que sirven en la dha fabrica y minas.....
y de quantos Quitos de azogue que sse cometieren en la dha villa como
en el camino llevándolo della á Sevilla, aunque sea fuera de su jurisdicción,
y aunque algunos esten pressos en otras partes por lo suso dho lo qual se
pan las justicias so pena de 100.000 m rs
„ (2) Carlos II en 1673 y con
motivo de haber cesado los Fúcares en la administración de la Mina, reco
noció la necesidad de mantener las jurisdicciones en una sola mano, y á más
de establecer el procedimiento á que se habían de sujetar las causas, ordena
que el Consejo de Hacienda proponga para el cargo de gobernador de A l
madén y el Consejo de las Ordenes expidiese el título, conociendo además
de las apelaciones. (3)
El alcalde mayor de Almadén tomó prontamente el título de gobernador
(1) a —Leg. n.° 1 —
(2) a—Leg. n.° 4—
(3) a—Leg. n.° 2—
82
y últimamente el de superintendente, recibiendo en 1779 los honores y an
tigüedad de consejero del de Indias. Su dotación al principio era de 300 du
cados, elevándose después á 400. Su jurisdicción se extendía á esta villa y
sus anejos Gargantiel, Alamillo y Almadenejos, y desde el 1779 á la inme
diata villa de Chillón y su anejo Palacio de Guadalmez por haber sido agre
gada á este gobierno. (1)
N tra . S ra . de la E strella .— Primitiva parroquia de esta villa hasta que
destruida en la guerra de la Independencia se trasladó á la ermita de Jesús
Nazareno, donde continúa. Creada por el Real Erario en 1782 una parroquia
bajo el título de S. Miguel con dos capellanías para la asistencia espiritual
del presidio, mineros, compañía de inválidos y destacamento, adquirió el ca
rácter de castrense, quedando reducida después á la capellanía del Hospital.
Se habilitó después esta iglesia y en ella oyen misa los dependientes de la
Mina. En las calamidades públicas se recurría también á la intercesión de
esta devota y antigua Imagen; celebrando en su honor el ayuntamiento el
novenario de las misas de la Virgen de Navidad, repartiendo 4 fanegas de
trigo en panes á los pobres. Nombraba también el mayordomo que administrava sus fondos.
E rmita de }esús N azareno. — En 1744 este ayuntamiento nombraba ma
yordomo á D. Juan Corral, oficial i.° de la Mina, para entender en la cons
trucción de esta iglesia. Los desperfectos causados por los franceses en la
parroquia la inhabilitaron para el culto, trasladándose á esta ermita, al
efecto el ayuntamiento mandó levantar su campanario en 1 8 1 3 y D. Jeróni
mo Luna construía su retablo mayor en 1885.
S anta A na.— Felipe II en 6 de Octubre de 1580 concedía licencia á este
concejo para edificar su ermita en el Puerto del Castaño. Ya con anterioridad
á esta fecha se celebraba su fiesta; su mayordomía era cargo concejil, y ha
ciendo su ayuntamiento voto de celebrar la fiesta de S. Pantaleón en los pri
meros años del siglo XVII, se empleaban estos dias en funciones religiosas
y festejos populares.
S an S ebastián.— Aparece ya construida su ermita en los primeros años
del siglo XVII. Con motivo de la peste que afligía á varias ciudades de Es
paña en 1779 recomendó el Consejo de las Ordenes se acudiese á la pode
rosa intercesión de los santos Roque y Sebastián, y el ayuntamiento decretó
en 1793 fundar con sus bienes una capellanía con cargo de la misa de once
y media y con la dotación de 100 ducados, que había de percibir de la huer
ta, Fuente nueva y casa.
S anto C risto de la F uensanta.— En 1752 el ayuntamiento disponía ha
cerle rogativas por sequía, considerándole como patrono de la villa.
S anta B rígida.— Se dá como construida esta ermita en el siglo XVII,
siendo su mayordomía de cargo del concejo.
(1)
a—Leg. n.° 4—
—
83
—
S anta B árbara .— En 1746 se mandó por el ayuntamiento apreciar la
piedra arrancada del Puerto del Castaño para esta ermita.
S an J uan . — En los primeros años del siglo XVI, á que alcanzan los li
bros capitulares de este ayuntamiento, aparece ya nombrándose todos los
años el mayordomo de S. Juan y llevando su nombre la plaza en que está si
tuada su ermita.
V otos .— En 8 de Diciembre de 1644 hacía voto este ayuntamiento de
celebrar la fiesta de la Purísima Concepción, en 1697 celebraba igualmente
con gran solemnidad la del Corpus, y del patronato de Ntra. Sra. de Gargantiel, el más fervoroso de todos, hablaremos en el lugar correspondiente. Es
tas fiestas, juntamente con las de los titulares de las ermitas que dejamos
mencionadas, demuestran el fervor religioso de que se hallaban poseídos los
vecinos de Almadén en aquellas centurias. En la mayoría de ellas correspon
día la iniciativa al concejo, el cual nombraba diputados de su seno para su
organización, correspondiendo el pueblo de tal manera, que el gobernador
superintendente hacía constar en 1774, que muchos se arruinaban por los
considerables gastos que hacían en las cofradías, en especial en los convites,
prohibiendo la celebración de éstos.
C asa consistorial .— Pequeña casa en su principio de la propiedad del
ayuntamiento, en 1676 se dispuso su reconstrucción al efecto de que desde
ella presenciara las corridas de toros la corporación municipal, construyéndo
se unos tabladillos á este fin, trasladados en 1753 á la plaza Nueva. En
1 681 , teniendo en cuenta las malas condiciones del ayuntamiento, pósito y
cárcel, determinó su construcción, adquiriendo tres casas linderas. El ayunta
miento celebraba sus sesiones en la residencia del gobernador; pero hecha
ver por los regidores la conveniencia de reunirse en la Casa Consistorial, se
ordenó en 1798 fuera decorada convenientemente. Los franceses causaron en
ella sensibles destrozos, teniendo el ayuntamiento que habilitar una sala del
teatro para las sesiones mientras se reparaban.
P ósito . — Esta benéfica institución, cuyo origen en esta villa nos es des
conocido, cumplía aquí su misión salvadora y era administrada por el ma
yordomo que anualmente nombraba el concejo.
Instrucción pública .— Desde el siglo XVII se ve tener esta villa su pre
ceptor de Gramática y Elocuencia, viviendo de las obvenciones que le daban
los alumnos; el ser éstos en reducido número en 1755, le obligó á solicitar
del ayuntamiento algún socorro, concediéndole éste 550 reales. Dotóse des
pués este cargo con 400 ducados; pero creyéndose excesiva esta dotación
por un lado y aplicar parte de ella por otro á la creación de escuelas de ni
ñas, se redujo á 200 en 1796; pero esto ocasionó la renuncia del profesor y
no hallar persona competente, por lo que el ayuntamiento recurrió al con
vento de S. Antonio, para que un religioso diera esta enseñanza. Tenía tam
bién esta villa su maestro de niños bien dotado por el ayuntamiento, y en
1796 se nombraron tres maestras de niñas con tres reales diarios.
—
84
—
Industria .— La industria de paños alcanzó el floreciente estado de la de
la vecina villa de Chillón, vendiéndose en el mercado con la misma marca; lo
que prohibió el Consejo de las Ordenes en 1561, ordenando á los fabrican
tes pusieran la Cruz de Calatrava, y todos los años á la par de los demás car
gos concejiles se nombraba el sellador de paños.
Diego de Capilla.— Se embarcó con Colón en Palos y se quedó en la isla Es
pañola, pero al volver el Almirante halló que había sido muerto por los indios, (i)
Juan Martín Cabezalero.— Nació el año 1633 y fué discípulo de D. Juan
Carreño, pintor de Madrid. Existen obras suyas en S. Francisco, S. Plácido, Nuestra
Sra. de Gracia y Cartuja del Paular. Murió el 1673. (2)
D. Francisco Ramiro Arcayos.— Vicario eclesiástico de Madrid y visita
dor de su partido en 1807, obtuvo votos para diputado en las elecciones de CiudadReal de 1813.
D. Fernando Caravantes y Méndez.— Nació en Almadén el 30 de Mayo
de 1788, y no en Alcázar de San Juan como equivocadamente dice la Memoria del
Centenario de la Escuela de Minass sin duda porque su padre D. Antonio ejerció en
esta ciudad el cargo de administrador de Rentas; pero consta haber nacido en A l
madén, falleciendo igualmente en este pueblo el año 1852. Fué director general de
Minas, alternando con Cabanillas en la dirección de éstas de Almadén, según la si
tuación política imperante. Escribió:
Estado de las Minas de Almadén en fin de Diciembre de I 8j8.— M. S.
D. Rafael Cabanillas y López Malo.— Hijo de D. Juan Antonio, maestro
mayor de las Minas de este pueblo, y de D.a Josefa. Hizo sus estudios en Madrid al
lado del virtuosísimo sacerdote del Campo de Criptana D. Manuel López Malo, su
tío, siendo de los primeros ingenieros que ingresaron en el Cuerpo de Minas, llegan
do á ser director general y jefe de las de Almadén. Diputado á Cortes y Senador
del Reino en varias legislaturas por el distrito de Almadén y prov. de Ciudad-Real
estaba condecorado con las cruces de Carlos III é Isabel la Católica. Falleció en 18 53*
Escribió:
1.
— Memoria sobre las Minas de Almadén.— Madrid— 1838— 8.°, 52 pág.— “ Anal
de Minas,,— t. I— p. 399—
2. — Sobre la reforma de la ley de Minas de 1825— Mad.— 1837— 20 pág.
3.
— Informe sobre el estado de las minas del reino en fin del año 1845, presenta
al Gobierno de S. M. “Anales de Minas,,— t. 4.0— p. 43 —
4.
— Sobre las minas de cobalto del valle de Gistaín en el Pirineo de Aragón— “R
vista Minera,,— t. 4.*— p. 584 (3)
D. Miguel de Guevara— Distinguido ingeniero y notable profesor de la es
cuela de Minas. Falleció en Sevilla en Enero de 1840. (4)
D. Vicente Romero y Alarcón — Nació en Diciembre de 1797 y murió en
Septiembre de 1869.— Profesor de la Escuela práctica y dedicado á la pintura en sus
(1) Fernández Duro.—A rca de Noé—pág. 619—
(2) Dice.0 de A rt. Esp .—Cean Bermúdez.
(3) Centenario de la Esc. de Minas—pág. 207—
(4) Id . -p á g . 2 3 0 -
85
primeros años llegó á ser un hábil dibujante como lo demuestran los planos y dibujos
que existen en la Escuela de Minas, (i)
D. M a n u e l M o r e n o T r u j i l l o . — Nació el 6 de Enero de 1828.— Profesor de
Veterinaria de primera clase y subdelegado de sanidad del partido.
Curación del Tétano.— Memoria presentada en la exposición de agricultura de
Ciudad-Real del año 1859 y premiada con medalla de plata. Ciudad-Real— 1859—
4.0— 13 pág.— se publicó también en la “ Revista de Agricultura«— año 3.0— pág.—
424 á 434D. F e d e r ic o A l b a r r á t e g u i y V ic e n .— Nació el 18 de Febrero de 1843.
Abogado, jefe honorario de Administración civil, Secretario de la Diputación provin
cial de Badajoz y del Fomento de las Artes de Madrid, ha colaborado en varios pe
riódicos políticos, literarios y administrativos. (2)
D. F e lip e N a r a n jo y G a r z a .— Ingeniero de Minas, profesor de Mineralo
gía en la Escuela especial del ramo, académico de la de Ciencias y diputado por
Burgos.— Nació en Febrero de 1824 y murió en Madrid en Mayo de 1877.— Escribió:
1. — Memoria sobre los procedimientos matalúrgicos, que se ensayan en Linares.
M. S.
2.— Observaciones geológico mineras
“ Bol. Ofic. de Minas,,.— 1844.
3. — Minas de hierro y fe r rerías de Marbella— id.
4. —-Fábrica de bermellón y cobre en Almadén— id.
5 . — Informe sobre las minas. de Losacio— id.
6.— Reseña geonóstica
de Burgos “Anales de Minas,,— t. 2.0—
7.
— Reconocimiento geológico de la cuenca del Guadiana desde Ruidera á Villarta
de S. Juan “Bol. Ofic. del Minist. de Com.„ etc.— 1850.
8.
— Necesidad de una descripción completa de la Cordillera de Sierra Morena, etc.
— Discurso leído á su ingreso en la Academia de Ciencias— 6 de Enero de 1857*
9.
— Memoria sobre el estado de la minería de la prov. de Murcia.— “ Revista del
Minist. de Fomento,,— t. 6—
10.
— Descripción de un ejemplar de galena argentífera de Garlitos— “Revista de
los progresos de las ciencias.,,
11. — Elementos de Mineralogía.— Mad. 1862.—
12.
— Manual de Mineralogía general.— Mad. 1862.— Estas dos obras sop las más
importantes y las cuales han adquirido gran crédito.
13.
— Extracto de una Memoria sobre la fosforita de Logrosán. En colaboración
con D. Lino Peñuelas.— Mad. 1850.—
14. — Sobre el terreno aurífero de la prov. de León.— “Revista Minera«— t. I.°—
15. — Origen y progresos de la Mineralogía.— id.— t. 3 «°—
16. — Estudios históricos sobre Paleontología.— id.— 1.< 3 -°—
17. — Descripción de la mina. de Gargantilla de Buitrago.— id.— t. 4.0—
18. — Refutación de los escritos de D. Lotario Castelain.— id.—
19. — Gabinete de Mineralogía.-—id.— t. 5 -°—
20. — Descripción....— id.— t. 6—
21. — Criadero de calamina.— id.— id.
22. — Colección del gabinete de la Escuela de ingen. de Minas— id.— t. 9.
23. — Mapa geológico de Australia.— id.— t. 24— (3)
D . J o s é S ie r r a .— Nació en Febrero de 1830 y murió en 1869. Explicó Matemá
ticas en la Academia y ejerció otros cargos de importancia en las Minas. (4)
(1) Centenario de la Esc. de Minas —pág. 260—
(2) Mem.a de la Asociación de Escrit. y A rt.—1882—
(3) Centenario de la Ese. de Minas —pág. 247—
(4) Id . —pág. 267—
86
D. Juan José Muñóz de Madariaga.— Ingeniero jefe de segunda clase de
montes y profesor de Química general y aplicada de la Escuela especial.
1. — lecciones de Petrografía aplicada.— Madrid— 1878—
2. — Manual de Mineralogía.— Madrid— 1880 —
3. — Manual de Geología.— 1881 —
4. — Lecciones de Química aplicada— Madrid— 1886—
5.
— Descomposición de las rocas, formación de las tierras è influencia de los com
nentes de éstas en sus propiedades.— Madrid— 1887—
D. Fernando Lozano y Montes.— Jefe de Administración militar, ha pu
blicado:
1. — Academia de Administración militar .— Madrid— 1875— 4.0—
2.
— Competidlo de Hacienda pública.— Madrid— 1876— 8.°—
3. — Fundamentos de la enseñanza militar .— Madrid— 4 0—
4. — La cuestión de la Academia general militar — Madrid— 4.0—
5.
— Transformación de la Administración militar en los tiempos modernos.— Mad
— 1878— 8.°—
6. — La reorganización de la Administración de guerra en España .— Madrid—
2883 (I)
D. Antonio Blázquez y Delgado Aguilera.— Nació el año 1859; oficial pri
mero de Administración militar y profesor de su Academia.
1. — Grecia — Estudio geográfico militar.— Madrid— 1878— I voi. 8.°—
2. — Estudios de Administración militar comparada.— Madrid — 1881 — 2 voi. 4.0—
3.
— Bosquejo histórico de la Administración militar española.— Madrid— 1885—
voi. 4.0—
4.
— La Administración militar española.— Apuntes bibliográficos.— Avila— 18
—
4
-°—
5. — Estudios gramaticales.— Ciudad-Real— 1886— 8.°—
6.
— Media docena de historias. Algunos versos y un cuento de amores.— Ciud
Real— 1886— 8.°—
7. — Romancero de Ciudad-Real.— Ciudad-Real— 1886— 8.°—
8.
— Apuntes para las biografías de Hijos ilustres de la prov. de Ciudad-Real
A vila — 1888— I voi. 4.0—
9.
— Apuntes para la historia de la prov. de Ciudad-Real.— Ciudad-Real — I voi.
— 164 pág.—
10.
— fu icio histórico crítico sobre el fratricidio de D . Pedro I de Castilla.— Ciud
Real— 1889 — I voi. 8.°—
1 1 . — Geografía económico militar de Europa .— A vila — 1886— 4.0— 2.a ed. id. 1890.
12.
— Historia administrativa de las principales campañas modernas.— Madrid
1892— 4.0—
13.
— Ponencia presentada al Congreso geográfico hispano-por tugues-americano
Madrid— 1893— 4.0—
14.
— Nuevo estudio sobre el Itinerario de Antonino.— Bol. de la Acad. de la H
— t. 2 1— pág. 54 —
15.— Las costas de España en la época romana.— Id.— t. 24— pág. 382.—
16. — Historia de la prov. de C.-Real.— Avila— 1898— 2 t. 4.0—
D. Anselmo Sánchez Tirado.— Catedrático de Geometría descriptiva y
después de Estereotomía, fué nombrado director de la Escuela en 1875 y presiden
te del Congreso nacional minero. Tiene publicados dos tratados didácticos acerca
del aparejo elizoidal y las proyecciones axonométricas, isomètrica y fantástica y
(1) Blázquez.—La Adm.—Apunt.—bibliog.—
—
87
-
Discurso
en la sesión pública para celebrar la fundación de la Escuela de Alinas .—
Madrid— 1877—
— Médico de los Reyes Católicos, le menciona Luis Comenge y Ferrer en su Carta geográfico histórica de la Medicina española.— 1885 (i)
— Apuntes de economía política aplicados á la
prov. de la Mancha.— Ciudad-Real— 1841— (2)
Fernando Alvarez.
Juan Crisòstomo Castellanos.
Bernabé de Resa.
Alegación por la Orden de Calatrava.—
Salamanca— 1634—
Gervasio Sánchez.
1.
2.
— Tratado de Anatomía.
— Enfermedades de los mineros de Almadén .
1) Blázquez.—Apuntes.
¡2) Hidalgo.—Dice. Bibliog.
MINA DE ALMADÉN.
La Mina de Almadén es sin duda la más preciosa alhaja de la nación es
pañola, y en sentir de Bowles “ la más rica para el Estado, la más instructiva
en su labor, la más curiosa para la historia natural y la más antigua que se
conoce en el mundo. „ Nuestras investigaciones no podían tener otro objeti
vo, sino hallar la historia externa ó administrativa de este rico establecimien
to de nuestra Provincia-, porque la interna, esto es, la historia de su laboreo
ó explotación con el estudio de los métodos científicos puestos en ejecución
misión es de la Mineralogía, y ya lo hicieron con su acreditada competencia
los ingenieros Bowles, Esquerra, del Bayo, Aldana, Cabanillas, Naranjo y
Garza, Jessieu, Caravantes, D. Diego Larrañaga, Yegros y otros menos co
nocidos, cuyas lucubraciones publicadas en la Revista M inera, en el Boletín
O ficial de M inas y en Memorias forman una biblioteca completa, á cuya
potente luz cabe el examinar todos los problemas científicos, económicos y
sociales que tienen íntima relación con la explotación y laboreo de esta Mina.
La Mineralogía y Metalurgia confunden sus orígenes con los primeros
dias del hombre sobre la tierra, pues recientes exploraciones atestiguan que
los objetos de bronce, cobre, oro, plata y electro (i) se encuentran confundi
dos con los de piedra y pertenecen como éstos á los tiempos llamados pre
históricos. (2) La Mineralogía nació de la necesidad que sintió el hombre de
aplicar los metales á los usos que su estado social y sistema de vida exigían.
Creciendo su cultura y civilización con sus necesidades, el trabajo de las mi
nas llegó á compartir con el pastoreo y agricultura la ocupación del hombre.
Cuando comienza la historia de nuestra nación, tal como hoy la conoce
mos, los trabajos de las minas estaban constituidos en España, según de ello
nos dan cuenta los Macabeos— 188 años a. de J. C.— y Aristóteles; y si co
munmente tiénense por exageradas las noticias de éste, siempre aparece in
dudable, que en su tiempo nuestra nación era el más rico venero del mundo
conocido. (3) Era de esperar, que por ser la Mina de Almadén el más precia
do tesoro de España, conociéramos su historia y tuviéramos noticias exactas
de su explotación por los diversos pueblos que la poseyeron; pero nuestra
ignorancia es casi completa acerca de particulares tan interesantes.
Cicerón en una de sus arengas hace alusión á la Minas de Almadén como
explotadas por una sociedad particular. Posidonio nos cuenta que de ningu
na otra parte se llevaba á Roma el minio, sino de Sisapo. Custodiado con el
mayor esmero era conducido el mineral envasado y sellado, tal como salía
(1) Electro, nombre antiguo del ámbar, aplicado también á una aleación de oro y plata.
(2) Peña y Feraz .—Manual de Arq. Prehist.
(3) Lib. l.°, cap. V I I I - v . 3 —De Mirabilibus—
89
del filón, á la capital de la República en cantidad de unas 2.000 libras
anuales próximamente. (1) Strabón añade, que se extraía de Turdetania tri
go, mucho vino, aceite exquisito, etc., y el minio ó bermellón, que no era
ciertamente su clase inferior al celebrado de Sinope en el Ponto. Plinio nos
refiere también, que todo el minio ó bermellón que se consumía en Roma
se llevaba de España, de Sisapón en la Bética. Marco Vitrubio Polión es más
explícito; las oficinas del bermellón, dice, que antes estaban en las minas de
Efeso, ahora se han trasladado á Roma, por haberse hallado venas del mis
mo en España, de donde se traen las glebas, y se trabajan aquí por los asen
tistas. (2) Fué este artista romano contemporáneo de Augusto, por lo que
esta Mina vino á descubrirse algunos años antes de la Era cristiana; demos
trándose poi esto el craso error en que incurren los que hacen á los fenicios
los primeros explotadores de los ricos y abundantes veneros de Almadén. (3)
S. Fernando, al hacer entrega á la Orden de Calatrava, establece taxati
vamente las condiciones á que se había de sujetar su laboreo, y los docu
mentos de la Orden nos dan algunas noticias sobre su explotación, viendo
por ellas que D. Sancho IV en 1286 le concedía á la Orden citada no sólo
el laboreo de las Minas, sino que pudiera vender el bermellón fuera del rei
no; Alfonso XI en 1 3 1 3 decreta á su favor el monopolio de este mineral, en
cuanto que prohíbe la venta del azogue sin licencia del Maestre; pero la Or
den no la explotaba por sí misma, sino que arrendaba todos los años en
pública subasta los trabajos, imponiendo las condiciones que las necesidades
del consumo y experiencia aconsejaban. Así lo hizo el Maestre D. Ruíz Pérez
Ponce en 1287; D. García López de Padilla ajustó con unos valencianos la
extracción del mineral á 9 libras el quintal— 1 3 1 3 — ; posteriormente les
abonaba por sus trabajos de todo el año 50.000 maravedís. El bachiller Pe
dro Fernández, chanciller del Infante D. }uan, contrató los trabajos por 10
años y pago de 100.000 maravedís en cada uno— 134 9 — • D. Gonzalo Núñez de Guzmán arrendó las Minas á micer Francisco de la Cheretia, mercader
genovés y procurador de Jerónimo Doria, por 6 años y canon en cada uno
de 1.600 doblas de oro moriscas— 13 8 7 — ; y Martín Lomely é Hilario Damón, también genoveses, contrataron el arriendo por 8 años y pago de 1.400
doblas de oro en cada uno— 1399— . (4) Disputóle á la Orden el derecho
exclusivo de la explotación de la Mina el alcaide de los donceles, como señor
de Chillón, pero los Reyes Católicos sentenciaron en contra de sus preten
siones— 14 8 6 — .
Manejadas dichas Minas por la R. Hacienda, dice el Sr. Cabanillas, desde
el año 1 5 1 2 al 1525 tan sólo produjeron 500 quintales de azogue; más en
(1) D. Man. Rod. Berlanga—Ob. cit. pág. 654.
(2) Cortés y López—Dice. Hist. Geog. de la Esp. Ant.—t. l.° 82 y 3.°—pág. 391—
(3) MoraytsL—Hist. de España.—Lib. I I —cap, l.°—t. l .° —pág. í l l —
(4) Colee. Salazar—Ind. del archivo del S. Convento—M. S.—I. 3 6 —Bol. de la Acad. de la.
H ist.—t. 35—pág. 139—1899—
12
90
dicho año, sin duda por lo poco que rendían y por el enorme crédito que
contra el Estado tenían los condes alemanes Fugars ó Fúcares, hermanos,
les fueron dadas en arrendamiento en unión de los Maestrazgos de Santiago,
Calatrava y Alcántara. Se hacía ordinariamente el arrendamiento por perío
dos de io años y bajo las condiciones que la necesidad imponía ó aconseja
ba la conveniencia; obligándose á poner en Sevilla el número de quintales
de azogue fijado en el contrato, oscilando entre 1.000 hasta 4.000 en cada
un año y recibiendo 11.0 0 0 y 1 1 . 1 0 0 maravedís por quintal. (1)
Felipe II en 1562 por la provisión que dejamos extractada, al tratar del
Régimen Municipal de Almadén, concedió á los Condes Fúcares el ejercicio
de la jurisdicción civil y criminal en Almadén, concesión que hizo necesaria
el buen orden y recta administración de la Mina; porque á la vez que robus
tecía el prestigio y autoridad de los arrendadores y removía los obstáculos
que podían entorpecer su acción, sentaba las bases por las cuales esta pobla
ción esencialmente minera se había de regir y gobernar hasta nuestros dias.
Su hijo Felipe III en 13 de Abril de 1 6 1 6 ampliaba esta jurisdicción del al
calde mayor de Almadén en los términos que igualmente hemos hecho notar,
y Carlos II, aun después de haber cesado los Fúcares en el arrendamiento de
las Minas, mantuvo este régimen especial.
Disfrutaron los Fúcares los veneros de S. Sebastián, Mineta alta y baja,
Zurriaga, Contra Mina, Mina del Pozo, que cesó su explotación en los últi
mos años del siglo XVI, principiando entonces la de la Hoya, abandonada
en 1690. Las actuales del Pozo y Castillo principiaron á trabajarse á fines
del siglo XVII; siendo de notar que sus rendimientos en cada uno de los
años que mediaron desde el 1646 hasta el 1700 fueron 2527 quintales. En
los años siguientes hasta el 1776 pasaron de 7.000 quintales, consignándose
500.000 reales mensuales para las labores y gastos.
Ocurre ahora el inquirir, cuál de los diferentes pozos puestos en explota
ción sea el beneficiado en tiempo de los romanos. El Sr. Cabanillas, apoyado
en la autoridad del Sr. Sabau y Blanco quiere sea el de Valdeazogues, en la
ribera del río de este nombre y á dos y media leguas de Almadén. Los tra
bajos rudimentarios y primitivos observados al ser explotados por segunda
vez estos pozos y en época reciente favorecen esta opinión; más al laborear
en 1699 la Mina de la Concepción, de Almadenejos, se hallaron igualmente
escavaciones antiguas, sin que unas y otras se vean apoyadas por los restos
de construcciones de aquel tiempo, que de ser así necesariamente hubieron de
existir á sus inmediaciones para su protección.
(1) Para conocer el alcance del arrendamiento con los Fúcares, así como el poder que és
tos alcanzaron en España, debemos decir, que del asiento de 22 de Octubre de 1553 consta, que
podían explotar todos los veneros de oro, plata, cobre, plomo, hierro, acero, estaño, alcohol, car
denillo, caparrosa, azabache, piedra azufre, rejalgar, verdiel y otros metales de los territorios
de las dichas Ordenes Militares.—Arch. de Almadén—a —Leg. u.° 4— De Simancas—Lib. de
Contadurías, n.° 3.072—Cabanillas—Memoria.
91
Cesaron los Fúcares en el arrendamiento de la Mina en 1645, y con ellos
el método ó procedimiento para su explotación iniciado por la O. de Calatrava y continuado por los Reyes, de entregar la Mina á particulares para
que la beneficiasen á su modo: considerado este procedimiento como dañoso,
porque atentos éstos únicamente á extraer la mayor cantidad posible de mi
neral, prescindían de las obras de defensa y seguridad, ocasionando con esto
gran número de desgracias personales é inutilizando la prosecución de aque
llos trabajos-, obligando á hacer nuevas exploraciones, cuando la Mina pasó á
ser administrada por la Hacienda. Encargada ésta no sólo de los trabajos,
sino que también de la venta del mineral, y auxiliada por nuestra entonces
potente marina y por la influencia de que gozábamos en América, su gestión
fué altamente beneficiosa. Faltos en estos últimos tiempos de estas ventajo
sas condiciones, se ha adoptado un tercer procedimiento, que consiste en con
tratar el precio del azogue y un número fijo de quintales tomados en la Mi
na, y este es en principio el método seguido con la casa de Rotschild desde
el año 1843, variando en todos los contratos las cláusulas accidentales y ju
gando siempre el Erario en constante pérdida, por obrar el Estado á impul
sos del ahogo y de la penuria.
• Fué Almadenejos anejo de Almadén y considerado hasta el año 1836
como una prolongación de su vecindario; así es, que los trabajos de minería
allí realizados estuvieron siempre bajo la dirección de la mina de su matriz,
como una de sus dependencias. La mina Concepción Vieja, descubierta en
1669, fué explotada hasta el año 1800, abandonándose cuando ya contaba
con unas 300 varas de profundidad y al mismo tiempo que se descubría la
inmediata á ésta y junto al Cerco, igualmente dejada por su esterilidad.
La mina de la Concepción del valle de Gil obrero y dehesa de Castilseras, fué descubierta en 1779 por D. Pedro Sánchez Aparicio. En 1794, á
30 varas de profundidad, apareció mineral riquísimo en cantidad y calidad.
En 1835 se descubrió en esta mina una infiltración de azogue nativo en las
capas de pizarra arcillosa del terreno y á 13 varas de profundidad, que for
mando una especie de fuente ó venero natural de una agradable visualidad
produjo unas 200 arrobas de mercurio en el solo espacio de dos meses. (1)
Fué esta producción como la última llamarada que da la luz próxima á ex
tinguirse; porque resultando estéril á los pocos años, se reconcentraron los
trabajos todos en Almadén. El término medio de la producción de esta mina
fué de 3 . 71 2 quintales por año, lo que además del beneficio que representa
evitó también por el pronto el abandono y ruina de los costosos edificios le
vantados en Almadenejos.
A principios de este siglo D. Diego Larrañaga, Director de la Mina, es
tableció en ella en el cerco de S. Teodoro la elaboración de lacre y bermellón.
No siendo posible competir con el extranjero, por el vicioso procedimiento
0)
Bol. Oficial de Minas— 1844—N. 4 —
92
empleado en su explotación tal vez, los gastos excedían á los ingresos y
desapareció su fabricación en 1841.
Desde el momento en que la Mina pasó á ser dirigida por la Hacienda
se hizo notar la falta y escasez de brazos, especialmente para los trabajos sub
terráneos. Entre otros medios, que se arbitraron, fué ampliar la exención
de quintas, privilegio concedido ya á los Fúcares, pero limitado á 300 fa
milias. A este mismo intento, de facilitar personal para los trabajos á la vez
que dar ocupación á los penados por graves delitos, el Gobierno construyó
el presidio, empleándolos en los trabajos subterráneos; pero sospechándose
de ellos fundadamente, haber sido los autores del incendio del año 1775, que
por espacio de 30 meses paralizó por completo los trabajos, originó una
inundación general en las galerías, grandes hundimientos y sensibles des
gracias; convencidos además del escaso trabajo que hacían estos hombres
forzados, se les separó primero de los subterráneos, para destinarlos á la ha
bilitación de caminos, y á otros servicios, trasladándolos por último á Ceuta
en 1801.
La ineficacia de estos ensayos hizo comprender, que el único remedio á
la escasez de brazos, era el ya señalado por la Orden de Calatrava, el dotar
á Almadén de una población fuerte y nutrida; porque en todo tiempo se vió
que sus vecinos constituían el núcleo principal y más inteligente de sus ope
rarios, y aun en épocas en que los trastornos políticos hicieron escasear los
fondos sostuvieron ellos solos los trabajos. Para conseguirlo ensancharon su
término municipal, medida altamente beneficiosa, pues á más de aumentar
sus recursos y medios de subsistencia, podían estos alternar con las labores
del campo, las más fatigosas de los pozos; siendo remedio eficaz á lo insalu
bre de un trabajo continuado en el fondo de la Mina. La agregación de la
villa de Chillón y su término en 1777 y de la dehesa y encomienda de Castilseras en 1844, de que detalladamente damos cuenta en el lugar correspon
diente, obedeció á este pensamiento salvador.
Los trabajos subterráneos y de los hornos fueron siempre dañosos y per
judiciales á los obreros, y por más que las condiciones en que hoy se practi
can se han mejorado en la medida aconsejada por la higiene, siempre será
noble empresa el que á tan humanitaria misión se consagren desvelos cons
tantes. El Sr. Cabanillas, que por muchos años dirigió estas Minas, nos pinta
de mano maestra los estragos que sufrían los trabajadores en su tiempo.
“ Las muchas y complicadas faenas, dice, ofrecen á los mineros frecuentes
riesgos de perder su vida ó de quedar inutilizados. La prueba la ofrece el
mismo Almadén, viéndose jóvenes que poco adelantados en edad están ciegos,
cojos ó mancos por efecto de algún desgraciado acontecimiento en las Mi
nas, y siendo muy general, el que sufran convulsiones fuertes, que los tienen
en continuo movimiento, se ven privados de fuerza y seguridad aun para
andar y comer; llegando las mismas á hacerse crónicas, é inhabilitándolos
vitaliciamente, tanto que, los unos suelen venir á una parálisis y otros pade-
—
93
—
cen en sil parte intelectual, esperimentando una especie de estupor, que á
veces se hace permanente, llamándose en el país modorros, á los que llegan
á tan triste estado; y últimamente, los mineros de Almadén, en lo general
demacrados y descoloridos, ya por efecto de los trabajos de la Mina, ya por
los de fundición, ya por ambos á la vez, ofrecen el espectáculo más lastimoso
y causan compasión á cuantos los ven. Son además muy comunes en ellos las
hemotipsis, el thialismo y otras enfermedades de pecho; y en general los
hombres dedicados á los trabajos de la referida Mina pierden su robustez y
su vida nunca es muy larga, teniendo todos ellos alguno de los dichos pade
cimientos en mayor ó en menor grado, y observándose, que los muchachos,
que desde sus primeros años se dedican á tales faenas, medran y adelantan
poco en su parte física, enfermando ó inutilizándose algunos antes de llegar
á la juventud, gozando todos de una constitución débil y delicada.„ (i)
La perspectiva que al viajero ofrece hoy la Mina no puede ser más hala
güeña. Dividida en los tres cercos de S. Teodoro, Castillo y Butrones, tiene
la misión el primero de extraer el agua y de introducir materiales para la
fortificación de las galerías, ofreciendo éstas un orden inteligente en su dis
tribución, bien ventiladas y con obras de construcción tan atrevidas, que son
la admiración de propios y extraños. Se extrae el mineral por el segundo,
siendo conducido en vagonetas, vertiéndolo en el tercero destinado á la cal
cinación ó sublimación del cinabrio, cuya operación se ejecuta en hornos de
diferentes sistemas, á almacenes para depósito y envase del mineral y á ofici
nas y talleres de las artes que le han de auxiliar en esta operación.
E scuela de M inas .— El desarrollo y crecimiento de la población de A l
madén hizo que gran parte de sus vecinos se dedicaran por completo al ser
vicio de la Mina, proporcionando operarios entendidos, que á más de facili
tar extraordinariamente los trabajos de explotación, libraron á la nación de
la costosa tutela de los extranjeros. A mediados del siglo XVIII la Mina se
hallaba en poder de los alemanes; de lo que resultó ser por muchos años de
esta nación los directores facultativos, de donde reconoció el Gobierno la
necesidad grave de contar en España con hombres instruidos en el ramo de
Minería, y Carlos III por R. O. de 14 de julio de 1747 creaba en Almadén
la Escuela de Minas, con la sola asignatura de Geometría subterránea, con
fiando su enseñanza al ingeniero alemán E. Storr, cerrándose definitivamente
en el año 1777 y sustituyéndola con la Escuela de Capataces. En 1785 se
ordenaba la construcción de una casa para esta escuela, instalándose en ella
cuatro años después. También arrastró una vida pobre y afanosa; porque in
terrumpida por muchos años la enseñanza volvió á abrirse en 1802; pero el
escaso porvenir que se ofrecía á sus alumnos, por concretarlos á esta sola
Mina, dejó completamente vacía la Escuela dos años después. En 1825 se es
tableció en Madrid la Escuela de M inas y por R. O. de 23 de Abril de 1835
(1) Memoria—pág. 43—
94
la Escuela práctica (pe M inería, en Almadén, corriendo la enseñanza á car
go de los ingenieros de las Minas, (i)
H ospitales. — El de la Caridad, cuya misión era dar sólo albergue á po
bres transeúntes, y cuya administración corría á cargo del concejo.— El Hos
pital real mandado edificar por el Consejo de Hacienda en 1753. Constru
yéronse en este año 24 casas en la Plaza nueva para aumentar sus rentas,
siéndole igualmente agregados para su sostenimiento los productos de la
dehesa de Castilseras. (2) La casa-cuna se unió á la de la capital en 1843.
C astilseras.— Dehesa con 16 millares, la que linda al N. S. y S. E. con
término de Almadén, E. Valle de Alcudia y O. Chillón. Corren por ella los
ríos de Valdeazogues ó Gargantiel y el Alcudia, los que se unen á poco de
salir de su término cerca del Tabladillo y ruinas del castillo de Aznarón ó
Aznaharón, dicho H i$n-ebn-H arón, castillo, dice Edrisi, en el cual se hallan
las minas de azogue y cinabrio. (3) Perteneció esta dehesa á la Orden de
Calatrava, siendo una de sus mejores encomiendas; su comendador D. Juan
Pacheco edificó las casas de la misma, y aunque solo tenía en aquel tiempo
5 vecinos fué declarada villa— siglo XVI— . A la creación del partido de
Almodóvar los gobernadores sostuvieron largo pleito con el de Almadén
sobre su jurisdicción. (4) La estrechez de término de Almadén y la conve
niencia de que los trabajadores de sus minas hermanaran las ocupaciones
campestres con los trabajos de aquellas movieron al superintendente D. Gas
par Soler á pedir su agregación á Almadén y Almadenejos; así se hizo en
1780, cesando desde entonces su independencia. Tenía su ermita dedicada á
S . Lorenzo.
(1) Centenario de la Escuela de Minas.—Madoz —Dice. Geog.—
(2) a - Leg. n.° 4 —
(8) E. Saavedra—Geog. de Edrisi—pag. 51 —
(4) Arch. Hist. Nac.—Ind. de los Pap. de la O. de Calat.—t. 1—f.° 183 —
1111111110
Situado este pueblo en una eminencia pequeña próxima al Valdeazogues
y resguardada del N. por el cerro Morretón, debe su origen al descubrimiento
y explotación de la mina la Concepción Vieja, y principió por unas chozas
donde se guarecían los trabajadores. Regularizadas después las faenas mine
ras se construyeron por el Estado almacenes y oficinas, alrededor de las que
se edificaron las casas sin orden ni concierto alguno.
Aunque descubierta esta Mina en el año 1699 cree el Sr. Cabanillas ser
una de las que disfrutaron los antiguos, manifestándolo así los trabajos que
de ellos se encontraron, cuyas labores probaban una total falta de inteligen
cia y un método desordenado en la explotación. (1) Aunque sufriendo algu
nas interrupciones siguieron aquí los trabajos hasta el año 1800, en que se
abandonó esta Mina por su esterilidad y mucha profundidad.
A l E. de Almadenejos, como á media legua de distancia, existía un enor
me barrancon, que manifestaba haberse allí verificado en época muy lejana
grandes escavaciones. A fines del siglo anterior se principiaron los trabajos
de indagación, los que fueron suspendidos por la guerra de la Independencia
en 1809, reanudándose en 1823, pero también hubieron de abandonarse por
la abundancia de aguas al poco tiempo. Estos trabajos unidos á los que tam
bién por este tiempo se hacían en la dehesa de Castilseras, en la mina la
Concepción detuvieron y evitaron por el pronto el abandono y ruina de los
grandes y costosos edificios de Almadenejos.
Está este pueblo circumbalado por una muralla que mide 6 v. de altura,
media de espesor, por 3275 de circunferencia, toda de cal y canto, fortifica
da con nueve tambores y 4 puertas de comunicación, la cual fué construida
desde el año 1756 al 1759 con el objeto de dar trabajo y ocupación á los
(1) Memoria.—cit. pág. 27
96
operarios de las Minas, cuya explotación estuvo interrumpida á causa del incedio producido en ellas, que duró dos años y hemos dicho fué atribuido á
los presidiarios.
Su iglesia parroquial fué en su principio una pequeña capilla, ermita hoy
del cementerio, construyéndose la actual en 1760. Está dedicada á la Purísi
ma Concepción y es aneja de Almadén. Contaba también con un hospital de
mineros construido por este tiempo.
Anejo igualmente de Almadén en lo civil, en 1836 fué declarado inde
pendiente. Es estación del ferrocarril de Badajoz y constituyen su población
259 casas con 864 habitantes.
U mbría del C orcho.— Estación del f. c. con 7 edificios y 15 habitantes.
G argantiel .— El río GargantieL era uno de los límites señalados por A l
fonso IX en 1189 al territorio de la Orden de Calatrava por su parte occi
dental, confirmados por Alfonso X en el año 1269-, apareciendo por vez pri
mera el pueblo, que tomó su nombre, en la condición 15.a de la Concordia
de 1482, la que establece, que “ los vecinos é moradores de Gargantiel ha
yan de pagar el tercio de los diezmos al dicho Sr. Arzobispo;,, cuyo derecho
se anuló en la de 1511, declarándose pertenecer por entero á la Mesa Maes
tral. (1) No obstante que la Carta Villazgo de Almadén señala su término
colindante al del Lugar de Gargantiel— 14 17— el ayuntamiento de aquella
importante villa al nombrar en 1559 los oficiales de su justicia, dice “hacía
éste nombramiento conforme á la sentencia que esta villa tiene ganada en la
Puebla de Gargantiel,, (2) demostrándonos el tiempo aproximado en que
perdió su independencia y fué declarado anejo de Almadén. La Mesa Maes
tral construyó su casa para la percepción de sus rentas junto al castillo, abri
go y defensa de sus primeros pobladores y por esta razón tomaron el nombre
de Casas del Castillo.
El ayuntamiento de Almadén nombraba todos los años á la par de los
demás cargos concejiles al alcalde, regidor y alguacil, que constituían el
concejo de Gargantiel, y á los mayordomos de su iglesia, del pósito y obras
pías. La cofradía del Smo. Sacramento creó de sus fondos el Pósito en 1754,
y con las creces atendía al culto de los domingos de Minerva.
Edificada su iglesia por los años 1530 y dedicada á la Virgen María, que
tomó el título de Ntra. Sra. de Gargantiel, el ayuntamiento de Almadén ha
cía notar en 1620 hallarse de teriorada y no con la decencia que pedían la
devoción á tan devota Imagen y la reverencia debida al Smo. Sacremento, y
ordenó la edificación de una capilla con los bienes que poseía; pero en 1629,
apremiado por la inminente ruina que amenazaba al templo, insiste sobre su
acuerdo y ordena á Antonio Fernández haga los planos de una iglesia más
reducida. Ordena además se venda una casa destinada á mesón y propiedad
(1)
(2)
B u ll. —pág. 281 y 698—
Arch. de Almadén—a—Leg. núm. 1—
97
de la Virgen, para construir el sagrario de la parroquia, la reja de la capi
lla de la Virgen y su retablo. A la vez que en 1776 se hacía constar estarse
construyendo el camarín de la Virgen, se insistía sobre el estado ruinoso de
la iglesia y su pobreza, pues aun de lo necesario carecía, y se autorizaba al
cura para reclamar fondos del Consejo de las Ordenes.
El Emperador Carlos I, por su provisión dada en Madrid á 2 de Marzo
de 1535 hace saber al contador mayor de la Orden de Calatrava que, “ los
vecinos del lugar de Gargantiel tenían ya iglesia y á causa de la poca ve
cindad no avia clérigo que les administrase los Sacramentos,,; el Emperador
accedió á la demanda, asignándole de renta anual 4.000 maravedís, que abo
naría la Mesa Maestral. El Capítulo General de 1652 agregó esta rectoría
al curato de Saceruela, valiendo entonces 1.200 reales. Pero el gobernador
de Almadén hizo presente al Consejo de las Ordenes el abandono en que se
hallaban los vecinos de Gargantiel, por negarse el Cura de Saceruela á se
guir prestándoles la asistencia espiritual, y la conveniencia de aumentar su
dotación; aquel alto cuerpo determinó añadir á los 20 ducados de antiguo
situados 40 más, repartidos entre la Mesa Maestral y encomiendas de Aleolea y Corral; encargándose de este servicio un fraile del convento de San
Antonio.
N tra . S ra. de G argantiel.— La devoción de los vecinos de Almadén á
tan devota Imagen es tan antigua como su población. Era el consuelo y re
fugio en todas sus necesidades, cuando la sequía agostaba sus campos, las
epidemias amenazaban sus vidas, el incendio de sus Minas dejaba en la mi
seria á cientos de trabajadores y siempre que la tribulación se cernía sobre
sus cabezas recurrían á la generosa protección de esta celestial Virgen, con
signando en las actas de su ayuntamiento las invocaciones más fervorosas*
y prodigándole los epítetos más tiernos y amorosos, para demostrar lo ar
diente de su devoción y sincera gratitud. Desde tiempo, que ya en el si
glo XVI se tenía por inmemorial, la villa de Almadén cumplía religiosamente
su voto, concurriendo todos los años el segundo día de Pascua de Resurrec
ción á Gargantiel una comisión del ayuntamiento, su capellán y gran parte
del pueblo, celebraban una misa por la villa en el altar de la Virgen, repar
tían abundante limosna de pan y queso entre los concurrentes, y regresaban
después, siendo despedidos y esperados por la corporación municipal y el
clero en el Calvario. Para las rogativas y siempre que las públicas necesida
des de Almadén lo exigían, el ayuntamiento decretaba su traslación, la cual
se hacía con el mayor aparato posible, y una vez obtenida la gracia que pre
tendían, se restituía á su iglesia rodeada de un pueblo devoto y entusiasma
do, que no cesaba en sus manifestaciones de amor. El concejo nombraba su
mayordomo entre las personas de más distinción de la villa, cuidaba en la
forma que hemos visto de su culto y del buen empleo de las limosnas de sus
devotos, y éstos continuamente la hacían objeto de su generosidad, haciendo
notar entre las donaciones que recibía esta Señora, la de D. Alonso de Paz,
1S
98
familiar del Santo Oficio, que en 1684 le ofrecía una cadena de oro de libra
y media de peso y con 236 eslabones.
Gargantiel celebraba la fiesta de su Patrona en Pascua de Pentecostés,
celebrábase feria en este día y no faltaban los toros, obligados festejos de
estos pueblos en todas sus solemnidades. Con el pretexto de que esta feria
perjudicaba á la de Almadén, que se tenía en el mismo día, y hallarse pro
hibidas en despoblado por razón del contrabando, el ayuntamiento de la ma
triz decretó en 1785 fuese conducida la santa Imagen á la villa para su fiesta,
depositándola en la ermita de Jesús Nazareno, y celebrándola el 2.0 día de
Pascua con la mayor solemnidad, como lo efectúo en aquel año.
La población de Gargantiel ha permanecido estacionada en todo tiempo;
20 vecinos nos dice tener la Provisión citada en 1 535; igual número acusa
el Capítulo General de 1652, y el Nomenclátor de 1894 le fija 33 casas con
79 habitantes.
Cortés y López coloca á Mariana, cuarta mansión Oretana del camino
de Mérida á Zaragoza, en esta ciudad, apoyando su conjetura en la sinonimia
de las dos voces, (i) fundamento inaceptable en buena crítica. Romey copia
á Garibay, el que dice, que el Arzobispo de Toledo D. Rodrigo jiménez de
Rada construyó sobre la misma carretera, que siguieron los árabes, una for
taleza ó castillo, al que llamó Milagro, miraculum, y los moros Almilagro,
y de ahí Almagro, de cuyo error participa igualmente la Academia de la
Historia, diciéndonos, que D. Fernando III concedió á D. Rodrigo el que
diese á Almagro el fuero de cualquier lugar de Castilla en 22 de Enero de
1222, (2) confundiendo unos y otros el Castillo del Milagro, situado en el
puerto de su nombre, con Almagro.
La Universidad de esta ciudad, olvidando aquel principio escolástico de
que opinari et existim ari non est in nobis y por el procedimiento mismo que
nuestras Chancillerías bautizaron á nuestra capital con el nombre antiguo de
Clunia, hizo de Almagro A/c bórica y estampó este histórico nombre en su
sello y documentos oficiales.
D. José Puidulles pasa por alto la historia de esta ciudad, para fijarse
únicamente en su situación topográfica, industria y demás condiciones, que á
su juicio la hacían preferible á Ciudad-Real; (3) y por último, el P. jara, alen
tado por el hecho de que la ilusión es siempre favorable á los cuentos del
tiempo viejo, y porque la obscuridad que rodea comunmente al génesis de
todos los pueblos presta álas á la ficción y ancho campo á la fantasía, da
á Almagro origen peno ó cartaginés unas veces, primitivo ó prehistórico
otras; conduce á sus habitantes á pelear á largas regiones y trae cuando
(1) Dicción. Hist.
(2) Colección de Fueros—p ág . 17.
(8) Observaciones presentadas á la Diputación de Ciudad-Real sobre la utilidad de trasladar la
capital á Almagro.—1837—
—
100
—
bien le place la población desde los Santiagos al sitio que hoy ocupa, sin
otro cimiento que su inventiva, ni más autoridad que la concedida por Ho
racio á pintores y poetas, (i) Mas la historia no consiente madrigales, ni se
aviene con vagas é incoherentes afirmaciones, sino que necesita hechos bien
definidos y comprobados-, pues conocido es el precepto del gran escritor que
dijo: la H istoria no pasa p a rtid a sino la muestran quitanza.
Envuelto aún el origen de Almagro en el misterio, nada cierto y per
fectamente comprobado podemos decir acerca de su fundación; pero si cabe
el discurrir y conjeturar sobre su condición con el pueblo árabe y en los
tiempos de nuestra reconquista. Castillo levantado por este pueblo en el ca
mino de Toledo á Córdoba, completando la serie de fuertes que le custodia
ban y defendían, diéronle el nombre de A lnm grib, voz árabe, que significa
la puesta d el sol, la oración que hacen los musulmanes á esta hora; (2) ó
en recuerdo de E l A lm agrib , Marruecos, y los cristianos, al conquistarle,
Almagro. De la existencia de este castillo, que dió abrigo á los primeros po
bladores cristianos, nos da cuenta una concesión del Maestre D. García de
Padilla, por la que sabemos, que convertido en casas de la Orden las dió con
otras fincas á censo.
Frey D. Gonzalo Yáñez de Novoa, IX Maestre de Calatrava, dió fuero
de población á Almagro á poco de la jornada memorable de las Navas, el
cual confirmó D. Fernando III, e l Santo, en 1 222; (3) y percíbese su rápido
fomento y desarrollo notable, pues apenas tenemos noticia de su existencia,
cuando le vemos pujante y poderoso ser, antes de terminar aquel mismo
siglo XIII en que fuera repoblado, corte de los Maestres, cabeza de los ex
tensos dominios de la Orden y capaz para dar albergue á Alfonso X y procu
radores del reino, al objeto de celebrar cortes; merced á esto, sus términos
concejiles en la Edad Media se extendían por el N. hasta tocar con los de
Calatrava la Vieja; por P. partía lindes con Miguelturra; por M. con la C al
zada y Moral en Zuqueca, y por E. hasta Torrova. Los pueblos de Pozuelo,
Carrión, Torralba, Granátula y Valenzuela, levantados dentro de su jurisdic
ción, cercenaron su término, al hacerse independientes, á la vez que despo
blándose Torrova lo aumentaba. De la existencia de estos lugares, aldeas de
Almagro, nos da cuenta la Co7icordia de 1285 con el Maestre D. Ruíz Pérez
sobre los hornos, zocodoner y la exención asimismo de pagar sus vecinos
portazgo fuera de Calatrava.
Almagro vió reunirse en su recinto en repetidas ocasiones á los Reyes de
Castilla y mesnadas de la Orden, que en son de guerra marchaban unas ve
ces á conquistar nuevos laureles ó ricas preseas al campo musulmán ó á in
tervenir otras en las disensiones que agitaban al Reino. D. Fernando IV con
(1)
(2)
(3)
Almagro y Nuestra Señora de las Nieves—“La Voz de Almagro.
Memorial Hist. Esp.—t. 5.°, pág. 435—
Marichalar y Manrique —Hist. de la Legisl.—t. 4 .°—
— 101 —
parecer de los Maestres de Santiago y Calatrava reunidos en las Cortes de
Madrid determinó hacer guerra á los moros, ofreciéndose á servirle con sus
caballeros y vasallos. Con este propósito partió el Rey de Toledo juntán
dose en Almagro— 130 8 — . D. Pedro de Castilla viene al Capítulo General,
para destituir al Maestre D. |uan Núñez y nombrar á su privado D. García
López de Padilla, y D. Pedro Girón, el más audaz y codicioso de los Maes
tres de Calatrava, reunió en esta ciudad 7.000 caballos y número considera
ble de peones, los que capitaneados por el príncipe heredero D. Enrique
combatieron por espacio de 7 años el poder de D. Alvaro de Luna, no ce
sando las alteraciones y revueltas hasta la muerte de éste— 14 5 3 — •
Golpe rudo fué para Almagro la incorporación de la Orden de Calatrava
á la Corona, llevándose con sus dignatarios y caballeros la base y cimiento
de su riqueza y poder y lo que constituía toda su importancia. Almagro
nació con la Orden-, á ella debió sus más suntuosos edificios y fundaciones, y
con ella declinará, hasta no conservar sino tristes y desconsoladoras ruinas
de su pasada grandeza. Si aun después de arrebatarle su dignidad de cabeza
de La Mancha y corte y asiento de la poderosa institución, que por más de
trescientos años conservó el señorío y gobierno de esta región, pudo prolon
gar su rango de primera población del Campo, lo debió á las casas de los
demás institutos religiosos, de los que los Dominicos sostenían con su sólo
esfuerzo la Universidad; Agustinos y Jesuítas con su enseñanza constante y con
sus granjas modelo eran una escuela permanente y viva de cultura intelectual,
de prosperidad y riqueza; los Franciscos con el ejemplo constante de sus virtu
des y predicación mantenían la fé de aquel pueblo, que bajo el estandarte de
la Orden había lanzado de este suelo á los sectarios del Corán, afianzado con
su esfuerzo su posesión y hecho prodigios de valor en los campos de batalla.
Pero el golpe estaba dado; Carlos III con la cruel é inicua expulsión de los
Jesuítas, la no menos violenta é injusta exclaustración de los frailes después,
y por último la guerra de exterminio y de destrucción que con furor sectario
y parricida se llevó á cabo contra todo lo que conservaba recuerdos religio
sos, á los que únicamente debía Almagro toda su grandeza, convirtieron en
pocos años en ruinas florecientes fundaciones y gallardos monumentos, levan
tados por el poder y riqueza de los caballeros y por la inagotable caridad y
piedad profunda de sus vecinos. Lo que hoy recibe este pueblo de los hijos
de San Francisco, vueltos por modo providencial á su casa tras cuarenta años
de forzada ausencia, nos dice sobradamente lo que Almagro debía á las ór
denes religiosas. Instrucción gratuita, socorros abundantes á sus pobres y
necesitados, predicación constante, celo verdaderamente apostólico y modelo
y ejemplar fecundo de virtudes cristianas; esto es lo que Almagro admira
hoy en los Franciscos y lo que antes pudo alabar y bendecir en los con
ventos, que como otras tantas piedras preciosas artísticamente montadas ava
loraban y embellecían su población.
Los frailes se fueron al ronco son de los gritos, con que el volterianismo
—
102
—
•
triunfante celebraba su victoria; pero la secta no quedó satisfecha con arro
jarlos á viva fuerza de sus pobres celdas y proscribir su hábito, aunque al
consumar esta iniquidad había conculcado todos los derechos, sobre los que
descansa la sociedad y todas las más nobles libertades del hombre, pretendió
dar perpetuidad á su obra y empuñó la piqueta para destruir aquellos asilos
de la virtud y de la ciencia. Arruinados unos, destinados á usos profanos
otros, vendidos á bajo precio y demolidos los más, los conventos cayeron,
pero en su caida arrastraron la grandeza toda de esta antigua cabecera del
Campo de Calatrava, sin que sea bastante á despertarla de su funesto letar
go, ni la efímera estancia en su seno de la capitalidad de la provincia, ni la
laboriosa actividad de sus habitantes.
En 1571 contaba esta ciudad con 1.800 vecinos, 2.831 en 1857, en el
censo de 1877 bajan á 2.541 y en el de 1887 á 2.386 y 8.689 habitantes.
Diez y seis vecinos ó cabezas de familia constituían la aljama de los judíos
en el año 1474; siéndoles repartido en esta fecha por servicio y medio servi
cio 800 mrs. (1)
La constitución de su concejo ofrece la particularidad de estar compuesto
de tres estados, el noble ó de hijosdalgo, el llano ó general, (2) al cual per
tenecían los labradores, y el de mercaderes, creado por el Maestre D. García
López de Padilla. Carecía, en cambio, de alcaldes ordinarios, por asumir sus
atribuciones el Gobernador del Partido.
E n c o m ie n d a .— La encomienda de Almagro fué muy solicitada y apeteci
da entre los caballeros, por tener su residencia cerca del Maestre y darle
influencia en el gobierno de la Orden. Tenía sus rentas en este término y en
el del Moral; pero, al crearse la encomienda de este último pueblo en 1535,
se concedió al comendador de Almagro la tercera parte del vino de Torralba y un juro de 9.821 mrs. en compensación de lo que en el Moral y Val
depeñas perdía, rentando últimamente 35.500 reales y gozándola hasta su
extinción los duques de Sesa. En 1510 el concejo obtenía del comendador
la renuncia del derecho llamado de las trece cosas ó meajas de¿ peso maior
mediante una tierra para ensanchar su dehesa de Cabeza Rubias y 21.000 mrs.
M a e s t r e .— La importancia del Maestre, primera dignidad de la Orden
de Calatrava, nos obliga á apuntar aquí la extensión de su poder y autoridad.
Tenían estos la potestad civil y la espiritual en todo aquello que no requiere
orden sagrado; concedían los hábitos así á caballeros como religiosos, pro-
(1) Set'vicio, contribución impuesta por las Cortes para los gastos extraordinarios del Rei
no, se pagaba en proporción á las haciendas; aunque en los judíos este impuesto era personal
y se repartía por cabezas de familia.
(2) Nuestra antigua sociedad estaba dividida en dos grandes clases, nobles ó hidalgos, he
rederos y representantes de la nobleza bispano-goda, su oficio era la guerra constante contra
los enemigos de la fé y cuyas hazañas y esfuerzo eran recompensados por la Corona con here
damientos y propiedades, y del estado general ó plebeyos, propietarios territoriales ó colonos
que pagaban un canon ó censo al señor, para que éste hiciera frente k sus necesidades y en
reconocimiento también del señorío.
103
—
veían encomiendas, prioratos y beneficios, y les competía la corrección y
castigo de todas las personas de la Orden, sus vasallos-, ejercían la jurisdic
ción civil y criminal en su señorío, poblaban sus lugares, les otorgaban fue
ros y privilegios, y pedían tributos como señores con mero y mixto impe
rio. (i) Era esta dignidad vitalicia y electiva en capítulo de caballeros, que
al efecto se convocaba, y para sostener los gastos á ella anejos contaban los
Maestres con la mitad del arrendamiento de pastos de las dehesas antiguas
de todo el Campo de Calatrava, á cuyo derecho, mitad realengo y mitad
maestral, se denominó Mesa Maestral, con la dehesa de Zacatena, Mina de
Almadén y el tributo llamado de San Miguel. Por razón de este censo anual
pagaba Almagro 16.020 mrs., los que se cobraban por reparto entre sus ve
cinos. Resistióse últimamente á pagar este tributo, pero el Consejo de Ha
cienda, por sentencia de 26 de Enero de 1622, desestimó su pretensión.
C o r t e s .— D. Alfonso X, el Sabio, celebró Cortes en Almagro el año
1273, con el único objeto de acallar las quejas que los ricos hombres tenían
de él, tanto por el servicio que sacaba en cada un año, como por el diezmo
que cobraba de las mercaderías que entraban en el reino. (2) Los capítulos
otorgados para remediar estos males constan de la siguiente escritura de pri
vilegio, que nos ha conservado Salazar y Castro. “D. Alfonso, Rey de Cas
tilla, de León..... Otorgamos que nos rogaron la Reyna D.a Yolante, mi
muger, é el Infante D. Fernando nuestro hijo primero, é heredero, y el Infan
te D. Freidc, é el Infante D. Manuel, nuestros hermanos, é D. Pelay Pérez,
Maestre de la Orden de la Cavallería de Santiago, é D. Joan Gonzalvez,
Maestre de la Cavallería de Calatrava, é D. Garci Fernandez, Maestre de la
Orden de la Cavallería del Temple..... é D. Simón Roiz de los Cameros, é
D. Diag Sánchez, nuestro Adelantado Mayor de la Frontera, é D. Alfonso
Tellez, é D. Ferran Perez Ponz, é D. Roy Gil de Villalobos, é D. Rodrig
Ibañez, Pertiguero de Santiago, é D. Diego López de Salcedo, é D. Gonzalo
Ibañez, fijo de D. Joan Alfonso, é D. Pedro Pelaez de Asturias, é D. Rodrigo
Rodríguez de Saldaña é Ñuño Fernandez de Baldenebro..... é todos los otros
Infanzones, é Cavalleros, é Fijosdalgo, que fueron connusco en Almagro del
Campo de Calatrava, é nos pidieron por merced, que de los seis servicios
que nos prometieron en las Cortes de Burgos, quando casó el Infante D. P'ernando con fija del Rey de Francia, de dar de sus vassallos, que eran tanto
como seis monedas, para cumplir fecho de la Frontera: de los cuales seis ser
vicios nos avian dado los dos, é fincavan los quatro, que nos les quitassemos
(1) Al mero y mixto imperio se llamaba también alta y baja justicia. El mero imperio equi
valía entre los romanos á la potestad de la espada para el castigo de los malhechores, y entre
nosotros, según la ley de Partida, es la facultad de imponer y mandar cumplir las penas de
muerte, mutilación y destierro, es decir, todas las penas graves. El imperio mixto consiste en
el poder para decidir en las causas civiles y en las criminales por delitos más leves, y de lle
var á efecto las sentencias.—Juicio crítico del Feudalismo.— D. Ant. de la Escosura.—pág.
(2) Colección de Cortes de los antiguos reinos de España.—Catálogo.
—
104
—
los dos, y los otros dos que nos los darían. Otrosi, en razón de los diezmos
que tomamos de las cosas que metien en nuestros Regnos, é sacaran ende,
como quier que lo facíamos con derecho, podiendo acrescer nuestras rendas,
assi como los otros Reyes ficieron: rogaron nos, é pidieron nos merced, que
los tomassemos estos seis años primeros que vienen, que los quitassemos pa
ra dende adelante, por siempre jamas, mas que oviessemos las nuestras ren
das, é los nuestros derechos, assi como los ovieron los otros Reyes, é nos,
antes que estos diezmos tomassemos. Onde nos por les facer bien, é merced,
otorgamos estas cosas sobre dichas como ellos nos lo rogaron, é dello damos
dos cartas plomadas: una, que esté guardada en la Sacristanía de Santa Ma
ría de Burgos: é la otra en casa de los Frayles Predicadores de la Ciudad de
León. Fecha la carta en Toledo martes 28 dias andados del mes de Marzo
en Era de 13 1 1 , en el 21 año que el Rey sobre dicho Regnó.„(i)
UE este ayuntamiento, dice la Crónica, fizo en aquel lugar, lo uno porque
el Infante D. Fernando é los que estaban con el en la frontera pudiesen ve
nir allí é non se redrasen mucho de la guerra en que esta van; é otrosi, por
que desque los ricos ornes que estavan en Granada sopiesen de aquel ayun
tamiento podrían enviar allí sus mensageros que fablasen con el, ó que viesen
lo que el libraba, ó podían antes ser sabidos del otorgamiento que el Rey
quería facer á todos los que ayuntaban allí con el; é desque lo sopiesen, que
vernían á la avenencia entre él é ellos mas aina.„ (2) El ánimo inquieto y
dado á la rebeldía de los magnates de aquel tiempo y las continuas exac
ciones del Rey de Castilla, muy especialmente el diezmo sobre todas las
mercancías que ingresaban en el reino, haciendo encarecer éstas, habían le
vantado un clamoreo general, el que Alfonso X hubo de apaciguar en estas
Cortes, satisfaciendo cumplidamente cuantas quejas y agravios se le presen
taron por los procuradores.
P a r t i d o . — Cabecera Almagro de todo el Campo de Calatrava, hasta que
Felipe II creó el partido ó provincia de Almodóvar, era residencia de un alcal
de mayor y del gobernador. Tenía á su cargo el primero, admitir y resolver
en primera instancia las causas y negocios de los pueblos del partido, que no
gozaban de este privilegio, y el Capítulo General del año 1600 fijó su dota
ción en 100 ducados. En todo tiempo tuvo su letrado asesor, y por decreto
de 7 de Julio de 1654 se dispuso fuesen estos dos, con el sueldo de 12 000
maravedís cada uno. (3) En apelación iban los negocios al Maestre, quien
tenía junto á sí dos tribunales ó consejos; el primero se componía de dos ó
tres letrados, y caían bajo su jurisdicción los negocios referentes á encomien
das, conventos, hospitales, ermitas y cofradías y todo lo que llevaba anejo
(1) Hist. Genealóg. de la Casa de Lara —t. 4.°— Pruebas, pág. 630.
(2) Bibliot. de AA. Españoles.—Crónica de Alf.0 X , cap. 47.
(8) Papeles de las O. Militares.— M. S.—D. 128 Bib. Nacional. El alcalde mayor se intitu
laba Alcalde mayor del Sr. Maestre.
—
105
—
espiritualidad; y el de ancianos de la Orden, el cual, en unión del Maestre,
resolvía y sentenciaba las causas restantes. Desde la incorporación del Maes
trazgo á la Corona estas atribuciones se dividieron también en igual forma,
correspondiendo los negocios del primer tribunal al Consejo de las Ordenes,
y los del segundo á la Audiencia ó Chancillería de Granada.
El gobernador era cargo trienal, desempeñado ordinariamente por caba
lleros y de nombramiento del Maestre; presidía las juntas generales del par
tido para el reparto de tributos, y había de visitar los pueblos y lugares de
él, inspeccionar por sí mismo la manera de ejercer sus cargos los alcaldes
ordinarios, ver las lindes y términos de cada uno de los pueblos, oyendo las
quejas y agravios que éstos manifestaran, resolviendo brevemente sobre
ellas. Del resultado de su visita estaban obligados á dar cuenta al Maestre pri
mero y al Consejo después. Los Reyes Católicos y Felipe III confiaron al
conocimiento de los gobernadores las causas y negocios de los comendadores,
de sus encomiendas, el ejecutar las causas del S. Convento, concediéndoles
el entrar con vara alta de justicia en todos los pueblos del Reino.
El Capítulo general de 1 55 1 confirmó el privilegio concedido al comen
dador mayor de tener en Almagro un juez especial para las apelaciones de
sus vasallos, y el Concejo de la Mesta señaló en 1762 á esta ciudad por
tercera audiencia del partido de Cuenca.
Con la creación de los partidos no perdió Almagro su capitalidad del
Campo de Calatrava, en cuanto que, todos los años se celebraban en él las
juntas de partido, á las que concurrían todos los pueblos con representación
propia ó por la de sus gobernadores, según la índole del asunto que los reu
nía; hacían en ellas el reparto de alcabalas y demás impuestos que corres
pondían á la Corona y trataban de cuantos asuntos interesaban á la comuni
dad. La creación de la contribución de millones, que vino á sustituir la di
versidad de tributos y pechos que cobraba el Estado, y la elección que para
la residencia de la Tesorería se hiciera por el gobierno de Ciudad-Real, fué
el primer paso dado para ir despojando á Almagro de las instituciones á que
debía su importancia; así, al crearse la provincia de La Mancha algunos años
después, la cuestión estaba prejuzgada, otorgándose desde luego la capitali
dad á Ciudad-Real.
En ningún tiempo dejó Almagro de protestar contra esta determinación,
que juzgaron siempre sus vecinos como un despojo no logrando su intento,
hasta tanto que, formando parte del gobierno de Fernando VI el conde de
Valparaiso, hizo trasladar la intendencia á esta ciudad en 1750. Como Ciu
dad-Real por su parte no cejara tampoco en sus gestiones y á Almagro para
conservar su conquistada capitalidad le faltara el valimiento de su poderoso
protector, fué otra vez despojado de su apreciada prerrogativa, no obstante
los esfuerzos y sacrificios que hiciera por estorbarlo— 1760.— Pero conservósele su categoría y consideración de cabeza de partido, nombrando el Rey
un gobernador para su administración y gobierno.
14
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106
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Anunciando el gobierno en 1837 una nueva división territorial, el gobernador de Almagro D. José Puidulles presentó á la Diputación provincial el
folleto de que dejamos hecha mención, á la vez que los diputados D. Julián
Zaldívar, de Carrión, y D. Juan Gerónimo Cebados, de esta ciudad, presentaban el 3 de Enero de dicho año una proposición á las Cortes reivindicando
para Almagro la capitalidad de esta provincia. Los ánimos de unos y otros
vecinos se conmovieron fuertemente, resucitando rivalidades y enconos que
parecían olvidados, sin que gestiones tan activas lograran otro resultado. (1)
En Marzo de 1796 pedía Almagro á la Audiencia de Granada el título
de ciudad, como para indemnizarse de las pérdidas, que de año en año iba
sufriendo, las que mermaban paso á paso su riqueza y prosperidad; remitió
la instancia la Audiencia á Ciudad-Real para su informe, declarándose desde
luego hostil su ayuntamiento; pero aquel tribunal fácilmente hubo de conocer el sentimiento que le guiaba, que no era otro sino la rivalidad de pueblos vecinos, y concedió lo que Almagro pretendía. Con semejante honor
logró satisfacer sólo su vanidad, pero no recobrar su antigua grandeza; alguna animación y vida recibió esta poblacióh con la traslación del Convento al
notable edificio construido con el piadoso legado de D. Gutierre de Padilla;
pero se hallaba éste en decadencia por una parte y por otra no estaba lejano el día en que la exclaustación violenta de todos los religiosos viniera á
arrancar lo que aún restaba á Almagro del hermoso legado que recibiera de
los anteriores siglos.
F e r ia s . — D. Enrique, el Bastardo, además de hacer Maestre de Calatrava
á su favorito D. Pedro Muñíz de Godoy, le otorgó importantes mercedes,
entre ellas, la de dos ferias á su villa de Almagro; ué porque la dicha villa
se pueble mejor de quanto esta é porque nos lo pidió por merced Don Frey
Pedro Muñíz, maestre,..... tenemos por bien que en la dicha villa se fagan
dos ferias cada año, la una que comience el lunes de las ochavas de pascua
de resurrección é dure tres semanas, é la otra que comience por el dia de
santa María de Agosto mediado é dure otras tres semanas. „
I n d u s t r ia . — El conde de Valparaíso, celoso siempre de la prosperidad de
esta ciudad, aceptó la proposición del irlandés Enrique Doyle, para estable
cer en ella una fábrica de sargas y otros tejidos, y en Mayo de 1 757 se dió
principio á la fabricación, ayudando en gran parte la Real Hacienda. En dos
años se gastaron 454.400 reales, siendo cantidad más que suficiente para el
establecimiento de esta industria; y como quiera que Doyle solicitara aún
mayor ayuda, se le llamó á la Corte y se vió no corresponder lo gastado á
lo escaso y malo de la fabricación; cosechando el conde un pleito con Doyle
y el fracaso de sus acariciados proyectos.
La industria de hacer encajes se conoce aquí desde tiempo inmemorial.
(1) Constituida la prov.a de La Mancha se dividió en tres partidos, siendo designados por
cabezas Alcaráz, Almagro é Infantes—Larruga—Memorias.— 1742 —
1
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|
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107
—
D . Manuel Fernández y su mujer D.a Rita Lambert organizaron esta indus
tria en 1766, empleando 140 personas. El Rey premió estos trabajos, conce
diendo á D.a Rita en 1769 una renta de 6.000 reales por 6 años. (1) Don
Juan B. Torres le dió en 1796 gran impulso y sus blondas y encajes alcan
zaron la fama y nombre de que tan justamente gozan.
G obierno espiritual . — El Emperador Carlos I, administrador de la Orden
de Calatrava, solicitó la creación de tres partidos eclesiásticos ó vicarías en
el territorio de la misma, lo que le concedió el Papa Clemente VII por su
B u la de 13 de Enero de 152 5 ; tomaron éstos el nombre de priores de par
tido, los cuales habían de entender en las causas y casos, que caían bajo la
jurisdicción de los ordinarios. Su nombramiento correspondía al Rey como
Maestre. Tenían aquéllos no sólo las atribuciones que en un principio corres
pondían á los priores del S. Convento, sino las que habían asumido los Ar
zobispos de Toledo; por cuya razón fué su creación larga y enojosa, y en el
Campo de Calatrava no alcanzaron en ningún tiempo todas las atribuciones,
que les confería el documento pontificio citado y los demás que le siguie
ron. (2) Estos dignatarios de la Orden tomaron después el nombre de go
bernadores espirituales, desempeñando á la vez la rectoría de S. Bartolomé.
Trasladado este gobierno á Daimiel por su último poseedor, fué allí extin
guido por la creación del obispado priorato de las Cuatro Ordenes militares
en 1875.
S an B artolomé .— Desde que los Maestres se establecieron en Almagro, su
primitiva parroquia de S. Bartolomé, situada frente á su palacio, se consideró
como la primera de la Orden. En el Capítulo General de 1600, celebrado en
Madrid se le unió el priorato de S. Benito de Osuna, con lo que su cura rec
tor adquirió la categoría de prior formado de la Orden, gozando desde en
tonces de las preeminencias anejas á estas dignidades. Trasladada esta pa
rroquia á la iglesia de los jesuítas por R. O. de 5 de Noviembre de 1784, se
derribó la antigua, quedando únicamente la torre para el reloj, la que igual
mente se demolió en 1845, para convertir aquel lugar en glorieta. Existe de
notable en esta iglesia, según el Sr. Ramírez de Arellano, la virgen del
Pópulo, que considera como una de las mejores esculturas de la provincia,
y el cuadro de S. Francisco de Borja en el retablo mayor. (3) El cabildo de
«sta iglesia se intitulaba Cabildo de ¿a adm irable Ascensión d el Señor.
M adre de D ios . — El rápido aumento que Almagro recibió al ser definiti
vamente elegido residencia de los Maestres obligó á éstos á crear la parroquia
de S. Sebastián, junto á la que se había de levantar el suntuoso monasterio
de la Asunción. Es citada por Clemente VII en 1525, al confirmar á la Orden
en sus antiguos privilegios, y se trasladó á Madre de Dios á últimos del si
glo XVI. Esta iglesia se compone de tres naves de estilo greco romano, la
(1) Larruga.—Mem. Polít. y Económ.
(2) B ull. O. de Calat.—pág. 328, 348, 369, 484, 490—
(3) Paseo artístico,—pág. 47—
10 i —
primer noticia de su construcción es del año 1544, siendo su maestro mayor
Hernando de Valenzuela, aunque dos años después se confió la obra al maes
tro Enríquez. Bajo la dirección del maestro Francisco Gómez de Prado, de
Daimiel, con planos de D. José Miguel de Jorana, arquitecto, é informes de
la Academia y de Villanueva sufrió esta iglesia una radical transformación á
últimos del siglo pasado, pues el acuerdo se tomó en 1793 y la obra dió
principio en 1797. (1) En 1652 se unió á este curato el de Bolaños, consti
tuyendo entre los dos un beneficio de 200 ducados.
S a n t a M a r ía d e los L l a n o s .— Tenida esta imagen en mucha devoción
en el siglo XIII, consagrábale su cofradía fervorosos cultos en aquel tiempo,
y contaba con bienes, fruto de la generosidad de sus devotos. (2) También
se intitula en varios documentos Santa María la Mayor, en esta iglesia y
en la capilla de S. Benito del Palacio de los Maestres celebró la Orden va
rios de sus Capítulos Generales. En un desván de la iglesia de S. Bartolomé
se guarda la antigua imagen, digna ciertamente de más consideración y
respeto.
Fundó la Orden un hospital junto á esta ermita, al que fué concedido el
privilegio de inmunidad eclesiástica y derecho de asilo. Catalina Sánchez
fundó en casa junto al hospital un monasterio de beatas de la O. tercera de
S. Francisco, las que se encargaron del hospital y asistencia de los enfermos;
pero al reducirse á clausura pidieron la iglesia, y los enfermos quedaron
abandonados, volviendo á estar á cargo de la cofradía; más resultando muy
deficiente el servicio de ésta, fueron llamados los religiosos de S. Juan de
Dios, los cuales tomaron posesión en 1628. El edificio era pequeño, y para
darle el ensanche debido en harmonía con las necesidades de la población
compraron las casas de D. Alonso Gutiérrez de la Caballería en la calle de lá
ermita del Salvador y frente á las del Marqués de Santa Cruz, donde se tras
ladaron en 1632, llevándose la imagen de Ntra. Sra. de los Llanos y con
servando su iglesia esta advocación, [uan Fernández Pezuela, además de
contribuir con una gruesa cantidad para la adquisición y arreglo del nuevo
hospital, entregó toda su hacienda á los pobres, queriendo vivir y morir entre
ellos, siendo enterrado en la capilla mayor al lado de la Epístola.
En 1669 fué teatro esta casa de una de esas catástrofes que dejan tras de
si honda y penosa huella. Un religioso profeso llamado Alfonso Burillo, á
impulsos de un acceso de demencia, dió muerte violenta á cinco de sus her
manos, entre ellos al presidente. El gobernador acudió en auxilio de los de
más religiosos, encerrando al delincuente en la cárcel, y el Nuncio de S. San
tidad dió comisión al Lie. Fr. D. Alonso de Villaseñor, para la instrucción
del proceso. (3)
(1) Paseo artístico cifc.
(2) Ind. y Extracto del Arch. del S. Conv.
(3) Ohron. Hosp.—Parte 2.a—Cap. 46.—Arch. H ist. Nac. lud. de los Pap. de la O. de Calat.
t. 2.°, pág. 1.a, fól. 34 —
—
109
—
Una casa para hospedaje de caballeros y personas de la Orden, que ve
nían á negocios cerca del Maestre, y dos hospitales s(^tenía la Orden; al
mismo tiempo que el presbítero D. Jerónimo de la Caoallería dejaba tam
bién su casa y bienes para el servicio de los enfermos— 1 6 1 3 — .
S a n B l a s .— Ermita del Salvador en sus comienzos, de la cual restan el
rosetón de ladrillo agramilado y dos ventanas, fué construida en los primeros
años del siglo XV. Jacobo Fugger. jefe de la poderosa familia de los Fúca
res y arrendatario de los maestrazgos de Santiago, Alcándara y Calatrava la
reconstruyó casi por completo y la dotó espléndidamente en 1590. (1) Custódianse en esta iglesia dos esculturitas del siglo XVI, una copia de la
Virgen de la Soledad de la que de Morales se guarda en la Academia de San
Fernando y una Trinidad de Pedro Berruguete ó de }uan de Bolonia. E l
retablo fué construido en 1800 por Juan Merino á costa del presbítero Don
Antonio María Jijón. (2)
S a n t o D o m in g o .— D . Fernando de Córdova, clavero de Calatrava, con
siguió en 1536 real licencia para fundar en cualquier parte de la provincia
ó partido de Almagro un convento de dominicos bajo la advocación del Ro
sario. A su muerte dejó 231 . 3 36 mrs. para obras pias á juicio de sus testa
mentarios, los que determinaron fundar en el mismo convento un ColegioUniversidad para seis freires de Calatrava, en el cual, se habían de enseñar
gramática, artes, teología, S. Escritura y casos de conciencia, cuya fundación
aprobó el Papa julio III en 1550. Cesó en 1824.
D o m in ic as .— Diego de Lucena y Juana Gutiérrez, su mujer, determina
ron fundar en las casas de su morada, junto á la parroquia de Madre de Dios,
un monasterio de religiosas franciscas de Sta. Clara, para lo que obtuvieron
en 1 571 la competente licencia. Pero en 1 573 los. mismos fundadores otra
vez expusieron al Rey, que sería más conveniente el que fueran las monjas
dominicas, porque tenían allí frailes que las confesaran; lo que les fué con
cedido, poniendo el nuevo convento bajo la advocación de la Encarnación y
perteneciendo á la prov. de Andalucía. Existen en esta iglesia cuatro grandes
y hermosos cuadros y un frontal de azulejos de Talavera con S. Miguel en el
centro, de muy buen gusto.
S a n F r ancisco .— D.a Catalina Sanabria, mujer del Lie. Gerónimo de Avi
la, dejó por usufructuarios de sus bienes á éste y á su tía D.a Ana de Sana
bria; á su muerte se habían de emplear en una obra pía á su elección. Dispu
sieron éstos, el fundar un convento de franciscos descalzos con la advocación
de Sta. Catalina, tanto en recuerdo de la fundadora, como por la devoción
que Almagro tenia á esta santa, la que en el siglo XIV contaba con numero
sa cofradía, obteniendo la Real licencia en 16 de Septiembre de 1596. Fué
(1)
(2)
La Ig. de S. B la s —D. Federico Galiano—“Voz de Almagro,,—núm. 49 y 50—1888—
Paseo art.—pág. 43—
110 —
suprimido en 1 8 2 1 , y en Julio de 1878 los hijos de S. Francisco volvieron á
su antigua residencia.
C ompañía de J esús .— El Cap. General de 1601 otorgaba licencia para su
fundación, y según Madoz, el concejo dió para su fábrica en 1625 la cantidad
de 95.616 reales. En 1767 en virtud del decreto de expulsión le abando
naron los jesuítas, ocupando su lugar los freires religiosos de Calatrava en
1802 y hasta el 1825 que se trasladaron al convento de la Asunción. En
1 742 se hallaba destinado á Hospicio y hoy ocupan este edificio las escuelas
públicas.
S an A gustín .— En 1635 los religiosos recoletos de S. Agustín obte
nían licencia para fundar su convento, la que contradijo el Arzobispo de
Toledo; pero la Orden de Calatrava sostuvo su derecho y logró se llevara á
efecto. En el interior de esta iglesia son notables las pinturas, que llenan los
recuadros de las bóvedas con asuntos de la vida de S. Agustín y de her
moso color y dibujo. Fué suprimida esta comunidad en 1 821.
B e r n a r d a s .— El Lie. Alonso de Oviedo, presbítero, y su hermana Doña
Mariana fundaron en el año 1 631 un monasterio de monjas, bajo la advoca
ción de la Concepción, de la regla de S. Bernardo y sujeto al ordinario.
C u a r t e l .— Palacio de los Maestres con su capilla de S. Benito, en la
cual se celebraron varios Capítulos Generales. El Maestre D. }uan Núñez de
Prado fué aquí preso por su real huésped D. Pedro de Castilla y depuesto
de su dignidad, eligiendo en su lugar á D. Diego García de Padilla. (1) Ha
bilitado para cuartel en tiempo del Conde de Valparaíso fué totalmente des
truido por un incendio. De tan suntuosa morada sólo quedan algunos restos.
E rm itas .— La de S. juan se construyó en 1624 á espensas de sus devo
tos, y Diego Ruíz Crespo en 1605 edificó también otra á S. Diego en Matabestias. Cuenta además esta ciudad con la de S. Lorenzo, Santiago, S. Jeró
nimo y S. jorge, cuyo origen nos es desconocido.
C a la t r a v a s . — El comendador mayor de la Orden D. Gutierre de Padilla
acordó en 1504 la fundación de un hospital en Almagro; pero el Capítulo
General de Burgos de 1523, hallando ser suficientes los hospitales antiguos
para las necesidades de esta ciudad, destinó á éstos 80.000 mrs. y dispuso,
que los demás bienes del legado se invirtiesen en la fundación del convento
de Ntra. Sra. de la Asunción; acuerdo que confirmó Clemente VII en 13 de
Marzo de 1524. No debió su fábrica de caminar con mucha ligereza, porque
en 1543 D. García de Padilla hacía al monasterio un gran legado con la con
dición, de que la obra se había de concluir dentro del año, y de no ser así,
se invirtiese en obras piadosas. Esto dió el último impulso á la obra y al año
siguiente, por mandado del Emperador, vinieron á hacer la fundación cuatro
monjas de S. Clemente de Toledo, las que mal avenidas con los dignatarios
de la Orden se volvieron en el mismo año á su convento. Al año siguiente
(1)
Caro de Torres.—Hist. de las Ordenes Milit.— f. 64—
—
111
—
— 1545— vinieron de las Huelgas de Burgos, y dieron consistencia á la fun
dación. Vivieron tranquilamente las monjas hasta el año 1 8 1 5 en que las
pocas que le habitaban fueron repartidas en los conventos de Toledo, Madrid
y Burgos, para dar lugar á los religiosos, los que le habitaron hasta la exclaustación general.
Desde la exclaustración, dice el Sr. Ramírez de Arellano, ha pasado este
edificio por vicisitudes muy amargas para los amantes del arte. Por R. O. de
i.° de Mayo de 1854 y á petición de la Comisión de Monumentos se excep
tuó de la venta como edificio digno de conservación. El incendio del cuartel
llevó al convento un regimiento de caballería, convirtiendo las salas en ca
ballerizas y amenazando hoy inminente ruina. La iglesia consta de una sola
nave con crucero, ojival toda ella, ostentando dos portadas, una del renaci
miento y la otra grecoromana. El claustro está formado por dos cuerpos,
alto y bajo; el primero jónico y dórico el otro. Todo él está lleno de bellísi
mas portadas del renacimiento. (1)
N tra . S ra . de las N ieves . — Antiguo santuario de la Virgen cuyo origen
es desconocido, pero el que no puede remontarse más allá del siglo XIV.
D. Alvaro Bazán y Benavides, segundo marqués de Santa Cruz, agradecido
á los favores de esta excelsa Señora, prometió levantar en su honor una igle
sia más suntuosa, lo que cumplió fielmente, recibiendo la obra en 1641 y
siendo su coste el de 62.770 reales. Dotóla de 13 capellanes para su culto y
de ornamentos y alhajas de valía. (2)
S anta M aría M agdalena .— Se veneraba en la iglesia de San Bartolomé,
pero en 1 734 se trasladó esta imagen á su nueva ermita construida extra
muros de Al magro.
P ardillo . — En su tierra se perciben aún las ruinas de un castillo de los
azarosos tiempos de la Reconquista y como vigía de su campo. En la Concor
dia de 1482 se le llama Quintería del Pardillo viejo, para distinguirle, sin
duda, de la nueva dehesa hecha y acotada por la Orden en término de la
Calzada, y se dice ser aquélla término de Morataláz. En la despoblación y
ruina de este antiguo pueblo del Campo de Calatrava sus dilatados términos
se declararon comunales para los concejos vecinos, hasta que los pleitos y li
tigios que se sucedieron fueron limitando los derechos de unos y ampliando
los de los otros, quedando definitivamente agregado el Pardillo á la jurisdic
ción de Almagro.
T orrova .— Encomienda de la Orden, conocíase en la Edad Media por
Santa María de Torroba. El Maestre D. García López de Padilla le otorgaba
en Bolaños á 15 de Febrero de 1 3 1 5 carta de población, concediendo á los
que viniesen á poblarle de fuera de la Orden la exención completa de tribu
tos, y le señaló por término el Monte de Bolaños, el de Torrova y Zurra(1) Paseo artistico cit.
(2) D. Federico Galiano—El culto de Maria Sma. de las Nieves 1891 —
—
—
112
—
cón. (i) El hecho de tener su comendador casa en Almagro parece indicar,,
que si estuvo poblado fué por tiempo muy escaso. Además del término an
teriormente señalado poseía el comendador de Torrova el batán de Calaba
zas, al que eran obligados á acudir los fabricantes de paños del partido de
Almodóvar, bajo la pena de la pérdida del fruto de su industria á los contra
ventores y el molino del Espino en la dehesa de Herrera. (2) En la visita de
1719 se dice tener Torrova su casa, y una ermita dedicada á San Marcos en
ruinas. Los ganaderos que concurrían á esta dehesa podían pastar en todo el
término de Daimiel.
D. Juan de Cañizares y Fonseca.— Natural de Alm agro, doctor en derecho
canónico en Salamanca, arcediano de Cornago en Santiago y familiar del papa Ju
lio II, que le mostró mucho aprecio, y le eligió para el arzobispado de Santiago. F u n
dó en Salamanca el colegio de Santa Cruz, llamado comunmente de Cañizares, de su
fundador, en la calle que tomó su nombre, en el añc 1 534> y en el que se estudiaban
T e o lo g ía y Derecho. En 1780 se unió al de los A n g eles. Fundó en su colegio ade- 1
más una beca para individuos de su familia, en primer término, y después para los j
naturales de A lm agro. Goza el agraciado de dos pesetas diarias hasta el grado de
licenciado, cuatro hasta alcanzar el de doctor y puede realizar un viaje científico al
extranjero á costa de la fundación. Es acaso la institución benéfica que se salvó del i
general naufragio, y actualmente la provee el rector de la Universidad de Salam an
ca, previo anuncio en los Boletines oficiales. (3)
Diego de Almagro.— Era natural de A lm agro, aunque nunca se supo de cier
to quienes fueron sus padres. El año
25 se encaminó con Francisco Pizarro á
la conquista del Perú, asistió á la toma de Cuzco y Quito y fué nombrado por el
Em perad or gobern ad or del nuevo reino de Toledo. Enemistado con los Pizarros lle
g a r o n á las manos, siendo hecho prisionero y públicamente degollado en 154-0. “ E ra
esforzado, diligente, amigo de honras y fama, dadivoso con los soldados, los que le
am aban á pesar de maltratarlos muchas veces de lengua y manos Perdonó más de
100.000 ducados á los que con él fueron á Chile, liberalidad de príncipe más que de
soldado, pero cuando murió no tuvo quien pusiese un puño en su degolladero. T a n
to pareció cruel su muerte cuanto él menos cruél fué; él nunca quiso matar hombre
que tocase á Francisco Pizarro.,, (4)
Juan Frederic Geldre Ó Xeldre.— Era su padre alemán é ingresó en la
Compañía de Jesús el año 1588, á los 22 años, en el noviciado de Alcalá. Se dedicó
á enseñar T eo lo g ía en aquella Universidad y murió el 26 de Enero de 1625. A leg a m - |
bi le llama teólogo insigne y en los estudios morales versadísimo. Escribió:
1. — Consideraciones breves para ganar las Indulgencias— 1 6 1 5 — 8.°—
2 . — Comentarios en el Eclesiastes. Esta obra la dejó inédita.— ( )
15
5
(1)
(2)
(3)
(4)
lantado
(5)
Arch. Hist. Nac. ln d . de Pap. cit., t. 3.°, pág. 2.a, f.° 1056.
Id. Visitas de Cal. Leg. l.°
D. V. de la F . — H is. de las Universid., t. 2.°, pág. 120.
Conquista del Perú. — F. López Gomara.—Glorias N ac. —t. 6.°—pág. 273 y sig.—E l Ade
Diego de Almagro, por D. A. Blázquez.
P. A. de Backer—B ib lio t.— t l.° —p. 2074—
—
118
—
Dr. D. Martín de Garnica.— Estudió en A lca lá en cuya Universidad explicó
T e o l o g í a , magistral de Cuenca en I 592
1>
7
6
5
4
3 fué presentado para la silla de Osma al año
siguiente, gobern an do aquella iglesia sólo cinco meses, pues murió el 20 de N oviem
b re d e I 594-— ( i )
Fr. Pedro Espinosa de los Monteros.— Franciscano, colegial m ayor en el
de S. Pedro y S. Pablo de Alcalá, lector jubilado, teólogo de la R. Junta de la Inmac.
C o n ce p ció n , srio. general de la O id en y obispo de Jaca.— (2)
Bernardo de Lorca.— Escribió:
E xam en para órdenes, para confesar y para predicar— 1669— (3)
Francisco Javier MuñÓZ.— Teniente general de la A r m a d a — 1807— (4)
Juan Bautista Ramírez de Arellano.— Estudió medicina en Zaragoza y
vin o á ejercer su profesión a su pueblo. Escribió:
C iru jia, ciencia y método racional— M adrid— 1680—
Pablo Victoriano Calderón.— R ector de la Universidad de Salamanca en
1719. ( 5)
Pedro Domínguez.— Jesuíta, al que Gallardo hace natural de A lm ag ro , dicién donos además, que escribió varias obras.
Pr. Pedro Megla — Profesó en el convento de A g u s tin o s de esta ciudad, fué
prior de Guadalupe en Filipinas el año 1621 y administró varios curatos del A r c h i
piélago, muriendo en Guiguinto en 1659 Tam bién fué definidor y visitador de la O r
den. S e cita á este padre como escritor, pero sin especificar sus escritos. (6)
limo. Sr. Dr. D Luis Gregorio López del Castrillo.— Nació á 12 de
M arzo de 1759- Colegial mayor de S. Ildefonso de A lcalá, canónigo de S. Isidro de
M adrid y académ ico honorario de la de la Historia. El Emmo. Sr. D. Luis de Bo ibón ,
arzobispo de T o le d o , le presentó para obispo auxiliar de Madrid, siendo preconizado
con el título de Lorima el 4 de Septiem bre de 1 8 1 5 • R egresand o de los baños de
L e d e sm a se agravaron sus dolencias, obligándole á detenerse en Salamanca, donde
falleció el 30 de Septiembre de 1825. D. V icen te de la Fuente dice que escribió al
gun as obras literarias, según refiere D. Félix To rres A m a t en la Vida del lim o. Señor
D . F é lix Am at, que escribió por encargo de la A ca d em ia de la Historia. (7)
Antonio de Lorea — Alumno del convento Universidad del Rosario, muiió en
V a len cia por el año 1687. Fu é varón de gran facilidad en el decir, de erudición c o
piosa, de sólida piedad y de rara fecundidad para escribir. Dejó muchos escritos en
estilo puro y elegante, de los que son los principales los siguientes:
1. — Exam en de ordenantes, confesores y predicadores.
2. — Vida de Santa Rosa, de la tercera Orden de Santo Domingo.
3.
— Vida de la Ven. M adre Sor M aría de la Sma. Trinidad, de la tercera Orden
de Santo Domingo, dada á la estampa p o r D . Bernardo de Lorea Amezcua, hermano
d el autor.— M adrid— 1 6 7 1— 4.0
4. — Vida de Sor M aría Villani, Florentina.
5. — Vida de San Pío V.
6 . — Serm ones.— I tom .
(1) D. Fed. Galiano- “El Mensaj. Católico,,—n.° 1—5 de Enero de 1895—B iog. Ecctca C om p .
—t. 18—p. 304—
(2) Fr. Nic. A. Alcolea—E l Colegio M . de S. Pedro y S. Pablo —pág. 322 —
(3) B iog. Ecctca Comp.
(4) Blázquez —A p u n tes— D is q N au t .—L. 6—
(5) M em . h ist. de la Univ. de Salamanca — D. Alejandro Vidal
(6) Catálogo de escritores agust. españ. “Revista Agust.., Vol. XI. pág 240—Año 188o.
(7) E s p . Sag. t. 51 —Guías del E stado E cct.0—Fué elegido Diputado á Cortes por esta pro
vincia en Mayo de 1820.
15
—
114
7.
— E l grande H ijo de D a vid ó Vida de Christo Señar Nuestr o. 6 t. 1 .a parte, D a
vid pecador; 2.a, D a vid penitente con empresas morales, políticas y cristianas, y
David perseguido.
8.
— E l siervo de D io s D . F r. Pedro de Tapia, de la Orden de P red ica d ores.— Ma
drid— 1676— fol.
9. — Corte pecadora.
10. — Vida del santo Arzobispo de Lim a, D . Toribio Alphonso M ogrovejo.
11.
— Vida de Sor M aría de San Andrés, de la Orden de Predicadores, en su con
vento de Almagro.
12 — Vida de San Raymundo de Peñafort.
13. — Sermones.
14.
— Epitome de la prodigiosa vida de F r. 'Juan Tomás de R ócaberti, virtudes
admirables escritos sacados de los procesos de su Beatijicación.— V a le n cia — 1 6 7 9 —
fol. (I)
María Camporedondo.
Tratado jilosófico poético compuesto en seguidillas— Mad.
García Ramírez de Arellano.
Instrucción para la táctica.— Mad. 1767 —
Juan de la Ripia.
Cobranza de rentas en Cuenca.— Barcelon a— 1694—
D. Francisco Gauna.— Conde de Valparaíso y Secretario del D espach o uni
versal de Fernando VI.
Juan, Francisco y Estéfano Férola.— L o s dos primeros eran hermanos y
el tercero, si no lo era también, por lo menos hay que reputarle com o próxim o p a
riente. Fueron discípulos de Becerra y pintaban con César A b a sia el palacio del V i
so. L o principal que pintaron fué el atrio, las galerías, la escalera, un gran salón y
otras piezas, todas al fresco, así com o paredes, bóvedas y lunetos. Pintaron con g ran
manejo, brillante colorido, corrección de dibujo, actitudes g ra v e s y majestuosas é in
teligencia de !a anatomía. H ay quien atribuye á estos artistas los bustos de escul
tura que existen en este palacio, los sepulcros y bultos de mármol de D. A l v a r o
Bazán, hijo de D. A lva ro , y de su mujer D .a Mencía de Figueroa, que están en la
iglesia de las Franciscas, (de cuyo convento hizo la traza y dirigió la obra Estéfano,
colocándose la primera piedra el 22 de M ayo de 1623), lo que á ser cierto vivían
todos los Pérolas en el siglo X V I , por que el héroe de ellos falleció el I$ 85 ; los cu a
dros al óleo del retablo del convento de frailes, dándonos en estas obras á conocer
ser hábiles profesores de las tres artes según práctica de aquellos tiempos.
Trabajaron también en Villanueva de los Infantes; ayudaron á A n to n io Mohedano en la pintura al fresco que había en la nave del Sagrario de C ó rd o b a y no sería
extraño que le acompañasen también á pintar el claustro principal del convento de
San Francisco de Sevilla. (2)
Fr. Agustín de S. Antonio*— Franciscanano y lector del convento L a Ambrosiana. Novena á la milagrosa imagen de M aría Sma. de las N ieves.— C. R eal.—
i 843 —
Doctor Pedro Prieto de la. Peña.— Presbítero y m é d ic o informó á Lim ón
Montero sobre las aguas acedas de A lm a g ro .
D. Federico Soria. Santa Cruz.— Ten iente general y d ip utado á C o rtes e a
varias legislaturas.
(1) Fr. Jac. Echará.—Secript. Ord. Prédicat.—t. 2, pág. 716.
(2) Ceán Bermúdez—Dicción.0 de Art .—
115
D. dantos Jorreto.—Secretario de sala de la audiencia de Valencia en l88o,
fundó y dirigió La Musa de Albacete por los años 1866. Además de las numerosas
composiciones literarias que publicó en este periódico, imprimió por separado:
Una Lamentación del profeta Jeremías.—Paráfrasis dedicada al Sr. D. Tomás Bernal en la sesión inaugural de la academia de literatura de Albacete el 23 de Enero
de 1862.
D. Federico Galiano y Ortega.—Catedrático y director del Instituto provin
cial de Ciudad-Real; ha publicado:
1.
— Varios artículos históricos sobre los monumentos é historia de su ciudad na
tal; Almagro— “ Voz de Almagro,, “ El Mensajero Católico,,—
2.
—E l culto á María Santísima de ¿as Nieves en la ciudad de Almagro.—CiudadReal— 18 9 1—4.0—pág. 47—
D. Enrique TJbeda y Manzanaro.—Cura arcipreste de Llerena, Badajoz,
Reformas salvadoras. Plan general de las que pueden intentarse en España para en
grandecer la patria y labrar la ventura de sus hijos.—Llerena— 1890—4.0—69 pág.
Dr. D. José Ramón Quesada y Gascón.—Cura vicario de Quiimez de
Buenos Aires, ecónomo de Santa María de Daimiel, canónigo y vicario general de
Valencia, capellán mayor de Muzárabes, provisor y vicario general de Toledo, Obis
po de Domiciópolis, auxiliar de Toledo en 1894 y de Segovia en 1898.
1.
— Discurso pronunciado en las solemnísimas fiestas celebradas en la santa igle
sia catedral de Buenos Aires el 21 de Julio de 1875 en honor de S. Luis Gonzaga y
en celebración del 29.0 aniversario de la coronación de Pío IX —fol.—43 pág.
2.
—Flores del cielo.—Colección de leyendas bíblicas—Buenos Aires— 1 877—8.°
— 189 pág.
3.
— Carta Pastoral en form a de Exposición al salmo M i s e r e r e dirigida al clero y
fieles de su diócesis con motivo del santo tiempo de Cuaresma—Segovia— 1899—
4°— 141 pág.
Vicente Rujero — Francisco Rujero —Palillos.—Habían pertenecido al
ejército en clase de comandantes. Preso D. Vicente y sustrayéndose á la prisión le
vantó una partida, y en Octubre de 1836 mandaba 400 caballos. Derrotado en Tomelloso, burla la persecución de que es objeto y unido con Sánchez y Cuesta derrota
una columna en Talarrubias y llega á dominar en los Montes. En 3 de Febrero de
1837 atacó á Almagro con unos 800 hombres, siendo rechazado, se dirigió á Bolaños cuyos milicianos se encerraron en la torre y obligados á capitular fueron fusila
dos. Incorporado á la expedición de D. Basilio Antonio García sorprendió é hizo
prisionero un comboy de pólvora en Carrizosa. Distinguióle un carácter vengativo y
sanguinario que obscurecieron sus grandes dotes de valor é inteligencia, (i)
(1) D. A. Pirala -H ist. de la Guerra civil.
Es voz arábiga que se interpreta e l fu erte, y cuyo nombre es harto co
mún en la españa musulmana. Contaba Madrid en su recinto con la A lm udena, Palma de Mallorca tenía también su Almoday?m, Talamanca la A lm udena y Córdoba su Alm edina; la pronunciación varía, pero su significación
es la misma. Arrasada Mentesa por los sectarios del Corán levantaron esta
fortaleza, tanto para asegurar la posesión y dominio de este país y defensa
en sus intestinas luchas, como para custodiar uno de los caminos más frecuen
tados por sus ejércitos; á ella trasladaron la capital de toda esta región, á la
vez que la de Oreto la situaban también á las márgenes del Guadiana, y la
residencia del wazir ó gobernador. Que tanto en la capital musulmana de
la antigua Oretania, como en ésta de la región mentesana, los árabes al fun
darlas y cuidadosamente fortificarlas, sólo tuvieron en cuenta sus condiciones
estratégicas, cual convenía á un pueblo esencialmente guerrero, lo dice la
simple inspección de una y otra plaza. Alzase la de Calatrava sobre escueta
llanura dominando extensa y rica comarca; mientras ésta, sobre empinada
sierra situada, domina y se enseñorea sobre todo el territorio puesto bajo su
mando. Vigila la robusta fortaleza del Guadiana á la inquieta Toledo y se
da la mano con Salvatierra, puerta de Sierra Morena, y en el camino de Cór
doba á Toledo; Almedina guarda también una de las entradas de Sierra Mo
rena, custodia uno de los más concurridos caminos de Andalucía, y ni se
mueve un peón ni caballo en todo el Campo de Montiel, que escape á su vi
gilante mirada.
Aunque las armas cristianas, acaudilladas por el esforzado Alfonso VI,
avanzaron en sus correrías hasta al otro lado de Sierra Morena, no se detu
vieron en la conquista de esta fuerte plaza, lo que realizó después Alfon
so VII, el Emperador, por los años 1 1 42 En poder otra vez del musulmán en
1 1 95, cuando logró avanzar sus victoriosas huestes hasta dar vista á Toledo,
Alfonso IX concede el derecho de su conquista á la Orden de Santiago en
1 2 1 3 , cayendo al año siguiente en su poder. Arrojados los musulmanes de
—
117
-
Almedina y obligados sus habitantes á fiar á la huida la salvación de sus
vidas, dejaron la ciudad desierta y deshabitadas sus casas, las que pronta
mente ocuparon los pobladores que de Castilla acudían á La Mancha. Como
la población mejor defendida y conservada de los musulmanes, no era de ex
trañar el que los cristianos la dieran la preferencia sobre la tierra yerma y
el desierto campo-, bien murada y defendida hallaban en ella seguro abrigo
los moradores contra los ataques repetidos del agareno, que mal avenido con
el despojo de su campo y de su hogar, aún había de hacer heroicos esfuerzos
por recobrarle. Esta es la razón por la que Almedina figura en los documen
tos más antiguos de la Orden de Santiago como el pueblo más numeroso y
bien poblado del Campo de Montiel, alcanzando en el siglo XIV, según el
licenciado Diego de Mota, 400 vecinos, los que aún conservaba en el año
1575. Cuenta hoy con 201.
Lindando los términos de Almedina con Andalucía y Sierra de Alcaráz,
es de suponer que este concejo lo había de reclamar como suyo en 1243, y
poblado en 1 21 5 había de ser su iglesia de las más antiguas del Campo de
Montiel, obligada por lo tanto á abonar al Arzobispo de Toledo el tercio del
diezmo y el derecho de catedrático. (1) Era esta villa el centro y cabeza de
las posesiones que en este partido tenía y fueron agregadas en la repartición
de los bienes de la Orden á la encomienda mayor de Castilla, y esto explica
el por qué esta villa, la más antigua y populosa del Campo, no fuera la ca
pital del partido, por lo menos cabecera con el derecho de prelación para ha
blar en sus juntas, siendo pospuesta á Alhambra y Torre de juan Abad-, pe
ro eran estas villas de la Mesa Maestral, y la primera dignidad de la Orden
otorgaba por derecho propio estos y otros privilegios.
Además de que el vasto campo que este pueblo domina hace su situación
agradable y vistosa, las abundantes aguas que manan de su suelo, las que
recogidas en una hermosa fuente construida en tiempo del Emperador Car
los I, como lo dan á entender las armas que le sirven de coronación, á más
de surtir al vecindario riegan hermoso y fértil valle á sus pies, el cual ofrece
á sus habitantes cosecha abundante de verduras y frutas y sirve de agradable
recreo en que el ánimo se espacia y deleita ante aquella vegetación frondosa..
La ermita de la Magdalena, mezquita de moros, al decir de los redacto
res de la Relación Topográfica, fuerte ó castillo además y residencia del
wazir ó gobernador musulmán, convertida después en iglesia parroquial, con
servó este carácter hasta el siglo XIV, en que fué construida la que hoy
existe en ruinas también. En el siglo XVI se hallaban construidas sus tres
capillas; la de Pedro Sánchez de Santa Cruz dotada con 30.000 mrs., la del
Lie. Martín Carralero con 40.000 y la de Juan Sánchez con 20 ducados de
(1) Catedrático, derecho ó pensión que pagaban los eclesiásticos á su Obispo al tiempo de
verificarse la visita diocesana—Contribuciones é Impuestos en León y Cast. en la Edad Me-dia, pá
gina 235—Conde de Codillo.
—
118
—
renta anual. Es de tres naves formadas por elegantes y airosas columnas, la
cual sufrió grave resentimiento, especialmente su torre, en el terremoto ó tem
blor que se dejó sentir en toda La Mancha en Noviembre de 1755. Reparán
dose al año siguiente continuó el culto hasta el año 1820 en que se abandonó,
destechándose en 1840, trasladándose la parroquia á la ermita de Nuestra
Señora de las Angustias, pobre y reducida en extremo. Está dedicada á San
ta María y su categoría es de entrada. El comendador mayor, como único
partícipe de los diezmos de esta villa, abonaba á su cura todos los años
10.000 mrs.
Con ocho ermitas contaba este pueblo en el siglo XVII; la mencionada
de las Angustias, Ntra. Sra. de los Remedios, Santa María Magdalena, Santa
Quiteria, San Sebastián, San Cristóbal, San Antonio Abad y San Nicasio. En
1772 las de Santa Quiteria y Magdalena amenazaban ruina, hundida la de
San Nicasio y en regular estado las demás.
C erro de G ollizno . — Según nos refiere la citada Relación Topográfica
en 1575 existía aún en este cerro antiguo edificio, que parecía fortaleza cus
todiada por tres recintos. De origen romano y construido con tal solidez y
esmero, que no alcanzó otra alguna de aquella época en la región mentesana, como lo acreditan los restos que aún se perciben y observan, formados
por grandes piedras sin betún ni argamasa que las una, y los objetos de
aquel pueblo, los que se hallan con facilidad en su recinto y alrededores, ha
cen presentir la importancia que aquel pueblo le dió y el pensamiento beli
coso que presidió á su construcción; llegando por nuestra parte á sospechar,
que si por hallazgo feliz conociéramos el nombre propio de este y otros sitios
y edificaciones de aquella remota edad, indudablemente trastornarían nues
tra Geografía antigua, aún no sobre sólidos cimientos é indestructibles bases
asentada.
Entre sus ruinas se descubrió una lápida cuyos calcos remitieron en 1862
á la Real Academia de la Historia los Sres. Abad y Carnero (1) y corrigió
Hubner (2) en la forma siguiente:
IMP. CAESARI. DIVI. HADRIANI. F
DIVI. TRIANI. PARTHICI. NEPOTE
DIVI. M ERVAE. PRO NEPOTI TITO
AELIO . HADRIANO. ANTONINO
AUG. PIO. PONTIF. MAX. TRIB. POT.
V Í IMP. íí. COS. III. P. P. D. D.
“ Al Emperador Cesar Tito Elio Hadriano Antonino Augusto Pió Pontífi
ce máximo, investido con la Tribunicia potestad la sexta vez, con la de E m (1) Noticia de las Actas—18^2—pá.g. IX
(2) Corpus iuacriptionum—Yol.—2—pág. 435
—
119
—
perador la segunda, con el Consulado la tercera, Padre de la patria, hijo deí
divino Hadriano, nieto del divino Trajano partico (vencedor de los partos) y
biznieto del divino Nerva, se puso ó erigió esta estatua por decreto de los
decuriones * El año en que concurrieron las tres honras mencionadas en el
Emperador Antonino Pió e l filósofo fué el de 143 después del Nacimiento
de Nuestro Señor Jesucristo.
(1) Dicción, de Art. Esp.—Cean Berm.
(2) D. Roque Chavas—El Archivo—t. ’5 .°—Dic. de 1891 —
—
120
—
7.
—Declaración Magistral de varios epigramas de Marcial—Villanueva de los
fantes— 1628.
8.
— Decente colocación de la Santa Cruz, ó sea del abuso de fijar ó pintar en cu
quier lugar el signo de salvación—Cuenca— 1625—4.0
9.
— Discurso en favor del santo y loable estado de la limpieza, el que excluye
ciertos colegios, hermandades é iglesias á los que proceden de moros y hebreos—
Granada— 1638.
10. —Discurso de los Tufos, Copetes y Calvas—Baeza— 1629—4.0
11.
— Historia de la ciudad de Jaén y de algunos varones famosos hijos de e
—Jaén— 1628—4.0—A esta obra contribuyó con sus apuntes Pedro Ordóñez de
Ceballos.
12 . —Interpretación de varios epigramas de Marcial—Cuenca— 1632—4.0 (i)
13 .
— Comentarios al Tratado de los pecados que se cometen en el vestir y en el
zar, del P. Hernando de Talavera. (2)
14. —Declaración del salmo Beati inmaculati in via— I 633. (3)
15 . — Victorias del árbol sacro de la cruz.
16 . — Varias comedias y poesías. (4)
17 .
—La queuta y razón que yo el maestro Bartolomé Ximénez Patón tengo.—
una autografía en la que consigna algunos detalles de su vida, muy especialmente de
sus cargos y honores, enumerando algunos no mencionados por sus biógrafos. Com
prende tres hojas en folio.
18.
—Los Comentarios de Erudición.—M. S. en 4.0 como el anterior inédito y
poder los dos de su 7.0 descendiente D. Luis Patón. Imagina un diálogo entre Laminio, Sileno y un caballero portugués, comentando en primer término las Odas de
Quinto Oracio Flaco Venusino y las traduce. Finge á continuación una visión, la que
desarrolla en poesías de metro variado. A Desengaño y freno de los deseos vatios de
junio Juvenal, Sátira décima, sigue el Discurso sobre la langosta, y concluye con A l
bergue de pobres y remedio de necesidades, cuyo trabajo versa sobre la caridad para
con el pueblo, proponiendo como modelo y ejemplar á Santo Tomás de Villanueva,
dando fin con el relato de las solemnes fiestas, con las que Infantes celebró su cano
nización. Retazos de trabajos todos incompletos agrupados para evitar su extravío.
El laborioso preceptor de Villanueva de los Infantes, dice el Sr. Menendez Pelayo, fué honrado con la amistad de Lope de Vega y de Que vedo. La Elocuencia E s
pañola, que muy aumentada y unida á la Elocuencia Sacra y á la Elocuencia Romana,
formó luego el Mercurio Trimegistro, merece estimarse como verdadero tesoro de
ejemplos tomados de nuestros poetas del siglo XVI, en los cuales tenía Patón lectura
inmensa. Sólo la Agudeza y arte de ingenio de Gradan y la Retórica de Mayans pue
den competir en riqueza y amenidad de textos y citas con el Mercurio Trimegistro,
en cuyas páginas todavía esperan al erudito y al colector de nuestros poetas muy
agradables sorpresas. Es el único de los retóricos de su tiempo que tuvo constante
mente fija la atención en los monumentos de la literatura vulgar, el único que escri
bió para España y no para Grecia ó Roma. Patón es en alto grado benemérito de
nuestra lengua... y el oráculo de todos los preceptores de La Mancha y del reino de
Jaén. El Mercurius Trimegistrus trae una serie de certificados de los catedráticos de
elocuencia, ó sean dómines de Baeza, Ubeda, Alcaráz, Ciudad-Real, la Membrilla y
otros muchos, comprometiéndose á no enseñar nunca por otro libro. (5)
(1) Nic. Ant. Bib. Hisp. Nov.
(2) Franc.° Danvila -B ol. de. la A. de la H ist.—1888.—t. 12, pág. 385.
(3) Bib. Hisp. Nova.
(4) Blázquez—Apuntes.
(5) H ist. de las ideas estéticas e;i España.—Tara. 2—Vol. 1— Jap. 9, p. 291, 1884.
E poca romana.— Al investigador curioso de los fastos memorables de la
provincia de Ciudad-Real inspira Almodóvar no pequeño interés. Importante
población de la antigua Oretania, albergue después de guerreros valerosos
mal avenidos siempre con dominación extraña, y en toda ocasión dispuestos
á defender su independencia, y cuna más tarde de sabios y de santos, los
que al siglo de oro de nuestro poder, de nuestra influencia y de nuestra lite
ratura prestaron su apoyo y su concurso, y no endeble y baladí, sino valioso
y tenido en grande estima.
Existía población en Almodóvar en la época romana como lo dan á co
nocer los sepulcros, monedas y objetos de cerámica que frecuentemente se
hallan, muy especialmente en la parte baja de la población, y que á él con
vergían dos calzadas ó caminos de segundo orden de los llamados provincia
les, por esta razón no comprendidos en el Itinerario de Antonino, el que
como registro del pretor mencionaba las calzadas, cuya conservación corría
á cargo de la República Romana. Partían las dos de Córdoba, la más impor
tante ciudad de la Bética y venían á terminar en Almodóvar por Medellín,
los Pedroches y Puerto Mochuelos una, y por Ademúz y Conquista la otra, (i)
Su nombre en aquella edad nos es desconocido, y ni aun sospecharlo pode
mos por las muy escasas noticias que de nuestros pueblos nos dan los geó
grafos é historiadores antiguos.
Pero si de buen grado concedemos fué uno de los pueblos de Oretania,
estamos muy lejos de asentir á lo que de este pueblo nos dice D. Antonio
Venegas en su Diccionario Geográfico, el cual da por cierto haber existido
aquí Universidad en aquella remota época, de la que fué alumno Séneca,
sin expresar cuál de ellos, por ser varios los que de este nombre adquirieron
justa celebridad entre los romanos. Patrocinó esta conseja nuestro malogra(1) D. Francisco Coello — Discurso de recep. en lo, Acad. de la H ist.
16
—
122
—
do amigo y compañero D. Waldemaro Puebla en su Panegírico del Beato
Ju a n Bautista de la Concepción,— 1 877— lo que nos obliga á analizar esta
gratuita cuanto absurda suposición.
En aquel tiempo sólo existió un centro de estudios en Huesca, fundado
por Sertorio, según nos refiere Plutarco en la vida de este insigne caudillo
romano, al que hizo concurrir jóvenes de toda la nación española. Fué su
existencia bien efímera, desde el 82 al 77, antes de Jesucristo, y harto trági
co su fin. Ni una noticia más tenemos de los 500 años en que los romanos
dominaron en España, porque las inscripciones que logró reunir Masdeu no
aclaran, si eran maestros públicos ó particulares los mencionados en ellas;
ni el Crónicó?i de D extro en la falsa lista que nos da de los Colegios funda
dos en España por los romanos cita á Almodóvar. (1)
De forma, que si el abate Andrés se reía de los que atribuían la funda
ción de la Universidad de Bolonia á Teodosio el menor, con cuánta más
razón lo haría de nosotros, al ver que pretendíamos esta gloria para los pue
blos de Oretania, é intentábamos convertir la voracidad romana en celo por
la cultura del pueblo español. Los pretores y gobernadores romanos única
mente se ocuparon en explotar las riquezas con que íes brindaba este suelo,
para hacer su propia fortuna y satisfacer el hambre de placeres y diversiones
del pueblo romano. Huelga asimismo el nombre de U niversidad, este nom
bre no le tomaron los estudios sino muchos siglos después; cuando ya casi
abatido el pendón de la Media luna en nuestra patria, y reducido el dominio
musulmán á un rincón de Andalucía, se fundaban á porfía por nuestros obis
pos, reyes y concejos centros de enseñanza para difundir las ciencias. Los
que durante el tiempo anterior descubrían genio y amor al estudio y se con
sagraban á las ciencias, ó las adquirían de maestros particulares ó estudiaban
lejos de nuestra patria; nacidos los Sénecas en Córdoba estudiarían en esta
ciudad con el Maestro de Gram ática, de que nos da razón una de las cita
das inscripciones de Masdeu, ó en Roma.
E poca musulmana .— De origen puramente árabe Almodóvar, el Sr. Lafuente y Alcántara en su Colección de Obras A rábicas dice provenir de
A l-M odow ar, que se interpreta E l Redondo, y los redactores de la R ela
ción Topográfica de 1575 afirman llamarse así este pueble de A lm i ó Alm e,
que significa agua, y D ow ar, redondo, con alusión á la laguna junto á la
que se fijaron sus dueños los musulmanes, debiendo á éstos, á más de su
nombre, su importancia notable en el período de su mando y gran acrecen
tamiento en su población. Vencedores de los yemeníes ó berberiscos los
modharíes ocuparon desde Sierra Morena á Toledo, aposentándose una de
sus tribus en Almodóvar, en el que levantaron un castillo en el antiguo asien
to de la población romana para su seguridad y defensa; siendo en el largo
(1) Hist. de las Universid.—D. Vicente de la Fuente—fc. 1.®
— 12B —
período de 400 años la cabecera de la extensa zona, que ellos conocían coir
el nombre de Fehs A l Bolut, Llano de las Encinas, y nosotros hoy por el
Valle de Alcudia. (1)
Aunque una vez vencidas las armas cristianas en el Guadalete, y obliga
dos los españoles, más bien por el terror y espanto que de ellos se apoderó,
que por el número de invasores, á buscar refugio en las asperezas de los
montes, las inmigraciones de los árabes eran frecuentes; siempre resultaban
pequeñas con relación á los pueblos abandonados y al extenso territorio que
dominaban. Sus rápidas correrías y lejanas conquistas, con las que llegaron
á tocar los confines de la península ibérica, las disensiones á que entre ellos
dió lugar y ocasión la repartición de tierras, y las guerras intestinas que in
mediatamente siguieron á la ocupación, no daban ocasión propicia al fomen
to de la población, siendo en todo tiempo esta función propia de los dias de
prosperidad y bienandanza, á cuya sombra benéfica crece lozana, fomenta y
busca esparcimiento. El Llano de las Encinas quedó desierto en aquella aza
rosa y triste época primera de la invasión, pues la población godo-hispana
huiría ante el ruido del estrago del pueblo invasor á ocultarse en las aspere
zas de los próximos montes.
Por el año 740, treinta después de la invasión, Baleg como le llaman
nuestros cronistas, ó Belg, según el ilustre arabista señor Simonet, al frente
de numerosa hueste deja las abrasadoras arenas del desierto, y con sus tri
bus siriacas y beledíes cruza el Estrecho y se dirige á España. Los berberis
cos, que peleaban en Asturias y Galicia, vinieron á combatirlos con ejército
innumerable; halláronlos en La Mancha, pero recibidos con valeroso denuedo
por los siriacos, que batallaron como quien busca la muerte, hasta que lo
graron vencer á sus enemigos y casi exterminarlos. Abdo-l-Mélic, goberna
dor de Córdoba, que los recibió con agrado, al ver su triunfo receló de su
poder y quiso volverlos al Africa; pero sublevados contra él le expulsaron
del Alcázar, teniendo que fiar á la huida su salvación. Honda perturbación
causaron estos hechos en el pueblo musulmán, y grato soláz y no desprecia
ble desahogo á los cristianos, porque alejados sus enemigos y destruyéndose
mùtuamente, dábanles tiempo á reparar sus fuerzas, á asegurar sus plazas y
á extender sus conquistas. (2)
Aunque las vicisitudes de la lucha entre las dos razas de berberiscos y
siriacos fueron varias, éstos no pudieron ni vencer ni exterminar por comple
to á aquéllos, ni ser á su vez lanzados de La Mancha, donde fijaron por vez
primera su asiento. Aquí constituyó esta raza siriaca de los modharíes, como
las demás de que se componía la población musulmana en España, un pe-
(1) Mr. Dozy— E l E drisi —pág. 264.
(2) Lafueníe Ale. Obras Arab., t. l.°, pag. 52—Tanta vero inter orientalia cum duce Belgi
et occidentalia cum filio Humeia....fuerunt prelia ab utrisque patrata, quantum humana na
rrare vixprevaleat lingua—Theod—Mommsen— Cronica Minora—Voi. 2.° Frase. 2, pág.—364—
Ber ol—1894—
/
—
124
—
queño estado casi independiente de toda dominación, muy especialmente
antes de constituirse en Córdoba la robusta autoridad de sus Califas.
En esta época, y desde los años 740 al 750, puede fijarse con probabili
dades de acierto la repoblación de Almodóvar. Las sangrientas revueltas de
los conquistadores, las que hemos de bosquejar en la parte en que estas tri
bus establecidas en La iMancha intervinieron, nos hacen comprender que
en Almodóvar residían desde el principio jefes poderosos é influyentes,
caudillos y gente aguerrida, puesto que la mayor parte de los que se alza
ban en rebelión contra los gobernadores de los Emires de Damasco y
contra los Califas de Córdoba, encontraban aquí abrigo, gente y recursos pa
ra defender su sausa. El odio á los yemeníes ó berberiscos fué en ellos inex
tinguible, corrió en todo tiempo parejas con su amor á la independencia y
anhelo por vivir ajenos á toda dominación; desde que pelearon con sus ene
migos y los vencieron en estos campos, no huyeron la ocasión de mantener
viva la lucha, y al intentar las más poderosas tribus poner fin á tanto desas
tre, proclamando Emir de Córdoba al ilustre desterrado de los Beni Omeyya,
alentaron á Yocub para la resistencia, y en Almodóvar reclutó gente este cau
dillo y allegó fuerzas bastantes para marchar sobre Córdoba— Mayo— 756—
Adversa le fué la fortuna, pues derrotado en su primer encuentro, hubo
de aceptar las condiciones del vencedor; pero mal avenidos con el sosiego,
y no pudiendo sufrir el dominio de sus enemigos, intentaron los musulmanes
manchegos, con Yocub á su cabeza, encender de nuevo la guerra civil; mas
otra vez derrotados y puesto su caudillo en vergonzosa huida, ni aun darle
albergue pudieron dentro de sus murallas, y marchando en dirección de T o
ledo, halló la muerte en sus cercanías. La fuerza y prestigio que el primer
Califa de Córdoba acertó á dar al poder musulmán, les impidió á las tribus
modharíes el rebelarse, aunque nunca fueron afectas á su dominación, ni le
prestaron otra sumisión que la que impone la fuerza; así es, que al subir al
trono un nuevo Emir, después de abatir á sus rivales en la misma corte, le
era preciso volver sus armas contra estas levantiscas tribus, en todo tiempo
dispuestas á sacudir todo yugo, ni en ningún tiempo hubo rebelde que en
ellas no encontrara apoyo; merced á esto logr6 sustraerse por espacio de
veinte años al dominio de la metrópoli, reconociendo por su jefe á Caleb Ben
Hafsum.
Eran pues Calatrava, Almodóvar y Almedina las tres poblaciones más
importantes de La Mancha musulmana. Fortaleza la primera guarnecida y
custodiada con esmero por los Emires de Córdoba, fué destinada al principio
para mantener en la sumisión y obediencia á las tribus rebeldes, y atalaya
que vigilase á la no menos inquieta Toledo; la segunda asiento de jefes po
derosos y de gran influencia, los que tenían como suya toda la comarca, cuya
posesión é independencia defendieron siempre con constancia y valor, y la
tercera capital del Campo de Montiel, levantada sobre las ruinas de Mentesa>
y residencia de los wazires, los que en nombre de los Califas gobernaban
—
125
—
aquel país. Destruida la obra de los primeros conquistadores de españa, rota
en menudos pedazos la unidad del dominio musulmán y campando ya libre
mente en la península los elementos de división y discordia, que habían traí
do los invasores, fácil les hubiera sido á las armas cristianas concluir con su
poder y dominación, si á ellas á su vez no las trabajara también la división
y discordia, y el atender á sus guerras intestinas no les impidiera aunar sus
esfuerzos, para lanzar de nuestro suelo al pueblo invasor, tan enemigo de
nuestra religión como de nuestra nacionalidad. Al tiempo que Alfonso VI
colocó sobre sus sienes la Corona de Castilla por la alevosa muerte de don
Sancho II junto á los muros de Zamora, “estaban, dice el cronista Ambrosio
de Morales, los reinos perdidos, sin justicia, llenos de tiranos y de aquellos
males que enjendran las guerras domésticas, y con tanta acogida de diferentes
señoríos, donde se salvaban y acogían los tiranos y malos hombres, desobe
dientes á su Rey y sin temor de Dios. Mostró el rey D. Alonso tanto brío y
valor, ejecutando con rigor la justicia, que comenzó á ser temido, y ganó el
nombre de Brabo.„
Almotamid, Rey de Sevilla, que había sentido la fuerza del brazo del
Rey de Castilla en la lucha sostenida poco tiempo hacía con Al-Mamum de
Toledo, quiso estrechar su amistad y alianza con el Monarca cristiano, á
favor de la cual había de ensanchar sus dominios, y ofrecióle por medio
de su astuto negociador Aben Ornar á su misma hija, la hermosa Zaida,
con gran suma de dinero y las conquistas que realizara al Norte de Sierra
Morena. “ El Rey D. Alfonso, continúa Morales, consultó las proposiciones
del de Sevilla con los ricos-hombres del reino, y á todos pareció bien. Vién
dose al poco tiempo, quedaron tan pagados uno de otro, que el casamiento
se concertó, con que la Infanta se volviese cristiana; en lo cual no hubo di
ficultad, porque ella se bautizó muy de corazón y recibió la fé de Cristo. Lla
móse Isabel y trajo en dote á Uclés, Mora, Alárcos, Caraouel y Almodóvar
y otras poblaciones importantes de esta comarca. „ — 1078—
Por modo tan extraño vino Almodóvar con gran parte de los pueblos de
su comarca al poder cristiano, y aunque este hecho es negado por algunos
historiadores y diversamente narrado por otros, merced á la confusión que
reina entre los antiguos cronistas, sin excluir á los árabes, nosotros diremos
con un ilustrado crítico moderno: “ Que si el casamiento de la hermosa y
discreta Zaida con el vencedor de Toledo reviste todos los caracteres de
una leyenda árabe, no hay sin embargo hecho mejor comprobado, ni que
pueda resistir como él las exigencias de la más severa crítica. „
Dueño Alfonso VI de Almodóvar, puso de gobernador de esta plaza al
famoso capitán Alvar Hanez, el que por sus hazañas había de merecer el
honroso cargo de Príncipe de la milicia de Toledo, y como adelantado en
esta frontera estar en perpétua guerra con el musulmán. Como punto el más
fuerte y avanzado de los dominios de Castilla, sufría esta plaza continuas es
caramuzas de los moros vecinos, no bien avenidos con que los cristianos se
aposentaran á la vista de Sierra Morena, dándole al año siguiente tan fuerte
acometida, que corrió grave riesgo y sus defensores probaron su fuerza y
bravura, (i) En 1081 emprendía Alfonso la conquista de Toledo, y con ejér
cito numeroso corría la tierra al N. de esta ciudad, talando sus campos, des
truyendo poblaciones y cogiendo ricos despojos; antes de emprender la
campaña envió embajada al Al-Motamid de Sevilla, su aliado, reclamando
las parias anuales; el judío Aben-Xalid era el embajador, el que hubo de
desempeñar su encargo con dureza, llegando hasta amenazar al Rey porque
dilataba el pago del tributo; ofendido éste crucificó al judío y encerró en pri
siones á los caballeros castellanos que le acompañaban. Bien quisiera Alfon
so tomar pronta venganza, y aun lo juró por la Sma. Trinidad, pero hubo de
resignarse por la empresa difícil en que estaba metido y solicitar el cange
de los prisioneros mediante la entrega de Almodóvar, con lo que esta plaza
volvió al dominio musulmán á los cuatro años de haberse entregado á los
cristianos. (2)
Alfonso VII, el Emperador, rinde á Calatraya en 1147, determinando con
esta conquista la posesión de toda La Mancha; pero la muerte del Empera
dor infunde nuevos bríos á la abatida morisma, y numerosa hueste africana
cruza el Estrecho amenazando al reino de Toledo. Tiembla Calatrava al es
truendo de la furiosa tormenta que amenaza, y sus defensores aterrados ante
el peligro comunican su pavor y espanto á la corte de Castilla; ofrece el Rey
tan preciada joya de su corona al que tenga valor para correr en su defensa;
ni un sólo caballero dejó de considerar tamaña empresa como loca y desaten
tada, pero Dios suscitó á dos monges del Cister, que en Toledo se hallaban,
para salir á su defensa, y tal aliento acertaron á infundir en la gente caste
llana y con tal valor y denuedo acometen su empresa, que la morisma re
trocede, Calatrava se salvó y pudo por entonces conjurar el peligro de ver
ondear en sus robustas torres los pendones musulmanes; pero Almodóvar y
demás pueblos de La Mancha cayeron bajo el férreo yugo agareno, y aún
costará arroyos de sangre su reconquista— 115 7 —
En 1173 D. Martín Pérez de Siones, tercer Maestre de Calatrava, dirigió
la mesnada de la Orden á la toma y conquista de Almodóvar, el que aún
conservaba con empeño el musulmán; fuerte y decidida fué la resistencia,
pero hubieron de ceder al empuje y denuedo de los caballeros y soldados de
la Orden, y fueron vencidos sus defensores, no sin causar á sus enemigos
grandes y dolorosas pérdidas. Repuesto el agareno de la sorpresa y auxilia
dos los vencidos con nuevos refuerzos vuelven sobre la plaza, la que atacan
con coraje y valor; sesenta caballeros sucumben en la refriega, haciendo an
tes pagar bien caro al musulmán su empeño; pero avisado á tiempo el Maes
tre vuela en su socorro, ahuyenta al enemigo posesionado ya de esta plaza,
(1)
(2)
I.
Anales Toledanos
Los Mudejares de Castilla
—p. 35—Domin. de los Arabes en España—Conde—Cap. 18.
—
127
—
le sigue en su huida y le acosa, logrando darle alcance en Fuencaliente, en
cuyas Navas le derrota, cogiéndole doscientos prisioneros, los que acuchilla
sin piedad, (i)
Procedimiento tan cruel como inhumano no se avenía bien con el espíri
tu de caridad en que estaban informadas las constituciones de la Orden; ade
más, de que faltando á lo establecido por las leyes de la guerra, no cangeando los prisioneros musulmanes por cautivos cristianos, se privaba á gran
número de éstos, tal vez vasallos de la Orden, del inestimable beneficio de
su libertad. La injustificable conducta del Maestre causó general disgusto
entre los caballeros, y creciendo éste se trocó en abierta rebelión, pues reti
rándose á Calatrava, le negaron la obediencia, eligiendo en su lugar á don
García; así la conquista de Almodóvar, suceso fausto para la Orden de Cala
trava, porque extendía sus dominios hasta los límites de la antigua Oretania
y vertientes de Sierra Morena, trocóse en general disgusto por la sedición á
que el Maestre dió lugar, dando aquí principio las luchas y disenciones intes
tinas, que tanto habían de trabajar á la Orden en el apogeo de su poder y
fortuna, hasta hacer estéril su misión. Vueltos los caballeros á la obediencia
del Maestre y apaciguada su discordia, dedicóse éste á fomentar la población
de Almodóvar concediendo á sus vecinos importantes fueros y franquicias, al
objeto de atraer nuevos pobladores, que sustituyesen á las familias árabes
muertas en la lucha ó vendidas como botín de la victoria. Fortificó su castillo
aumentando sus defensas, y cercó el pueblo con robusta muralla para poner
á sus habitantes al abrigo de toda sorpresa; pero la derrota de Alárcos y
pérdida de Calatrava arrastró tras sí á toda La Mancha, y los vencedores
musulmanes se enseñorearon otra vez de sus pueblos y castillos, hasta que
el mismo Alfonso VIII, vencido á las orillas del Guadiana, triunfó en las Na
vas de Tolosa, ahuyentando para siempre á la hueste agarena de nuestro
suelo. (2)
E poca cristiana .— Compuesta la población de Almodóvar de familias
cristianas, ó huyeron éstas al aproximarse el ejército musulmán en 1195, ó
perecieron á manos del vencedor de Alárcos; ello es, que las armas cristia
nas, á su paso para el puerto del Muradal en 1212, sólo se apoderaron de
su castillo; por esta razón Inocencio III, al confirmar á la Orden de Calatrava
sus fueros, privilegios y sus posesiones en 1214, no le menciona, no obstante
estar comprendido en el territorio á la misma señalado por los Reyes de
Castilla. El Maestre D. Rodrigo Garcés restauró el castillo por el año 1215
y dióle fuero, (3) comenzando entonces su repoblación; así entre los papeles
'1) Hades de And.—Fol. 17.
(2) Fernz. Guerra.—Ord. de Caballería.
i^3) La concesión de fueros de población entrañó una alta conveniencia política muy con
forme con las necesidades de aquella sociedad. Las exigencias de una guerra constante y la
lucha por la Reconquista del territorio forzaban á llevar á las fronteras el mayor número po
sible de habitantes, destinados como antemural para garantizar la común tranquilidad. La
—
128
—
procedentes del archivo del S. Convento, que existen en Simancas, se halla
la escritura de donación que de todos sus bienes hizo á la Orden.Joan de
Atienza, vecino de Almodóvar, en la Era 1 2 6 1— año 1 2 2 3 — y cuando en
1245 D. Rodrigo Jiménez de Rada y D. Fernando Ordóñez concordaban
sobre los derechos de la Orden y Arzobispado de Toledo, al fijar en la
condición séptima las iglesias, villas y lugares, sobre las que el prelado de
Toledo había de percibir la tercera parte del diezmo, aparece Almodóvar,
demostrando haberse creado su parroquia con anterioridad al 1 2 1 6 , fecha de
la concesión hecha á D. Rodrigo por el Papa Honorio III. (1)
Por este tiempo era Almodóvar el límite occidental del Campo de Calatrava, y estaba su término reducido al señalamiento que á su concejo hizo el
Maestre Garcés; pero en el año 1 245 Fernando III, e¿ Santo, y el Maestre
de Calatrava D. Fernando Ordóñez permutaron varias plazas y castillos, re
cibiendo entonces la Orden todo lo que pertenecía á Mochuelos hasta el río
Guadarmés; y aunque el concejo de Córdoba alegaba derecho á aquellos te
rrenos en razón á que según él eran del término de Chillón y el Rey lo dejó
á salvo, es lo cierto, que Mochuelos con toda Alcudia pasó por esta permuta
á formar parte del territorio de la Orden de Calatrava. (2)
El Maestre D. Pedro Yáñez, que gobernó la Orden desde el año 1254
al 1265, concedió á esta villa varios privilegios, siendo de ellos los más no
tables las dos ferias de veinte dias de duración en los dias de San Martín y
San }uan y mercado todos los lunes, eximiendo del pago de portazgo á los
que á ella concurrían. Además, no podía venderse en la villa vino de fuera
hasta tanto que no se concluyera lo de su propia cosecha, y sus vecinos no
podían ser obligados á dar hospedaje á los comendadores, caballeros y reli
giosos de la Orden; concedió también á este pueblo la dehesa El Donadío,
cuya donación aprobó Felipe II en 1563.
La encomienda de Almodóvar era de las más pingües y ricas de la Or
den, pues rentaba anualmente 89.500 reales, según el estado formado por
Guillamas. Por las constituciones capitulares el comendador era el Alférez ó
porta estandarte de la Orden; era éste de damasco blanco con la Inmaculada
Concepción en el anverso y la cruz roja flordelisada con trabas negras en el
reverso. Tenía en este pueblo su casa, siéndole aneja la alcaidía del castillo.
Además de abonar este concejo á la Mesa Maestral la mitad del produc
to ó arrendamiento de pastos de las dehesas comunales, pagaba en cada un
año 18.536 mrs. por el tributo llamado de S. Miguel, que por ser personal
equidad y justicia reclamaban que á los hombres constantemente sujetos á los peligros y aza
res de la invasión se indemnizase con franquicias y privilegios. El pensamiento dominante de
todos los fueros es, atraer del interior del Reino individuos suficientes á formar un núcleo de
resistencia para las contingencias de la lucha y su fórmula más común es la liberación total ó
parcial de impuestos, según la necesidad y generosidad del señor otorgante.
(1) Bolet. de la Acad. de la Hist.—Febrero—1888.
(2) Bull. 0. de Calat., pág. 83.
—
129
—
tenía el carácter de vasallaje, en cuanto que se daba en reconocimiento de
los derechos señoriales de la Orden. Por privilegios y franquicias á esta villa
concedidas se creía exenta de este tributo; en defensa de sus derechos sostu
vo largos y costosos litigios, el último en 18 19 , sentenciándose siempre en
contra de sus pretensiones y siendo sus vecinos obligados á su pago. (1)
Prestó este pueblo valiosos servicios á la causa de la religión y de la pa
tria, peleando sus pobladores contra el musulmán con la fé y anhelo que se
defiende siempre el propio hogar y el patrio suelo, por todos lados cercado
de enemigos y militando bajo las banderas de los Maestres en las atrevidas
y arriesgadas empresas que la orden realizó en Andalucía, recibiendo en pre
mio del valor de sus hijos sus amados privilegios y no siempre respetadas
franquicias. En la guerra de las Comunidades su gobernador D. Hernando
de Córdova alistó prontamente cuatrocientos hombres en Almodóvar, con los
que mantuvo la fidelidad de este país al Emperador y secundó al Prior de
S. Juan que combatía á los comuneros en los límites de esta provincia y de
la de Toledo. Francisco del Olmo concurrió á la conquista de Argel capita
neando trescientos hijos de Almodóvar; pereciendo víctima de su arrojo en el
asalto y toma de la Goleta— 14 de Julio de 1 5 4 1 ;— (2) y este pueblo tam
bién dió su contingente á las milicias de La Mancha, que á las órdenes del
Marqués de los Velez, fueron á sofocar la imponente sedición de Cataluña,
levantada por los desaciertos del gobierno de Felipe IV.
Según la Relación Topográfica en 1575, tenía Almodóvar por aldeas á
Tiratea Fuera con 200 vecinos, iglesia parroquial y concejo de jurisdicción
limitada; Retamal, de 30 vecinos; Abrazatortas con 40; Navacerrada con 30;
aldea de San Benito con iglesia y 60 vecinos; La Perdiguera, Valdehernando, Carnerero y la Viñuela, eran alquerías de muy escasa población, pero
que entre todos con inclusión de Almodóvar contaban en aquella fecha con
1400 vecinos. En el censo de 1877 figura con 2.838 y en el de 1.887 con
3070 y 10.279 habitantes.
Por R. O. de 2 de Julio de 1879 se le concedió el título de ciudad. Com
prende su extenso término 64.557 hectáreas, dedicadas en su mayor parte
al cultivo de cereales y pastos. Hállanse en él algunas fuentes minerales mi
nuciosamente descritas por D. José Pares y D. Juan Antonio Sánchez Gra
nados, cuyos trabajos insertó el Sr. Sánchez Bedoya. (3)
P a r t id o d e A l m o d ó v a r . — Se regía este pueblo en la forma común á to
dos los del Campo, perteneciendo al partido de Almagro hasta que el Capí
tulo General de 1 534 decretó la erección de su partido: uPorque la provincia
del Campo de Calatrava, dice esta asamblea, es de mucha tierra, y la parte
(1) Los pueblos de la O. de Calatrava, con excepción de Valdepeñas, tenían sus tres casas
cáñamas ó dezmeras, las dos para el comendador ó Mesa Maestral y la tercera para la iglesia.
(2) Relación Topográfica.
(3) Hist. Unió, de las Fuentes minerales de E sp .— 1765—
17
—
130
—
della, que se llama L a Rinconada de Alm odovar, está apartada, y sus vasa
llos no pueden ser visitados, ni juzgados como deben, póngase un Alcalde
Mayor con el salario de 15 ó 20.000 mrs. „ A este partido se agregaron los
pueblos Alcolea, Argamasilla, Cabezarados, Cañada, Caracuel, Corral, Fuencaliente, Luciana, El Moral, Los Pozuelos, Mestanza, Puebla de Don Rodri
go, Puertollano y Seceruela.
La autoridad del alcalde mayor debió molestar á los vecinos de Almo
dovar, cuando éstos solicitaron con instancia la supresión del partido, dando
al efecto al Erario real 30.000 ducados; logrando verse libres de su autori
dad y recabando á la vez para sus alcaldes ordinarios la facultad de conocer
en primera instancia de todos los negocios civiles y criminales. Prontamente
conoció lo insensato de su pretensión, cuando á los pocos años clamaba su
concejo por el restablecimiento de su partido y gobernador, dando por ra
zón, que el pueblo se arruinaba, y por el nombramiento y elección de alcal
des ardía su concejo en el fuego de la discordia, lo que entendido por el Ca
pítulo General de la Orden y de acuerdo con el Rey se le volvió el gober
nador revestido de la autoridad que antes tenía— 16 0 2 .— Pero en este
tiempo las villas todas que constituían este partido con excepción de Cañada
y Moral y Puebla de Don Rodrigo habían alcanzado su privilegio de prime- I
ra instancia y con él la exención del gobernador de Almodóvar; por más
que el Lie. Juan B. Larios, nombrado para este cargo, trató de restablecer
la autoridad íntegra que sus antecesores gozaron, escudadas las villas con
sus franquicias se negaron á sus pretensiones, y llevado el litigio á la Au-j
diencia de Valladolid, ésta falló en su favor; (1) quedando por lo tanto re
ducido el partido de Almodóvar á las dichas villas de Cañada y Moral y
Puebla de Don Rodrigo.
Creado su partido judicial en 1834 le fueron agregados 16 ayuntamien
tos, y suprimido en 1893 fué restablecido en 1896. El Presidente del Con
sejo de la Mesta señaló también á Almodóvar como audiencia de paso del
partido de Cuenca.
Iglesia parroquial ,— El templo parroquial, dedicado á Ntra. Sra. de la
Estrella, revela en su construcción diversas épocas. El cuerpo de ella con su
buen artesonado del siglo XIV, la capilla mayor de los primeros años del
XVI y la torre algunos años posterior á aquélla. Incendiada ésta en la gue
rra de sucesión pereció el archivo, que en ella se custodiaba. La capilla de
la Concepción fué edificada por Francisco de Torres, residente en Indias, la
dotó con 12.000 mrs. de renta, dando además á la iglesia 20.000. En la li
cencia que á este piadoso objeto le concedió el Emperador en Valladolid á
21 de Junio de 1548 dice: W
E que visto, y platicado por vosotros en vuestro
Ayuntamiento, paresció que se le debía dar al dicho Francisco de Torres la
(1) Archivo municipal de Fuencaliente.
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131
—
licencia, que pedía, para hazer la dicha capilla, é que se podía edificar á la
puerta de la Torre de la dicha Iglesia, en el comienzo de la obra nueva que
se hace, que sale al cimiterio de la puerta de umbría, (i) Los clérigos de
San Pedro formaron en este año la cofradía de Smo. Sacramento y diez
después el Lie. Alonso Mendez de Sotomayor conseguía real licencia para
la construcción de una capilla en la ermita de San Benito, situada en la plaza. En 1575 tenía Almodóvar extramuros las ermitas del Espíritu Santo,
San Antón, San Sebastián, San Bartolomé, San Francisco, Santiago, Santa
Brígida y Ntra. Sra. de Bienvenida, con una venta junto á ella que rentaba
20.000 mrs., con lo que se atendía á su conservación.
Frey Juan Díaz, rector de Almodóvar, hizo relación al Consejo de las Or
denes, de que en los Valles de Alcudia estaba la ermita de Sta. María de
Mochuelos, la que fué destruida por un gran incendio, librándose únicamente la capilla é imagen de Ntra. Señora, la que se hallaba depositada con todo lo salvado del desastre en la ermita de San Benito de los Valles y por esta
razón suplicaba á S. M. que uniese la ermita de Mochuelos al curato de Almodóvar, puesto que estaba en su término, comprometiéndose por su parte
á reedificarla, al objeto de que pastores, venteros y colmeneros que habitaban aquellos montes oyesen misa; siendo igualmente de su cargo el poner
sacerdote que les administrase además los santos sacramentos: “ lo qual visto
por los del dicho mi Consejo... fue acordado, que debía mandar hacer la dicha anexión, é yo tuve lo por bien, é mandé dar é di esta mi carta en la di
cha razón, por lo qual es mi merced y voluntad de anexar, y por la presente
anexo á la Rectoría y Beneficio Curado de la Iglesia... de Almodóvar, la dicha Hermita de Santa María de Mochuelos .. Y mando que vos el dicho Rector, que al presente sois y los Rectores que por tiempo fueren de la dicha
Iglesia.... os podáis nombrar y nombréis Prior de Santa María de Mochue
los... Y para la reedificación y sustentación della; es mi voluntad, que se pue
da pedir limosna en las Villas y Lugares de la dicha Orden de Calatrava. .
con que vos el dicho Rector y los demas Rectores sean obligados de tener
en la dicha Hermita Clérigo, que diga Misa y administre los Sacramentos en
el tiempo de la Quaresma á los vecinos y avitantes en el dicho término é co
marca.,,— Dada en Valladolid á 5 de Abril de 156 7— La Princesa. (2)
C onvento d e N t r a . S ra . d e l C arm en . — Un devoto clérigo de esta villa
muy aficionado á los religiosos de la Reforma del Carmen trató con Fr. An
tonio de Jesús, prior de Toledo, acerca de esta fundación. Desde luego el
concejo y el pueblo ofrecieron su ayuda; hechos los conciertos y obtenida la
R. licencia en Febrero de 1575, se instalaron los religiosos el 7 de Marzo
siguiente en unas casas de la encomienda en la calle de S. Diego. El P. Fray
Antonio fué destinado á la enseñanza y Almodóvar se llenó de estudiantes
(1) En 15 de Marzo de 1444 celebró la O. de Calatrava en esta iglesia Capítulo general.
(2) Salazar y Castro—Obra cit.—Docum.
—
132
—
de los pueblos vecinos. Dos Capítulos Generales celebró en esta casa la Or
den, el primero á 8 de Agosto de 1576, convocado y presidido por el P. Gra
dan, y el segundo en 9 de Octubre de 1578, al que asistió S. Juan de la
Cruz. Al objeto de entender en los asuntos de la fundación de esta casa vino
aquí la Santa Reformadora desde Malagón, en cuya ocasión profetizó las ra
ras virtudes del Santo reformador de los Trinitarios. La Relación Topográ
fica nos dice, que habitaban en aquel tiempo esta casa doce religiosos, los
cuales vivían de limosna.
Prontamente dieron principio á la construcción del nuevo convento, y ter
minado en 1599 se trasladó á él la comunidad (1) Por la ley de 1 821 quedó
subsistente esta casa, recibiendo toda la comunidad del de Campo de Criptana y 7 religiosos de la de Ciudad-Real; así es, que al tiempo de la exclaus
tración contaba con 36 individuos; destinándose después á varios usos, entre
ellos á hospital general de heridos en la primera guerra civil. Vendiéndose
en pública subasta el 1 7 de Junio de 1843, el distinguido patricio D. Agus
tín Salido, asociado de varios piadosos vecinos tomó parte en el remate, sin
otro objeto, que el conservar para la piedad y para la historia este precioso
monumento de los hijos de Sta. Teresa; se le adjudicó en 100.000 reales.
El culto se sostiene en su iglesia, embelleciéndose ésta de día en día con las
generosas donaciones de los devotos de Ntra. Sra. del Carmen.
C onvento de S an J osé.— En el mismo año de 1599 se fundó este con
vento de monjas carmelitas, para lo que dió 4.000 ducados la M. Ana de
Jesús, entonces seglar. El concejo contribuyó á esta fundación con 100 du
cados de renta sobre una de sus dehesas comunales, y un canónigo de Sevi
lla ayudó también á tan piadosa obra. Contra todos, dice el cronista, se
armó el tiempo, disipando con sus mudanzas la hacienda, por lo que fué
necesario trasladarlas á Yepes á 19 de Diciembre de 1606. (2) Fué reedifi
cada esta ermita por D. José Salido después de la guerra de la Indepen
dencia.
R esidencia de los P adres [esuitas.— Agradecido el pueblo á estos Padres
porque tenían abierta una escuela, á la que concurrían todos los niños del
pueblo, les hizo donación de una casa, bienes muebles y raíces, los que el
concejo con autorización del Consejo de las Ordenes entregó á los religiosos
del Carmen, con la obligación de dar la enseñanza de Gramática y Artes.
Esto nos demuestra haber ocupado los PP. de la Compañía la casa de la en
comienda, primera residencia de los Carmelitas.
C asa del B. J uan de A vila . — En la calle de las Herrerías se halla la casa
donde nació este gran siervo de Dios. D. Fernando Jijón y Pacheco, sacris
tán mayor de Calatrava, dejó imperecedera memoria de su piedad constru(1) P. Francisco Sta. María .—Reforma de los Descalzos de Ntra. Sra. del Carmen t. 1—Lab. 3.a
y 4.°—Cap. 31 y 36—
(2) Reforma de los Descalzos de Ntra. Sra. del Carmen—t. 3.°—lib. 10.—P. Bolandos.— Vida.
de Santa Teresa.
—
133
—
yendo en la iglesia parroquial la capilla de la Sma. Trinidad, en la falda deí
cerro del Castillo la ermita del Calvario, y no satisfecho con activar en Roma
y en España la causa de la Beatificación del B. Juan de Avila, estimuló á los
vecinos de Almodóvar para edificarle su iglesia. No pasó su construcción
del estado de alberca, por lo que el ayuntamiento, utilizando también las
casas vecinas de la fundación del citado Frey D. Fernando Jijón, las convir
tió en tribunal de justicia y cárcel, invirtiendo en esta obra 1 12.000 reales
— 1876— (1)
C apilla del B. J uan B. de la C oncepción. — En 15 de Febrero de 1884
se inauguró y abrió al culto publico con grandes fiestas esta capilla, construi
da en el solar de la casa donde nació, depositándose en ella una mandíbula
del santo reformador de los trinitarios por donación del Sr. D. Agustín Sali
do, el que á su vez la recibió del P. Ceferino, obispo entonces de Córdoba.
En los primeros años siguientes á la Beatificación se adquirió este solar por
los trinitarios, y los hijos de Almodóvar concibieron después la idea de eri
girle una ermita, cuyos planos ejecutó D. Joaquín Romero y aprobó la Aca
demia de San Fernando en 1824. La obra caminó con lentitud, y aun se
suspendió indefinidamente, hasta que tomando la iniciativa su cofradía logró
en poco tiempo ver terminada la capilla, siendo modelo de elegancia y de
buen gusto. (2)
H ospitales. — Contaba este pueblo con dos hospitales: el de Santa María,
junto á la iglesia parroquial, consistía en una casa pobre para albergue de
peregrinos, fundación de Alonso Buitrago y de su mujer, y el de San Miguel,
situado en la calle que de la plaza se dirije al Altozano, era también casa,
pobre y reducida, pero se asistían en él á los pobres enfermos, á cuya bené
fica obra concurrían las cofradías de San Miguel, de la Concepción, Obra
Pía, y las limosnas que recogían los cofrades á este piadoso fin.
B ienvenida.— En 1590 existía ya esta iglesia dedicada a Nuestra Se
ñora, para que en ella oyesen misa colmeneros y ganaderos. Por este tiempo
tenía junto á ella una venta, que producía 20.000 maravedís, con los que
se atendía á su conservación; y en 1654 se acordó por el Capítulo General,
que en Alcudia hubiera dos capellanes con el salario de 50 ducados cada
uno, los que habían de alternar en el servicio de decir misa á los colmeneros
y ganaderos de toda la comarca, haciendo constar, que el número de estos
últimos ascendía en aquel tiempo a 800. Existe hoy la iglesia y 4 casas con
18 habitantes. (3)
m
D. Fernando Jijón en 1751 y siendo prior de Santa María de Valencia pedía licencia al
Conseio de las Ordenes, para fundar en su pueblo natal un Estudio de Gramática y Elocuencia.— Ind. de Pap. de C alat.- 1. 2.°, pág. 1.a, f. 7 9 -A r c h .H ist. Nac
(2) La Voz de la Mancha.—nú.m. 381— 20 de Septiembre de 1884.
(3) D. Manuel Blázquez, ingeniero de Minas, opinaba hubo aqili circo romano, apoyado en
aue existe una depresión artificial en el terreno, que por su aspecto y dimensiones debió tener
aquel destino, y según Cean se han encontrado también monedas y otros objetos entre sus
antiguas ruinas.— Blázquez—Hist. de la prov. de C.-Real.
—
134
—
F ontanosas.— Aldea situada donde parten lindes esta ciudad y Abenójar,
con su iglesia dedicada á Ntra. Sra. del Buen Suceso, 140 casas y 490 habi
tantes. El Capítulo General de 1652 unió esta iglesia al curato de Almodóvar con la obligación de poner clérigo que la sirviera. Fué reedificada en,
1834 por el Consejo de las Ordenes.
M inas d el H orcajo .— Céctfora de Yacut y Monte E fo r del Edrisí (1) en
el camino de los Pedroches á Almodóvar; la explotación de sus minas ha
dado origen á este pueblo, el cual cuenta hoy con 554 casas y 1876 habi
tantes, con una iglesia provisional dedicada á San Juan Bautista. Está situado
sobre un terreno que la Geología clasifica de siluriano y en el camino de
Veredas á Fuencaliente.
N avacerrada .— Junto á esta aldea pasaba el camino romano de Mérida
á Zaragoza, y en la que, según el Sr. Fernández Guerra, es forzoso hubiera
una de sus mansiones para completar las 20 millas que faltan en el Itinera
rio de Antonino entre Sisapo y Carcubium. El Capítulo General de 1652
le consideró como caserío de la jurisdicción de Almodóvar, al cual su prior
había de proveer de sacerdote, que administrase á sus vecinos los santos sa
cramentos. Su iglesia, con el título de Ntra. Sra. de la Paz, existía ya en el
siglo XVI con 30 vecinos; tiene hoy 60 casas con 228 habitantes, hallándose
situada esta aldea 3 leguas al P. de Almodóvar.
R etamar .— Antes Retam al, aldea igualmente existente en 1575 con su
iglesia de Ntra. Sra. de las Nieves reedificada en 1740. Tiene hoy 83 casas
y 144 habitantes.
S an B enito.— Felipe II, por cédula dada en Valladolid á 22 de Marzo de
1558, le concedió el tener Pila de Bautismo y sacerdote que administrase los
santos sacramentos con 7.500 maravedís de renta, abonados por la Mesa
Maestral. (2) Por este tiempo contaba esta aldea 60 vecinos, casi se despobló
en el siglo siguiente, porque al ser agregado al curato de Almadén en 1652
tenía sólo 14 vecinos; pero ha recobrado la población que tuviera en el si
glo XVI, en cuanto que hoy tiene 76 casas y 254 habitantes.
La iglesia se arruinó en 1 7 2 1 , reedificándose con ayuda de los vecinos
bajo la condición de no pagar rompimientos. Es su fábrica llana y pobre, de
18 varas de largo por 7 de ancho, y en 1742 venerábase en el centro de su
altar mayor á Ntra. Sra. del Rosario, la que tenía bienes que producían una
renta anual de 892 reales, y S. Benito y S. Pantaleón á los lados; sostenién
dose el culto del último merced á lo que producían sus ganados.
T irteafuera . — Tiratafuera en 1575; por este tiempo tenía su concejo de
jurisdicción limitada, jurando sus alcaldes sus cargos en el ayuntamiento de
Almodóvar, conociendo éste con asistencia de sus alcaldes de sus negocios
administrativos. Pertenecía á la Mesa Maestral y contaba en la fecha indica(1) La Geog. de España—pág. 51—
(2) Salazar y Castro—Ob. cit.
—
135
—
da con 160 vecinos. Situado en un cerro y sobre un filón de pizarra que hace
desigual su piso, una legua al E. de Almodóvar, cercano al pueblo corre el
arroyo Vega con el que riega algunas huertas y cuenta hoy con ioo vecinos
y 380 almas. Los visitadores de 1742 decían de este lugar estar muy arrui
nado y sólo tener 20 vecinos, ser su iglesia y torre de manipostería y aqué
lla con dos capillas de bóveda á sus lados.
Según nos dice Felipe II al crear la parroquia de Brazatortas fué también
por él separado este pueblo del de Almodóvar, nombrando también su cura,
el que se pagaba por los partícipes en sus diezmos. El Capítulo General de
1652 legisló, “que la Rectoría y compulso de Tirateafuera, que tenía 64 ve
cinos, y vale 10 0 ducados..... se agregue al Beneficio de Almodóvar. „ En
menos de un siglo había perdido este pueblo dos tercios de su población,
pero esta común ruina comprendió á toda la nación. Su iglesia está dedicada
á Santa Catalina, es filial de la de Almodóvar y se halla servida por un
coadjutor.
V aldeazogues .— Y también Senda ¿a M uía, aldea con 1 2 vecinos y 58
habitantes.
V a l l e de A lcudia . — Fehs a l Bolut— Llano de las Encinas con los ára
bes, está formado por dos cordilleras de 14 leguas de largo por dos de an
cho, comprende 162 millares, y se halla regado por Tablillas, La Galera,
Guadalmez, Tartaneros y Ventillas.—Alfonso VIII le donó á la Orden y Fer
nando IV la confirmó en 1309 en su posesión.
V e r e d il l a .— Casas de Alcudia también, cuya casa principal construyó
D. Manuel Godoy y aldea situada al pié del Puerto de Veredas con 49 casas
y 238 habitantes.
V er e d a s . — E l Puerto de las Veredas en el siglo XIV. El Capítulo Ge
neral de 1595 agregó su iglesia de San Isidro Labrador á la de Brazatortas;
pero al ser ésta unida á la de Puertollano en 1652 volvió á ser filial de su
antigua matriz. D. Manuel Verdes Montenegro nos decía en 1742, que Las
Veredas, Nava de Vacas y Valdeazogue, que en ellos hay 26 vecinos, aunque
de la jurisdicción de Almodóvar acuden por lo inmediata á la iglesia de Bra
zatortas. Estación del f. c. de Madrid á Badajóz; tiene este lugar 70 vecinos
y 327 habitantes. (1)
L a V icto ria .— Establecimiento minero con 3 0 casas y solos 3 vecinos
permanentes.
V iñ u ela . — Dista de Brazatortas una legua y en 1742 contaba con 14
vecinos. El Capítulo General de 1652 decretó: “que las caserías de la Vi
ñuela, aunque están en jurisdicción de Almodóvar se agreguen á Puertollano,
por estar una legua, y tiene 30 vecinos y vale 1.200 reales.« (2) Y a en 1595
(1) Estado de las Ig. parroq. del Campo de Calat.—Arch. Hist. Nac.
(2) Definiciones—
—
136
—
para su mejor servicio fué unida esta iglesia á la de Brazatortas. Aldea hoy
con 8o casas y 222 habitantes.
S anta M aría de M ochuelos. — D. Fernando III, el Santo, en una permu
ta de varias posesiones que hacía con el Maestre de Calatrava decía: “y os doy
en cambio todo Mochuelos hasta Guadarmes„ (1)— 1245— Sus pobladores
fueron siempre escasos y pobres y en el siglo X V se consideraba ya como
despoblado. Situado junto al puerto de su nombre y en uno de los caminos
más frecuentados de Alcudia, calzada romana en otro tiempo, la Orden hizo
de su iglesia uno de sus prioratos formados, traspasando sus bienes, derechos
y atribuciones al rector de Almodóvar, según dejamos consignado.
S an S erafín — Aldea con 37 casas y 96 vecinos.
Los que de Almodóvar escribieron tuvieron buen cuidado de insertar larga y
nutrida lista de celebridades de todas clases, estados y condiciones; pero omitieron
siempre las pruebas y fundamentos de lo que aseguraron, lo que hace imposible todo
trabajo de comprobación. La parroquia y ermita de San José lucen sendos retratos
de hijos ilustres de esta ciudad con datos biográficos al pié, cuyo parecido con el
original en su mayor parte nos parece tan exacto y fiel como los datos históricos que
les acompañan. Siguiendo nosotros el plan que nos hemos impuesto, únicamente
mencionamos aquellos á quienes apoyan la autoridad de escritores graves y de reco
nocida competencia.
B. Juan de Avila.— Nació el 6 de Enero de 1500 y murió en Montiila el IO
de Mayo de 1569. Escribió:
Epistolario.— Cartas Espirituales.— Del conocimiento de sí mismo.— De la Oración.
_Pláticas á los Sacerdotes.— Doctrina para mancebos.— Alteza de la Predicación.—
Audi Filia.— Cinco tratados para apercibirse á la venida del Espíritu Santo.— Trata
do del Amor de Dios.— Del Smo. Sacramento de la Eucaristía.— Pange lingua et Sacris
solemnis.— Festividades de la Sma. Virgen María y de S. Tose.— Vida de Sta. Teresa
de Jesús.— M. S. en la Bib. Nacional.— Advertencias que dió para el concilio toledano
que se había de celebrar luego del de Trento.— Carta sobre las obligaciones de los pre
lados, reyes y señores á dar buen ejemplo.— Calidades que deben tener los obispos.— De
todos estos escritos existen varias ediciones y se hallan traducidos en todos los
idiomas.
Con motivo de la solemne beatificación de este gran siervo de Dios hecha en Ro
ma el 25 de Abril de 1894 á presencia de 8000 peregrinos españoles, la ciudad de
Almodóvar preparó un triduo solemne de extraordinarias fiestas religiosas en las que
oficiaron los limos. Sres. D. José María Rancés, Obispo-Prior, y D. Pedro José Carras
cosa, Obispo dimisionario de Avila, en los dias 8, 9 y IO de Mayo siguiente con asis
tencia de las autoridades de la provincia y de numerosas comisiones del clero, ma
gistraturas y de cuanto notable encierra La Mancha. El último día, como terminación
de esta solemnidad, se formó procesión lucidísima con las imágenes de los B. Juan B.
de la Concepción y Juan de Avila, ésta última costesada por el senador D. Francisco-
(1) Bull. O. de Calat.— pág. 83—
—
137
—
Laso, con más de 3000 personas, elevándose á doble número los forasteros que con
currieron á estos festejos.
B. Ju an B. de la Concepción.—Nació el año I 561 é ingresó en la Orden de
la Sma. Trinidad; estudió S. Teología bajo la dirección del B. Simón de Rojas; some
tió la reforma de su instituto á la aprobación de la S. Sede y fundó la primera casa
en Valdepeñas, donde hubo de sufrir amargas contradicciones y grandes trabajos, y
después de extenderla por toda Castilla, murió en Córdoba en Marzo de 1613.
“ Escribió, dicen los P. Trinitarios, que dieron á luz sus obras, muchas obras eru
ditas, y de las que se han podido recoger, hay ocho tomos de sermones y varios
tratados espirituales, que se conservan originales y escritos de su propia mano en el
convento de San Carlos á las Cuatro P'uentes de Roma, donde se custodian, y cuya
primera edición sale ahora después de más de 103 años, que fueron aprobados por
la S. Congregación de Ritos en 23 de Marzo de 1720.,,
Esta edición de 1830, hecha por la Orden, y única que nosotros sepamos, está
distribuida en ocho tomos y nueve volúmenes, en folio menor y á dos columnas, va
procedida del retrato de su santo autor y de un juicio crítico apologético, que si bien
nos da alguna idea del contenido de sus escritos, no es lo bastante para que por él
tengamos conocimiento cabal de su estilo peculiar y propio, candoroso y sin pulir,
pero persuasivo y convincente; habla al corazón, quiere moverlo y lo consigue comu
nicándole todos sus afectos. Usando con frecuencia de imágenes tiene rasgos verda
deramente inspirados y aplicaciones admirablemente apropiadas; no se cuida del or
den en la narración, ni en las exhortaciones observa un método rigurosamente didác
tico, pero la doctrina abunda, y así retrata á sus hijos, dándonos á conocer todos los
secretos de su alma candorosa, como expone con lucidez y aclara las más sútiles y
obscuras cuestiones de la Teología mística. No menos que santa Teresa de Jesús, el
reformador de los Trinitarios merece el hermoso título de doctor místico, pues en
sus obras ha dejado á la posteridad la más pura doctrina espiritual y el método más
seguro y simple que de tan difícil materia se puede desear.
' V. P. Antonio Francisco Criptana.— “ Era, dice el P. Eusebio Nieremberg,
castellano, natural de Almodóvar del Campo, de grande virtud y facultad, muy dado
á la oración, devotísimo de la Sma. Trinidad y de la Virgen Nuestra Señora. Trabajó
veinte y ocho años en la conversión de los gentiles en el Japón, con gran celo y fruto,
convirtiendo y bautizando grande número de gentiles. P'ué desterrado para Manila en
la persecución de Daifo, y con la apretura del navio, é incomodidades del viaje, con
sumido de trabajos, acabó santamente en el mismo navio á 28 de Noviembre de
1614 .,,—(1)
Ven. F. Alonso Lobo.—Hacen generalmente é este célebre misionero natural
de Medinasidonia; pero he aquí lo que el cronista más conspicuo de la O. de S. Fran
cisco dice a este objeto: “ Nuestro hermano y ven. Fr. Alonso Lobo fué natural de la
villa de Almodóvar del Campo de Calatrava y no de Medina Sydonia en la Andalu
cía, como consta por más de doce testigos que se hallan en los Procesos originales
del Ven. P. Maestro Avila y se conservan en el Archivo y Capilla de S. Pedro de la
Congregación de Sacerdotes de esta villa de Madrid, en que depongo como testigo
ocular.„ (2)
P. M. Ju an Díaz —“ Deudo y discípulo del P. M. Juan de Avila, gozó de su la
do muchos dias..... Tuvo mucha parte en la fundación del Hospital de la parroquia
(1) Claros Varones de la C. de Jes ú s —pág. 342.
(2) Chronica de la santa prov. de S. Joseph de religiosos descalzos de S. Francisco.—F r. Marcos
de Santa R o s a - 2 .a P arte—Lib. 2.°, cap. l . ° —
18
—
138
—
d e S. Martín (M adrid). R ecogió las Epístolas y Sermones y o tra s O bras del P. M aes
tro, diólas á la estam pa, con que enriqueció el mundo y pobló el cielo.„ ( i)
Martín de Almodóvar.— D e la O. de C a la tra v a .
Absolutos distinctiones.— S e villa — 14 9 1 — 4 °— O p ú scu lo de 9 páginas im preso al fin
de Libellus form alitatum del M. Pedro D e Gui ó D egu i, el que se encuentra en la
Bib. del Colegio rom ano. (2)
Dr. Pedro de Almagro.— C a ted rá tico de Prim a de B aeza.
A rte Gramática.— Jaén— 1626. (3)
P. Martín Gutiérrez.— Ingresó en la Com pañía de Jesús en 155o después de
haber ejercido la M edicina. R ecto r de Salam anca y prepósito de V a lla d o lid fué d e
signado para ir á R om a á la elección de nuevo general, vacan te por m uerte de S an
Fran cisco de Borja, y preso por los hugonotes en C ardellach, F ran cia, murió á co n
secuencia de los malos tratam ientos que le dieron— 1603— . E l P. D ieg o de T o rre s
hizo la traslación de sus restos á V allad olid, siendo depositados en las g ra d a s del al
tar m ayor de la iglesia de la Com pañía. (4)
Fr. Felipe de Santiago.— T rinitario d escalzo, varón m uy dado á la oración
y penitente. Murió en el convento de L a Solana á 7 de M ayo de 1644. ( 5)
D. Juan Fernández.— Capellán del E m perador Carlos V y de su hijo F elip e II.
Em pleó su vida en enseñar la D octrina Cristiana en el R eino de G ranada, m uriendo
en el levantam iento de los m oriscos á manos de aquellos mism os á quienes co n solaba
é instruía. Hizo donación á su iglesia de A lm o d ó v a r de una caja de reliquias. (6)
Ven. Lucas de Almodóvar.— V irtu o so lego franciscano que murió en M éjico,
haciendo de él m ención el Santoral Español en el día II de Junio.
Fr. Antonio de los Angeles.— F ranciscano, varón penitente y de santa vida;
murió en el convento de S. G abriel del M onte, Zafra. (7)
Fr. Francisco Rico.— D e los m enores observan tes de S . F ra n cisco , de gran
autoridad en la O rden por su sabiduría y virtud. (8)
Lie. D. Jacinto Gómez Molina.— V ica rio y visitad o r eclesiástico de A lcá za r
de S. Juan en 1848, provisor y vicario general del A rzo b isp a d o de B u rgo s en 1854.
Francisco del Olmo.— F am oso guerrero que asistió á la tom a de A r g e l don
de murió.
Francisco Pareja, el Bueno, Capitán en Bohem ia y H ungría arm ado caballero
por el F m perad or Carlos I.
Hernando de Castro.—
1 . — Operis mor alis.
2. — D e Virtutibus et vitiis.— 7 v o l.— 16 3 1— 45 — 56 —
3. — Manual del cristiano.
P. Agustín PelayO Delgado.— D e la Com pañía de Jesús nació el 15 d e
O ctu b re de 1826 en la misma calle en que viera la luz prim era el B. Juan B. de la
C oncepción. F u é provincial de T o le d o en cu yo tiem po se fu n d aro n los gran d es co le
gios de M álaga y Cham artín de la R o sa, siendo rector de este últim o. A sistió al C o n
cilio del V atican o com o teó lo go del Sr. O bispo de O sm a y e r a co n sid era d o co m o
(1)
(2)
(8)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
Vida y Virtudes.— Lie. L. Muñoz—L. 2.°, cap. 4.°—
Tipografía española.— P. Méndez—pág. 87—
Vida y Virtudes del P. M. Juan de Avila. —L. Muñoz—pág. 8 —
Varones Ilustres de la Comp. de Jesús —t. 9.°, p. 54.
Crónica de la Orden.—1.a Parte.
Vida del B. J. de Avila. —D. L. Muñoz.—pág. 3—
Relación Topográfica.
Id. id
—
189
—
uno d e los hom bres m ás em inentes de la Com pañía. H a hecho valiosas donaciones
á la iglesia de A lm o d ó v a r y murió en Jeréz de la F ro n tera en F eb rero de 1894
D . Joaquín R . Borlado.— A la Virgen del Prado.— Him no prem iado en los
Juegos F lorales de C iu dad -R eal el 1 8 de A g o s to de 1897.
2 .— L a Caridad.
3 -— A la Luna. (1)
D . Agustín salido y Estrada.— Abogado, propietario, diputado á C ortes,
gob ern ad o r de varias provincias y com isario regio de la de Ciudad-R eal, nació en
M ayo de 1818 y murió en M arzo de 18 9 1. Escribió:
L a Langosta.— Com pendio de cuanto más notable se ha escrito sobre la plaga,
naturaleza, vida é instintos de este insecto, y de los m edios que se han em pleado y
orden ado hasta el día para com batirla, — 1875 — I tom o 4.0 de 438 p.
Noticia de las provincias y pueblos invadidos p o r la langosta y memoria sobre el es
tado general de la plaga en 3 / de Diciem bre de i 8jg — M urcia— 8.°— 40 págs.
L a Langosta.— Discusión sostenida en las colum nas de “ E l L a b rie g o „&de CiudadR eal sobre el p royecto de reform a de la ley de lo de E nero de 1879?— C iudad-R eal
— 1885— 8.°— 108 pág.
Caja de amparo de jo rn a leros.— P royecto de asociaciones de pobres en los p u e
blos de segundo y tercer orden .— M adrid— 1847— 4.0— 50 págs.
Leyenda histórica de un suceso prodigioso, en verso y dedicado a l Smo. Cristo de la
H um ildad.— C iu dad -R eal— 1870— 8.°— 60 págs.
Leyenda histórica de la batalla y ruma de A la r eos.— C iudad-R eal_18 78 __2.a ed.
— I tom . 8.°— 21 págs.
Consejos y rejlexiones.— B adajoz— 1878— 2.a ed .— 8 o— 27 págs.
Compendio de la H istoria de Ciudad-Real y de su patrona la Virgen del P ra d o ._
C iudad-R eal— 1866— 4.0 m ayor— 24 págs.
Composiciones varias en prosa y verso.
E l Album de Almodóvar d el Campo.— A lm o d ó v ar— 1889.— En prensa.
Mayo para la Virgen del Carmen.— C iu dad -R eal— 1880— 8.°— 15 p ág._Se estre
nó en A lm o d ó v ar en la noche del 30 de A b ril de 1880 por la banda de música de
dicha ciudad.
( 1) La Tribuna.— 23 de Agosto de 1897
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*<£><&« ¿>^><§i.*
UMUBADIEL
'>¿S><S>i‘ '* ^ K á> fc ' 1^ < é> »
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A l-M u radiell, pequeño pueblo ó lugar murado, suena lo mismo que
que A d-m uradillo, por que en sentir de D. Luis Fernández Guerra y del
Sr. Simonet el A l árabe se formó de la preposición ad. (i) En la Edad
Media A lm oradiel castillo reedificado por los cristianos en la Reconquista de
este país, al decir de Salazar y Castro, situado por mucho tiempo en frontera
de moros y guarnecido con esmero por la Orden de Calatrava, para conte
ner las frecuentes y atrevidas correrías, con las que tenían en continua alar
ma á las nuevas poblaciones cristianas.
Dehesa Almoradiel después, enclavada en el término del Viso, la Orden
hizo de ella una de sus encomiendas, la que rentaba 330.000 mrs. en 1575»
y 39.000 reales en 1 81 5, según el estado formado por Guillamas. Su co
mendador había de servir á las órdenes del Maestre y en guerra contra in
fieles con cuatro lanzas.
El Conde de Floridablanca, en la célebre M emoria que presentó á Car
los III en defensa de su gestión ministerial desde los años 1777 á 1788, dice
de este pueblo y á propósito de su fundación: “ La población de Almuradiel
formada en medio del camino nuevo de Andalucía ejecutado por el sitio fra
gosísimo de Despeñaperros, es otro ejemplo de agricultura para los lugares
comarcanos, pues donde solo había selvas y soledades espantosas é infructí
feras, se ven ahora en pocos años edificios públicos, casas de colonos, plan
tíos y tierras cultivadas, que producen todo género de granos y frutos, y que
acompañan al camino y destierran los riesgos de los salteadores y mal
vados. „
La historia de este pueblo y de Villanueva de San Carlos nos la hace la
Nov. Recopilación. (2) D. Juan Gaspar de Turrigiel, bávaro, se obligó á in-
(1) Glosario de voces ibéricas y latinas,
(2) Lib. 7.°—Tit. 22 —De los Despoblados y su repoblación.
—
141
—
troducir en España 6.000 colonos alemanes y flamencos, labradores y arte
sanos y todos católicos, recibiendo por persona 326 reales, y eximiéndoles
de tributos por diez años. Para la distribución de éstos se establecieron cua
tro cajas en Almagro, Almería, Málaga y San Lucar de Barrameda, nom
brándose al asistente de Sevilla, superintendente de estas nuevas poblaciones.
En 25 de Junio de 1767 dióse á éste la instrucción bajo la que había de pro
ceder en su empresa de levantar las nuevas poblaciones, así como se fijan en
ella los fueros de que habían de gozar los nuevos pobladores, los cuales, á
pesar de su importancia, no insertamos por su extensión, limitándonos á de
jar consignado dónde el curioso puede fácilmente hallarlos. Después se en
cargó de dirigir estas nuevas construcciones el célebre D. Pablo Olavide,
autor del Evangelio en Triunfo. En 1 81 2 cesaron estas leyes especiales y
entraron los nuevos pueblos en el derecho común. (1)
También se conoce este pueblo por Visillo y Concepción de Alm uradiel;
del partido de Valdepeñas y estación del ferrocarril de Andalucía confina al
N. con Santa Cruz, E. Castellar, S. Santa Elena y O. Viso, y en el Censo de
1887 figura con 256 vecinos y 1 01 7 almas.
Situado, según dejamos dicho, en la carretera de Andalucía sufrió consi
derablemente su vecindario de las tropas francesas, ya del destacamento aquí
alojado, siempre que podían mantener libres sus comunicaciones con Madrid,
ya del continuo paso de sus divisiones para Andalucía. En la sorpresa y reti
rada de Ciudad-Real la caballería que hubo de sostener repetidas cargas del
enemigo, para salvar las columnas españolas, que buscaban refugio en las
asperezas de Sierra Morena, hubo de volver caras junto á este pueblo recha
zando al enemigo y apoyada por la infantería logró detener la marcha de
los franceses (2)
Su parroqnia está dedicada á la P. Concepción y es de entrada.
L a Mina de la N azarena.— Baños de aguas ferruginosas.
C árdenas. — Estación del ferrocarril con 4 casas y 33 habitantes.
Los C ortijillos. — Una cortijada con 6 casas y 43 habitantes.
(1) Para conmemorar la fundación de estos nuevos pueblos en Sierra Morena y el favor
[ue concedió á la agricultura se ordenó la acuñación de una medalla.—Bol. de la Acad. de la
list.—t. 35, pág. 418—1899—
(2) Arteche.—t. 5.°, pág. 238.
Pertenece este pueblo á La fa ra , territorio enclavado en las provincias
de Toledo, Cáceres y Ciudad-Real. Conquistada Talavera por Alfonso VI, el
vencedor de Toledo, en 1086, los sarracenos por este avance de las armas
cristianas abandonaron Alcaudete, Altamira y los demás fuertes de esta re
gión, retirándose al otro lado del Guadiana. Obedeciendo á su sistema de
guerrear, no renunciaron por esto al dominio y posesión de esta tierra, sino
que frecuentemente se veía por ellos invadida, siendo teatro sangriento de
crueles represalias. Esto causó su completa despoblación, así es, que al ser
ocupada por los árabes después de la batalla de Alarcos y como consecuen
cia del abatimiento que se apoderó de los cristianos, viendo toda esta co
marca yerma y deshabitada le dieron el nombre de Xara , desierto, el que
conservó después al ser nuevamente poblada en el siglo XIII. Como de la
Carpetania y reino de Toledo, á esta ciudad perteneció toda esta región.
No está averiguado en qué tiempo principió á poblarse Anchuras. No
mencionándole el Estado parroquial de 1 5 7 1 , ni el Censo de población de
1 5 9 1 (1) su población no puede llevarse más allá del siglo XVII. Aldea de
Sevilleja por estar dentro de su término jurisdiccional fué declarado inde'
pendiente en 1785. En la división de España en provincias, Anchuras fué
agregado á la de Toledo; pero dándose ensanche á la de Ciudad-Real quedó
en su demarcación en el límite N. O. de esta provincia, lindero de las de To
ledo y Cáceres y 17 leguas de su capital. Del partido judicial de Piedrabuena se halla situado al pié de una colina y bañado por el Estena. Confina al
N. con Piedraescrita, E. Navas de Estena, S. Horcajo y O. Sevilleja; cuenta
con 227 vecinos y 878 según el Censo de 1887, y su término es montuoso y
áspero, utilizable sólo para pastos, pues aunque en él se han hecho trabajos
de consideración para la explotación de minas, dieron éstas siempre escaso
resultado, terminando por ser abandonadas.
(1) Censo de Población de la Prov. y Part. de la Corona de Castilla—1829 —
148
—
iglesia, dedicada a Ntra. Sra. de la Asunción, fué filial de Piedraescrita
hasta el año 1676, en que el Cardenal D. Pascual de Aragón la hizo parro
quia con la categoría de entrada.
E ncinacaida.— Aldea situada una legua al E. de este pueblo con 20 casas
y 79 habitantes.
E njambre.— También Nava ¿as Enjambres una legua al N. con 50 casas
217 habitantes.
G amonoso. — Caserío con 10 casas.
H uerta del S auceral .— Y Las Huertas, aldea situada en el camino del
Horcajo, una legua al S. de Anchuras con 6 casas y 30 habitantes. Tiene á
su alrededor tierras de labor y viñedos.
Tomó este pueblo su nombre del terreno en que se fijaron sus primeros
pobladores, siendo la primera noticia que de él tenemos el deslinde que las
Ordenes militares de Calatrava y San Juan hicieron de su término en 1232.
UE partieron Villarrubia, é Arenas por soga, é por medio, é en el medianedo
ficieron moion, é este moion sale lo mas derecho que puede por medio de la
vega sobre la Algamasiella, é ficieron moion, é este moion sale lo mas derecho que puede al Val de Fagund, fasta que lega á la senda que va de Santa
María de Guadiana á los ojos, é la senda ficieron moion fasta los ojos de Gua
diana, é de los ojos de Guadiana fasta Zudacorta la metad del rio contra
Arenas es de los Freyres del Hospital, é Zudacorta es moion, é la meetad
de Zudacorta contra los Freyres del Hospital es de los Freyres del Hospital,
é la otra metad de Zudacorta, que es contra los Freyres de Calatrava, es de
los Freyres de Calatrava; é los Freyres del Hospital han de facer molinos en
Zudacorta, é los de Calatrava no han de facer nada; é de los ojos de Gua
diana, como va la Cannada contra Consuegra, es de los Freyres del Hospi
tal, é el otra meetad contra el Puerto del Carrizal, es de los Freyres de Ca
latrava, é este moion que es entre Villarrubia, y Arenas sale al camino, que
de Villarrubia va al Puerto de la Pages.„ (1)
Ningún otro antecedente hemos hallado que nos dé razón de la existencia de Arenas en los años que precedieron al reinado de San Fernando y
siguientes á la ocupación de todo este país por las armas cristianas; y sin
embargo, por inducción sospechamos ser este pueblo y con algún fundamento lo creemos anterior en bastantes años á la fecha de la Concordia arriba
citada. Probada la posesión de Villarrubia por la Orden de Monte Gaudio ó
de Monfrac en 1 148, dedicándose sus religiosos á levantar fuertes, reparar
los abandonados por los árabes y atraer pobladores para asegurar la defensa
(1) Bulm. O. de Calat. pág. 65.
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145
—
y custodia de su territorio, perteneciéndole el después término de Arenas*
necesariamente habían de atender á su conservación, con tanto mayor moti
vo de hallarse entre Alhambra y el citado Villarrubia, que eran los extremos
de sus dominios en la antigua Oretania. En este tiempo daría principio la
población de Arenas, á la margen del Jigüela, dicho Sigila por los árabes,
y al abrigo de algún fuerte, pues no de otra suerte podían fundarse los pue
blos en aquellos azarosos tiempos de lucha y de combate. Así la Orden de
San Juan ó del Hospital al establecerse en La Mancha le fué concedida
Arenas, pretendiendo también Villarrubia y disputándoselo á Calatrava, por
que en unión de esta Orden recogió aquí la herencia de la de Monfrac, y
Arenas pudo conceptuarse, porque realmente lo era, el pueblo más antiguo
del Campo de San Juan.
La medianería establecida en la repetida concordia de 1232 en el se
ñorío y jurisdicción de los dos pueblos no era viable, sino campo abierta
á querellas y litigios sin número y á hacer imposible la vida de sus vecinos;
así es, que al poco tiempo vemos á Arenas pertenecer todo él á la Orden
de San Juan, así como Villarrubia á la de Calatrava, quedando subsistente
la Concordia en cuanto á los límites y linderos de las dos Ordenes, los que
fueron á la vez de estos dos pueblos. Así el Inventario de los papeles del
Archivo de Consuegra nos acusa con el núm. 58 un traslado del fuero de su
población y señalamiento de su jurisdicción ó término en Octubre de 1445;
con el núm. 74 una donación del Príncipe Filiberto de 150 fanegas de trigo
por los días de su vida— 16 0 1— (1) y el comendador D. Fernando Rodrí
guez á 3 de Marzo de 1236 daba á su concejo y vecinos el fuero de Con
suegra, que era el común á todo el Campo de San Juan. (2)
De la Orden de San Juan concurría á las juntas á Consuegra, así como
en la moderna organización de los Tribunales de Justicia quedó este pueblo
incluido en el juzgado de Daimiel. Dos alcaldes ordinarios para cada uno de
los dos estados noble y general, dos regidores, alguacil mayor y escribano,
que lo era también público, componían en la Edad Media su concejo. Eran
éstos elegidos por el pueblo todos los años el día de San Miguel, siendo pro
puestos al prior ó á su gobernador, el que designaba entre los elegidos á los
que habían de ejercer los cargos. Conocían éstos también en primera instan
cia de los negocios civiles y criminales de sus vecinos.
Las márgenes y riberas del Jigüela, siempre fangosas y con abundancia
de brozas y malezas en permanente combustión, hicieron en todo tiempo á
este pueblo insano y dificultaron el desarrollo y crecimiento de su población.
En 1575 tenía solos 180 vecinos, de los que eran hidalgos 30, en el Censo
de 1857 figura con 193, con 213 en el de 1877 y en el último de 1887 con
(1)
(2)
Arch. Hist. Nac.
Colección de fuero» y cartas pueblas
Acad. de la Hist.
19
—
146 —
242 y 886 habitantes, marcando estas cifras con harta elocuencia el estacio
namiento de su vecindario.
Santa María de Arenas es nombrada en los documentos y escritores anti
guos de la Orden de San Juan entre las iglesias parroquiales del Priorato de
León y Castilla; en el siglo XVI aparece unida á la de San Juan de Villarta,
formando las dos un beneficio curado de 400 ducados de renta y en fecha
que nos es desconocida tomó el título de Ntra. Sra. de las Angustias. Tiene
hoy la categoría de primer ascenso y es su anejo la iglesia de Las Labores.
N tr a . S ra . de la V ega .— Aparece ya construida esta ermita á últimos
del siglo XV celebrándose por este tiempo su fiesta el 25 de Marzo con gran
concurrencia y solemnidad.
N tr a . S ra . de la C oncepción.— Se edificó por los años 1574 al 1576.
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's y
v f^' ^ y w v v -
M Q lM lSIiLl
Campo de A rgam asilla, castillo en tiempo de la Reconquista, que debió
su nombre á la constitución arcillosa de su suelo, en unión de los de Peñarro ya , P ip a de Guadiana, L a R uidera y Villacentenos fueron donados á
la Orden de S. Juan por D. Sancho en 1 25 1 , para que en cada uno de ellos
pudiera hacer una dehesa acotada de una legua. (1) Esta donación hizo avan
zar el territorio de la Orden hasta tocar con los de la de Santiago y Calatra—
va, y al objeto de afianzar su posesión el Capítulo General de 1 292 celebra
do en la iglesia de Santa María de Corte de Zamora le dió el fuero de Con
suegra con otros privilegios, entre ellos, el tener mercado los jueves.
El cebo de estas franquicias atrajo prontamente pobladores á Argamasilla
y la despoblación de Peñarroya y Santa María más tarde dieron gran incre
mento á su vecindario; mas una gran crecida del Guadiana, acaecida en los
primeros años del siglo XVI, destruyó en pocas horas sus casas y quedara
para siempre convertida en montón informe de ruinas, si el Prior D. Diego
de Toledo, hijo de D. Fadrique y segundo duque de Alba de Tormes, por
los años 1 530 no viniera en auxilio del infortunado pueblo, reconstruyendo
sus derruidas casas y aun aumentándolas. Las victorias de D. Juan de Aus
tria sobre los moriscos de las Alpujarras y la orden que éstos recibieron de
internarse en Castilla, La Mancha y Extremadura coincidieron con la reedi
ficación de Argamasilla y 300 familias de éstos vinieron á ocupar las casas
nuevamente construidas, dedicándose al cultivo de las tierras de su vega, uti
lizando para su riego las aguas del Guadiana, al que por la fertilidad y gran
des rendimientos que les prestaba llamaron vio de ¿a plata$ del mismo modo
que los pueblos vecinos al ver levantarse de entre las ruinas causadas por la
(1)
Orden de S. J u a n -Arch. Hist. Nao.-Chaves.-Apimí. leg. cit. fol. 16-E 1 Sr. Antequera
AelQuO°te nos refiere, que D. Fernando íít, el Santo, en l22G hizo donación
á D Ordono Alyarez de Argamasiella-1225; vendida por éste juntamente con Villar del Pozo á
D. Fernando Ruiz, comend. de Consuegra, en 2.400 ms.
—
148
—
violencia de las aguas una nueva población, más floreciente aún y rica que
la destruida, llamáronle L ugar Nuevo, y por gratitud tomó el patronímico
de A lba, en honra del ilustre procer, que la había salvado de la muerte y del
olvido.
Argamasilla comenzó á decrecer, nos dice Fr. Pedro de S. Cecilio, cuan
do apremiados los moriscos por órdenes severas fueron expulsados de este
pueblo y de toda La Mancha— 1 6 1 3 — Eran los de esta villa gente aplicada,
continua en el trabajo y la que sin daño ajeno buscaba su provecho. Faltaron
ellos y los demás comenzaron á desmayar en sus labores y oficios y consi
guientemente á sujetarse á la penuria poco á poco. (1) El estado de ruina y
miseria á que llegó este en otro tiempo importante pueblo del Priorato de
San Juan gráficamente nos la pinta su concejo en la representación que hizo
al Rey en 1 71 2; “ teniendo, dice, yermos sus campos, arruinadas sus casas y
la mayor parte de sus vecinos habían huido tras un suelo más benéfico y hos
pitalario „ Las importantes obras ejecutadas en el presente siglo para la
canalización del Guadiana, derramando abundantemente el dinero entre sus
vecinos dieron un impulso tan notable á su industria y agricultura, que hizo
aumentar considerablemente su riqueza y población. El siguiente estado nos
informará de las vicisitudes, por que ha pasado esta villa desde su recons
trucción.
Año.
Vecinos.
1535
1556
1567
1591
4 0 6 casas
206
5° °
732
800
400
1607
1669
1712
1857
1887
2 15
525
780
Habitantes.
V
r)
r>
V
r>
r>
T>
2.447
2.946
Situado Argamasilla á 12 kil. al S. E. de la estación de su nombre, 12
leguas de Ciudad-Real y 5 de Alcázar, linda al N. con esta ciudad, su cabe
za de partido, E. Tomelloso, S. Alhambra y O. Daimiel, en una gran llanura
y cruzado por dos brazos del Guadiana que riegan unas 800 fanegas de tierra
y fertilizan varias huertas pobladas de frondosas alamedas, se presenta á la
vista del viajero como un oasis en medio de la dilatada, escueta y seca lla
nura que le rodea. Su extenso término está dedicado á cereales y vides, con
tando con buenos y bien poblados montes con muy estimados pastos.
( 1) Anales de Ntra. Sra. de la Merced. Cap. 15.—Bibliot. de S. Isidro de Mad.
—
149
—
En 1862 se realizó en esta villa un acontecimiento de gran resonancia
en el mundo de las Letras. El impresor de Madrid D. Manuel Rivadeneira
concibió la idea de tirar dos ediciones del Quijote en la misma casa, que la
tradición señala como prisión de Cervantes. Montó su imprenta y á la inau
guración de los trabajos asistieron con el Infante D. Sebastián muchos lite
ratos ilustres.
El bajo nivel de este pueblo determina las inundaciones, que en todo
tiempo hicieron en él grandes destrozos. En 1786 apremiados por la impor
tancia de la avenida que amenazaba á sus habitantes con la ruina completa
de sus casas y hacienda, para evitarlo colocaron en el Malecón la viga, co
mo dique que impidiera el curso de las aguas sobrantes, haciendo á éstas to
mar por la Corriente la dirección del Tomelloso. La colisión de los dos
pueblos con las escenas de violencia y lucha que inspiran la pasión y el daño
sufrido no se hizo esperar, así como el pleito entre las dos villas; y aunque
el derecho de Argamasilla fué reconocido y sancionado por el tribunal, esta
sentencia no atajó la discordia entre los dos pueblos, sino que se reproduce
siempre que la excesiva abundancia de aguas inutiliza considerable extensión
de terrenos ó amenaza al Tomelloso con los mismos destrozos, que los veci
nos de Argamasilla consiguen evitar. La necesidad de obras de canalización
que pusieran á salvo los intereses de los dos pueblos está reconocida; pero
que la estrechez de sus ayuntamientos impide el realizar.
R égimen municipal.— Elejía su ayuntamiento esta villa desde que fué
apartada de Consuegra el primer Domingo después de S. Martín; pero desde
que Felipe II dió cierta unidad á las elecciones en los diversos territorios de
las Ordenes militares, se hacía la elección por el método mixto de insacula
ción y propuestas y en el día de S. Miguel. Contaba con sus dos alcaldes pa
ra el estado noble y llano y demás oficiales de justicia. Suprimido al igual
que en los demás pueblos el conocimiento en primera instancia, lo recobró
en 1 61 2. Perteneció al partido de Consuegra primero y después á la bailía
de Alcázar de S. Juan; llevando íntegros los diezmos de su término el Prior
según consta de varias decisiones de la Rota.
I glesia parroquial. — La iglesia parroquial primitiva se arruinó en la
inundación, que tantos estragos hizo; pero reedificada el año 1560 por la co
fradía de Vera Cruz y dedicada á la Purísima Concepción de Nuestra Señora,
cuya imagen lleva bien marcado el sello de su época, dá hoy entrada al an
tiguo cementerio y se halla cerrada al culto. Dió la traza de la nueva iglesia
dedicada á S. Juan Bautista y empezó la obra en 1542 Juan de Ornedo, y en
1587 el ayuntamiento contrataba con el maestro cantero Juan de Rigos la
continuación de la obra, la que había de completar en 6 años; recibiendo en
cada uno de ellos 200 ducados y los materiales necesarios. Los canceles se
hicieron siendo Prior de S. Juan el príncipe Emanuel Filiberto. (1) De ha(1) Decisiones sobre Ju risd . y Diezmo—1793—Padilla—Apuntes.
150
—
berse terminado con sus altas bóvedas y esbeltas columnas, sería el más sun
tuoso templo de La Mancha y una joya del arte cristiano. El gusto corrom- I
pido de los siglos XVII y XVIII halló el modo de descomponer la gallardía
de sus líneas, adosándole dos naves de achatadas capillas, que destruyen la
severidad y grandeza que el artífice dió á sus obras.
D. Rodrigo Pacheco, á quien el Sr. Antequera con la mayoría de los co
mentadores del Quijote tienen por prototipo del famoso Hidalgo, fundó en
1600 una de las capillas, dotándola de su capellanía. Es esta parroquia de
primer ascenso, servida por cura y coadjutor y tiene aneja la de Santa María
de la Blanca, de Ruidera.
Pósito.— Le fundó Ana Mondéjar, dotándole con 800 fanegas de trigo.
En 1546 el Prior tomaba una casa para construir la Tercia.
C onvento.— Al N. de la villa y junto á la ermita de Santa Ana se edificó
el convento de mercenarios á expensas del concejo y vecinos en 1 61 2. Doña
Ana de Anaya cedió á los religiosos su casa, la que habitaron por espacio j
de tres años que duró la obra y hasta tanto que pudieron trasladarse al nue
vo edificio. (1) Fué suprimido por la ley de 1820, pasando su comunidad al
convento de la misma Orden de Ciudad-Real, y en 1823 fué demolido á im- j
pulsos del furor sectario y por solo el triste placer de destruir.
E scuela.— Lorenzo Velázquez fundó una escuela para niños, dotándola
con varios censos que poseía en Porzuna.
P eñarroya.— E l Castillo de Penarroia, fortaleza armada en una peña
en la ribera del Guadiana, de cuya situación recibió su nombre, se considera
como uno de los fuertes musulmanes enlazado con los del Sotillo y Argamasilla, y tal vez en la época romana asiento de una de las numerosas pobla- K
ciones, que en aquella lejana edad se hallaban tendidas á lo largo de este
río y sobre la calzada que unía L a Oretania con el Campo lam initano. ]
Conquistado por las armas cristianas, D. Sancho hizo de él donación á la
Orden en 1 2 5 1 , aunque sospechamos y con fundamento ser este privilegio
confirmación del dominio que la Orden de S. Juan ejercía ya sobre este te
rritorio, como lo prueba la creación de su parroquia declarada ya de la Or
den por la Concordia de 1229.
Formóse aquí población al abrigo de su fuerte castillo con su término
independiente, rigiéndose por el fuero de Consuegra, y prolongó su existen
cia hasta bien entrado el siglo XIV. La dehesa de una legua que cediera
D. Sancho á la Orden constituía su término, percibiendo el Prior todo el
diezmo de sus vecinos. Al despoblarse conservó su término y jurisdicción,,
destinando D. Diego de Toledo sus rentas en 1535 al colegio de S. Clemen
te de Salamanca de la Orden. (2)
(1) Fr. Pedro de S. Cecilio en sus Anales de Ntra Sra. de la Merced hace la historia deta
llada de esta fundación; dando á la vez noticias curiosas sobre este pueblo.
(2) D. V . de la Fuente— Hist. de las Univ. t. 2.° p. 122.
—
151
—
Ejercía la jurisdicción en nombre del Prior el alcaide, caballero de la
Orden, asalariado con 30.000 mrs. Conservaron los Priores con esmero esta
fortaleza, aumentando de día en día sus defensas; así pueden verse en ella
construcciones de diversas épocas y estilos. Desde la construcción ciclópea
que forma su primer recinto hasta la manipostería con sendas hiladas de la
drillos del siglo pasado, todas las construcciones campean en sus dos recintos
y torre del homenaje. La desidia y el abandono van convirtiendo en ruinas
aquel robusto valuarte de nuestra independencia.
D. Rodrigo, Arzobispo de Toledo, y D. Pedro Fernández, comendador de
Consuegra, concordaban en Abril del año 1229, “que la iglesia..... de Santa
María de Consuegra sean parroquias del Hospital..... é otrosí Santa María de
Penarroia, é las iglesias que se poblaren en su término, sean á esta razón de
las de Consuegra. (1) Notable documento que nos da á saber que Peñarroya
fué la segunda población que la Orden de San Juan poseyó en La Mancha;
dándonos además el origen cierto y seguro del culto, que desde tan lejanos
tiempos se viene dando en aquel lugar á la Virgen María.
La población levantada junto al fuerte castillo desapareció, pero no la
iglesia, ni la devota imagen de la Virgen, que quedó allí custodiando aque
llas ruinas y atrayendo hacia sí los homenajes de los pueblos vecinos. La
primitiva iglesia con su bóveda de cañón y modesta ornacina aún existe en
el centro de la plaza de armas del castillo abandonada y triste como agoviada por la pesadumbre de verse convertida en inmundo muladar la que de
tantos heroicos hechos fué testigo. Alzase con arrogancia á su frente el nue
vo templo, fruto de la piedad del siglo XVII, gimiendo también por los des
pojos y ruinas que la indiferencia religiosa va amontonando á su pié.
El pueblo de Argamasilla la reconoce por patrona, y trasladándola á su
iglesia la dedica solemnes cultos. También el pueblo de La Solana desde
tiempo inmemorial recurre á esta santa Imagen y bajo la advocación de Ma
ría Santísima de la Encarnación de Peñarroya le consagra cultos anuales en
aquella villa. Para efectuar su traslación, tanto en tiempo de pública calami
dad, como para su festividad, aquel concejo pedía licencia á los vicarios de la
Orden de Consuegra y Alcázar, siendo encargado de su ejecución el alcaide
del castillo, sustituidos en estas funciones por el Ayuntamiento de Arga
masilla desde la incorporación de la dehesa de Peñarroya á su término.
R u id e r a .— Pocos pueblos de esta provincia pueden competir con Ruidera
en el número é importancia de las poblaciones romanas existentes á su re
dedor y en las calzadas ó caminos que cruzaban esta importante región de
O retama-, dándonos con esto á conocer su excelente posición, la riqueza que
los antiguos hallaron en este hoy despoblado suelo y lo nutrido de su pobla
ción. L a Roydera, castillo musulmán, que las armas cristianas hubieron de
(1)
Carta composición—M. S, B ib. Nac. D. d. 53—Concordia Pastoralis—Arostegui.
—
152
—
conquistar, al lanzar á sus enemigos de este país, comprendido entre los tér- j
minos de Alhambra por D. Enrique I de Castilla en 1 2 1 5 , en el territorio de~,
la Orden de Santiago en la partición que hiciera con la del Hospital en 1225,
y reclamado por el concejo de Alcaráz en 1242, pero que San Fernando re
conoció como de la Orden. Aldea de Alhambra principió á poblarse en el si
glo XIV, y en 1783 con el beneplácito de S. Santidad fué separada de su
matriz para constituir el R e a l Sitio de Ruidera, uniéndole al Priorato de
San Juan y término de Argamasilla, el cual se hizo avanzar hasta la laguna
La Colgada. Situado 4 leguas al E. de su matriz cuenta con 42 vecinos y
204 habitantes regidos por su alcalde pedáneo.
El 1834 El Locho con 600 hombres persiguido de cerca por el coman
dante Besieres cayó por Argamasilla en Ruidera, donde tomó posiciones; pe
ro fuertemente acometido por sus perseguidores fué desalojado de ellas, de
jando en el campo 60 muertos y varios prisioneros.
A la iglesia de Ruidera dedicada á Santa María de la Blanca, concurrían
el concejo y pueblo de Alhambra el día de la Cruz de Mayo. En 1545 re_
ventó la próxima laguna del Rey, poniendo en grave aprieto a los habitan
tes de esta aldea, por lo que hicieron el voto de S. Sebastian. Arruinada la
primitiva iglesia se trasladó el culto á la capilla de la fábrica, hoy igualmen
te destruida, habilitándose después el pequeño y reducido local destinado al
servicio espiritual. (1)
F ábrica de pólvora. — En 1770, siendo Prior el infante D. Gabriel, se
acordó la traslación de los molinos de pólvora de Cervera á Ruidera. Existían
aquí unos molinos pertenecientes á la Mesa Maestral de Santiago y algunas
chozas junto á la ermita y castillo, todo lo que se derribó utilizando sus ma
teriales en las nuevas construcciones. El arquitecto D. Juan Villanueva tuvo
el encargo de hacer los planos y dirigir la nueva fábrica, lo que ejecutó des
de el i 7 7 o a l 1780, resultando la obra tan mezquina como todas las que
dirigió y planteó en el Priorato. En 1 831 siendo arrendatarios los señores
Cárdenas, se consideró necesaria su reforma, la ejecutó por su encargo don
Pedro Trúpita, estableciendo además almacenes de salitre, azufre y carbón,
tahonas y demás oficinas, para que la elaboración fuese seguida y sin interrup
ción. En 1838 los carlistas incendiaron los molinos, quedando totalmente
destruidos. Se reedificaron en 1842 bajo la dirección del mismo Sr. Trúpita
perfeccionando su maquinaria y consiguiendo fabricar 3 2 arrobas de pólvora
de caza y 42 de minas diarias.
Tomaban las aguas para el movimiento de la maquinaria de La Laguna
del Rey, dando un desnivel de 70 pies. En 1849 midió estas aguas D. Car
los María de Castro, resultando ser el consumo de la fábrica 36 pies cúbicos^
por segundo, quedando un sobrante de 124 pies, cuyas aguas deslizándose
(1)
Padilla.—Apuntes.
—
153
—
por el río forma la vistosa cascada E l Hundimiento de 50 pies de des
nivel. (1)
L a Colgada.— Una de las Lagunas de Ruidera y divisoria de los térmi
nos de Alhambra y Argamasilla. funto á esta laguna en el Cerro de la Mesa
se ven hoy las ruinas llamadas Ciudad de Lagos, donde los eminentes anti
cuarios Sres. Fernández Guerra y Coello sitúan á Lam inio (2) municipio
romano y ciudad insigne, cabeza de los laminitanos, mencionado por Plinio
y Ptolomeo y mansión militar del camino hercúleo, que partiendo de Roma
terminaba en Cádiz, del de Mérida á Zaragoza y punto de partida del que
por Consuegra se dirigía á Toledo.
E l G u a d ia n a .— E l Ana con los romanos y el IVadi Ana de los árabes
fué entre los geógrafos antiguos y modernos el blanco de graves errores.
Plinio nos describe este río, diciéndonos: “ Tien$ el Ana su origen en el Cam
po Laminitano de la España interior, y unas veces se difunde en anchos la
gos, otras se recoge en estrechos cauces, otras se esconde del todo en gaza
peras, y como quien tiene gusto de nacer muchas veces, va á desaguar en el
Océano Atlántico. „ Escriben por su parte los modernos: “El Guadiana cuyo
nacimiento está en las Lagunas de Ruidera: tiene la particularidad de filtrar
se y perderse por un espacio de 40 kilómetros, reapareciendo en los Ojos de
Guadiana.„ (3) Unos y otros incurren en el grave error de hacer de los dos
rios Guadiana Alto y Guadiana Bajo uno solo; siendo así, que son dos com
pletamente distintos y separados por una distancia de 45 kilómetros. Dan al
primero por nacimiento Las Lagunas de Ruidera; que éstas se forman por
la constitución de su cauce á la mitad próximamente de su curso, en cuanto
que nace en la divisoria general de aguas al Mediterráneo y al Atlántico,
riega el término del Bonillo y La Osa de Montiel, corre hacia Las Lagunas
y pasa de unas á otras por canales y cascadas, entrando por la décima en la
provincia de Ciudad-Real, dirigiéndose hacia Argamasilla.
Por más que sea muy admitida la creencia de que las aguas del alto Gua
diana, al perderse y filtrarse, reaparecen en las fuentes Ojos del Guadiana y
entre Daimiel y Arenas, no es menos falsa. El caudal de este río se desliza
por los dos canales, de que haremos mención después, y por la corriente, en
épocas de grandes lluvias. Las aguas de esta última forman un estanque ó
laguna 3 kilómetros al N. O. del Tomelloso y allí se pierden. El agua de
los canales desaparece y se filtra también, pero no en un sitio fijo y deter
minado siempre, sino allí, donde el mayor ó menor empuje de su caudal
les hace llegar.
Aunque el hecho de sumirse un arroyo sea harto repetido en nuestra
provincia, la constitución geológica de este suelo hace, que la rapidez con
(1) Madóz—Dice. Geog.
(2) Obras de Quevedo—D iscurso —
(3) D. A. Moreno Espinosa y D. V. itubio Nociones de G eografía.—Cádiz—1893—7.a ed.
20
—
154
—
<que se realiza este fenómeno haya dado origen á suposiciones tan maravi
llosas como gratuitas. En una extensión que afecta la forma de un cuadrado
de unos 25 kilómetros de lado, bajo la capa vegetal y laborable se encuentra
una meseta de toba caliza más ó menos compacta de uno á dos metros de
espesor y bajo la cual se tropieza con un conglomerado de greda y arena de
color amarillento, que hace el oficio de inmenso filtro, que con celeridad
pasmosa da paso á cuantas aguas se deslizan sobre él. Cruzando el Záncara
de E. á O. este suelo, y siendo de análoga naturaleza los terrenos que sepa
ran á ambos rios, es natural suponer, que las aguas, al perderse, se esparcen
por diferentes capas permeables, yendo á parar en su mayor parte, ya que
no en totalidad, al Záncara. (1)
Objeto el río Guadiana de serios estudios y de obras costosas para uti
lizar sus aguas y fertilizar la dilatada campiña por donde corre hasta desapa
recer entre las permeables capas de su suelo, merece que de ellas demos
algunas noticias.
El Canal del Gran P rio r es sin duda la obra más antigua de canaliza
ción ejecutada en este río. Atribúyenla unos al restaurador de Argamasilla
D. Diego de Toledo, pero evidentemente es su construcción muy anterior á
este Prior; tiénenla otros por obra de Frey Fernando Rodríguez y del si- i
glo XIV, lo que nos parece más cierto, en cuanto que, el Inventario de pa
peles del Archivo de Consuegra señala con el número 194 un privilegio del
Rey D. Fernando, en el que hace merced á la Orden de San }uan de las
azudas del Argamasilla— 1404— ; con el 336 la escritura de venta de los
molinos Nuevo y Membrillo— 1546— ; en el 342 se declara existir en el
año 1 5 5 1 el de Cervera y en 1 575 la dignidad prioral pleiteaba con Alcá
zar sobre los molinos del Guadiana. (2)
Del Malecón ya podemos hablar con alguna más precisión, porque el
citado Inventario en el número 54 nos da cuenta de una escritura otorgada
entre el concejo y la dignidad prioral con motivo de la licencia que ésta con
cediera para el hacimiento del caz; y en 1604 el concejo de Alcázar comi
siona dos regidores, para que inspeccionaran las obras de canalización, que
practicaba el pueblo de Argamasilla, y estos informan, “ que habían visto el
caz y malecÓ7i que los vecinos de Argamasilla habían hecho y les parece
conviene se dé de ello noticia al Príncipe..... para que ordene se haga un
caz, que recoja las aguas, para que no hagan daño en las heredades de los
vecinos de esta villa.,, (3) Al decirnos Fr. Pedro de San Cecilio y constar
así, que los moriscos utilizaron las aguas del Guadiana para el riego de la
vega, nos hace comprender, que estos adelantaron algún tanto las obras de
(1) Madóz—Art. G u ad ia na — Dice. Geog. Estad—Reseña Geog. y Estad, de España—~1888—EL\
Guadiana y la Geografía—La Tribuna 30 de Octubre y 3 de Noviembre—1897—
(2) Archivo Hist. Nac.
(3) Arch. municipal de Alcázar.
—
155
—
canalización, que hallaron de los primitivos pobladores de Argamasilla, reci
biendo ahora con estas obras, que referimos, su perfección y complemento.
El infante D. Gabriel se propuso el construir á sus expensas E l Canal
del G ran Priorato de San Juan , é hizo los estudios correspondientes don
Juan Villanueva. Había de partir este canal desde la laguna de Miravetes,
derivando su curso por la vega, término de Argamasilla, Cervera, Alcázar,
Villacentenos, Herencia, Villarta y Arenas hasta los límites del Priorato, re
cogiendo con las aguas sobrantes de las Lagunas, las de los rios Záncara y
Jigüela. El mismo Villanueva hizo las Ordenanzas por que se había de regir,
siendo aprobadas por Carlos III en 1783, y las cuales andan impresas.
Por Real orden de 6 de Abril de 1864 se autorizó á una empresa, com
puesta de los Sres. D. Juan B. Alonso, D. Isidoro López, D. Bernardino de
Faura y D. Gregorio Morenas de Tejada, para construir dos canales de riego
bajo el título de Canal del Príncipe de Asturias D. Alfonso, derivados de
las Lagunas de Ruidera, los cuales, partiendo del puente de La Magdalena
habían de desaguar en el Záncara, regando el de la izquierda en su longitud
de 29.264 metros 10.000 hectáreas, y 20.000 el de la derecha en los 31.084
metros que había de recorrer.
E l día 5 de Agosto del siguiente año se díó principio á las obras en el
molino de Santa María, bajo la dirección del ingeniero D. Juan D. Barry;
verificándose con toda solemnidad y con asistencia de las autoridades de la
provincia la apertura á las aguas del río Guadiana del nuevo cauce en las
secciones i.a y 2.a del mencionado Canal el 9 de Junio de 1867. í 1 ) Las
manifestaciones entusiastas, las frases levantadas y los vaticinios de inmedia
ta prosperidad allí hechos ante la obra grandiosa destinada á renovar la faz
de los pueblos Argamasilla y Tomelloso, convirtiendo en frondosas vegas sus
áridas y secas llanuras, quedaron convertidas en soñadas ilusiones y doradas
esperanzas. El agua no ha vuelto á correr por el cauce á tanta costa cons
truido, y éste se desmorona y desaparece á los certeros golpes del abandono.
A éste como á los proyectos que le procedieron faltó á sus autores un exac
to conocimiento del caudal de aguas en todo tiempo disponible y en espe
cial en las sequías, enfermedad crónica de nuestro clima, y no tuvieron lo
bastante en cuenta la permeabilidad extraordinaria de este suelo.
L a M agdalena .— El infante D. Gabriel no sólo cometió á Villanueva la
traslación de los molinos de pólvora, sino que construyó esta colonia para
cultivar la planta de morera y emprender la fabricación de la seda. En 1785
aposentó en ella doce colonos de Lorca y Murcia, convirtiendo aquel sitio en
un ameno jardín. Está situada tres y media leguas al E. de Argamasilla, á
la margen izquierda del Guadiana y cuenta hoy con 1 7 habitantes.
L a M oraleja . — Castillo en la época romana á juzgar por las ruinas, que
(1) El Eco de la Mancha.—n.° 222—año 6 —16 de Junio de 1867—
—
156
hasta hace pocos años se conservaban y de la lápida de que nos habla el se
ñor Antequera. Fué comprendida entre los términos señalados á Alhambra
por D. Enrique I en 1 2 1 5 y es nombre que desde la Edad Media llevan
muchos lugares y dehesas del Campo de Montiel.
E l L o b il l o ,— Colonia agrícola con 1 2 casas y 4 7 habitantes.
E l S o t il l o .— Sotello en 1 2 1 7 , castillo señalado como mojón del térmi
no de Alhambra por D. Enrique I de Castilla en 1 2 1 5 y mencionado entre
las posesiones de la O. de Santiago por el Papa Honorio III en 1 223. Le
componen hoy 3 casas de labor con 7 7 habitantes.
S a n t a M a r ía .— A laba , cuya voz, según Astarloa, se deriva de a ra , a ria ,
superficie plana ó baja ó llano ancho, (1) es ciudad mencionada por Ptolomeo entre los celtíberos, de condición estipendiaría, según Plinio, concurría
al convento jurídico de Cartagena, era cabeza también y daba su nombre á
los alabanenses, situados en los límites de la Celtiberia, donde partían lindes
con los oretanos, y mansión de dos calzadas provinciales, una que partiendo
del camino de Hércules en M ariana, Mairena, por yam ila y Alhambra se
unía en Murutn con el de Lam inio á Toledo, y la que partiendo de aquel
célebre municipio romano se internaba en el centro de Oretania. En la Itacibn ó mojonamiento de los obispados de España atribuida á Wamba A laba
se halla entre los linderos del de Bigastro. No volviéndose á hacer mención
de esta ciudad, debió perecer en los primeros años de la dominación musul
mana, del 7 11 al 720. Testigos de su existencia en los tiempos primitivos ó
prehistóricos son las Motas ó Motilloms situados en la margen del Guadia
na y en el último camino ó calzada, que dejamos mencionado, monumentos
megalíticos, destinados á guardar los restos de los difuntos y cuyo detenido
estudio hacemos en L a M otilla de Torralba. (2)
El castillo que custodiaba los caminos romanos fué utilizado por los mu
sulmanes y después por los cristianos, á cuyo abrigo se agruparon sus pobla
dores en los primeros años de nuestra Reconquista, formando una aldea, la
cual por escoger por su patrona y protectora á la Virgen María y hallarse si
tuada á la orilla del Guadiana se nombró Santa M aría de Guadiana. Su
término fué dividido entre las Ordenes de Santiago y San Juan en 1 225,
quedando el pueblo en el territorio de esta última. Se despobló en el si
glo XV, en cuanto que, en el siguiente se conocía por Cortijo de Santa María,
pero quedaron la ermita y castillo-, parroquia aquélla en otro tiempo de sus
vecinos, la cual igualmente desapareció en el siglo XVII, como también se
utilizaron después los materiales del fuerte para las modernas construc
ciones.
Como esta población y la mitad de su término quedaron reducidos á de
hesa aneja al Priorato de San Juan, por tantos años vinculado en la casa de
(1) Apología de la lengua vasca, pág. 228.
(2 ) D. Antonio Blázquez sitúa aquí á Laminio del que hacemos mención en L a Colgada.
—
157
—
Alba, sustituyó por este su patronímico primitivo de Guadiana-, y por coinci
dencia bien extraña resucitó su nombre antiguo, en cuanto que Alba, según
Humboldt, es contracción de Alaba, (i)
Francisco Contreras.—El que escribió: Nave trágica de las Indias, dedicada
á Lope de Vega—Madrid— 1624—
D. Ju an de ZliñigU.—Alcaide de Peñarroya y fundador del patronato para
casar doncellas pobres, que aún subsiste.
D. Bramón Antequera.— Juicio analítico del Quijote, escrito en Argamasilla
de Alba—Mad.— 1863—4.0—433 pág.
D. Ju an Alfonso Padilla.— Apuntes para la Historia de Argamasilla de Alba— M. S.
D. Balbino Giménez.—Improvisación—Fechada en Alhambra á 30 de Mayo
de 18 8 1—4.0— 16 págs.
Según el Sr. Simonet Argamasilla suena lo mismo que arg illa y massa,
masa de arcilla, y parece fué en sus comienzos un pequeño fuerte, á cuyo
abrigo se aposentaron sus primeros pobladores, logrando su independencia
en el siglo XIV. Creció notablemente su población, en cuanto que, en el siglo XVI tenía 600 vecinos; pero afectóle más que á otros pueblos la despoblación y ruina que sufriera España en la siguiente centuria, tocando casi los
límites de su abandono completo, pues el Capítulo General de 1652 dice tener solos 150 vecinos, repúsose algún tanto en los años siguientes, porque
el Estado secular de 1 753 le concede 280, haciendo constar, que aún se
veían unas 60 casas arruinadas y continuando en progresivo aumento su vecindario, en 1857 alcanza 543 vecinos, señalándole el censo de 1887 de los
mismos 896 y habitantes 3. 127.
El comendador de Obrería tenía sus casas junto á la iglesia y ejercía
aquí y en Villamayor las preeminencias anejas á su dignidad. Tenía la serna
y varias tierras y cobraba la mitad del arrendamiento de los pastos de las
dehesas comunales, el diezmo de frutas y cosas menudas y otras gavelas. L a
escribanía y pedido de S. Miguel pertenecían á la Mesa Maestral.
Su concejo, elegido en la forma común á todo el Campo de Calatrava,
gozó también del privilegio de primera instancia; pero los gobernadores de
Almagro se negaron siempre á reconocerlo y avocaban á su tribunal todos
los negocios y causas, sin que los mandamientos del Emperador y de su hijo
Felipe II dieran resultado. Creado el partido ó rinconada de Almodóvar fué
en él comprendido, pero suprimido á instancia de sus vecinos Argamasilla
recobró su suspirado privilegio en 1588, mediante el abono de 5.200 duca
dos. Los recursos ordinarios no eran suficientes á pagar cantidad tan crecida,
á más, de que los oficios de justicia perpétuos y asalariados los mermaban
considerablemente, y para el pago de sus obligaciones urgentes, consumo de
los oficios y creación del Pósito hubo de tomar á censo gruesas cantidades, agravando esto su situación en vez de aliviarla; lo que unido á la
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ruina de su riqueza y población originó, el que en 1746 llegó á tener todos
sus bienes concursados, por no poder pagar los réditos, que sobre ellos gra
vitaban, y recibió autorización para crear arbitrios por espacio de 10 años,
para atender á los gastos más precisos del concejo.
Iglesia parroquial .— Constituye esta iglesia una amplia y extensa nave
con su techumbre de madera y el crucero gótico, acusando su construcción
ser de principios del siglo XV. En 1520 el obrero D. Gonzalo Fernández de
Córdova construyó la capilla de S Benito y el Lie. Frey Juan Gutiérrez,
prior de S. Benito de Toledo y natural de. este pueblo, obtenía licencia de
Felipe III para edificar una capilla y dotarla con 60.000 mrs. y 20.000 más
para una capellanía— 1606— . El Capítulo General de 1652 agregó á este
curato la rectoría de Villamayor, haciendo un beneficio de 400 ducados.
Lleva la advocación de Ntra. Sra. de la Visitación y tiene la categoría de
primer ascenso.
N t r a . S ra . del R osario . —Iglesia bizantina del siglo XIV y la primitiva
parroquia de este pueblo.
N t r a . S r a . del S ocorro .— Santuario dos kilómetros al E. de esta villa
y de mucha veneración. Tiene el carácter esta devota imagen de patraña y
su fiesta se celebra el 8 de Septiembre.
N t r a . S r a . de la E speranza.— En el sitio llamado Terrachel, una legua
al E. de Argamasilla, se halla este santuario, de mucha devoción en los pue
blos vecinos, y cuya principal fiesta se celebra el segundo día de Pentecostés.
Fr. Agustín López —Tomó el hábito de S. Bernardo en el monasterio de
Valbuena el 6 de Marzo de 1573 y ejerció en su Orden los cargos de catedrático de
Teología y abad de varios monasterios, muriendo en el de la Oliva el 1614. Escribió:
1.
—Boecio de Consolación.—Versión castellana—Valladolid— 1598—fol.—La ilus
tró con notas y añadió dos tratados titulados—Exetnplos de fortaleza y daños de la
ambición.
2.
—Las Constituciones de la Orden del Cister, conforme al fervor de sus primeros y
antiguos hijos.—Valladolid— 1593—Hizo estas Constituciones en unión del P. Fr. Gas
par de Ubeda, mereciendo la aprobación de la S. Sede.
3.
—Información en Derecho y Theologia del poder de la Señora Abadesa del Real
Monasterio de las Huelgas—fol.—
4. —De los peligros de las Dignidades y daños de la ambición, (i)
Fr. M atías de Velasco.—Colegial en el mayor de S. Pedro y S. Pablo de
Alcalá en 1709, teólogo de la R. lunta de la Inmaculada Concepción, ejerció en la
Orden de S. Francisco los más elevados cargos, muriendo en Madrid el 1762. Su re
trato fué colocado en una de las salas del colegio. (2)
(1) Nic. Ant.—Bib. Nova.—t. 1—Fr. Roberto Muñíz,—Bib. Cisterc.—Esp.—ipkg. 189.
(2) Fr. Nic. Anic. Alcoiea.—El Col. mayor de S. Pedro y S. Pablo—pág. 382—
—
160
—
D. Lorenzo Velázquez.— Cura vicario de Ariavaca (Perú) comisionó á los
P. P. de la Compañía de Jesús de Trujillo para que recogiesen su herencia é hiciesen
las fundaciones siguientes: 1.a una capellanía con la carga de misas por el testador
fijadas. 2.a Patronato con las cargas de repartir todos los años loo fanegas de trigo
á los pobres; 200 duc. que habían de dar á un clérigo con el cargo de enseñar gra
mática; un duc. á los que tocaban las chirimías para que acompañasen siempre al
Smo. Sacramento cuando se lleva á los enfermos; 50 patacones para surtir con dos
carretas de leña á cada uno de los pobres todos los inviernos y un patacón de pan
diario á los pobres, y si algo sobrare se les dará de comer 4 dias al año— 1691 (i)
Alonso Pérez, el viejo.— Fundó también un patronato para dar dotes á don
cellas pobres y con carga de misas.
(1) Archivo Hist. Nac.—Visitas de Calat., leg. l.°, n.° 2—
En la Edad Media conocíase por Campo de Arroba el territorio de los
Montes de Toledo agregado en la división territorial de 1846 á la provincia
de Ciudad-Real, lindero al N. E. con el Campo de Calatrava y el que en la
geografía de la antigua España pertenecía á los carpetanos. Tito Livio nos
refiere la campaña que estos pueblos sostuvieron con Aníbal, cuando vinien
do desde Cartagena, donde invernó, cruzó esta región para ir á sujetar á los
váceos, Salamanca. “ Sublevados entre tanto los carpetanos, dice el escritor
romano, atacan á Aníbal á su regreso y cerca del Tajo, y perturban la mar
cha de su ejército, entorpecida con el botín. Rehuye el combate Aníbal, y
acampa en la ribera, y cuando observó que dormía el enemigo atravesó el
río por un vado y colocó su campamento bastante lejos, para dejar venir al
enemigo, con el propósito de caer sobre él al pasar. Mandó á la caballería
le atacase en cuanto le viese metido en el agua, colocó la infantería en las
orillas y la ocultó con 40 elefantes. Los carpetanos con olcades y váceos,
formaban 100.000 hombres, y en campo raso hubiera sido enemigo invenci
ble. Presuntuosos con su número y persuadidos de que el temor sólo hacía
retroceder al enemigo, lanzan el grito de guerra y se arrojan al Tajo ciega
mente, sin jefe, y cada cual por su lado. En el acto se lanzan desde la otra
orilla fuerzas de caballería y en medio del agua se traba una lucha muy des
igual. Muchísimos perecieron en el río; y otros, arrastrados hacia el enemi
go por la rapidéz de la corriente, fueron aplastados por los elefantes; otros,
en fin, creyendo más seguro volver á su orilla, procuran reunirse acudiendo
en desorden de diversos puntos. Aníbal, formando en cuadro á sus soldados
cruza el río y les arroja de la ribera. Enseguida devastó su territorio y en
pocos días recibió la sumisión de los carpetanos. (1)
Pelearon después contra Q. Crispino y C. Calpurnio, pretores romanos,
siendo también vencidos tras largo y sangriento combate como por Aníbal,
por su falta de disciplina é ignorancia del arte de la guerra;— 186, a. de J. C.
-—Pero demostrando en éste y en los demás combates, en que tomaron par-
(1) Tito Livio —Décadas de la Hist. Rom. Lib. 21—Bib. Clásica—T. 3.°, pág. 255.—
21
—
162
—
te, el carácter y condiciones con que los clasificó el citado historiador, de ser j
feroces para las cosas de la guerra. Según Plinio pertenecía esta región al
convento jurídico de Cartagena.
Los árabes, al posesionarse de este país, y después de desahogar en sus
poblaciones indefensas su sed de robo y pillaje, no le abandonaron, sino q u e.
construyeron un fuerte castillo para imponer respeto á toda la tierra, y resi
dencia del Wazír ó gobernador, que había de cobrar los tributos y mantener
los derechos del pueblo conquistador. Llamaron á este fuerte A rro b, por la I
rica y abundante miel, tal vez, que se criaba en sus montes, al que los cristia
nos, castellanizándole después, conocieron por Arroba, (i)
i
En el año 922, llegando Ordoño con su vencedora hueste hasta tocar el
Guadiana, fué el primer rey de Castilla que hizo conocer al mozárabe estar
próximo el fin de su servidumbre y del dominio agareno; lo que no se reali
zó hasta el reinado de Alfonso VI y después de la conquista de Toledo; pues
no dando este valeroso Monarca descanso á sus armas logró lanzar á los mu
sulmanes del reino de Toledo— 1087— Desde esta época hasta la conquista!!
definitiva de La Mancha siguió esta región la suerte común á todos los pue-|
blos comprendidos entre los montes Oretanos y Sierra Morena; tan pronto s
vencedores los cristianos como vencidos, en los pueblos y castillos de este;
lado de Toledo ora ondeaba en sus almenas la Cruz como la media luna. Lució;
al fin en el esplendoroso cielo de la historia patria el día memorable de la
batalla de las Navas de Tolosa, el musulmán fué rechazado á las comarcas!
andaluzas, y si alguna vez cruza La Mancha, lo hará en son de algarada y
como funesto meteoro no más, que arrasa y destruye cuando toca; pero que
desaparece con la misma rapidez que hizo su venida.
Sancho IV y Alfonso VIII, al fijar los términos y linderos del territorio
de la Orden de Calatrava, diéronle los mismos que tuvo la principal capita
nía de Oretania y el obispado de Oreto; el campo de Arroba, como de la
Carpetania, no fué por lo tanto incluido en los dominios de la Orden, sino
agregado á la ciudad de Toledo, de cuyo fuero habían de gozar sus poblar
dores, según lo dispuesto en las Cortes de Valladolid de 1 3 5 1 ; “ en Toledo,
é en su término, é los lugares de su Reinado, que son del Fuero de Toledo. „
Su castillo quedó bajo las órdenes del alcaide de Toledo, el que se hacía lla
mar también Príncipe de la M ilicia Toledana.
Partiendo aquí lindes la Orden de Calatrava y Toledo, y no muy bien
determinadas en las respectivas concesiones de los Reyes, necesariamente
habían de surgir discordias y diferencias, las que se apresuraron á allanar
por una concordia ó avenencia que confirmó Alfonso X en 24 de Agosto de
1269. “ E partieron, nos dice este notable diploma, en laguisa que dicho se
rá..... é el moion de la Torre de Juan Perdiguero, que vaya por somo de la
(1)
Tamarid— Vocabulario Arábigo— Dicción, de la Acad. Española—1884
—
163
—
cumbre de la sierra derecho por somo de la sierra, é como vierten las aguas
de las sierras faz al castiello de Arroba, con toda Arroba, é con su castiello
á pleyto, que el castiello nunqua se pueble.„ (i) Señalados y fijados estos
mismos términos y linderos por Alfonso VIII en 1 189, y no haciéndose en
tonces mención de Arroba, es indudable, que este pueblo tuvo su origen en
los primeros años del siglo XIII, después de la dicha batalla de las Navas, el
que por ser el primero que allí se pobló dió su nombre á todo aquel campo.
Como quiera que todos los demás pueblos de los Montes se levantaron
dentro de los términos concedidos á Arroba fueron sus aldeas ó anejos, has
ta tanto que Toledo les concedió su concejo é hizo independientes; pero se
le conservó á este pueblo el derecho que correspondía á su antigüedad y el
haber sido su matriz, dándole la categoría de cabecera de cuadrilla ó parti
do; y en él se habían de celebrar las Juntas de los comunes ó cuadrilleros,
para hacer entre sí el reparto de las alcabalas y tributos que les imponía la
Corona, y la elección de sus alcaldes y oficiales de justicia cuando la ciudad
de Toledo les confiaba este encargo. Por acuerdo de los cuadrilleros y para
mayor comodidad de los delegados toledanos tuviéronse estas en varias oca
siones en Retuerta; pero en sus convocatorias y acuerdos llevaba siempre el
nombre de C uadrilla de A rro b a .
Era su concejo como el de todos los lugares del Común de Toledo y que
gozaban de su fuero de jurisdicción limitada, pues sus alcaldes no podían
juzgar en negocios de más de 100 mrs. y sus vecinos abonaban á la matriz
la 1 2. a parte de las producciones de su suelo y de los ganados. En 1575
contaba con 145 vecinos, el censo de 1877 le señala 129 y en el de 1887
figura con 149 y 585 habitantes. Pertenece al partido de Piedrabuena y se
halla este pueblo situado al pie de una alta sierra y en suelo pobre y mon
tuoso. Linda al N. con Fontanarejo, E. Piedrabuena, S. Puebla de Don Ro
drigo y O. Villarta de los Montes; siendo la línea divisoria de los términos
de estos dos pueblos y de las provincias de Ciudad-Real y Badajoz el Gua
diana.
Su iglesia parroquial de la Asunción es de segundo ascenso; en 1576
tenía ya por anejos á Fontanarejo, Navalpino y Alcoba, ascendiendo sus
rentas en aquel tiempo á 400 ducados; pero con la obligación su párroco de
proveer de clérigos á los dichos anejos y pagarlos. En la indicada fecha te
nía Arroba las ermitas de S. Sebastián y S. Marcos y últimamente la de San
Miguel, un hospital con muy escasa renta, y la fiesta de Ntra. Sra. de la Paz,
tan popular en toda la tierra de Toledo, se celebraba también aquí con toda
la posible solemnidad.
(1)
Bul. 0. de Calat.—pág. 182.
Trae este nombre á la memoria una de las instituciones que hicieron
brotar en Castilla el hondo malestar, que por doquier se sentía, consecuencia
inmediata de las revueltas que ocasionaron opuestos bandos impulsados por
la ambición para arrebatar el poder, que aún no podían sostener las manos
débiles de un Monarca niño. Gavillas de gente criminal invadían los pueblos
y los campos, dando rienda suelta á sus vicios y atropellos, acometiendo no
sólo á los viajeros y pacíficos habitantes sino que también á los poblados. La
justicia carecía de poder, era impotente el poder real contra abusos y escán
dalos tamaños, la nobleza estaba interesada en el general desconcierto y las
mesnadas de las Ordenes militares, creadas poco antes, su permanente gue
rrear con el musulmán, si es que ya no llevaban su parte en las discordias
civiles, no les permitía dedicarse á tan honrado como necesario servicio.
Era á la sazón la ocupación de los que habitaban los montes y terrenos
accidentados el beneficio de las colmenas y la caza con ballesta; como lo
quebrado del terreno se prestó siempre y fué campo abonado en todo tiem
po á la impunidad de los delitos, ya se deja considerar, cuántos allí se co
meterían en época tan calamitosa. Para garantizar su vida y su industria,
juntáronse los colmeneros y ballesteros, acordaron repeler la fuerza con la
fuerza, y se bautizaron para mayor garantía de amor y defensa recíproca
con el modesto pero siempre atractivo título de hermanos, y á la gloriosa
institución que nacía á impulsos del sentimiento de propia defensa con el de
Santa Hermandad.
Que ni Ballesteros ni su comarca fué arrancada del poder musulmán por
la Orden de Calatrava, lo dice, el que en ningún tiempo le perteneció por de
recho de conquista, ni tuvo por lo tanto sobre este pueblo la jurisdicción
eclesiástica y civil concedida por los Romanos Pontífices y por los Reyes de
Castilla sobre los pueblos que conquistaba, y además, el que D. Tello Alonso
y D. Alonso Téllez, hijos de D. Tel Pérez, primer señor de Meneses, dieron á
su hermano D. Pedro González, Maestre de Santiago, á la Orden y hospital
—
165
—
de Toledo muchos heredamientos, que poseían en Vallesteros, término de
Alarcos; 1 233 (1); los que á su vez obtendrían sus ascendientes por haber
ayudado á su conquista conforme al derecho de su tiempo.
En época que nos es desconocida adquirió la referida Orden de Calatrava la mitad de este pueblo, en el año 1 332 D. Gonzalo, Señor de Aguilar,
le hacía donación de la otra mitad, tomando posesión en aquel mismo año,
y haciendo confirmar siete después á D. Fernán González de Aguilar la do
nación otorgada por su hermano. (2) ¡Tan preciosa juzgó la poderosa Orden
la adquisición de Ballesteros, que con repetidos actos públicos hizo alejar to
da sospecha contra la legitimidad de su posesión!
Desde esta fecha consideró la Orden de Calatrava como una de las vi
llas de su Campo á Ballesteros, constituyó en ella su encomienda, la que en
1 575 rentaba anualmente 100.000 mrs. y últimamente 23.087 reales, y le
pagaban sus vecinos por el pedido de S. Miguel 1.264 mrs- La elección de
su concejo se hacía por un procedimiento mixto de insaculación y elección;
la justicia ó ayuntam iento en ejercicio elegía ocho de sus vecinos, los que
insaculaba y sacaba de ellos á la suerte cuatro, los cuales eran propuestos al
comendador; elegía éste los dos alcaldes, quedando los restantes de regido
res. Los alcaldes de Hermandad (3) y demás oficios concejiles eran nombra
dos por la justicia. Situado este pueblo 3 leguas al S. de Ciudad-Real, á cu
yo partido judicial pertenece, cuenta con un suelo feráz dedicado al cultivo
de cereales. En el siglo XVI tenía 180 vecinos, en 1857, 294, y 368 en 1887.
Aunque del Campo de Calatrava Ballesteros no estaba sujeto al gobier
no espiritual de la Orden, por pertenecer á la jurisdicción ordinaria del Ar
zobispo de Toledo por razón de su origen. Esta excepción de Ballesteros de
la jurisdicción privilegiada de las Ordenes militares dió ocasión y fundamen
to á un ruidoso pleito sostenido entre el arcediano de Calatrava y vicario de
Ciudad-Real, D. Pedro de León, y Felipe II, como administrador de la Or
den, en el que actuó como (uez Apostólico el vicario general del obispado
de Córdova por comisión del Nuncio D. Juan B. Castaneo, soure el derecho
de visita á las ermitas y cofradías de esta villa. Se fundaba el arcediano, en
que perteneciendo Ballesteros á la diócesis de Toledo de hecho y estando
sujeto á su jurisdicción, le correspondía la visita é inspección de los hospita
les, ermitas y demás fundaciones pías. Alegaba la Orden, que Ballesteros
era de su jurisdicción, y el ejecutar aquellos actos equivalía á invadir un te
rreno ajeno y por lo tanto prohibido. El juez falló en favor de la Orden,
los mayordomos de las ermitas y cofradías fueron obligados á dar cuenta
sus visitadores. (4)
(1) Rades—Chronica—fól. 29.
(2) Libro de Perteneces de la Mesa Maestral—Bol. de la Acad. de la Hist.—T. 12—
(3) Enrique IV estableció en 1473, que en pueblos de más de 100 vecinos hubiera dos al
caldes de Hermandad, el uno de los caballeros y el otro del estado llano.
(4) Bull. 0. de Calat. —p. 389.
—
166
—
La iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Visitación tenia una capilla,,
fundación de Juan Guertas, construida á mediados del siglo XVI. El io de
Septiembre se bendijo y abrió al culto la nueva capilla dedicada á San Fer
nando de Ayala. (i) El curato, que al decir de la Relación Topográfica,
— 15 75— valía 400 ducados, se proveía por turno entre el Papa y el Arzo
bispo de Toledo; después del concilio de Trento su provisión se hacía por
concurso del arzobispado. Tenía este pueblo las ermitas de San Sebastián y
San Bartolomé, extramuros, levantadas por sus cofradías respectivas y la de
Ntra. Sra. de la Paz, muy venerada y su fiesta la más popular y fervorosa,
que sus vecinos celebraban en aquellas centurias. Era llamada también de
Roldín por estar enclavada en la dehesa de este nombre, que pertenecía á
la encomienda. Fué edificada y sostenido su culto al principio por los co
mendadores, pero á fines del siglo XVI su culto y conservación corría ya á
cargo de su cofradía. Fué abandonada en el aciago período de la guerra
de la Independencia.
C erro d e l G ollizno .— Véense restos de antigua población tal vez roma
na, y cuyo nombre envuelve una significación para nosotros desconocida, en
cuanto que, en Almedina hállase otro cerro del mismo nombre abundante en
vestigios de aquella edad.
Beato Hernando Ayala de S. José.— Hijo de Fernando y María Fernández,
nació el año I
> tomó el hábito de S. Agustín en Montilla á los 18 años y profesó
el 19 de Mayo de
- Explicó Filosofía en Alcalá y en
fué destinado á la mi
sión de Filipinas. Destinado al Japón fundó cuatro conventos ó casas de misión, so
breviniendo cruel persecución en 16 14 , fué decapitado en I.° de Junio de 16 17 . Ence
rrado su cuerpo en un cajón y lanzado al mar con un gran peso, después de 6 meses
apareció flotando, incorrupto é intacto. Depositado por decreto de la S. Cong. de
Ritos en el monasterio de agustinos de Macao, le fueron segregados los piés, de los
que uno vino al convento .del Rosario de Almagro. Fué beatificado por Pío IX el
de Junio de 1867 y tratan de su vida y milagros Fr. Manuel Jiménez— M árt. A gust,
d e l Ja p ó n — P. Casim. Díaz— Conq. de las 1. F ilip in a s.— Fr. J. Gonz. de la Fuente—
H ist. de Mechoacan. R. P. J. Lantero— A dditam . a d Crussenii M otiasí.
Ecribió:
1.
— Carta escrita el 25 de M ayo de 16 17 á los P . P . de S. Agustín de M anila, do
de se despide de ellos y dice las razones que le movieron á ir á Osuna— Lie.— 14 1 pág.
2.
— Otra escrita e l i .° de Ju n io de 16 17 á los P . P . Dom inicos d el Ja p ó n y dem
M inistros de la C ristia?idad en aquel reino, donde matúfiesta las causas que habrán mo
fado a l Señor á concederle e l padecer p o r su am or— Id.— 150 pág.—
3. — Tradujo al japonés algunas obras de devoción. (2)
Sor Catalina de Ayala.— Prima hermana del Santo mártir Fernando y reli—
575
1593
1599
7
(1) Bol. Ecc.—23 dic.—1895—
(2) Catálogo de Escrit. Agustinos.—“Ciudad do Dios,,—Yol. 38—pág. 133—
167
—
giosa del convento de dominicas de Almagro, es muy elogiada por el fecundo escri
tor Fr. Antonio de Lorea.
D. Francisco López de Sancho y Manzanares.— Ingeniero agrónomo y
.catedrático de Agricultura del Instituto de 2.a enseñanza de Ciudad-Real.
1.
— F élix ó el joven Labriego.— Traducción del francés— I.* y 2.a ed.— Barcelona
— 1873 y 74—
2.
— Legislación de Instrucción pública.— (De 1868 á 1873 -) Trabajo hecho con
la cooperación de D . Alejo Ciaramonte Silvano— I vol.— 180 pág.— Barcelona—
i 874 —
3.
— Cartas á un labriego sobre la vida vegetal, seguidas de un catálogo de las
plantas cuyo conocimiento conviene al agricultor— I vol.— 182 pág.— Barcelona—
1876—
4.
— E l suelo laborable.— Conferencias dadas en Barcelona y publicadas por el Fo
mento de la Produc. nacional— I vol.— 19 pág.— 1877—
5. — Nueva Cartilla agraria. — I vol— 7 2 pág-— C.-Real— 1880—
6. — Tratado elemental de Agricultura — 1895—
7. — Artículos varios—
D. Eloy Cañizares y Fernández.
Biografía de S. Fernando de Ay ala— C.-Real— 1892— 8.° pág. 103—
Poesías varias.
Tan abundantes son en este pueblo los restos de edificación antigua, tan
numerosos los objetos de remotas edades en él hallados, que negar o dudai
por lo menos el que Bolaños fué asiento de población romana y no peque
ña y pobre, sino fuerte y nutrida, es cerrar los ojos á la evidencia. El casti
llo con sus diversas construcciones, características de los pueblos que en él
dominaron, las sepulturas, ídolos y monedas romanas halladas con profusión
al M. de este pueblo, y las diversas edificaciones, que aún se señalan al O.,
son pruebas inequívocas de haber aquí población, por lo menos en el perío
do de la dominación romana. La vía ó camino militar, que unía á Córdoba
con Toledo, desde Oreto venía á este pueblo, tomando después la dirección
de Calatrava por los Santiagos y Torralba. l ara comodidad de caminantes
y seguridad corrían á lo largo de este camino fuertes escalonados, que le hacían^seguro y libraban en todo tiempo de los ataques de salteadores.
¿Cuál de las poblaciones mencionadas por los historiadores y geógrafos
antiguos puede aquí fijarse? La obscuridad y laconismo de los escritores an
tiguos, y los medios no siempre ciertos y seguros de que se valieron para
adquirir las escasas noticias, que de este país consignaron, hace muy difícil,
sino imposible, la solución de este obscuro problema de nuestra historia re
gional. Rehuimos cuanto nos es dado, el aventurar conjeturas caprichosas y
sin base sólida cimentadas; esto no hará progresar nuestra historia, pero no
es adelanto verdadero, el inventar aéreos sistemas y combinaciones pura
mente imaginarias, que el tiempo destruye, sin dejar rastro alguno de su
existencia. Esperemos, que algún descubrimiento feliz en sus ruinas venga á
desterra las densas sombras que envuelven á este antiguo pueblo de Oretania. (i)
(T) D Antonio Blázquez, separándose de lo asentado por los S. Fernz. Guerra y Carnero al
fijar el curso de las Vias romanas y asiento de sus mansiones sitúa aquí la de Manena del ca
mino de Mérida á Zaragoza—Hist. de la Prov. de C.-Real.
169
—
Los árabes utilizaron el fuerte y población romana con el objeto mismo
de proteger un camino, que tanto frecuentaron, especialmente desde la cons
titución del Califato de Córdoba, y es de creer, que hasta los últimos años
de su dominación no se despobló y arruinó este antiguo pueblo; ¿cómo de
otro modo explicar la duración de sus ruinas, y el que aun en el siglo XVI
podían éstas clasificarse y señalar su origen? L a Relación Topográfica de
este pueblo nos hace conocer, que aun en aquel tiempo se distinguían las
Iconstrucciones romanas y las árabes, siendo de las primeras las ruinas del
mediodía y poniente y de las últimas los baños y arabescos, no sin arte y
j primor ejecutados, que lucían algunas de las habitaciones de su castillo.
Los cristianos, al hacerse dueños de La Mancha, no sólo conservaron
; los castillos levantados y defendidos por los moros, sino que aumentaron
|su número. Pedíalo así la necesidad, largo tiempo este país en frontera de
I moros, tan pronto los cristianos vencedores como vencidos, sin fuerza ni
poder bastante para sostener fuertes guarniciones, para rechazar sus corre
rías atrevidas y rápidas expediciones, la defensa de la tierra estaba confiada
á los heroicos pobladores, los cuales á la vez que habían de manejar los ru
dos instrumentos de labranza, tenían que empuñar las armas y regar la tie
rra, no tanto con su sudor, como con su sangre. Y sin castillo que cubriese
las labranzas y los pobladores, ni se podrían formar lugares, ni cultivar los
campos.
Lo interesante que el castillo de Bolaños se consideró por la Orden de
I Calatrava lo dice bien claro, el que apenas entró en su poder, quedó bajo la
custodia de los Maestres, teniendo en él su alcaide con 80.000 maravedís de
renta y constituían esta fortaleza en el siglo X V dos fuertes torreones con
ancha y espaciosa plaza de armas á su pié, alrededor de la cual había nume
rosas dependencias acasamatadas y estrechaba y defendía su recinto fuerte
muralla. Al amenazar los comuneros invadir esta provincia filé reparado y
aprestado á la defensa al igual de todos los castillos de la Orden. (1)
D. Fernando III e l Santo en 1229 exime á esta villa de pecho y pedi
do; (2) y D. Alfonso X en 1261 sentenciaba acerca de los fueros, que sus po
bladores habían de guardar y sobre los tributos que habían de pagar á la
Orden de Calatrava; (3) determinando estos documentos el principio de su
población. D. Pedro Girón confirma y amplía estos fueros en el siglo XV,
dando además por armas á su concejo un cordero, una espada y un bollo,
como queriendo significar, que sus primeros pobladores no sólo habían contri
buido al engrandecimiento de la Orden combatiendo bajo sus pendones, sino,
que también pagándole el diezmo de sus labores y ganados. Su justicia fué
(1) Memor. Hit. Esp. t. 35—Comunid. de Cast. pág. 567—
(2) Burriel Memorias—pág. 370—Conde de Cedillo—Contribuciones e Imp. de León v Cast.—
pág. 293—
y
( 3) Colecc. de Fueros—Acad. de la Hist. pág. 48—
22
—
.170
—
elegida en la forma establecida para todo el campo de Calatrava, haciendo la
propuesta al alcaide como representante del Maestre.
Con objeto de dar ensanche al Real sitio de Aranjuez, el Emperador
Carlos I le unió á Azeca, encomienda de Calatrava, y para indemnizar á la
Orden creó la encomienda de Bolaños; al efecto, ordenó al alcaide D. Anto
nio de Castrillo hiciera entrega del Castillo á su nuevo comendador D. Juan
Pimental, recibiendo aquél en equivalencia la escribanía de Almadén— 1 534.
__Por esta permuta Bolaños dejó de pertenecer á la Mesa Maestral, recayen
do en el Comendador los derechos señoriales, que aquella ejercía. Además,
había de tener la escribanía pública, las primicias, el diezmo del vino, de pan
y ganados, el censo de la Moheda, de Morillas, Luciana, Alharilla, Andalucía
y Peña del Ajo, en el Viso y los miembros de Puebla de D. Rodrigo y Ca-|
racuel, todo lo que rentaba 5.000 ducados. En 1 81 5 producía esta encomien
da 160.000 rs. y la llevaba el Duque de Medinaceli.
El 3 de Febrero de 1837 hubo de presenciar Bolaños uno de esos episo-1
dios sangrientos, que no por ser frecuentes en las discordias civiles, dejan deJ
causar en el ánimo espanto y horror á solo su recuerdo. La facción de Pali—1
líos atacó á Almagro y no pudiendo vencer la tenaz resistencia de sus defen
sores, muy contrariado se dirigió á este pueblo, cuyos milicianos en número
de 30 se encerraron en la iglesia, teniendo al fin que entregarse, siendo fu-j
silados. (1)
Situado en una llanura, que inunda el Pellejero en sus avenidas, 3 kiló-^
metros de Almagro y rodeado casi todo su término por el de esta ciudad; suj
población en el siglo XVI era de 250 vecinos; descendió á 100 en 1652, re-J
cibiendo algún aumento en los tiempos posteriores hasta alcanzar un gran
desarrollo en esta última mitad del siglo XIX como acusan los censos oficia
les, pues mientras en el de 1857 figura con 674, el del 1877 los eleva á 846
y el último de 1887 á 978 y 1370 habitantes.
En atención á que su primitiva iglesia parroquial de Santiago, Frater
Doviiniy era pobre y reducida para su ya crecido vecindario, se construyó
la que hoy tiene más ancha y capaz á costa de la encomienda, abriéndose al
culto en 1552 (2) En este tiempo era servida por religioso de la Orden, al
cual abonaba el comendador 20.000 maravedís, según disposición del Capí
tulo General de 1535. El Capítulo de 1652 ordenó se uniera “ el Compulso
de la villa de Bolaños al de Madre de Dios de Almagro«, (3) determinando
esta disposición el gran decrecimiento de su vecindario. Y a en el siglo XVI
tenía Bolaños las ermitas de Santa María del Monte, del siglo XIV, y la de
S. Cosme y Damián. Posteriormente se edificaron las del Sto. Cristo de la
(1) Pirala.
(2~) Relación Topog.
(3) Definiciones.
—
171
—
Columna y del Calvario. El hospital era fundación de Teresa Arias de San
doval.
Fr. Luis de Bolaños— Escribió:
Catecismo límense ó sea texto de la Doctrina Cristiana en guaraní y español— I2.é
Arte en lengua guara?ií.— Lima.— Lleva el nombre del P. Diego de Torres Ru
bio, de la Comp. de Jesús y de Alcázar de S. Juan, pero el lego Juan Echevarría en
M. S. escrito en Cajamarca con el título Fundación de la s. prov. de la Asunción del Paraguai después de historiar el tránsito de este insigne misionero afirma, que por hu
mildad no le dio á la estampa, dejando á otros el lauro y la gloria de su trabajo. Es
de esta opinión D. Antonio de Alcedo en su Dice. gral. de las Indias Occidentales
verb. Panamá, el P. Diego de Córdova en su Crónica seráfica y Fr. Apolinar de la
Concep. en Primacía seráfica. En la sacristía de S. Francisco de Buenos Aires se con
serva un magnífico retrato del P. Bolaños con detalles sobre su vida, (i)
Fr. José Calzado.— Fraile alcantarino conocido por el P. Bolaños, profeso de
la prov. de S. José, lector de S. Teología en el convento de la Etruria, dicho de la
Ambrosiana y confesor de Carlos III en Parma y Nápoles. Viéndose viejo y achacoso
renunció su cargo, retirándose al conv. de S. Gil, donde murió el 7 de Abril de 1761.
Escribió en italiano:
Via Crucis ilustrado.— Lúea— 1713 — 8.°— 2.a ed.— id.— 1720— (2)
(1) La Controversia—vol. 6.° n.° 190 pág. 203—1892—
(2) Esp. Sagrada —51—Fr J. de S. Antonio—Bib. TJniv. Franc, - t . 2.° pág. 241—
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Nombrado Abrazatortas en los documentos de la Orden de Calatrava, ya
en el siglo XVI era aldea de Almodóvar por poblarse dentro de sus términos
y hecha independiente más tarde queda incluida en su partido judicial; si
tuado entre montañas es todo su término sumamente quebrado y dedicado á
pastos. Su población que en el siglo XVI era de 40 vecinos descendió á 30
en el siguiente, pero creciendo después aparece con 130 en 1742, en el Es
tado de Guillamas con 262, cuyo aumentóse sigue significando en los cen
sos sucesivos, fijándole el de 1887, último de los oficiales, 471 vecinos y
i.óóo habitantes.
La siguiente Real provisión nos da cuenta del establecimiento de su
iglesia parroquial: “ Don Phelipe.....A vos el Concejo y vecinos del Lugar de
Abrazatortas, Aldea y jurisdicción de la Villa de Almodovar del Campo.....
Sabed, que por parte de Francisco García y Juan García Lozano, y los de
más vecinos, y moradores del dicho Lugar, me fué fecha relación... que esse
dicho Lugar es de más de 70 vecinos, y en el ay una Iglesia decente..... Y
por no ser Parroquia, ni aver en ella Sacramento, ni Pila baptismal, y estar
dos leguas grandes de la dicha Villa de Almodovar, y al pié de Sierra Mo
rena, junto al camino que va desta Corte á las ciudades de Córdova, y Se
villa...., ha sucedido, y sucede de morirse muchas personas sin confissión.....
Suplicándome, que para remedio..... desse dicho Lugar, y las demás perso
nas que están en las Ventas, y Colmenares á el comarcanos, mandasse eri
gir Parroquia la dicha Iglesia..... y Cura, dándole congrua sustentación de
las rentas de la Mesa Maestral, que lleva enteramente los diezmos..... Lo
qual visto por los de mi Consejo..... y el parescer dado por el Rector de A l
modovar..... por la presente declaro y mando, que de aquí adelante todo el
tiempo que mi merced y voluntad fuere, la dicha Iglesia del dicho Lugar sea
Parroquial, á la qual anexo el Lugar de la Viñuela, Puerto de las Veredas
y Guadaperosa, y las Ventas de Alcudia, excepto la Bienvenida, y Zarzoso»
por estar lejos desse dicho Lugar, y los Colmenares, y Ventas que estuvieren.
á una legua del, que serán todos hasta 8o vecinos..... Y con que asimismo la
[ primicia del pan, aya de ir, y vaya á la dicha Iglesia Matriz..... de Almodo
var, aquien ha pertenecido y pertenece, como se ha fecho en el Lugar de
Tirateafuera, y el de San Benito, y las Ventillas, que se dismembraron por
la dicha razón de la dicha villa de Almodovar.... Dada en S. Lorenzo á 30
dias de Sept. de 1 595. »
El visitador de Calatrava del año 1742 nos decía de su iglesia ser de tres
naves con la techumbre de madera y dos capillas embovedadas, la del Santí
simo Cristo de Orense y Ntra. Sra. del Rosario, ordenando su ampliación por
resultar insuficiente para su vecindario.
El Capítulo General de 1652 decretó; “ que el Compulso y Rectoría de
Abrazatortas, y las Qaserías de la Vihuela, aunque están en jurisdicción de
Almodovar, se agreguen al Beneficio de la Villa de Puertollano, por estar
dicho lugar legua y media dél..... y vale 1.200 reales „ (1) Es su iglesia del
título de S. Ildefonso y está servida por un coadjutor.
L a E stación de V eredas.— Barrio de esta villa con 14 casas y 102 ha
bitantes.
E l E scorial. — Dos casas de labor con 16 habitantes.
L a G arganta.— Aldea compuesta de 1 1 edificios que habitan 39 personas.
N avalcaballo. — Dos cortijos con 16 habitantes. ( 2 )
(1) Definiciones de Calat.
(2) Nomenclátor de la I'rov.— 1892.—
Situado al pie del Cerro Negro que le defiende del N. y á 3 leguas de '
Puertollano confina al N. con Villamayor, E. Tirteafuera, S. Almodóvar y
O. Abenójar. Su población fué siempre escasa, pues en 1 5 7 1 tenía 80 veci
nos, en 1 720 solos 20; 72 al comienzo de este siglo y 193 con 6 19 habitan-!
tes, que le fija el censo de 1887; determinando este notable aumento el la-<
boreo de las minas que se explotan á sus inmediaciones. En sus cercanías
también y á la parte del S. se encuentran ruinas de antiguos edificios, ci
mientos de piedras labradas, trozos de columnas y otros restos que acusan
población romana. ¿Qué nombre tuviera ésta y cuál fuera su condición en
aquella edad? Nos es desconocido, y tan á oscuras estamos, que ni aun sos
pecharlo podemos con algún acierto.
Cabeza Arados, villa del Campo de Calatrava, en los documentos de la
Orden no aparece su nombre hasta la Concordia de 1482 tantas veces cita
da, viendo en su condición 12 .a, que no pagaba terzuelo á la dignidad arzo
bispal, loque nos demuestra ser su población posterior al año 1 2 1 7 . En
j 575 decía su justicia, que había tomado este pueblo su nombre del cerro, á.
cuyo pie se hallaba situado. Agregado á la encomienda del Corral, cobraba,
ésta sus diezmos. Su término municipal era corto y reducido; pero tenía co
munidad de pastos de una parte con Almodóvar, Villamayor y Abenójar, y
por otra con Corral, Caracuel y La Cañada, siendo comunal también la ju
risdicción en ciertos terrenos de estos últimos pueblos, y conocía la justicia,
que primero concurría.
Del partido de Almagro hasta la creación de la rinconada ó partido de
Almodóvar, al que fué agregado, al ser suprimido á instancia de sus vecinos,
obtuvo este pueblo la jurisdicción de i.a instancia, al tenor de los demás del
partido, abonando como aquellos una cantidad en relación con el corto nú
mero de sus vecinos. Su justicia era elegida por el día de S. Miguel en la
forma establecida en todo el territorio de la Orden.
Su iglesia de S. Juan Bautista hallábase en muy mal estado en 1742*
—
175
—
según nos dicen los visitadores de la Orden, como beneficio tenue era ser
vida por clérigo de S. Pedro, á quien el comendador mayor abonaba 815
reales. (1) Nuestra Señora de Finibusterrse, levantada sobre ruinas de antigua
población, en 1575 era tenida en mucha devoción y honrada con culto fer
voroso. El día de Sta. Quiteria se celebraba también por este tiempo con
gran solemnidad. Todos los pobres recibían en este día comida abundante, y
los vecinos todos comían igualmente en casa del piostre, hermano mayor,
pagando el gasto á escote. (2) Juan Hidalgo dejó su casa para hospital.
(1) Arcli. Hist. Nac. Iglesias de la O. de Calat. Esfc. 48.
(2) B el. Topog.
Cabezas-Rubias en lo antiguo, que se interpreta Cerro rojo, fué aldea
de Puertollano hasta el año 1842 en el cual por acuerdo de la Diputación
se declaró independiente. Constituido este pueblo por colmeneros y pastores en su mayor parte, sus vecinos acudían á pedir justicia á la matriz y solo
había en el lugar un cuadrillero de la Santa Hermandad “para si algo se
ofrece.« En 1575 únicamente tenía esta aldea 50 vecinos, los que conservó en
las dos centurias siguientes, aumentarónse hasta 200 en los primeros años de
este siglo, continuando su crecimiento y fijando su población el censo de 1887
en 284 vecinos y 977 habitantes. Dos leguas al S. de Puertollano pertenece
al juzgado de Almodóvar.
Salazar y Castro en los documentos que copió del archivo general de la
Orden de Calatrava, para robustecer su alegación, nos ha conservado la erección de su iglesia parroquial, por lo que íntegra la trascribimos. “Don Pheüpe..... Administrador perpetuo de la Orden y Cavallería de Calatrava.....
Por quanto por los vecinos de la Villa de Puertollano, moradores en el Lugar de Cabezas-Rubias, jurisdicion de la dicha Villa, nos fue fecha relación
por su petición, que en el nuestro Consejo de las Ordenes, Lucas de Carrión
en su nombre, presentó diciendo, que de tiempo inmemorial á esta parte es
tá edificada en el dicho Lugar una Hermita de la advocación de S. Gabriel,
de mucha devoción, y de buen edificio. Y que á causa de no aver en el dicho
Lugar Iglesia Parroquial, ni Sacramento, ni Pila de Bautismo, ni Clérigo que
le diga Missa, y administre los Sacramentos, viven muy desconsolados en
sus animas, á causa de que por estar el dicho Lugar dos leguas de la dicha
Villa, donde son obligados á ir á oir Missa, y los Divinos Oficios, y recibir
los Sacramentos, van pocas veces, y muchas menos de las que debían de ir,
en tal manera, que ha subcedido, que algunos se han muerto sin confessar,
ni comulgar, especial los viejos, é impedidos, y algunos niños sin bautismo.
Y para lo remediar, nos suplicó mandassemos proveer, que en la dicha Her-
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—
mita oviesse Sacramento y Pila del bautismo, y Clérigo que dixesse Missa, y
confessasse, y administrasse los Sacramentos á los vecinos del dicho Lugar.
Y que á costa de los que llevan los diezmos, que pagan, se le diesse salario
en cada un año, con que toviesse congrua sustentación, ó como la nuestra
merced fuesse. Lo qual visto por los del dicho nuestro Consejo, y ciertas in
formaciones sobrello por nuestro mandado havidas, por donde constó que
convenía proveerse lo pedido por los dichos vecinos..... damos licencia.....
para que..... en la dicha Hermita de S. Gabriel.....aya Sacramento, y Pila......
y Clérigo..... que diga en ella Missa..... y los administre los Santos Sacra
mentos, sin que el Rector de Puertollano se lo estorve, ni impida. El qual di
cho Clérigo aya de poner, y ponga el Comendador..... y que sea tal persona
con quien nuestra conciencia y la suya este descargada. Y que aliende del
pie de Altar, é los demás derechos, emolumentos, y aprovechamientos de la
dicha Iglessia de que aya de gozar, y goze el dicho Clérigo, se le ayan de
dar, y den en cada un año para ayuda á su costa y mantenimiento 12.000
maravedís, y se le paguen en esta manera. La Mesa Maestral 7.827 mara
vedís, por 75.000 que paresció y constó valer en cada un año lo que lleva
de diezmos de los dichos vecinos. Y el dicho Comenndador 260 maravedís,
por 2.500 que le vale lo que lleva de diezmos. La Dignidad Arzobispal de
Toledo 3.913 maravedís, por 37.500 que asimismo parece que lleva de los
dichos diezmos. Dada en Escorial á 21 dias del mes de Abril de 1571 años.
Y o el Rey „
El Capítulo General del año 1652 ordenó que “La Rectoría, y Compulso
de Cabezas-Rubias se agregue al Beneficio de la Villa de Mestanza, por ser
aquien toca por mas cercanía, por que Cabezas-Rubias esta legua y media, y
tiene 46 vecinos, y vale 1.200 reales„ (1) cuya disposición aprobó Felipe IV
en 1655.
Su iglesia de S. Gabriel continúa siendo filial de Mestanza y se halla á
cargo de un coadjutor.
(1) Definiciones de la O. de Coi., pág. 18S.
23
A AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA4AAAAAAAAAéAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAA
LA CALZADA.
Calzada, aplicado este nombre á un pueblo ó sitio, dice D. Francisco
Coello, ser indicio seguro de hallarse próximo á una vía ó camino romano, y
en efecto, hállase este pueblo situado sobre la calzada ó camino que unía á
Córdoba con Toledo, y el que tantas veces repasaron lan tribus africanas en
sus diferentes invasiones, y las huestes cristianas al hacer la conquista de
Andalucía.
El fijar por golpe atrevido el comendador mayor D. Martín Martínez el
convento en el vecino castillo de Salvatierra, determinó, á nuestro juicio, el
origen y principio de este pueblo. El considerable número de caballeros que
habían de habitar su estrecho y reducido recinto, las considerables obras de
fortificación que para su defensa hubieron de hacer en él, los socorros y man
tenimientos que todos habían de venir de la parte de Toledo, por estar aún
la mayor parte de La Mancha ocupada por los musulmanes, todo esto junto
con las necesidades del servicio diario del convento exigían y demandaban
una población cercana, que sirviera de auxiliar á una Orden ya numerosa.
Sitiado Salvatierra por la inmensa morisma que en son de guerra y esterminio cruzó el Estrecho, sus habitantes huirían del peligo; pero emprendiendo
la Orden, después de alejar para siempre á la morisma, las obras empezadas
en el frontero cerro á Salvatierra, la Calzada volvió á recobrar sus habitan
tes, los que siguieron agrupándose á la sombra de la Orden, y como una
dependencia del convento.
Bien pronto comprendieron los Maestres la conveniencia de fomentar y
atender á aquel pueblo, que venía en auxilio y como á suavizar las asperezas
de la principal residencia de la Orden, así es, que estableció en él una Hos
pedería para descanso de los viajeros, así de la Orden como extraños, que
venían al convento, asiento de los que por no hallar allí habitación ó no pod^r residir por razón de la clausura y residencia de los artistas empleados de
continuo en la conservación y decorado de tan imponente como suntuosa
fortaleza, junto á ésta construyó también la Orden la Enfermería sostenida
—
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179
con esmero, á la cual el Capítulo General de 1658 dotó de capilla, las dos
casas bajo la dirección del prior del S. convento y al inmediato cuidado del
religioso que éste nombraba.
En la repartición que de sus bienes hiciera la Orden en los últimos años
del siglo XIII fué agregado este pueblo á la Sacristanía Mayor, quinta dig
nidad de la Orden, cuyo cargo era el custodiar las reliquias y alhajas del
S. convento. Los caballeros y comensales de la O. pagaban á esta dignidad
las décimas de sus salarios, de cuyo gravamen los libró el Cap. General de
1534 mediante el abono de 500 fanegas de trigo y después se le añadieron
las penas legales y arbitrarias de este pueblo. El sacristán mayor tenía igual
mente derecho á los libros, que al morir dejaban los religiosos, exceptuando
los del prior, que pasaban á su sucesor. Llevaba también la mitad del pro
ducto de las dehesas del término de La Calzada.
No siempre reconoció este concejo los derechos de la sacristanía sobre
sus términos, ni voluntariamente se avenía á su pago. Numerosos litigios
sostuvo sobre esto, fundando su libertad y exención en un privilegio que
manifestaba del Maestre D. Pedro Muñiz de Godoy; por el cual concedía á
esta villa el completo aprovechamiento de las dehesas Sacristanía, Fuente el
Moral y Hernán Muñóz; pero los Reyes Católicos primero y la Audiencia de
Granada después desestimaron sus pretensiones, obligándole á su pago, é
imponiendo además los primeros á sus vecinos la carga de dar posada á los
religiosos del convento. Como para desquitarse de este contratiempo y con
servar mejor su independencia los de La Calzada se opusieron á que los
criados y comensales del sacristán mayor formaran parte de su ayuntamiento,
pero nuevamente conoció la Chancillería de Granada y sentenció en contra
suya. Estas contiendas crearon tal animosidad entre los freires del S. con
vento y vecinos de La Calzada, que con sólo pisar éstos las posesiones de
aquéllos eran presos, vejación de la cual lós redimió el Emperador Carlos I. (1)
Su justicia era elegida en la forma común al Campo de Calatrava, desig
nando á sus alcaldes el sacristán mayor. En 1575 tenía cinco regimientos
perpétuos y asalariados y por R. O. de 22 de Enero de 1895 se le concedió
el título de ciudad. El concejo demostraba su piedad teniendo en la sala de
sesiones y en sitio preferente una imagen de la Virgen ante la cual oraba
antes de dar comienzo á sus deliberaciones.
En el siglo XVI contaba ya con 500 vecinos, y cuando vencida la insurección de los moriscos del Reino de Granada fueron éstos internados, al
objeto de alejar todo peligro de nueva rebelión, 200 familias de éstos toma
ron aquí asiento, en cuyo suelo feráz y ásperas sierras veían no pocas seme
janzas con sus queridas Alpujarras. La completa expulsión de esta raza junto
con las calamidades de todo género, que llovieron sobre España, afectaron
(1)
JBol. de la Ácad . de la H ist.— T. 12—pág. 140—id. 35—pág. 58—
—
180
—
también á este pueblo haciendo decaer su población, fijándola el Capítulo
General de 1652 en solos 300 vecinos. Estacionada permaneció hasta el si
glo actual en el cual la vemos caminar en progresivo aumento, pues su ayun
tamiento nos dice tener 632 vecinos en’ 1837, el censo de 1887 le señala
1.145 y 1.676 y 5.970 habitantes el de 1887.
Situada esta ciudad al S. de Almagro, á cuyo partido judicial pertenece
y con el que le une una carretera de tercer orden, comunica con Valdepeñas
por el f. c. de vía estrecha inaugurado en 1895.
N t r a . S r a . d el V a l l e .— Este hermoso templo, hoy abandonado y con
vertido en ruinas, se construyó en los primeros años del siglo XV, según de
ello nos da cuenta la Relación Topográfica. Era esta iglesia una ancha nave
ojival, de la que queda únicamente en pie un arco. Al lado de la Epístola
tenía las capillas del Smo. Cristo del Sagrario, el altar de la Virgen del Ro
sario y el Comulgatorio; al del Evangelio se hallaban el altar de Ntra. Seño
ra de la Asunción, donde se custodiaba la reliquia del B. Jorge, y á los pies
la capilla de Jesús Arrodillado y los altares de Santa Ana y Soledad. (1) Se-j
gún lo estrecho que aparecen hoy los huecos, estas capillas apenas eran ar- i
eos rehundidos.
Quedan en esta iglesia como elementos de ornamentación algunos arquitos ojivales, que presentan la particularidad, de que como capiteles de sus
estribos sólo tienen unas guirnaldas de ñores análogas á las que rodean los
escudos de armas de muchas fachadas del primer período del Renacimiento.
Su torre tenía su chapitel de tres cuerpos y adornaban tanto la sacristía como
la iglesia varios cuadros, que revelaban ser, al decir de los visitadores de la
Orden, de diestro pincel. Las dos portadas laterales, que aún subsisten, y
únicas que al parecer tenía la iglesia, fueron decoradas en pleno siglo XVI.
Ambas tienen primero y segundo cuerpo, luciendo en el segundo hornacinas,
la del N. con la imagen de Nuestra Señora con su Hijo en los brazos, y hoy
las dos desprovistas de ellas. La del lado N. es bellísima, de un arte plate
resco tan puro, que puede creerse, ser obra de Berruguete. Ostenta en uno
de los lados del segundo cuerpo esta inscripción: A c a b ó s e e s t a p o r t a d a a ^ñ o
DE MIL QUINIENTOS XXVI SIENDO MAYORDOMO E L CAPELLAN TOMAS PE R E Z. (2)
Como el edificio más sólido y avanzado de la población, en la primera
guerra civil los liberales tenían un vijía constante en su torre y con frecuen
cia constituían un retén en sus bóvedas y en ella se hacían fuertes, cuando
eran amenazados por alguna partida carlista. Aunque con las molestias y
profanaciones consiguientes, por tener bóvedas y torre el paso por la misma
iglesia el culto continuaba en ella. Pero en el día 19 de Diciembre de 1837, aL
llegar á la iglesia el sacristán para el toque del Mediodía vió con espanto es-
(1)
(2)
Estado de las Ig. del Campo de Calat.—1747—
R. Ramírez de Arellano—Paseo artístico—pág. bl.
—
181
—
tar el sagrario abierto; vuela á dar parte al párroco D. Valeriano Torrabia,
á la sazón en el Ayuntamiento, acuden éste y el secretario D. José de la Ga
rnacha, y detrás de ellos un pueblo numeroso enterado del triste aconteci
miento, y ven con horror esparcidas y arrojadas por mano criminal é impía
las Sagradas Formas por el presbiterio, las que el Párroco recoge revestido
con ornamentos sagrados con la mayor reverencia. Buscan después todos
afanosos el copón donde se custodiaban, y le hallan en un cuarto de la torre
destinado á carbonera. El gozo no era ni podía ser completo. La Ostia sa
grada expuesta aquel mismo día á la adoración de los fieles con motivo de
la festividad de los Gozos de S. José no se halló, siendo infructuosas las más
diligentes pesquisas por encontrarla. No era dudoso para nadie, que el mó
vil de aquella profanación sacrilega había sido el odio sectario, y que sus
autores quedarían libres é inmunes del brazo de la justicia humana al ampa
ro de sus ideas y uniforme.
Esta consideración hizo, que D. Luis Lesmes de Hacha, juez espiritual de
La Calzada y sacristán mayor de Calatrava allí presente y testigo de hecho
tan horrible dispusiera en el acto la traslación del Smo. Sacramento á la er
mita de N. Sra. de los Remedios, como se efectuó con acompañamiento de
todo el pueblo, poseído del mayor dolor y de una fervorosa devoción, que
dando la iglesia cerrada, hasta tanto que la autoridad competente resol
viera. (i)
Fecundo fué también en desastres para este pueblo el año siguiente 1838.
Sobre las tres de la tarde del 25 de Febrero dió vista á La Calzada con su
división D. Basilio Antonio García. Al tener noticia la fuerza que le guarne
cía, que eran los nacionales y 35 soldados del batallón Tiradores de la Pa
tria al mando de un oficial, de la aproximación de los carlistas salieron del
fuerte, recogiendo por calles y casas cuantas personas hallaron, fijándose es
pecialmente en las afectas á aquellas ideas, y violentamente las llevaron á la
iglesia, como una garantía para contener á los carlistas. Llegan éstos é inti
man la rendición que rechazan los del fuerte, por lo que al día siguiente rom
pen el fuego de fusilería y con un pequeño cañón logran apoderarse de la puer
ta de la iglesia, hacinan en ella combustibles y arrojan botellas con líquidos
inflamables, que prontamente hacen presa en la torre y después en las bóve
das donde estaban refugiados los sitiados; éstos, poseídos del terror, esperan
unos su muerte próxima, se precipitan otros por ventanas y claraboyas y por
último el tejado se desploma completando la catástrofe al sepultar á todos
entre sus escombros; 162 personas entre soldados, nacionales, mujeres y ni
ños perecieron en esta hecatombe, mencionándose entre ellas el citado sa
cristán mayor de Calatrava y otras personas de distinción. (2)
(1) Lib. de Baut. n.° 25-f. 228—
(2) Lib. de Defunciones n.° 8—f. 272—
—
182
—
Seis meses después, 16 de Agosto, D. Ramón María Narváez como re
presalia de tan funesto acontecimiento condenó á ser fusilados á Frey don
Valeriano López de Torrubia, á un vecino de Puertollano y á una viuda, cu
yo acto de crueldad y ensañamiento pretende justificar el Sr. Pirala, cubrien
do de negras sombras la figura del venerable párroco, víctima con los demás
de los horrores de nuestras intestinas discordias. Las groseras y burdas con
sejas de que se hace eco este escritor, y las calumnias que acoge sin examen;
su misma enormidad las destruye y hace inconcebibles, al mismo tiempo que j
deja mal paradas la rectitud y buen juicio del historiador, que olvidó aquí
el sabio precepto del gran Maestro, que advierte á los que ejercen tan hon
roso oficio, que, N e quid fa ls i dicere aiideat; ne quid v eri dicere non audeat. Tan notoria era la crueldad del General en Jefe del ejército de Reser
va como la inocencia de las víctimas, que sacrificó á su saña y fiereza. Uno y i
otro debió declararlo el S. Pirala, porque á ello le obligaban los ineludibles
deberes de su oficio y el respeto debido siempre á la verdad. La declaración;
unánime de los numerosos testigos de aquel sangriento drama y la publica- j
ción de los documentos que fielmente quedan extractados, y que debemos á
la investigación diligente del ilustrado párroco de La Calzada y nuestro ami-i
go D. Andrés Muñoz Cañizares, hacen la reparación debida al honrado religioso de Calatrava, que á imitación de nuestro Redentor marcharía al suplí-!
ció rogando por sus verdugos y tal vez también por aquellos, que habían de
infamar su memoria por sólo espíritu de secta ó de partido.
N tra . S ra . de los R emedios.— Se veneraba con gran devoción esta ima-j
gen en la ermita de Monte Calvario, situada, según vemos en la Vida d e l
Ven. F r . Jo rg e, en el camino de Almagro. Se construyó su nueva ermita en
los primeros años del siglo XVII y su cofradía atendía al culto y á su conser
vación. En el mes de Junio de i 740 Julián Sánchez Benito acudía en súplica
al Arzobispo de Toledo, manifestando, que hallándose ésta en ruinas á causa
de su mala construcción, la cofradía había acordado su reparación auxiliada
por los vecinos devotos de esta Señora. Obtenida la licencia se procedió á laconstrucción del crucero, camarín y sacristía, cuya obra no se terminó hasta
el año 1764, siendo bendecida con gran solemnidad. (1) Mencionadas deja
mos las causas por las cuales se trasladó la parroquia á este templo, que si
bien en el centro de la población, no llena las necesidades de su crecido ve
cindario.
Tiene esta parroquia la categoría de segundo ascenso y se halla dotada
con dos coadjutorías. Ejerciendo el Sacristán mayor de Calatrava los dere
chos todos del señorío aquí, presentaba igualmente su cura, y como de ordi
nario estos dignatarios de Calatrava residían bien en esta ciudad, bien en la
Sacristanía tomaron el nombre de Jueces espirituales, según hemos visto-
(1)
Vic. Eclesiástica—Cuad. 13—tol. 242
183
—
Así el Censo de Población de la Prov. y Part. de ¿a Corona de C astilla
de 15 7 1 menciona á esta iglesia entre las de señorío.
Existían en el siglo XVI las ermitas de S. Andrés en Sierra Morena, la
de S. }uan Bautista bendecida el 17 de Febrero de 1579 por el limo, señor
D. Diego de la Calzada, obispo auxiliar de Toledo, la de S. Sebastián y la
de S. Gregorio Ostiense, confundido aquí, como en la generalidad de los
pueblos del Campo con el Nacianceno, é igualmente bendita y abierta al cul
to por el citado Sr. Obispo al día siguiente. Finalmente, continúa el Sr. Ra
mírez de Arellano, el diputado provincial D. Santiago Maldonado está le
vantando una ermita á la que ha llevado el retablo de una de las capillas
del convento de Sto. Domingo de Almagro. Es del gusto de la decadencia
del Renacimiento, precursor del arte de Churriguera, pero es digno de con
servarse por ser un perfecto modelo de esa arquitectura mixta en que fueron
maestros Herrera, el mozo, Alonso Cano y Valdés Leal. (1)
C onvento.— De padres capuchinos y bajo la advocación de S. Luis. En
1821 y en virtud de reducirse los conventos vinieron á habitarle las comuni
dades de Villanueva de Alcardete y Villarrubia de los Ojos.
E l S alvador.— Parece ser, porque asegurarse no se puede, que fué esta
ermita la primitiva parroquia de La Calzada. Tomó el título de El Salvador
del Mundo é incendiada por los años 1657 juntamente con la imagen, se
reedificó pobremente á la par que se reorganizaba su cofradía, pero dotada
ésta de grandes alientos é impulsada por su fervor en 25 de Septiembre de
1780 acordó por voto unánime de los hermanos “ reedificar ó fabricar de
nuevo dicha hermita..... dándole más altura á la capilla, fabricando sobre lo
que tiene obrado y el arco que la divide por hallarse muy bajo que impide
pueda verse la sagrada iinágen fabríquese de nuevo dándole más altura. „
Tanto al reorganizar la cofradía en 1661 como al dar al templo la forma
gallarda que hoy tiene se hace repetidamente constar “ la mucha devoción
que los fieles tienen con dicha imagen por los innumerables favores que han
experimentado en todos sus conflictos y necesidades „, motivo por el que la
población en masa, á pesar de hallarse afligida por gran estirilidad y penuria,
contribuyó con mano generosa á las obras (2)
H umilladero.— Los sacristanes mayores D. Pedro de Troya y D. Sebas
tián de Mera edificaron en la falda de la sierra de Sacristanía el Humillade
ro con la imagen del Redentor, donde concurrían los fieles á hacer estación
y tenían procesión el primer día de Pascua de Resurrección.
H ospital. — Destinado á dar alojamiento á pobres transeúntes con su ca
pilla fundada por Alonso Martín Ballesteros con la imagen del Rosario.
Todos los viernes del año se decía en ella una misa por Frey Sebastián de
(1)
Paseo a r t ís t .
cit.
(2) Libros do la Cofradía.
—
184
—
Mera, sacristán mayor de Calatrava, el que la dotó con renta bastante á este
objeto.
N t r a . S r a . d e V a lv er d e ó S acristanía .— Era la casa y encomienda del
sacristán mayor, situada media legua al S. O. de La Calzada, al pié de la
sierra y en sitio ameno y fértil. En su iglesia se venera á Ntra. Sra. de Valverde en todo tiempo de mucha devoción, á la que en los primeros años
del siglo XVI hizo este concejo voto de celebrar todos los años su fiesta el
25 de Marzo, por haber sido socorridos sus vecinos con lluvia abundante en
una gran sequía, que afligió á todo este país. Riegan su huerta tres abun
dantes manantiales de aguas ferruginosas, mencionadas por Limón Montero
y las cuales visitó y analizó D. Francisco Forner por encargo de D. Pedro
Gómez Bedoya (1)
H uertezu elas d e S ier r a M orena .— Quinto de Huertas de la dehesa de
Belvis, dió principio su población por la casa que construyó la encomienda
para abrigo de labradores y ganaderos. Hasta el siglo XVII no levantaron
éstos sus casas propias, ni se constituyó en aldea; en sus comienzos aneja yj
dependiente del convento y agregada más tarde á La Calzada. Comprende¡
hoy esta aldea los caseríos Castillo con 6 casas y 24 habitantes; Colorao ó]
y 24; Huertas chicas 16 y 1 1 6; Huertas grandes 85 y 333; Tia medio higo
7 y 20, con otras menos importantes; dando un total de 130 vecinos y 521]
habitantes. Tiene su iglesia dedicada á la Inmaculada Concepción servida
por un coadjutor.
C astella n o s . — Entre las villas é iglesias que el Arzobispo de Toíedoj
reclamaba de la Orden de Calatrava en 1 245 figura Castellanos. Encomien
da de la Orden tenía su casa en la plaza de la Calzada, casa y ermita de¡
S. Juan en la dehesa. El Capítulo General de 1 535 le mandó reparar ésta,.,
pero los visitadores de la Orden la hallaron completamente arruinada en
1 742. Cobraba el Comendador los dos tercios del diezmo de la dehesa del
Cuartillejo y su serna, de las frutas, ganados, queso y lana de los vecinos de
L a Calzada, perteneciendo á esta encomienda también los molinos de Santa
Coloma y Artesilla.
F resn ed as . — Freyneda Fondonera la llama en 1397 el Maestre D. Gon
zalo Núñez de Guzmán; y el Arzobispo D. Rodrigo, después de darnos cuen
ta detallada de lo que el ejército de las Navas hizo en la Ensancha y á la
vista de Salvatierra, continúa, “ y al día siguiente llegamos á otra mansión
llamada Fraxineda.,, Castillo en 1 2 1 0 donado por la Orden á Jerónimo Ló
pez por los dias de su vida y al objeto de poblarle. (2)
F uente el M oral.— Villa también en 1 2 4 5 de la cual el Arzobispo de
Toledo reclamaba su terzuelo. Su población fué de corta vida, porque en et
1) Ribliog. Hidrológ. M«d. Mart. R eguera—pág. 22U—
'2) Invent, de los docum. remit, por la Deleg de Hacienda a la E xp. hißt.
—
185
—
siglo XVI aparece su término unido al de La Calzada. Encomienda de la
Orden, la que últimamente rentaba solos 13.500 reales, en el siglo XVI co| braba su comendador de las escribanías de Ciudad-Real 12.000 mrs., con
| más 4.000 que rentaba el almojarifazgo (1) y otros bienes en esta ciudad,
por haberle sido agregada la encomienda de Las Casas. La casa de la dehe
sa fué en todo tiempo pequeña, y su ermita de la Soledad se reedificó en
1 720, invirtiéndose en la obra 70.041 mrs. (2)
R etazo .— Dehesa que el Maestre D. Gonzalo Núñez de Guzmán concedió
í al convento con cargo de 200 misas-, cobrando después todo el diezmo de
ella por concesión de D. Rodrigo Téllez Girón— 1464—
S alvatierra .— O Salvaterra, como fué llamado en el siglo XII, se inter
preta por algunos fin de la tierra , límite ó término de la tierra llana ó de
j La Mancha y principio de Sierra Morena. Situado en una angostura que fa¡ cilita el paso de la sierra y sobre la calzada romana de Córdoba á Toledo,
| tantas veces mencionada, no parece infundado el sospechar, que este castillo
fué en sus comienzos una de las torres de que nos dá cuenta Tito Livio
construidas por los romanos á lo largo de los caminos, para seguridad de los
viajeros y soldados contra los salteadores, que frecuentemente los infestaban.
Reconstruido y ampliado después por los árabes como un eslabón de aquella
larga cadena de fortificaciones, á cuya sombra corrían con seguridad la tie
rra de Toledo y tenían en continua alarma á los defensores de Calatrava.
Vencida la Orden de Calatrava y despojada de su convento se refugió en
Ciruelos; pero no renunció al objeto y fin de su instituto, que era guerrear
con el musulmán hasta lanzarlo de España; así es, que una vez repuesta del
descalabro sufrido en Alárcos organizó sus correrías por La Mancha, no de
jando al agareno momento de quietud ni reposo. En el año 1 1 98 su co
mendador mayor D. Martín Martínez, al frente de sus caballeros, como nos
refiere Rades de Andrada, ó su Maestre D. Ñuño Pérez de Quiñones, como
asegura D. Luis Salazar y Castro, se adelantó tanto por el Campo de Cala
trava é hizo tal estrago en los moros que le ocupaban, que aterrados éstos le
dejaron libremente correr toda la tierra, y puesto sobre el castillo de Salva
tierra le sitió y tomó brevemente, llenando esta rápida é importante con
quista de satisfacción á toda España. Para asegurar su posesión trasladó á
este castillo el convento, asegurando la posesión y dominio de casi todo el
Campo de Calatrava desde este punto avanzado, y teniendo en jaque á los
moros de Andalucía, que intentaban en vano recobrar el territorio perdido.
Desde este notable hecho se conocía á la milicia de Calatrava por la Orden
y freires de Salvaterra, siendo así nombrada por los Papas y Reyes hasta el
1 2 1 2 , en que volvió á su poder la fortaleza del Guadiana.
(1) Almoxarife— Así llaman los moros al tesorero público—Alvar Gómez de Castro - V it a
Franc. Xim. Cisn.—p. 118—
(2) Arch. Hist. Nac.—Visitas de Calat. Leg. l.°—
24
—
186
—
No gozó la aguerrida Orden por muchos años de su conquista, porque
atemorizados los moros con las incesantes cuanto atrevidas correrías de los
caballeros, del Rey Alfonso y del príncipe Fernando, solicitaron el apoyo y
auxilio de Mahomad, hijo de Miramolín, Emperador de Marruecos, y procla
mando éste en todo el Africa la guerra santa, y congregando sus innumera
bles tribus, embarcóse para España con gran muchedumbre de guerreros,
resuelto á humillar para siempre al poder castellano.— 1 2 1 1 — Pronto fran
queó el grande ejército musulmán la cordillera de Sierra Morena y pene
trando en el Campo de Calatrava sitió el castillo de Salvatierra. Combatido
por espacio de tres meses, arrasadas sus torres y heridos ó muertos la mayor
parte de sus heroicos defensores, apoderáronse de él fos sarracenos en el
mes de Septiembre. El Rey, reducido á solas sus fuerzas, no pudo venir en
auxilio de Salvatierra, y contentos los musulmanes con tan importante victo
ria se retiraron á Andalucía con el intento de volver al año siguiente con
más fuerza y poder. (1)
Con sentida frase y palabra elocuente lloró el Arzobispo de Toledo don
Rodrigo Giménez de Rada la caída de Salvatierra y Alonso VIII mismo tras
pasado de dolor, participó tan infausto suceso á Inocencio III, el que dirigió á
los prelados de Francia una carta notable, en la que después de referirles,
que había recibido unas letras del Rey de Castilla inspiradas p o r el dolor
y rebosando pena y sentimiento por la pérdida de Salvatierra, excita S. San
tidad el celo cristiano de aquellos obispos, para que concurrieran con sus
pueblos al socorro de una necesidad tan apremiante, como era la conserva
ción de la España cristiana. (2)
Organizada en Toledo en la primavera de 1 2 1 2 la Cruzada? que había de
conseguir sobre el musulmán la feliz victoria de las Navas de Tolosa, la hues
te cristiana, después de rendir á Malagón, Calatrava y Alarcos, llegó el 10
de Julio á la vista de Salvatierra; “ el primer día de la salida de Alarcos
acampó el ejército cristiano junto á Salvatierra y al día siguiente domingo
dispusieron los Reyes y príncipes, que todo el ejército se armase y pusiese
en orden de batalla, y por la gracia de Dios se presentó aquella muchedum
bre de soldados armados y con sus enseñas de combate, que si por los ene
migos fuera visto les inspiraría tanto terror, como á nosotros valor, el ánimo
que tenían para combatir compensó con exceso la pena que causó la huida
de los que terminaron;„ (3) y Alfonso VIII, después de la memorable jorna
da, al dar de ella cuenta al Papa Inocencio III decía “ porque los sarracenos
estaban cerca de nosotros no quisimos atacar á Salvatierra. „ (4)
El Rey de Castilla no quiso desaprovechar el terror que en la morisma
(1)
(2)
(3)
(4)
D. Lucas de T uy—Hisp. llust.
Francisco Bosquet. Col. de E p . Lib. 2 .° —Ep. 155.
D. Rod. De Rebus Hisp. Lib. 8.°, Cap. 6.°
Mariana.—Hisp. Ilust. t. 2.°, pág. 553.
—
187
causó su completa derrota, al año siguiente 1 2 1 3 cruza otra vez por La
Mancha, se pone sobre Salvatierra y Dueñas, los que toma por asalto, no
dando cuartel á su guarnición, entregando esta plaza á los caballeros de Calatrava, los que también ayudaron á su conquista, recobrando la Orden con
esta adquisición sus antiguos términos.
El célebre cronista Rades, después de referir minuciosamente la sorpresa
de Salvatierra por el comendador D. Martín Martínez, continúa; “ no se pue
de averiguar de cierto si por el tiempo de la toma de Salvatierra por los
j moros abia población en aquel circuyto del Castillo, aunque si algunos cii mientos de edificios y otros indicios de haberla habido, y asi es la fama en
toda aquella tierra;« y el autor de la Descripción d el Sacro Convento, de la
que largamente hablamos, al tratar de esta residencia de la Orden, dice tam
bién, “ conócese haber habido aquí población en las señales de cimientos de
casas, y huertas, de que solo ha quedado una y esta de poca amenidad.«
Hoy sólo quedan en pie en Salvatierra dos trozos de murallas árabes de
argamasa, media torre de construcción cristiana, con restos de angosta esca
lera y seis ó siete salas ó cuarteles de bóvedas de cañón, en algunas de las
que se conservan los estucos, que las revestían como si se acabaran de hacer.
Estas bóvedas ofrecen la particularidad de que las que están en el piso supe
rior tienen orientación completamente contraria á las inferiores, esto es, que
si las unas van de N. á S., las otras van de O. á E. (1)
Fr. Rodrigo Manuel Cerratense.—De la Orden de Predicadores y con
temporáneo de S. Pedro mártir escribió á mediados del siglo XIII, en el reinado de
D. Alfonso, el Sabio, un libro que intituló Vitas Sanctorum, que al decir del P. Flórez
es un santoral completo, sin guardar método preciso en los meses, y en el que trata
especialmente de varios santos de España. Siguen dos índices de ejemplos y mate
rias predicables y una tabla de cánones cronológicos para deducir los dias de la se
mana, en que acaecieron los principales hechos de la vida de Cristo y de su Madre.
Al fin se halla el Cronicón, que corrige algunas fechas de los Anales Toledanos y sir
ve mucho para el acertado cómputo de la Era española. (2) Del santoral, dice el se
ñor Saínz Baranda, hay algunas historias extractadas y repartidas por los Apend. de
la España Sagrada, y el Cronicón que empieza en el Nacimiento de Cristo y concluye
en la muerte de S. Fernando en el t. 2.0 (3)
Cristóbal Ruíz de Pedrosa.—Canónigo de Toledo, teólogo de merecida re
putación y rector del colegio de Santa Catalina en tiempo del Cardenal D. Pascual de
Aragón. Escribió:
Vida del Penitente y V, siervo de Dios F r, Jo rg e de la Calzada, religioso lego de
S. Francisco.—Nápoles— 1 666—4.0—(4)
(1) Paseo artist. cit.°
(2) E sp . Sag., t. 2.°, pig. 204—Bol. de la Acad, de la H ist .—1888 - t . 13, pag. 226.
(3) P ig . 161—
(4) Nic. Ant. Bib. H isp. Nov., t. l .° —
—
188
—
B. Fr. Jorge de la Calzada.— Murió en Priego el 1583, haciendo de él men
ción el Santoral Español en los dias 8 de Febrero y 18 de Julio.
José Fizarro de Aragón.— Escribió:
1. — Discursos de la Razón.
2. — Condición de Reyes y Privados.
Rafael Hore.— Jefe de Escuadra, ingresó en la Armada en 1770 y se distin
guió notablemente, (i)
Blas RuíZ de Fernán González.— Famoso aventurero, penetró en el reino
de Siám con un puñado de españoles para devolver el poder á su destronado sobe
rano, y con su valor y talento llegó á ser su primer ministro y el árbitro de los des
tinos de aquel dilatado imperio. (2)
Hernando Díaz.— Fué á la conquista del Perú con Diego de Almagro y Fran
cisco Pizarro, tomando no pequeña parte en cuantos hechos de armas se realizaron
en aquel imperio. Exasperado Gonzalo Pizarro, porque á la muerte de su hermano el
Emperador había nombrado Virey del Perú á Vaca de Castro, postergándole á él, se
manifestó desafecto al Cesar, declarándose por último en abierta rebelión. Viniendo
sobre Lima se apoderó de esta ciudad y anuló la autoridad del Virey, asumiendo el
gobierno. Saliendo el usurpador á combatir á Centeno, que sostenía la autoridad real,
nuestro Hernando con algunos otros fieles al Emperador se juntaron en una iglesia,
para tratar del restablecimiento de la jurisdicción y autoridad del Virey, y desenvai
nando sus espadas ahuyentaron á los secuaces de Pizarro; pero derrotando éste á
Centeno volvió á la ciudad á los dos dias, y prendiendo á los que se habían levantado
contra él, hizo morir á unos, atormentó cruelmente á otros y vejó á presencia de to
dos á Hernando, haciéndole cortar la mano derecha. Le concedió el Emperador por
premio de su fidelidad la hidalguía con 360 ducados de renta anual y el poner en sus
armas una mano empuñando el pendón real. Labró aquí Hernando su casa, sobre la
que puso su escudo testigo de este memorable suceso. (3)
F. Alejandro Real de la Madre de Dios.— Nació en 1833, ingresó en las
Escuelas Pias ejerciendo cargos importantes en su Orden, entre ellos el de Rector del
Colegio de San Fernando de Madrid.
1. — Nociones de Historia Natural.— Mad.— 1877—
2.
— Los seis libros del Sacerdocio de San Juan Crisòstomo, traducidos al castella
— Mad.— 1892—
3-— E l joven en el mundo, ó consejos que dá un padre á su hijo cuando éste sale del
colegio.— Mad.— 1897.— 8.°— 253 p.
Fr. José de la Calzada.— Religioso franciscano descalzo y lector de S. T eo
logía.
Gramatical construcción de los Hym?ios eclesiásticos— Mad.— 1778—
Juan Lozano.
Fuentes ?ninerales de Vaiverde.— 1765—
Lie. D. Ramón Rivera y Campos.— Capellán de mozárabes en Toledo y
profesor de su seminario.
Pro studio Eclesiásticos Histories renovando in promovendis ad sacerdotium maxime
utile ac necessario in die inaugurationis studiorum solemnis Seminaris Conciliaris Centralis Sancii Ildephonsi— Toledo— 1877— 4.0—
D. Mateo Casado y Real.— Nació el 27 de Enero de 1836 y es notario de su
pueblo natal. Ha publicado numerosas composiciones literarias, que andan dispersas,
en su mayor parte en los periódicos de la prov. y fuera de ella.
(1) Fernz. Duro Arca de Noé Disq. Naut. pág. 625 —
(2) Blázquez.—Apuntes.
(3) Relación Topog.
—
189
—
No hay amor como el de M adre .— “ Eco de la Mancha,,.
I r por lana .—Juguete cómico en dos actos y en verso, publicado por vez primera
en el folletín de “La Musa,, de Albacete. Insertó también esta revista ¡M ueran los
Gatos! Paralelo entre el gato y el ratón. Los hermanos de la Virgen y A la Inmacula
da Concepción de M aría Santísima.
Pájaros de m al agüero .—“ El Labriego,, Los lutos.— “ La Industria Manchega,, E l
tambor del pregonero, E l Proteccio 7iista y Las Viudas “ El Contribuyente. „
D. Ju an Francisco Gascón.—Inspector de primera enseñanza de la provin
cia de
1.
2.
3.
4.
5.
Madrid, Director de la “ Liga Agraria,, y diputado á Cortes.
— Elementos de Geografía.—Ciudad-Real.—4.a ed.
-^-Elementos de Aritm ética.—Madrid.
— Getafe Bibliot. de la prov. de M adrid.—Tom. X.
— Navalcarnero.—Id. Tom. XVII.
— Memoria acerca de la orgánisación y estado actual de las Escuelas públicas de
M adrid.—Presentada á la dirección de Inst. pública en Oct. de 1 885—Madrid —
6. — Colmenar de O reja.— Prólogo.
Fuerte avanzado de la próxima fortaleza de Criptana é incluido en el tér
mino fijado á esta antigua villa, siguió sus vicisitudes en los primeros años
de la Reconquista de este país por las armas cristianas, hasta tanto que,
agrupándose á su abrigo pobladores y atenta la Orden de Santiago a su
bienestar y crecimiento cimentó su derecho comunal y satisfizo los deseos de
sus vecinos en el siguiente privilegio: “ D. Diego Muñiz..... por facer bien
é merced á todos los nuestros vasallos del uampo, e de Villajos, é de Posa
das Viejas, é de Critana, para que se poblasen mejor los dichos lugares, é
por los muchos aquijamientos..... que les facían los comendadores..... tenia
por bien é mandaba..... que les dejasen cortar madera verde é seca quanta
menester ovieren para sus casas; et otrosí..... que todos los sus ganados.....
que andoviesen salvos e seguros por toda la nuestra tierra, et que ninguno
non fuesse de los demandar diezmo, nin asadura, nin otra cosa ninguna....,
mas que pagasen el diezmo alli do morasen. Et otrosí mandaba á cualquier
comendador*de Critana que les non tomasen sus bestias.....para ir en hueste
<5 para otra cosa, que las demandasen á los sus alcaldes por su dinero, et les
mandaba que non tomasen su poya para casa, ni para huéspedes, que les
dejasen en todo tiempo cazar..... Et otrosí..... que quando tallasen á los mo
radores de Critana andando algunos mal,’ que los prendiesen..... é diesen
cincuenta azotes..... Et otrosí..... manda al comendador del lugar, que non
oviese demanda ninguna contra ellos, nin les tomasen ninguna cosa de lo
suyo por esta razón, nin les afincase por el fuero; é que todo home que diese
fiadores por ante el Maestre é por ante el comendador mayor, que les vala„
__j n 12__Confirmó estas franquicias D. García Fernández, y al ratificarlas
también D. Vasco Rodríguez Coronado añade: “mandamos.....que los dichos
lugares..... nos den cada año 200 mrs., é al comendador mayor de Castilla
100 mrs... é mandamos...... que en el Campo haya una dehesa para los
bueyes..... é el agua que dicen de la Poza que la beban los ganados de los
vecinos de los dichos lugares.....„ Dada en el Corral de Almaguer 1328—
E l Maestre é Infante D. Fadrique hallándose en Puebla de Almoradiel—
13 5 0 — no sólo confirma el anterior fuero, sino que concede á los vecinos del
Campo, que sus ganados puedan libremente pastar en los términos de Al
hambra y Ruidera y por todo el territorio de la Orden; que pudieran asimis
mo cortar madera de los montes, para hacer sus casas y aperos de labor,
tener hornos, pagando al Maestre y comendador 25 cahíces, impuesto que se
redujo después á la mitad. (1) En 1 5 3 1 pleiteaban el Campo y alcaide de Peñarroya sobre la corta de leñas, y dos años después el Prior de San Juan
concedía á los vecinos del primero, el poder labrar en término del dicho Pe! ñarroya, abonándole el diezmo de todos los frutos que recogieren. (2)
En 1 353 vemos al concejo del Campo recurrir en unión de los demás
pueblos comarcanos al Infante D. Fadrique, Maestre de Santiago, en solici
tud de constituir Ayuntamiento de Común, al igual de los de Uclés y Montiel. El Infante accedió á su pretensión, constituyendo con todo el terreno,
que bañaba el Jigüela y Guadiana un partido, que tomaría el nombre de
Común de la Mancha. Componían éste los pueblos siguientes: El Campo,
Villajos, Pedro-Muñóz, Toboso, Miguel Esteban, Puebla de Almuradiel,
Ouintanar, Villanueva, Villamayor, Guzques, Hinojoso, El Cuervo y Puebla
del Algibe— 1 3 9 1 — Fueron éstos comunes en la Edad Media lo que los par
tidos y sus juntas después, y por último los gobiernos. Recibían de la Corona
el cupo de alcabalas que habían de abonar, los que ellos se repartían entre
sí; se ayudaban en el alojamiento y manutención de las tropas, que se apo
sentaban en ellos ó cruzaban de paso sus pueblos, eran comunes sus pastos y
establecían entre sí pactos y convenios particulares de mutua ayuda y protec
ción. Restos sólo de estos ayuntamientos llegaron hasta nosotros en la comu
nidad de pastos establecida en ciertos pueblos, mientras han podido conservar
sus bienes comunales.
Al iniciarse en Castilla el alzamiento de las Comunidades, el Prior de
San fuan D. Antonio de Zúñiga y el comendador de esta villa D. Hernando
de Rojas se establecieron el primero en Alcázar y el segundo en este pue
blo, para organizar la resistencia. Mientras allegaban gente y 'recursos con
los que formar un cuerpo de ejército, enviaron á Valladolid, residencia de
los Gobernadores del Reino, á D. Pedro Ramírez, cura rector de esta vill^.,
y después de recibir las instrucciones convenientes, á su regreso se vió con
el condestable de Borbón, que operaba contra los comuneros en tierra de
Segovia y con el almirante, para convenir el plan de operaciones y el campo
de acción á cada uno señalado en armonía con los medios de ataque y defen
sa de que podían disponer. Una vez de vuelta el comisionado, el Prior de
San Juan movió sus tropas, llevando de jefe de la caballería al comendador
de esta villa, la que aprontó para aquella guerra una compañía de cien hom(1) Archivo municipal.
(2) Invent, cit. Núm. 327 y 328.
—
192
—
bres equipados y sostenidos á su costa, y se halló en las batallas de Romeral*.
Ocaña, Dos Barrios y toma de Toledo. Contribuyó también esta villa á la
guerra de los moriscos de Granada con 1.500 ducados y 60 hombres, pelean- ¡
do á las órdenes del Marqués de Mondéjar.
Pertenecía el Campo á la Mesa Maestral, teniendo sus tercias para cus
todiar el diezmo, que le abonaban sus vecinos, correspondiéndole también
las cáñamas mayor y mediana. El comendador, que tenía aquí su casa, co
braba íntegro el diezmo de las sernas. Se elegía su ayuntamiento en la for
ma establecida para todo el Campo de Montiel, gozando al principio de la
jurisdicción de primera instancia sus alcaldes, y siendo desposeídos de esta
autoridad en 1566, á la vez que se creaban los partidos y se confiaba á sus
alcaldes mayores. El Campo, según nos dice Felipe III, al devolver á susj
alcaldes el codiciado privilegio de primera instancia, quedó agregado al par- ;
tido de Uclés. Aunque lo solicitó con instancias repetidas desde el momento |
de su supresión, no lo consiguió hasta el 23 de Septiembre de 1609, habien-j
do de abonar por dicha concesión la importante suma de 22.000 ducados*
pagados en tres plazos. Al mismo tiempo fué autorizado su concejo, al obje
to de reunir esta cantidad, para tomar á censo sobre sus bienes propios y
prestado del Pósito lo que excediere su capital de 6.000 ducados, imponer;
arbitrios sobre las especies de consumo, con excepción del pan cocido, yj
desmontar y dar á labor el Monte Viejo. No tardó en serle impuesto por el
Rey alcalde mayor, asumiendo la jurisdicción civil y criminal, que correspon-;
día á los alcaldes y alguaciles mayores, tomando el título de gobernadorescon la dotación de 330 ducados, que arbitraban del arrendamiento de la
rastrojera, durando su cargo tres años. El consumo de los regimientos per-j
pétuos impuso igualmente gravísima carga á este concejo, teniendo que re-j
currir al crédito y haciendo penosa su vida municipal.
Situado este pueblo en el límite N. E. de la provincia y á 13 leguas de;
su capital tiene estación en la línea de Alicante y con extenso término dedi-:
cado á cereales y vides con algunos olivos-, en el siglo XVI contaba ya con
1400 vecinos y el censo de 1887 le fija 1924 Y 65o0 habitantes. La fabrica—,
ción de paños alcanzó un estado floreciente en los siglos XVI y XVII, en
cuanto que, ocupaban casi todo el año el batán de Alhambra, y los fabrican
tes obtuvieron la exención de cargos concejiles, aunque la villa se negó á re
conocer tal privilegio, sosteniendo unos y otros el litigio consiguiente; en
1748 aún tenía algunos telares corrientes y se tejían estameñas, albornocesy ligas. (1)
I nstrucción. — En 1584 decretó el Ayuntamiento traer un profesor de
Gramática pagado de los fondos comunales, señalándole 12.000 maravedí»
de salario, el que se elevó después á 15.000 y en 1 752 cobraba 2.000 reales^
(1) D. E. Larruga.—Mem. Polit. Econ. 1 . 17.—
—
193
—
Iglesia parroquial .— Con el título de Ntra. Sra. de la Asunción tiene la
1 categoría de término, es su fábrica de una nave, del estilo gótico florido, con
varias capillas á uno y otro lado de más moderna construcción y cuya obra
\ se concluyó en 1590. Pretendió el Prior de Uclés tomar las cuentas de lo
I gastado en ella-, pero el concejo resistió su intervención. En 1598 decretó el
f ayuntamiento la construcción de la baranda de hierro del altar mayor, la for!' mación de los planos y dibujos para su retablo mayor, al objeto de recibir
i posturas y la renovación del retablo de Santa Catalina. Se atribuye la cons
trucción de aquél al célebre Berruguete, y Francisco Becerril, platero de
f Cuenca y miembro de la familia que tanto se distinguió en este arte, cans
ía truyó la custodia por el año 1578, sosteniendo con este motivo con el conceí jo largo y costoso pleito. (1) Conserva esta parroquia un buen Relicario, do
nación de D. Juan Ramírez de Arellano— 1 6 1 2 —
D. Diego Baillo y D. Gregorio López de Quintanilla, acreedores al patro
nato fundado por D. Cristóbal García de Labeldad, disputaron y litigaron
sobre la capilla de este patronato, concordando con el Prior de Uclés, que el
Baillo tuviese la sacristía de la iglesia, que estaba próxima al altar mayor,
I donde hiciese su capilla para sí y sus herederos y el Quintanilla la siguiente,
i dividida de aquella por el estribo; siendo de cuenta de los dos la construc| ción de sacristía capaz para el servicio de esta iglesia— 1654—
C o n ven to . — El concejo recogió limosnas por valor de 2.000 ducados pa
ra esta fundación, y por conceptuar esta cantidad insuficiente negó la licenI cia el Consejo. En este tiempo Andrés Velázquez Arias, que regresaba enfer
mo de América, mandó á este fin 6.000 ducados, con lo que se dió principio
i á las obras. Se hizo la fundación en la iglesia de Santiago, destinada para
parroquia, en la cual el ayuntamiento en 1597, bajo la dirección de Juan de
i Mendoza, ejecutó obras por valor de 50.000 mrs.-, al año siguiente adquiría
i junto á ella unas casas para la construcción del convento, y viendo después
la gran necesidad que padecían los religiosos, les concedió 50.000 mrs. para
ornamentos. En 1704 se terminó la nueva iglesia á espensas del Lie. don
| José Arias Jamones, presbítero, obteniendo por gratitud su familia el patro
nato de la capilla de Santa Teresa, hoy de los Infantas, por ser la señora de
D. Francisco de esta familia (2) Pertenecía á los carmelitas descalzos, siendo
suprimido por la ley de Octubre de 1820 y destinados sus religiosos al de
Almodóvar del Campo. Hoy se hallan establecidas en él las escuelas pú
blicas.
N tr a . S ra . de la Pa z . — Los primeros pobladores de El Campo, como
los de todos los pueblos de Castilla, para defenderse de las continuas alga
radas y repetidos combates de los moros, hubieron de levantar un fuerte,
(1) Memorial de los procesos de la 0 . de Sant. M. S. Bib. Nac. E. e. 60—
(2^ Fr. Francisco de Santa Maria.— Reforma de los Desc. de N. S. del Carmen, t. 3.°, lib. 10 —
<cap. 1—Antig. de la villa del Campo. D. Viet. M. Quevedo —M. S.—1842.
25
—
194
—
que les sirviera de amparo y abrigo, cuando el número crecido de sus ene
migos les impedía aceptar el combate al descubierto. Situado éste en lo alto
del cerro á cuya falda se tiende la población servía á la vez para vigilar al
extenso campo, que desde él se descubre. La imagen de la Virgen María del
título de la Paz, que conmemora uno de los más bellos episodios de nuestra
Reconquista, y la de S. Cristóbal venerábanse en el castillo, en el lugar sa
grado destinado á iglesia de aquel pueblo naciente. Sobre las ruinas de aquel
fuerte se levantó la actual iglesia de bóveda bizantina con sus estrechas tro
neras; y la Virgen de la Paz, que animó á los primeros pobladores á regar
con su sudor y con su sangre generosa aquel suelo, aún permanece allí, sos
teniendo con su gran poder las creencias religiosas y las prácticas cristianas
del pueblo, que nació á su abrigo y creció bajo su benéfica sombra.
S anta A na .— Aunque la tradición hace de la ermita de Vera Cruz la
segunda iglesia parroquial del Campo, el rico artesonado y los retablos de
los siglos XIV y X V que ésta ostenta obligan á designar esta ermita como
la segunda construcción religiosa de esta población.
V era C ruz.— La inscripción de la portada nos dice haber sido edificada
en 1579. Se venera en ella una buena imagen de Jesús amarrado á la Co
lumna.
N tra . S ra . de las A ngustias — Del siglo XVIII con un buen retablo
aunque muy recargado de adornos como obedeciendo á la tendencia de su
época. En su sacristía conserva dos esculturas de la Virgen, notables por su
antigüedad, pues la que tiene el Niño en actitud de bendecir, nos hace sos- ;
pechar ser la primitiva titular de la parroquia; la Santa M arta, que en vir
tud del decreto de Paulo IV tomó la advocación de la Asunción, y por lo
tanto digna de conservarse con esmero. La ermita de la Concepción, Sole
dad, capilla del viejo cementerio, y S. Sebastián no ofrecen nada de notable. j
HosriTALES.— En el siglo XVI contaba este pueblo con tres hospitales, el
de S. Bartolomé con 8.000 mrs. de renta. En 26 de Febrero de 1668 Alon
so de Flor, vecino de Pedro-Muñóz y maestro de obras, contrataba con este
ayuntamiento la construcción de una iglesia para el hospital de S. Bartolo
mé con su bóveda encamonada, media naranja y linterna con otras obras
menores, recibiendo por la mano de obra 13.500 reales, dándole el hospital
todos los materiales. (1)
C riptana.— Muchos de nuestros historiadores, siguiendo á Cortés y L ó - .
pez, quieren que esta antigua población sea la Certima celtibérica, calificada
por Tito Livio de poderosísima, levantada en armas contra Roma en tiempo
de Fulvio Flacco, la cual su sucesor Sempronio Gracho sujetó antes de caer
sobre Alces; pero el Sr. Fernández Guerra apoya la opinión de D. jacom e
Capistrano de Moya, el que asegura, haber estado situada esta importante pa—
(1) Arch, municipal.
blación de la belicosa Celtiberia en Ntra Sra. de la Cuesta, de Alconchel. (i)
Las ruinas de este pueblo consideradas siempre como romanas, la calzada
que en él tocaba y los vestigios de edificaciones análogas por todas partes
esparcidas confirman lo que el pretor Sempronio Gracho comunicó al pue
blo y Senado romano, de haber conquistado en los límites de la Celtiberia
150 ciudades.
Tarik, que al vencer á las huestes godas en las márgenes del Guadalete,
dividió su ejército en tres cuerpos, para hacer más fácil y rápida la conquista
de España, se encaminó él mismo por Jaén y Mentesa á Toledo, sembrando
de ruinas todos estos pueblos. Lo que sus tropas no alcanzaron á su paso, su
frió los furores de las invasiones musulmanas, que le siguieron; consumando
la total ruina de esta región las guerras civiles que entre las vencedoras tri
bus sucedieron inmediatamente á su triunfo. Pocos fueron los pueblos que
! sobrevivieron á esta catástrofe, quedando reducidos en su mayor parte á fuer
tes, que los musulmanes levantaron sobre sus ruinas, para su propia defensa
primero, y para contener después á las armas cristianas.
uYo Villano.... prior del Hospital de jerusalen en España.. .. os doy á ti
Miguel Arragan (2) la mitad de las cuatro villas nombradas Villa de los
Alios, Chitrana, Kero y Attires las cuales dió al Hospital el rey Alfonso.....
para que las tengas y poseas con pleno y completo derecho..... Otorgada la
carta en el mes de enero, Era— 1 200— año 1 1 6 2 — „ (3) No con otro objeto
que el repoblarlas cedió estas villas la Orden de S. Juan, ni por más tiempo
que por los dias de su vida, según el derecho consuetudinario de aquella
edad; así al dividir después y separar las Ordenes de S. Juan y de Santiago
sus territorios respectivos, Criptana perteneció definitivamente á la última, y
el Papa Honorio III al confirmar la Orden por 6.a vez la incluye entre sus
pertenencias— 12 2 3 — . Los Maestres de Santiago dieron á sus moradores el
fuero y privilegios que dejamos copiado; pero el Campo que se alzaba poten
te y avasallador á sus inmediaciones atrajo á sus vecinos, sin que nos sea co
nocida la fecha cierta de su completa despoblación. Criptana era encomien
da de la Orden, tenía sus bienes en Pedro-Muñóz y Villajos, pero en 1 7 1 3
se hace ya su descripción por los visitadores de la Orden en unión de la del
Campo. (4)
Situada esta antigua población en un altozano, dominando extensa y di
latada comarca, á su situación estratégica debió su importancia y su pobla
ción con los diversos pueblos, que se disputaron el señorío y dominio de Es
paña. La Orden conservó cuidadosamente su castillo, teniéndole bien repa
rado y guarnecido, no obstante haberse alejado todo peligro de musulmana
(1) Bol. de la Acad, de la H ist .—t. 1, pag.—137—
(2) El lnd. de Pap. de la 0. de Calat. t. 3.° pag. 2.a f.° 1369. Arch. Hist. Nac. lee. Albarrazan.
(3) Invent, de los docum. de la Delta, de Hac. de C.-Real—N. 21—22—
(4) Arch. Hist. Nac.
—
196
—
agresión; pero convirtiéndose á última hora como otras fortalezas situadas en
despoblado, merced á las hondas revueltas que agitaron á Castilla, en guari
da de salteadores, los Reyes Católicos ordenaron su completa demolición.
Unicamente la religión quedó allí amparando á aquellos históricos recuer
dos y la imagen de la Virgen María, que alentó á sus defensores, para re
chazar con heróica constancia una y otra vez los repetidos ataques del ene
migo común é hizo el encanto en todo tiempo de sus moradores, custodia
aquellas ruinas, derramando como en los gloriosos tiempos de la Reconquis
ta sus celestiales favores y recibiendo en cambio como testimonio de grati- j
tud culto fervoroso.
Los Libros capitulares del ayuntamiento del Campo prodigan á esta san- :
ta Imagen los epítetos más tiernos, ya cuando una pública y general calami- j
dad les impulsaba á recurrir á su protección poderosa, ya cuando trataba de
los festejos con que solemnizaba su principal fiesta. E l Sr. Martín Ouevedo i
nos dice, que por gratitud de haberse visto libres de la asoladora plaga de ]
langosta en 1547, el concejo decretó una función votiva anual para el día 25 I
de Marzo, la cual se trasladó al tercer día de Pascua de Resurrección y des
pués al segundo. En este día se conduce al pueblo donde reside por espacio
de 15 dias.
Si de la existencia oficial del concejo y justicia de Quitrana tenemos re- ]
gistrada una escritura de manumisión otorgada por su comendador D. San
cho Aznares en 1 2 5 3 ; en 1 544 sobre diligencias de Cruzada se nombra al
cura, denotando la existencia de su parroquia. Establecida ésta en la fortale
za y bajo la advocación de la Virgen María, al ser aquélla derruida, debió
germinar entre sus debotos la idea de levantarle un templo, que respondiera
á su fé y piedad; los maestros Juan García y Esteban Sánchez hicieron los
proyectos de la obra, los que aprobó el Prior de Uclés en 1 5 1 3 . (1) Es esta
iglesia de tres naves, estilo bizantino puro, decorado posteriormente con re
voques, altares, pinturas y muebles de mal gusto, se halla rodeada de bue
nas y cómodas habitaciones. L a santa Imagen, aunque despojada de sus prin
cipales atributos para adaptarle los vestidos, es indudablemente de la Edad
Media con el simbolismo característico de todas las esculturas de la santísi
ma Virgen de aquel tiempo.
V illajos . — Los vestigios de la más remota antigüedad que aquí se ha
llan tan importantes como desconocidos han de originar la variación que re
claman en nuestra antigua Geografía. Nosotros creemos ser éste el asiento
de la poderosa ciudad celtíbera A¿ces, que ya sospechó el Sr. Fernández
Guerra hallarse á sus inmediaciones, cuando asegura estar situada cerca de.
Miguel Esteban. Como restos de los tiempos primitivos existe en la huerta
de Treviño un kilom. al E. de la antigua ciudad un túmulo ó monumento'
(1)
Arch. Hist. Nac,—Registro diplom. de la 0. de Sant.
—
197
—
sepulcral que recibió en los tiempos medio evales el nombre de m ota s y m o
d illon es, (i) y á igual distancia al N. en la subida á los Losares y en el Pico
de la Solana en escavaciones hechas al intento se hallaron urnas cinerarias,
sepulturas y numerosos restos de orzas rotas por el arado, que acusan la exis
tencia de dos Necrópolis de la famosa ciudad.
Tito Livio nos refiere, que en el año 573 de Roma y 18 1 a. de J. C. T i
to Sempronio Gracho desembarcó en Tarragona, para gobernar la España
Citerior, recibiendo el mando del ejército de Fulvio. Rebelados nuevamente
los celtíberos hubo de marchar con las legiones romanas resuelto á dominar
los. Hallábase la hueste rebelde fortalecida en A lces. El pretor romano toma
á M unda y C ertim a y combate todos los pueblos celtíberos; confiados éstos
en la fortaleza de sus muros no quieren ir en su auxilio, y aunque encuentra
en esta ciudad tenaz resistencia, al fin se apodera de ella y hace prisioneros
á dos hijos y una hija del régulo de esta región, el más poderoso de los cel
tíberos. A esta conquista sigue la de 103 pueblos de la comarca, y las águi
las romanas se pasean en triunfo por todo el centro de España.
Como testigo de la dominación agarena en Villajos queda aquel extenso
cuadrilátero; aunque modificado por las construcciones cristianas, aún conser
va en sus líneas el estilo propio de las fortalezas musulmanas. Villa d e A lios
y Villa de A jos se le nombra en el documento que dejamos trascrito de
1 1 62 demostrando su pertenencia á la O. de S. Juan y V illajos el B u la ría
de Santiago al incluirle entre las posesiones de la Orden. Los Maestres le
otorgaron el mismo fuero que al Campo y Criptana, y sus vecinos siguieron
el ejemplo de los de este último abandonando sus casas y aumentando el ya
importante vecindario del primero.
La primitiva iglesia de los repobladores de Villajos estuvo dedicada á
San Marcos, cuya efigie retirada del culto revela su notable antigüedad. Una
imagen de Jesús crucificado, que se veneraba en aquella iglesia, atrajo des
pués la devoción del pueblo, obscureciendo la del titular; y de tal manera
creció, que en el siglo XVII se conceptuó pobre y pequeña la antigua ermita,
tomando el nuevo templo el nombre de Sto. Cristo de Villajos, que hoy lle
va. Situado este santuario 5 kilomet. al N. del Campo á la vista de Quero y
Miguel Esteban, con su pórtico de arcos apuntados é iglesia de cruz latina
rodeada de habitaciones decoradas con esmero y apoyado en aquellas ruinas
venerables sobre las cuales se ve impresa la huella de dilatadas generaciones
y de pueblos diversos hondamente separados por varios siglos, por las leyes
de raza y por sus creencias, ofrece ancho campo á profundas reflexiones y
acicate para estudios curiosos.
Tanto en el día de San Marcos como en la festividad del Sto. Cristo con
curría mucha gente al santuario de los pueblos de la comarca. El Ayunta-
(1)
Véase T orralba —La Motilla.
198 —
miento, para evitar los escándalos que ocasionaba el gran concurso, obtuvo
licencia del Consejo de las Ordenes en 1755 para trasladar la imagen del
Sto. Cristo al Campo, al objeto de consagrarle allí los cultos anuales; dispo
niendo, que la traslación se hiciera á la ermita de Ntra. Sra. de las Angus
tias, y su fiesta había de tener lugar el Domingo siguiente á la Exaltación
de la Santa Cruz. Recientemente y por razón de la vendimia se fijó en el
primer Domingo de Septiembre.
P osadas V iejas . — Por concesión de los Maestres de Santiago gozó del fue
ro concedido al Campo y Villajos y fué también una de las villas que reclamó
sin resultado el concejo de Alcaráz. El no hacer otra vez mención de ella el
B u lario, ni los documentos que conocemos de la Orden, nos da á entender,
haberse despoblado quizá en aquel mismo siglo XIII.
A renales de la M oscarda .— Aldea situada dos leguas al S. del Campo,
compuesta de huertas de árboles frutales, que hacen de ella un sitió ameno y
delicioso. Cuenta con 33 edificios y 211 habitantes y una iglesia dedicada á
S. Gregorio Nacianceno.
S an B enito . — Ermita y puente de este nombre sobre el Záncara. En
1798 se reparó este puente y se encauzó el Coreóles, dándole entrada en el
Záncara según los planos del arquitecto D. Francisco Cózar y Fernández*
siendo el coste de la obra 321.484 reales y concurriendo á su abono 96
pueblos.
C ertamen literario .— En los años 1632 y 1Ó33 inundó á este pueblo
tal plaga de langosta, que temieron sus vecinos ver desaparecer sus cosechas
destruidas por la insaciable voracidad de aquel insecto. En tal aflicción recu^
rrieron con el fervor, que presta siempre el peligro de un daño grave, á la
intercesión de S. Antonio de Pádua, y con gran asombro de los vecinos del
Campo viéronla huir, sin dejar apenas rastro de su paso. En agradecimien
to por este señaladísimo favor determinó el pueblo erigir rica y suntuosa
capilla en la iglesia parroquial en honor de su santo protector. Lograron rea
lizar su voto, terminando su construcción en 1644. Celebraron su bendición,
y la de la nueva imagen con grandes fiestas y regocijos, siendo lo más nota
ble de ellas el Certamen poético allí tenido con tan fausto motivo.
Fijando este acto literario el grado de cultura que alcanzó este pueblo en
el siglo XVII daremos de él una ligera idea en la medida, que nos lo con
siente nuestro deber de cronista. (1) Un Agnus de oro de dos onzas, flores;
de oro y medias de seda, un ceñidor de redecilla, una imagen del santo de
plata, vara y cuarta de damasco del color que exigiere el premiado, una
salvilla de plata y un espejo de cristal con marco de ébano fueron los premios
designados para las diversas composiciones en metros variados que se exi
gían. El Lie. Antonio Martínez fué el organizador, actuando de secretario.
(1) Se conserva original en la sección de M. S. de la Bibliofc. Nacional con el título Certa
men poético en alabanza del glorioso S. Antonio de Pádua.—M. 202 --
—
199
—
Concurrieron al certamen el Lie. Diego Ortíz Muñoz, el citado Martínez*
Fr. Juan García de Loaisa, franciscano, D Francisco Magués Román, fami
liar del santo Oficio, Lie. Féliz Ortíz Muñoz, que á la edad de 16 años ganó
leste grado en Alcalá, D. Juan Garzo, maestro de latinidad, D. Juan Salinas,
seglar en S. Juan de la Penitencia de Alcalá, D. Andrés Abad, D.a Isabel
Perillán y Ouirós, todos estos hijos del Campo y algún otro de fuera to
maron parte y contribuyeron con todos los recursos de su ingenio y numen
poético al esplendor y lucimiento de aquella fiesta.
Estas justas poéticas muy antiguas en España fueron establecidas á imi
tación de las justas ó torneos, donde la noble juventud castellana, haciendo
[gala y ostentación de su brío y gentileza, se adiestraba en el manejo de las
¡armas y en los ejercicios propios de los caballeros. Los ingenios hallaban en
aquellos certámenes un medio de darse á conocer con honrosa emulación,
haciendo con sus producciones literarias más noble y sublime el objeto y la
solemnidad de semejantes funciones. Así al general regocijo con que este
pueblo celebró la bendición de la nueva capilla añadió esta manifestación pú
blica de la ilustración y cultura de sus hijos.
Fr. Miguel de Quirós.—Tomó el hábito de S. Bernardo en el monasterio de
Huerta, fué abad de Junquera y visitador general de la Orden. Escribió:
1. — Super Himnum Alma* Prophetee in tándem y oanuís Baptistcz—Santiago— 1644.
El monasterio de Huerta conservaba en su biblioteca M. S. los trabajos siguien
tes, que dan á conocer la laboriosidad, erudición é ingenio de este sabio religioso.
2. — Opúsculos varios. Tratados de ciencia y literatura.
3. — A rte Gnomónica para fa b ric a r todo género de relojes de sol.
4. — Noticias de Aritm ética.
5.
— Tratado muy copioso de resoluciones de muchas dudas curiosas tocantes á núme
ros quebrados.
6 . —E p ig r amata Sacro-profana.
7. — Varios tratados y resoluciones morales.
8. — De los linajes y apellidos de los más de los Títulos y Grandes de España .
9 -—Mapas.— A rb ol genealógico de los Reyes de Portugal.— Genealogía de la casa de
los Duques de M edina Celi. (i)
Fr. Pedro de Alarcos. —Tomó el hábito benedictino el 7 de Dic. de 1602 y en
el Capítulo General de 1633 fué electo abad del célebre monasterio de S. Pedro de
Cardeña. Definidor en 1637 y abad de Valvanera en 1641, cargado de años y mere
cimientos murió en este monasterio el año 1662. (2)
Fr. Francisco Luengo.—Profesó la regular observancia en Alcalá, definidor,,
guardián de varios conventos y varón de gran ilustración y virtud murió en olor de
santidad en la Salceda el año 1647; mereciendo que el cronista de la O. franciscana
Fr. Eusebio González de Torres escribiera su vida ejemplar, (i) Escribió:
Controversias viginti quinqué super Regulant fratuum Minorum.— Alcalá 1642. (2)>
P r . C a r lo s G o n z á le z A lv a r o .— También franciscano observante, ilustre pro
fesor, prov. de Castilla y juez sinodal del arzobispado de Toledo, publicó:
Panegírico de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.— 17 1 3— 4 ° ( 3)
P r . J o s é C a lz a d a .— Tomó el hábito cisterciense en el monasterio de Sobradoel 26 de Abril de 1658 y cultivó con bastante provecho la poesía.
Miscelánea Poética.— M. S. que se conservaba en el monasterio de Moreruela y
contenía versos latinos y castellanos con las vidas también en verso de San Atilano
y San Bernardo. (4)
F r . J u a n G a r c í a d e L o a is a .— De la Orden de San Francisco en la que ejer
ció el cargo de comisario. Escribió:
1. — Sol veritatis.
2. — Opúsculum de Inmaculata Conceptione Deipara— Lovaina 1663
3. — Tractatum alium pro defenssione ejusdem vnsterii— Mad.— IÓ63— 4.0—
4. — Rosa Seráfica— Mad.— 1663— fol.—
5. — Tractatum juridicum pro defenssione cus toáis provincia’ B etica— Sevilla—
1659— fol. (5)
C r is t ó b a l de C r ip t a n a .— Escribió una carta á Ambrosio de Morales, dándo-*
le noticia de D. Fúnez, obispo de Nájera y de su cuerpo enterrado en el monasterio
de San Prudencio. (6)
1
D . J u a n R a m í r e z d e A r e l la n o .— General de artillería y gobernador del Sa
jo de Gante, hizo á su iglesia parroquial valiosas donaciones.
I
D . J u a n A n to n io d e la s I n f a n t a s .— Canónigo doctoral y deán de Toledo
colaboró con el P. Flórez, con el que siempre sostuvo activa correspondencia, en la
historia de aquella iglesia, copiando documentos de su rica Biblioteca, con lo que el
autor de la España Sagrada esclareció muchos puntos lastimosamente obscurecidos]
por los Falsos Cro7iicones y por mala inteligencia de los textos en los autores de bue
na fé. Infatigable investigador de nuestras antigüedades y coleccionador de lápidas
y monedas romanas cuyo paradero se ignora. (7)
D F r a n c i s c o d e l a s I n f a n t a s y A r i a s — Colegial de S. Catalina de loa
Verdes, en Junio de 1729 pasó al de S. Ildefonso, donde en breve tiempo dió mues
tras de sus profundos conocimientos en Hist. eclesiástica y en ambos Dei echóse
Obtuvo la cátedra de prima de Cánones en Alcalá, en 1740 fué nombrado oidor de
Sevilla, trasladado después á Granada, regente de Zaragoza, presidente de Vallado-,
lid y en 1757 consejero de Castilla.
_
j
[.— De ca7ionicatibus Lusitania. En respuesta de una consulta que le hizo la Uni
versidad de Coimbra, sobre si los doctores en Leyes podían oponerse á las canongías doctorales escribió dos cartas llenas de erudición, que se publicaron en Portugalj
con este título.
.
J
2._Epístola— al R. P. Fr. Miguel de S. José sobre su Bibliog. Crítica y que este
inserta en el tomo primero.
Lib. 3 .°—Cap. 32—
Fr. Juan de S. Ant,— Bib. TJniv. Franc. t. l.° pág, 397—
(3) Bib. Univ.—Franc. cit. t. 1. p. 397 —
(4) Bib. Cist. cit.—p. 67—
(5) Blázquez Apuntes.
(6) M. S.—Bib. Nacional.
España Sag.—Tom. 5.° y 6.°—Bol. de la Acad. de la Hist.— t, 19—p. 45 y 47—P. Fran.
G)
Mendez— Vida del P. Flórez— Ed. de la Acad.—p. 70—
0)
( 2)
—
201
—
Queriendo el P. Flórez imprimir la B ib lia antigua de España, de que se valieron
nuestros antiguos Padres y doctores, encargó su copia á D. Francisco por ser junta
mente con su hermano D. Juan Antonio muy versados en las ciencias, (i)
•
D. Andrés Baltasar de las Infantas. —Caballero de Santiago, canónigo
de Uclés, colegial huésped en el militar del Rey y opositor á las Cátedras de Cánones
en la Universidad de Salamanca.
Oratio pro commendanda parroquis, clericisque reliquis et secularibus cunctis Synodalium Constitutionum observantia. (2)
D, Alfonso MuñÓZ.—Médico titular y natural de este pueblo. Escribió:
Quczstio apologética practico-médica quce disquisit: utrum pro aplopexice curatione
cauterio evacuativa dicta, ante actis evacuationibus generalibus conveniant—Alcalá—
1676—4.0— (3)
D. Manuel Vicente de las Infantas. —Ministro del tribunal de Contaduría
|mayor— 1754. (4)
D. Manuel López Malo.—Presbítero, se distinguió por sus escritos en la
“ Gaceta de la Junta Superior de la Mancha,, contra la odiosa dominación napoleóni
ca, siendo uno de los principales sostenedores, especialmente cuando se imprimía y
publicaba en Alcázar de S. Juan. Esta patriótica campaña le valió enconadas persecu
ciones de los afrancesados y el estar preso por algún tiempo. Se retiró á Madrid don
de murió.
D. Pedro Calong'e Pérez.—Nació el 3 de Febrero de 1810. Capellán párroco
del colegio de infantería de Toledo, regente de 2.a clase de la asignatura de Historia,
caballero de Carlos III y de Isabel la Católica y predicador de S. M. Escribió:
1.
— Compendio de H istoria Sagrada.—Adoptado de texto para las escuelas se hi1 cieron numerosas ediciones.
— Compendio de Cronología é H istoria.
— Lamento de mía religiosa después de la pérdida de sus bienes.—Folleto.
— E l Pabellón español ó Diccionario histórico, descriptivo de las batallas, sitios y
j acciones más notables que han dado ó á que han asistido las armas españolas desde el
\ tiimpo de los Cartagineses hasta nuestros dias.—Madrid— 1855— 1857 —3 tom. fol.
2.
3.
4.
| menor, con láminas, retratos y planes de batallas. (5)
(1) Rezabal y Ugarte—Bib. de Escrit. de los Col. mayores de Alcala—pig. 170.—Vida del
P. Florez—cit.—pig. 70—
(2) Sinod. del Priorato de Ucles—1741—pag. 477 —
(8) Nota de D. Francisco Martinez.
(4) Arch, municipal—
(5) Manuel Ovilo y Otero.—Manual de Biog. y Bibliog.—t. l.° pig. 107—
26
D. Fernando, el Católico, por su carta dada en Sevilla á 18 de Mayo dej
15 11 separó á los lugares de Cañada y Moral de Caracuel, constituyendo dos!
villas con sus términos propios y separados. Menciona estos lugares la Con
cordia de 1482 entre los que no pagaban el tercio á la Dignidad arzobispal,!
posteriores por consiguiente al 1217. Pero no tardaron en constituir una so
la villa, en cuanto que, la Relación Topográfica— año 1575— los considera
ya constituyendo un concejo con el nombre Cañada el M oral, el Estado\
Parroquial de 1571 le menciona con el de Cañada del Moral, mientras el;
Censo de Población formado por el Libro de repartimiento de la contribu-;
ción de 8 millones en 1591 los considera separados.
Pertenecían estos dos pueblos á la encomienda del Corral, correspon
diendo á su comendador el designar sus alcaldes y regidores en la forma co
mún al Campo de Calatrava, cobraba su diezmo la Mesa Maestral y abonaba
por el tributo de S. Miguel 471 mrs. Su vecindario fué en todo tiempo redu
cido; unos 100 vecinos asigna á los dos pueblos el citado Estado Parro
quial, 40 el Capítulo General de 1652, en 1815 figura con 46 y el censo de
1877 vecinos 127 y habitantes 505. Pertenece al partido judicial de CiudadReal y es estación del f. c. de Badajóz.
Su parroquia de la Inmaculada Concepción rentaba en 1652 mrs. 1.380,
y fué agregada á la del Corral, regida desde esta fecha por clérigo de S. Peí;
dro como beneficio ténue.
,
Carcubium de la España primitiva en los oretanos era una de las princi
pales ciudades de este pueblo agregada á su principal Capitanía de Oreto.
Los romanos hicieron pasar por ella el camino militar ó calzada que unía á
Mérida con Záragoza, al través de Oretania, siendo la mansión primera de
esta región, distante 20 millas de Sisapon y 26 de la de Turres. Los musul
manes llamaban á este pueblo Carquer, y las fortificaciones, que aún subsis
tían de los romanos, las restauraron y aumentaron-, siendo su punto de apoyo
y defensa en las intestinas discordias que tan fuertemente agitaron á este país
en aquella época aciaga. En Septiembre del año 876 Ebn Meruan, renegado
de Mérida, se había sublevado en Extremadura contra el Califa por agravios
sufridos en su corte de Haxim, su primer ministro é íntimo favorito. Reunió
numerosos parciales y aliado con el Rey de León amenazaba concluir con el
dominio de los Emires en la parte occidental de la península. Haxim salió de
Córdoba con poderoso ejército, para combatir al rebelde caudillo; Ebn Me
ruan vino á su encuentro, fortificándose en Caracuel, junto á cuya fortaleza
acampó también Haxim; sorprendido éste en una emboscada que le prepara
ron el rebelde musulmán y los leoneses, fué derrotado, herido y hecho pri
sionero. Ebn Meruan lo remitió á su aliado el Rey de León, y en poder de
este monarca estuvo por algún tiempo, hasta que el Emir Mohammad lo res
cató por una suma considerable. (1)
Ordoño II taló sus campos en la atrevida correría en que según el cro
nista Sampiro llegó hasta una jornada de Córdoba, corte de los Emires y ca
pital del imperio musulmán español, y el Almotamid de Sevilla, aliado de
Alfonso VI, conquistador de Toledo, tomó á Caracuel, formando parte con
Almodóvar y otros pueblos de la dote de la hermosa Zaida. A la muerte de
tan valeroso Rey y en la invasión sarracena, que sufrió este país en aquel
(1)
Ajbar Machmuá —pág. 128—
—
204
—
tiempo, volvió al poder musulmán; pero Alfonso VII el Emperador lo resca
tó, pasando al dominio y señorío de los templarios primero y después al de
la Orden de Calatrava, cuando Alfonso VIII en 1 188 señaló los términos de
su Campo, (i)
La condición en que vivieron estos pueblos bajo el poder musulmán des
de la derrota del Guadalete hasta la conquista de Toledo, hemos de referirla
en el artículo Calatrava la Vieja, capital ó cabeza de toda esta región en
aquel tiempo; así como también hemos de apuntar las vicisitudes de la gue
rra que por más de un siglo ensangrentó este país, llenándolo á la vez de
ruinas y causando su casi total despoblación. Caracuel, al abrigo de sus mu
rallas y fuerte castillo, pudo sobrevivir á esta catástrofe; así es, que tanto las
crónicas cristianas como las árabes hacen de él mención como plaza de gue
rra, y siempre que la victoria ó la derrota daba ó quitaba su posesión á las
dos razas, que se disputaban el dominio del suelo español.
El Papa Gregorio VIII, al confirmar y aprobar la segunda Regla dada á
la Orden de Calatrava por el Maestre D. Ñuño en el año 1 187 y señalar los
pueblos que á la misma pertenecían, dice: “ Castillo de Carocuel con todas
sus pertenencias;« Inocencio III á este mismo objeto le nombra Caroquel en
1199, y Honorio III en 1 2 1 7 , concede al Arzobispo de Toledo D. Rodrigo
Jiménez de Rada, entre otras, la iglesia de Caracuel, una de las que en su
tiempo habían sido arrancadas del poder sarraceno y entregadas á su juris- j
dicción. Esta importante concesión del Papa Honorio en favor del prelado de
Toledo nos da la fecha cierta de su repoblación, la que dió principio á raíz
de la batalla de las Navas y definitiva expulsión de los musulmanes de todo
el territorio comprendido á este lado de Sierra Morena; cristianos y musul
manes le conservaron y custodiaron como uno de los castillos que asegura
ban la posesión de esta tierra, no siendo repoblado hasta esta fecha.
La Orden constituyó en este pueblo una de sus encomiendas, y por levan
tarse el Corral dentro de sus términos, en el Capítulo General del año 1 5 5 1
tomó el nombre de Corral y Caracuel unidos. Cobraba el comendador los
dos tercios del diezmo, de ganados y cosas menudas; el de granos lo llevaba
por entero la Mesa Maestral, abonando sus vecinos además por el pedido de
S. Miguel 238 maravedís, cobrados éstos por la vía ejecutiva y en virtud de
mandamiento del gobernador de Almagro.
Su vecindario fué siempre reducido; en 1575 tenía únicamente 50 veci
nos, de los cuales 3 eran hidalgos, 38 en 1652, 58 en el año 1857, y en
1887 cuenta con 72 vecinos y 267 habitantes. Su justicia se elegía por pro
puesta al comendador en la forma común á todos los pueblos del Campo.
Su jurisdicción fué en un principio limitada, pues sólo conocían sus alcaldes
ordinarios de los negocios civiles y criminales que los gobernadores de A l- ¡I
(1) P. Mariana H ist. Gral. de 2?sp.—Lib.—15—cap. 10—Campomanes—D isert. H ist.—
pág. 137—
—
205
magro primero y después los de Almodóvar no llamaban así. Suprimido el
gobierno de Almodóvar este pueblo con los demás del partido pidió y obtu
vo el privilegio de primera instancia para sus alcaldes mediante el abono
estipulado á la Real Hacienda. Restablecido el gobierno de Almodóvar en
1602 intentó su alcalde mayor D. Juan B. Larios volver á estos pueblos á su
primitiva condición, lo que no consiguió; porque rechazando su autoridad
primero é invocando en su ayuda á los tribunales fué vencido— 1605— . Los
negocios así civiles como criminales eran sustanciados por sus alcaldes, pa
sando en apelación al alcalde mayor de Almagro. Corresponde hoy al par
tido judicial de Almodóvar.
Su iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción fué declarada beneficio ténue
por no rentar sino 36.598 mrs. por el Capítulo General de 1652 y agrega
da al curato del Corral, cobrando el cura de la Mesa Maestral 220 reales.
Rodeado de sombras y obscuridades se halla siempre el origen y co
mienzo de todos los pueblos; porque dando principio por algunos labradores,
que fijaban su asiento sobre el terruño, que habían de cultivar, hasta tanto
que, creciendo su número sentían la necesidad de regirse y gobernarse por sí
mismos, ó la de reclamar satisfacción cumplida á sus creencias religiosas, no
dan señales de su existencia. Pero por circunstancias varias y muy difíciles
también de señalar, esto no acontecía á un período fijo de desarrollo, tanto
de su población como de su riqueza, ocultándonos con esto el poder fijar con
acierto el paso más ó menos acelerado que éstas siguieron.
En el siglo XIII la Orden de Calatrava dividió sus bienes entre los caba
lleros y religiosos, creando para los primeros las encomiendas ó preceptorías
y los prioratos para los segundos. Carrión, dehesa en aquel tiempo, constituyó
una de las encomiendas de la Orden; agregándosele después las de Calatra
va la Vieja y Turrillo, formó su término municipal hasta nuestros dias. El
comendador, inspirándose en el pensamiento que inició San Raimundo, lo
gró atraer pobladores, otorgándoles sus fueros el Maestre, que aprobó y
confirmó D. Alonso, el Sabio, en 1261 . (1) Aldea de Calatrava la Vieja y
poblada á su fuero, de los terrenos no comprendidos por las encomiendas co
braban el diezmo el Maestre y Arzobispo de Toledo. En su percepción hubo
diferencias que zanjaron en 1482 D. Rodrigo Téllez Girón y D. Alonso Ca
rrillo, ordenando; “ que de las viñas puestas, é que se pusieren en el término
del Turrillo, é Carrion, é lo que se labrase por pan en el quarto que dicen
de la Serrezuela, y se limita, y parte como viene el camino de Ciudad-Real
para la Dehesa de Zacatena.... se averiguó y falló ser Dehesa antigua, y que
debe diezmar de aqui adelante enteramente sin terzuelo alguno el dicho se
ñor Maestre.« (2)
(1)
(2)
Colecc. de Fueros—Ac. de la Hist. p. 84
Buü. 0. de Galat. p. 280—
—
207
—
Su justicia, compuesta de dos alcaldes ordinarios para los dos estados
noble y pechero, ocho regidores, de los cuales seis llegaron á ser perpétuos,
alguacil mayor y escribano con 6.000 mrs. de renta, era elegida en la forma
general á todo el Campo de Calatrava. Posteriormente se agregaron al
ayuntamiento dos diputados y el fiscal; decayendo tanto el estado noble que
por los años 1780 al 1790 sólo contaba con D. Ramón Portocarrero, vién
dose obligado á ejercer un año de alcalde y otro de regidor decano. Tenía
este pueblo el privilegio de primera instancia concedido como á los demás
del Campo por los Reyes Católicos; pero suprimida esta prerrogativa por
Felipe II, pasaron estas atribuciones al alcalde mayor de Almagro. Las nece
sidades apremiantes de las guerras que el Rey hube de sostener en Europa
y con el poder otomano, le obligaron á usar la gracia pontificia concedida
al Emperador su padre, vendiendo pueblos de la Mesa Maestral, vinculando
los cargos municipales con la creación de regimientos perpétuos y otorgan
do también la antigua preeminencia de conocer de los negocios civiles y
criminales de sus vecinos á los ayuntamientos mediante el ingreso de gruesas
sumas en el real erario. Carrión, que había visto con gran pena la pérdida
de su amado privilegio sufría de mal grado las vejaciones de los alcaldes
mayores de Almagro y las depredaciones á que frecuentemente eran dados
los oficiales menores de su justicia, quiso recavarla á to’do trance. Pero
exahustas las arcas municipales y muy pobres sus vecinos no podían reunir
la cantidad fijada por el Rey, sino apelando al crédito, recibiendo del patro
nato que fundó en Almagro el arcipreste de Calatrava D. Juan Diego de
Molina, el viejo, 2.650.000 maravedís y otra gruesa cantidad de los Fúca
res, célebres arrendadores de las Minas de Almadén, quedando obligados á
pagar anualmente al primero 47.500 maravedís y 20.000 á los segundos.
Allí donde buscaron la libertad hallaron sólo servidumbre, puesto que, no
siendo los fondos comunales bastante fuertes para tan pesada carga, ni pres
tándose los vecinos á las derramas voluntarias, era judicialmente apremiado
su ayuntamiento por los acreedores; se apoderaban éstos de los bienes de
propios ó comunales, que eran su garantía, y origináronse de aquí pleitos tan
ruidosos y continuados y para el ayuntamiento una situación tan angustiosa,
que se creyó en el caso de resolverla para evitar su inminente ruina; no
halló otro medio sino vender su libertad municipal y sus propios al mejor
postor y entregarse de lleno al señorío particular. El inventario que hace de
sus cargas en su representación al Consejo de Castilla para obtener la bien
triste autorización de sujetarse á perpétua servidumbre, verdaderamente ate
rra; los gastos excedían en muchos miles de maravedís á los escasos ingresos
de sus reducidos propios, así es, que aquel alto cuerpo informó favorablemen
te la petición de los vecinos de Carrión; el Rey vino en otorgarles la facultad
apetecida, y desde el año 1676, D. Alonso de Molina Manjón y Cañizares,
poseedor del patronato de D. Juan Diego de Molina y vecino de Almagro,
se intitula S eñ or d e la ju r is d ic c ió n c i v i l y c r im in a l con m ero y m ix to im —
—
208
—
perio de la villa de Carrión y de sus propios por executoria y sobre carta
de su Magestad y Señores de su R ea l y Supremo Consejo de Castilla, y eli
g e y designa entre el doble número propuesto de personas hábiles por el
ayuntamiento y vecinos á él agregados, no sólo á los alcaldes y regidores,
sino todos los cargos concejiles, mayores y menores, incluso los mayordomos
de fábrica parroquial y cofradías. En los últimos años del siglo XVIII gozaban
de este señorío los condes de Carrión, título que desde la batalla de Nájera
poseyeron los de Manuel, fundadores de la poderosa casa del Infantado.
Si la pérdida del privilegio de primera instancia originó aquí tales in
quietudes, que este pueblo no descansó hasta recobrarle, cuando se vió suje
to á dar estrecha cuenta de la administración de sus propios, á entregar el
sobrante al señor de su jurisdicción y á tenerle que remitir en propuesta los
sugetos idóneos para sus cargos concejiles, trató por todos los medios que
estuvieron á su alcance de eludir la servidumbre que voluntariamente se
había-impuesto. Dejando de hacer las propuestas unas veces, omitiendo las
elecciones municipales otras y negándose siempre á hacer referencia en sus
acuerdos del señor de quien la jurisdicción emanaba, así pretendía romper
sus cadenas, aunque no hacía sino aumentarlas; porque cada uno de los
actos de indisciplina provocaba una reclamación del señor á la Audiencia ó
Chancillería de Granada unas veces, al Consejo de Castilla otras, con las
diligencias y trámites onerosos consiguientes; así es, que con la venta de su
jurisdicción y propios no cesaron los pleitos que sostenía de continuo este
ayuntamiento con sus acreedores, como pretendió y fué la principal razón
para una determinación tan grave y transcendental; sino que aquéllos va
riaron de objetivo; tenían al principio por causa el cobrar los réditos del ca
pital prestado á este concejo, y ahora el sostener los derechos adquiridos
sobre el mismo por sus señores, en virtud de un contrato tan solemne como
libremente estipulado.
En 1575 tenía Carrión 450 vecinos, de los cuales 12 eran hidalgos; des
cendieron á 300 en el siglo XVII, alcanzando á 720 á principios del siglo
actual y fijando su población el censo de 1887 en 961 vecinos y 3.351 ha
bitantes.
La iglesia parroquial fué construida sobre la antigua en el siglo XV,
aunque se ven en ella no pocas reparaciones y modificaciones posteriores.
El ábside, que afecta la forma de un dodecaedro, es una copia en pequeño dei
de Sta. María del Prado de Ciudad-Real, y acaso obra del mismo arquitecto.
Ni en retablos ni en imágenes hay nada notable, excepto una tabla que re
presenta el Descendimiento en la entrada del coro y que aun no siendo de
gran mérito es apreciable por ser de mediados del siglo XVI, acaso un re
trato del primitivo retablo. (1) En 1755 se construía el coro al objeto de
(1) Ram. de Arellano .— Paseo Art. pág. 11.
—
209
—
darle más capacidad; 13 años después D. José Vicente Ouirós sustituía el
antiguo retablo con el actual, siendo el coste de la obra 27.350 reales y
en 1891 D .a Aniana Puebla, por disposición testamentaria de su esposo
D. Elias Guzmán, abría al culto una nueva capilla. En el siglo XVI contaba
ya este pueblo con las ermitas Vera Cruz y extramuros S. Sebastián, Santa
Quiteria y Calvario.
Los visitadores generales de la Orden en 1534, al cumplir su oficio en
Carrión, hallaron á sus vecinos desprovistos por completo de toda asistencia
espiritual, por lo que ordenaron á su comendador D. Iñigo de Ayala nom
brara un eclesiástico, al que había de dotar con 6.000 maravedís. Enterado
el Capítulo General de 1535 por los mismos de la situación de este pueblo,
ttLos Señores Definidores confirmaron y aprobaron el mandamiento de los
Visitadores, por ser tan justo y tan santo, é que redundaba en servicio de
Dios Nuestro Señor y en provecho de las ánimas. Y mandaron al dicho Co
mendador, que agora es, ó por tiempo fuere, que de continuo tenga allí
Clérigo en el dicho Lugar de Carrión, para que diga Missa á los vecinos del,
y les administre los Sacramentos, como es razón, que se haga, siendo cristia
nos, y llevando él las décimas por entero. „ (1) Apenas se comprende cómo
un pueblo de tan crecido vecindario pudo estar tan abandonado en sus inte
reses espirituales, y como el comendador, que reunía ya las rentas del Turri11o y Calatrava la Vieja á las de Carrión, pudo llegar su codicia hasta cerce
nar á este pueblo la miserable renta, que constituía la dotación de un clérigo
en aquel tiempo.
Pero los Capítulos Generales siguientes quisieron reparar esta injusticia, y
la Relación Topográfica citada nos dice, que su iglesia era ya servida por re
ligioso del Convento de Calatrava con la renta de 9.000 maravedís, abona
dos por la Mesa Maestral y 7.000 por el comendador; diciéndonos con esto
estar ya constituida en rectoría ó curato. Fué costumbre en la Orden de Ca
latrava, la que después sancionó con su autoridad Clemente Vil, el que los
pueblos de corto vecindario y escasa renta, conocidos con el nombre de bene
ficios tenues, fuesen servidos por Clérigos de S. Pedro, estando á cargo de
los religiosos las iglesias que reunían renta más decorosa y pingüe. Los pri
meros eran libremente elegidos por los comendadores; para la provisión de
los demás el comendador notificaba la vacante al prior del Sacro Convento,
y éste designaba entre los ancianos al religioso que había de servir aquel
beneficio. Esta clasificación de clérigos de S. Pedro y religiosos sirvió siem
pre en La Mancha para distinguir al clero secular y regular.
El Capítulo General del año 1600 dispuso, que el priorato de Santa Ma
ría de los Mártires, á la sazón vacante por haberse perdido sus rentas, se
agregase al curato y rectoría de Carrión, con lo que su cura tomó el título
(l)
Salazar y Castro. D el derecho de erigir iglesia t que tiene la O. de Calat.
27
— 2 i0 —
de P rio r de Santa M aría de ¿os M ártires con los derechos y preeminen
cias anejas á estas dignidades de la Orden de Calatrava.
C onvento .— Pedro Naranjo y su mujer Catalina López, vecinos de esta
villa, pedían á Felipe II licencia para edificar á su costa un monasterio de la
orden de S. Francisco, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concep
ción, en atención á ser personas ricas, carecer de herederos y tener gran de
voción al santo. “ E nos, dice el Rey, con acuerdo de los del nuestro Consejo
de las Ordenes, lo avernos ávido por bien, y por la presente damos licencia
para que se pueda fundar, labrar, y edificar el dicho Monasterio de Frayles
de la dicha Orden de San Francisco á la dicha advocación, en que aya Flayres que estudien, el qual se pueda fundar, labrar, y edificar en la dicha villa
de Carrion, y su termino, junto á ella, y tomar para el edificio del dicho Mo
nasterio, y Casa dél, la cantidad de sitio que pareciere al nuestro Governa- ]
dor, ó juez de residencia del dicho Campo de Calatrava, y al Concejo de la
dicha villa de Carrión..... Dada en Madrid á io de Abril de 1568.,, Siete
años después se dió por terminada la obra, viniendo seis religiosos á tomar
posesión de la nueva casa y á residir en ella.
Se construyó este convento junto á la antigua ermita de la Concepción, !
al objeto de que ésta le sirviera de iglesia; pero había en ésta de tiempo
atrás establecida su cofradía, y como el servicio de ésta y el de los religiosos
no se avenían, suscitáronse entre unos y otros serios disgustos, que los fun- i
dadores se creyeron obligados á evitar, construyendo al poco tiempo una ca- j
pilla en la misma iglesia, dotándola con 20.000 maravedís de renta anual y
destinándola al servicio de la cofradía. Esta determinación no satisfizo á los
religiosos y estorbaron á la cofradía el ejercicio de su antiguo derecho; pero
ésta incoó en su defensa el pleito consiguiente y logró el seguir dando allí
culto en la forma acostumbrada á su titular la Purísima Concepción, aunque
las asambleas y juntas las celebró de allí adelante en la iglesia parroquial. ;
Las fundaciones de Alfonso Hernández Villa Real, de D. Pedro Salcedo
y del presbítero Lie. D. Antonio Rodríguez Guzmán venían en auxilio de las
doncellas pobres, de los necesitados y de los enfermos, á la vez que celebran
do el ayuntamiento con inusitada pompa las fiestas del Santísimo Sacramen
to, nombrando capellán de Animas y reputando como carga concejil la mayordomía de la Virgen de la Encarnación afianzaba su patronato y mantenía
viva la fé religiosa y la piedad cristiana de este pueblo.
T urrillo . — Antiguo pueblo del tiempo de la Reconquista, con término
propio, según de ello nos da cuenta la Concordia de 1482, se despobló en
los primeros años del siglo XV. Encomienda de la Orden tenía ésta aquí su
casa y tercia, siendo su principal renta el diezmo del vino, por estar casi to
do su término dedicado á este cultivo. Unida esta encomienda á la de Ca
rrión, los de este pueblo solicitaron la unión también de su término, la que
les fué concedida, mediante el abono de 20.000 maravedís de censo anual á
la Mesa Maestral, de cuyo gravamen les libró el Maestre D. García de Padi-
—
211
—
lia, con la condición de labrar su dehesa todos los años para pan— 1 488— ^1)
concesión que no fué después respetada, en cuanto que, el ayuntamiento de
Carrión, al enumerar las cargas que sobre él pesaban, menciona el censo del
Turrillo. (2)
S anta M a r ía de lo s M á r t ir e s .— Es de marmol esta antigua imagen, se
halla sentada, envuelta en túnica y manto á la romana y huella con sus pies
á un caimán, símbolo del demonio, al que venció con su virtud. (3) Son sus
facciones llenas y algún tanto abultadas, cubriendo su cabeza con una toca,
sobre la que descansa la corona, de la misma materia y formando un cuerpo
con la imagen. Siéntase el niño graciosamente sobre su regazo, al que sos
tiene con su mano izquierda, y sonriente bendice éste la fruta prohibida,
redimiendo al mundo de su pecado, mientras con la otra mano muestra á los
hombres el libro de la nueva ley, que vino á traer al mundo, y el único ca
mino de su redención. Al volver á esta santa imagen á su primitiva iglesia
se la restauró para hacer desaparecer los defectos y deterioros de tantos años
de abandono; pero es de lamentar que esta operación no se confiara á un
artista más conocedor de la iconografía y arqueología cristiana. Así, al re
construir su mano derecha, le hubiera dado la actitud de enseñar á su divino
Hijo la manzana del árbol del Paraíso, emblema, como dejamos dicho, del
pecado original, que bendiciendo Jesús perdonaba y redimía; recobrando con
esto la imagen su propiedad histórica y su misterioso simbolismo, á la vez
que se desterraba aquel globo descomunal, que es allí un anacronismo y un
despropósito artístico.
La historia de esta imagen nos la dan los cronistas todos de la Orden de
Calatrava, porque su origen va unido al recuerdo de la rota de Alárcos
catástrofe sangrienta sufrida por los cristianos en la jigantesta lucha, que hu
bieron de sostener con los fieros enemigos de su religión y de su patria. El
obispo Mascareñas en el Catálogo de ¿os Maestres que hizo preceder á las
D efiniciones, dice á este objeto: “ Defendida valerosamente Calatrava la
Vieja, cabeza y casa mayor de la Orden, fué rendida por los bárbaros; pero
no los Freires, Caballeros, y Clérigos sus Hijos, que allí estaban, y otros
muchos cristianos, porque ofreciendo sus gargantas al cuchillo en defensa de
la Religión Cristiana, alcanzaron glorioso triunfo del tirano. Mártires los ape
llidan repetidas veces los anales del Cister. Enterraron sus cuerpos fuera de
las murallas, en cuyo sitio, restaurada los años adelante la villa, se edificó
(1) Indice cit.
(2) Turrillo, torrecilla, diminutivo de torre - Simoneí-Glosario de vocea ibéricas v la‘inaa.
Aren. Hist. Nac. Ind. de Pap. de la O. de Calat.—t. i.°_ p á g . 2.a—fol. 876—
(8) Este simbolismo es muy antiguo en la iglesia, pues algunos lo hacen datar de los pri
meros dias del cristianismo. Constantino el Grande se hizo retratar con un dragón á los piésen España ó Italia son numerosas las imágenes antiguas de la Virgen María que están en ac
titud de aplastar la cabeza de la serpiente y Murillo inspiró su hermosa creación en este mis
terioso pensamiento.
—
212
—
una devota Ermita con título de Santa María de los Mártires, por haber muer
to aquellos soldados de Cristo por su fé. „
D. Rodrigo Garcés, VII Maestre de la Orden, levantó este monumento á
los vencidos en Al arcos; el Calendario Benedictino celebra su fiesta á 28 de
Febrero y el Maestre D. Rui Díaz, valeroso soldado de las Navas, que de
jando voluntariamente el maestrazgo, suprema dignidad de la Orden, se re
tiró á vivir á Calatrava, quiso ser sepultado junto á los sagrados restos de
aquellas víctimas del furor agareno— 1213— “D. Martín Fernández de Quin
tana, VIII Maestre de la Orden, continúa el S. Mascareñas, trasladó el Con
vento Mayor de su Orden de Calatrava la Vieja al Castillo de Calatrava la
Nueva. Los cuerpos de los Maestres con la imagen de Nuestra Señora, se pu
sieron en la nueva Capilla de Santa María de los Mártires, como subrogada
en lugar de la otra de este nombre. „— 12 17— Construyeron esta capilla se
parada de la suntuosa iglesia por el Campo de los Mártires, que servía de
cementerio y adosada al lienzo del poniente del castillo. Cuadrada, de forma
sencilla y sin adornos su bóveda, lucía ante el altar de la Virgen en rica lám
para de plata permanente luz y honrábala el convento con tierno y fervoro
so culto. D. Diego de Cabrera consiguió del Papa León X, para los que vi
sitasen esta capilla, las mismas gracias, privilegios é indulgencias concedidas
por los romanos Pontífices á los que personalmente visitan el sepulcro de la
Santísima Virgen en [erusalén. (1)
¡Singular contraste! Mientras la ínclita Orden abandona á Calatrava la
Vieja, condenaba á muerte á la fortaleza que le sirviera de cuna y al
abrigo de cuyos robustos muros conquistara toda su gloria y poder; á la vis
ta de sus altos torreones y almenadas murallas y sobre las cenizas de los
mártires, como cubriéndolas y amparándolas del criminal abandono en que
las dejaran los ingratos hijos de San Raimundo quedó la iglesia dedicada al
culto de la Virgen María, primero bajo la hermosa advocación de los Márti
res, con e^título de la Encarnación después, lo que hace, que la sombra au
gusta de la Madre de Dios siga protegiendo aquellos restos venerables y sa
grados. La Orden pretendió reparar en parte su falta, estableciendo en esta
antigua ermita uno de sus prioratos; pero ó no hubo de dotarlo con largue
za, ó descuidó su buena administración, porque en el siglo XVI ya sus rentas
habían desaparecido y el culto se sostenía á expensas de los devotos hijos
de Carrión; así es que éstos, al redactar la Relación Topográfica por orden
de Felipe II, mencionan la ermita de Santa María de los Mártires, pero no
el priorato, no obstante que hasta veinticinco años después no fué agregado
al curato.
En los documentos que conserva el archivo municipal de Carrión clara
mente se vé, que este santuario llevó su antiguo nombre de los Mártires has
ta la invasión francesa, que pasada ésta y la guerra civil, que al poco
(1) Bull. 0. de C a la t pág. 322—
—
213
—
tiempo le sucedió, y al reparar los destrozos que tantos años de forzoso aban
dono en él hicieran, se sustituyó la techumbre de madera, distintivo carácter
de estas antiguas construcciones con la bóveda encamonada, tan generaliza
da en las modernas iglesias, así como el primitivo retablo por el que hoy os
tenta. La falta de documentos y memorias de este largo período de seis siglos
nos impide el fijar el carácter peculiar que revistió el culto de Santa María
de los Mártires en este sagrado lugar y por tan largos años, así como la ima
gen que sustituyó á la antigua trasladada á Calatrava la Nueva, dejando for
zosamente esta laguna en la brillante historia de este célebre y muy venerado
santuario, hasta tanto que, algún feliz descubrimiento venga á disipar estas
sombras.
Abandonada á su vez Calatrava la Nueva y condenada á morir como la
perla musulmana del Guadiana á manos de sus hijos, en su traslación á A l
magro el 1804, á él condujeron á esta santa imagen, y el suntuoso convento
de religiosas levantado con el cuantioso legado de D. Gutierre de Padilla
albergó al convento y casa mayor de la Orden de Calatrava en sus postri
merías, recibiendo en su bella y gallarda iglesia culto fervoroso Santa María
de los Mártires. La abolición de las órdenes monásticas y secularización de
los religiosos vino á cortar los débiles lazos que á los de Calatrava los unía
con la regla, y esta joya de la Orden fué convertida en un montón de ruinas,
aun antes de alcanzar la extensión y grandiosidad que dieran á su planta sus
fundadores. Despojada su iglesia de cuanto podía halagar el capricho, ó ali
mentar la codicia, la santa y veneranda imagen de Nuestra Señora sólo útil
para la piedad y para la historia yacía envuelta y sepultada entre escombros.
Los hijos de Carrión, celosos y amantes de todas las glorias de Calatrava la
Vieja concibieron y ejecutaron el hermoso pensamiento de trasladar á Santa
María de los Mártires á su antiguo asiento, completando así su historia y
salvando de la destrucción este recuerdo glorioso de los tiempos, ora acia
gos, ora venturosos, de nuestra Reconquista. La antigua imagen de la Vir
gen al pie de aquellas aún imponentes ruinas de Calatrava, en humilde y
pobre altar colocada y en aquel mismo santuario edificado por los Maestres
recuerdo permanente de una gran catástrofe y asistida de algunas luces
con que la piedad le da culto es lazo bellísimo, que une largos siglos y nu
merosas generaciones en un mismo pensamiento de fe y amor hacia la reli
gión sacrosanta, en torno siempre de la bendita Madre del Crucificado, de
la Virgen María.
N tra . S ra . de la E ncarnación.— La falta de documentos del archivo de
Carrión que hemos hecho notar nos impide el fijar con acierto el origen y
desarrollo del culto de esta muy venerada imagen; pero hallando en los po
cos libros capitulares que en el mismo existen, que en el año 1680 el cura y
un regidor del ayuntamiento tomaban cuentas al mayordomo de la cofradía
de Ntra. Sra. de la Encarnación, cargo electivo todos los años por el día
de S. Miguel y á la par de los demás oficios de su justicia ó concejiles, que
—
214
—
éste la rendía de varios ingresos, producto unos de las tierras que ya poseía,
y de los ofrecimientos de los oficiales y soldados de la dicha cofradía los res
tantes; dándonos á saber, que su fiesta principal se celebraba el segundo díade Pascua de Resurreción en la iglesia de Santa María de los Mártires, á la
que seguía devoto y concurrido novenario, no es aventurado el fijar el origen
de su culta en los primeros años del siglo XVII. Creciendo la devoción entre
los hijos de Carrión á medida que corrían los años y esta señora prodigaba
sus mercedes, al restaurar la ermita después de los azares de la guerra civil,
construir su nuevo retablo, y extinguido el culto de Ntra. Sra. de los Már
tires, se la colocó en primer término, dando su nombre á aquel histórico
santuario. L a visita de los caballeros de Calatrava del año 1 721 nos da
noticia de que junto á la iglesia de los Mártires existía la ermita de Santa
Catalina; pero si los restos de aquel templo no son el hoy Cuarto de los
Mártires , no acertamos con su asiento.
M alvecino .— Alejandro III confirma cuantas posesiones había adquirido
la Orden de Montegaudio de Jerusalén por su Bula de 23 de Enero de 1 1 80;
figurando entre ellas el Castillo de Malvicino con todos sus términos ó per
tenencias. (1)
Jerónimo Fernández Otero.—Natural de Carrión, ejerció los importantes
cargos de profesor en las Universidades de Bolonia y Nápoles, juez de la Pulla y C a
labria, vicario general castrense, canónigo de la iglesia Aurea é inquisidor en Cerdeña
y España. Escribió:
Selectarum ínterpretationum ju r is . — Bolonia.— 1 6 1 3 — 4 .0—
D iversarum ju r is qucetionum.— Nápoles.— 1 6 1 9 —
D e actionibus.— Cagliari.— 16 2 8 — 4.0—
Rom anas lucubraitones, seu misceláneas ju r is disputationes.— Rom a.— 2 6 2 3 4.0
E l M aestro d el P rín cipe.— Madrid.— IÓ33'—
Diego de Carrión.— Ingresó en la Orden de San Francisco, donde resplandeció
por sus virtudes y por el don de hacer milagros. Murió el 1 6 3 3 .—
Pedro López Naranjo y Gabriel Hernández, valerosos soldados del E m
perador Carlos I, hizo al primero caballero por su valor y pericia en la guerra, y ef
segundo murió en Africa después de haber hecho grandes proezas. (2)
Fr. Manuel Puebla.— De la Orden de Predicadores, profesor de la Universi
dad de Manila en 18 76 , secretario del general en Rom a en 1 8 8 5 , provincial de Gre
cia, procurador general de la Orden en Madrid en 18 9 2 y consejero de Filipinas.__
Escribió: D iscurso pronunciado en la apertura anual de los estudios de la Universidad
de Manila el día 3 de Julio de 18 7 6 .— Manila.— 1 8 7 6 — 4 .0 may. 39 págs.
(1) Bull. O. de Calat.—-pkg. 14—
(2) Relación Topográfica.—1575. —Estas relaciones, tantas veces citadas en este estudio, fue
ron hechas por orden de Felipe II y existen originales en la Biblioteca del Escorial coleccio
nadas en seis volúmenes; una copia, con algunas incorrecciones, en la de la Academia de la
Historia. Aunque llenas estas relaciones de no pocas consejas é historias fabulosas, son una
da las mejores fuentes de nuestra historia.
. CALATRAYA LA VIEJA.
No faltan historiadores que siguiendo á Ambrosio de Morales hacen de
Calatrava el Litabrum oretano, ciudad insigne, fuerte y opulenta, la que se
gún Tito Livio “ el Pretor de la España Citerior Cayo Flaminio asedió y ba
tió con todo género de máquinas de guerra y habiéndola asaltado hizo pri
sionero entre los demás á un Régulo muy distinguido llamado Corribilón. „
— 192 años antes de Jesucristo.— La vaguedad y laconismo con que el his- '
toriador romano nos da cuenta de los hechos acaecidos en España en aquel
año y la falta de lápidas, medallas y monumentos arqueológicos comproban
tes de esta conjetura no nos permiten asentir á ella por completo. (1) Apo
yan sin embargo esta opinión, el que este Pretor desembarcando en las cos
tas andaluzas vino sobre Ilugo, San Estéban del Puerto, en las lindes de
O retania, tomó en esta región varias ciudades, avanzando hasta los carpetanos, y no encontrando enemigos con quien combatir distribuyó sus tropas en
los cuarteles dé invierno. Hasta este tiempo las legiones romanas no habían
pisado Oretania, quedando desde entonces sujeta á la República RomanaAfectos los oretanos á los cartagineses les fueron siempre fieles, contri
buyendo á la gigantesca lucha que sostuvieron con los romanos con recursos
de gente y dinero; pero vencidos por los Escipiones y expulsados después á
las vecinas playas africanas de donde aportaron á la península, la Oretania
quedó todo este tiempo libre de dominación extraña. Libertada completa
mente del yugo cartaginés y gobernándose por sus propias leyes por espa
cio de 20 años, sin sufrir las violentas exacciones de los conquistadores, no
podía ver con gusto la pérdida de su libertad é independencia, que le ame
nazaba con los romanos; así es, que éstos hubieron de rendir á los oretanos
con la fuerza de las armas y allanar sus principales ciudades con máquinas
de guerra y los poderosos recursos de la estrategia militar; aún vencidos,
no dejaron de rebelarse contra sus nuevos señores, hasta tanto que, los usos,
costumbres, leyes y civilización romanas fueron infiltrándose en el pueblo
oretano, constituyendo una provincia romana.
La existencia de población oretana ó primitiva en el sitio que ocupó des
pués la villa de Calatrava está perfectamente comprobada por los restos, que
aún se perciben, y haberla escogido los romanos para paso del Guadiana en
el camino militar que abrieron entre Córdoba y Toledo, que tan importan
te había de hacer, corriendo el tiempo, otro pueblo no menos guerrero que
el romano, el musulmán. Igualmente debió ser frecuentado este camino por
los godos, ya por haber establecido su corte en Toledo y hacer expediciones
(1) En la España citerior L ita b ru m , sin que su situación sea exactamente conocida—Gr.
Humboldt,— Prim itivo s poblado rea de España,
—
216
—
frecuentes á Andalucía, ya por la larga y porfiada lucha sostenida con los
Imperiales, hasta lanzarlos á un rincón de Portugal.
Los árabes, al fortificarla con esmero y darla toda la importancia militar
y civil que alcanzó en el largo período de su dominación sobre la antigua
Oretania, la dieron el nombre de K alaat R aawak , que se interpreta según
los eruditos Castillo de ¿asganancias-, nombre simbólico sin duda para aquel
pueblo, que tan venturosa consideró siempre la conquista y posesión de la
tierra española-, en cuanto que, en Alcalá de Guadaira levantó otra castillo
no menos fuerte y poderoso, al que dió este mismo nombre, (i) Asentaron
los musulmanes la fortaleza de Calatrava sobre alto y redondo cerro de tie
rra, ceñida por ancho y profundo foso, bañada por el Guadiana, cuyas aguas
innundaban á aquél, y coronada de fuertes torreones, de ancha y espaciosa
plaza de armas y de gruesas y robustas murallas, era fortaleza capáz de nu
merosa guarnición y difícil de ser sorprendida por la ancha y escueta llanu
ra que se extendía á sus pies. Arruinada y destruida Oreto en la invasión de
los árabes, necesitaban éstos una ciudad que sirviera de cabecera de esta re
gión y asiento de sus gobernadores. Las exigencias de sus rápidas y dilatadas
conquistas y las disidencias que entre ellos se iniciaron al poco tiempo, les
hizo comprender la conveniencia de conservar libre y expedito el paso del
Guadiana y las comunicaciones entre Córdoba y Toledo; Calatrava les ofre
cía extratégica posición á este objeto, a su abrigo y al de Salvatierra condu
cían sus huestes desde Andalucía á d oledo y al través de La Mancha.
Las crónicas árabes guardan silencio sobre el origen de esta plaza de
guerra; más siguiendo el orden de los sucesos que se desarrollaron en la españa musulmana á raíz de su conquista, las varias vicisitudes que sufrió este
país en las no interrumpidas invasiones de las tribus, que se disputaban su
posesión, y teniendo en cuenta la época en la que los historiadores musulma
nes nos dan á conocer á Calatrava, como punto fortificado, cuidadosamente
conservado y defendido por los gobernadores ó representantes del Califa de
Damasco en Córdoba, puede fijarse su construcción en los primeros años de
gobierno de Jossuf Abdo— R — Rahmen Al Fihri, y sobre el 750, cuarenta
después de su sangrienta victoria en el Guadalete. Fué elegido este valeroso
caudillo casi por unanimidad gobernador de Córdoba, como medio de evitar
una guerra civil que amenazaba ser terrible por el encono que abrigaban los
varios y heterogéneos elementos de que aquel pueblo se componía, mal ave
nidos siempre entre sí y prontos y dispuestos á la lucha, para alcanzar la su
premacía ó dominio sobre los demás. Como gobernador inteligente se dedi
có con entusiasmo Jossuf á organizar la administración, reparar los daños y
dasastres de la conquista y á administrar justicia, para lo que visitó las pro
vincias, escuchó y satisfizo las quejas justas de los pueblos, destituyendo á los
nidos gobernadores. Entre las obras importantes que ejecutó fué la recons(1)
Lafuente Ale.—Ajbar. Machmúa.—
—
217
—
trucción del gran camino militar de Córdoba a Toledo. Como general expe
rimentado no podía desconocer la excelente posición de la antigua población
situada sobre la margen izquierda del Guadiana, la que ofrecía firme apoyo
y estratégico asiento á la fortaleza destinada á ser más tarde el baluarte
avanzado del poder musulmán, vigía constante de la siempre inquieta T. oledo y el ojo avizor del águila que acecha al León de Castilla.
Desde su fundación aparece el Castillo de Calatrava ejerciendo impor
tante misión, alguna vez decisiva, en las discordias intestinas que agitan y
conmueven á aquel pueblo turbulento, y las que regaron abundantemente
este campo de sangre musulmana. Unida a los Emires de Córdoba quizá de
bieron á su fuerte apoyo la superioridad sobre los rebeldes de Toledo, el
que éstos no pudieran extender su influencia mas alia de los limites de iu an
tigua Carbetania, y amenazar con sus aguerridas huestes a la misma Coidoba. Siempre que Toledo se alzaba en rebelión contra la autoridad constitui
da en Córdoba, capital del gobierno musulmán, y lo hacía en el momento en
que un nuevo Califa venía al trono, tenía en Calatrava un enemigo encarni
zado que no le dejaba tiempo ni reposo para gozar de su rebeldía. Algara
das, correrías, sorpresas, expediciones de ejército numeroso para tenerlos en
continua alarma, sembrar el hambre y estrago en sus campos unos, y otros
para formalizar el asedio y reducir a la obediencia a la inquieta ciudad, todo
se organizaba en esta plaza y en ella tenia su punto de apoyo y reserva. Así
es, que durante la dominación musulmana La Mancha raras veces estuvo li
bre de las huestes agarenas, por ser el teatro donde por la fuerza de las ar
mas se ventilaban sus querellas. No siempre permaneció Calatrava fiel al go
bierno de Córdoba; tomando parte con todas las tribus establecidas en La
Mancha, con el rebelde Caleb. ben Hafsun se sustrajo al dominio de la me
trópoli por espacio de veinte años— 889— hasta que en sus mismos campos
quedó vencedor Abdo— R — Rahmen Mohammad III. (1)
Desde que los árabes se habían fijado en España, jamás sus discordias
se habían encarnizado como en ésta época triste y funesta. La confusión y
el desorden reinaban en todas partes, el saqueo y el incendio eran las or
dinarias armas con que se combatían los opuestos bandos; La Mancha se ha
bía convertido en teatro de innumerables luchas y disensiones, semejábase
á un horno en que hierven las rivalidades, los odios, los celos, elementos to
dos que anunciaban el fraccionamiento á que estaba llamado el pueblo árabe
antes de su destrucción. Numerosos pueblos desaparecieron en esta ocasión,
los pocos y reducidos cristianos que vivían entre los musulmanes, viéndose
todos los dias víctimas de las represalias horribles de sus dominadores, se vie
ron obligados á buscar en el reino de Castilla la salvación de sus vidas dia
riamente amenazadas.
(1)
Conde —Cap.—63.
28
218
—
Las mercedes de plazas y castillos tan en uso en Europa en este tiempo
que por juro de heredad otorgara Suleimán á sus más fieles secuaces, prepa
ró la disolución del califato de Córdoba, cuya soberanía sobre la nación mu
sulmana quedó rota y hecha pedazos con la violenta deposición de Hixen III,
el último de los Omeyyas. Las diferentes razas que sucesivamente invadieron
la península trajeron sobrados elementos de división y rencores que no siem
pre les fué dado contener á los gobernadores de los Califas de Oriente pri
mero y después á la robusta y vigorosa autoridad constituida en Córdoba.
Mas ahora que cada ciudad es un reino independiente y cada Walí un mo
narca con su pequeña corte, ejército y vasallos, aquellas tribus enemigas tie
nen ancho campo para desbandarse, extenso palenque para luchar y sobrado
motivo para preveer, que no estaba lejano el día en el que la península espa
ñola sería toda ella propiedad de sus hijos, sin que en sus castillos y ciudades
floten más enseñas que los pendones de la Cruz.
No es fácil determinar la época precisa en que cada una de las provin
cias de la España musulmana comenzó á ser y llamarse independiente, pues
si bien desde Hixen estaban abandonadas así mismas, lo cierto es, que hasta
el nombramiento ó elección de Abén Gehowar— 1030— no se vió que cada
uno se apellidaba rey y obraba por autoridad propia. Ismael ben Dylnum se
alzó con el reino de Toledo, extendiendo sus dominios hasta el Guadiana.
Muerto el de Córdoba, su hijo Muhammad, que le sucedió, pretendió avenen
cia con aquél, pero rechazado con altanería determinó hacerle cruda y viva
guerra, ordenando al caudillo Hariz ben Alakem, que estaba de frontera en
Calatrava, entrara en tierra de Toledo á talar la comarca.— 1045— Ofendido
el de Toledo se alió con el de Valencia y entrando con poderoso ejército en
La Mancha derrotó á Hariz ben Alakem y se apoderó de todas las fortale
zas de este país, avanzando sus conquistas hasta Sierra Morena.— 1048— No
permaneció mucho tiempo Calatrava en poder del Rey musulmán de Toledo,
pues confederados los reyes de Córdoba y Sevilla le vencen en el río Algodor, haciendo este último traición á su aliado, se apodera de la ciudad de
Córdoba y del trono, y extiende su dominio hasta el Guadiana.— 10 7 8 — De
acuerdo después con Alfonso VI de Castilla, mientras éste avanza sobre
Toledo se apodera de Calatrava y de otros importantes pueblos de La Man
cha, los que habían de constituir después la dote de la hermosa Zaida. Desde
esta época quedó unida la fortaleza y villa de Calatrava al reino de Córdoba,
hasta su conquista decisiva por las armas cristianas.
Tuvo Calatrava alcaides notables, muy especialmente cuando conquistada
Toledo quedó de frontera y fuerte avanzado del dominio musulmán, entre
ellos á Farax Halí, que avanzó muchas veces sus correrías hasta las murallas
de Toledo, dando en una de ellas muerte al célebre caudillo toledano Ñuño
Alfonso y Aben Cádiz al que hizo igualmente célebre su heroica resistencia
y trágico fin. Tampoco en esta fortaleza y su campo era olvidado el cultivo
de las ciencias y buenas letras, pues á fines del siglo décimo, dícennos las
—
219
—
crónicas árabes, que Ahmed ben Said, docto alfaquí toledano, rico y muy
respetado en la ciudad reunía por los meses de Noviembre, Diciembre y
Enero á varios amigos, así de Toledo y sus contornos como de Calatrava,
los que á la vez que se holgaban en opíparos banquetes, discurrían sobre el
Corán y cuestiones filosóficas.
Entre los hombre célebres que dió el Campo de Calatrava en la época
musulmana merece especial mención Abul-Hafas-Omar, renegado. Como to
dos los de su clase no se hallaban bien entre los musulmanes, por el exclusii vismo que éstos ejercían en los cargos públicos y la desconfianza con que eran
mirados-, así que, siendo muchos se alzaron en rebelión y quisieron afirmar su
derecho con la fuerza de las armas. En Mayo del 814 estalla en Córdoba la
sublevación, y vencidos por Al-Hakem tras horrible carnicería expulsó á to
dos los renegados. Quince mil de ellos no pararon hasta Egipto, donde hi
cieron proezas que nos hacen recordar las de los catalanes en Grecia; toma
ron á Alejandría, donde se sostuvieron hasta el 826, en que un general del
Califa Mamun les obligó á capitular, pasando de allí á la isla de Creta, que
conquistaron á los bizantinos, donde el citado Abul fundó una dinastía, que
duró hasta el año 961, más de siglo y medio. (1)
Al fundar Abderraman el califato de Córdoba y reunir bajo su poderoso
cetro todo lo que las huestes agarenas habían conquistado á este lado del Es
trecho, dividió á España en seis gobiernos ó provincias, perteneciendo La
Mancha al de Córdoba. La administración de estas provincias estaba confia
da á los walies, que dependían del Califa, éstos tenían bajo sus órdenes á los
wazires ó lugartenientes de distrito y á los alcaides ó comandantes de forta
leza. Confiscaron los musulmanes las tierras abandonadas por el clero y la
nobleza, si bien dejando á los siervos su cultivo; porque ellos eran en su pri
mer período guerreros, no labradores. En cuanto á los cristianos que no hu
yeron y sobrevivieron á los horrores de la conquista, puede decirse por regla
general, como afirma Dozy, que conservaron gran parte de sus bienes, sien
do obligados á pagar al Estado la capitación, que variaba según la fortuna
de cada uno, desde 1 2 á 48 dirhems, y el impuesto sobre los productos de
las tierras, que se eleva de ordinario á un 20 por 100; la capitación cesaba
para los que abrazaban el islamismo.
Dejaron los conquistadores á los cristianos que se rigiesen por sus pro
pias leyes y que continuaran gobernándose por sus antiguas autoridades, las
cuales ejercían la jurisdicción civil y criminal, pero sin poder imponer la pena
de muerte, hasta que el W alí aprobase la sentencia. En materia de religión
no observaron una conducta tan general y ordenada, pues si en el furor y
efervescencia de la conquista, según el Arzobispo D. Rodrigo, no dejaron en
pié ni una sola Iglesia Catedral, haciendo sufrir á todos los templos los horro-
(1) M. M. PeLiyo.—Het. Españoles.
—
220
—
res del incendio y de la ruina, aun en tiempo de paz no dejó de hacer
víctimas su furor sectario. La despoblación que sufriera La iMancha en sus
discordias y guerras civiles, la que completaron después la jigantesca lucha
entre moros y cristianos, de que fué teatro por espacio de siglo y medio,
fué causa de que no nos quedaran sino ligeras huellas de la existencia de
muzárabes en este país. Oreto, Montiel, Moral nos hacen vislumbrar en
los restos de edificación romano gótica que aún conservan, que durante la
dominación musulmana estuvieron dedicados al culto católico; pero sin que
de ellos podamos deducir argumentos firmes y convincentes. Las edifica
ciones musulmanas que fueron destinadas al culto abundan más; pero, co
nocido es que esta dedicación tuvo lugar, sino en la Reconquista, á la fecha
de su repoblación.
Pelayo de Oviedo, nos dice, que Alfonso VI no descansó sobre sus laure
les, después de haber en 1085 conquistado á Toledo, sino que aprestando su
victoriosa hueste tomó camino de Andalucía, corrió toda La Mancha, apode
rándose de los pocos castillos que aún estaban en poder de los musulmanes
y haciendo rica presa. No fué esta la vez primera que las armas cristianas pi
saron esta tierra; pues según el obispo Sampiro, mientras el Califa de Córdo
ba peleaba en la España oriental contra el rebelde Calef ben Hafsun, Ordoño II llevó la guerra hasta el Guadiana, entrando á saco todas las poblaciones
abiertas, cogiendo rico botín y numerosos prisioneros y sembrando el terror
y espanto en el corazón mismo de la dominación sarracena.— 9 22— Si los
triunfos del victorioso Rey D. Alfonso dieron á entender á los escasos mora
dores cristianos de La Mancha que muy pronto sacudirían el yugo mahome
tano, también inauguraron aquella época aciaga de lucha incesante, de re
presalias crueles y de malestar indecible, que dieron por resultado su comple
ta despoblación. Quizá en este triste y azaroso período recibió la antigua
Oretania el nombre de Manx a, desierto, que los cristianos al hacerla suya
castellanizaron con el de Mancha, como desde aquella época es conocida.
El Rey Alfonso siguió en los años sucesivos corriendo la tierra musulma
na, aumentando con sus laureles sus riquezas, haciendo tributarios á los re
yes moros de Andalucía. La fama de sus victorias cruzó el Estrecho, y el Rey
de Túnez solicitó su alianza. En guerra éste con los moros andaluces, traba
jó con ardor para interesarle en su ayuda; pero Alfonso de Castilla negó su
amistad al africano, y para acordar los medios de defensa, si éste desembar
caba en España, juntó á los príncipes moros en los campos de Calatrava, en
Almodóvar tal vez, por ser la población más numerosa de La Mancha en
aquel tiempo; ya enfermo regresó á Toledo, donde murió al poco tiempo,
30 de Junio de 1 109.
La muerte de tan valeroso Rey contristó tanto á los castellanos como
alentó á los africanos, los que contenidos á duras penas por su mano de hie
rro, lanzáronse al otro lado del Estrecho á recobrar lo que la espada vence
dora de tan poderoso Rey les había arrebatado. Infinita hueste cruza Sierra
-
221
Morena al mando de Halí, Emperador de Marruecos, y como serpiente hos
tigada y contenida lánzase sobre su presa para devorarla, así el africano to
ma y destruye cuanto encuentra á su paso y asienta sus tiendas al pié de las
murallas de Toledo. No la pudo tomar y se retiró, pero las armas cristianas
perdieron en esta invasión las plazas que tenían en La Mancha, y los africa
nos destruyeron unas y aseguraron otras con fuerte guarnición, (i)
Proclamado Alfonso VII Rey de Castilla y sosegadas las alteraciones del
reino, dirigió en 1144 sus huestes á mermar el poder musulmán en la Penín
sula. Con poderoso ejército entra por la parte de Toledo y camino de Calatrava, desde donde los almorávides hacían cruda guerra. No tomó esta forta
leza, pero corrió la tierra haciendo cautivos y despojos, tomó y saqueó á Alárcos, Caracuel, Mestanza, Ahnodóvar y otros pueblos y regresó á Toledo sa
tisfecho de victorias y rico en despojos. Las tribus musulmanas se agitaban
en revolución haciéndose cruda guerra, por lo que Alfonso VII á favor de
aquella anarquía seguía ensanchando sus dominios y dando dias de gloria á
las armas cristianas. En el mes de Enero de 1147 con aguerrido ejército se
puso sobre Calatrava; hallábase esta fortaleza defendida por numerosa guar
nición, como fuerte avanzado, desde el que con continuas correrías y frecuen
tes alarmas sostenían los moros con ventaja la lucha y hacían gravísimos
daños en los campos y pueblos del reino de Toledo. Apretóse el cerco, que
fué largo, ganándose al fin la plaza tras recia acometida.
El Emperador, juntamente con su mujer D .a Berenguela y su hijo don
Sancho, otorgó en Salamanca á 13 de Febrero de dicho año carta de dona
ción á “Raimundo Arzobispo de Toledo, primado de España y á sus suceso
res y á todos los canónigos de la Iglesia Catedral de Santa María la Mezqui
ta Mayor de Calatrava con sus tiendas, viñas y todas las heredades que tuvo
y poseyó en tiempo de moros; y os la doy para que como hasta aquí fué
Mezquita de Moros, la hagais Casa de Dios é Iglesia de Fieles, haciendo
que diez clérigos, presbíteros y diáconos permanezcan allí para su servicio.
Además os doy el diezmo de todas la rentas reales de Calatrava, conviene á
saber, de portazgo, del quinto, de las tiendas, de los baños, de los hornos,
del pan y vino, de los molinos y de la pesca, y de todo lo que pertenezca al
fisco.,, (2)
El Arzobispo consagró la Mezquita Mayor de Calatrava en honor de la
Virgen Santa María y puso en ella los diez clérigos, concediendo al superior
jurisdicción eclesiástica y título de arcediano de Calatrava. Viendo además el
Emperador lo mucho que importaba para la seguridad del reino de Toledo,
que la villa y fortaleza de Calatrava se conservase en poder de las armas
cristianas, por estar frontera de los moros de Andalucía, el año 1150, tres
(1) S andoval .— Crónica general de España.
(2) Bol. de la Ac. de la Hlst., t. 7.°
—
222
—
después de su conquista, hizo donación de ella y confió su custodia á los
Templarios, milicia religiosa establecida en Castilla desde el 1 1 28. (1)
La muerte del Emperador acaecida en las Fresnedas cerca del Puerto del
Muradal el 21 de Agosto de 1 1 57, la repartición que se hizo de sus reinos
entre sus hijos D. Sancho y D. Fernando y las disidencias que á aquél sus
citó el de Navarra alentaron á los moros, los que entrándose por La Man
cha, recobraron á Almodóvar, Alárcos, Caracuel y demás pueblos conquista
dos por D. Alfonso en 1 1 55. Juntándose después en gran número amenazan
atacar y rendir á Calatrava, con el fin de internarse en el reino de Toledo
y concluir con el nombre cristiano; flojeó el ánimo de sus defensores, el
Maestre de los Templarios fué á Toledo, donde residía entonces D. Sancho,
e l Deseado, le manifestó que no se atrevía á defender la plaza de tanta fuer
za coaligada le rogó se sirviera tomarla para su Corona Real y enviar
gente para su defensa. Estuvo en su poder ocho años y la defendieron con
grandes gastos de su hacienda y peligro de sus personas, porque todos los
dias eran acometidos de los moros. El Monarca aceptó la dejación, y la for
taleza y villa de Calatrava volvió á entrar en el Patrominio Real. (2)
Afligióle á D. Sancho esta determinación, y con el fin de precaver sus
funestas consecuencias ordenó que los heraldos pregonasen, que si algún ca
ballero ó persona poderosa se atrevía á tomar á su cargo y riesgo la defensa
de Calatrava, se la cedía por juro de heredad para sí y sus herederos con to
dos sus términos, castillos y aldeas; ni hubo entre la nobleza quien se atre
viese á tamaña empresa. Sólo dos religiosos cistercienses tuvieron ánimo pa
ra mantener á Calatrava; uno fué D. Raimundo Serra, abad de Fitero, á
quien D. Vicente de la Fuente tiene como natural de Tarazona y antiguo
prebendado de aquella iglesia y otros historiadores por barcelonés; y el otro
u n compañero suyo llamado Fr. Diego de Velázquez, burgalés de la Bureba,
hidalgo y antiguo soldado del Emperador, el que habiéndose hecho famoso
por sus hazañas conservaba en el claustro el valor y abrigaba bajo la cogu
lla todo el fuego guerrero de sus juveniles años.
No hacía mucho tiempo que la palabra de S. Bernardo había empujado
t o d a la Europa beliciosa contra el Asia, y la palabra y ejemplo de este santo
(1) Salazar y Castro no admite esta Tenencia de los Templarios, pero esta noticia debida
al Arzobispo D. Rodrigo y seguida por todos los historiadores está confirmada por el fuero
que el Emperador concedió á Calatrava. Concedo nt omnes tan nobiles quam ignobiles qui in Cala
trava fuerint populati unum ídem habeant forum et eandem consnetudinem, quas imposuerunt sibi
F ratrks —Colee, de p n vil. de la 0, de Calat.—t. 1. fol. 4—Aparato para la Hist. de Calat.—Mascareñas—M. S. Tribunal de las 0. Milit.— Año 1147— El historiador hebreo Abrahán Hal-levi
cuenta, que habiendo el Emperador arrancado á Calatrava, le asignó por alcaide al hebreo R a
bí Juda; pero entre los que confirman el Fuero de Calatrava se menciona Vitalis de Tholosa,
Alchaide in Calatrava, además, de que como observa el P. Fita no se compadece bien esta noti
cia con la dominación de los Templarios— Bol. de la Acad. de la Hist.— t. 14, pag. 267— 1889—
(2) El P. Fita, lug. cit., siente haberse realizado estos hechos no en Toledo, sino en A lm azán donde estaban los Reyes de Castilla y Navarra con el Arzobispo D. Juan y donde se otor
gó ó los religiosos del Cister la donación de Calatrava.
español é hijo suyo conmueve también toda Castilla. El predica la guerra
santa en la ciudad de Toledo y sus cercanías, el arzobispo D. Juan publica
una cruzada y le da grandes recursos en gente y dinero, y de tal modo ha
blan y encienden los ánimos, que ni un solo toledano deja de ir á la guerra
ó enviar hombre ó caballo á su costa, reuniendo el valeroso abad numerosa
hueste; al frente de ella se presenta en Calatrava, consuela á sus habitantes,
J anima á los débiles, estimula á los valerosos, siendo tales los aprestos toma
dos con ánimo y diligencia, que su ruido resonó en el frontero campo, dete
niendo el avance del enemigo, lo que hizo trocar el temor en arrojo temera
rio, avanzando el ejército cristiano hasta Ubeda y Baeza, de donde tomó ri
cos despojos.
Y es fama que abonan los cronistas, que después de ahuyentados los mo
ros tornó S. Raimundo á su monasterio de Santa María de Fitero, y de allí,
cual otro Pedro el Ermitaño, trajo dineros, bastimentos, armas y hasta vein
te mil personas de todo sexo, edad y condición, las que repartió por los cam
pos y aldeas entonces yermos y despoblados. Ocupada La Mancha por las
tribus agarenas y hecha teatro de sus sangrientas discordias para lograr su
restauración, no les quedaban á los cristianos sino dos caminos, el de su
conquista primero y después su población. Obsérvase en la Reconquista de
España, que apenas las armas cristianas sentaban su vencedora planta en al
gún territorio establecían colonias y atendían tanto á su seguridad como á
su inmediata repoblación, sin duda porque habituados á buscar por sí solos
los medios de conservación y dominio, tenían éste por el de más energía y
eficacia. Repoblando las tierras que adquirían por su indomable esfuerzo, au
mentaba el número de sus defensores, que habían de disputar el terreno con
todo el valor con que se defiende siempre el propio suelo y el querido hogar.
S. Raimundo, impulsado por este pensamiento salvador y profundo, dirigió
su primer paso á la vez que á la defensa de Calatrava, á traer de Castilla
pobladores, entre los que repartió tierras y pueblos vacantes y ruinosos, in
teresándoles en la defensa del reino de Toledo, del que eran las primeras
avanzadas, y de sus hogares al mismo tiempo. Regaban estos soldados labra
dores los campos con su sangre y su sudor, restauraban y constituían la na
ción española con su espada y la mantenían con el trabajo. De como vivie
ron aquellos primeros pobladores de La Mancha entre el ruido de los com
bates, que proporcionaban la continuas algaradas de los moros, y trocando
incesantemente los aperos de la labranza por las armas de la guerra, lo di
cen sus castillos y fuertes por doquier diseminados, sin orden ni concierto
al parecer levantados; publícanlo sus almenados campanarios y sus iglesias
aparejadas de sólidos y fuertes muros. La misma campana que convocaba
los fieles al templo á adorar al que vino á traer la paz al mundo, daba la se
ñal de la alarma y del combate. La historia, fijándose por su naturaleza y
origen en los actores de más bulto de aquel glorioso drama, desatendió estos
hechos heroicos de abnegación y patriotismo, que no por ser desconocidos y
—
224
—
aislados, contribuyeron menos á hacer sólido y duradero el dominio de las
armas cristianas.
En virtud de la palabra real empeñada por D. Sancho III á S. Raimun
do le otorgó en la villa de Almazán en Enero de 1 1 5 8 “ Carta de donación,
y texto de Escritura, para siempre valedero, á Dios, y á la Bienaventurada
Virgen María, y á la Santa Congregación del Cister, y á vos D. Raimundo,
Abad de Santa María de Fitero; y á todos vuestros Frailes, así presentes co
mo por venir, de la Villa que se llama de Calatrava, para que la tengáis, y
poseáis horra, libre y pacificamente, por juro de heredad, desde ahora para
siempre, y la defendáis de los Paganos, enemigos de la Cruz de Cristo, con
su favor, y el nuestro. Y digo, que os la doy con sus términos, montes, tie
rras, aguas, prados, y pastos, entradas y salidas, y con todos los derechos
pertenecientes á la dicha Villa, para que la tengáis, y poseáis por juro de
heredad, como tenemos dicho, vos, y todos vuestros sucesores, que fueren de
vuestra Orden, y quisieren servir á Dios allí para siempre; y esto hago por
amor de Dios, y salvación de mi ánima, y de mis padres, y porque Dios sea
por vosotros reverenciado, y la cristiana Religión sea ampliada, y nuestro
Reino reciba aumento y amparo con vuestro servicio agradable á Dios todo
poderoso. „ (1)
Al abrigo de los privilegios y exenciones, que S. Raimundo concedía
de acuerdo con el Rey de Castilla, acudieron pobladores de toda la Monar
quía á tomar vecindad en el Campo de Calatrava. Aconteció también, que
muchos caballeros y gentes de las que vinieron á Calatrava con S. Raimun
do, para combatir y rechazar á los musulmanes, no quisieron volverse á sus
hogares, sino que renunciando al mundo abrazaron la orden Cisterciense, y
el santo abad les dió, tanto á éstos como á sus monges de Fitero, hábito de
cente y templado, como convenía á la soltura y ligereza necesarias, para
guerrear y combatir con los musulmanes. Refieren los cronistas de la Orden
de Calatrava, que por este tiempo hallóse en esta fortaleza el Rey D. Sancho
un día que se ofreció rebato de moros; vió la priesa y ánimo con que los
monges salían al enemigo; ahuyentado éste y viendo después el recogimien
to y fervor con que asistían al coro y cantaban las divinas alabanzas, dijo al
abad: “ Paréceme, Padre, que el son de las trompetas hace á vuestros súbdi
tos lobos y el de las campanas corderos. Será, respondió el abad, porque
aquéllas los llaman para resistir á los enemigos de Cristo y vuestros, y éstas
para alabarle y rogar por vos. „
El S. de Mascareñas dice, que al encargarse el abad Raimundo de la de
fensa de Calatrava puso la condición, de que si su expedición tenía el éxito
que esperaba, se había de instituir en aquella villa y fundar una nueva reli
gión militar para defensa de la cristiandad en España, cuyo pacto aprobó el
( 1)
Definiciones de C alat.
—
225
—
R ey y confirmó por escritura pública en Almazán. (i) Pero este documento,
según puede verse en lo esencial que dejamos copiado arriba, nada dice de
la Orden que de aquella heroica defensa había de brotar. Los soldados que
cambiaron el traje militar por la cogulla, las necesidades de la diaria lucha
que habían de sostener con los moros, los que no podían avenirse á dejar es
ta tierra, obligó á S. Raimundo á ordenar el convento como una plaza de
guerra y á preparar á sus religiosos á estar prontos á la oración y al comba
te, cuya organización militar y religiosa á la par fué el cimiento y principios
de la poderosa Orden de Calatrava, que por más de 300 años había de ser
la dueña y señora de la principal capitanía de O retania.
Ignórase el tiempo fijo que los abades sucesores de S. Raimundo gober
naron el convento de Calatrava; mas á 25 de Septiembre del año 1 1 64 el Pa
pa Alejandro III expidió una Bula en favor de D. García, Maestre, y de los
Freires de Calatrava aprobando la Regla, que á los mismos había dado el
abad Gilverto y el Capítulo Cisterciense. a Ordenando, que cualesquier pose
siones, y bienes que al dicho lugar de Calatrava, justa, y canónicamente po
see, ó en lo venidero por concesión de Pontífices, merced de Reyes, y Prin
cipéis, y oblación de fieles, ó por otros justos modos, mediante Dios, podrá
adquirir, os sean firmes, y estables á vosotros y á vuestros sucesores. „ El
Capítulo del Cister alaba y aprueba el objeto y fin de la nueva Orden que
era solo el combatir á ¿os enemigos de ¿a F é y les dá á sus freires una re
gla austera y sencilla, cual convenía á una milicia religiosa. Unicamente en
la ropa interior podían usar lienzo, habían de vestir túnicas cortas, que les
permitiesen montar á caballo, manto y por hábito de religión el escapulario:
dormían vestidos y ceñidos, en el oratorio, dormitorio, refectorio y cocina
habían de guardar silencio, y únicamente podían comer carne tres dias de la
semana y en las fiestas principales.
Si S. Raimundo al trasladar el convento de Fitero á Calatrava y organi
zar su defensa contra los diarios ataques de la morisma allegó los materiales
sobre los que se había de levantar la poderosa Orden de Calatrava, aunque
las crónicas guardan silencio sobre los primeros años de su gobierno, debe
mos deducir, que bajo la autoridad de los abades dominaba el espíritu mona
cal y religioso, tanto en su régimen interior como en sus relaciones con la
Orden esencialmente religiosa á que pertenecían. Pero el espíritu guerrero
de la época y la lucha diaria que se vieron obligados á sostener con el mu
sulmán, hicieron conocer la necesidad de una organización más militar y en
armonía con la vida del soldado, aunque conservando con las prácticas de
una vida austera el lazo de subordinación y obediencia filial á la orden Cis
terciense á que pertenecían. Y esta fué la misión que los freires del conven-
(1) Fundación de la O.— Definiciones de 1652— pag. X I —Guillamas—JReswa Hist. de las 0 .
Militares.
29
—
226
to de Calatrava cometieron á su primer Maestre D. García, la que éste llevó
á feliz término obteniendo la sanción papal. El espíritu que animó á S. Rai
mundo de Fitero y al Maestre D. García es el mismo consignado por el Ca
pítulo del Cister al frente de la Regla, pelear contra los enemigos de nues
tra patria y de nuestra Fé; pero variaron en la forma en que los religiosos de
Calatrava habían de cumplir con este precepto esencial de su instituto. La
organización como Orden militar la recibió de D. García, por lo que no sin
razón es considerado y tenido por algunos historiadores por su fundador.
Calatrava en el Maestrazgo de la Orden vio aumentar sus dominios con
la rendición de castillos, liberalidad de los reyes, generosidad de poderosos
familiares y el botín de la victoria que le concedió Alfonso VIII, en breve
tiempo se hizo tan fuerte y poderosa, que al confirmarla Alfonso IX sus pri
vilegios, exenciones y franquicias, y señalar sus términos ó linderos, más
bien parece que fija las fronteras de un reino, que no los estados de un va
sallo, que había de militar bajo sus banderas y vivir sujeto á sus leyes.
“Yo D. Alfonso.... hago carta de donación y concesión, y estabilidad, á
Dios, y á la Orden de Calatrava.... Concedo aquella donación de Calatrava,
que mi padre el Rey D. Sancho, antes de ahora dió á los Freiles de vuestra
Orden. Estos son los términos que* yo el rey D. Alfonso doy y concedo.....
conviene á saber, desde las Navas, que se dicen de la Condesa, como va
aquella Sierra, que se dice del Puerto del Muradal, y como va Ja Sierra hasta
Burialame, y entra derechamente hasta Xandola á la peña que se dice del
Barco, y como vajan las aguas de Villamayor á la cabeza del Pinar, y va de
rechamente al Castillo, que se dice de Murgabal, y como va á Guadamora, y
de allí pasa á la cabeza de los Almadenes, que esta entre el rio Guadarmez
y Guadamora, y baja á la cabeza del Guijo, que esta sobre el Villar de San
ta María en la última parte del Encinar del Pedroche, y como va á bajo junto
al Castillo de Santa Eufemia, y de allí va á las Mesías derechamente, hasta
el sitio donde entra el Rio de Alcudia; y el Rio de Gargantiel en el rio de
de Guadarmez, y de allí va por debajo del Almadén de Chillón, á la Hoz de
Estera derechamente, á la cabeza que se llama de Agudo, al vado de la Hi
guera de Estemellas, y por el camino que va por Espina, que dicen del Pe
rro, y de allí va al Puerto de Alfober, hasta la Sierra que se llama de Orgaz-„ (i)
Pero no se circunscribía el dominio y posesiones de la Orden dentro de
(1) Definiciones y Biliario de Calat.n
#
Alfonso VIII protector decidido de la Orden le concede la propiedad de todo castillo que
ganare de los sarracenos; si fuere ciudad ó cabeza de obispado cuatro casas con sus hereda
des á su elección para obtener el diezmo y dos si sólo formaran parte de la hueste del Rey—
1173—En 11.88 hace merced de ración á 5 caballeros con sus cabalgaduras que permanecie
ran en su corte; al año siguiente igualmente les concede la décima del 5.° de todo cuanto su
ejército ganare, de toda la tierra que adquiera de paganos y el derecho de portazgo y mon
tazgo del ganado que pasare por su término.
—
227
—
los términos fijados por D. Alfonso, los que formaron el Campo de Calatrava, sino que ya en aquella fecha, á ios 30 años de establecida, contaba ade; más en castilla con las villas de Ocaña, Ciruelos, Cogolludo y el diezmo de
Uclés, con otras posesiones y heredamientos; en Aragón con Alcañíz y en
Asturias y Galicia tenía también algunas villas y lugares; constituyendo un
poder que envidiaría más de un Monarca de aquel tiempo.
El Maestre era la autoridad suprema de la Orden, ejercía el gobierno
temporal y el espiritual en todo lo que podía ejercer sin orden sagrado. Con
fería los hábitos, así á caballeros como á religiosos, proveía las encomiendas,
prioratos y beneficios y corregía y castigaba las personas y vasallos de la
^ Orden. Su elección se hacía por caballeros y comendadores en Capítulo Ge
neral, y su cargo era perpètuo. Además tenía la Orden de Calatrava para
¡ su gobierno y administración seis dignidades; la del comendador mayor, que
I era la primera después del Maestre, su lugarteniente, gobernando la Orden
| en las vacantes; comendador mayor de Aragón ó de Alcañíz, segunda digni
dad y su cargo era gobernar la Orden en aquel reino, y clavero, á cuyo
cargo estaba la guarda y custodia del castillo y convento mayor de la Orden.
Del prior, sacristán mayor y obrero hablamos al tratar de Calatrava la Nueva,
donde estas dignidades ejercieron su cargo y tuvieron deslindadas sus atri
buciones respectivas.
La residencia de la Orden en Calatrava la Vieja cubrió á la patria de
gloria, y esta naciente institución logró atraerse la admiración y gratitud de
toda Castilla, como espanto causó el valor de sus caballeros en el campo
enemigo. Su primer Maestre D. García no se contenta con rechazar victorio
so cuantas acometidas sufre Calatrava de los moross no bien avenidos con su
pérdida, sino que los persigue hasta Sierra Morena, consolidando el dominio
de la Orden en la cuenca del Guadiana. Su sucesor Frey D. Fernando Escaza concurre con sus caballeros al cerco y toma de Zorita y sin dar descanso
á su mesnada se apodera del castillo de Ferrai en las cumbres de Sierra
Morena, el que valerosamente defienden los caballeros contra ocho mil ene
migos, que intentan recobrarle. En unión de las tropas reales coge nuevos
laureles y ricos despojos, recibiendo como premio á su valor generosas mer
cedes. D. Martín Pérez de Siones, tercer Maestre, lleva su victoriosa hueste
hasta la vista de Jaén, en 1 1 70, y defiende las posesiones de la Orden en
Aragón. La crueldad de que hiciera triste alarde en Almodóvar del Campo
le enemista con los caballeros, los que al fin vuelven á su obediencia. Asistió
á la toma de Cuenca y fundó el Hospital de Guadalerza, adquiriendo para
la Orden á Alcañíz, donde después se había de fundar convento y la residen
cia del comendador mayor de Aragón. D. Ñuño Pérez de Quiñones es ele
gido cuarto Maestre de la Orden en 1 1 82 y dos años después consigue sobre
los musulmanes señalada victoria. Asistió al Capítulo que la Orden del Cister celebró en Borgoña y dió á su Orden segunda Regla, que aprobó Grego
rio VIII. En unión del Arzobispo de Toledo hizo una entrada en Andalucía
—
228 —
cogiendo numerosos prisioneros, con el infante D. Fernando en 1192 co
rre las tierras de Ubeda, Santistéban, jaén y Andújar, saqueando sus pue
blos, talando sus campos y haciendo rica presa en cautivos y efectos.
Estos frecuentes y rudos golpes de las armas cristianas mermaban consi
derablemente el poder musulmán en España, y temieron los caudillos de este
pueblo que su fin se aproximaba, si un supremo esfuerzo no abatía y humi
llaba al pendón de Castilla y recobraban á la vez los numerosos castillos y
pueblos perdidos. Numerosa embajada cruza el Estrecho para exponer á sus
hermanos del Africa su apurada situación y la necesidad en que estaban de
pronto y eficaz auxilio, si su raza había de prolongar por más tiempo su do
minio sobre las comarcas andaluzas. Aben Jussuf Almanzor, Emperador de
los Almohades, accede á la demanda y promete venir con todo su poder en
su auxilio. Así que congrega sus guerreras tribus y con poderosa hueste des
embarca en las playas de Andalucía, proclamando la guerra santa. El Rey
de Castilla, con noticia de las inmensas fuerzas enemigas que sobre él ve
nían, pidió apresuradamente ayuda á los de León, Navarra, Aragón y Por
tugal, los que prometieron reunírsele en Toledo con todas sus fuerzas. Avan
zaba entre tanto la morisma, “ caminando por tierra de Sevilla, se tendió por
los campos de Córdova, torció el camino hacia Alarcos, amenazó al reino de
Toledo. Desnudó de yerbas las Navas ó llanuras de Tolosa, y allanó con pi
cos los más escabrosos peñascos. Pasó las sierras más encumbradas y con la
muchedumbre de sus gentes agotó los rios. Su ejército era innumerable, y
como la arena del mar la muchedumbre. „ (1)
Alfonso no tuvo paciencia para esperar á los ejércitos auxiliares y sa
liendo de Toledo en dirección á Calatrava, se encontró con el gran ejército
musulmán á la vista de Alárcos. Desatendió el Rey el prudente consejo de
sus capitanes, de no admitir la batalla hasta tanto que no llegaran los aliados,
y dió la señal de acometer al amanecer del día 19 de Julio de 1195: se tra
bó por ambas partes valerosa y sangrienta lucha, sin decaer ninguno de los
combatientes por largo rato; pero como el número de enemigos era inmen
so y se renovaban continuamente, los cristianos hubieron de declararse en
retirada. Más de 20.000 hombres perecieron en tan triste jornada, dejando la
Orden de Calatrava sobre el campo de batalla la mejor y más lucida parte
de sus caballeros. La rota de Alárcos determinó la toma de la fortaleza de
Calatrava, el cruento sacrificio de sus heróicos defensores, la devastación de
sus términos, y de tan floreciente región sólo quedó el nombre y la tierra en
sangrentada.
Grande fué el estrago y horrible el trastorno que la nueva irrupción de
los musulmanes, más terrible y sangrienta, si cabe, que la primera conquista,
causó en la mayor parte de los pueblos de La Mancha; de algunos no quedó»
(1) D. Rod. Jim. de Rada.—De Rebus . Hisp.
—
229
—
sino el recuerdo de su existencia consignado en los pocos documentos que
de aquel tiempo han podido salvarse y las encomiendas que la Orden fundó
después para residencia y sustentación de sus caballeros. La villa de Calatrava fué arrasada y completamente destruida en el corto pero fiero y rudo
combate, que precedió á la toma de la fortaleza; los árabes no la pudieron
levantar del letargo mortal en que dormía, porque molestados continuamen
te por los caudillos toledanos y las mesnadas de la Orden, solo atendían a
aumentar las defensas de la fortaleza.
Despojada la Orden de Calatrava de la fortaleza que le sirviera de cuna,
no hallándose sus caballeros seguros en Guadalerza por la proximidad del
enemigo, se refugió en Ciruelos, pasando después a Kugeda y Cobos, sin te
ner asiento fijo, hasta que el comendador mayor D. Martin Martínez concibió
la arriesgada empresa de establecer y colocar el convento á la falda de Sie
rra Morena y sorprendió al efecto é hizo suyo el castillo de Salvatierra.—
II98__Pero lanzados de aquí tras gloriosa defensa, la Orden se retiró á
Zorita.
El triunfo conseguido en Alárcos por los musulmanes les había hecho
concebir la esperanza de humillar para siempre el nombre cristiano, y para
intentar un supremo esfuerzo, el Emperador de los Almohades conmovía el
Africa entera para la guerra santa y con los habitantes de Fez, Marruecos y
Andalucía juntaba el mayor ejército, que jamás había visto España. La toma
de Salvatierra y la prudencia del Rey de Castilla, que no creyó oportuno
acudir con todo su poder en su auxilio, aumentaba su arrojo y confianza; pe
ro Alfonso VIII no permanecía inactivo y se aprestaba á la lucha con todos
los elementos de su poder y de su fé religiosa. Inocencio III concedió para
esta jornada las gracias de la Cruzada, y mientras reyes y pueblos allegaban
todas sus fuerzas para aquella gigantesta lucha, rogativas, procesiones y ayu
nos pedían al cielo su protección.
El 2 1 de junio de 1 2 1 2 emprendía su movimiento desde Toledo la hueste
cristiana, llegando al tercer día de su marcha á Malagón. Rendido su casti
llo avanzaron hacia Calatrava, cuyo camino, así como el cauce del Guadiana
que los cristianos tenían que atravesar, habían los moros cubierto de pun
tas de hierro y abrojos acerados para que ni caballos ni infantes pudieran
pasar sin lastimarse los pies. Colocaron también en las almenas de la forta
leza gran número de banderas, maquinas y aparatos de defensa, para hacer
ver al ejército cristiano que tras sus murallas se albergaba fuerte guarnición;
mas como los ardides humanos, dice el Arzobispo D. Rodrigo, nada son con
tra el poder de Dios, la poderosa hueste cristiana supo vencer estos obstácu
los sin sufrir molestia alguna, pasó el Guadiana y acampó al pié de^ Calatra
va. Los árabes habían aumentado sus poderosas defensas y al abrigo de su
ancho foso y fuertes y sólidas murallas se creían inexpugnables. Aben Cadis
que la defendía se había conquistado merecida fama de guerrero entendido y
valiente, y tiempo hacía que era el terror de aquella frontera. Por esta razón
—
230
—
surgió la duda entre el Rey y principales caudillos, si convendría atacar la
plaza, considerando que su conquista emplearía mucho tiempo y que tan
arriesgada empresa exigía poderosas máquinas de guerra, de las que care
cían; pero prevaleció el parecer de los que querían se atacara la fortaleza sin
demora, y el 30 de Junio, que cayó en Domingo, los musulmanes fueron
vencidos, entrando triunfante el Rey en Calatrava. Defendiéronla con de
nuedo y valor, pero el empuje de las tropas fué irresistible, y perdiendo por
otra parte la esperanza de ser á tiempo socorridos, pidió su caudillo capitu
lación. Los reyes de Aragón y Castilla con los nobles de uno y otro reino se
inclinaron á admitir las condiciones del vencido para la entrega de la plaza;
los extranjeros por el contrario insistían en que todos sus defensores habían
de ser degollados. Prevaleció la opinión de los españoles sin otra condición
que la de salir desarmados. Los extranjeros á quienes se iban haciendo du
ras las fatigas de la campaña tomaron de estas disidencias pretexto para re
tirarse; el Rey D. Alfonso, para alhagarles y hacerles desistir de su perjudi
cial propósito, repartió entre ellos y los aragoneses los inmensos almacenes
y riquezas que allí encontró, sin reservar cosa alguna ni para sí, ni para los
suyos; pero no pudo vencer su obstinación y se retiraron. (1)
El Rey D. Alfonso entregó el castillo y población á la Orden de Cala
trava, con lo que recobró sus antiguos términos. Después de la batalla de
las Navas trasladó el convento desde Zorita á su antigua residencia, y el Rey
concedía á la arruinada villa grandes privilegios para atraer á su recinto po
bladores; pero no lograron éstos, unidos á los esfuerzos de los caballeros
levantar el sudario de muerte que la cubría desde la rota de Alárcos.
D. Rui Díaz de Yanguas, sexto Maestre de la Orden, herido gravemen
te en la refriega de las Navas, hizo renuncia de su dignidad, retirándose á.
vivir á Calatrava. D. Rodrigo Garcés, que le sucede, hospeda y obsequia en
esta fortaleza á los reyes vencedores y al duque de Austria, que no llegó á
tiempo al combate. Acompaña con sus caballeros al año siguiente al victo
rioso D. Alfonso en su expedición a Andalucía, y la Orden recibe en premio
de su valor los castillos de Ferral, Baños, Tolosa, Dueñas y Exnavexore,
avanzando sus dominios al otro lado de Sierra Morena, cuyas conquistas le
fueron confirmadas por Inocencio III, á la vez que la cuarta Regla en la que
se mitigaban la austeridad y rigor de la vida primitiva.
La guerra viva y sin dar descanso al acero de que fué el palenque este
país desde la batalla de Alárcos, el frecuente paso de numerosos ejércitos, á
los que el Rey de Castilla proveyó de víveres y vituallas en abundancia, y
la gran sequía que, a creer el autor de los Anales ToledanoSy se dejó sentir
en el año 1213 siguiente á la victoria de las Navas de Tolosa, causaron ei*
L a Mancha un hambre horrorosa, la que dejó desiertos sus pueblos y los deÉ
{!) D. Rodrigo Jim. de Rada.—H ist. de R . H isp.
—
231
—
reino de Toledo, el Rey, prelados, magnates y la Orden de Calatrava par
tiendo con los pobres cuanto tenían, hicieron menor el estrago. Distinguióse
el valeroso prelado toledano D. Rodrigo Jiménez de Rada, por sus esfuerzos
en defender y asegurar la conquista de este país y en aliviar la miseria
pública; pues siendo La Mancha la parte de España más castigada, donde el
azote se hacía sentir con más rigor, porque la guerra por un lado consumió
todas las existencias y por otro los árabes, intentando destruir los efectos
funestos para su dominación del memorable triunfo de las armas cristianas,
hacían frecuentes invasiones en esta tierra, llevándolo todo á sangre y fuego,
el ilustre arzobispo se quedó en Calatrava y á la vez que con mano fuerte
y experimentada rechazaba á los atrevidos musulmanes; por todas partes
alzaba fuertes y castillos para alojar guarnición que diese la voz de alarma,
reprimiese al osado enemigo y á su abrigo viviese la población, repartía
diariamente sus bienes y rentas en los pueblos, dando tan gran ejemplo de
desinterés y caridad y sufriendo por esto tal menoscabo y merma de sus ren
tas que el generoso Monarca se vió obligado á hacerle una donación cuantio
sa, como recompensa á su liberalidad para con los necesitados. En Calatrava
hubiera permanecido este egregio é ilustre prelado mientras en la afligida
Mancha existieran necesidades que remediar ó peligro de enemigos que es
carmentar y combatir, si la enfermedad del Rey no le llamara á su lado. Su
capellán y perpétuo compañero, así como cronista fiel de sus triunfos y des
venturas, quiso asistirle en su última enfermedad, confortándole con los ine
fables consuelos de la religión sacrosanta.
D. Martín Fernández de Quintana, octavo Maestre de la Orden, trasladó
el convento á su nueva residencia, frente á Salvatierra, decretando con esto
su abandono y ruina, despojándolo antes de sus militares preseas, de todo su
ornato religioso, de sus reliquias, de la imagen de Nuestra Señora de los Már
tires y de las cenizas de los primeros maestres allí sepultados.— 1 2 1 7 — (1)
He aquí como un ilustre historiador de la Orden canta el inesperado in
fortunio de Calatrava. “ El viento al traer en sus alas desde los campos anda
luces los gritos de victoria, ya no agitará nunca la bandera de la Cruz en la
torre del Homenaje; ni el sonido de su campana advertirá más á los mo
radores del campo el momento de la oración, ni la hora del sosiego, del peligro y del combate. La bulliciosa animación de la plaza de armas y los
cánticos sagrados de los religiosos bajo las vóbedas de su iglesia enmude
cieron, y el silencio y la soledad tienen como encantada la comarca.
Las torres que desprecio al aire fueron,
A su gran pesadumbre se rindieron.
Sobre los soberbios muros, poderosos durante tanto tiempo á contener el
(1) Hades de And., Crón. de Calatr.a} pág. 38.
—
232
—
violento oleage de alarbes invasiones, abre surcos el labrador para cubrir
tanto abandono y olvido con la corona de flores y espigas de la fecunda na
turaleza. ¡Efímera condición de las obras humanas! (i)
Cuarenta y tres años dominó aquí la institución más poderosa de Castilla
en la Edad Media; aquí por su arrojo y valor, por la austeridad y fervor reli
gioso de sus caballeros mereció los mayores elogios de los reyes, pontífices y
prelados, hizo servicios eminentes á la religión y á la patria y brilló en sus
mayores y más puras glorias. Arroyos de sangre costó su conquista y defen
sa á cristianos y musulmanes, y hoy tanto poder y grandeza no ofrece á la
vista sino derruidas murallas y desmoronados torreones. Ni una institución,
ni un recuerdo dejó allí la Orden que acreditara su gratitud á la histórica for
taleza inmortalizada por su santo fundador y cimiento de su grandeza; pues
el priorato de Santa María de los Mártires, que instituyó un siglo después de
su abandono, lo agregó prontamente al curato de Carrión, como también su
encomienda, y el alcaide que nombró en 1652 para custodiar una fortaleza
por tanto siglos abandonada y convertida en un montón de ruinas, obedeció
más á hacer un hueco retribuido para los caballeros, que á la conservación
de tan valioso monumento.
Obró ciertamente la Orden de Calatrava como hijo desnaturalizado, que
contrariando los más bellos y dulces sentimientos de la naturaleza, olvida los
brazos en que vió la luz primera. La traslación del convento, cuartel general
de la Orden, á las vertientes de Sierra Morena, próximo al palenque donde
se ajitaba la lucha, estaba plenamente justificada, porque “ vivir en frontera
de moros y sacar de sus manos las tierras de sus mayores, que injustamente
tenían usurpadas,, era el fin y objeto de su instituto. Pero condenar á muerte
al teatro glorioso en donde S. Raimundo y el animoso Fr. Diego de Velázquez se hicieron inmortales; decretar el abandono de aquella fortaleza que
asentada sobre las mansas aguas del Guadiana y dominando rica y fértil
comarca, era el recuerdo viviente de sus más preciadas glorias, prenda codi
ciada poco hacía de moros y cristianos, lugar donde se había mecido su cuna
y depósito honroso de los restos de sus mártires y de las cenizas de sus maes
tres, culpa grave fué, que la Orden expiará terriblemente, viniendo á tener
el mismo fin, que reservara á la fortaleza que le diera su primer abrigo y su
ilustre nombre. La ínclita Orden abandona y destruye hoy á Calatrava, á cu
ya sombra recogió sus primeros laureles y toda su riqueza y poder; mañana
sus caballeros dejarán el traje de sus heróicos fundadores y relegarán al des
precio esta rica presea de hazañas inmortales; más tarde tendrán por molesta
y dura la vida de abstinencia, de oración y de retiro, que inspiró á D. Ro
drigo Jiménez de Rada su más bello elogio; á la austeridad y á la penitencia
reemplazarán el lujo y la molicie, y de abdicación en abdicación y de re-
(1) Ferz. Guerra.—Hist. de las O. de Caballería.
formia en reforma llegarán á ser lo que la perla musulmana de La Mancha,
una ruina más, destinada á vivir del recuerdo de pasadas grandezas, (i)
IPero si la Orden abandona á Calatrava y sepultar intenta su glorioso
nomibre entre sus ruinas, la Virgen Santa María, á quien su mezquita mayor
habita sido dedicada por el Arzobispo Raimundo en el acto de su conquista
por el victorioso Emperador Alfonso VII, había aceptado la piadosa ofrenda,
y quedóse allí en doble aunque sencillo trono ensalzada, para cubrir con su
mantto tan gloriosos recuerdos. La Virgen de la Blanca en la fortaleza, la de
ios Mártires sobre los sepulcros de los vencidos en Alárcos y sacrificados al
furotr del musulmán cubrieron con su sombra augusta aquellos despojos de
las lhumanas grandezas, y con su devoción y culto hicieron sagradas aquellas
ruinias. (2)
(1) Oreto y N. Sra. de Zuqneta.
(2) Art. Ciudad-Real —Sta. María de la Blanca.
Uno de los muchos castillos que la Orden de Santiago levantó en el
Campo de Montiel para defensa de su población, incluido por D. Enrique de
Castilla en 1 2 1 7 entre los términos de Alhambra en favor de su favorito don
Alvaro de Lara. En este concepto es mencionado por el concejo de Alcaráz
en 1243, y según D. Bernavé de Chaves no se pobló hasta mediados del
siglo XIV. Aldea por lo tanto de Alhambra, hasta que fué declarado inde
pendiente, tenía sin embargo su concejo en 1575, contando éste para sus
gastos con los productos de la dehesa de Masegotillo. Le era anejo El Carri
zal, aldea asimismo del Campo de Montiel en 1243 y de las dos formó la
Orden una encomienda, la cual producía en 1 81 5, según el S. Guillamas,
22.100 reales y poseía por este tiempo el Marqués de los Valvases y don
Gregorio Tapia.
Al separarse de Alhambra en los últimos años del siglo XVI, hubo de
abonar á la matriz 578.000 mrs., por lo que ésta había pagado á la Ha
cienda por el privilegio de primera instancia. D. Jacinto León, poseedor de
los créditos del concejo de Alhambra, pasó á ser acreedor de esta villa en
virtud de esta obligación, y tal presión llegó á ejercer sobre ella, que la privó
de hecho de su jurisdicción, nombrando su alcalde mayor para la admi
nistración de sus bienes comunales y negocios de sus vecinos, cuyo abuso
cortó el Capítulo General de 1650, procediendo contra el poderoso in
truso. (1)
Situado este pueblo á orillas del Azuer linda al N. con la Osa de Mon
tiel, E. Villahermosa, S. Fuenllana y O. Alhambra. Su población fué siempre
escasa y su crecimiento caminó con gran lentitud, pues en el siglo X V tenía
(1) Arch. Hist. Nac. Cajón 214—Montiel —
—
285
—
solos 25 vecinos, llegando penosamente á 100 en el pasado XVIII, determi
nando el actual un aumento considerable, en cuanto que en el censo de 1857
se le señalan 174 vecinos con 804 habitantes, elevándose en el de 1887 á
3 1 4 y 1 329 respectivamente.
Su iglesia parroquial está dedicada á Sta. Catalina y tiene la categoría
de entrada.
*
Torre Albeg le llama el Papa Honorio III en su Bula de 1 2 1 7 expedida
á favor del Arzobispo D. Rodrigo Jiménez de Rada, concediéndole “ las Igle
sias que con el favor de Dios habían sido arrancadas del dominio musulmán
en su tiempo y hallábanse en su poder. „ De regreso de la jornada de las
Navas el valeroso Prelado de Toledo quedóse en Calatrava para vigilar el
campo del vencido enemigo y afianzar los provechosos resultados de la vic
toria. Y á fé que no estuvo ocioso, pues no sólo dedicó su celo y actividad á
la reparación de los destrozos causados por el poderoso ejército de los cru
zados y á la repoblación de La Mancha, sino que en unión de los caballeros
de Calatrava despoja al musulmán de cuantos castillos y plazas poseía aun á
este lado del Puerto del Muradal y señala á los Montes M arianos ó Sierra
Morena como el límite y barrera de sus dominios en la nación española.
Nuestras crónicas le llaman también Torre de A lb rit y era una de las
torres que se extendían á lo largo de la vía romana de Mérida ó Zaragoza
por Lam inio, conservada por el pueblo musulmán, hubieron de rendirla por
la fuerza las armas cristianas. La torre ó castillo hallábase en el cerro que
recibió después el nombre de Castellón, el que obandonado por cesar la
lucha entre musulmanes y cristianos y cesar por lo tanto su necesidad vió
levantarse á él próximo el pueblo á que dió su nombre. Las casas se constru
yeron en el monte conocido por Mata de Mencaliz, de aquí Castellar de la
Mata y como del territorio y señorío de la Orden de Santiago se conoció
después por Castellar de Santiago de la Mata. (1) Situado en un valle regado
por La Rambla y rodeado de sierras, linda al N. con Alcubillas, E. Cózar,
S. Torre de Juan Abad y O. Torrenueva, perteneciendo al partido judicial
de Valdepeñas del cual dista 4 leguas. A mediados del siglo XVI tenía ya
(1) Bull. 0. S. Jac.— p. 414—Relación Topog.
—
237
—
el Castellar 360 vecinos, de los cuales eran 30 hidalgos, y en el censo de
1887 figura con 554 y 2 1 2 1 habitantes.
Perteneciendo la dehesa de La Mata al término y jurisdicción de Torre
de Juan Abad fué su aldea hasta el año 156 3 en que logró su libertad é
independencia de Felipe II, mediante el abono de 5.000 ducados; cuya im
portante cantidad arbitró el pueblo arrendando por 20 años la dehesa que
tenía en término de Montiel. Como su matriz pertenecía á la Mesa Maestral,
formó parte del Común de Montiel y su justicia era elegida en la forma
común á todos los pueblos del Campo.
Su iglesia parroquial lleva la advocación de Santa Ana y denunciada por
ruinosa en 1862 fué habilitado el Pósito para las funciones del culto. El Ilustrísimo Sr. D. José María Rancés, Obispo Prior de Ciudad-Real, dispuso su
reedificación, la que corrió á cargo del maestro de obras José joaquín García,
siendo bendecida y abierta al culto por el citado prelado en 25 de No
viembre de 1893. El curato en tiempos de la Orden era muy pobre, pues
sólo tenía de renta el besamanos, ofrenda anual de los vecinos y 5.000 ma
ravedís que cobraba anualmente de la Mesa Maestral. Hoy tiene la catego
ría de primer ascenso.
*•
El Rey D. Alonso e l Sabio, llenando un alto fin político de tener en el I
Campo de Calatrava una plaza, que á la vez que se daba la mano con Tole- j
do y Córdoba, contrarrestara el poder y pujanza de la ya temida Orden de I
Calatrava, determinó fundarla en el término de Alarcos, antigua ciudad de :
O retania, conservada en el señorío realengo ó de la Corona de Castilla, bien
á pesar de las ambiciones de la Orden y sin tener para nada en cuenta sus
pretendidos derechos.
Siendo inútiles cuantos esfuerzos habían hecho los Reyes por repoblar á
Alarcos desde su reconquista en 1 21 2, porque lo insano del lugar retraía á
los pobladores ó alejaba prontamente á los que en él intentaban fijar su j
asiento; Alonso X concibió la feliz idea de crear una “ grand Villa é bona; é
■ que consservasse, é tuviesse entre todos por fuero, é que fuesse cabeza de
toda aquella Tierra« en una de sus aldeas llamada el Pozuelo de Don Gil, al
que hizo variar este nombre por el de Villa Real. (1)
Con el objeto de llamar pobladores á aquel lugar, concedióles D. Alón - 1
so los privilegios y franquicias siguientes: “ E yo sobre dicho Rey D. Alonso,
doles, i otorgóles para siempre jamas, é á todos los moradores, que fincassen I
en Villa Real, la sobredicha, é entodo su termino, que hayan el fuero de
Cuenca en todas cosas. E do de mejoría á los Cavalleros, que ayan aquellas I
franquezas en todas cosas, que han los Cavalleros, de Toledo, é quitóles, é
franqueóles á todos comunalmente, que non den Portadgo en ninguna de las |
partes de nuestros Reynos, sacando en Sevilla, é Toledo, é Murcia, en que
quiero que lo den. E do á esta Villa sobre dicha, que aya por Aldeas, é por j
Termino Zuheruela, é Villar del Pozo, é la Figueruela, é Poblet, é Alvalat,,
(1> El Pozo de D. Gil, del que esta aldea tomó su nombre, estaba en la Plaza del P ilar en
tra el puente y la primera casa de la calle que va á la puerta de Alarcos; lo mandó cegar el
intendente Conde de Benagiar porque estorbaba p.ara el paso de su coche—1764—Laurent
Echard en su Dicción. Geográf. la llama Philipopolis con la misma razón que Nebrija y el
autor de la Bula de institución del O. Priorato Clunia.
—
239
—
con todos sus términos.... Fecha la Carta en Burgos por mandado del Rey*
siete dias andados del Mes de Febrero, en Era 1293,,— año 1255.— (1)
Para explicar satisfactoriamente cómo pudo cumplirse la predicción del
rey Sabio, de convertir el pobre lugar de Pozuelo de Don Gil en grande y
poderosa villa, precisa el que antes de dar cuenta de otros muchos privile
gios con que fué enriquecida por la generosidad de los Monarcas de Castilla,
demos á conocer el mejoramiento social, que adquirían sus moradores con
la mencionada carta y al gozar del Fuero de Cuenca con los nuevos y ex
tensos términos que le fueron agregados. Ya fuese este importante fuero da
do por Alfonso XI de Aragón á Teruel, como quiere Muñóz Romero, ó ya
por Alfonso VIII á Cuenca, como pretende Martínez Marina, ello es, que en la
legislación antigua, “ninguno hay comparable con el, ora se considere la
autoridad y extensión que tuvo este cuerpo legal en Castilla, ora la copiosa
colección de sus leyes, que se puede reputar como un compendio de derecho
civil. Era este fuero tan respetable en tiempo de Don Alonso e l Sabio, que
no solamente le manejaban y estudiaban los jurisconsultos, sino que también
cuidaban de cotejar sus leyes con las de aquel Rey. Los famosos fueros de
Consuegra, Alcázar, Alarcón, &. están tomados literalmente de este. „ (2) No
es menos notable el privilegio de los Caballeros de Toledo, del que igual
mente habían de gozar los hidalgos de Villa Real. No pagaban éstos diezmo
ni tributo alguno al Rey, ni al señor de la tierra, ni á otro alguno-, y tanto
de lo que labraren en heredad ajena, como de sus bienes propios, habían de
estar libres é inmunes de toda exacción ó gravamen. (3) La tendencia de los
caballeros de Calatrava á residir en Villa Real, la que inútilmente combatie
ron los Capítulos Generales, los Maestres y Reyes, á más de la mayor como
didad y holgura que les prestaba su crecido vecindario, radicaba en estas in
munidades y franquicias.
L a Crónica de Alfonso X consagra un capítulo á la fundación de Villa
Real, y si no fuera común entre los historiadores, que el cronista del Rey
Sabio llenó de fábulas su obra, bastaría á demostrarlo lo que á CiudadReal concierne. El P. Mariana, que fielmente le siguió, incurre en los mis
mos errores. No acertó tampoco el sabio jesuíta al decirnos, que al fundar
el Rey de Castilla á Villa Real, “pretendía en esto, que por estar este pue
blo asentado en la raya de Andalucía, sirviese como de un fuerte ó baluar
te, para impedir las entradas de los bárbaros, y para que dende los nuestros
hiciesen correrías y cabalgadas; „ (4) pues ni Villa Real estaba cercano á la
frontera, ni su posición tiene ninguna de las condiciones que exigía la es
trategia militar de aquel tiempo, para constituir una plaza de guerra. El pen-
(1)
(2)
(3)
(4)
Carta pu ebla — M. S.—Bib. N ac.—P. V .—C. B—núm. 13.
Ensayo hist. crit. sobre la antigua legisl. de León g C a st. —núm.
Colección de Fueros —Muñóz Romero—pág. 384.
Libro X I I I —Cap. 15.
12S.
—
240
—
samiento que impulsó á los Reyes de Castilla, para repoblar, aunque sin re
sultado, á Atareos, y el que movió á D. Alonso á fundar á Villa Real sobre
la aldea Pozuelo, consignado queda ya, y lo ha de comprobar suficientemente
su historia y hasta si se quiere su nombre, no exento de marcada signifi
cación.
Ordenó Alfonso X á los de Villa Real que á la vez que construían sus
casas levantaran también su Alcázar, autorizándoles para sacar libremente
maderas para estas obras de todo el Campo de Calatrava; y por que los de
la Orden vieron siempre con malos ojos la predilección é interés con que el
Monarca de Castilla atendía á esta nueva población y trataran de estorbarla
por todos los medios que estaban á su alcance, prohíbeles el Rey bajo rigo
rosas penas, que impidan á sus vasallos y á los de fuera de la Orden el venir
á poblar á Villa Real y á los concejos de Cuenca, Alcaráz y Alárcos les dá
á saber el privilegio que aquéllos tenían de poder libremente sacar maderas
de sus términos para edificar sus casas— i 263—•. El desorden y desgobierno
característico á aquel reinado y las poderosas ambiciones coaligadas contra
la nueva población hicieron, que estas franquicias no fuesen en todo tiempo
respetadas, y sin fuerzas, ni prestigio la autoridad real para hacerse obede
cer, los nuevos pobladores de Villa Real confiaran á las armas y á su valor
la defensa de sus queridos fueros, obligando á la poderosa Orden de Calatrava á capitular, sancionando su primer convenio en Calatrava la Vieja doce
años después de haber recibido del Rey Alfonso X sus privilegios. (1)
Este Monarca pudo ya habitar su Alcázar, cuando se dirigía á guerrear
contra el rebelde musulmán, y á su primogénito D. Fernando dióle igual
mente albergue, cuando congregando todas las fuerzas cristianas intentaba
contener á Jacub, el cual como torrente furioso, sembró la desolación y la
muerte en Andalucía, amenazando también á Castilla. El Infante sintió aquí
los primeros síntomas de la enfermedad cruel, que á los pocos días había de
concluir con su vida, muriendo el 25 de Julio de 1275; “ lleváronle á ente
rrar á las Huelgas de Burgos, dice la Crónica, ca allí avía el escogido su
enterramiento. „ (2) El infante D. Sancho, segundo hijo de D. Alfonso, que
desde Burgos venía también á la guerra con gran refuerzo, supo en el cami
no el fallecimiento de su hermano y á marchas forzadas se dirigió á esta
villa, y ganando á D. Lope Díaz de Haro y demás ricos hombres y caballe
ros, que aún aquí se encontraban, se hizo proclamar Heredero del Reino, á
la vez que enviando á todas partes refuerzos, atendía á las necesidades de la
guerra, demostrando ya, aun cuando sólo contaba 18 años, su gran esfuerzo
y la ambición que alimentaba en su pecho.
Esta pasión, que era la nota dominante de su carácter, era alentada por
lo s desaciertos de su padre en el gobierno de la nación y descontento de la
(1) Archivo Munic. de Ciudad-Real.—Leg. N. 27.
(2) Crón. de D . Alf. X..—Cap. 55.
—
241
—
nobleza. No podía ignorar D. Sancho, que á esta aguijoneaba en su rebelión
contra el R ey su padre su insaciable ambición, y por esto, para atraer á los
nobles á su partido, no escaseó las mercedes, ni escatimó las promesas. La
Orden de Calatrava tomó no pequeña parte en estas revueltas, y como quie
ra, dice la Crónica de Alfonso X I , que desde la fundación de Villa Real,
“ trabajaba de facer mucho mal et mucho daño á los de Villa Real porque
eran del Rey, otrosí, porque faciéndoles el mal se hermaría aquella;,, bien
fuera que pusiese por precio á su adhesión á los tenebrosos planes del hijo
rebelde la cesión de esta codiciada villa, ó que D. Sancho, para mejor atraer
á su partido elemento tan influyente y poderoso, la ofreciese, ello es, que
hallándose en Córdoba á 7 de Agosto de 1280, expidió el documento si
guiente: “ Sepan quantos esta Carta vieren, como yo Infante Don San
cho..... por facer bien, é merced á vos Don Joan Gonzalvez Maestre de la
Orden y Caballería de Calatrava, é á la Orden desse mismo lugar, dovos la
villa de Villa Real, con todos quantos derechos Nos i habernos, con entra
das é con salidas; salvo ende moneda forera, et que la hayades vos, é la Orden
daqui adelante para siempre jamas, é que fagades como de lo vuestro, para
vender, para empennar, é para facer de ello toda vuestra voluntad.....„ Dos
años después, á instancias repetidas de la Orden, confirmaba D. Sancho esta
donación, pero comprendiendo también á Alárcos. (1) La preferencia que
en todo tiempo dieron los castellanos al señorío realengo sobre el particular
y la rivalidad ya existente entre la Orden y los de Villa Real hizo, que éstos
resistieran á la orden de D. Sancho; favoreció su noble empresa la tenáz
lucha entre padre é hijo empeñada y las gestiones que sus diputados hicie
ron, logrando merced á su constancia y esfuerzos repetidos, el verse libres de
la dominación y señorío de los ambiciosos caballeros de Calatrava.
Semejante triunfo y victoria tan apetecida como disputada no les hizo
dormirse sobre sus laureles, sino que juntos todos los moradores de Villa
Real hacen confederación y pacto de no darse á hombre poderoso y perma
necer siempre fieles vasallos de los Reyes de Castilla, y celebran hermandad
con los concejos de Extremadura y Toledo, para mutuamente ayudarse en la
defensa de sus fueros y privilegios.— 129 0 — (2)
Esta fidelidad y amor á los Reyes con tanto valor sostenida fué siem
pre muy del agrado de éstos, así es, que no le escasearon sus mercedes. El
infante D. Federico no solamente renueva y pone en vigor el antiguo privi
legio de Alfonso X, de poder extraer leñas y maderas del territorio de la
Orden, sino que concede á Villa Real por el tiempo de diez años exención
completa de todo pecho y tributo á la Corona,— 1 2 8 1 — franquicia que por
espacio de siete años había ya gozado en el reinado de Alfonso X. Confirma
D Juan I á sus vecinos en el goce del fuero real y privilegio de caballeros;
(1) Bul. O. de Calat.a —Indice del archivo del S. Convento—f.° 64—1 O8.
(2) Invent.0 de Escrit. y yirivil.0—Leg. 27.
31
—
242
—
D. Juan II en 1 4 1 7 ratifica cuantas concesiones habían obtenido de sus pre
decesores; dan los Reyes Católicos á esta ciudad en 1504 las ordenanzas de
Valladolid, y conociendo cuanto importaba su conservación, no sólo envían
poderosos auxilios á sus vecinos, para sacudir el yugo del Maestre de Calatrava, sino que les conceden, que de muros adentro sean libres de pedido,
moneda y martiniega; (1) hallándose la Reina Isabel en Membrilla á 7 de Ju
lio de 1477 otorga exención de bagajes á los hijosdalgo, dueñas y donce
llas de esta ciudad, y en 15 de Octubre de 1485, que estaba aquí, satisfizo
por completo el memorial de peticiones que le presentó su concejo. Confir
mó todos estos privilegios el Emperador en 1506, autorizando á sus vecinos
para que pudieran usar daga y espada en 1 5 2 1 .
Dice Garibay, que el 1 421 apoderándose el infante D. Enrique d é l a
persona de D. Juan II, y logrando éste evadirse del Castillo de Montalbán,
donde le tenía cercado, hizo un llamamiento á sus reinos acudiendo solícitas
las Hermandades de Castilla y en primer término la de Villa Real, por lo que
el Rey otorgó á dicha villa el título de ciudad, ordenando, que de allí en
adelante se llamase Ciudad-Real.
Apenas Villa Real se vió libre de las garras de la Orden de Calatrava,
cuando hubo de defenderse contra una provisión real, que tendía á menos
cabar su libertad y á sujetarle al yugo particular, que tanto odiaba. D Al
fonso XI de Castilla concedió á D.a Leonor Fernández, doncella de D.a Leo
nor de Guzmán, el derecho de dar las varas á sus alcaldes ordinarios; pre
eminencia de que ya gozaban los comendadores en el Campo de Calatrava.
— 1 3 3 4 — Tuvo el buen acuerdo este concejo de escribir á la encumbrada
dama manifestándole, ser aquel derecho contra los fueros de la villa, y res
petuoso suplicaba, tuviese á bien interponer su poderosa influencia con el
Monarca para conseguir su derogación; accedió gustosa y deferente, y Villa
Real se vió libre de esta servidumbre.
D. Juan I, que se había interesado por la suerte de León V, Rey de A r
menia, preso por el Soldán de Babilonia, cuando llegó á Castilla para darle
las gracias, además de obsequiarle con grandes fiestas en Segovia, donde se
hallaba celebrando Cortes, le hizo donación de Villa Real por los dias de su
vida, no sin empeñar su palabra real, que de allí en adelante no la daría á
otro, sino que la conservaría en su Corona.— 13 8 3 — ¡Tan firmes y enérgicas
serían las representaciones de esta villa, que obligaron al Monarca castella
no á alentar á sus vecinos con la esperanza, de que no habían de pasar á
(1) Pedido—Subsidios que las Cortes otorgaban al Rey por razón de una empresa extraor
dinaria—Moneda—Tributo destinado á enjugar el déficit del Tesoro público, se repartía en
tre los vecinos en proporción á sus bienes —Martiniega —martina, derecho feudal, especie de
censo predial ó infurcion que pagaba el dueño de un terreno al Rey ó al señor del territorio
por el día de S. Martín. Cuando este tributo se abonaba en el mes de Marzo se denominaba
marzadga. Contribuc. é Impuestos en León y Castilla durante la Edad Media—Conde de Codillo—
Id. D. Ramón Sánchez Ocaña—Memoria—Colecc. de Fueros municip.—Muñoz y Romero.
—
243
—
otro señorío! Pero su hijo D. Enrique III no se creyó obligado á la promesa
de su padre, y en 1396 hizo merced de esta villa á D.a Beatriz, su madre,
ordenando sí, que á la muerte de ésta no se volviera á enagenar. (1) Tam
poco se creyó obligado D. Juan II, su hijo, á respetar la forzada cláusula,
al hacer las paces con su hijo D. Enrique y devolver la tranquilidad al reino
hizo donación de esta villa á su mujer D .a Blanca de Navarra; pero sus ve
cinos hubieron de manifestar sus fueros, y tan acertadamente dirigieron sus
pretensiones, que el Rey de Castilla no se contentó con revocar su donación,
sino que confirmó además sus amados privilegios.— 14 42— Poco tiempo du
ró á los vecinos de Ciudad-Real el gozo de verse libres de dominio extraño,
pues condenada estaba su libertad é independencia á padecer de tiempo en
tiempo eclipses, que la habían de hacer para ellos más apetecida y estimada.
D. Enrique IV la dá en dote á su mujer D .a Juana de Portugal en 1455; de
jando esta señora como recuerdo de su señorío la torre del Alcázar, que man
dó edificar en el sitio que ocupaban unas casas que había junto á él, las que
adquirió á este objeto;— 1 4 7 3 —-debiendo además á D.a Juana los vecinos
de Villa Real la exención de todo perdido y moneda forera.
La historia de Ciudad-Real en la Edad Media toda está como reconcen
trada en la lucha porfiada y sangrienta con la Orden de Calatrava, que prin
cipió con la concesión de franquicias y privilegios de Alfonso X, la que se
templó con la trascendental reforma que sufriera la Orden de Calatrava al ser
incorporada á la Corona, pero cuyos vestigios duran aún hasta el reinado de
Carlos III, defendiendo siempre esta ciudad las regalías que les concedieran
los Reyes de Castilla. Enumerar todas las peripecias y lances de la continua
da lucha, hacer mención, siquiera fuera ligera, de los combates, atropellos
y atentados contra las personas por una y otra parte beligerante realizados,
dar cuenta de ios pactos y concordias en los que Maestres, caballeros y con
cejo se prometían hoy buen trato, cordialidad mùtua y respeto sincero de
sus respectivos derechos, para quebrantarlos mañana confiando sólo á la fuer
za de las armas, á la venganza y á la violencia su custodia y defensa; y refe
rir, por último, los perdones generales que los Reyes de Castilla se vieron
obligados á dar desde Alfonso XI hasta D. Juan II y los Reyes Católicos,
para que á los vecinos de Villa Real y vasallos de la Orden no le fuesen mù
tuamente imputados los robos, muertes y toda clase de delitos cometidos
al calor de la refriega y con el cebo siempre mortífero de la venganza, ocu
paría muchas páginas, sin que de relato tan sombrío pudiera otra lección sa
carse, sino es, cuánto unos y otros se apartaron del espíritu religioso y pa
triótico que animó á sus padres, aquéllos héroes de nuestra Reconquista que
manejando al igual el arado y la espada pusieron el cimiento de nuestra li
bertad y riqueza. Nos detendremos, sin embargo, en sus rasgos más salien
tes, que aunque la sobriedad y concisión aquí se nos imponga, no nos es per-
(1) Legajo núm. 21.—Invent. de Escras. y privilegios.
—
244
—
mitido el pasar por alto tres siglos, los más característicos é interesantes de
la historia de este pueblo.
La causa esencial y primitiva de esta perpétua rivalidad está vinculada
al pensamiento, que guió á nuestros Reyes, para fundar á Ciudad-Real y cui
dar en todo tiempo de su mejoramiento; guerra que informa toda la Edad
Media, puesto que, representaba la aspiración constante de los Reyes en con
servar su primacía en lucha continua con los nobles y ricos hombres, que
tendían á mermar la autoridad real. Pero el motivo que dió origen á todas
sus querellas, paladinamente lo expresa y determina Alfonso XI; “ por quanto, dice, vi cartas é privilegios del rey Don Alfonso mió abuelo é del rey
Don Fernando mió padre.... en que mandava que el concejo de Villa Real
que cortasse leña verde, é seca, de los montes, é veviessen las aguas, paciessen las yerbas con sus ganados: é agora la Reyna mi madre díjome
que había Maestre de Calatrava é sus freyles que non los dejan á los vecinos
é moradores de Villa Real é su termino cortar leña de los montes.... ni traer
el carbón.... ni el esparto, nin las otras cosas que son menester.... en esto
dispassan contra las cartas é los Privilegios, é los usos, é las costumbres que
el Concejo de Villa Real ovieron con los otros maestres.,, — 12 de Julio de
132 9 .— (1) Careciendo Ciudad-Real de estas cosas necesarias para su exis
tencia, siéndole reconocidos estos servicios por los Reyes en sus cartas y
por los Maestres en sus repetidos convenios, al ser violados estos derechos
por la Orden, faltaba á la justicia y conculcaba la fe jurada. Mas el pensa
miento de destruir á Ciudad-Real fué en ella permanente, como este era
el camino más seguro y expedito para conseguir su codiciado objeto, de aquí
el que no cesara en su ocupación de prender á los leñadores, lanzar de sus
dehesas á los ganados y prohibir el uso de sus molinos; reclamaba siempre
el concejo de Villa Real, aunque sin resultado, y enardecidos unos y otros
en la defensa de sus intereses, guiados por la pasión y añejos rencores, lan
zábanse á la lucha sangrienta, allegando al combate cuantos recursos halla
ban á las manos y les prestaban el estado de la nación. Tanto influía la si
tuación del reino en el proceder de los contendientes, que fué ley invariable
á la que no faltaron jamás, el recurrir á las armas, cuando el desorden del
gobierno y debilidad del Monarca les impedían ocuparse en otra cosa, que
en sostener su autoridad, y el pleitear en su curia cuando era ésta potente y
robusta. Para la defensa de sus derechos sostenía Villa Real una milicia per
manente de cien jinetes y doscientos ballesteros, y reclamando esta fuerza el
infante D. Felipe, tutor del Rey, en 1325, hubo de contentarse con un au
xilio de dinero, “por no dejar desamparada en la lucha empeñada con la or
den de Calatrava, „ autorizando este mismo Infante á Villa Real, para que
ocupara el Castillo de Guadalerza, que pertenecía á sus contrarios.
El reinado de Fernando IV y menor edad de Alfonso XI fueron tan pro(1) Libros Capit. Núm. 26.
—
245
—
; vechosos á Villa Real como perjudiciales á la Orden-, pero el fuerte reinado
que inició el último hizo cesar la lucha en el terreno de la fuerza, para lle
varla al de la ley, y llamando á su tribunal las pruebas todas del proceso
dictó su sentencia en 1329, ordenando en ella, que Villa Real devolviera á
la Orden á Benavente, Alcolea, Picón, Sedaño. Turrillo, Hernán Caballero,
í Peralbillo, La Celada, Fuente Porcuna, Robledo, con todos sus términos, y
; las ruedas ó aceñas del Espino, Gación, Batán el Nuevo, Pedro Sancho, Batanejo, Emperador, Salceda y Torrecilla, condenándole además al pago de
60.000 maravedís por los frutos que de los mismos había recibido. Al fin de
| cortar de raíz estas discordias dió varias providencias el Rey de Castilla, las
; que mencionaremos al tratar de Miguelturra; pero desgraciadamente no lo; graron calmar las excitadas pasiones de los dos bandos contendientes, con■ tribuyendo á ello la Orden como siempre en primer término, pues según nos
j refiere Rades de Andrada, su cronista más conspicuo, continuó en su fatal
tarea de hacer mala vecindad á Villa Real, castigando con rigor inusitado
i á los que cogía cortando leña en sus dominios y haciéndole á sus vecinos
1 en las demás cosas el mayor mal que podía; vengáronse éstos y terriblemenI te de tales demasías, admitiendo á los caballeros rebeldes D. Alonso de ManI silla, D. Juan Ramírez y D. Gonzalo de Mera, y acaudillados todos por don
Juan Nuñez vencieron al Maestre en batalla campal y asolaron el vecino pue| blo de Miguelturra.
El diligente cronista Rades de Andrada nos refiere el último acto de
I hostilidad armada de la Orden contra Ciudad-Real. “Elegido, nos dice, don
| Rodrigo Tellez de Girón Maestre de Calatrava en Villarrubia á los ocho
I años, administró el maesrrazgo su tío D. Juan Pacheco, pero muerto este
i cuando aquel contaba solos 16 años de edad tomó las riendas del gobierno;
I al mismo tiempo que se declaraba fogoso partidario de D .a Juana y hacía
I crecer las hondas divisiones de Castilla, declaró la guerra á Ciudad-Real coI mo de la Corona. „ “ Juntó en Almagro 300 de á cavallo con otros 2.000 peoI nes y fué contra esta ciudad con intento de tomarla para su orden. Decía
1 pertenecerle por virtud de la donación que el rey D. Sancho el Bravo havía
| hecho de aquel pueblo. Los de Ciudad-Real se pusieron en defensa por no
salir de la Corona Real; y sobre esto uvo guerra entre el Maestre y ellos,
I en la qual de ambas partes murieron muchos hombres. Finalmente el Maes
tre tomó la ciudad por fuerza de las armas como parece por la crónica de
los Reyes Católicos, la tuvo muchos dias, y hizo cortar la cabeza á muchos
hombres de ellos, porque habían dicho algunas palabras injuriosas contra el;
y á otros de la gente pleveya hizo azotar con mordazas en las lenguas. Los
de la ciudad se quexaron á los Reyes Católicos de los agravios y afrentas
que los de la Orden de Calatrava les hazían; y dixeron como en aquella
ciudad avia pocos vezinos, y ninguno dellos era rico ni poderoso para hazer
cabeza del contra el Maestre: antes todos eran gente común y pobre, por
estar la ciudad cercada de pueblos de Calatrava y no tener términos ni
—
246
—
aldeas. Los Reyes Católicos viendo que si el Maestre de Calatrava quedava
con Ciudad-Real, podía más fácilmente acudir con su gente á juntarse con
la del Rey de Portugal, que ya avia entrado en Extremadura, enviaron con
tra el á D. Diego Fernandez de Cordova, Conde de Cabra, y á D. Rodrigo
Manrique, Maestre de Santiago con mucha gente de guerra. Llegaron estos
dos capitanes á Ciudad-Real donde el Maestre D. Rodrigo Tellez estava,
y pelearon la gente de unos con la de otros á la entrada y por las calles,
que no es pueblo de fortaleza, ni castillo, sino solamente cercado de una
ruyn cerca. Todos pelearon valerosamente, y de ambas partes murieron
muchos-, mas como los dichos dos capitanes avian llevado mucha gente, y
los de la ciudad eran con ellos, vencieron, y echaron fuera al Maestre con
los suyos. Estuvieron allí los capitanes mucho tiempo haciendo guerra en
las tierras de la Orden á fin de que el Maestre por defenderlas dexase de
acudir al Rey de Portugal.« (i)
D. García López de Padilla en el siglo XIV y D. Rodrigo Téllez Girón
en los últimos años del siguiente fueron los Maestres de Calatrava, que más
extremaron su odio á Ciudad-Real, jurando su ruina, la que estuvieron á
punto de conseguir; porque circunscribiendo el primero su término á poco
más de sus murallas, hacía imposible la vida de sus vecinos, y á durar más
tan penosa situación se hubieran visto obligados á dejar desiertos sus hoga
res. Jurando el segundo su exterminio y haciendo sufrir la última pena por
el más ligero motivo á los que no sucumbieron en la lucha y huir no pudie
ron; á no venir las tropas reales en su auxilio, esta ciudad en breve tiempo
dejara de existir á manos de su implacable verdugo. La incorporación de los
maestrazgos de las Ordenes Militares á la corona cortó de raíz estas violen
tas escenas teñidas con sangre; pero dejó aún por largo tiempo expedito y
libre el camino al expediente y litigio, porque á más del espíritu de la épo
ca muy afecta á las batallas curiales, la Orden seguía aún animando con sus
tendencias guerreras al consejo y á los comendadores, señores territoriales
de los pueblos del Campo de Calatrava. La lucha no manaba ya sangre, pe
ro si causaba la ruina y empobrecimiento de los concejos, obligados á con
sumir todos sus recursos en las Audiencias.
La sentencia de Alfonso XI que incapacitaba á las personas y vasallos
de la Orden para tener heredades y casas en Villa Real confirmada por los
Capítulos Generales, prohibiendo éstos además á los caballeros y comenda
dores la residencia en esta villa, puestas también estas disposiciones en vigor
por los Reyes Católicos, para impedir todo motivo que diera ocasión á
■ renovar sus perpétuas discordias, no fueron bastante fuertes para ser obede
cidas. (2) Los caballeros siguieron viviendo en Villa Real á pesar de las De-
(1) Chrónica—Calatrava —fol.° 79.
.
,.
(2) El Cap. Oral, do 1747 levantó esta prohibición do vivir y comprar haciendas á les ca
balleros en Ciudad-Beal.—Definiciones.—
—
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¡
247
—
fruiciones, aquí tenían sus casas y algunas propiedades, el Maestre poseía el
Almojaraifazgo ó Alcaicería desde 1434 por permuta que hizo con D. Alvaro
de Luna, al que fuera concedido por D. Juan II, las monjas de la Orden de
Almagro el mesón de caballeros y el comendador de Las Casas y Fuente
el Moral cobraba un cornado por cada panilla de aceite, que se vendía al por
menor fuera de los dias de mercado franco.
Gozó Ciudad-Real de los beneficios de una larga paz desde sus luchas
con la Orden de Calatrava hasta la invasión francesa, señalando la his
toria de aquella funesta y asoladora guerra una de sus etapas funestas. Esta
blecido aquí el conde de Cartaojal en el invierno de 1809 con 16.000
infantes y 3.000 caballos acantonados en los pueblos circunvecinos, que
constituían el Ejército de la Mancha, el 24 de Marzo avanzó por Guadalerzas
hasta cerca de Consuegra; pero viendo á este pueblo fuertemente ocupado
por los franceses retrocedió por la Venta de Juan de Dios y Malagón, repasando el Guadiana por Peralvillo perseguido de cerca por 6.000 infantes y
1.50 0 caballos. Mandó avanzar la caballería á sus antiguos acantonamientos
y él permaneció en Ciudad-Real, hasta que el 26 cruzando los franceses el
Guadiana, vinieron á sorprenderle; logró rechazar al día siguiente 27 las
primeras avanzadas, pero acudiendo un verdadero ejército enemigo arroyó
á la infantería española, ésta se pronunció en retirada, consiguiendo Cartao
jal reunirla en el Moral. Así continuaron los nuestros por Valdepeñas y San
ta Cruz, hasta guarecerse en su punto de apoyo Sierra Morena. Una semana
después toda esta región quedó libre de enemigos y la Junta, que se había
retirado á Almodóvar, volvió á funcionar en esta ciudad. (1)
R égimen y gobierno. — El régimen y gobierno de Villa Real se confió á
su concejo, compuesto como los demás de Castilla de sus alcaldes, regidores
y demás oficiales; muy pronto vieron los primeros mermadas sus atribuciones
por los Corregidores, que nombró aquí la Corona desde el siglo XIV, cuyo
sueldo varió desde 24.000 maravedís, que les asignó Enrique III, hasta 400
ducados señalados por D. Juan II. No podía ser regidor ningún converso, ni
caballero ó comendador de la Orden de Calatrava; á la creación de los regi
mientos perpétuos llegó á juntar este ayuntamiento diez y ocho, con más
alférez mayor y teniente, los que asalariados todos con el corregidor de los
fondos comunales constituían una carga insoportable. Varias veces decretaron
los Reyes su extinción, especialmente en el siglo XVII, cuando la expulsión
de los moriscos y públicas calamidades redujeron tanto y empobrecieron á.
esta ciudad; pero unas veces ellos mismos la quebrantaban y las más como
su supresión había de ser por muerte eludían la ley, renunciando en favor
de sus deudos, haciendo así inútil ley tan provechosa.
El principio de la contribución de millones en 1674 y el ser Ciudad-Rea
(1) Gómez Arteche.—T. 5.°, pág. 238—C. de Toreno.—
—
248
—
cíesignada para residencia de la tesorería preparó el terreno para ser elegida
capital, al crearse por los años 1691 la provincia de La Mancha, bajo el
mando de un intendente, el que asumió también el corregimiento, habiendo
de prestar fianzas al tomar posesión de su cargo. El nombramiento del con
de de Valparaíso de ministro de Fernando VI hizo, que interesándose por la
prosperidad de Almagro trasladara el Rey la capitalidad á aquella importan
te villa en 1750. Ciudad-Real no cejó ni un solo momento en sus instancias
por recobrarla, no lográndolo hasta la muerte del Rey y elevación de Car
los III al trono de España, el que en su cédula dada en el Pardo á 28 de
Febrero de 1761 dice: “ Visto lo informado por el Consejo de Hacienda,
Sala de Millones y lo representado en contra por Almagro vine en que se
pasase á Ciudad-Real la Intendencia con las officinas correspondientes de
Rentas desde primero de Enero de este presente año, agregándose al Inten
dente el corregimiento, y nombrando Gobernador para Almagro. „ En el
aciago período de la guerra de los franceses tuvo también aquí su asiento
la junta suprema de defensa de la provincia, compuesta de dos individuos
presididos por el Corregidor.
Esta provincia de La Mancha ni conservó siempre este nombre, ni la
misma demarcación, pues en los años sucesivos sufrió importantes modifica
ciones. En 1808 con la nueva división territorial de España, esta provincia
tomó el nombre de Departamento de los Ojos del Guadiana, cuya nomen
clatura varió igualmente José Bonaparte por el de Prefectura de CiudadReal, hasta que por las Cortes de 1822 se hizo una nueva división, quedan
do constituida la provincia de Ciudad-Real casi en la forma actual, puesto
que, en la nueva demarcación de 1846 sólo perdió algunos pueblos al N. E.
y E., adquiriendo en cambio los de los Montes de Toledo.
Conserva esta ciudad una provisión de Alfonso XI del año 1325 en la
que ordena á su concejo nombrara sus Procuradores para las Cortes, que se
habían de celebrar en Valladolid con motivo de entrar en su mayor edad y
según lo dispuesto por sus tios D. Felipe y D. Juan; (1) pero gozaba ya de
este fuero, en cuanto que, el Procurador de Villa Real firma la carta de
Hermandad, que en las cortes de Burgos de 1 3 1 5 hicieron los caballeros,
fijosdalgos y procuradores de los concejos de los reinos, para defenderse de
los daños que les hacían los tutores, la reina D .a María y los infantes Don
juan y D. Pedro; asistió también á las Cortes de Alcalá de 1348 y en las de
Madrid de 1 391 también firma el Procurador de esta villa entre los cuarenta
y nueve que á ellas asistieron. Plaqueando ya esta institución en los tiempos
posteriores, muchas ciudades perdieron su voto, conservándole únicamente
las cabezas del reino ó provincias, y aun en las de Valladolid de 1506 lo
reclamó Ciudad-Real con otras ciudades, pero se desestimó su pretensión,.
(1) Legajo n.° 27.
—
249
—
porque wse recrescería granel agravio á las cibdades que tienen voto, y del
acrescentamiento se seguiría confusión. „ Entre las leyes de que se compone
el Ordenamiento de Alcalá existen diez y seis que Alfonso XI hizo en Villa
Real en 1346.
M il ic ia s . — Ciudad-Real tuvo siempre su milicia permanente para hacer
se respetar de la Orden y ayudar al Rey, cuando éste reclamaba su auxilio;
cien ginetes de la clase de los caballeros y doscientos peones armados de
ballesta la constituyeron en los siglos XIII y XIV, y este número con esca
sa variación continuó en los siglos siguientes. Desde el cerco de Muía, el
que obligaron á levantar al Rey de Aragón por orden de Fernando IV, has
ta la guerra de las Comunidades y de Cataluña no hay apenas hecho de ar
mas en España para el que no solicitaran los Reyes su ayuda.
A udiencia .— Por cédula dada en Madrid á 30 de Octubre de 1494 los
Reyes Católicos establecían una Audiencia en esta ciudad, para que “ los
vecinos é moradores de los que viven en las ciudades é villas, é lugares de
Andalucía é del reyno de Granada, é otros lugares allende Tajo no tengan
tanto trabajo en venir con sus Pleytos é causas á la nuestra corte, é Chancillería, que esta, é reside en la villa de Valladolid— .„ Al presidente y oido
res había de aposentar la ciudad por un año y proporcionar buen edificio
donde se juntaren; fué aquél el obispo de Segovia y mientras aquí residió,
se le concedió el privilegio de nombrar los alcaldes ordinarios. La conquista
de Granada y el engrandecimiento que le dieron los Reyes, les movió á
trasladarla prontamente, no sin que la ciudad demostrara, aunque en repre
sentaciones respetuosas, su sentimiento— 1505 —
I n q u isic ió n .— Los Reyes Católicos establecieron este tribunal en esta
ciudad en Abril de 1483; permaneciendo aquí solos dos años, trasladándola
á Toledo. Fueron los jueces Pedro Díaz de la Costana, canónigo de Bur
gos, y Francisco Sánchez de la Fuente, de la iglesia de Zamora, y compren
día su jurisdicción Cibdad R e a l é su tierra é en todo el Campo de Calatrava é Arzobispado de Toledo. D. Luis de Páramo citado por el R. P. Fúta
nos dice, que condenó á la hoguera 0 5 2 herejes, porque no contentos con
profesar el error arrastraron á otros y á 220 ausentes; siendo reconciliados
18 3 por la abjuración que hicieron de su herejía. El mencionado padre de
la Compañía nos dá la relación de 279 procesos existentes en el archivo ge
neral de Alcalá de Henares y copia íntegros algunos de ellos. (1) Algún es
critor, dice el S. Ramírez de Arellano, ha afirmado que un resto de fachada
que se conserva en la casa número 4 de la calle del Lirio perteneció al edi
ficio donde en el siglo XV estuvo el Tribunal de la Inquisición; pero esta
(1)
Bol.de la B. Acad. déla Hist.—t. 20—pág. 462—481—año 1S92—t. 22—pág. 189 -3 5 5 —
añ o 18 9 3 —
32
—
250
—
es una hipótesis destituida por completo de fundamento, en cuanto que, el
edificio todo, excepto la portada, es del presente siglo, (i)
J udíos y M oros.— Apenas Alfonso X concedió á Villa Real los fueros y
privilegios que en pocos años habían de hacer de la miserable aldea Po
zuelo de D. Gil la más culta y populosa villa de La Mancha, cuando los ju
díos, que abundaban en esta región, se apresuraron á fijarse en ella atraídos
como siempre por el cebo de la ganancia que les ofrecía una población na
ciente y llena por lo tanto de necesidades; pero el Rey Sabio, aleccionado
por la experiencia, prohibióles ya adquirir aquí heredades y bienes de nin
gún género, no considerando su estancia ni útil ni provechosa para el fo
mento de la villa, ni favorable á su prosperidad. Les impidió también y pro
hibió bajo severas penas, que ejercitaran la usura con sus vecinos; pero esto
equivalía á su expulsión, y expertos en eludir la ley, hallaron fácilmente el
medio de dejarla sin cumplimiento.
En 1292 D. Sancho ordenó á este concejo no permitiera á los judíos
que habitaban en esta villa llevaran en sus prestamos á los cristianos más
del tres por ciento, renovando lo dispuesto por su padre de no serles per
mitido adquirir propiedad en su término. Pero esta ocupación lleva siempre
aneja la odiosidad del pueblo, que nunca deja de ver en los que la ejercitan
á sus más crueles tiranos; así no es de extrañar, que los vecinos de Villa
Real, en armonía con todos los castellanos, vieran con malos ojos á esta ra
za; que no tardaron en manifestar públicamente su enemistad por alguna
agresión contra ella, lo dice claramente el que Doña María de Molina en
1298 se vió obligada á severamente apercibirles, de que guardaran á los ju
díos las consideraciones acordadas y establecidas en las Ordenanzas.
Pero como la causa del mal, que era las demasías y rigor con que ellos
hacían efectivos sus créditos, no cesaba, tampoco desaparecía el odio y aver
sión de que eran objeto; así es, que repercutiendo aquí la conspiración que
contra ellos se tramó en todas las ciudades de Castilla, dieron sus vecinos
también contra ellos el grito de muerte y extermino, y el saqueo de sus ca
sas, el incendio y el asesinato inundaron por algunos días á esta población.
Los instigadores de aquel sangriento motín fueron severamente castigados,
. y para los demás concedió D. Juan II un perdón general.— 1449— (2)
No dejó de contribuir en gran parte á exacerbar las iras del vecindario
la asonada, no menos cruel y sangrienta, que provocaron los conversos en
el año anterior. Eran éstos numerosos en esta ciudad; incapacitados por sus
fueros de ejercer todo cargo concejil y público, mirados con prevención
por aquellos de cuya religión habían desertado, por los cristianos por su
origen y por las miras tal vez no muy puras de su conversión, formaban una.
( 1) Ciudad-Real Art.—p. 9.
(2) Invent. de Escras. y Privileg. cit.
—
251
—
sociedad aparte en situación violenta é irritante. En este estado sólo una
chispa sería bastante á producir un gran incendio; así al primer grito de
alarma, que diera uno de ellos, se armaron trescientos hombres, amena
zando de muerte á los cristianos viejos y obligando á los alcaldes á huir pa
ra salvar sus vidas. El comendador de Almagro que huía ante el peligro pa
gó con la vida y al clavero de la Orden costóle no poco trabajo el librarse
de no caer en sus manos. Tres días de torturas y de angustias indecibles pa
só la ciudad bajo el dominio de aquellos sicarios, temiendo á cada instante
cada uno de sus vecinos ser la víctima de su crueldad; hasta que, puestos de
acuerdo los comendadores y dignidades de la Orden de Calatrava, con gen
te de guerra vinieron á esta ciudad, acometieron á los rebeldes, logrando
hacer prisioneros á sus jefes, los que tras breve sumario pagaron en la pico
ta su delito. D. Juan II ordenó hacer minuciosa y detenida información de
aquellos sucesos considerando después como justos los castigos ejecutados.
La Aljama de Villarreal contribuía en 1290 con 26.486 mrs. siendo
por lo tanto el número de judíos 593. (1)
Los moros constituían un barrio al N. O. de la ciudad, aumentándose
con los moriscos de Granada de 1570. En su expulsión en 1 61 3 salieron
5.000 de ellos; como todos eran labradores, quedaron yermos los campos
y la población reducida á gran estrechez y pobreza. (2)
G obierno eclesiástico . — La donación que Alfonso VII, el Emperador,
hiciera de la mezquita mayor de Calatrava al arzobispo de Toledo, el que
puso en ella diez clérigos bajo la presidencia de un arcediano, dió origen
á esta dignidad, que había de llevar con este mismo nombre en la Edad
Media y con el de vicario en los tiempos modernos la representación de la
jurisdicción ordinaria en el Campo de Calatrava. ¿Dónde fijó su residencia
el arcediano de Calatrava después de la Reconquista definitiva de La Man
cha y al objeto de ejercer la jurisdicción ordinaria, que sobre ella concedió
Honorio III en 1 2 1 6 al prelado de Toledo? No es fácil ni aun el conjeturar
lo con algún acierto. El B u la rlo de Calatrava nos dá razón de esta dignidad,
pero no fija su residencia y hasta bien entrado el siglo XIV no se vislum
bra tener su asiento el arcediano en esta ciudad.
Tenía el arcediano la primera silla en el coro de las iglesias de la ciu
dad, aunque no gozaba de la presidencia del cabildo eclesiástico de la mis
ma, que por sus constituciones correspondía al abad. Cesó esta dignidad en
los últimos años del siglo XVI, y en 1662 hallamos que Alejandro VII con
cedió á D. Frutos de Patón de Ayala el arciprestazgo de Calatrava, nueva
dignidad que venía á sustituir á aquélla en todos sus derechos y preemi
nencias, cuyas rentas había el agraciado de gozar, sin ser obligado á la
(1) Amador de los Ríos.
(2) Libros Cap. núm. 13—
-
252
—
residencia. Tomó éste posesión de su cargo en la iglesia parroquial de la
Virgen del Prado y en la de Poblete, llevando anejo el cura de esta ultima
el carácter de teniente de arcipreste, el que conservó hasta nuestros días.
A la muerte de éste los Papas agregaron el arciprestazgo de Calatrava al
convento de S. Lorenzo del Escorial, en su virtud su prior presentaba al
cura de Poblete y extendía su jurisdicción á las aldeas comprendidas en la
parte del mediodía de su término, tirando la línea recta de O. á P., que
trazan hoy las carreteras de Carrión y Piedrabuena. (i)
Aún mayor obscuridad nos rodea al querer fijar el tiempo de la creación
de esta vicaría, pues aunque este cargo suena por vez primera en el concilio
de Valladolid de 1323, no tomó carta de naturaleza en el Campo de Cala
trava hasta mucho tiempo después, probablemente cuando el Emperador
ordenaba la creación de partidos y nombramiento de vicarios en el territo
rio de Calatrava, siendo el documento más antiguo, que del de esta ciudad
tenemos, una provisión del dicho Carlos I, en la que ordena al gobernador
eclesiástico de Toledo ponga en Ciudad-Real vicario docto, de fuera de la
Orden de Calatrava. (2)
P arroquia de S antiago.— El templo más antiguo de Ciudad-Real, dice
el Sr. Ramírez de Arellano, es el de Santiago, contemporáneo de la crea
ción de Villarreal por D. Alonso el Sabio. Desde su primitiva fundación te
nía la iglesia tres naves con sus ábsides terminando en bóvedas radiadas,
apoyándose los nervios de los rincones en medias columnas que partían del
pavimento y los intermedios en medias columnas que arrancaban del muro
en ménsulas muy curiosas, representando medias figuras humanas; todo
hoy casi borrado á fuerza de las capas de cal y pintura que se han ido acu
mulando sobre las labores. De la construcción antigua no quedan sino los
ábsides y el presbiterio. Su torre, también en sus orígenes de últimos del
siglo XIII, ha sufrido grandes transformaciones. (3)
(1) Archivo de Santa María—Leg. N. 1—
(2) Antes de la institución del Obispado-Priorato de las Ordenes Militares el gobierno y
jurisdicción eclesiástica de la provincia de Ciudad-Real se descomponía en la forma siguientes
Pueblos. Parroquias. Filiales.
Vicaría de Ciudad-Real....................................................... ..........
Idem de Alcaráz.............................................
Idem de Talavera........................................... ..........
Idem de Toledo............................................... ...........
Idem de Alcázar............................................. ...................
Orden de Calatrava .....................................................................
Vicaría de Infantes .....................................................................
Priorato de Uclés ............................................................................
Obispado de Córdoba................................................................. ..........
De Patronato ................................................................................ . .
C iudad-R eal A r tís tic a — p. 38 —
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W
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—
S a n ta M aría de la B lan ca . — Se halla esta santa •imagen en tosca silla
sentada y adorna su cabeza blonda cabellera; aunque su rostro ostenta es
casa corrección en los detalles, no está exento de expresión, ni deja de ma
nifestar noble y santa sencillez, concepto sublime del candor é inocencia.
Viste túnica á la romana y ancho y aplastado manto de rectos y escasos
pliegues, enriquecido con recamada orla, todo él notablemente dorado.
Tiene el Niño unido al pecho izquierdo, de ejecución correcta éste, graciosa
y rebosando tierna y candorosa expresión; bendice con su mano derecha la
manzana, que en otro tiempo le mostraba la Madre, figura y símbolo dei
pecado original, el que bendiciendo perdonaba y redimía, y en la derecha
mano tenía el texto ó libro de la ley abierto ó cerrado. Al restaurar la, se
la despojó de ese hermoso emblema y bellísimo atributo, sustituyéndole con
una mano descomunal, que hasta por ser extraña á la imagen sale rompien
do el manto y con vuelo desproporcionado, pero bastante, para que pudiera
manifestarse al través del moderno ropaje; creación funesta, pero muy pro
pia de una época que corrompió el gusto y adulteró la historia.
En 1147 Alfonso VII, el Emperador, que ya en anteriores lides había
conseguido mermar el poder musulmán con repetidas victorias y valiosas
conquistas, se pone sobre Calatrava, que estrecha y acomete sin descanso,
cayendo al fin en su poder, no sin que sus defensores dén gallardas mues
tras de su bravura. El piadoso Monarca' castellano nombra su alcaide, el que
ya ostenta el honroso título de Príncipe de la milicia de Toledo, para que
custodie y guarde tan robusta fortaleza, y por carta expedida en Salamanca
á 13 de Febrero de aquel mismo año hace donación de su mezquita mayor
“ á Raymundo Arzobispo de Toledo.... para que como hasta aquí fué Mez
quita de Moros, la hagais Casa de Dios é Iglesia de Fieles, haciendo que
diez clérigos permanezcan allí para su servicio. „ Consagró el prelado tole
dano la mezquita mayor de Calatrava en honor de la Virgen Santa María.
Allí servían y honraban los clérigos á la Madre de Dios con piadoso y per
manente culto, mientras que la vecina fortaleza abrigaba á los templarios y
veía nacer dentro de sus muros á la poderosa Orden, que había de ser por
muchos siglos la dueña y señora de La Mancha.
Pero Dios nuestro Señor, que no permite gozar del triunfo sino tras gran
des pruebas, tenía reservado un grande infortunio á la piadosa fundación
del Rey de Castilla, largos días de luto á la Orden de Calatrava y hondo
temor y espanto á las armas cristianas. El Emperador de los Almohades
vence y derrota en Alárcos á Alfonso VIII, teniendo éste que fiar á la huida
su salvación, vencedores y vencidos entran en Calatrava en confuso tropel,
sin darse cuenta los primeros del alcance de su triunfo, ni apreciar los últi
mos, como tras sus fuertes torres podían aún hacer pagar al musulmán su
victoria. Sucumben al hierro agareno cuantos se acogen en la fortaleza y en
la villa, incendian ésta y la destruyen para siempre. Diez y siete años des
pués de esta catástrofe se vé ondear el estandarte de la cruz sobre las más
—
254
—
altas torres de la fortaleza-, pero el templo mayor de la villa dedicado á la
Virgen María, como sus casas y edificios son un montón de ruinas, sin que
los privilegios y fueros concedidos á sus moradores por Alfonso VIII sean
bastante poderosos á despertarla de su mortal letargo.
El 1 2 1 2 el Maestre D. Rodrigo Garcés vuelve el Convento á Calatrava; !
cercana á la muralla que mira á la arruinada villa habilitó su iglesia, la que
dedicó á Santa María de la Blanca, erigiendo allí en modesto nicho, que |
aún permanece, la devota imagen destinada á guardar aquellas ruinas, que j
hizo venerables S. Raimundo de Fitero y la sangre de tantos mártires allí
vertida. Una vez que en su recinto dejó de oirse el toque de campana, que |
llamaba á los frailes al templo, ó los apercibía para el combate, luego que ¡
la Orden varió de residencia y llevó tras de sí todo el ruido, que acompaña j
á las grandezas humanas, Santa María de la Blanca quedó solitaria en su
modesta iglesia santificando aquel lugar, custodiando tan sagradas ruinas,
recibiendo en cambio los sencillos y fervorosos homenajes de los pastores y
labriegos, que cruzaban aquellos solitarios campos y del piadoso pueblo de
Ciudad-Real que acudía á sus plantas en los días de aflicción y de amargura. 1
¡Misterioso destino de las obras del hombre!; nacen para morir y única- i
mente alcanzan la inmortalidad, cuando se cobijan bajo la sombra augusta i
de la religión. La acción destructora del tiempo y la despiadada mano del i
hombre van minando y destruyendo a paso de gigante aquella fortaleza que j
parecía destinada á luchar con los siglos y á vencerlos; pero si aun son mi
rados sus restos con respeto y amor, lo deben, á que los pueblos comarcanos :
veneraron siempre allí á la Madre de Dios, ayer á Santa María de la Blan
ca, cuyo patronato adquiere Villa Real y estima como una de sus más pre- |
ciadas riquezas, y hoy á Ntra. Sra. de la Encarnación á la que el vecino
pueblo de Carrión tributa culto fervoroso y espléndido y profesa ardiente
amor. ¿Cómo Ciudad-Real adquirió sus derechos y jurisdicción sobre la er
mita de Santa María de la Blanca en territorio de la Orden y en término de
Carrión situada?
Tenemos á la vista un testimonio de Gaspar Fernando de la Cueva de
la Visita de este santuario sacado de la Audiencia arzobispal de Toledo
en 1 7 73> en que se hace la historia de este santuario de una manera tan
torpe y con un desconocimiento tal de los hechos, que desde luego denun
cian la tosca hilaza de su inventor. Según costumbre de aquel tiempo se
atribuye el origen de su culto al hallazgo que tuvieron un padre y un hijo
que pastoreaban por aquellos contornos. Sorprendidos vinieron á CiudadReal á dar cuenta al Presidente y oidores de esta Chanciliería y en el acto
la clerecía partió á Calatrava, recogiendo la imagen y trasladándola con
gran aparato á la parroquia de Santiago. Corriendo el tiempo D. G a b riel
López P a d illa , Maestre de Calatrava, hizo donación de los Palacios de los
Reyes moros antiguos adentro , dende los muros de ellos hasta e l rio Gua
diana á C iudad-R eal á io de A b r il de 14 8 1, esta ciudad levantó la ermita
—
255
—
y casa del santero, después su devota cofradía, fijando su fiesta en la Cruz
de Mayo, día de su aparecimiento, que más tarde se trasladó á la Pascua
del Espíritu Santo.
No es necesario gran esfuerzo para destruir tan burda historia. La
Chancillería no fué establecida en Ciudad-Real hasta el año 1494, en 1481
era Maestre de Calatrava D. Rodrigo Téllez Girón, D. García no le sucedió
en la dignidad suprema de la Orden hasta el año siguiente y los palacios
de los moros existían sólo en la imaginación del autor, en cuanto se ha de
pensar que las construcciones musulmanas que hallaron Templarios y Calatravos á su instalación en la fortaleza las modificarían notablemente para
adaptarlas á su nuevo destino.
En el siglo XVI decía el concejo de Ciudad-Real deber la posesión de
este santuario á un privilegio antiguo concedido por la Orden, conservando
ésta siempre su jurisdicción; así los visitadores desde Santa María de los
Mártires pasaban á esta ermita y establecían sus mandatos. Desde tiempo
inmemorial y hasta los últimos años del siglo XVII en las sequías y demás
calamidades la ciudad recurría únicamente á Ntra. Sra. de la Blanca, la cual
su ayuntamiento en concepto de patrono ordenaba conducir á la parroquia
de Santiago, donde se la hacían fervorosas rogativas; pero en el siguiente
siglo disminuyó tanto su culto y devoción á la par que el de la Virgen del
Prado alcanzaba su mayor esplendor, que la cofradía se disolvió, la ciudad
sólo recurría á su intercesión en contadísimas y muy apuradas situaciones,
por lo que su culto se abandonó y la ermita amenazaba ruina inminente.
En estas circunstancias el párroco de Santiago con la sola autorización
del vicario y sin contar con el ayuntamiento trasladó la imagen á su iglesia,
colocándola en el camarín del altar mayor— 1774— . Despertó la ciudad de
su letargo al ver desconocido su antiguo patronato y determinó reparar la
ermita, no permitiendo trasladar la imagen hasta tanto que sus derechos no
fuesen solemnemente reconocidos. Trascurrieron así catorce años hasta que
D. Sebastián de Almenara representó al ayuntamiento, que estando arruina
da la ermita de Santa María de la Blanca, los vecinos de Carrión entraban
en ella sus ganados, se habían llevado sus puertas y ventanas y pedía se le
concediesen los materiales, que aún restaban, á lo que accedió el ayunta
miento— 1778— con la condición de emplear su importe junto con los bie
nes y rentas que aún quedaban en una capilla en la dicha iglesia, nombran
do dos regidores para qué en unión del Sr. Almenara procedieran á su
ejecución, como lo practicaron al año siguiente. (1)
C atedral. — Pobre y reducida iglesia en su principio, de la que única
mente se conserva la puerta principal colocada detrás del coro, con señales
ciertas de no ser éste su primitivo asiento, en 1531 se hallaba ruinosa y el
(1) Leg. núm. 16—26—
—
256
—
Cardenal Astorga concedía licencia para la construcción del templo actual
más en harmonía con las exigencias de una población rica y fervorosa.
Consta por una inscripción que el arquitecto Antonio Fernández cerró sus
bóvedas en 1580, colocándose su armadura y tejado en 1764. Las sacristías
datan del 1 5 5 1 la antigua y del 1632 la nueva. El citado Antonio Fernán
dez construyó la obra de manipostería del coro en 1 581 y Juan de Villaseca
apoderó á Alonso de Rojas para contratar de la construcción del retablo
mayor según la traza hecha por Andrés de Concha, contratándole con ¡iraldo de Merlo y Juan Basten, su yerno, en 10.500 ducados. Los pintores
Cristóbal y Pedro Ruíz de Elvira ejecutaron el estofado y dorado del mismo,
recibiendo por pago de su trabajo la cuarta parte del importe de la obra.
En 1640 se hizo notar, que la gran anchura de sus bóvedas podía dar oca
sión á su ruina, determinándose la construcción de los estribos y reparación
de la torre, cuya obra ejecutó Ignacio Vélez Calderón en 1 651 por 3.000
ducados. La torre se terminó en 1825 bajo la dirección del arquitecto don
Joaquín Romero. (1)
N t r a . S r a , d e l Pr a d o . — Caminando siempre los historiadores de CiudadReal por los tortuosos senderos de la ficción y de la hipótesis desdeñaron la
investigación seria y detenida de las fuentes de la Historia, aumentando la
obscuridad, que rodear suele á los acontecimientos situados á larga distancia
de nosotros. Los funestos frutos de esta perjudicial é infecunda labor hacen
que la historia de esta ciudad se halle aún en la infancia y la necesidad de
reconstituirla á la luz de los documentos que respetó el tiempo y de la Ar
queología.
Como las creencias religiosas sean patrimonio del pueblo, al contrario
de los problemas científicos que son del dominio de pocos, y aquellas ex
tiendan por igual su influencia salvadora á la vida social y doméstica; lucié
ronlas los falsarios el blanco de sus descaradas ficciones, arraigando tan
fuertemente en la conciencia del vulgo, que no es obra de un día el deste
rrar las sombras, que empañan y deslucen nuestras más preciadas joyas his
tóricas y religiosas. ¿Cómo el error, cual imponente y devastador alud inun
dó así á nuestras aldeas como á nuestras ciudades y pudo hacer tan fuerte
presa tanto en el vulgo como en inteligencias bien cultivadas? D. Luis Del
gado Merchán, escritor infatigable y observador atento de las cosas de Ciu
dad-Real nos da la razón, diciendo: “ Las pretensiones del Clero de Santa
María surgieron como por encanto de las regiones del olvido, rodeadas de
todas las galas con que las revisten hasta entonces inmentadas tradiciones,
recogidas por el Lie. Mendoza y Porras, ó extractadas, en decir suyo, de
antiguos papeles y pergaminos casi ilegibles por el tiempo, y elevadas más
tarde á la categoría de historia por el Carmelita Fr. Diego de Jesús Ma-
(1) Archivo de Santa María.—Ciudad-Real Art.— pág. 27—
—
257
—
ría.*, ( i) Los antecedentes de este libro nos informan bien á las claras de su
espíritu y valor. En 1643 dirigía atento memorial á la cofradía de la Virgen
pidiendo cuantas noticias conservara en su archivo para la historia que tra
bajaba, y aquélla puso á su disposición la Historia del Aparecimiento de
Nuestra Señora, de Mendoza y Porras, escrita en 1587. Las solemnidades
que precedieron á su entrega y devolución son ridiculas en demasía y de
muestran la lamentable ofuscación que todos padecían. (2)
El extraordinario aumento de tablas y pinturas declaratorias de mila
gros que motivó una fuerte y bien razonada reclamación de la clerecía de
S. Pedro por este mismo tiempo, el cual veía en ellas una trasgresión de
las leyes disciplinares de la Iglesia, muy especialmente de lo dispuesto en
el Concilio de Trento, es un hecho interesantísimo, que precisa conocer,
para apreciar en justicia y señalar los móviles é intenciones que dieron tan
extraordinario incremento á estas preocupaciones. (3) Con la sinceridad y
sobriedad, á que ajustamos siempre nuestras narraciones, consignaremos
el resultado de nuestras investigaciones acerca de esta santa y veneranda
Imagen.
Obscuridad impenetrable se cierne ciertamente sobre los orígenes de su
culto; mas por su primitivo nombre de Santa María y el fervoroso amor
que La Mancha de la Edad Media profesó á la Madre de Dios, de que son
testimonio elocuente el gran número de iglesias, ermitas y santuarios por
doquier erigidos en su honor, podemos fundadamente conjeturar, que los
primeros pobladores de Pozuelo de D. Gil en tiempos cercanos á nuestra
Reconquista dedicaron su pobre iglesia á Santa María, la que por el sitio y
lugar que ocupaba recibió la advocación del Prado. Creciendo su culto y
devoción en la medida que Villa Real se desarrollaba y extendía, merced á
leyes protectoras, hasta cumplir los deseos del Rey Sabio, llegó á ser el ce
lestial refugio y consoladora esperanza de esta ciudad, que había nacido
bendiciéndola y crecía y crece aún de gratitud henchida por su no inte
rrumpida protección.
El Concejo de Villa Real tuvo siempre por patrona á esta divina Señora
y su fiesta principal de 15 de Agosto corrió en todo tiempo á su cargo, des
tinando para ella todos los años cantidades respetables, que una comisión
de su seno distribuía en lo que correspondía á la función religiosa y regoci
jos populares. Consistían estos últimos en la feria, que atraía gran concu-
(1 j La Judería y la Inquisición pág. 218 -C on tanto más gusto trascribim os este acertado
juicio, en cuanto que, al denunciar nosotros por vez primera los vicios de falsedad, de que
adolecían estas mal llam adas tradiciones, su autor paladinamente se declaró su defensor. A l
estudiar con más ahinco, aunque no totalm ente curado de añejas preocupaciones, la historia
de esta ciudad, ya hace notar frecuentes errores en que incurren los cronistas Jurado y
Mendoza.
(2) Archivo de Santa María—Leg. 10—números 510 al 588 —
(3) L eg. núm. 15—
33
—
258
—
srencia y toros; espectáculo muy querido de sus vecinos, pues cuando á últi
mos del pasado siglo el gobierno ponía enojosas trabas para dificultar su
celebración, la ciudad no escaseó sacrificios, para no verse privada en estos
dias de su favorita diversión.
Piadosa y bien nutrida cofradía se consagra á perpetuar su culto y devo
ción, muy rica en gracias espirituales y agregada por el Papa Clemente VIII
al colegio de S. Bernardo de Roma. Ricas ofrendas y valiosas donaciones,
entre las que descuellan las de sus hijos de América, los cuales desde aque
llas apartadas regiones no se olvidan de manifestar por generosas dádivas
el amor que tenían á tan excelsa Señora, hacían que su culto fuera espléndi
do y su casa se convirtiera en una joya del arte ricamente dotada. Juan B.
Vélez dejó toda su hacienda á esta iglesia, con el encargo de fundar la misa
de once diaria y construir una capilla para la Virgen; pero el clero se negó
á que la santa imagen estuviera fuera de su trono y esta disposición no tuvo
efecto, (i)
En Junio del año 1763 se acordó por el ayuntamiento que el 25 de
Mayo de todos los años se celebrara con toda festividad y devoción ¿a de ¿a
A parición de N uestra S eñor a d e l P rado su Pa t r o n a , F u n d ad o r a y R e sta u
C a stillas , la que hasta entonces se hacía por sus particu
lares devotos, quedando desde aquella fecha como voto de la ciudad. (2)
Los títulos tan extraños con que adorna aquí el ayuntamiento á tan divina
Señora, dicen bien á las claras el espíritu de que se hallaba poseído y nos
excusan de todo comentario.
S an P e d r o .— Es digno de mencionarse el que los diplomas pontificios y
gran número de documentos públicos le den el título de Iglesia de San Pedro
y de San Pablo, explicándonos la razón de los cultos que anualmente dedi
ca á los santos Apóstoles. Del estudio del edificio, continúa el Sr. Ramírez
de Arellano, puede conjeturarse se construyó en el último tercio del si
glo XIV; las tres portadas y parte de los muros exteriores del primer tercio
del XV. Las diferentes obras que han sido necesarias para evitar su ruina de
terminan en el edificio, especialmente en la parte de afuera, una serie de cons
trucciones de muy distintas épocas. La capilla mayor se reconstruyó en 1473
por el regidor perpétuo Fernando de Torres; en 1827 se restauró el retablo
mayor, colocando en su centro el cuadro de Luis López, hoy á los piés de
la iglesia, reemplazado en 1863 por el retablo de escayola construido por
D. Silvestre López Donaire, en 1762 se sustituyó la escalera de ladrillo por
la de piedra que hoy ostenta y dos años después se hizo el blanqueo general
de toda la iglesia, exceptuando las capillas por negarse á este gasto sus pa
tronos.
r a d o r a de las dos
(1) Leg. núm. l.°, 2.°, 6.° y 30—
(2) Libros Cap. de 1763 á Í769—f.° 15 y 16 —
—
259
—
D .a Juana Manzolo Treviño de Loaisa construyó la capilla de la nave
del Evangelio en tiempo de los Reyes Católicos, según lo da á entender el
escudo que corona su portada, dedicándola á S. ]uan B., y sus herederos
fundaron en ella una capellanía servida por seis capellanes para que en ella
se celebrase misa diaria. La imagen de Jesús Nazareno, que hoy se venera
en ella, pertenecía al convento de PP. Dominicos, donde desde antiguo te
nía devota y numerosa cofradía. En el triste período de la invasión francesa
estuvo depositada en la iglesia de las religiosas dominicas y á la supresión
del convento de dominicos en 1 821 se instaló juntamente con su cofradía en
esta capilla, por haberse extinguido el patronato fundado en ella y pertene
cer como la de los Veras á esta iglesia.
La capilla del lado de la Epístola se denominaba de los Veras, de sus
fundadores, se dedicó al Smo. Cristo de la Oración y á Ntra. Sra. de Gua
dalupe y por amenazar ruina y negarse los patronos á su reparación, la efec
tuó la iglesia, entrando en su posesión previo expediente en 1650. Existía
en esta iglesia desde el año 1599 devota cofradía del “Santo Crucifijo de
San Pedro„, que después tomó el título “ del Perdón,, trasladado á esta
capilla en 1822. Reorganizada su cofradía en 1857 le añadió el título de las
“ Aguas „ porque en repetidas ocasiones de pertinaz sequía, pueblo y cofra
día habían recurrido á su poder y obtenido el beneficio de ser oídos y reme
diados. La fiesta que celebraba la cofradía en la Cruz de Mayo respondía á
un acto de gratitud por haber sido socorridos en circunstancias en extremo
aflictivas y penosas— 1 8 1 7 — . Cierran estas dos capillas magníficas rejas del
mejor gusto del renacimiento español.
D. Fernando Alonso de Coca, Chantre de Coria, canónigo de Sigiienza
y capellán de los Reyes Católicos edificó la capilla conocida en lo antiguo
por del Chantre y hoy comulgatorio, destinándola para su enterramiento y
para el de los de su linage, dedicándola á la Santa Concepción de ¿a V ir
gen Santa M aría y en Abril de 1502 fundaba una capellanía ó patronato
de legos en la misma. En 1765 se erigió el retablo y efigie de S. Juan B. en
la nave de la umbría á expensas de D. Clemente Sánchez de Torres, del
hábito de S. Juan y se doraba con limosnas de sus devotos el de Ntra. Se
ñora de la Guía.
El Bach. Juan de Arévalo, que por espacio de 40 años fué cura de esta
iglesia, dedicó su cuantiosa hacienda á fundaciones piadosas, de algunas de
las cuales hemos de hablar después, y el sobrante se había de emplear en la
construcción del coro, embellecimiento del templo y en la adquisición de
objetos para el culto á juicio de sus albaceas Estos hacían entrega del so
brante de las rentas al mayordomo de fábrica y de acuerdo todos procedían
á la ejecución de las obras proyectadas. Construyeron primeramente la sa
cristía nueva, con sus portadas exterior é interior y el relicario á su frente.
El P. Juan Baut. Pacheco de la Comp. de Jesús fué autorizado por el Papa
Clemente VIII para extraer de los cementerios de Roma y de varias iglesias
—
260
—
de España reliquias de santos para enriquecer esta iglesia y en el año 159 9
depositaba con las solemnidades correspondientes las reliquias del Manto de
Ntra. Sra. de Loreto, de los Cuarenta Mártires, de Sta. Lucía, S. Andrés,
Sta. Apolonia, Sta. María Magdalena, de S. Juan Bautista, de S. Blas, de
Sta. Dorotea y dos pedacitos del L ig n u m Crucis, que tuvo después devota
cofradía enriquecida con indulgencias por el Papa Inocencio X en 1650. “ E
después de lo susodicho..... y estando en la dicha iglesia parroquial de los
apóstoles S. Pedro y S. Pablo..... entregadas las dichas reliquias..... fueron
puestas y asentadas en esta forma, en una arca hecha para este effecto de
madera dorada guarnecida de carmesí, chapeada de florones de plata. (1)
Se puso primeramente la reliquia de la Santa Cruz en una cruz de plata
dorada con muchos cristales en uno de los quales que está enmedio de la
dicha cruz está encerrado un agnus de cera blanca en que está pegada la
dicha reliquia; las reliquias de Sant Juan Baptista y las reliquias de la Mag
dalena en dos cavezas de madera doradas de oro mate amodo de bronze; y
las reliquias de S. Blas y de S. Dorothea en dos piedras redomas de cristal,
la una de S. Blas guarnecida de plata y la otra con un pie y corona de ma
dera dorados-, y las demas reliquias cada una en su relicario de plata fina,
de diversas formas y hechuras y después de puestas todas las dichas reli
quias por buena orden en la dicha arca..... el dicho vicario cerró la dicha
arca con quatro llaves..... y dió y entregó las dichas llaves en esta forma, la
primera..... el dicho señor vicario, e..... la otra llave..... el cura propio..... la
otra..... el beneficiado mas antiguo..... y la otra..... entregó á D. Francisco
Galiana Bermudez regidor de esta ciudad. „ (2)
A la vez que en el año de 1590 se construía la portada de ingreso de
la torre, los albaceas del dicho Juan de Arévalo contrataban con Antón
Fernández, arquitecto y entallador de esta ciudad, la construcción del coro,
empleando los materiales yeso y ladrillo, las rejas que le habían de cerrar,
gradas de ingreso y del altar de Ntra. Sra. de la Guía y la Puerta del Per
dón, terminando su obra el 1 61 5. Tres años después el escultor Juan Espi
nosa construía la sillería y tallaba los escudos del frente.
Tan generoso bienhechor no había de olvidarse de contribuir al esplen
dor y mayor solemnidad del culto de su iglesia. A los cuatro beneficios de
antiguo establecidos y á los ocho racioneros fundados en 1 5 7 1 por D. A l
fonso Estrada, gobernador de Nueva España, añadió cuatro raciones más
con la dotación de 8.000 mrs. y la obligación de alternar en el altar y
coro con los anteriores. Completó el servicio instituyendo dos racioneros
cantores, niños de coro ó seises, habiéndoseles de dar además de la instruc
ción musical la enseñanza de Gramática, pertiguero y campanero, todo de
corosamente dotado. Rezaban horas menores, vísperas y completas.
(1) Se construyó en Toledo, costando 69.469 mrs.
(2) Arch. de S. Pedro.
—
261
—
C onvento de S an F rancisco.— La junta que en él celebraron el delegado
del Arzobispo de Toledo y los colmeneros y ballesteros en 1 353, para tran
sigir el pleito que sostenían, es la noticia más antigua que tenemos de la
existencia de esta casa de los religiosos de San Francisco. Suprimido en vir
tud de la ley de 1820 pasaron los religiosos que le habitaban al de Santa
Cruz de Múdela. Elegido para Hospicio provincial se inauguró en i.° de
Enero de 1860, tomando la advocación de S. José. Del siglo XIII no queda
en este edificio sino un resto de portada abocinada entrada de la primitiva
iglesia del monasterio. También existe la Virgen de la Correa, de marmol,
que es un buen ejemplar de la escultura cristiana del siglo XVI. (1)
C onvento de S anto D omingo.-— De la Orden de predicadores y de la pro
vincia de Andalucía se fundó bajo la advocación de Santa Domingo en el
año 1399. (2) Su iglesia fué antes sinagoga, la cual en la ruina que sufrie
ron los judíos con motivo de las persecuciones de que fueron objeto en el
siglo XIV fué dedicada á S. Juan Bautista. El concejo les cedió á los reli
giosos la calle del Compás y Juan Rodríguez de Villa Real unas casas (3)
Suprimido en 1821 fué convertido en ruinas, salvándose únicamente la si
llería del coro, que se conserva en la iglesia de Torralba.
C onvento de la M erced .— D. Andrés Lozano, capitán en las colonias
de América, por su muerte ocurrida en Sevilla dejó mil ducados para la
fundación de un convento de mercenarios descalzos en esta ciudad, de la
cual era natural. Se dió principio al expediente en 1613, siendo curiosos en
extremo los informes dados por las demás casas de religión, opuestas á esta
fundación. A l fin el comendador prometió que la nueva casa viviría de sus
rentas y sostendría además una cátedra de Gramática. En 1821 vinieron á
habitar esta casa los religiosos de Argamasilla de Alba y en i.° de Noviem
bre de 1843 se estableció en ella el Instituto provincial, habiéndose ejecuta
do varias obras en el edificio para adaptarlo á este destino. A la creación del
Obispado-priorato se instaló en su iglesia la parroquia de Santa María del
Prado.
S an A ntonio A bad.— La nueva iglesia se abrió al culto en 1 7 1 7 y se
extinguió su comunidad en 1785.
C onvento del C armen.— D. Antonio Galiana y Bermúdez fundó un ma
yorazgo para una sobrina, con la condición de que si no tenían sucesión
fundase un convento de religiosos descalzos del Carmen. La Orden reclamó
á su muerte el cumplimiento de esta disposición y en 30 de Mayo de 1 6 1 0
tomaron posesión en un pedazo de casa, que les dieron las monjas, después
se trasladaron á la calle de Toledo, hasta tanto que, zanjadas las diferencias
(1) D. Domingo Clemente
1869—D. Rafael Ramírez de Arellano—
1893—
(2)
—fase—2—
(3) D. L. Merchán
—1893—T. 1., pág. 164 y 477—
— Guía de Ciudad-Real—
Ciudad-Real Artística—
Analecta O. S. Dominici
— La Judería y la Inq.
—
262
—
con los herederos, se construyó la iglesia en 1619, prosiguiéndose la cons
trucción del convento. (1) Los religiosos abandonaron su casa en 1 82 1 , sien
do destinados al de Almodóvar, de la misma Orden, destinándose este edifi
cio á hospital municipal hasta el año 1857, que se declaró provincial y edi
ficándose el nuevo edificio por la Diputación á este benéfico objeto, se ha
utilizado para manicomio también á cargo de la provincia.
C armelitas .— El citado D. Antonio Galiana y D.a Isabel Treviño, su
mujer, determinaron hacer un convento de la Orden de Montesa, á cuya
milicia aquél pertenecía; pero variando de parecer llamaron á las hijas de
Sta. Teresa, viniendo del convento de Toledo con su priora M. María de
jesús, instalándose el 1 1 de Febrero de 1596 y se tituló de S. Antonio
Abad y de Sta. Isabel, por ser éste el deseo de los patronos. “ Cayendo es
te convento, continua el cronista, dentro de las casas del convento de los pa
dres dominicos, mostraron éstos sentimiento; pero se acallaron, sabiendo,
que su casa se labraría en la parroquia de Santa María. „ (2)
F ranciscas. — Con el nombre de Santa María de Jesús y de la Concep
ción es indistintamente nombrado este convento de la provincia de Castilla.
Beatas de la Orden tercera D. Luis de Marmol, escribano de la Chancillería
de Granada, les dió su hacienda y fundó este convento, profesando la clau
sura según lo dispuesto por el Concilio de Trento y Constituciones pontifi
cias. El ayuntamiento cumple en esta iglesia desde la exclaustración de los
frailes el antiguo voto de celebrar la fiesta de la P. Concepción.
S an J uan de D ios. — D. Diego López Tufiño y el Lie. Antonio de Torres,
del Tribunal de la Inquisición de Potosí, determinaron dedicar su hacienda
á la fundación de un hospital en Ciudad-Real, su patria. Muerto Tufiño, fué
su heredero Torres y al regresar á España trató de la fundación con el ge
neral de la Religión de S. Juan de Dios, eligiendo la Huerta del Pangino,
frente á la casa que había sido Chancillería, pero viendo ser lugar bajo
é insano, se fijaron en la casa principal de D. Jerónimo Muñoz Triviño de
Loaysa, junto al Beaterío de la O. de S. Francisco, donde fabricaron dos
salas para 30 camas, al cuidado de 8 religiosos— 1643— . En 1660 se dió
comienzo á la fábrica de la iglesia invirtiéndose en la obra más de 40 años.
Tomó la advocación del Espíritu Santo. (3) En este edificio se hallan estable
cidas las Escuelas normales de maestros y maestras, inaugurándose la pri
mera en Abril de 1842 y la segunda en 1860.
D ominicas.— Dedicado á N. Sra. de Altagracia fué fundado por Alfonso
Pérez de Ledesma y su mujer D.a Mencía en el reinado de D. Juan II. (4)
C asa de PP. M isioneros d el C orazón de M aría .— En una de las mejores*
(1) Fr. Francisco de Santa María—Beforma de los Dése, de
X ib. 18—cap. 13—
^„
(2) Reforma cit—T. 3.°-L ib . 9—cap. 2.°
(3) P. Fr. Juan Santos—Crónicas, pag. 2—cap. 5b—
(4) Guía de C.-Real—cit.—
N. Sra. del Carmen
T. 8.°—
-
363
—
‘ casas de esta ciudad se edificaron la casa para ejercicios de sacerdotes 3' ia
que habitan los padres, inaugurándose con toda solemnidad en 24 de No
viembre de 1895.
H ospicio .— D. Luis Tamayo, vecino del Corral, dejó la mayor parte de
sus bienes para el sostenimiento de los hospitales de Toledo á juicio y pru
dencia del Arzobispo. Por este tiempo meditaba ya y tenía muy adelantado
esta ciudad el proyecto de establecer un hospicio, en el que se instalaran ma
nufacturas y artes, para enseñanza de los asilados; y al efecto había conseguido la autorización competente, para aplicar á este objeto algunas memo
rias. Al tener noticia del testamento del Sr. Tomayo representó al señor
Loremzana el pensamiento que acariciaba, la necesidad que de esa casa de
■ caridad tenía como la escasez de medios con que contaba para su realiza
ción; lo que bien entendido por el Prelado, tuvo por justas y atendibles las
razones expuestas por este ayuntamiento y determinó desde luego aplicar
á este objeto el legado cuantioso del generoso vecino del Corral, con más
lo que fuese necesario, encargando de su ejecución á su vicario. Hizo los
planos el arquitecto D. Eugenio López Durán, escogiéndose para su fábrica
terrenos particulares y la calle del Cohombro para los edificios destinados á
talleres, dándose principio á la obra en la primavera de 1785. El Eminen
tísimo Sr. Cardenal Lorenzana le dió el nombre de R ea l Casa de Caridad
con sus Ordenanzas, (1) inaugurándola el 29 de Abril de 1788, celebrando
el santo sacrificio de la misa en una de sus salas, por hallarse la iglesia sin
concluir, dió de comer á los asilados, asistiéndolos él mismo y á presencia
de todas las autoridades de la ciudad. (2) Con dicho carácter subsistió hasta
la entrada de las tropas francesas en 27 de Marzo de 1809, desde cuyo la
mentable acontecimiento dejó de ser asilo de menesterosos para convertirse
en cuartel. Por su situación sirvió de fuerte á los franceses, é igual destino
tuvo en la guerra civil. Después se han hecho en él obras de importancia,
siendo uno de los buenos cuarteles de España.
H ospital de la C oncepción . — Dos casas de misericordia existían con este
nombre en esta ciudad. La primera fundación del capitán Cristóbal de Mena
y de su mujer Ana Mejía, llamado también Colegio de pobres nobles, esta
blecido en la casa que habitaban sus fundadores, en la calle Real, colación
de S. Pedro, junto al hospital de |uan Flores y no lejos de las casas que
después habían de ser hospital de S. [uan de Dios. En 1760 se convirtió
en Hospital Real y sus fundadores construyeron para su enterramiento una
capilla en el convento de S. Francisco. La segunda fué fundada por Her
nando de Poblete para proporcionar habitación á mujeres solteras y pobres»
las cuales el 25 de Diciembre recibían un corto socorro. (3)
(1) Existen estas en la Bibliot. prov. de Toledo —
(2) Inscripción—
(3) Arck. de S. Pedro —Guía cit.
—
264
—
E l R efugio .— Fundado por una congregación de eclesiásticos estableci
da para este piadoso objeto, la que pedía limosna por la ciudad, con el fin
de allegar fondos para su sostenimiento; pero D. Francisco Treviño dejó á
esta obra pía una renta de 4.000 reales, y desde entonces dejó de pedir.
H ospital de la S anta H ermandad .— Hospedaje de las familias de los .
reos y de cuantos venían empleados en su defensa.
H ospital de S. B las .—-Casa albergue de pobres transeúntes. (1)
P ósito . — Entre las fundaciones benéficas merece especial mención el Pó
sito por el alivio que en él encontraron siempre los labradores, no menos j
necesitados de ayuda y protección. Su administración confiada á dos diputa- 1
dos nombrados por el concejo fué siempre proba, honrada é inteligente, pues
enagenando sus existencias cuando la cosecha estaba asegurada y los vecinos |
no demandaban su auxilio, y comprando granos en los pueblos de la comar- J
ca, cuando la escasez de lluvias ó la langosta hacían aquí la recolección es
casa, le permitió en todo tiempo acudir con mano pronta y generosa al so
corro de la agricultura, abatida en La Mancha más que en parte alguna por
la escasez de las lluvias, los desarreglos del clima y destrozos del devorador j
insecto. Al siglo X IX cábele la triste gloria de haber concluido con institu- ]
ción tan bienhechora, y hoy el labrador apurado, para hacer frente al impla
cable fisco y á los alcabaleros de oficio, crueles y sangrientos siempre, tiene
que recurrir á los modernos judíos, que ya no tienen sobre si un Alfonso X
que declare ilícito su oficio, ni los públicos anatemas y general aversión de
un pueblo valeroso y digno, y entregarse en sus garras, depositando en las
arcas del insaciable usurero el sudor de su vida toda y el porvenir de sus \
hijos.
Instrucción.— D. Antonio de Torres Treviño dejó bienes bastantes para !
la dotación de una cátedra de Gramática y Elocuencia, á los que se agregó
la memoria de Diego López Tufiño, fundada con este mismo objeto; por ha- j
ber perecido estos bienes ó por formar parte de los comunales abonaba este !
ayuntamiento al preceptor de Gramática trescientos ducados anuales, que
gravitaban sobre la dehesa de la Atalaya; pero apremiado por las funestas ,
consecuencias de la guerra francesa suprimió en 1 821 esta dotación. Aun
que el fundador había dispuesto se diera la cátedra por oposición, se con- i
cedió á los religiosos de S. Juan de Dios, pero visto que éstos no concedían
á la enseñanza la importancia que merecía, se dió á seglares previa apro- ¡
bación de su suficiencia hecha ante los superiores de los conventos de Santo *
Domingo y San Francisco.
V otos .— Merece muy especial mención entre las obras pías de esta
ciudad los votos de su ayuntamiento. Es el más antiguo la festividad del
Corpus; coincidiendo su institución por Urbano IV con la reorganización de
este concejo al calor de los privilegios de los Reyes de Castilla, todo induce
(1) Núm. 3 y 5 de la calle de Ballesteros.
—
265
—
á creer que asociado Villa Real al regocijo general de la iglesia votó su
celebración como carga pública, la que en todo tiempo cumplió fielmente..
Clero y concejo asistían á la procesión, la que salía de la parroquia de Santa
María y se dirigía á San Pedro, donde se celebraba una misa solemne, efec
tuando después su regreso. Esta detención dió origen á un largo litigio entre
las comunidades religiosas y el clero de Santa María por un lado, los que
tenían esta práctica como abusiva y contraria á lo dispuesto por Urba
no IV en el Breve de su institución, y el ayuntamiento y clero de San
Pedro por otro, que la defendían como conforme con los ritos y autorizada
ya por inmemorial costumbre. Desde el Consejo de la Gobernación del
Arzobispado de Toledo llevóse el pleito á la curia romana, nombrando el
Papa un Juez eclesiástico, el que oídas las partes dirimió la contienda en fa
vor de la supresión de la dicha misa en San Pedro, (i) El gremio de barbe¡ ros por antiguos usos había de hacer una danza en la carrera de la proce
sión; pero en 1 53 0 no estaban de humor para bailar y se resistieron, enta
blándose el pleito consiguiente, que ganaron en Valladolid.
Hermosísimo es también el testimonio que dá esta ciudad de su antigua
creencia y devoción fervorosa en el misterio de la Concepción Inmaculada
de la Virgen María. Sus corregidores, alcaldes, regidores y demás oficios de
¡justicia, desde muy antiguo, juraban defender y sostener aun á costa de su
vida esta hermosa verdad de la fé católica; una imagen de la Concepción
Purísima recibía culto en la capilla de la casa ayuntamiento, presidía otra
|en su sala de sesiones y el viajero que llegaba á sus puertas saludaba devo
to á la Madre de Dios, que coronaba sus arcos y le advertía estar aquel
pueblo especialmente consagrado á su amor. Pero el ayuntamiento de 1 7 3 1
quiso añadir un nuevo testimonio de su devoción á María en este misterio
augusto y decretó un voto especial, una obligación perpétua de celebrar la
Concepción de la Virgen en el convento de S. Francisco el domingo infraocitava, para no estorbar á los frailes su principal solemnidad en su propio
día. (2)
Ai .c a za r . — De este antiguo edificio, que Alfonso X legara á Villa Real,
sólo existe un lienzo de muralla, en el que se abre una puerta de arco apuntodo con un ancho dovelaje de sillares colocados de plano. En el bocel, que
éste presenta por su parte exterior, se perciben aun unos salientes, aunque
deteriorados, no tanto que no se perciban una castilla y dos cabezas de leo
nes, signos heráldicos de D. Alfonso e l Sabio. (3)
M u r a l la s .— La guerra entablada desde su principio con la Orden de
(1) Leg.0 N. 2 1.—Arch, de Santa M aría—Esta misa fué fundada por Simón Ruíz de Vergara_A.reh. de S. Pedro. Pío IX por su Breve de 23 de Mayo de 1867 concedió el que la.
procesión del Corpus se pudiera hacer por la tarde.
(2) Lib. Cap. núm. 16 —
(3) Ram. de Arellano—C.-ReaJ, A rt.—pág. 6 —
34
—
—
266
—
Calatrava y con insistencia cruel sostenida, hizo pensar á sus vecinos en
proveerse de defensas, que los pusieran al abrigo de toda sorpresa. Del
año 1297 es la cuenta más antigua, que su archivo conserva, de las cantida-!
des empleadas en la construcción de sus torres y muros, no dejando después
año alguno, sin atender á su mejoramiento y reparación. La desecación y
saneamiento de los Terreros obligó á verter en ellos todo el lienzo compren
dido entre las puertas de Toledo y La Mata. Vendidas por el Estado van
desapareciendo sus fuertes torreones á impulsos de la piqueta para dedicar
su gruesa cantería como materiales de construcción.
Hasta el año 1600 únicamente daban ingreso á la ciudad las puertas de
Toledo y Alárcos y portillo ó postigo de Santa María. La porfiada y san-i
grienta lucha sostenida con la Orden y la difícil defensa de su extenso perí
metro así lo exigían. La puerta de Alárcos se compone de un arco sencillo,
sin más adorno que el blasón de España entre dos reyes de armas. Los tra
jes de estas estatuas acusan la época de Felipe III.
P uerta de T oledo .— Para dar cuenta cumplida de este precioso resto de
la arquitectura militar del siglo XIV, creemos lo más conducente trascribir
íntegro el Informe que obra en esta Comisión de Monumentos, presentado
por el Sr. D. Casimiro Piñera y Naredo, hoy Prelado ilustre de esta diócesis, \
en 27 de Enero de 1891, el que escribió en virtud de encargo de dicha Co
misión.
Hállase emplazada esta Puerta al fin de la espaciosa y larga calle de Toledo y principio del antiguo camino que conduce á la ciudad del mismo
nombre. Compónenla seis arcos de esbelta y variada forma, flanqueados por
dos fuertes torreones de planta rectangular y de doce metros de altura por
cuatro de frente. Su fábrica es de manipostería gruesa en los lienzos y de si
llares en los ángulos, esquinas y arcos y la piedra caliza, de esta localidad.]
Indudablemente estuvo antes coronada de almenas con sus correspondientes
parapetos, más hoy se encuentra despojada de estas defensas y adornos.
De uno á otro torreón avanzan sus seis arcos, de los cuales, los tres que
caen hacia el campo, si bien diferentes entre sí, corresponden y son exacta
y respectivamente iguales á los otros tres, que caen hacia la ciudad, forman
do graciosa combinación, variada en los detalles y perfectamente eurítmica
y armónica en el conjunto.
El primero, tanto de la parte de la ciudad como del campo, es de estilo
ojival, del segundo período en sus comienzos y figura apoyarse sobre colum
nas de alto relieve adosadas á los muros laterales, de los que arrancan á i
unos cuatro metros del suelo, con fustes cilindricos y capiteles cónicos, exor
nados de hojas de vid, con solo un espesor de cuarenta centímetros y osten
tando su clave á la altura de nueve metros del suelo, aparece este arco lige
ro y atrevido, gallardo y gentil.
El siguente (también á una y otra parte, en dirección del centro del pa-i
so), de menores dimensiones, descansando sobre pilastras empotradas en losJ
—
267
—
muros y coronadas de impostas, es de los llamados de herradura del primer
período de la arquitectura árabe. Hállase completamente separado del pri
mero, en todo su ancho, por una abertura de unos sesenta centímetros de
espesor, que bajo el punto de vista estratégico, podía sustituir con ventaja á
las buhardas ó matacanes.
Estos dos arcos, gótico el uno, árabe el otro, separados entre sí por su
parte supeiior, cobijado éste por aquél y formando ambos armónico y bellísi
mo conjunto, parecen simbolizar la doble raza de cristianos y mudéjares que
constituían entonces el núcleo de esta población, amparándose los segundos
bajo la noble y franca protección de los primeros, y viviendo, á pesar de
sus distintas creencias religiosas, en la mejor paz y harmonía, y hasta mutua
mente contentos y satisfechos.
De igual vano, pero no árabe ó mudejar, sino gótico, es el tercero y
más céntrico. Entre él y el anterior media un espacio ó recinto de planta
casi cuadrada, circunscrito á derecha é izquierda por el muro interno de los
torreones y por delante y atrás por el frontón de los referidos arcos. Cíñelos,
á la altura de ocho metros del suelo, un triple bocel que, bifurcándose en los
ángulos y trepando por la parte superior de los muros, los corona de arcos
ojivales, cruzando en sentido diagonal, da origen á los nervios de las bóve
das, cerradas por claves en forma de disco.
En uno de estos espacios (el de la parte de la ciudad algo más reducido
que su correspondiente que dá hacia el campo), existe á la derecha según se
sale, un postigo, también apuntado, abierto en el muro de uno de los to
rreones, que comunicando con una escalera interior, dá acceso al adarve.
Entre los dos arcos góticos de reducido expesor y exactamente iguales
que se hallan en el centro del paso, hay una especie de ranura, extendida
de uno á otro torreón y abierta por arriba, donde encajaba el rastrillo, que
ya no existe, como tampoco el «portón, que cerraba por dentro el arco exte
rior de herradura; pero de su uso quedan en los muros profundas huellas.
Sobre la clave de este arco árabe ó mudejar, vése esculpido en piedras
un escudo con castillos y leones, y en el correspondiente del lado de la ciu
dad, á la misma altura, una lápida de piedra, de poco más de un metro de
alto por unos sesenta y cinco centímetros de ancho, incluso el marco ó mol
dura que la ciñe alrededor, de unos quince centímetros de ancho, y en ella,
grabada en grandes caracteres góticos bastante borrosos algunos y otros
completamente destruidos, la siguiente inscripción:
+ VISITA QS DNE HITATI
ONE ISTÀ ET OMS INSIDI
AS INIMICI AB EA LONE
REPELE. ANGELI TUI SH HA
BITNTES IN EA NOS IN PACE CUS
/
—
268
—
TODIANT E T BEDICTIO TU A
SIT SUPER NOS SEP. S A L
VA NOS OSPOTES DS E T LU
CE TUA NOBIS CONCEDE PER
PETÜA DNM NRM JHUM
CHRM F. T. FACTUM E S T H
OC E MCCCLXVI R E
GNANTE DOMINO ALFO N
SO ILLU STRÍSÍO R E G E .=
Según la precedente inscripción, la puerta que nos ocupa fué construida
«ó por lo menos terminada en el año 1 366 de la Era española, que corres
ponde al 1 328 de la vulgar; y por lo tanto el muy esclarecido Rey D. A l
fonso, que dice reinaba á la sazón, es el undécimo de este nombre, que tres
años antes había sido declarado mayor de edad por las Cortes de Valladolid,
y que después de la célebre victoria del Salado y de la toma de Algeciras
falleció víctima de una terrible epidemia en el cerco de Gibraltar. Llevaba
ya entonces nuestra Villarreal 63 años de existencia desde su fundación por
Alfonso e l Sabio, y en este tiempo había levantado en la parte más elevada
de la población su Alcázar ó fortaleza y construido sus murallas de tapiería,
pero de gran resistencia, como se puede apreciar por los trozos que aún
subsisten, entre ellos los inmediatos á la misma puerta de Toledo, de los
cuales se demolió el haz exterior para la construcción de los dos paredones
que, coetáneos á ella, se extienden á derecha é izquierda; conservándose
adosada á los mismos y con un espesor de cerca de tres metros, parte de la
primitiva muralla.
Que al erigir esta puerta con tan excelentes condiciones de defensa, se
haya propuesto el Concejo de Villarreal fortificarse contra sus enemigos,
no hay necesidad de consignarlo, por ser á todas luces evidente, pero que
á la vez quisiese con esto rendir un tributo de homenage y gratitud al joven
y bizarro monarca por la decidida protección que tanto él, como sus ante
cesores, le había dispensado, concediéndole sus fueros y privilegios y soste
niéndola en la desigual lucha con la poderosa Orden de Calatrava, su temi
ble y poco afecta vecina, no pasa de ser una simple conjetura; conjetura sin
embargo á la cual parece dar cierto viso de probabilidad el haber colocado
el escudo Real en una de las portadas, y el haber inscrito en la otra, des
pués de la invocación de la Divinidad y del nombre de nuestro Divino Sal
vador, el del muy esclarecido Rey D. Alfonso, Domino Alfonso illu strissimo rege.
Lo que no cabe dudar es que esta Puerta guarda perfecta analogía con
la célebre Puerta del Sol de Toledo. Median, es verdad, entre una y otra
notables diferencias: pertenece la de la imperial ciudad al estilo árabe sevi-
—
269
—
llano y la nuestra al ojival de transición del primero al segundo período,
•ostentan los lijeros y variados torreones de aquella barbacana exornada de
arcos y almenas y atavían su bellísima portada, inscrita en su correspon
diente marco ó a r r a b a a con dos órdenes de graciosas y entrelazadas arque
rías sobrepuestas-, mientras que carecen de todo ornato los uniformes y pe■ sados de esta; y su doble portada si bien esbelta, graciosa y elegante, es
muy sobria de adornos. Pero obsérvase en ambas el mismo número de ar
cos, si se cuentan como uno solo, como así parece debe hacerse, los dos ligerísimos del centro, separados únicamente por el pequeño espacio que
ocupaba el rastrillo. En ambas es apuntado dentro de su respectivo estilo,
el primer arco mayor que los restantes y estriba sobre columnas. Reviste el
segundo en una y otra, la forma de herradura, descansa sobre pilastras des
tacadas de los muros y ostenta sobre su clave el respectivo escudo.
Sin pretender, pues, equiparar el mérito artístico de la Puerta de Tole
do de la humilde y naciente Villa con el que todos reconocen y admiran en
I la del S o l de la antigua y monumental ciudad, sin tratar en manera alguna
de confundir épocas distintas, ni amalgamar estilos diferentes, nos limitamos
á llamar la atención sobre el número, orden y distribución de sus principales
| elementos constitutivos, y aun sobre ciertos pormenores que parecen indicar
i que, si por las razones expuestas, no entró en los planes del Arquitecto de
| la de Villarreal copiar la de Toledo, la tuvo sin embargo muy presente y
I hasta trató de imitarla y de reproducir los principales rasgos de su fisonomía
[ en otro orden arquitectónico y en la medida de sus escasos recursos.
Pero sea de esto lo que quiera, siempre resultará que la nuestra, por su
respetable antigüedad de cerca de seiscientos años, por los recuerdos histó
ricos que evoca, por la esbeltez y gallardía de sus portadas y de todos sus
arcos, por la pureza de sus líneas y perfiles, por la feliz combinación de dos
estilos tan bellos como el ojival y el árabe, por la variedad de sus detalles y
harmonía del conjunto, por la suntuosidad de su fábrica en medio de su sen
cillez y hasta por su buen estado de conservación, merece figurar entre los
primeros y más preciados monumentos de esta ciudad y su provincia, siendo
por consiguiente altamente razonable y justa la instancia que el Excelen
tísimo Ayuntamiento eleva á la superioridad pidiendo sea declarada monu
mento nacional, con cargo, en cuanto á su reparación y conservación, al pre
supuesto municipal: único modo de evitar que en plazo, acaso muy próximo,
venga al suelo, víctima de ruin codicia ó de supina ignorancia.
M inas.— La necesidad igualmente apremiante de dar salida á las aguas
pluviales que se estancaban por la parte del saliente y mediodía de la ciu
dad, siendo origen de epidemias mortíferas que diezmaban su población y
de graves perjuicios materiales, obligó á pensar en la construcción de sus
minas ó desaguaderos. No existen documentos que precisen su principio, pe
ro dado el desarrollo que Ciudad-Real adquirió, no puede llevarse más allá
de los primeros años del siglo XIV. En 1505 se mandan limpiar, por que la
t
270 —
desidia y dejadez hacía entonces é hizo siempre, que operación tan necesa
ria no se emprendiera hasta tanto que las aguas innundaban sus calles, lle
gando en ocasiones repetidas hasta la Plaza. D. Fernando el Católico con
cedió en 1506 á esta ciudad mil escudos para la construcción de las minas
de la Celada, y su ayuntamiento adquiría en 1655 los terrenos necesarios
para continuar las zanjas y contraminas, hasta hacer verter las aguas en el
Guadiana, completando así el desagüe.
T erreros.— Pero la abundancia de las lluvias en 1782 hizo del charco
de los Terreros una gran laguna, de la que desaguó una parte á su costa el
cardenal Lorenzana. Los calores del estío, corrompiendo aquellas aguas de
tenidas, las hicieron gérmen fecundo del paludismo, el que cebándose sin
piedad en los vecinos de esta población, hubo de causar víctimas numero
sas; para contrarrestar sus terribles efectos hubieron de venir en su auxi
lio con medicinas y socorros abundantes el Consejo de Castilla y el genero
so arzobispo de Toledo. Comisionó aquel alto cuerpo en 1786 á D. Alvaro
Maldonado y Treviño, para que estudiara los medios de concluir con aquel
foco de pestilencia, que amenazaba extingir una población floreciente, y en
un brillante y razonado informe propuso el terraplenar los Terreros, porque i
su bajo nivel no permitía el desagüe, utilizando después aquellos terrenos
para cereales ó para un buen paseo. Manuel García, maestro de obras, pre
sentó por su parte un proyecto de mina por el camino de Andalucía, pero
el ayuntamiento dió su completo asentimiento ai proyecto del S. Maldonado*]
aprobándole en todas sus partes, aunque manifestaba á la vez, que para la
ejecución de aquella obra necesitaba un millón de reales, cantidad que no
estaba á su alcance.
No fondos sobrados y recursos abundantes han menester las grandes em
presas y los pensamientos fecundos y levantados para su ejecución, sino un
alma á la altura de su misión y un corazón generoso, que mirando de fren
te las dificultades, acierte á arrostrarlas con serenidad; éste á fuerza de ab
negación y de ingenio hallará prontamente los medios que juzga imposi
bles la inteligencia perezosa ó la indiferencia pusilánime. Felizmente Ciu
dad-Real halló al hombre que necesitaba precisamente cuando á sus vecinos
desde 1865 á 1868 rodeaban las tristes y dolorosas circunstancias que en
17 8 3 . D. Agustín Salido y Estrada, ilustre hijo de Almodóvar del Campo y
gobernador en aquel tiempo de esta provincia, concibió la feliz idea de reaH
lizar el proyecto del S. Maldonado y lo consiguió terminando las obras de
desecación en el mes de Julio de 1869.
A yuntamiento.— En 1484 los Reyes Católicos autorizaron á este conce
jo para confiscar la casa de Alvar Díaz, para construir su ayuntamiento.Hizo el plano y dirigió la obra el maestro D. Manuel Pérez de Valenzuela*,
pero caminaba ésta con notoria lentitud, puesto que en 1526 concedían el
Emperador y su madre doña Juana autorización para hacer un reparto de120.000 maravedís con los que completar su construcción. Tenía éste su.
—
271
—
i capilla dedicada á la Purísima Concepción de N. Señora, la que se abrió a!
| culto el 1528. En el año 1765 se incendió juntamente con los corredores
| contiguos, quedando ileso el archivo; pero declarado ruinoso en 1864, (1)
el arquitecto D. Cirilo Vara y Soria formó el proyecto del nuevo edificio,
cuya construcción se adjudicó en pública subasta á D. Joaquín Casado en
4 4 .153 escudos con 495 milésimas, poniendo el citado D. Agustín Salido
su primera piedra el 23 de Enero de 1868.
P la za .— La plaza hallábase construida desde su principio con portales
sobre postes de madera, desiguales en su forma y altura, y sobre ellos se
alzaban largos corredores y grandes ventanas y balcones, también de made
ra, de forma variada y caprichosa, según el gusto de sus dueños. En 1 728
! se acordó por el ayuntamiento darle más simetría y belleza, y se principió
i la obra, la que se ejecutaba á costa de los dueños de las casas; como la
mayor parte de éstas pertenecían á iglesias, monasterios y obras pías, el vi
cario se opuso fuertemente á tan importantísima mejora, por constituir una
grave carga, y aun amenazó con la excomunión á los maestros que la eje¡ cutaban; pero el ayuntamiento acudió al arzobispo de Toledo, y la obra
I continuó hasta el 1744 en que se dió á ella fin con los arcos que cerraban
ría calle del Pilar, y sobre los que se levantó después la nueva casa ayunta
miento.
Celebrábanse en ella invariablemente todos los años dos corridas de to
aros bajo la dirección del concejo en los dias 15 y 16 de Agosto, festivida
des de la Virgen del Prado y de S. Roque. Demostró siempre este pueblo
gran afición á esta clase de espectáculos, así es, que no dejó de utilizarse
para fines piadosos, cuando la necesidad de la obra apremiaba, si otro ca
mino más fácil no se hallaba para allegar recursos. En 1 732 el cura de San
tiago organizaba una fiesta de toros, para costear el dorado del retablo ma
yor de su iglesia, los hermanos de S. Juan de Dios dieron igualmente sus
corridas en 1786, para levantar su arruinada iglesia, el concejo acudía al
año siguiente á este recurso para terminar las obras del Prado y en 1 7 5 1
solicitaban también el mayordomo de S. Pedro igual gracia, para la cons
trucción del retablo de N. Sra. de la Guía, y la abadesa de las Franciscas
para concluir los retablos de S. Juan Nepomuceno y S. Francisco, siéndole
concedida al primero y negada á la segunda. El recurso era ingenioso y
productivo; como las ventanas eran de particulares, se solicitaba de éstos la
cesión, vendiéndose después á buen precio.
En uno de los corredores de la Plaza tenía el vicario su sitial con almo
hada de terciopelo carmesí, desde el que presenciaba las corridas de toros.
Mandóle en 1640 el corregidor retirar, por parecerle que atributos tales só-
(1) Desde esta fecha h asta la inauguración de la nueva C asa C on sistorial el ayuntam ien
to celebró su s sesiones en la casa núm. 2 de ia calle de la Mata, hoy A udiencia provincial.
—
272
—
lo eran permitidos á las personas reales; de injuriosa calificó la clerecía
aquella determinación, y arroyando la autoridad del corregidor obligó á re
tirarse á sus ministros y dependientes, volviendo el sillón á su sitio. Siguió
á estos actos el proceso consiguiente, el que se elevó á la Audiencia de
Granada, y la parte que de él existe, es en extremo curiosa é interesante,
para apreciar las costumbres de aquel tiempo y las relaciones entre las dos
potestades, (i)
P il a r . — En 1505 se compraban por el concejo unas casas, para con sus
solares formar la Plaza del Pilar.
P rado .— El Prado, conocido también por plazuela de la Virgen, era por
este tiempo un lugar asqueroso, depósito de inmundicias é indecoroso é impropio del soberbio templo que la piedad cristiana había levantado junto á
él. Por el año 1770, Isidoro de Madrid concibió la idea feliz de hacer en él
un plantío de árboles, convirtiéndole en paseo, cuya idea aprobó el ayuntamiento y llevó á efecto. A instancias del corregidor se compraron unas casas para darle una forma regular, el arzobispo de Toled^ dió la piedra para
construir su gradería, y en 1792 constituía ya un bellísimo paseo, sin que
nada le faltase de cuanto podía convenir á su embellecimiento, comodidad y
recreo del vecindario.
Los árboles y flores recibían el agua de una noria próxima y por un en
cañado que desaguaba en una fuente, que ocupaba el centro del paseo. El
i.° de [unió de 1821 rompióse la tubería corriendo el agua por la calle que
atravesaba: un fanático creyó ver allí un milagro, corrió la voz por todo el
pueblo, y á la noche siguiente inmensa multitud llenaba el paseo y la iglesia
gritando sin cesar ¡milagro! ¡milagro!; á tales horas determinan sacar en
procesión á la Virgen del Prado, y para obtener el permiso del vicario y
jefe político, seis granaderos cogen al virtuoso párroco D. Esteban Ramón
Sánchez de León, llévanle en triunfo, seguidos de todo el pueblo, el que ni
sin solo momento cesaba en sus aclamaciones á la Virgeu; las autoridades
enteradas del suceso se niegan y mandan que todos se retiren á sus casas,
ío que consiguen no sin trabajo. A la siguiente noche se repite el tumulto,
pero ya no es sólo un impulso religoso, aunque extraviado, el que lo motiva,
sino que se oyen gritos políticos que hacen dividirse á los grupos en opuestos bandos, dispuestos á la agresión, lo cual conocido por el jefe político
organiza patrullas y da órdenes severas, merced á las que se evitó una co
lisión sangrienta entre los vecinos.
T eatro .— En este último tercio del siglo XVIII, tan fecundo en obras
de embellecimiento y utilidad para Ciudad-Real, como funesto le fueron sus
primeros años por las calamidades y el hambre, que hicieron descender su
(1) Leg. N. 16.—En tiempo de Fernando VI se reconstruyó esta plaza y en 1860 se deco
ró convenientemente, colocando en su centro la fuente erigida en honor de Hernán Pérez del
Pulgar—Guía—pág. 110—
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población á la tercera parte, se construyó también el primer Corral de co
medias por el artista Rafael Barona en 1779, y en el 1792 se introducía en
esta ciudad la mejora del alumbrado de sus calles, costeando los faroles sus
vecinos.
A guas.— No es hoy sólo cuando la cuestión de aguas preocupa seriamen
te á los ayuntamientos de Ciudad-Real. El P. Fr. Marcos de Santa Rosa,
dominico, dirigía en 1 773 la conducción de aguas desde la Atalaya y em
pleaba sumas respetables dos años después en el encañado de las de La Ser
na, término de Miguelturra. D. Antonio Ferreti en 1797 proponía á esta
ciudad el traer agua suficiente para tres fuentes públicas y algunas particu
lares de Linarejo, Migúemela y Hervideros del Villar; un reputado arquitecto
reconoció por comisión del concejo los trabajos hechos por F'erreti en la Higueruela y Linarejo, el que declaró haber aguas bastantes y tener el declive
necesario. ¿Qué causas esterilizaron tantos esfuerzos? El padre dominico
quejábase de la morosidad del ayuntamiento en facilitarle recursos bastantes
para la ejecución de la obra; pero de no encontrarse algún defecto esencial
en sus proyectos no se explica sus ustitución por los de Ferreti y el abandoj no de los sacrificios hechos.
Industria.— Estudio bien meditado y detenido por persona competente
emprendido necesitaba y está reclamando la historia de la industria de esta
ciudad, para conocer su origen y progresos, por lo mismo que es completa
mente desconocida é ignorada. La guerra que hubo de sostener con la po
derosa Orden de Calatrava por el largo espacio de más de dos centurias, lo
I estrecho y reducido de sus términos, mermados después con la separación
i de Villar del Pozo, no permitían á su agricultura y ganadería, principales
grangerías de La Mancha, el desarrollarse hasta satisfacer las necesidades
de un pueblo crecido; así es, que sus pobladores hubieron, para vivir, de
| apelar á la industria, condición necesaria é ineludible de Villarreal, ó ser
: industrial ó morir, no se daba medio. Villarreal prosperó desde sus prime! ros años, según hemos visto, constituyó una villa populosa y rica en pocos
años suficientemente fuerte, para sostener una milicia permanente y hacerse
respetar de la Orden y con estímulos bastantes para atraer á su recinto ca
balleros y comendadores de Calatrava contra las repetidas prohibiciones de
los Capítulos Generales y con el aliciente de vida más cómoda y holgada, y
á moros y judíos con el cebo de la ganancia.
No hemos podido por nuestra parte formar una lista detallada de las
artes y oficios que se cultivaban en esta ciudad hasta el siglo XV, pero sí
aparece como la principal la industria de paños, tan rica, adelantada y flo
reciente por este tiempo en esta ciudad y partidos de Almodóvar y Alma
dén; los dos batanes construidos á sus inmediaciones y las concordias entre
los Maestres y este concejo sobre el arrendamiento y uso de los mismos por
los vecinos de esta ciudad, sobradamente confirman este juicio. En el si-
—
274
—
representados casi todas las artes conocidas, con inclusión de la escultura y
el tallado; elegían éstos todos los años el día de S. Miguel sus examinado
res y los sastres su alcalde, probándonos, que Ciudad-Real era por este
tiempo el centro industrial de La Mancha, siendo la condición de sus veci
nos ó hidalgos ó artesanos, pues la agricultura estaba confiada á los moriscos.
La completa expulsión de éstos en número de cinco mil personas en
1613 mermó en tales proporciones la riqueza y población de esta ciudad y
llegó á tal estado de postración y abatimiento, que Felipe III en los últimos
años de su reinado, viendo que la condonación de tributos no era bastante
á levantarla, ordenó hacer una información prolija del origen de su ruina y
su remedio. Varios fueron los propuestos por su ayuntamiento al Rey, sien
do los más principales la exención de los más onerosos tributos que pesaban
sobre los labradores, para que viniendo de fuera pudieran reanimar y dar
vida á su muerta agricultura, la prohibición de la entrada de paños por
Portugal, cuya concurrencia no podían sostener estos fabricantes, por lo que
agonizaba su antes floreciente industria, el traslado de su antigua Audiencia,
la corrección del lujo y venalidad de los jueces; Felipe IV, su hijo, después
de hacer una descripción terrorífica aunque exacta, de h triste situación de
esta ciudad, se limita á concederles el mercado franco, que de antiguo ve
nían gozando, trasladándole del martes al sábado;— 15 de Marzo de 1621 —
remedio harto insuficiente á un mal tan intenso y profundo, pero con el que
hubieron de contentarse, fiando al tiempo y á su trabajo la reparación de
sus propios desastres. (1)
La industria á la par que la población de esta ciudad se rehabilitan á
últimos del siglo XVII; vuelven otra vez á aparecer sus gremios y apenas
hay arte ú oficio de los conocidos entonces, que no tenga en ellos represen
tación. Rodrigo Mendez Silva nos dice labrarse en esta ciudad preciosos
guantes, siendo desde antiguo famosos en España según Larruga. La fabri
cación de paños se reanimó algún tanto, ocupándose cuatro telares en las
clases i4 nos, i8 nos y 2 2nos; fabricándose también sayales y rajas en lo que
se invertían otros cuatro telares, y en los destinados á lienzos se confecciona
ban también albornoces; así el ayuntamiento decretó la reconstrucción y ha
bilitación del Batanejo. (2)
La fábrica de armas instalada en 1575 desapareció, adquiriendo en cam
bio la de relojería. Blas Muñoz, natural de Madrid, estableció en esta ciudad
una fábrica de relojes, construyéndose en ella el de la iglesia de S. Pedro
por encargo del ayuntamiento, el que colocó en Marzo de 1779. Pensionado
por el gobierno de Carlos III para ir á París á perfeccionar su arte, le susti
tuyó Rafael Varona, el cual en instancia que en 1801 dirigía al Ministerio
(1)
(2)
-
88-
Leg. n.° 2 6 - fo l. 60.
Población general de E sp . —1675—pág. 24—Memoria» P olít. y Econ .—1742—t. 17—Mem.
—
275
—
de Marina se llamaba relojero honorario de S. M. y director de ¿a R e a l
Fabrica establecida en Ciudad—Real, (ó) Cuando se íundó el Hospicio para
dedicar los jóvenes en el acogidos al aprendizaje de las artes, concurrían á
esta fábrica de Varona, establecida en su casa, hoy teatro, de 6 á 8 jóvenes.
Mercado.— El mercado franco, celebrado todos los martes hasta el 1612
cjue se traslado a los sábados, atraía a la ciudad numero no escaso de forasteros de los pueblos de la comarca; porque no gravitando sobre las mer
cancías ningún tributo en aquel día, se abarataban, lo que aumentaba el
movimiento y la contratación, 4 ambien en el siglo XV eran ya muy concu
rridas las ferias, que en los meses de Abril y Agosto celebraba aquí el co
mercio de suela, siendo Extremadura y en especial los pueblos de Fregenal,
Zafra y Llerena los que enviaban mayor contingente de negociantes. En
1735 pretextando la momentánea, pero considerable despoblación y ruina
de esta industria que sufrió la ciudad, sin que lograra después reponerse de
esta ultima, pretendió el comercio la traslación de estos mercados á Alma
gro, entonces en el apogeo de su prosperidad; pero el ayuntamiento se
opuso con energía á este proyecto y siguieron celebrándose sin interrupción.
Población.— Los delirios en que han incurrido los historiadores de Ciu
dad-Real, al señalar su población en las pasadas centurias, nos obligan á
formar el siguiente estado:
Año.
l 53 °
1590
1621
1646
1694
1734
1751
1787
1857
1877
1887
Vecinos.
1. 2 I I
2.40O
1.200
798
I. I I I
800
Habitantes.
V
r>
V
n
V
1 .700
I.885
2.615
3 344
3-583
10.159
12.746
1 4 . 3 2 9 (2)
A lárcos. Ancho patio al que adornan y embellecen algunos árboles,
rodean fuertes y almenados muros, algunas habitaciones dispersas, sin
orden ni concierto edificadas, y largo portal sostenido por columnas de
piedra es lo primero que se ofrece á la vista del devoto, que sube la empi-
y
fi) Fernández Darò —Disquisiciones náuticas—Lib. 4.°-pág. 112—
(2) Censo de Población de la Prov. y Part. de la Corona de Castilla—Siglo XVI—Idem
Oficiales.
—
276
—
nada cuesta, para rendir su homenaje y depositar su plegaria ante el altar
de la Virgen de Alárcos. Sencilla portada de piedra da ingreso al templo
gótico, en el que se vé impresa la huella de diversas generaciones y mar
cado á su paso el carácter y tendencia de cada una. Espléndido y magnífico
el siglo XV y tan generoso como rico de fé é inspiración levanta el templo
ojival de tres naves y dos capillas, que forman su crucero, con su severo y
majestuoso artesonado, adornado con simbólicas pinturas, con sus esbeltas
columnas agrupadas en haz y capiteles profusamente engalanados con ani
males, hojas de acanto y otros vejetales, tallados todos con singular maestría
y primor, y con su grandioso rosetón, formado de círculos lovulados dis
puestos en orden concéntrico y sobre su puerta principal. Consecuente con
la historia del santuario dá á su ábside ó capilla mayor un sabor bizantino
pronunciado é imprime á su retablo tal carácter de antigüedad, que con ser
su forma original, sus principales giros y adornos del Renacimiento, y no ca
minar sujeto á reglas, crea la ilusión y la alimenta al sospechar que no fué
este su primer asiento. Decadentes los siglos XVII y XVIII dejaron en el
mayor abandono á esta joya del arte y de la piedad cristiana, y la acción
destructora del tiempo amenazó de muerte á este histórico santuario, que
guarda tantos recuerdos y atesora en sus ennegrecidos muros la historia de
un gran pueblo. Pobre y abigarrado el siglo XIX emprende su restauración
con fé, pero sin recursos ni inteligencia; así convierte su rico artesonado en
cielo raso, con tan mal arte ejecutado, que cubre parte del rosetón, que tan
ta belleza y gallardía da á la iglesia, y derrama tan sin tino el añil, la al
magra y la cal, que cubre aquí hermosos capiteles con figuras alegóricas,
allí molduras, relieves y portadas dignas de mejor suerte; despoja á sus ve
tustos muros del añoso tinte, que dán los siglos, y ni aun respetan á la santa
imagen, cuya representación augusta, ya que no su primor y belleza, debiera
infundir santo respeto y religioso temor.
Es la santa imagen de mármol y de pié su postura, de rostro amable y
gracioso, no exento de majestad. Cubre su cabeza rica y bien plegada toca;
está vestida á la romana con túnica y manto, airosamente plegado y recogi
do por los dos lados, formando vistosas caídas. Sostiene al Niño con el bra
zo izquierdo, y éste ase el manto con su mano derecha, mientras en la iz
quierda tiene un pájaro, el que por la distancia no hemos podido clasificar,
ni por lo tanto interpretar su simbolismo. Perfectamente definidos los carac
teres de esta venerada imagen, los que nos dicen ser del mismo tiempo que
su ojival iglesia, no hay para qué extendernos en ampliar las consideracio
nes y pruebas, que así lo demuestran, ni tampoco hacer mención del testi
monio de autorizados arqueólogos, que así lo afirman y tienen por cierto;
la historia de Alárcos ha de ser bastante á desvanecer todas las dudas, si al
guna pudiera caber.
Laccurisy mencionada por Ptolomeo entre Baeza y Toya, llamada tam
bién Larcuris en la lápida de Malagón citada por Cean Bermúdez, era una
—
277
—
de las ciudades de Oretania perteneciente á su principal capitanía. SHen; ció no interrumpido guarda la historia de esta población por todo el largo
período de las dominaciones romana, goda y musulmana hasta el año 10 7 8
de la era cristiana, en el que Almotamid, Rey de Sevilla, de acuerdo con
Alfonso VI, la conquistó en unión de otras plazas de La Mancha, para for
mar la dote de su hija Zaida. Muerto Alfonso VII, el Emperador, la morisma
cobra tales alientos, que amenaza concluir con el reino de Castilla, el que
defienden en Calatrava dos monges del Cister, mientras tiemblan los más
bravos caballeros; Calatrava sostiene sobre sus almenados y fuertes muros
el pendón de la Cruz, Toledo se salva, pero Alárcos con Caracuel y Almodóvar sucumben al poder musulmán. El Santo abad Raimundo conquista y
puebla á la vez de cristianos los castillos y lugares, que logra arrancar á su
enemigo, y los caballeros de Calatrava, sus hijos, van continuando la obra
de su santo fundador, no dando descanso al acero, ni reposo á sus cuerpos
i encallecidos, y toman á Alárcos, declarándolo así el Papa Gregorio VII en
| 1 1 87. Huyó la población musulmana ó pereció en la refriega, conservando
| únicamente los caballeros el castillo para su defensa. Cuando tres años des| pués el Arzobispo D. Martín llegó á Calatrava, y en unión de su Maestre
entró por territorio musulmán y avanzó hasta Andalucía, D. Alfonso de
j Castilla hallábase en Alárcos con fgente aprestada para el combate, por
i si era necesario correr en su auxilio; llegando á su noticia que el Rey de
Córdoba demandara de Africa urgente y poderosa ayuda, ordenó el Monarca
se reparasen todos los castillos y fortaleza de La Mancha, dando la tenencia
ó alcaidía de este de Alárcos á D. Diego López de Haro, señor de Viz
caya. (1)
Tiempo adelante, creciendo el rey D. Alfonso en bríos, y aprovechando
la ausencia del amir Al-manzor, llevó su gente hasta Algeciras, donde alen
tado por sus triunfos despachó un mensaje al príncipe de los almohades, des
afiándole á la pelea. (2)
Conocedor Celestino III de este reto y del sesgo que tomaba la empre, sa, en cuanto que á más de las Ordenes Militares concurrían los Reyes de
Navarra y León, se estremeció de júbilo. Mas nadie contaba con la celeridad
de los armamentos y transportes de las tropas, que en breve tiempo el Ca
lifa hizo desembarcar en Algeciras;— 29 de Junio— 24 horas tan solas se
detuvo en este puerto, y á marchas forzadas, pasando por Sevilla, Córdoba
y las Navas de Tolosa hizo alto un jueves 13 de Julio á dos jornadas de
Alárcos, con el firme propósito de obligar al Rey de Castilla á aceptar la
batalla antes de recibir los refuerzos. El miércoles 19 de Julio se trabó la
(1) Hades de Andrada—Calat.—f.° 19.
(2) Si coraje no te falta de medirte conmigo y hallas inconveniente en venir acá con el
enjambre de tus africanos, envíame tus buques é iré yo personalmente con ellos á lidiar conti
go en tu propia casa —El Kartas, p ág. 309 y 310.
—
278
—
famosa acción de Alárcos y Alfonso VIII, el mayor capitán de su época, fué
vencido por Jacub. (i)
Grande fué el estrago y horrible la mortandad causada en el ejército
cristiano. Diez mil soldados que componían las mesnadas de las Ordenes
Militares pelearon los primeros y vendieron á caro precio sus vidas. Con
ellos murieron los obispos de Avila, Segovia y Sigüenza, que los exhortaban
al martirio; quedando prisioneros 24.000, á los que Jacub puso en libertad
para hacer gata de su generosidad. (2) Siguió después su carrera devastado
ra hasta dar vista á Toledo y Alcalá de Henares, quemando y talando cuan
tas villas y aldeas halló á su paso. (3)
El obispo de Palencia D. Rodrigo Sánchez nos refiere á este objeto, que
después de tan funesta jornada Al-manzor puso sitio á Alárcos, que defendía
D. Diego de Haro; venía en el ejército musulmán D. Pedro Fernández de
Castro, expatriado de Castilla á causa de su rivalidad con la casa de Lara, á
la que el de Haro pertenecía; encargóle el caudillo musulmán de proponer
les la rendición, cuya misión aceptó, y se convino en dejar libre la guarni
ción con exclusión del D. Diego, que había de quedar prisionero y á dispo
sición del de Castro; pero saliendo aquél de la plaza sin ser visto, pudo con
sus dos hermanos burlar la vigilancia de los sitiadores y acogerse al campo
cristiano. Rades avanza aún más y asegura, que el de Haro huyó de la re
friega con el pendón real, encerrándose en Alárcos, el que después entregó
sin resistencia al musulmán. (4) Pero una y otra versión es harto incierta por
la confusión que reina en nuestros cronistas, al referir cuanto hace relación
á tan funesta jornada.
Diez y siete años después el vencido en Alárcos emprende desde Toledo
la feliz jornada de las Navas, que había de cubrir su nombre de imperecede
ra gloria y llenar de júbilo al mundo cristiano, y el primer día después de
rendir á Calatrava, “ Sólos los españoles con algunos extranjeros, nos dice
D. Rodrigo, muy confiados emprendieron su marcha, al primer día llegaron
á Alárcos donde acamparon, posesionándose de la población y de otros cas
tillos cercanos, alcanzándcdes allí D. Sancho rey de Navarra. „ (5)
Al dar Alfonso X á Villa Real su carta puebla nos dice de Alárcos; “ des
pués que fui Rey, fui en Alárcos, e en el Castillo, é en la Villa, é oviera vo
luntad de poblado, é fazer hi grand Villa, é bona, é probe de facerlo por totodas guisas, é non pud, y fallé, que assí lo probaron los otros Reyes que
(1) De rebus Hisp.—Lib 7.°, cap. 29—Anales Toled. primeros—Bol. de la Acad—Tom. 26—
pág. 4 3 9 -1 8 9 5 —
(2) D. Diego López de Haro fuyó con la seña á la villa de Alárcos, seyendo aún el Rey en
1« batalla, é después el traidor dió la villa á los moros con su mano sin mandado de su señor.
Cron. de D. Alfonso X —cap. 52—Bib. de A. A. Esp.—Rivadeneira, T. 66—
(3) E l Kartas, pág. 819—Ambrosio de Morales—Opúsculos—T. 2.°, pág. 26 —
(4) Hist. Hisp.. p. 3.**, cap. S i —Hisp. Ilústrala-—Scoto—Lit. 1, p. 181.
Chronica - Calat—fól. 20.
(5) De B.ebus Hisp.—Lib. 8, cap. 6.
—
279
—
fueron ante de mi, é non pudieron; ca era el Logar muy doliente, é por nin
gún algo non por franqueza, que les diessen, nin que les ficiessen, non p o
dían hi fincar, ca non podían hi vivir, ca se perdían de muerte. „ El Rey
Sabio nos da la historia de este antiguo pueblo tan completa y acabada como
la pudiéramos desear. Desde 1 2 1 2 los Reyes de Castilla comprendieron la
necesidad que tenían de poseer en el corazón de los dominios de la Orden
y á la vista de Sierra Morena una población importante por su riqueza y po
der, fijándose en Alárcos, la que por su fuerte castillo y dominar extensa
comarca llenaba las exigencias del gobierno y de la guerra; derramaron
sobre ella multitud de privilegios, llegando Alfonso X hasta eximir á sus
vecinos por completo de todo tributo, sin que este apetitoso cebo, que en
Villa Real le había de dar tan grande resultado, lograra su objeto por
•lo enfermo é insano del lugar á la orilla del Guadiana situado y reci
biendo sus emanaciones mortíferas. Del término y jurisdicción de Alárcos
era Pozuelo de D. Gil con las demás aldeas, que el dicho Rey señaló á la
nueva y afortunada villa; Alárcos conservará aún por algún tiempo su con
dición de pueblo apartado é independiente, pero conocíase que estaba des
tinado á morir, en cuanío que, Poblete, Benavente y Villa Real estrechaban
su término de tal suerte, que todo aumento de población se hacía por este
sólo concepto imposible.
Jamás dejó la Orden de Calatrava de considerar á Alárcos como una de
sus pertenencias, como de ello nos da evidente prueba su Biliario, y en
1 282 consiguió de D. Sancho le otorgara carta de donación; pero Villa Real
que era ya fuerte y poderosa hasta contender con la Orden, se consideraba
como su natural heredera, y á la vez que hizo revocar al Rey de Castilla su
entrega, comprendió tajnbién á este antiguo pueblo y le conservó en el po
der realengo.
¿En qué tiempo dejó de existir el concejo de Alárcos y se refundió en el
de Villa Real? Nos es desconocido. El P. Jara trae una carta del Arzobispo de
Toledo D. Gonzalo de 1 3 5 1 , en la que hace donación á Alfonso Fernández
de Olias de la ermita de Santa María de Alárcos; pero como según costum
bre no diga de dónde tomó tan valioso documento, y por otra parte nos ten
ga acostumbrados á mayores sorpresas, dudamos de su autenticidad. Coincide
sí con la fecha probable de la despoblación de esta villa, pero pugna con el
patronato que sobre el santuario ejerció desde su incorporación el concejo de
Villa Real.
Cuando el R ey de Sevilla entregó la población y castillo de Alárcos al
vencedor de Toledo, confió este su defensa á soldados cristianos, siendo su
primera ocupación el habilitar capilla donde cumplir sus deberes religiosos,
la que el victorioso musulmán destruiría y profanaría. Rescatada esta forta
leza, la Cruz vuelve á alzarse sobre sus almenas, frente al camino que daba
accesa al castillo edifica la nueva población cristiana su iglesia, la que de
dica á la Virgen María, cuya puerta exterior era la que hoy da entrada al
—
280
—
santuario. D e su existencia en los primeros años del siglo XIII dán hoy cla
ro y convincente testimonio el cuerpo de edificio en forma de ventanal con
dos huecos, entonces como ahora destinado á las campanas, para llamar los
fieles al templo, el que formaba su fachada-, las columnas del portal con sus
capiteles en forma de cono truncado unos, con figuras groseras otros, pero
evidenciando todos que no fué aquel su destino, sino el sostener adosadas
á la pared la bóveda de la bizantina iglesia, (i)
Como para las demás fiestas votivas del ayuntamiento nombraba éste su
mayordomo y presupuestaba todos los años una cantidad determinada para
este objeto, la que de inmemorial tenía lugar el 25 de Marzo. Invocaba esta
ciudad su patrocinio cuando la langosta amenazaba talar sus campos, con
ducida á la iglesia de San Pedro, se la hacían muy fervorosas rogativas. En
el siglo XVI tenía ya su cofradía, la que se extinguió en el siguiente; varios •
de sus devotos intentaron reorganizarla en 1736, pero parece que tan nobles
deseos no pasaron de proyecto, en cuanto que, diez y ocho años después,
D. Bernardino Muñóz de Loaisa, regidor de este ayuntamiento, manifestóai mismo que el santuario de Alárcos se hallaba en el mayor abandono, sin
santero que atendiera á su custodia, las habitaciones de la ciudad arruina-^
das, y hacía muchos años que el voto no se cumplía, manteniéndose única
mente el culto de la santa imagen por algunos devotos; decretó el ayunta-^
miento se hicieran en el santuario las reparaciones necesarias y se celebrara
su fiesta anual con la solemnidad que antes tuvo. Por este tiempo tenía la.
Virgen su camarera, contándose entre las alhajas y objetos confiados á su
cuidado algunos vestidos; felizmente la postura de la imagen evitó el que se,
consumaran en ella las profanaciones que lamentamos en las del Prado y
de la Blanca.
La guerra de los franceses, juntamente con la civil que al poco tiempo le
siguió, llevaron su funesta influencia á este histórico santuario, cerniéndose
otra vez sobre él el abandono y la ruina. “ Paredes destruidas, techos arruina
dos, montones de piedras, malezas, animales inmundos..... y sobre un trono
de escombros la veneranda imagen de la Reina de los Cielos, aquella, ante la
cual habían doblado su rodilla los más ilustres monarcas.« Así con tan vivos
colores describía la Comisión de Monumentos el estado de este santuario; y
la misma nos dice que “ con fondos provinciales y donativos de los fieles se
habilitó de nuevo el templo, aprobándose por R. O. de 10 de Enero y 6 deMarzo de 1860 el gasto de 997 escudos con 600 mils. empleados en estas
obras.« Reconociendo la Comisión ser muy poco lo hecho instruyó expediente
y formó el presupuesto “para la habilitación total de la cerca exterior, habi
tación para el guarda, campanario, nueva construcción del techo de la iglesia,
devolviéndole su anterior estilo y forma, pavimento, vidrios de colores para
(1) El Sr. Ramírez de Arellano opina que la primitiva iglesia de Alárcos estuvo donde
.hoy la actual, siendo restos de ella la portada principal que ocupa el ceníro del imafronte.
—
281
i la claraboya, verja para las capillas y todo lo demás necesario para la cabal
restauración. „ Pero esto era mucho pedir al Estado y perdióse en el vacío
tan justa reclamación. En este mismo documento se hace constar, que el
ayuntamiento de esta ciudad “ recibió como sagrado depósito las llaves de
este monumento el 28 de Mayo de i86o.„ (1)
P u e n t e .— Es indudable, que desde la fundación de Alárcos existiría un
paso más ó menos cómodo y seguro sobre el Guadiana, para el servicio de
sus vecinos y de los pueblos comarcanos; pero el actual débese á esta ciu
dad, según nos da cuenta una provisión de los Reyes Católicos comunicada
á este concejo por el Obispo de Córdoba, presidente de su Audiencia en
1495. El tener únicamente noticia de este valioso documento por el índice
» de escrituras de este ayuntamiento, nos impide conocer los pormenores de
su ejecución. En los años posteriores recibió varias reparaciones, siendo la
i más importante la del año 1800, por tener dos de sus ojos hundidos, cosI teándose estas obras por varios pueblos de la comarca, según costumbre de
aquel tiempo aprobada por los reyes.
B e n a v e n t e .— Gregorio VIII en 1 1 87 é Inocencio III en 1 1 94 y 1 2 1 4
1 señalan entre las posesiones de la Orden de Calatrava “ el Castillo de Benevento con todas sus pertenencias. „ Llegó á poblarse cuando libre y a toda
| esta tierra de invasión extraña prometía á sus repobladores paz y estabili
dad; así en 1 245 aparece su iglesia abonando al Arzobispo de Toledo su
tercia pontifical, siendo después servida por el cura de Valverde. Encomien
da de Calatrava en el Capítulo General de 1600 se dice estar unida á la de
Alcolea. En 1 751 tenía aún 7 vecinos, y hoy es un caserío compuesto de 8
edificios y 10 habitantes.
L as C asa s .— Aldea con 35 vecinos en el año 1 7 5 1 , hoy tiene 1 5 7 en
I 50 edificios. Encomienda también de la Orden de-Calatrava, la que por sus
escasos rendimientos se unió en 1 534 á la de Fuente el Moral; su comenda
dor tenía ordinariamente su residencia en esta ciudad, en la cual, además
de poseer algunas casas, cobraba el tributo de que dejamos hecha mención.
Su iglesia de la Inmaculada Concepción es de entrada.
C ir u e l a .— El Castillo de Cihuruela al ser tomado por las armas cristia
nas á su paso para las Navas de Tolosa, Alfonso VIII lo concedió á los ricos
hombres de Castilla D. Gonzalo García, de Fuente Armejil, Soria, y á don
Gutierre Gutiérrez, de Acebes del Páramo, León, los cuales en Mayo y Julio
respectivamente del año 1 233 otorgaron escritura de venta de “ todo el cas
tillo nombrado Cihuruela, el vecindado con el castillo de Alárcos, con todo
el sesmo de sus tierras, é su Aldea despoblada é poblada,, al Arzobispo de
Toledo. Hizo trasladar estas escrituras de venta del arábigo al latín Julián
Martínez, vecino de Villa Real en nombre de su concejo— 1347. (2) Alfonso X
(1)
(2)
“E l E co de la Mancha.,—Núm. 260—16 de M arzo de 1868 —
Bol. de la Acad. de la Hist.—Toxn. l.°, pág. 371—1885 —
36
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282
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al otorgar en 1 255 sus importantes privilegios á la nueva villa decía, UE do
á esta villa sobredicha, que aya por Aldea,- é por término Zuheruela... que- I
dando unida desde aquella fecha á Ciudad-Real.„ En 1780 aún se llamaba
Ciheruela y tenía unos 20 vecinos. Cuenta hoy con 39 edificios y 81 vecinos.
Su iglesia de Santa Marina perteneció al arciprestazgo de Ciudad-Real, ane
jo al prior de S. Lorenzo del Escorial, y es rural de 2.a clase.
G a lia n a .— Aldea que conservó su escaso vecindario hasta la invasión
francesa. Colonia agrícola con dos casas y 18 habitantes.
E l P a r d il l o .— Aldea en 1 7 5 1 con 5 vecinos y hoy 9 casas de labor.
L a P u eb la . — Tenía 2 vecinos en 1 7 5 1 y su iglesia servida por el tenien
te de arcipreste. Hoy es casa de labor.
L a P o bla ciiu ela . — Aldea que en 1 7 5 1 tenía 20 vecinos y hoy tiene 52]
edificios con 298 habitantes. En Enero de 1 81 3, para atender á los pedidos]
de suministros que diariamente hacía el cuartel general francés establecido
en Daimiel, se vendió por el ayuntamiento su dehesa, pero solo á los veci-j
nos de Ciudad-Real. Su iglesia de Santa María Magdalena perteneció tam-j
bién al arciprestazgo y es hoy de entrada.
S anta M aría de G uadiana .— Alquería con su iglesia que servía el cura
de Valverde. Se vendió en el siglo XVII, pero señalándole jurisdicción pro
pia y apartándola de Ciudad-Real, por lo que su señor hubo de sostener no!
pocos litigios con este ayuntamiento. Los marqueses de Peñafuerte adquirie-j
ron también por este tiempo la dehesa Fuenfillez en las mismas condiciones.]
Col Dnia agrícola con 4 casas é igual número de habitantes.
T o r r ec illa .— Nos habla ya de esta Aldea Alfonso XI en la sentencia que
dió en el largo pleito que sostenían la Orden y Ciudad-Real. D. Juan Núñez y D .a Urraca Fernández, su mujer, otorgaban en Toledo á 18 de Junio
de 1 348 escritura de venta á favor de D. Fernán Sánchez de Valladolid
por el precio de 40.000 mrs.; y este último á 20 del mismo mes y año per-]
mutaba la heredad de Torrecilla con todos sus términos, prados, montes,
aguas, etc. por unas casas que la dicha Orden de Calatrava tenía en la citada
ciudad. (1) Hoy la constituyen 8 casas de labor.
V a l v e r d e .— Lugar compuesto de 14 1 casas y 564 habitantes, en 1 7 5 1
tenía solamente 20 vecinos. La Concordia de 1245 le considera como de la
Orden de Calatrava; en qué tiempo y por qué razón dejó de ser de la Orden
para agregarse á esta ciudad, no lo sabemos. Su iglesia de la Inmaculada
Concepción tiene la categoría de entrada.
V ald a rach a s .— Se encuentran vestigios de edificación antigua, cimientos
y sepulcros, que indican haber sido asiento de población romana y árabe*
cuyo nombre nos es desconocido.
(1)
Indi, de P a p .
cit., t.
l.°,
pág. 1.a, f.° 703—
— p
--------
— '"
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— 283 —
A lv a r Martínez de V illa Real. —Jurisconsulto de gran reputación y ciencia’
y uno de los procuradores que nombró Ciudad-Real, mientras gozó del privilegio de
dar su voto en las Cortes del reino. La inesperada muerte de D. Juan I en Alcalá y
menor edad de Enrique III, el Doliente, suscitaron en el reino graves disturbios; muy
especialmente se discutía sobre las personas que habían de constituir el gobierno de
la nación. Al compás de esto marchaba el reino, grandemente revuelto y asolado por
excesos de todo género. Para atender al remedio de tanto mal se juntaron Cortes en
Burgos, á las que acudió como procurador Alvar Martínez. Permanecía aún sin re
solver la cuestión, que á todos traía divididos y hondamente agitados, á cerca de si
el testamento que el Rey D. Juan hizo en Celloiico había de ser ó no valedero, por
que “ non valía nin era provechoso.,, Para poner fin á aquel interminable caos, remi
tieron la decisión de tan intrincado asunto á dos árbitros, siendo elegidos D. Gonzalo
González, obispo de Segovia, y Alvar Martínez, á quien Ayala califica de hombre
recto, peri’ísimo en derecho y de los más doctos de su tiempo. No se pudieron en
tender, con lo que aumentó la confusión y el desorden. — 1390. (i)
Ju liá n Martínez.—Jurisconsulto también y natural de Villa Real, al que su
concejo encargó la defensa de sus derechos ante la curia de Alfonso XI y en los
prolongados pleitos que en aquel tiempo sostuvo contra la Orden de Calatrava. (2)
Antón Ntínez.—Contador mayor de Enrique IV, al que comisionó el marqués
de Villena para atraer á Alfonso V de Portugal al partido de D.a Juana la Beltraneja,
su sobrina, concertando además su matrimonio; lo que efectuó tan á maravilla, que
el portugués pasó la frontera con catorce mil hombres y en 12 de Mayo de I475 se
desposaba con la infanta.
Nuno Gómez—-Martín Alfonso.—Procuradores á las Cortes de Burgos—
1315 . (3 )
Bartolomé Martínez—Gonzalo Gómez—Alfonso Sánchez—Procura
dores á las Cortes de Madrid— 139 1. (4)
D. Gonzalo Beteta —Dean de Lugo, por su testamento otorgado en 1496
fundó una capellanía en la capilla que junto á la antigua torre de Sta. María había
edificado su padre Pedro Beteta. ( 5 )
Rodrigo del Pulgar y Poblete.—Padre de Hernán Pérez del Pulgar, se
halló en la batalla de Olmedo al lado de Enrique IV, en las talas que se hicieron en
la Vega de Granada en los años 1454, 55 y 56 y en la invasión de Ciudad Real
por D. Rodrigo léllez de Girón en 1475 en la que quedó mal herido y de lo que
murió. (6)
Hernán Pérez del Pulgar y García Osorio, el de las Hazañas.—Nació el
27 de Julio de 14 5 1 y murió en Granada el I I de Agosto de 1 5 3 1, viéndose su sepul
cro en la capilla de los Pulgares de aquella iglesia, fiel testigo de su valor. No fué só
lo como por algunos se cree un soldado de valor y de fortuna, sino que era también
un guerrero ilustradísimo, tan conocedor de la táctica de su tiempo como de la de
los antiguos, y un historiador de los más veraces, puros y atildados del siglo XVI.
Dan de esto testimonio:
1. — Carta á D. Antonio de la Cueva.
2. —M il proverbios.
-
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
Garibay—Lib. 21, cap. 14.
Bol. de la B. A. de la Hiat.—Tom. 7.°, pág. 371.—1885.
Col. de Cortes—Acad. de laH ist.—Tom. J.°—
Id.—Tom. 2 .°Vic. eclesiástica.
Hernán P. del Pulgar—Mart. de la Rosa—pág. 104—Notas.
—
284
—
3 .— Historia del Gran Capitán D . Gonzalo de Cárdova. (i)
D. Lope Fernández Treviño. —Depositario de D. Juan II.
Juan Bravo.—Maestro de los hijos de la Emperatriz Isabel, vertió al castellanola obra poética latina de Alvar Gómez— E l Vellocino D orado — La Historia de la Or
den del Tusón (Toisón).— E l Sumario de los Reyes Católicos D. Fernando y D .a Isabel
con la toma de Granada y otros pueblos, que valerosamente conquistaron, sacada de la
obra grande de las cosas notables de España de Lucio Marineo Sículo.—Toledo—
1546—4.0—(2)
Juan Sánchez Valdés de la Plata. —El haber ejercido su profesión este
insigne médico en Ciudad-Real hace el que sea considerado como hijo de esta ciudad.
Murió á últimos del siglo XVI, dejando una obra postuma que publicaron después su
mujer D.a Ana Flores de Villamayor y su hijo D. Luis Sánchez, abogado. Su título es
__Crónica y historia general del hombre, en que se trata del hombre en común; de la
división del hombre en cuerpo y alma: de las figuras monstruosas de los hombres: de las
invenciones de ellos, y de la concordia entre Dios y el hombre.—Madrid— 1598.—(3)
Juan de Molina.—Familiar de D. Alfonso de Aragón, duque de Calabria y
Virrey de Valencia, es conocido por el Bachiller , y se ejercitó por largos años, según
él nos refiere, en la traducción de varias obras de gran nombradla, las que tuvieron
gran aceptación, haciéndose, aun viviendo él, de muchas de ellas repetidas ediciones.
Mayáns y Siscár nos dice de él, que fué uno de los que contribuyeron, juntamente
con su señor á la restauración del buen gusto literario. También debe ser considera
do como el primero que coleccionó medallas é inscripciones dentro de este continen
te. Sus traducciones son:
I — Crónica de los Reyes de Aragón de Lucio Marineo Sículo.—Valencia— 1524—
2_Gamaliel.—Valencia— 1525.—Traducción del catalán, que contiene muchos caoítulos de la vida de Cristo, de la Virgen y de Gamaliel.
3— Epístolas de 5 . Jerónim o. —Valencia— 1526—
4__De los dichos y hechos del Rey D. Alfonso de Ñapóles, por Antonio Panormita.
—Burgos— 1530—
5— De las cosas memorables de España, por Lucio Marineo Sículo.—Alcalá— 1539—
6— Homiliario de Alcuino.—Valencia— 1552—
7— Los triunfos de Apiano.— Valencia— 1552—
8 .— Confesonario de Ju a n Jerso n .—Alcala— 1 519—(4)
Frey D. Antonio Cervera de la Torre.—Hijo de D. Pedro, natural de Po
zuelo, y de D.a María de Mayorga, de Madridejos, recibió el hábito de Calatrava en 10
de Septiembre de 1575, siendo rector del colegio Imperial de Salamanca, en cuya
Universidad se graduó de Lie. en Cánones. A instancia del cardenal García de Loaysa,
que era su pariente, vino á Madrid donde fué capellán de F'elipe II y prior de
Granada. Nombrado sacristán mayor de Calatrava, definidor en el Capítulo General
de Ióoo, murió en la Calzada el 25 de Agosto de 1606, siendo sepultado en el claus
tro de los Mártires del S. Convento. (5) Escribió:
1 _Testimonio auténtico verdadero de las cosas notables que pasaron en la dichosa.
muerte del Rey N. S. D. Felipe //.—Valencia— 1599—
2 _De felici excessu Philipi //, Austriaci Hispaniarum Regis.— L ib r i m —
(1) Hernán Pérez del Pulgar — D Francisco Mart, de la Rosa— Mad.— 1834— D. Francisco*
de P. Villa-Real— Mad.— 1890—
(2) Nicolás A nt.— T. l.°, pág. 664.
(3) Hist. Bib. de la Medicina Esp — Hernz. Morejón.— T. 2.°, pág. 352.
(4) Orador Cris.—Bib. Hisp. Nova.
(5) Descripción del S. Convento.—Colee. Salazar.— L 47.
—
285
—
3—Alegación por la Orden de Calatrava, contra el pretendido derecho del Abad de
Morimundo de nombrar P rior del S. y R eal convento de Calatrava un monje cisterciense de aquella Abadía.—Obra muy citada por el P. Zapater, por Tapia y Samper, aña
diendo éste, que muchos escritores se valieron de ella y aun la copiaron sin citarla, (i)1234
56
Lie. D. Ju an de Cervera.—Hermano del anterior y del hábito de Santiago»
fué Prior de Uclés.
D. Diego de Cervera.—También hermano de los anteriores, del hábito de
S. Juan de Malta, ejecutando en esta isla grandes proezas siendo cuatralvo de las ga
leras de su religión. (2)
Antonio de Cáceres Pacheco.—Escribió:
1 — De Prcetura urbana 8 .°—
2— In Hceresiarchas Germanice.— 157o-—
Cristóbal de Canillejo.—Escribió:
Constancia.— Comedia M. S. en el Escorial.
Ju an de Vadillo.—No existe noticia alguna de la vida de este insigne petrarquista, amigo íntimo de Gutierre de Cetina.
1 . —Oración latina en alabanza de Ciudad-Real, su patria.—Bib. Nac.—Q. 83 —
2. —Poesías. (3)
Pedro López del Hiincón.—Solicitando los Reyes Católicos el auxilio de esta
ciudad para la conquista de Granada, Pedro López del Rincón, que ya tenía acredita
da su pericia y valor por haber peleado contra el musulmán al frente de esta milicia
y á las órdenes del Rey D. Fernando en 157°. formó una compañía de 150 infantes
con la cual tomó parte en aquella gloriosa jornada. (4)
1577
Alonso de M ora—Fernando B eltrán —Gonzalo Beltrán — Ju a n
Quevedo.—Concurrieron á la conquista de Málaga, recibiendo de los Reyes Católi
cos su repartimiento en aquella ciudad y considerados entre sus principales repo
bladores. (5)
Ju a n Alfonso Bstrada. —Tesorero de la expedición que al mando de Villalo
bos fué destinada al descubrimiento de las Islas del Poniente, zarpando del puerto de
Juan Gallego el I.° de Noviembre de 1542 (6) Gobernador de Nueva España y regi
dor de esta ciudad.
D. Prey García Jo fra de Loaisa. —De la O. de S. Juan, comendador de
Barbales y el primogénito de D. Alvaro de Loaisa y María González de Yanguas. El
Emperador Carlos I le destinó á mandar la escuadra de siete naves, que fletó para
la conquista de Filipinas, llevando de segundo jefe á Sebastián del Cano y en la tri
pulación al célebre Urdaneta. No era hombre de mar, sino que se eligió por su noble
alcurnia. Salió de la Coruña el 24 de Julio de 1 545» y rota la escuadra por los tiempos
y maltrecha su tripulación por grandes penalidades, quedó reducida á un solo barco,
sucumbiendo el pundonoroso general bajo el peso de la profundísima pena que le
causaba la suerte desdichada de su expedición. “ Murió, dice Oviedo, como católico
y buen caballero en su oficio, encomendándose á nuestro Señor, y dejó mucha triste
za y dolor á todos los de aquella nao Capitana, porque además de ser buen capitán*
(1) Nota del Sr. D. Fern.® Herrn, de Santiago.
(2) Descripción citada.
(3) Obras de Gutierre de Cetina—Sevilla—1895—t. 2.°, pág. 243—
(4) Libros Capit.
(5) Conversaciones históricas de Málaga—D. Cecilio García de la Leña—1789—
(6) Col. de Docum. inéd. sobre las antiguas posesiones de Ultramar—Islas Filipinas—t. I —
M ad.—1886-
D . J u a n S a l c e d o . — Canónigo de Toledo, arcediano de A lcaráz y 7.0 capellán
m ayor de los R eyes Nuevos de Toledo. Fué enterrado en la capilla de la Concepción
de aquella iglesia en la cual fundó su fiesta y un aniversario, (i)
F r . C r i s t ó b a l d e l S a l t o . — Hijo de Juan y de Mencía Rodríguez, nació el i54 2.
L ectoi del Colegio de S. Tomás de Sevilla, prior de Monte Sión, provincial y defini
dor por esta prov. fué hombre doctísimo y gran predicador. (2)
F r . J u a n d e l S in o . S a c r a m e n t o . — A ntes el Lie. F rey D. Juan de Mexía, re
ligioso de Calatrava. Ordenado de sacerdote pasó á los religiosos descalzos de N.
£31 a. del Calmen, entre los cuales ejerció el cargo de definidor general y murió en
Madrid el año 1660.— Escribió:
Disquisitiones regulares de officio et potestate prioris claustralis et de Vicario reli
gioso.— Mad. 1655— 2.a ed.— Mad. 1670. (3)
D iegfO d e J e s i i s M ia r ía .— Carmelita descalzo, siendo prior de Guadalajara.— Escribió:
^14
*7
3• Historia de la Imagen de Nuestra Señora del Prado de Ciudad-Real.— Mad._
2
1650 I tom. 4.
Se limitó á copiar lo que de tan veneranda Imagen escribió don
Fernando Mendoza y Porras en el M. S. que se custodia en el archivo de la parro
quia de Santa María. (4)
2 - — Desierto de Bolarque de Carmelitas de la Reforma.— Mad.— 1651. (5)
M a r t í n ax»ajaS ó l l t a x a s .— Nació el 15 de Octubre de 1664 é ingresó en la
Compañía en Marzo de 1677. Aunque principalmente dedicado á la enseñanza fué
muy dado á obras de caridad, las que practicó hasta su muerte acaecida en Madrid
el 22 de O ctubre de 1742.— Escribió:
1 . — Sermones.
2. — Mes de vida para el logro de buena muerte.— Mad.— 1721 —
3— Tempestiva vita dispositio a d falicem ceternitatum— ió.°— Se reimprimió en
castellano añadida de algunas meditaciones.
4- Meditationes Passioms Christi ac Dolorum fí. Matms in duas partes divises. Mad. 1707— Existen de este libro varias ed. en español y francés.
5*— Sábados Dolorosos.— M ad.— 1740—
6 .— Instrucciones cristianas sobre las Dominicas delaño.— Mad.— 17 18 _6_t 4 0(6 )
C r i s t ó b a l G a r c í a G u i l l é n d e l a F a z . — Escribió:
'
I •— D e Sacra Chronologia.— Disertaciones.
2<— Methodus Isagógica in Sacram Scripturam.— 4— vol.— (7)
r a n o i s c o D u a rfc e M é n d e z .— Estudió medicina en Alcalá, siendo discípulo de
Pedro Miguel de H eredia.— Escribió:
Cuestión médica: si en la curación de las enfermedades, principalmente en las calen
turas podridas, es conveniente purgar á los enfermos en algunos casos antes que se san
gren.— Madrid — 1648—
G a b r i e l d e l a C o n c e p c i ó n .— Mercenario, escribió:
1. — Curso ripense.
2. — Theologia.
3. — Cuestiones morales.
(1)
(2)
(3)
D. C. Lozano—Los Reyes Nuevos de Toledo— p. 389—
Hist, del Col. Mayor de S. Tomâs de Sevilla.
Mentesa Ilu stra d a - T. 2.°, p. 33.—R. Arellano -Cat. de Escrit. de las O Milit
(4) Leg. 10-num s. 540 al 588—
<5) Nic. Ant,.—Bib. Nov.—T. l .° —
(Ô P. Ag. Barker—Bibliothèque—T. 3.°, p. 21.
(7) Blâzquez —Apunt
—
288
—
4.__Médula eutropélica calculatoria—bajo el pseudómino de D. Pablo Fregel y Ce
cina Rica.—Madrid— 1759
1 . — Poesías.
2. — Sermones.
Sebastián de Plores.—Escribió:
., , _ „
Aquí se contienen dos romances en los cuales se trata de la prisión y caída de D. Kodrigo Calderón y la sentencia que le fue publicada por el Srio real.—Barcelona— 16 21.
Fr. Antonio de Ciudad-Real —Religioso de S. Francisco, siendo lector de
S . Teología en Yucatán escribió:
1 —Sermones de sanctis per annutn.
2 _Vocabularium et Calepiuum. M. S. en la biblioteca del convento de Yucatán.
F r Junípero de S. Francisco.—Gaspar Diego en el siglo, varón penitente
v de erran espíritu de oración. Su austeridad y mortificación fueron verdaderamente
admirables. Murió en Solana el 8 de Febrero de 1 6 _[5 á los 34 años, (i)
D José Manuel de Villena y G uadalfajara—Caballero de Calatrava y
del Supremo Consejo de Castilla, ingresó en el cuerpo de hidalgos de esta ciudad el
i
j
j
j
Í^^Juan de Villaseca. —Srio. del Virrey de Méjico, costeó el retablo mayor de la
catedral v fundó el patronato y memoria en la misma iglesia, que lleva su nombre (3)
D Diego Medrano y Treviño.—Diputado á Cortes en 1820 y vicepresiden
te del Estamento de Proceres en 1835, reemplazó á Moscoso en el Ministerio del In
terior ó Gobernación bajo la presidencia de Martínez de la Rosa.
I
Consideraciones sobre el estado económico, m oral y político de la prov. de Ciudad-i
g ea¡ _Mad.__1843—4.0 90 pág.—Dedicadas á la sociedad de Amigos del País en se
sión del 14 de Junio de 184.1, las mandó imprimir. Sus observaciones son atinadas, y
nrecisa el tenerlas en cuenta al que pretenda escribir la historia de esta ptov.
D Joaquín Gómez.—Auditor honorario de guerra, gobernador de 1 oledo y
diputado á Cortes.—Escribió:
.
Memorias acerca de la proposición que han presentado a las Cortes los Sres. Diputa-\
doi Cebalíos v Zaldivar sobre despojar de la antigua posesión de capital a la M. Jx. y 1
M. L. ciudad de Ciudad-Real.—Mad.— 1837—4-° 28 págs.—El gobernador de Almagro j
dió una memoria resucitando esta cuestión, á la cual el S. Gómez contesto.
D Hilarión del Rey.—Srio. de S. M. con ejercicio de decretos en 1830, dipu
tado á Cortes por esta ciudad en 1844 y presidente del Tribunal de Cuentas en 1858.
D Rafael Mayalde y Villarroya.—Teniente general procedente del arma
de Caballería.
, . ... ,
, ,, ,
,
I
35 José Medrano y Treviño.—Del
cuerpo de Artillería,
se hallo en
morable sitio de Gerona, siendo ascendido á capitán por su comportamiento heroico
en la defensa del Monjui. Escribió un M. S. sobre este célebre sitio, el que dedico a
Daoiz y Velarde y cita con elogio Gómez Arteche. (4)
D . Antonio del Rey. —Teniente general y Ministro de la guerra.
Francisco de Guzmán —Militar, escribió:
I..— Triunfos morales.—Amberes 1 557
2. —Decreto de sabios—Alcalá— 1564—
3. — Sentencias generales. (5)
Arbor Chron. O. S. Trinit.- pág. 64.—
(!) Libros
(2) ArchivoCapit.
de Sta. Mana.—Leg. 10—
(3)
(4) Guerra de la Indep.—t. 7.°
Villalta cit. por Blázquez.
—
289
—
J o s é V a r g a s .— Nació el 7 de Oct. de 1729 logrando gran reputación como mú
sico. (1)
D . M a n u e l M a ld o n a d o .— Propietario y diputado á Cortes, nació en esta ciu
dad el 20 de Mayo de 1823.— Escribió:
Consideraciones generales sobre las tierras de labor y aplicación de los abonos á la
Agricultura. — Ciudad-Real— 1850— 8.°— IX— 142 pág.
D . J o s é A d a m e .— Nació el 22 de Mayo de 1820 y siendo secretario del gobier
no civil de esta provincia escribió:
Memoria sobre la langosta. La Sociedad económica matritense le concedió por es
te trabajo el título de socio sin cargas el 20 de Julio de 1844.
D . J o a q u ín A g u i l e r a .— Tiene publicado:
M is versos.— Poesías originales.— Ciudad-Real— 1885— 4.0— 106 pág.
Composiciones sueltas.
D . P e d r o A r e n a s .— Caballero comendador de Carlos III, predicador de número
de S. M., secretario de la Real capilla y vicariato general castrense, del consejo de
S. M., juez honorario del Escusado y del de las Ordenes.— Escribió:
T-— Discurso en la solemne función celebrada en la parroquia de San Sebastián el día
6 de Octubre en acción de gracias al Todopoderoso por los felices sucesos ocurridos en
las provincias del Norte.— Madrid— 1839— 4-°— 10 pág.
2— Oración fúnebre en la solemne función celebrada en la iglesia de las Sras. Comen
dadoras de calatrava, de esta corte, el día 18 de A bril para trasladar los restos del in
mortal poeta y distinguido sacerdote D . Pedro Calderón de la Barca al panteón de la
Sacramental de San Nicolás.— Madrid— 1841— 4.0— 19 pág.
3— Oración fúnebre en las solemnes honras celebradas en memoria de las gloriosas
victimas del 2 de Mayo de 1808.— Madrid— 1842— 4.0— 18 pág.
4Oración fúnebre á la memoria de la Infanta Doña Luisa Carlota de Borbón, a l
ser exhumados sus restos mortales en el Real monasterio de San Lorenzo el día 20 de
Enero de 18 51. — Madrid— 1852— 4.0— 9 pág.
5— Ecos del pueblo español.— Madrid— 1852 —4.0— 9 pág.
6 . Sermón 411 acción de gracias al Todopoderoso y á la Virgen Santísima por e l
pronto y fe liz restablecimiento de la salud de S. M. la Reina .— Madrid— 1852— 19 pág.
7-— Discursos en las solemnes funciones celebradas en las iglesias de Atocha y San
Isidro en los dias i.° de Enero y 2 de Febrero.— Madrid— 1863— 4.0— 20 pág (2)
D . D o m in g o S á n c h e z G ijÓ n .— Tesorero de la S. I. P. de Toledo, caballero de
número de la orden de Carlos III, del consejo de S. M., su secretario, y superinten
dente de religiosas del arzobispado de Toledo.
M a n u e l A d a m e .— Conocido por Locho, de padres humildes y de oficio jornale
ro, al dar La Mancha el grico de independencia contra las huestes de Napoleón, se
unió en clase de soldado á uno de los batallones que se organizaron en Sierra More
na. Disuelto éste perteneció á la partida de D. Ventura Giménez, distinguiéndose
por su valor y audacia; en ella y con su sucesor D. Alejandro Fernández siguió Ada
me hasta la terminación de la guerra, quedando en situación de alférez, con diez rea
les diarios. En 1821 proclamó á D. Carlos, llegando á reunir bajo sus órdenes hasta
i 500 partidarios, con los que realizó varios hechos de armas. Murió en Londres fiel
á la bandera que había jurado defender.
D . I g n a c i o L ó p e z de M e r g e l i z a .— Beneficiado de la S. I. de Toledo.
I .— E l Ruiseñor y el Ave María.
L----------------------(1) Saldoni .— Efem érides de M usic esp.—
(2) Nota de D. A. Blázquez.—D. N. Malo - E l
Orador sagrado =
Mad. —1853—
37
—
290
—
2 .— La Educación Láica.
3-— Ligera reseña sobre la Orden de Calatrava en esta provincia y Juicio histórico
critico acerca de la muerte de D. Pedro I de Castilla.
4. — Oda al Angel de las Escuelas Santo Tomás de Aquino.
D. A m a l iO M a e s t r e é I b á ñ e z . — Ingeniero de Minas y vocal de la comisión
del Mapa geológico, nació en 1 8 1 2 y murió en 1872.
1 . — Comunicado— “ Semanario pintoresco» — 1 8 4 2 —
2.
— Noticias de las minas de carbón de piedra de S. Juan de las Abadesas— B
Ofic. de Minas— 1844—
3. — Observaciones acerca de los terrenos volcánicos de la península— id.— 1 8 4 4 —
4. — Informe — id.— 1845 —
5. — Noticia geológica de la sierra de Gador— id.— 1845 —
6. — Industria fa b ril y minera — “ El interés del País,,— de Cartagena— 1846—
7. — Apuntes geognósticos de Almería — “ Anales de Minas,,— t. 2.0—
8. — Descripción geognóstica y minera de Aragón y Cataluña— id.— t. 3 -°—
9. — Ojeada geognóstica y minera del litoral del Mediterráneo — id.— t. 4.0—
10.
— Reseña acompañada de todos los datos y documentos que publica la Socie
E l V eterano— B arcelona— 1849—
11.
— Memoria presentada por el director de la Sociedad minera La Fuerza — M
drid— 1 8 5 3 —
12.
— Dictamen científico relativo á la explotación de varios criaderos metalífero
Sierra Nevada — Mad. — 1 8 5 2 —
13 — Memoria presentada por el director de la Sociedad La Perseverante— Mad.— j
18 5 2 —
14—
Me?noria sobre los terrenos de sulfato de sosa de Colmenar de Oreja—drid— I 8 55—
15— Descripción geológica industrial de la cuenca carbonífera de S. Juan
Abadesas— Mad .— 1855 —
16. — Memoria sobre los criaderos de Sierra Nevada— “ Bol. Ofic. del Minist. de !
Fomento,,— 18 58 —
17-— Memorias leídas en la Junta general de La Exploradora — Mad.— 1 8 5 8 —
18. — Memoria sobre las aguas minerales de la prov. de Madrid— Mad.— 186 1 — j
19 -— Junta General de Estadística.
20 .— Memoria de la visita verificada... en 1865 en el segundo distrito minero— M. S.
21 — Estudios sobre la Exposición de París — M. S.
22. — Reseña de la Exposición de París “ Revista Minera»— 1869—
23. — Platio topográfico minero de una gran parte de Sierra Nevada. Pin colaboración
24. — Determinación de las especies minerales— Mad.— 1 8 7 1.—
25. — Plano topográfico de la cuenca carbonífera central de Asturias — En colaboración
26. — A l público — Barcelona— 1856.—
2 7 — Minerales auríferos de E xtrem adura= “k e v . Minera»— T. I —
28.
— Aparatos establecidos en la sierra de Granada para ensayar el beneficio de
venas auríferas — id.— T. 2.°—
29. — Fábrica ae acero de Essáu Essén — id— T. 1 9 —
»
30. — Sociedad minera Nueva Buena Dicha — Mad.— 1 8 5 7 —
31. — Informe sobre el empleo útil del carbón de Mequinenza. (i)
D. L u i s d el R e y y M e d r a n o . — Diputado á Cortes por esta ciudad en varias
legislaturas, senador del Reino, gobernador de varias provincias y director de la
Deuda.
(1) Centenario de la Escuela de Minas—p. 239—donde también puede verse su biografía.
291
—
D. Antonio Mendoza.— Nuestra Señora del Prado, Patrona de Ciudad-Real._
Tradición religiosa en dos actos y en verso. — Ciudad-Real— 1884— 4.0— 46 pág.
D . Francisco Sagra y Bermiídez.— Catedrático del Seminario y párroco
del O. Priorato.
1. — Jesús Sacramentado.— C.-Real— 1886— 16.°— 64 pág.
2. — La Juventud casta.— Barcelona— 1882— 8.°— 112 pág.
D. M iguel Federico Fernández.—-Médico de la beneficencia municipal.
Resumen de las modernas ideas sobre bacteriología y nuevo tratamiento sueroterápico
de la difteria.— C.-Real— 1895— 4.0— 34 pág.
D. Joaquín Araujo y Ruano.— Discípulo de Mr. León Bomsat y de la Es
cuela de Pintura de Madrid; premiado con medalla de 2.a clase en las Exposiciones de
1884, 87 y 91.
D. León Ruíz de León.— Profesor de dibujo del Instituto de 2.a enseñanza
de Teruel, fué laureado en esta ciudad en el público certamen celebrado en 1894 por
su cuadro, representando un retrato del Ven. Francos de Aranda.
D. Angel Andrade y Blázquez.— Discípulo de D. Joaquín Ferrer y de la Es
cuela de Pintura, pensionado por la Diput. provincial y por el Ministerio de Fomento
y premiado con medalla de 2.a clase en la Exposición nacional de 1890.
D. Samuel Luna.— Distinguido pintor del cual existen obras muy recomenda
bles en la Diputación provincial y en Valdepeñas.
D. Cárlos Vázquez y Ubeda.— Pintor premiado con la 3.a medalla en la E x
posición de Bellas Artes con motivo del Centenario de Colón— 1892—
D. Jerónimo García Velázquez.— Médico director de “ La Medicina Mo
derna.„
I.— La Peste bubónica— Mad— 1899—
HERMANDAD VIEJA DE VILLA REAL.
Para conocer con exactitud el estado civil de esta provincia en la Edad
Media, nada presta tanta luz como el estudio de la Santa Hermandad, por
las circunstancias á que debió su origen, por el notable desarrollo que en
poco tiempo adquirió, por las omnímodas facultades que sus miembros tu
vieron y por el amparo que prestaron al orden social, tan patente y decisivo,
que sin su ayuda aquella sociedad se hubiera hundido ante la gangrena de
la discordia, que la corroía.
t
El prolongado tiempo que toda esta tierra fuera frontera de moros, ocu
pada unas veces por el musulmán victorioso, por las armas cristianas otras,
siempre tras sangrienta lid, hizo, que cuadrillas de bandoleros infestaran
nuestros campos y pequeños poblados, aumentando con sus fechorías el inalestar y la zozobra, retardando la paz, á cuya benéfica sombra únicamente
los pueblos pueden prosperar. Aumentáronse los malhechores en las disen
siones civiles entre Castros y Laras, cuando todavía era débil la mano de
Alfonso XI, para regir el cetro de D. Sancho III. La discordia entre D. Alfonso X y su hijo D. Sancho IV con el gran caudal de inmoralidad'que por
doquier derramó, con la honda perturbación que llevó al corazón mismo de
nuestras seculares instituciones, dió motivo y razón sobrada para que el ro
bo, el vicio y la violencia se enseñorearan por todas partes.
Los lamentos y reclamaciones de nuestros nacientes pueblos perdíanse
en el vacío. La Corona era impotente para alejar tal desventura; no existían
más tropas permanentes que las mesnadas de las Ordenes Militares, creadas
poco tiempo hacía; pero su objeto limitado á combatir al musulmán, no les
permitía acudir á este mal; é interesadas además con la nobleza toda en el
común desconcierto y tomando no poca parte en esta fratricida lucha, ni el
honrado patricio hallaba defensa y abrigo contra las demasías siempre ate
rradoras de gavillas de gente criminal, ni la justicia tenía poder para castigarlas y extinguirlas. Antes que el sostén de los pueblos y la defensa y pro
tección de los vecinos honrados eran las usurpaciones políticas, el engrande
cimiento personal de unos, las venganzas de los otros y la ambición de
todos, alimentando siniestras miras y nutriendo punibles desafueros.
Así, pues, al esfuerzo individual é iniciativa local hubo de encomendarse el remedio de los hondos males que se padecían; y es natural, que cada
lino aportase los recursos que estuviesen á su alcance, porque á todos ur
gía el conjurar la catástrofe de ruina y exterminio que les amenazaba.
Constituían la riqueza de los terrenos montuosos de esta provincia y de su
colindante Toledo las colmenas, la caza y algún terreno laborable; y por lo
que dejamos dicho ya se deja comprender los peligros que en época tan ca
lamitosa correrían la propiedad y las personas. Para garantizar en lo posi-
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—
293
—
ble intereses tan sagrados, juntáronse colmeneros y ballesteros, no sin invi
tar á la vez á aquellos otros cuya vida y hacienda participase del peligro co
mún, y acordaron el repeler la fuerza con la fuerza, asociándose en legión
honrada, que asegurase la vida y resguardase la propiedad dentro y fuera
de poblado. Los miembros de aquella milicia unidos por los lazos de la pro
pia seguridad se conocieron y llamaron con el modesto y significativo título
de hermanos, y de aquí el nombre de Hermandad que recibió institución
tan provechosa.
Bien quisiéramos consignar la fecha de su fundación, pero el tiempo y
el descuido han consumido los comprobantes y únicamente á los documen
tos que se salvaron de la ruina común, habremos de atenernos, para dedu
cir de ellos su antigüedad. Del año 1304 es ^1 Acuerdo más antiguo que se
conserva de las tres Hermandades reunidas; D. Alfonso XI les confirma en
13 13 los privilegios, que Ies fueron concedidos por su padre, y á mediados
del siglo XIV colmeneros y ballesteros unidos sostenían con el Arzobispo de
Toledo ruidoso pleito, en el que entendió el Delegado del Papa en estos
reinos sobre el pago del diezmo de cera y miel, el cual aquél condonó en la
reunión que al efecto celebraron en Febrero de 1353 en el convento de San
Francisco, demostrándonos que esta institución tuvo su principio en el últiI mo tercio del siglo XIII. (1)
En el momento diéronse los hermanos á perseguir ladrones y gentes de
mal vivir, armándose tan completamente cual su oficio y recursos lo exigían.
Para que ninguna consideración pudiera estorbar la garantía de la propie
dad y de la vida, principal y exclusivo objeto de aquella asociación, comen
taron los hermanos por emanciparse completamente de la justicia ordinaria,
erigiéndose en tribunal con el derecho tan conocido entonces de vidas y
haciendas. Como tales procedimientos eran los únicos que aquella sociedad
consentía, y otro remedio no había contra los males que destruían el cuerpo
enfermo de la nación por propios y extraños combatida, los Reyes se apre
suraron á protegerlos en su bienhechora empresa, cuanto los señores y con
cejos extremaban su oposición, por ver atacado fuertemente no menos su
poder que su ambición.
Alfonso XI nos da á conocer con el estado de nuestros pueblos esta oje
riza de que fué objeto desde sus comienzos la Hermandad. “Sepades.....que
los colmeneros é ballesteros me dixieron, que ellos veyendo el muy grande
mal, et el muy grand daño que los Golfines facien é comieten en la xara
en matar, é en robar, é en otros muchos males en que vosotros los de la
tierra tomabades muy grand daño, et yo muy grand deservicio, que ovieron
de facer hermandat los de Toledo, et de Tala vera, et de Villa Real para
correrlos, et matarlos é echarlos de la xara, et que por razón del perdona-
(1) Hermandad de Castilla.—Bib. Nac. D. d.—49—
—
294
—
miento que les yo fago, et vosotros los maestres et los conceios, que se atre
ven tanto los Golfines, et estos perdones que han, que los non pueden matar
nin echar de la xara. Et otrosí que andando ellos en pos los Golfines, que en
algunos logares non los quieren dar vianda por sus dineros, nin los quieren
ayudar á prenderlos, nin á matarlos; .... Porque vos mando..... que cada vez
que los Colmeneros vos llamaren que los vayades á ayudar et á correr et á
matar los Golfines... (i)
D. Juan II es aún más expresivo y enérgico: “ Sepades, dice, que los
procuradores de las Hermandades..... se me querellaron.....que los conceios,
maestres, priores, comendadores, justicias..... non temiendo á Dios, nin á
mi.....se mueven á perturbar la mi justicia de las dichas mis Hermanda
des..... según los privilegios que tienen de los Reyes onde yo vengo.....
prendando é corriendo é amenazando á los dichos mis alcaldes é Cuadrille
ros..... é aun tomándoles por fuerza los presos de mi cárcel.... é amparando
é encubriendo á las personas que de los de las dichas Hermandades quieren
prender. ... é faciendo males é daños..... de tal guisa, que non pueden fazer
é cumplir la dicha mi justicia según sus ordenanzas é buenos usos, é costum
bres antiguas
Valladolid— 1 4 17 —• (2)
Elegían de entre sí dos hermanos por alcaldes, para que ejercieran la
jurisdicción por el método mixto de elección é insaculación; y D. Enrique IV
al sentar las bases de la Hermandad General en 1473 ordenó hubiera dos
alcaldes en los pueblos de más de 100 vecinos, y en aquellos en que la ju
risdicción estuviera dividida por estados noble y pechero había de corres
ponder uno á cada uno, y cuyo oficio era el mismo que ejercían los de la
Hermandad. Tenía ésta además los oficios de cuadrillero mayor, tenedor del
sello, contador, fiscal y defensor de pobres, los cuales se elegían á la suerte.
Los ministros inferiores se llamaban cuadrilleros, y con este título se ador
naban los mayorales y demás gente significada de los Montes, para facilitar
la acción de la Hermandad.
Siendo los Montes asiento preferido de la criminalidad, por lo que estos
se prestaron siempre á la impunidad y campo obligado, por lo tanto, donde
las cuadrillas habían de ejercer una acción constante y una vigilancia soste
nida, terreno jurisdiccional de Toledo, Talavera y Villa Real, era natural,
que de esta comunidad de intereses expontáneamente brotara la asociación;
para que así unidas su acción y sus fuerzas pudieran victoriosamente exter
minar á sus enemigos.
(1) Hermandad— cit.
. . .
(2) La Hermandad de C. Real pleiteó largamente con la O. de Calatrava sobre el ejercicio
de su jurisdicción en el Campo, sentenciándose en 1422 no pertenecerle sino en los delitos
que merecían pena de Jara; en 25 de Agosto de 1428 la Hermandad y el Maestre otorgaban en
Almodóvar escritura de transacción fijando sus respectivas jurisdicciones, declarando perte
necer á la Hermandad los montes y sierras que taxativamente se señalan.—Arch. Hist. ISacional Hermand. -Ind. Gral. de los Fap. de la O. de Cal. T. 1, f.° 358.
—
295
—
¿Cuándo y en qué condiciones se realizó unión tan provechosa? D. Fer
nando IV en 1 3 1 2 nos dice: “ Bien sabedes que los Colmeneros, Ballesteí°s
de Toledo, é de Ialavera, et de Villa Real ovieron de facer Hermandat fasta cierto plazo que se acabará en el mes de Setiembre primero que
viene
Agora yo veyendo.. que si se defñciese..... serie muy grand mió
de servicio et daño de la mi tierra, et de vosotros, é catando de como han
ochado de la Xara los Golfines, et los malfechores, et los robadores, et de
como los han hermado en manera que los que van de un Lugar á otro an
dan salvos é seguros sin temor ninguno.....mando...... que del plazo adelante
para siempre mantengan et guarden, et cumplan esta hermandat, asi como
lo ficieron fasta aquí.....„ Todo lo que confirmó y sancionó D. Alfonso en
Burgos tres años después. En la Junta celebrada en S. Bartolomé el día de
S. Pedro de 1302 ordenaron, que la celebración de dichas Juntas generales
fuera el primer domingo de Septiembre y en un lugar de los Montes, siendo
elegido ordinariamente Navas de Estena, preceptuando la asistencia de todos
los hermanos bajo la pena allí establecida. Viéndose más tarde ser muy
gravosa esta asistencia obligatoria, se circunscribió á cierto número de her
manos, percibiendo estos dietas de los fondos generales de la Hermandad.
Debemos suponer, que los requisitos indispensables para entrar en la
Herm andad en sus primeros tiempos serían escasos, como suceder suele en
toda institución naciente. No necesitarían los asociados sino el valor perso
nal; prestábale éste la necesidad de salvar la vida, de defender el hogar y
el terruño querido. Pero más adelante, en virtud de los muchos privilegios
y franquezas logrados y de la abundancia de clientes, hubo necesidad de in
ventar pretextos y suscitar dificultades, para que no entrasen en ella otras
personas que las que pudieran ahorrarla gastos y reportarla beneficios. (1)
Cuanto mayor seguridad llegaron á ofrecer los tiempos tanto más abunda
ron las pretensiones y se impuso la necesidad de crear restricciones, no ad
mitiéndose hermanos sino en Junta general, por votación secreta v por una
nimidad.
En las circunstancias de los aspirantes se multiplicaron también las exi
gencias, en especial las pecuniarias, de suerte que no creyendo suficiente la
posesión de cierto número de colmenas y otras propiedades, se impusieron
por vía de propinas fuertes sumas, que debían satisfacer los aspirantes al
tiempo de su ingreso, según nos dan cuenta las Ordenanzas impresas en
1740 Así se logró el que la Hermandad se hallara constituida por gente
toda principal, caballeros, regidores de las ciudades, hacendados, etc., ha
ciendo después estas plazas hereditarias.
Carlos IV por Real orden de 18 de Septiembre de* 1798 y de 24 de Mar(1) Nunca en lo antiguo se puso limitación-al número de hermanos, pero sis e exigía el
que fueran de arraigo, de antecedentes honrosos y que pudieran mantener armas y caballo —
Arch Hist. Hermandad.
—
296 —
zo siguiente concedió á todos los individuos de la Santa H erm andad el uso
de grande y pequeño uniforme; y fueron tantos los aspirantes que á la no
vedad acudieron, que los hermanos todos suplicaron al R ey confirmase con
su autoridad el art. 4.0 de las Ordenanzas relativo á la admisión de los nue
vos asociados por unanimidad absoluta, de que dejamos hecha mención, pe
tición que fué escuchada y atendida previo favorable informe del Real Con
sejo.
Como se ve, guardando una perfecta identidad con las Ordenes Milita
res, cuando pasó la hora del combate, del trabajo asiduo y del riesgo per
manente convirtióse el modesto y humilde oficio de cuadrillero en objeto de
lujo y conveniencia; porque si los hombres de posición social se inscribían
con tanto anhelo, más que servir los intereses públicos, buscaban el propio
provecho, la franqueza ó excepción de ciertos tributos y cargas concejiles ó
el vivir más á sus anchas independientes de los tribunales ordinarios.
E l Papa Celestino V les concedió el título de Santa H erm andad y los
R eyes de Castilla la sostuvieron con grandes privilegios y franquicias. Don
Fernando IV les concede el derecho de A sadiira (1) sobre todos los gana
dos que pastasen en los Montes ó por ellos transitasen; les autoriza también
para nombrar sus alcaldes y el poder usar sello, cuyos privilegios son con
firmados por su hijo Alfonso XI. E l Arzobispo de Toledo les otorga la exen
ción del diezmo de cera y miel en 1353, D. Pedro I de Castilla amplía su
jurisdicción, aumentando los casos en que sus tribunales habían de conocer
y D. Enrique II el derecho exclusivo de entender en las causas de los delin
cuentes por ellas procesados; cuya entrega conmina á los alcaldes y señores
D . Juan II con severas penas, jurisprudencia que sanciona Carlos I, el Em
perador, en Medina del Campo.
D .a Juana en 1 505 concedió á los alcaldes, cuadrilleros y alguaciles, el
que puedieran llevar vara de justicia por todas las ciudades y lugares del
Reino, y los Reyes Católicos, abundando en el pensamiento de Enrique IV,
no sólo confirman sus franquicias, sino que extienden los beneficios de esta
institución á todo el Reino, decretando la H erm andad G en era l y vigilando
atentos su buena administración y gobierno— 1494. (2)
No entra en nuestro propósito el enumerar las disposiciones formuladas
para dar vida á esta institución, ni las vicisitudes por que pasó hasta sufrir
la transformación que les diera el Cuaderno de T orrelaguna, por pertene
cer estos hechos á la Historia general; pero si cabe el preguntar; ¿si sirviendo
(1) Consistía generalmente este derecho en una contribución sobre las crias de ganado—
Marichalar y Manrique—Hist. de la Legisl.—t. 2.°—
(2) El Consejo de Castilla en 1762 limitó estas atribuciones, ordenando que la Herman
dad no nombrara jueces de 30 leguas más allá de sus capitales; que la de Ciudad-Real no
haga avanzar su jurisdicción del otro lado del Tajo, ni las de Toledo y Talayera del Tajo paraacá, y que en cada uno de sus pueblos no tengan sino un juez, comisario ó cuadrillero.—
Arch. Hist.—Hermandad Vieja de Ciudad-Real.
—
297
de base y fundamento á este general alistamiento las Hermandades de To
ledo, Villa Real y Talavera, serían estas absorbidas por la General" Conti
nuaron aquéllas en el goce de sus preeminencias hasta tanto que las nuevas
costumbres fueron haciendo la antigua asociación inútil. Felipe IV marcando
el procedimiento que con los delincuentes había de seguir la Hermandad de
Ciudad-Real en 1644 al tenor de lo dispuesto por sus predecesores, la con
servación de su cárcel en esta ciudad y de su tribunal hasta la moderna
organización de la administración de justicia prueba que la Hermandad
G en eral no entorpeció la noble misión, que Dios confió á humildes colme
neros y ballesteros, de defender con riesgo y menosprecio de sus vidas los
principios salvadores de religión y justicia, sobre los cuales necesariamente
ha de descansar la sociedad; así como la prosperidad y larga vida de esta
institución, que ninguna otra alcanzó en el terreno de la justicia, igualmente
nos manifiesta, que su establecimiento respondió á una necesidad tan gene
ralmente sentida, que Reyes y pueblos hubieron de seguir sus pasos, para
poner á salvo los altos intereses sociales.
D ar albacar, cercado de las vacas ó herradero de vacas según la Re- j
lación Topográfica en tiempos de la dominación musulmana, situado á un
cuarto de legua de Caracuel y al abrigo de sus fortificaciones era punto de
paso obligado en el camino de Calatrava á Andalucía, (i) Dehesa después 1
de la Orden de Calatrava hizo de ella una encomienda, levantó ésta su casa
para residencia del comendador y depósito de los diezmos que constituían
sus rentas, alrededor de la cual se fueron agrupando labradores, atraídos por
la riqueza y feracidad de su suelo, siendo á fines del siglo XIV en número .
bastante para emanciparse de Caracuel pidieron y obtuvieron su separación
declarándole villa de por sí y sobre sí. En la Concordia entre la Orden y el
Arzobispo de Toledo de 1482 se declara no haber cobrado este ultimo el
terzuelo de este pueblo, por haber sido fundado en dehesa antigua.
Sus alcaldes eran elegidos por el comendador entre los candidatos que ¡
proponían los vecinos, en conformidad al derecho municipal del Campo de
Calatrava. Del partido de Almagro en sus comienzos, al crearse el partido de .
Almodóvar fué á él agregado, contando ya en aquel tiempo con 300 veci- I
nos. Suprimido este último á fines del siglo XVI á instancia de los vecinos
de Almodóvar, volvió otra vez á pertenecer á Almagro, pero estuvo en esta
dependencia por poco tiempo, porque consiguiendo para sus alcaldes ordina-í
rios el privilegio de primera instancia, mediante gruesa indemnización al
erario Real, el tribunal establecido en Almagro sólo había de conocer de las
causas apeladas.
Arrepentido Almodóvar de la pérdida de su capitalidad hubo de recla
mar del poder Real el restablecimiento del gobernador y de su partido. Fuele concedido lo primero, pero no lo demás, porque habiendo conseguido la
casi totalidad de las villas que constituían su partido el citado privilegio de
primera instancia, sin despojarse de él no podían someterse á la jurisdicciónj
del gobernador.
(1) La Geog. de E sp .-del Edrisi.—D. E. Saavedra—pag. 49.
—
299
—
Intento éste íecobiar a. tocio trance la autoridad de que habían gozado
sus antecesores, sin considerar el nuevo estado legal legítimamente adquiri
do por los pueblos; desoyendo éstos sus notificaciones, quiso recabarla por
la fuerza; al efecto vino á esta villa con acompañamiento de ministros y
gente armada con el intento de prender a sus alcaldes y regidores, como lo
realizó; pero apercibido el pueblo del desmán y cundiendo prontamente la
alarma entre sus vecinos, se armaron con espadas, palos y con lo que más
pronto hallaron á las manos, se lanzaron á rescatar á sus autoridades, obli
gando á huir al gobernador y á sus ministros— 1604— . Se entabló el pleito
consiguiente en la Audiencia de Valladolid, fallándose á favor de los pueblos
en Diciembre del año siguiente. (1)
Cobraban sus diezmos de los granos la Mesa Maestral, la encomienda de
esta villa llevaba íntegro el de las sernas y cosas menudas y la de Bolaños
el de las tierras que le estaban señaladas y de la uva. ( 2 )
Del progreso de su población nos clá cuenta detallada el siguiente estado:
Vecinos.
Siglo XIV
15 7 1
1652
1742
j 857
1887
3 °o
200
ISO
224
401
Ó24
H ab itan tes.
V)
n
y>
r>
G 37
2138
Del partido judicial de Almodóvar linda al N. con Poblete, E. La Cañada,
; S. Caracuel y O. Cabezarados, regando su término el Guadiana y (avalórn
El Capit. General de 1652 ordenó que los beneficios curados de Cañada
y Caracuel se agregaran al del Corral. Su iglesia tenía muy quebrantada su
fábrica en 174X por lo que los visitadores ordenaron la construcción de
fuertes estribos. Era de tres naves abovedadas; siendo incendiada juntamen
te con el ayuntamiento y cárcel por la facción de Palillos en 1838. Cobraba
el cura en lo antiguo 3.791 reales de los partícipes en los diezmos de esta
¡villa y en proporción á sus rentas.
N uestra S eñora de la Paz.— E n el siglo X V se daba ya culto á esta
imagen por voto de villa y posteriormente se le erigió por sus vecinos bello
santuario no lejos de sus casas.
(1) Atjeh. municipal de Fuencaliente.—Executoria.—
(2) Arfli. H ist. Mac iglesias de la 0. de Calat.
(3) Censos oficiales.
—
300
—
D L o ren zo H e rn á n d e z de A lb a .—Nació el 23 de Septiembre de í / 75>
siendo hijo de D. Valentín y de D.a María Rodríguez Porce. Dean y canónigo magis
tral de la iglesia de Toledo y orador notable, á su muerte se coleccionaron sus ser
mones con el nombre de Oratoria sagrada en dos tomos de 309 y 45 » pags., los cua
les son muy apreciados por los que se dedican al ministerio de la predicación.
D. LU ÍS T a m a y o .—La familia de los Tamayos se distinguió siempre en el
Corral por su ilustración y bienes de fortuna. Uno de sus individuos, Pedro Tamayo,
fué por muchos años su alcalde ordinario, defendió con gran tesón su independencia
contra las pretensiones absorventes del gobernador de Almodovar y dejo un cuantio
so legado para obras pías, sirviendo de fundamento para la construcción del Hospicio
dC B m m S r . D r. I>. A n t o lín M o n e sc illo y V is o .—Nació el 2 de Septiembre
de 1 81 1. Profesor de la Universidad de Toledo en 1839, vicario de Estepa hasta
1852, canónigo de Granada y de Toledo, siendo maestrescuela de esta ultima ue
promovido á la silla episcopal de Calahorra y La Calzada en 1861, a la de Jaén en
T865 al solio Arzobispal de Valencia en 1877, Cardenal de la S. Iglesia Romana en
1884, y por último, Arzobispo de Toledo en 1892. Murió el I I de Agosto de 1897. 0 )
í.—.Diccionario Teológico de Bergier.—2.a versión.— Madrid 1845.
2. —-La Simbólica de Mochler. Mad. 1846.
3. —Manual del Seminarista.—Mad.— 1848.
4. —De Vera Religione.—Aúxáán á la Teología del Charmes.—Mad.— 184».
5 —Carta al Marqués de Valdegamas.—Mad. 1 849.
6. —Pastoral. —Mad.— 1 8 52—Despidiéndose de Estepa.
7. —Pastoral de ingreso en el de Calahorra.
8.— Oración fúnebt e en las honras de Cervantes.—Mad. 1862.
9. —Exposición á la Reina.—Logroño 1863.
10. —Nuevo Decano.—Lucronii 1864.
I I —Defensa del Pontificado.—Logroño— 1865.
12. —Pastorales de Calahorra.—Tom. I.
13 . — Catecismo sobre la autoridad de la Iglesia.—Jaén 1868.
14. — Colección de Sermones.—Jaén— 1868— 5 tom.
15. —Su conducta en Ja én .—Jaén— 1869.
16.—Discurso en las Constituyentes.—Mad. 1869*
17. _Catecismo católico sobre la libertad de cultos.—Jaén— 1869.
18. — Instrucciones Pastorales.—Jaén— 1872.
19. — Pensamientos.—Jaén— 1873.
20. — Sermones Homilías.—Mad.— 1873 74 ^ tom.
2 1. — Veladas.—Mad.— 187522. —E l camino, la verdad y la vida.—Mad.— 1876.
23. —Jesucristo.—Mad.— 1876.
24. —Pastorales.—Jaén.
25. _Pastoral de ingreso en Valencia.—Val.— 1877.
26. —Rafael y Tobías.—Val.— 1878.
27. _Oración fúnebre en las honras de Calderón de la Barca.—Val.— 18 8 1.
m Su testamentario el limo. Sr. D. José R. Quesada ordenó la construcción de la torre
Je la iglesia parroquial de su pueblo. Subastadas las obras en 12 de Abril de 1898 bajo el tipo
de 9 234 pesetas, se procedió á su construcción, inaugurándose el 8 de Diciembre de 18J8. üd
mismo limo. Sr. Quesada compuso la elegante inscripción latina conmemorativa <*ej £ s virt'" '
des del ilustre Purpurado y ordenó su colocación en la iglesia parroquial el 11 ¡de Agosto
de 1897.
—
301
—
2 ^. I'a Ilustración de los niños.—V al. 1882.
2 9 - Novena á Ntra. Sra de los Remedios.— V al.—-1884
30 . — Instrucciones Pastorales en Valencia.
31 . — Conferencias Religiosas.— Val.
32. — Salve.— Toledo.
33 — San Ildefonso.
34 — Devocionario mozárabe.— 2.a ed._____ Toledo._1892.
35 .— Pastorales en Toledo.
3*3- Hist. Eleni, de la Filosofía.—B oin ier.— Mad.— 1846.
7 > ™ , adH
máSf
C0labOradOr
de l0S diariOS
lia,
y Irono
y de
otras
revistas nacionales
(i) E l Catòlic°> La Esperanza, La Cruz,
^ A uav
(1)
Bol. ec/. s.W . .0 del Arzobiap, de Toledo.- 0 de SepL de 1SÍM.
Corrupto de Cazar, voz arábiga que se interpreta Labor del Hoyo o
Labranza de la Hoya, fué teatro en 1 126 de uno de los frecuentes choques
entre musulmanes y cristianos. (1) En 1275 le vemos incluido entre las do
naciones que D. Pelayo Pérez Correa, XIV Maestre de Santiago, hizo a Montiel- “ Le damos, dice, á Alcubillas, e Acozar, por aldeas, e que vengan todos
los de las Aldeas al fuero de la Villa* En 1554 solicitó este pueblo de Pelipe II su apartamiento de Montiel, siéndole concedido juntamente con el
privilegio de primera instancia mediante el abono de 1.350.800 mrs. al eiario Real. Pero si consiguió su concejo como villa, sus alcaldes no lograion
conocer de los negocios civiles y criminales de sus vecinos, porque los go
bernadores se negaron á reconocerles este privilegio y siguieron abocando
á su tribunal cuantos ocurrían en Cózar.
Situado este pueblo á 13 leguas de Ciudad-Real y 2 de Infantes, a cuyo
partido judicial pertenece, linda al N. con esta ciudad, E. Almedina, S. t orre
de luán Abad y O. Torrenueva. Su población en 1591 era de 308 vecinos;
permaneciendo estacionada hasta el siglo actual en el que tomó notable in
cremento, señalándole el censo de 1887 vecinos 483 y habitantes 1927.
Su iglesia parroquial de gallarda construcción está dedicada á S. \ ícente
mártir y tiene la categoría de entrada. En el año 1560 se hizo información
sobre la pobreza de este curato, al objeto de si se había de declarar ó no
beneficio tenue-, pero el Capítulo General de 1562 le conservó en su anti
gua categoría, siendo siempre servido por religioso de la Orden. En el
siglo XVI tenía ya la ermita de Santa Crispina.
(1)
Blázquez.—H ist. de la prov. de C.-Real—t. l .° , pág. 183.
—
303
—
Fr. Gregorio García. — Dominico de la casa de Baeza misionó por mochos
años en la India, y vuelto á su patria quiso ilustrar la historia de aquella región es
cribiendo á este objeto:
1.— Predicación del Evangelio en el Nuevo Mundo, viviendo los Apóstoles.— Baeza—
1625.— 8.°
2. — Origen de los Indios del Nuevo Mundo.— Valencia— 1607.— 8.°
3. — Monarquía de los Incas del Perú, (i)
Fr. Isidoro de S. Juan. — Ingresó en los Trinitarios descalzos donde brilló en
lugar tan eminente por su ciencia y virtud que fué elegido vicario general en 1632
y ministro general en IÓ35» muriendo en Valdepeñas el año 1662 á los 60 años de
edad. Escribió:
Carta espiritual exhortatoria para los Religiosos Descalzos déla Santísima Trinidad, Redención de cautivos.— Mad.— 1637— 86 pág.— Otra ed. en Zaragoza— 1637—
8.° 103 pág. (2)
(1) Nio. Ant. Bib. Hisp. Xov.—t. l.°, pág. 544.
(2) Fr. Mig. de José.—Bib. Crist.—t. 3.°, pág. 147. -Asbor. Chron. O. S. Trini.—pág 22.-—
Dicción, de Escritores Trinitarios.—Fr. Ant. de la Asunción. —Tom. 1—pág. 494.
/
S isapon.— Cinco poblaciones cabezas de capitanía ó región nos mencio
na Plinio en el territorio que hoy comprende la provincia de Ciudad-Real.
Laminio, municipio romano, cabecera de los laminitanos; Mentesa, de los
mentesanos oretanos; Oreto, de los oretanos, llamados germanos; Alaba, de
los alabanenses celtíveros, y Sisapon de la región Osintiade, comprendida
en la Beturia de los Túrdulos; sin hacer mención de la parte de la Carpetania, conocida en la Edad Media por el Campo de Arroba y que forma el
lado N. O. de esta provincia.
Aunque en Chillón y sus alrededores escasean las ruinas romanas, com
probantes de la existencia de la antigua y primitiva población de Sisapon,
como quiera que su celebridad la deba á sus ricas minas de bermellón, de
ahí el que los historiadores y geógrafos modernos fijen su asiento en el ve
cino Almadén, y no en .este pueblo. Pero la atenta y detenida lectura de los
textos antiguos convence de lo contrario. Sisapon>pueblo de la España pri
mitiva, como nos lo advierte el sabor céltico de su nombre y el ser cabeza
de uno de los pueblos ó regiones en que estaba España dividida á la venida
de los romanos, era una población crecida en aquel tiempo, capaz para alo
jar á los Pretores romanos, lo que hizo, el que éstos hicieran pasar por ella
una de sus más importantes calzadas militares, de la que era mansión. Des
cubiertas las minas en sus cercanías y dentro de sus términos, tomaron su
nombre, y á esto debió el que al crecer en la Edad Media su explotación y
laboreo, brotara á su alrededor la rica población de Almadén confundiéndo
se con este antiguo pueblo.
El geógrafo de Alejandría Claudio Ptolomeo incluye á Sisapona entre
las ciudades oretanas; pero conocido es los extensos y exagerados límites
que este autor dió á Oretania. Más exacto el Itinerario de Antonino Pío nos
señala á Sisapone como la última mansión de la Beturia en el camino mili
tar de Mérida á Zaragoza y entre Mirobriga, Capilla, y Carcubium, Cara
mel. No era este camino el único que ponía á Sisapon en comunicación con
— sos
ias demás ciudades de España; pues el que unía á Toledo con Mérida em
palmaba con la vía pretoriana mencionada por Antonino en este pueblo y de
él salía otro en dirección á Linares por el salto Castu/onense. (i) Sisapon
con la región de que era cabeza concurría á pedir justicia al convento de
Córdoba, siendo sus linderos por oriente los oretanos, al mediodía la S eta
ria de los célticos, por poniente los lusitanos y al norte los carpetanos, com
prendiendo por lo tanto á más del hoy partido de Almadén algunos pueblos
de las provincias de Córdoba y Badajoz.
Los antiguos escritores y principalmente Strabón ponderan las leyes, la
poesía, las riquezas y la civilización de todos estos pueblos de la Bética ó
Turdetania, que uno y otro nombre emplean indistintamente los historiado
res, para designar esta parte de España. Los montes de Sisapon, nos dice el
geógrafo citado, son ásperos y estériles como todos los que abundan en me
tales, pero de sus entrañas extraen riquísima plata. El comercio romano se
surtía en esta región de sus ricas y variadas producciones; pero lo que cons
tituía su principal riqueza y avaloró su‘fama era el minio ó bermellón, que en
gran cantidad conducían á Roma, de igual calidad al celebrado de Sinope del
Ponto. (2)
Sus costumbres correspondían á su civilización. No vivían como los cel
tas y gran parte de los oretanos en vicos y pagos, pueblos pequeños, si no
en pueblos de crecido vecindario ó ciudades, las que calificaba Plinio de in
signes ó notables, oppida non ignobilia; apegándose con tanto interés al mo
do de vivir y costumbres romanas, que aunque su civilización y progreso de
su agricultura, industria, comercio y artes mecánicas eran muy superiores al
de los romanos en tiempo de la república, como que procedían de sus fre
cuentes relaciones con los fenicios, su clase rica ó las personas acomodadas
principalmente llegaron hasta olvidar su idioma. Desde que Lúculo sometió
esta región al poder y dominación de la república romana, según nos refiere
Lucio Anneo Floro, y Escipión conoció su riqueza, en la que hizo abundan
te presa, multitud de familias romanas vinieron á establecerse en esta región,
logrando, merced al prestigio que lleva el poder y al atractivo de la nove
dad, el ir borrando poco á poco los usos, leyes nativas y costumbres de los
indígenas, adoptando en su administración y gobierno comunal y hasta en
sus hábitos y trajes las leyes, usos y género de vida de sus conquistadores.
C hillón . — Con la invasión de los bárbaros Sisapon se sepulta en la
obscura noche del olvido, sin que hallemos más indicios de su existencia en
nuestra historia. A l pueblo árabe que sucedió al godo en el señorío y domi
nación de la tierra española debe atribuirse el castillo que constituía su de-
(1) D isc de D. Fran.0 Coello.
(2) Entre las monedas hispano latinas se menciona la de Sisapo; aunque Zobel sospecha
fue acuñada en la otra Sisapo, cuya situación es desconocida—Montaner—Numismat. Esp . —
pág. 112 y 134.
39
—
306
—
fensa. Este pueblo comprendió este fuerte en el Fetis A l B olut, llano de
las encinas, cuya región abrazaba desde los Pedroches hasta Alcudia con los
pueblos en estos límites enclavados.
¿De quién recibió este pueblo su nombre de C h illó n ? Nada más conclu
yente que este nombre, para probar lo vaga y absurda que es siempre la
pretensión de fundar la historia de los pueblos sobre la etimología de su
nombre. Sisapon desaparece y sobre sus ruinas levanta el musulmán fuerte
castillo, que dá más tarde origen á su población, al cual los más antiguos
documentos de nuestra Reconquista llaman Castrum de Ckilón y Puebla de
Chillón. Chilón es uno de los siete sabios de Grecia, eforo y celebrado poe
ta cuya vida escribió Diógenes Laercio; (i) Polibio nos habla de otro Chilón
igualmente lacedemonio, que hizo huir á Licurgo y dió muerte á los efo- 1
ros, (2) y Chillón es también una estación del lago Léman ó de Ginebra, en
donde Lord Byrón escribió sus Prisiones o f Chillón: su procedencia griega
es innegable; pero, ¿con qué motivo el pueblo musulmán sustituyó el nom
bre antiguo con otro no menos exótico para él? La imaginación tiene aquí j
ancho campo para sus divagaciones; pero la verdad no por eso dejará de ]
permanecer oculta.
Alfonso VI llevó hasta este castillo sus armas, pero á larga distancia de
Toledo, fué su solo objeto el quebrantar el poder musulmán y hacer rica
presa en sus dominios. Alfonso VII el Emperador plantó sobre las almenas i
de este fuerte el estandarte de la Cruz, obligando á las huestes agarenas á
replegarse al centro de Extremadura y Andalucía; pero la derrota de Alárcos lanzó de este territorio á los cristianos, no volviendo á su dominio hasta j
tanto que la victoria de las Navas de Tolosa limitó su poder y dohiinación á
las comarcas andaluzas.
Perteneciendo Chillón á la Corona por la conquista que de él hiciera j
Alfonso VII, su nieto Alfonso VIII otorgó en Toledo á 27 de Marzo de 1 1 6 8
carta de donación uael castillo de Chillón íntegro con su Almadén, con to- ¡
dos sus términos, á saber, con sus tierras, viñas, prados, pastos, entradas y
salidas perpétuamente y por juro de heredad» á los freires de Calatrava y á
los condes Ñuño y Teresa, en premio de los muchos servicios que de ellos
había recibido y por su constante fidelidad. Los citados condes y freires de
Calatrava habían de poseer á Chillón por mitad, tanto en los derechos que j
el señorío lleva anejos como en el disfrute de sus rentas. (3)
Fuese por los inconvenientes que lleva siempre toda aparcería de domi
nio, ó porque al caer otra vez Chillón bajo el poder musulmán y ser reco
brado por S. Fernando, la donación anterior quedara sin efecto, ello es, que
pasó á la Corona de Castilla, y el dicho Fernando III, e l Santo, en el año
(1) Ortíz y Sánz .—Los Diez Libros de Dióg, Laercio. T. 1, p. 40,
(2) Lib. 4.° Cap. 22.
(8) Bul. 0. de Cal., pág. 7.
—
307
—
1 2491 y su hijo Alfonso X , e l Sabio, en 1 254 volvían á la citada Orden de
Calatrava la mitad de la mina de Almadén tan sólo, realizando con esto su
separación de Chillón, unida á este pueblo desde su descubrimiento, que
dando Chillón bajo el poder y derecho realengo ó de la Corona y pasando
la mina al señorío particular de la Orden.
D. Sancho IV al confirmar los privilegios y donaciones hechas por los
Reyes á la dicha Orden considera á Chillón como villar— 128 5— dándonos
á conocer que su población principió lo más tarde á mediados del siglo XIII.
De las cenizas de Sisapon brotó Chillón suficientemente potente y robusto
para conservar á Almadén por una de sus pertenencias, como en la época
romana, cuya riqueza desconocieron los Reyes de Castilla, demostrándolo
la facilidad y prontitud con que se despojaron de esta fuente de riqueza.
Tomada Córdoba por las armas cristianas en 1236, S. Fernando la do
tó de grandes privilegios y franquicias, origen de que de todas partes de
España acudiesen á esta fértil ciudad gran número de pobladores. Su con
cejo, desde su creación, quiso extender y hacer valer sus derechos y juris
dicción no sólo sobre Chillón y Almadén, sino sobre toda la Alcudia, in
cluso el Priorato de Santa María de Mochuelos. La Orden de Calatrava
nunca reconoció estos pretendidos derechos del concejo de Córdoba en lo
que hacían relación á Almadén y Alcudia, y aunque S. Fernando en la do
nación de Almadén á la Orden dice deja á salvo el derecho alegado por
Córdoba, es lo cierto que únicamente Chillón le perteneció, y sobre este
pueblo exclusivamente ejerció jurisdicción.
A 2 de Abril de 1 3 1 8 los Maestres de las Ordenes Militares de Alcán
tara, Calatrava y Santiago celebraron en Chillón una junta, harto célebre en
sus anales. Fuertes éstas, porque formaban una milicia permanente; osados
sus caballeros, porque poseían inmensas riquezas, innumerables castillos y
ciudades populosas; celosos del mantenimiento de sus fueros y privilegios, y
desconfiados tal vez por el funesto y trágico fin que había cabido á los tem
plarios, militares y religiosos también, y como ellos no menos fuertes y po
derosos, se aliaron para desafiar á cualquiera que tratara de atentar contra
sus personas ó menoscabara sus derechos, sin exceptuar á los mismos Mo
narcas. “ Ordenamos, dicen, y establecemos, que estaremos unidos y de
acuerdo, para pedir á nuestro señor el Rey D. Alonso, que mantenga nues
tras libertades, privilegios, usos y costumbres, y las franquicias de nuestras
tierras. Que si alguno, de cualquier condición que sea, emprende contra uno
de nosotros, ó contra uno de nuestros hermanos, ó contra nuestras tierras, ó
nuestros vasallos, ó contra cosa que nos pertenezca, haciéndonos tuerto ó
injusticia, nos reuniremos todos, para desafiarlo, hacerle frente, é impedir
que nos dañe.„ (1) Felizmente esta concordia de las poderosas Ordenes no
(1)
Colee. Diplom, de Abella.
—
308
—
pasó de proyecto; las ambiciones privadas y disensiones intestinas consu
mían toda su energía y devoraban su gran poder, pues si separadas hicieron
bambolear en más de una ocasión el trono de Castilla, unidas hubieran cau
sado su inevitable ruina y retardado por lo menos, si no imposibilitado, su
unidad y el grado de prosperidad y de gloria que merced á ésta alcanzó.
D. Enrique II dió en mayorazgo el señorío de Chillón á D. D iego Fer
nández de Có/dova, de la casa real de Aragón, alcaide de los Donceles, du
que de Segorbe y marqués de Coinares en premio de sus hazañas en el rei
no de Granada. Aunque joven, era este magnate, según Zurita, de ánimo
generoso y varonil y de tal seso y prudencia que no es común á su edad;
así es, que preparó al Rey moro de Granada Mahomet Roabdil una sorpre
sa en la comarca de Lucena, consiguiendo derrotarle y hacerle prisione
ro. (i) Ganó en esta acción 64 banderas y dióselas el Rey Católico para
adornar su escudo, añadiéndole el Rey Chict^ de Granada, cuyas armas dió
él á su villa de Chillón. “ Conociendo, dice, que Diego Fernandez de Cordova, nuestro Alguacil Mayor, que es de la dicha ciudad, nos fizo muchos bue
nos servicios, ficimosle merced, y dénosle en donación, por juro de heredad,
los maravedis que montasen el alcabala vieja de la carnicería de la dicha
ciudad.... los quales maravedis, con la villa de Chillón, que ovo comprado
de licencia, y mandamiento nuestro, é con nuestra confirmación, é con nues
tra ayuda, que le dimos para ello Don Sancho nuestro hermano.... Dada en
Cordova, Era 1413 año 1375.,, (2)
Carlos III en 11 de Marzo de 1777 decretaba en el Pardo; “ resuelta por
mí la incorporación á mi Corona de la villa de Chillón, cuio señorío y juris
dicción pertenece en la actualidad al Duque de Medinaceli, agregándole á
esa del Almadén, por el corto y angustiado termino á que se halla reducida
en perjuicio de su población.... formados por la contaduría y archivo de su
casa una razón y estado de los títulos, derechos y bienes.... por su Marquesa
do de Comares en la deha. villa de Chillón y su termino, comprensibo de los
Lugares que se dicen Castillo de Aznaharon y Palacio de Guadalmez„ (3) Y
D. Gaspar Soler, superintendente de las Minas en 1 2 de Enero siguiente ha
cía la elección de oficios de justicia, reservando a.1 Duque los nombramientos
de alcaide del Castillo de los Donceles y alférez mayor.
R égim en m unicipal .— El gobierno de esta villa estaba confiado á un al
calde mayor, que después tomó el título de gobernador; un teniente gober
nador que le suplía en las ausencias, nombrados por el señor de ella y los
que ejercían la jurisdicción de primera instancia; dos alcaldes ordinarios y de
más oficiales del concejo, elegidos en doble número y propuestos al señor 6
(1) Anales de Aragón.— Lib. 20, cap. 48.
(2) Salazar y Castro.—Advertencias H i s t ó r i c a s Abad de Rute .— Grande Historia de la Ca
sa de Córdoba—p.a 17.—En los documentos del archivo municipal de Chillón se dá á su fuerte
el nombre de Castillo de los Donceles.
(3) Arch. de Almadén.—A. Leg. n.° 4.
—
809
—
al gobernador en su representación, el cual designaba entre los elegidos á los
que habían de ejercer los cargos y hacía entrega á la vez de las varas de jus
ticia, emblema de su autoridad. Desde su incorporación á Almadén hasta la
abolición de los señoríos, el superintendente ejercía las atribuciones que an
tes pertenecían al señor de esta villa y las demás que le pertenecían por las
leyes especiales, teniendo aquí un teniente gobernador y justicia mayor de
pendiente de su autoridad. Antes de su incorporación los negocios en apela
ción pertenecían á Córdoba y á esta ciudad acudía á las juntas de partido,
así como después, de su superintendente recibía las órdenes concernientes á
rentas y arbitrios.
Industria.— Sus paños veinticuatreños, según entónces se les llamaba,
habían adquirido tal renombre en el siglo XV, que su fama no sólo llenaba
todos los mercados de España, sino qué en el extranjero hacían competencia
á los reputados de Lombay y Gante. Iniciándose su decadencia en los últi
mos años del siglo XVI, se arruinó esta floreciente industria en el siguiente,
causando á la vez su empobrecimiento y despoblación.
P oblación.— Situado este pueblo en un altozano rodeado de ásperas y
altas sierras, constituyen su riqueza la ganadería y el cultivo de cereales, de
dicándose también gran parte de sus braceros á los trabajos mineros. Su ve
cindario en el siglo XVI alcanzó el número de 800 vecinos, decayó este en
el siglo siguiente considerablemente, reponiéndose en el presente siglo, pues
en el censo de 1857 cuenta ya con 760 de aquéllos, y en el de 1887 con
995 Y 3*361 habitantes.
I glesia parroquial.— Adosada á su fuerte castillo, flanqueado su ábside
por cuatro contrafuertes en forma de cubos y robustecida por sólida muralla,
á la que dá acceso artística caracola, ofrece el aspecto de una fortaleza de la
Edad Media. Es de tres naves encamonadas, la del centro con artesonado de
esmerada labor, el crucero gótico del último período y su retablo mayor de
la traza de Montañés y recientemente dorado. Lleva la advocación de San
|uan Bautista y Santo Domingo de Silos, recuerdo ésta de la primitiva igle
sia situada en el Ejido de Puertomellado, al decir de Madóz, y edificada en
el siglo XVI. Marcando el Papa Honorio III al Arzobispo de Toledo en 1 2 1 7
los límites de su jurisdicción “ del lado de acá de Chillón„ nos dá la razón,
por qué este pueblo perteneció ai obispado de Córdoba hasta la creación dei
Obispado Priorato de Ciudad-Real. En el siglo XVI era esta iglesia servida
por un rector y vicario á la vez, dos capellanes y tres beneficiados, éstos úl
timos con la renta de 180.000 mrs. cada uno, sirviendo sus beneficios por
capellanes cumplidores á los que abonaban 100 ducados. Al presente es de
entrada y tiene dos coadjutorías. Diseminadas por su término concejil tenía
las ermitas de S. Juan B., Santiago, S. Ildefonso, S. Sebastián, Sta. Catalina,
Sta. Brígida y Sta. Marta y junto á la dicha iglesia la del Sto. Cristo de la
Caridad.
No menos que su floreciente industria y su crecido vecindario acreditan
—
310
—
?a prosperidad y riqueza de este pueblo en aquellas centurias las notables
instituciones benéficas y pías que en él nacieron al calor vivificante de su fé
religiosa y de su bienestar. El bachiller Juan Arias Caballero fundó una cá
tedra de Humanidades, cooperando con esto á aquel movimiento intelectual
de vida exuberante, iniciado en La Mancha en el siglo XVI, que señala el
período más brillante, ó más bien único de nuestra historia científica y lite
raria, en el que esta provincia dió hombres eminentes á las ciencias y á las
letras. El presbítero D. Francisco García Aljarafo fundaba las escuelas de
niños y niñas, dotándolas convenientemente, al mismo tiempo que el vicario
D. Juan Bernal establecía un hospital y le dotaba con 206.000 mrs. de ren
ta anual y “ una Sra. llamada doña Isabel dejaba otro hospital, dentro del
cual hay nueve moradas en que moran nueve mugeres pobres y muerta una
se recoge otra, y tiene 3.000 mrs. de renta cada un año.„ (1) Además el
canónigo D. Alonso Moreno fundó otro hospital, y el jurado Pedro García
Mohedano la casa de caridad, dotándola con 100 fanegas de trigo para so
corro de necesitados. (2)
C onvento de S an A ntonio.— De menores observantes de San Francisco
y de la provincia de los Angeles, situado á 2 kilom. de Almadén y 3 de Chi
llón, fué fundación de D. Diego Fernández de Córdova, marqués de Comares. El guardián residía en Almadén y en 1697 construía una enfermería en
« 1 Calvario de esta villa.
C onvento de dominicas.— García de Obregón levantaba este monasterio
en los primeros años del siglo XVI junto á una ermita dedicada á la Madre
de Dios, trasladándose las religiosas á Almagro en 1770.
N uestra S eñora del Castillo.— Sobre la cumbre de un empinado cerro,
de agreste y brusca pendiente, existe una extensa plaza, asiento tal vez de la
antigua Sisapo, naturalmente fortificada y dominando dilatado campo. En la
Edad Media existía un castillo para vigilar las ondulaciones de la sierra y
defensa de Chillón, dedicado á la Virgen María; el tiempo minó su existen
cia haciendo desaparecer hasta sus cimientos; pero la Virgen sin mancilla
allí permaneció en el modesto santuario, que le levantó la piedad cristiana,
como centinela y vigía para defender á sus devotos y enseñarles el camino
del cielo. El domingo siguiente al día de Reyes celébrase devota romería
con gran concurrencia de los pueblos vecinos y el 8 de Septiembre su festi
vidad principal.
G uadalméz.— Antes los Palacios de Guadalmez, aldea de Chillón é igual
mente del señorío del marqués de Comares. Tenía su concejo compuesto de
alcalde, regidor y alguacil mayor, elegido anualmente en la misma forma
que el de la matriz y propuesto al marqués para la designación de los cargos
entre los elegidos. En el siglo XVI tenía 70, y hoy cuenta con 140 casas y
( 1)
Relación Tapog.—lhlb.
(2) Madóz.—D ic e . Geog.
—
811
642 habitantes. En el límite de la provincia y confinando con las de Badajo?:
y Córdoba, está situado á 4 kilóm. de la estación de Pedroches y 6 de la de
Belalcázar. Su iglesia está dedicada á S. Sebastián y tiene la categoría de
entrada.
V e g a d e S. I l d e f o n s o . — Y también la Vega, caserío con 10 habitantes
y un palacio suntuoso construido por el célebre político D. Segismundo
Moret.
Ju a n García Hermosilla.—Escribió dos Memoriales que dió á Felipe II en
Valladolid en 1556 sobre mudar la navegación de las naves y flotas que iban para Tie
rra Firme, Nueva España, etc. Interrogatorio para fus tifiear lo que propuso en los dos
memoriales anteriores—Sevilla á 25 de Mayo de 1588.
Pr. Alonso do la Quadra.—Electo provincial en 4 de Noviembre de 1564
visitó la provincia restableciendo la observancia regular. Era de singular humildad y
murió en Cazalla el 1567. (i)
Pr. Pedro de la Epifanía.—Fué este distinguido varón honra de la reforma
carmelitana, mereciendo ser el oráculo de su tiempo. Sabio lector y orador elocuente,
tras penosa enfermedad murió en el Campo de Criptana el 1661.
D. Pedro Caballero de la Bastida.—En 1677 ingresó en el colegio de Cuen
ca de Alcalá, magistrado de Guadalajara, fiscal de Méjico, oidor de Granada y de la
O. de Santiago, murió el 31 de Agosto de 1699. Escribió:
Alegaciones en materia de Indias. (2)
Pr. Diego Serrano de Sotomayor.—General de la O. de la Merced,,
obispo de Segorbe, Solsona y Guadix, nació en 1578 y murió en esta última ciudad
en 1652. (3)
D. Alvaro de Torralva. —De la O. de Calatrava, procurador general, prior
de S. Benito de Valencia, ministro del Consejo de las Ordenes Militares y embajador
en Roma de Felipe V. Escribió:
Memorial sobre la aptitud que tienen los freires de las Ordenes Militares para obte
ner los mismos puestos que los Caballeros de ellas. (4)
D. Diego Abel y Quintana.—Obispo de Tortosa y Guadix. (5)
D. Ju lián del Pozo y Breso.—Director del periódico La Opinión, de Manila.
1. —Contra la colonización por España de las islas Carolinas.— 1890.
2.
—Guía práctica para el despacho de mercancías en las Aduanas de Filipinas.—
1891.
3.
—Preámbulo de un Estudio á la reforma de la vigente ley electoral para Diputa
dos á Cortes.— 1893.
4. —Resumen monetario histórico.— 1895.
5. —Las Bicharas de “ La Opinión „ ó páginas filipinas.
P. Luis Montalbán.—En 19 de Abril de 157° murió en Granada en opinión
(1)
Riog. Eclc. Com.
(2)
(3)
/i)
(5)
Rezabal y Ugarte—Bib. de E scrit. de los Colegios de A lca li.—p. 62.
Villanueva— Viaje literario— T. 2.° y 8.°
Colee, de Docum. para la Hist, de E sp .— T. 109.
Archivo parroquial.
—
312
de santo. Misionó por muchos años por Andalucía en compañía del P. Diego Téllez
con gran fruto, dándose el caso estraño de que estos dos padres ingresaron en la
Compañía en un mismo día, juntos fueron siempre á misiones y en igual día falle
cieron. (i)
Luis de S. Jerónimo.— Carmelita, prior de varios conventos, provincial y pro
curador general.
1. — Ordinario ceremonial de los religiosos primitivos descalzos—Mad.— I 590.
2.
—Manuale divinorum ojjuiomm ju xta ritum et consuítudimem patruum.— M
drid.— 1591. (2)
(1) P. Martín de R oa.—R ist, de la prov. de Atidcducía.—Bol. de la Soc. Esp. de Excursiones,
’iño 4.°, números 66, 67 y 68.—1898.
(2) F r. Francisco de Santa María.
El Sr. Cortés y López emplea un largo artículo de su Diccionario
Geog. Hist.y para probarnos, que el Laminium, municipio romano, cabeza*
de una de las regiones ó pueblos que, según Plinio, habitaban la Oretania,
tuvo su asiento en Daimiel; pero sus razonamientos nos convencen de lo
contrario, en cuanto que, las lápidas que de este pueblo nos dan noticia y
las trae como argumento, fueron halladas no lejos de Fuenllana y á conside¡ rabie distancia de Daimiel. La sinonimia que este autor encuentra entre La| minio y Daimiel y la analogía y semejanza que cree hallar entre la signifi
cación de aquél y la naturaleza del terruño sobre el que Daimiel se asienta,
¡ son las razones y fundamentos sobre los que levanta su frágil é inseguro
edificio, débiles y caprichosas en demasía, é incapaces de destruir lo que
escriben los geógrafos é historiadores, tanto antiguos como modernos.
|
D. Modesto Lafuente en su Historia general, Madóz y La Crónica de
Ciudad-Real hacen suya y patrocinan la mencionada opinión del chantre de
! Valencia. D. Casimiro Martín Serrano, en su opúsculo Daimiel, no queda
| aún satisfecho con tan antigua genealogía hace á Daimiel derivado igual: mente de Laminio y á éste de Lamia, familia romana, según él, que dió al
■_ imperio romano personajes tan ¡lustres como Trajano y Adriano. No es posi
ble llevar más allá la afición á la paradoja y al desatino.
I
Más cercano á la verdad es que Daimiel traiga su origen del Daimium
i griego, nombre con el que los focenses solían nombrar á Diana, cuyo culto
importaron en España; pero esto juntamente con las muchas monedas halla; das en su término del tiempo de la República y del Imperio son leve indicio
en verdad de la existencia de este pueblo en la época romana; así es, que
mientras un feliz descubrimiento no venga á despejar la obscuridad que nos
rodea, el considerar á este pueblo como uno de los de Oretania, nunca pa
sará de una conjetura sobre leves cimientos levantada y sin otro apoyo serio
que el hecho paladinamente confesado por antiguos geógrafos é historiadores
. de hallarse esta región muy poblada en aquella remota edad y ser excasísimo el número de pueblos que de aquel tiempo conocemos.
40
—
314
—
Del período ó dominación musulmana ya no nos cabe el dudar, pues
podemos afirmar con grandes probabilidades de acierto, que debió á este pue
blo su fuerte castillo, su población y quizás su nombre. Un amplio cuadrilá
tero de gruesos muros de tapiería, con ancho y profundo foso, constituían es
te fuerte, el que construyó aquel belicoso pueblo para asegurar la posesión
de la tierra contra las tribus que venidas del Africa frecuentemente la inun
daban, y para que los pocos labradores que tenían sus pobrel casas junto á
sus muros, hallaran en él su abrigo y defensa; sirviendo también este fuerte j
como de frontera y atalaya de la vecina fortaleza de Calatrava.
La total ruina que envolvió á este país entre escombros é hizo desapare
cer su población en las postrimerías de la dominación musulmana compren- .
dió también á su castillo, el que quedó desierto y deshabitado. Los poblado
res que trajo el santo abad Raimundo y los que incesantemente venían de ]
Castilla á afianzar con su esfuerzo y valor las conquistas de la Orden de Ca- I
♦ latrava, aunque numerosos, no eran lo bastante á llenar región tan exten-1
sa, toda yerma y deshabitada; así es, que Daimiel no fué repoblado en este
primer período del señorío de la Orden y de las armas cristianas en La
Mancha. De ello nos dán evidente testimonio los Papas Gregorio VIII en I
1 1 87, Inocencio III en 1 1 99 y aun Honorio III en 1 21 6, en cuanto que 1
ninguno menciona á Daimiel, sin embargo de fijar todos y señalar taxativa
mente en sus Bulas los bienes ó pertenencias de la orden con sus propios j
nombres. Quince años después, en 1232, las Ordenes Militares de CalatravaI
y de S. Juan ó del Hospital, que hacían avenencia sobre los términos de sus j
territorios y fijaban sus lindes, tampoco nombran á este pueblo, con com- |
prender en sus cláusulas ó condiciones gran parte de los sitios ó terrenos con
los que después se había de constituir su término jurisdiccional. (1)
Aparece sí Daimiel per vez primera en la Concordia ajustada en 7 de j
Mayo de 1245 entre el ilustre prelado de Toledo, D. Rodrigo jiménez de
Rada y D. Fernando Ordóñez, Maestre de Calatrava, en la que fijan y des
lindan los derechos y preeminencias de las dos potestades sobre las villas y
lugares del Campo de Calatrava. Quejábase el Arzobispo de que, “ la parte
del diezmo que le era debida, no la satisfacían los pueblos de Fuente del Em
perador, Villarrubia, Xetar, Curenga, D aimiel ..... aunque en muchas de las
citadas villas se le reconocía como Obispo, ^ en todas las de su contorno era I
tenido y considerado como propio Prelado..... acordaron de facer tal avenen
cia: que el Arzobispado aya su tercia Pontifical entregamientre de todos los
diezmos en todas las Iglesias Parroquiales que son, é serán en la tierra de la
Orden de Calatrava. „ (2) No cabe por lo tanto el señalar otra fecha á la re
población de Daimiel, según se desprende de los citados documentos, sino
(1) Bullarium O. de Calatrava—Págs. 23—64 -3 2 —43 - Butt. 0. S. Jacob.—Pá#. 63.
(2) B ull. O. de Calat.a- P á g . 78.
extracto del archivo del S. Convento.—M. S.—Colee.—Salazar.-I. 36
316
—
-que ya á principios del siglo XVI lo era también de Xetar, por haberse uni
do las dos encomiendas, era á la vez alcaide de su castillo; gozaba de las
preeminencias debidas á su clase y de 49.319 reales de renta anual, la que
extraía de las dehesas anejas á las encomiendas, del molino el Navarro y de
la Notaría pública. Tenía sus casas junto al castillo, nombraba un teniente al
caide, que llevaba su representación y cobraba sus rentas. (1)
Los moriscos manchegos resistieron siempre los decretos de expulsión,
alegando el privilegio de mudéjares que les habían concedido los Reyes Ca
tólicos, la antigüedad de su arraigo y el haber acatado siempre las leyes del
reino; más desoyendo sus clamores, se publica un nuevo bando en 3 1 de ma
yo de 1 6 1 1 , comprendía éste á cuantos quedaban aún en Castilla, y repeti
do con más energía en 20 de Abril de 1 61 3 abandonaron todos el reino,
siendo los postrimeros en salir los de Almagro, Villarrubia, Daimiel, Aldea
del Rey y Bolaños. (2)
En la guerra de nuestra Independencia vióse ocupada esta importante
población, por fuertes destacamentos y varios cuerpos de ejército de uno y
otro bando. El general Areizaga después de su desgraciada jornada de Oca
ña se retiró aquí comunicando su derrota al Gobierno; más avanzando el ma
riscal Víctor y ocupando esta población el 17 de Octubre de 1809, se reple
gó aquél á Sierra Morena. Venegas ocupaba á Daimiel y pueblos comarcanos
con 24.000 infantes y 3.000 caballos en Junio de este mismo año, iniciando
su movimiento hacia Madridejos, para cooperar á la batalla de Talavera, y
en 3 de Octubre el general Eguía revistaba el ejército de La Mancha com
puesto de 55.000 hombres, de los que 5.500 eran jinetes con 55 piezas de
artillería; pero acosado por Víctor y Sebastiani se retiró á Sierra Morena,
cuando la Junta ilusionada por los planes de aquél le creía á las puertas de
Madrid. (3)
Daimiel vió crecer tan rápidamente su población, que cien años después
de su fundación abonaba ya á la Mesa Maestral por el tributo de San Mi
guel, censo de capitación que se graduaba por el número de sus vecinos,
14.444 mrs., cantidad que no alcanzaba ninguno otro pueblo del Campo.
Los autores de la Relación Topográfica le señalan 2.000 vecinos en 10 7 5 ;
afectándole también la despoblación que sufriera La Mancha y los demás
pueblos de España en el siglo siguiente, pues.D. E. Larruga nos dice tener
en 1742, esto es, cuando nuestros pueblos se reponían de sus quebrantos,
800 vecinos. (4) Las guerras interiores y exteriores, las continuas pestes,
hambres y carestías, la necesidad de mantener fuertes presidios en América,
Flandes, Italia y Africa y últimamente la expulsión de judíos y moriscos ini(1A En 1754 tomaba posesión de esta encomienda la V. O. Tercera de la Penitencia, de Ma
drid por donación del Conde de Montijo, previa autorización de S. Santidad.
(2) Yaner.—Condición social de tos moriscos de España-p á g . 91.
(S'i G. Arteche.—Guerra de la Indep.
(4) Mentor. Pol. y Econ. tom. 17.
ciaron aquel funesto período de decadencia, despoblación y ruina, que San
cho de Moneada pintaba tan al vivo en 1619, diciendo: “que en Andalucía,.
L a Mancha..... todo es despueblos. „ En el censo de 1857 aparece con 2.973
vecinos y en el de 1887 con 3.020 y 11.523 habitantes.
A dministración municipal.— Componían el concejo ó regimiento dos al
caldes ordinarios para los dos estados noble y plebeyo, alternando en el
ejercicio de la jurisdicción dos regidores, cuyos cargos se hicieron después
perpétuos y asalariados; el alférez mayor retribuido también y de nombra
miento real y procurador síndico, los cuales juntamente con el escribano
asistían con voz y voto á sus deliberaciones. Eran los alcaldes elegidos por
compromisarios de los tres estados noble, eclesiástico y plebeyo, llevando los
que conseguían mayoría de votos al comendador, designando éste entre los
propuestos á los que habían de ejercer. Los oficios de justicia duraban al
principio cinco años, pero desde que Felipe II dió unidad á las elecciones
concejiles en las Ordenes Militares los cargos eran anuales, haciéndose la.
elección en el territorio de la de Calatrava el día de S. Miguel.
Del partido de Almagro, en 1555 vemos á sus alcaldes ordinarios cono
cer en primera instancia de los negocios civiles y criminales de sus vecinos^
pero Felipe II por su cédula de 8 de Febrero de 1566 les privó de esta fa
cultad, la que Daimiel no tardaría en recobrar, mediante fuerte subvención,
según uso de aquel tiempo; más Felipe IV en 1628 con pretexto de que los
alcaldes ordinarios como oriundos y afincados en la localidad no hacían efec
tivos con la exactitud que se les ordenaba los subsidios y rentas reales, que
pertenecían al Estado y Mesa Maestral, nombró un alcalde mayor, juez letra
do, con el sueldo de 93.750 mis. que había de cobrar del fondo municipalNunca llevó á bien el pueblo esta autoridad extraña, que condenaba á sus
alcaldes á la inacción y á la impotencia y les prohibía la administración de
los negocios y bienes comunales del concejo; así es, que reclamó repetidas
veces contra estos nombramientos, y merced á activas gestiones logró ver
restablecida por algunos años la autoridad y funciones de sus alcaldes ordina
rios; pero desde el año 1661 se hicieron por el Rey sin interrupción los
nombramientos anuales de alcaldes mayores.
No contaba este concejo con otros ingresos para levantar sus cargas que
el producto de las cuatro dehesas comunales; más estas no rentaban lo sufi
ciente, ni alcanzaban con mucho á satisfacer las graves y onerosas obligacio
nes que sobre él pesaban; así es, que desde muy antiguo le vemos recurrir
al crédito de corporaciones y particulares, dar á censo las dehesas, hipotecar
por varios años su aprovechamiento, llegando á alcanzar, merced á estas
operaciones ruinosas, un estado tan angustioso y precario, que á principios
del siglo anterior no vacila en informar al Rey y oficialmente declarar, que
los censos y rentas que pesaban sobre el ayuntamiento excedían y eran su
periores al capital que representaban las dehesas del común de vecinos. El
crecido salario que daba á su gobernador, los sueldos de los regidores, alfé—
—
318
—
rez y demás oficíales del concejo, los costosos y largos pleitos que hubo de
sostener con la cámara arzobispal, con los pueblos vecinos, muy especial
mente con Torralba por la mancomunidad de jurisdicción en el santuario de
las Cruces, y aun con su gobernador, explican este estado y dicen bien claro
que gastos de tal cuantía no podían caber dentro de los pobres y reducidos
ingresos que representaban el arrendamiento de pastos en aquel tiempo.
Era natural que situación tan aflictiva influyera en la marcha decorosa
de la administración municipal, ya economizando las mejoras y seguridades
que exigía su crecido vecindario, entre ellas la canalización del Azuer, el que
desbordándose en los años lluviosos ocasionaba sensibles pérdidas en los
campos y en la población grandes destrozos, ya eludiendo el cumplimiento
de cargas piadosas y benéficas, cuyo pago regateó en más de una ocasión, y
por último, echando mano para obligaciones apremiantes de los fondos del
Pósito, privando á los labradores de la única defensa contra las plagas y
calamidades que en todo tiempo han empobrecido á este país, é imposibili
tando el desarrollo de esta benéfica institución. A la creación de la provin
cia de La Mancha la administración de rentas tenía en Daimiel una de sus
subalternas.
O bras pías.— Las obras pías y fundaciones benéficas son en este pueblo
tan numerosas, que el detenernos en su enumeración detallada daría lugar á
investigaciones prolijas, que llenarían muchas páginas, sin que por otra par
te el resultado correspondiese al esfuerzo y tiempo empleados. En aquellos
tiempos de profunda fe religiosa, de arraigadas creencias y de fervor cristia
no se creía, y no sin fundamento, que la vida había sido inútil y las riquezas
se habían empleado mal, si no se fundaba una memoria, un monumento cris
tiano, ó una obra pía y benéfica, que á la vez que tendía á fomentar la pie
dad y extender el culto y la religión, acudieran con mano pronta y genero*
sa al consuelo del pobre y necesitado. Cuatro hospitales fundó y dotó la in
agotable caridad de sus vecinos, los que Felipe II ordenó, con sabio acuerdo,
reunir en uno solo, para su más ordenada administración; limosnas y derecho
á becas en la Universidad de Alcalá concedían otras instituciones, con lo que
nada era aquí desatendido ni olvidado, ni el socorro y alivio del cuerpo, ni
las necesidades del alma y cultivo de sus facultades. La codicia mermó sus
rentas, las guerras y trastornos político-sociales las debilitaron y el soplo
devastador de la revolución las devoró, destruyendo por los cimientos estos
asilos de la caridad cristiana y cerrando al pobre el camino y la esperanza
de mejorar su condición. Haremos de las instituciones más notables de D ai
miel mención tan detallada, cuanto nos la permitan los documentos que has
ta hoy han llegado á nuestras manos.
Parroquia de S anta M aría.— Su mismo título indica y pone de manifies
to su notable antigüedad, puesto que así era nombrada la Virgen María en
la Edad Media y tiempos gloriosos de nuestra Reconquista: cuando el victo.3ÍOSO Emperador Alfonso VII conquistó á Calatrava hizo donación de su mez-
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319
—
quita mayor “ á vos D. Raimundo, Arzobispo de Toledo.....y á la Iglesia de
Santa M a r í a cuantas iglesias y ermitas se dedicaban en aquel tiempo á la
Virgen y Madre de Dios, que lo eran todas las que se construían con rarísi
mas excepciones se llamaban de Santa María; el nombre de Nuestra Señora
es copiado del Nótre Dame francés y adoptado en España en época recien
te. Los que inconscientemente han sustituido el nombre antiguo de nuestras
parroquias y santuarios por el moderno, que nos importaron nuestros vecinos,
rompieron la hermosa cadena de la tradición y dieron carta de naturaleza á
un verdadero anacronismo.
L a fábrica de esta iglesia gótica ú ojival del segundo período nos indica
haberse levantado en los últimos años del siglo XIV; la existencia de D ai
miel , perfectamente comprobada cien años antes, lo grandioso de su cons
trucción que bien no se aviene con la pobreza y estrechez que rodea comúnmente el nacimiento y primeros años de todos los pueblos, nos hacen ver
que no fué éste ciertamente el primer templo, ni la iglesia ó parroquia pri
mera de sus repobladores. ¿Cuál fuera ésta? lo ignoramos; pero muy bien pu
do ser la ermita de S. Juan, tenida como antigua en tiempo de Felipe II, ó
la de la Paz, cuyo patronato tiene el ayuntamiento desde tiempo inmemo
rial, y las dos situadas no lejos del Castillo y en el sitio donde principió la
población de Daimiel.
Clemente VII á instancia del Emperador instituyó en 1 525 el priorato
del partido de Almagro, juez espiritual llamado á conocer de las causas y
personas eclesiásticas, cuyas atribuciones ejercía el prior del Sacro Convento,
como prelado de la Orden. A la abolición de la vida claustral tomaron el
nombre aquellos de gobernadores espirituales del Campo de Calatrava, estan
do aneja á esta dignidad la parroquia de San Bartolomé de Almagro; nom
brado I). Vicente Centeno gobernador, siendo párroco de Santa María, se
trasladó á Almagro, donde el gobierno espiritual tenía su residencia; pero á
ios pocos años solicitó su vuelta á esta parroquia, la que le concedió el Con
sejo, juntamente con la traslación de la oficina y archivo del gobierno espiri
tual. Abolidas todas las jurisdicciones exentas de las Ordenes Militares por las
Letras apostólicas de 18 de Noviembre de 1875 y creado el obispado-prio
rato de Ciudad-Real, cesó en sus funciones este gobierno, recogiendo su ar
chivo el Tribunal de las Ordenes Militares, creado también en este tiempo, (i)
P arroquia de S an P edro . — Al crecer el vecindario de Daimiel se retiró
al oriente, apartándose de su parroquia de Santa María, lo que movió á sus
piadosos vecinos á crear otra iglesia en el centro de la nueva población, en
ia que con comodidad y desahogo pudieran cumplir sus deberes cristianos.
Solicitaron del Emperador la necesaria licencia, á cuyo fin expidió por con-
(1) Han regido esta iglesia hombres eminentes, D. Manuel Carrillo, de la Acad. de la Hi*»
í,oria y distinguido escritor, muerto en 1837, y el limo. Sr, Quesada, Obispo de Segovia.
de limosna y era notoria la estrechez que por esta causa sufrían de ordinario.
Este concejo venía en su auxilio “ porque tienen el encargo, decían en su
acuerdo, de rogar á Dios por este pueblo. „ En 1779, que á causa de la gran
necesidad que aquí se padecía, Fernando VI mandó repartir entre los veci
nos necesitados 700 fanegas de trigo, destinó 1 2 á las monjas de la Con
cepción. Porque los provinciales de S. Francisco no hallaban otro remedio á
la precaria y angustiosa situación de estas religiosas determinaron su trasla
ción. Fr. Diego de Cisneros obtenía licencia del Emperador á 13 de Sep
tiembre de 1 5 3 1 , para que pudiesen vender las casas, viñas y tierras que te
nían “ para ayuda de la traslación que se quería hacer del dicho Monasterio
á otra parte, fuera de la Orden de Calatrava„; y en 17 de [unió de 1545 se
confirma la disposición anterior, “ por cuanto á causa de la necesidad que allí
padecían, el Monasterio de Beatas de la Regla tercera de San Francisco le
quería trasladar á otro pueblo Fr. Diego de Cisneros. „ La traslación sin em
bargo no se llevó á efecto. Desde el tiempo en que la Virgen de las Cruces
se principió á traer á Daimiel, para la celebración de su fiesta principal, se
depositaba la santa Imagen en la iglesia de este convento; pero el rector y
cabildo parroquial de Santa María solicitaron en 1675 se hiciese la fiesta en
su parroquia, siéndoles concedido.
C ompañía de J esús .— Ignórase el tiempo de la fundación de esta casa de
los ilustres hijos de S. Ignacio, pero diciéndonos los libros capitulares de
1 5 8 1 , que hallándose en esta villa los P. P. prepósito general y provin
cial de la Compañía, se acordó por el ayuntamiento el que se les pidie
ra recomendación para el pleito que sostenía con la dignidad arzobispal,
hemos de creer que el objeto que les tenía en esta villa sería la visita de
esta nueva casa. Confirma esta opinión el ver que desde este tiempo elige
ordinariamente el ayuntamiento el predicador de Cuaresma entre los padres
de la dicha Compañía. En el año 1637 este ayuntamiento tomaba este im
portante acuerdo: “ Por cuanto se halla en la casa del Colegio de la Compa
ñía de Jesús de esta villa el Revdmo. P. Francisco Holgado de Herrera, Pro
vincial de dicha Religión, y reconociendo la villa la falta que hace en ella
un Maestro de Gramática para la enseñanza de ella, y para la Doctrina Cris
tiana..... se nombran comisarios, para que acaben de perfeccionar este con
trato y asiento con dicho Revdmo. P. Provincial ó con el P. Rector de la
Compañía de Jesús de esta villa. „ La Compañía y este ayuntamiento no lle
garon á un acuerdo concreto, y la enseñanza del Latín y Humanidades no pu
do establecerse. Sensible atraso que si explicación cumplida no‘ tuviera en los
apuros de dinero, que continuamente asediaban á este ayuntamiento, no acer
taríamos á comprender, cómo en aquel movimiento literario que se desarro
lló en La Mancha en los siglos XVI y XVII, Daimiel permaneció estaciona
do, y mientras municipios y particulares se afanan por establecer cátedra de
Latinidad y Elocuencia y se emplean en perfeccionar las de primeras letras
se careció siempre en este pueblo de la primera y apenas si se percibe la
ái
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—
-existencia de la de conocimientos primarios. ¡Enlace tan estrecho existe siem
pre entre el orden económico y el social!
Con el extrañamiento que sufrió la ilustre Compañía en 1767, el comi
sionado del Gobierno se hizo cargo de esta casa y de todo lo perteneciente
á ella.
C onvento d e la P az . — El acta capitular de 29 de Junio de 1578 dice:*
“ se platicó de la necesidad que ha en este pueblo de que en el se funde un
Convento de Carmelitas Descalzos, por ser tan grande la necesidad, y por
ser notorio no haber casa de religiosos ninguna. „ El Lie. Peñalosa y el Doc
tor Fabián Sánchez fueron comisionados por el concejo, para entender en este ¡
asunto de la fundación. Repitióse el acuerdo al año siguiente, dándose poder
al regidor Fernando Ruíz, para que en nombre del concejo pidiese la licencia
al visitador general de la Orden de Calatrava, señalando para su fundación la
ermita y casa de la Magdalena. Pero el cronista de la esclarecida Orden car-j
melitana nos refiere, que el comisario Fr. Angel de Salazar hizo la funda- \
ción del convento de religiosos en la ermita de Ntra. Sra. de la Paz el 25 de
Julio de 1583. Creció esta casa con las limosnas de la villa y muy pronto
pudo sostener algunas cátedras de Artes.
D. Gonzalo de Oviedo Vassallan, hidalgo de Asturias y guarda mayor
de Zacatena, dispuso por su testamento la fundación de una casa de religiosas
carmelitas á cuyo objeto dejó la mayor parte de su hacienda. Obtuvieron los
albaceas la necesaria real licencia el 2 de Abril de 1599 y en 28 de junio
siguiente se instalaban en la casa del fundador, recibiendo además mil duca
dos; donde residieron hasta el año 1 61 5 en que trasladándose los religiosos
fuera de la villa ocuparon su lugar.
Algún tiempo después y por el año 1650, con motivo de estar ruinosa
la capilla de Ntra. Sra. de la Paz, la villa construyó á su costa la que hoy
existe más rica y suntuosa, porque la Virgen era tenida en mucha devoción, 1
recibía de sus devotos valiosas donaciones y el Rey Felipe IV le regaló uiij
rico vestido. (1) Tenía el Ayuntamiento por patrona á Ntra. Sra. de la Paz
y al concederla tanto á los frailes como á las religiosas dió la ermita, “ para
que la tuviesen por Iglesia y atendieran á su conservación, reservándose to
dos los derechos de su Patronato y permitiendo á la Cofradía la celebración
de su función anual
esto y lo que después hemos de referir explica sufi
cientemente el que los religiosos hicieran dejación de esta su primera casa
y buscaran en otra nueva el verse libres de tan enojosas trabas.
El Ayuntamiento siguió, por lo tanto, nombrando mayordomo de la er
mita y atendiendo á su reparación y embellecimiento; así á la vez que en
1663 otorgaba escritura de venta por valor de 200 ducados á Alfonso Sán-
(1) Reforma de los Desc. de N. S. del Carmen.—Tr. Francisco de Santa Maria.—T .2—lib. 6—
cap. 19.
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823
—
chez Márquez, natural de Daimiel y vecino de Madrid, de sitio bastante para
hacer un altar colateral al lado del evangelio y seis sepulturas para su en
tierro y el de sus herederos, levantaba en 1705 su portada y construía su
lonja. Pero las monjas anhelaban la exclusiva propiedad de la iglesia, care
ciendo de razón legítima y de derecho para su adquisición, la inventaron, y
en 174 0 fingiendo una orden del Consejo prohibieron al ayuntamiento y
párroco de Santa María la celebración de la fiesta en aquel año; protestaron
de aquel despojo y entablaron el litigio consiguiente, el que se falló á favor
de los derechos lesionados.
C onvento del C armen.— En 1628 el prior pedía al concejo le siguiese
la concesión de un quinto de los montes del común, para atender á la fábri
ca de su iglesia y daba como razón, que sus religiosos predicaban, adminis
traban los sacramentos y prestaban sus servicios al vecindario. Lo concedió
el Ayuntamiento y aprobó la donación el Consejo. Quedó esta casa subsis
tente en 1 8 2 1 , recibiendo la comunidad de Manzanares y 6 religiosos de la
de Ciudad-Real.
C onvento de Mínimas. — “ D. Phelipe.....por quanto por parte de vos el
Concejo, Justicia, y Regimiento de la Villa de Daimiel..... y el Licenciado
Gabriel Suarez Canuto, Patrón de las Memorias, y fundación, que avia dexado
doña María de Almansa, difunta, viuda de Gabriel Suarez de Carvajal..... me
fue fecha relación..... que por el testamento, y ultima voluntad, con que avia
fallecido el año pasado de 6 14 avia dejado todos sus bienes, y rentas, para
que dellos se fundara un Convento de Monjas de la Orden de Santo Domin
go, sujetas al Ordinario. Y por aver tanto tiempo sin aver tenido efecto la
dicha fundación, porque la Religión de Santo Domingo no avia querido
aceptarla, con las condiciones de sujeción al Ordinario, y exclusión de sus
Religiosos; vos, y otras personas principales de essa Villa, por particular de
voción que teniades con San Francisco de Paula, y desear ser Monjas de su
Religión, aviades acudido al Nuncio de su Santidad; el qual, enterado de la
justicia, y verdad de la pretensión, avia comutado la disposición del Conven
to de Monjas Dominicas, en otro de San Francisco de Paula Recoletos..... Y
porque por el Capítulo de Cortes esta van prohibidas, sin particular licencia
mia..... os doy licencia y facultad..... para fundar y edificar el dicho Monas
terio.....„ Madrid 10 de Septiembre de 1627! Como las religiosas carmelitas
utilizaron para su iglesia la ermita de la Paz, sirvióles á éstas igualmente la
de la Santísima Trinidad; pero era ésta pobre y reducida, y terminado ya el
convento y dotado con esplendidez, pudieron emprender la edificación de su
iglesia de fábrica más suntuosa y capáz sobre la antigua ermita, para lo que
les dió su licencia el Consejo á 4 de Octubre de 1670.
Las ermitas de S. Roque y S. Isidro levantadas en la feligresía de San
Pedro debieron su construcción, la primera á las limosnas de los vecinos
de esta parroquia por el año 1 530; y para edificar la segunda pedía la
competente licencia en 1635 Bartolomé Sánchez Felipe en unión de otros
—
324
—
devotos, “ por la mucha devoción que tenían al Glorioso San Isidro.r (i)
S an to C risto d e la L uz .— Humilladero en su principio, en el que se ve
neraba con fervoroso culto á esta santa y devota Imagen; el piadoso presbí
tero D. Dionisio de Montalegre dejó en su testamento una gruesa limosna
para su ampliación, á la vez que fundaba también en este santuario una ca
pellanía. Juan Manuel Montañés y Montalegre obtuvo la competente licencia
del cardenal D. Luis de Borbón, y auxiliado con las limosnas de sus devotos
emprendió la obra, para convertir el antiguo humilladero en bella y gracio
sa ermita el 18 de Agosto de 1730. Treinta y cuatro mil trescientos setenta
y un reales costó su fábrica, siendo bendecida el 15 de Diciembre de 1738.
Con la fundación del presbítero Montalegre y otras memorias que se le agre
garon pudo hacerse, el que no faltara en ella la misa en todos los dias de
precepto desde S. Juan hasta Septiembre, para comodidad de los labradores
que junto á esta capilla tenían sus eras. (2)
N t r a . S r a . d e las C r u ces .— Una legua al Norte de Torralba y en su
término jurisdiccional hállase el santuario de la Virgen de las Cruces, perte
neciente á Daimiel, del que dista dos y media leguas. Un espacioso patio ro
deado de corredores sobre arcos de ladrillo, los que dán paso á cómodas y
numerosas habitaciones y una buena iglesia con su bóveda de medio punto
y airosa cúpula componen este santuario, en el que se venera una de las
imágenes más notables de La Mancha.
Escribieron de esta santa Imagen zm devoto de D aim iel.__15Ó0__ Cuya
historia trascribieron é hicieron suya los redactores de la Relación Topográ
fica de este pueblo. Por este mismo tiempo é idéntico motivo la justicia de
Torralba insertaba la historia de este santuario en su Relación respectiva.
D . M anuel de Oviedo, rector de Santa María, nos dá asimismo su historia
en el prólogo de su Novena y D . Casimiro M artin Serrano escribió á es
te mismo fin su folleto D aim iel y su santuario de las Cruces.__1 875__ T o
dos estos escritores no hacen sino trascribir en pulcra y aliñada prosa lo que
el devoto de D aim iel escribió en mal verso. Pero si nuestro poeta fué el que
inició y propago el milagroso aparecimiento de la Virgen en la Tamarosa
nos cabe el dejar sentado en su descargo, que la tal historia, con su joven
atribulado y misteriosa protectora, corría ya muy válida por Aragón en su
tiempo, que más de una centuria anterior á su relato teníamos en* La Man
cha la iglesia parroquial de Saceruela bajo la advocación de Santa María de
las Cruces, y que á su invención fueron añadiendo retazos los que le siguie
ron en la ingrata tarea de zurcir, á fuerza de imaginación y de inventiva la
historia de esta Imagen.
Es de la mayor importancia el dar á conocer la estructura de la Virgen
(1) D. Luis de Salazar y Castro. —Del derecho de erigir iglesias por la O. de Ccdat —D ócil.
mentos.
'
(2) Vicaría Ecctca. —Cuad. 3.° —fól. 414 al 420.
—
325 —
de las Cruces, pues sabido es, cuánto ayuda la Arqueología al esclarecimien
to de la verdad. Imposibilitado de hacer su examen, porque al estrenar el
rico y suntuoso vestido, que, como voto de gratitud por haberse librado de
la ultima invasión colérica, le donó su pueblo de Daimiel, se consideró corno
una profanación la vista de su talla, y se evitó envolviéndola en una tela de
seda perfectamente adherida; resultando, por una de esas antítesis tan fre
cuentes en el hombre, que el estado en que e*sta santa Imagen era expuesta
á la veneración de los fieles en el siglo XIV, é hizo el encanto de sus devo
tos hasta mediados del XVII, hoy se considera como funesto y vitando.
Debemos á la distinguida señora, que ejerce el cargo de camarera, los
detalles que trascribimos. Es la Imagen de mármol y de pié su postura. Su
rostro es correcto, de aspecto' amable y gracioso. Viste largo manto plegado
con habilidad y soltura y túnica ceñida y sujeta con correa, que le cuelga
hasta tocar sus extremidades. En el siglo XVII, para adaptarle los vestidos
que imponía la moda muy generalizada en España, se la despojó de la ma
no derecha y de la corona, que formaba un cuerpo con la Imagen, sobrepo
niéndole mangas flexibles de tela, de las que penden las manos. Ahora en
esta reforma se le ha desprendido el Niño, que tenía adherido á su lado iz
quierdo, y de la mano que le sostenía; era ésta larga y algún tanto despro
porcionada y aquél acariciaba con su mano derecha la barba de la madre.
Evidentemente es esta Virgen de las Cruces del siglo XIV. Veese en ella
una detenida y esmerada ejecución de sus detalles, gracia y flexibilidad
en sus contornos y la rara habilidad que se inició en esta época para el
plegado de paños. No se observa en esta Imagen la noble ‘simplicidad que
caracteriza á las del siglo XIII; la mayor corrección de sus formas y la más
acentuada expresión de su rostro le dá un marcado sentimentalismo, que
mueve con más dulzura á la devoción y más profundamente conmueve los
afectos del ánimo. Viene también en apoyo de nuestro juicio el dibujo de
una imagen de la Virgen esculpida, que trae Manjarres en su Arqueología
G 'istiana, la que clasifica del siglo XIV. La semejanza que existe entre la
de las Cruces y el modelo citado es notable y perfecta; y lo que la bárbara
ignorancia arrebató á esta Imagen puede justa y exactamente suplirse con
el tipo que inserta en su precioso estudio el docto catedrático de la Escuela
de Bellas Artes de Barcelona.
Si guiados por los preceptos y reglas del arte hemos establecido, que el
origen y culto de la Virgen de las Cruces es un siglo anterior al tiempo se
ñalado por las Relaciones Topográficas, por la misma razón afirmamos que
su actual iglesia no es la primitiva del santuario y en la que á su erección
fué primeramente venerada esta santa Imagen. Los muros de tapiería con
sus machones de ladrillo y bóveda de medio punto encamonada no principia
ron en este país hasta el siglo XVI, siendo de ese estilo y construcción las
iglesias edificadas posteriormente. Un cuadrilongo con sus muros de tapiería
ó manipostería y con su techumbre de madera, recibiendo la luz por ventanas
—
326
—
circulares ó de ojo de buey, reminiscencias del estilo bizantino, espirante en
aquel tiempo; de esta forma y no de otra sería la antigua ermita de la Vir
gen de las Cruces, porque de este género son todos los templos que tenemos
de aquel siglo y aun gran parte del siguiente, muy especialmente los meno
res, como ermitas, santuarios, etc.
Pero si sólo por el arte podemos entreveer el origen de este santuario,
no así el notable desarrollo y vitalidad que á poco de su nacimiento alcanzó
el culto y devoción de la Virgen de las Cruces. Los acuerdos y actas capitu
lares más antiguas del concejo y justicia de Daimiel, que alcanzan los tiem
pos del Emperador Carlos I, la aclaman por su Patrona y dedicábale á costa
del fondo comunal tres funciones religiosas en el año; el día de la Encarna
ción, 25 de Marzo; el de la Ascensión del Señor y en la fiesta de S. Simón
y S. Judas, apóstoles, 28 de Octubre. Para el orden y disposición de estas
fiestas nombraba anualmente su mayordomo, el que administraba además los
fondos del santuario, y no escaseaba el concejo en las dichas fiestas los rego
cijos populares, con lo que atraía al santuario gran concurrencia de los pue
blos vecinos.
La devoción del pueblo de Daimiel á la Virgen de las Cruces no queda
ba satisfecha con estos públicos y solemnes testimonios de su piedad y fervor,
sino que en todo tiempo recurría á su protección poderosa, y muy especial
mente en tiempo de aflicción y pública calamidad. En los siglos X V y XVI
sólo en estos casos extraordinarios de angustia y aflicción era la veneranda
Imagen conducida al pueblo; pero en el siglo siguiente la vemos llevar perió
dicamente antes del 25 de Marzo, con el plausible objeto de celebrar su
principal fiesta con más pompa y solemnidad.
También el pueblo de Torralba, desde tiempo inmemorial, concurría con
su justicia al santuario de las Cruces en el día de su fiesta principal; pero la
devoción y culto con que este pueblo honró por tres largas centurias á esta
santa Imagen aparece unida á pleitos tan ruinosos, á tan ruidosas competen
cias y hasta á colisiones sangrientas, que por su incompatibilidad con el
espíritu de nuestra santa Religión y por ser estos hechos totalmente opuestos
á la devoción verdadera, quisiéramos en verdad omitir su reseña, sino fuéra
mos deudores á nuestros lectores de la verdad, y si de estas aberraciones
humanas no sacáramos siempre la provechosa lección, de cuán fácilmente
profana el hombre lo más santo y sagrado, cuando desoyendo las elevadas
enseñanzas de la Iglesia sólo se inspira en sus pasiones.
Los vecinos de Torralba dan á su modo la razón y fundamento de estas
discordias. “ Donde nuestra Señora, dicen, dejó señalado se hiciese el altar,
caía todo y el cuerpo de la Iglesia en el camino de esta villa de Torralba; y
viniendo de la dicha villa de Daimiel, porque cayese alguna parte de ella
en La Tamarosa, que es término común de esta villa y la de Daimiel en
cuanto á la jurisdicción, y así la Capilla está en La Tamarosa, y todo el
cuerpo de la Iglesia en el de esta villa, y por causa de esta comunidad ha ha-
—
327
—
bido muchas diferencias y debates entre los concejos de cuya causa ha cesado
mucha parte de la devoción.„ (i) El S. Martín Serrano á este propósito dice:
“ como el sitio era de jurisdicción mixta de Daimiel y Torralba se convino
en alzar la Iglesia de modo que la mitad estuviese en Daimiel y la otra
mitad en lo de Torralba. Así se hizo; pero surgieron tales disgustos en las
dos villas, que los torralbeños abandonaron su mitad y se separó con la mu
ralla que ahora existe. „ (2)
Las construcciones que aún existen en el santuario de las Cruces clara
mente confirman lo que de él nos dicen los documentos que se conservan
en el archivo municipal de Daimiel, esto es, que las iglesias de este pueblo
y del de Torralba no son, como el Sr. Serrano pretende, un edificio en dos
partes dividido, sino dos construcciones distintas, de estilo diferente y en
diversa fecha levantadas. Difícil es el señalar el origen de la mancomunidad
de jurisdicción de que estos dos pueblos gozaban sobre la antigua ermita,
encontrando muy razonable la que insinúa el dicho concejo de Daimiel en
sus libros capitulares, que La Tamarosa perteneció á Barajas, y en la divi
sión que hicieron de sus términos al despoblarse Daimiel y Torralba, se
declaró esta dehesa comunal, y lo vino siendo hasta el siglo XVII; levantán
dose en ella la ermita por el pueblo de Daimiel y haciéndose la devoción á
la Virgen de las Cruces muy popular entre los vecinos de los dos pueblos,
necesariamente habían de arrancar de aquí el derecho que alegaba uno y
otro ayuntamiento, las competencias de jurisdicción y la prelación ó prefe
rencia que siempre obtuvo Daimiel.
En los primeros años del siglo XVI levantó Torralba su iglesia á los
pies de la antigua ermita, comunicándose con ésta por el arco de medio
punto que aún se percibe en la pared frontera. Era ésta de una sola nave,
del estilo bizantino y apoyaba sus bóvedas sobre columnas de piedra adosa
das á la pared; estaba dedicada á Nuestra Señora de la Cabeza, cuya fiesta
celebraba aquel concejo el último domingo del mes de Abril. Su construc
ción debió obedecer á una concordia ó transación entre las dos justicias,
acordada ante el arcediano de Calatrava y vicario de Ciudad-Real; porque
terminada la obra el ayuntamiento de Torralba no se apresuraba á habili
tarla para el culto, ni hacía el traslado de la Virgen de la Cabeza, que de
tiempo atrás veneraba en uno de los altares de la iglesia de Daimiel, lo que
motivó las reclamaciones de éste, y el que fuera Torralba compelido por el
vicario al cumplimiento de lo pactado.
La justicia y pueblo de Torralba concurrían al santuario el 25 de Marzo,
solemnizando por su parte esta fiesta con una misa rezada en su capilla pro
pia y procesión después con la Virgen de las Cruces por las afueras del san
tuario. Las cuestiones pendientes siempre entre los dos pueblos se agitaban
(1)
(2)
Relación Topog.a —1575.
D a im iel ..... —pág. 15.
—
328
—
fuertemente en aquel día con la común concurrencia, y más de una vez aquel
santuario de paz se convirtió en campo de batalla. La frecuencia de estas lu
chas y la gravedad que revestían obligó á los ayuntamientos á poner á este I
mal eficaz remedio, comprometiéndose por mutuo y solemne acuerdo á no
concurrir juntos á la dicha fiesta, señalando á Daimiel su propio día, el 25
de Marzo, y á Torralba el domingo siguiente.— 1606— (1) Pero la discordia
entre los dos pueblos dió sus naturales frutos de empobrecimiento de sus
concejos, por las grandes sumas que hubieron de gastar en sus interminables
pleitos y la ruina del culto que Torralba consagraba á esta santa Imagen, i
Abandonó su iglesia primero, la destechó después repartiendo los objetos
del culto en sus ermitas y llevándose las columnas, para levantar sobre ellas
los hoy también arruinados corredores de su plaza mayor.
Por los años 1580 Fr. Sebastián de los Apóstoles, venerable eclesiástico
del Moral, se retiró con otros sacerdotes á este santuario al intento de hacer
allí una vida austera. Vióse prontamente abandonado de sus compañeros, y
él mismo corriendo el tiempo se trasladó á Daimiel, á donde llegando los
religiosos descalzos del Carmen tomó el hábito y murió en este pueblo lleno
de virtudes y merecimientos. (2) El sepulcro que existe en la iglesia de la j
Virgen de las Cruces, atribuido al supuesto joven del Moral ¿será el del Ve
nerable Fr. Sebastián?
Moratalaz.— M oratalax en la Edad Media, diminutivo de M or ata, bur- j
go ó lugarcillo murado (3) y M oratalfaz según se le nombra en los anti- j
guos diplomas. Poseíale D .a María Juárez y sus hijos Sancho y Velasco Aznares, y por escritura otorgada en el Hospital de Burgos en 1 2 1 5 le trocaron
con D. Rodrigo Garcés por los bienes que la O. de Calatrava poseía en Cam
pos. La Orden hizo asimismo donación de Moratalaz por los dias de su vida
á D .a Violante, mujer de D. Alfonso X; (4) y constituyendo aquí una de sus
encomiendas, su comendador, á más del producto de la dehesa que consti- 1
tuía su término, gozaba de un juro de 308.486 mrs. sobre las yerbas del
Campo de Calatrava. No llegó nunca á poblarse, en cuanto que en la divi
sión de términos entre Santiago y Calatrava en 1239 se la considera como
dehesa y esta Orden en 1482 hizo la repartición de su término entre las vi
llas limítrofes.
Z acatena.— P ulixena según el S. Fernández Guerra, cuyo significado es
v illo rrio del Anas. Después, cuando la pronunciación española del árabe to
mó su particular carácter, se nombró Vena, ó sea, aldea del Anas por estar
situado á su orilla. (5) Alfonso VIII concedió esta dehesa á la O. de Calatra
va, cuya donación confirmaron Alfonso X y Fernando IV. Su situación pare(1) Libros Capit. de Daimiel.
(2) Reforma de los Descalzos de N . Sra. del Carmen.— T.° 2, lib. 6.
(3) Glosario de voces ibéricas.— Simonet.
(4) Aroh. Hist. Nac.— Ind. de Pap. cit.—T. 8.°, p. 2.a, f.° 856—857.
(5) D. E. Saavedra— Geog. del E d risi., p. 49
—
229
—
ce ser la Casa de D. Pedro, donde se han hallado restos de antigua pobla
ción. En la repartición de bienes de la Orden se agregó á la Mesa Maestral,
y en el Capítulo General del año 1600 se ordenó que su guarda mayor fue
se caballero. (1)
1 A zu er . — Situando el Sr. D. Antonio Blázquez á Lam inlo en Santa Ma
ría, Argamasilla de Alba, dirige el camino de esta ciudad á Toledo por la
desembocadura del Azuer en el Guadiana, diciéndonos ser el asiento de Murúm , mansión de este camino, y que nosotros colocamos sobre el Alto Gua
diana, en la Hidalga, Alcázar de San Juan.
B a r a ja s .— El silencio que guardan sobre este antiguo pueblo las Crónicas de Calatrava y su B u la rlo y el no hallarse citado en ninguno de los do
cumentos de la Orden hasta ahora conocidos, ha dado fundamento á que se
tenga su población como un mito; considerándole como uno de tantos otros
fuertes ó castillos que árabes y cristianos levantaron como triste necesidad
de la gigantesca lucha que con fortuna varia sostuvieron. Pero abonan la
existencia de población en Barajas los restos de casas que aún se hallan alre
dedor de su castillo, el ejido, porción de terreno concedido á nuestros pue
blos para desahogo y aumento de su población, la división de su término y su
iglesia retirada del castillo, arruinada en el siglo XVI y reedificada por el
ayuntamiento de Daimiel. La fecha de su despoblación es incierta para nos
otros; pero sospechamos debió acontecer á mediados del siglo XV.
Dió celebridad á este pueblo la colisión que en él tuviéron los caballe
ros de Calatrava, la cual los cronistas designan con el nombre de B atalla
de B arajas. El autorizado cuanto diligente Rades de Andrada nos refiere
que, “ estando el Maestre D. Luis de Guzman viejo y enfermo y siendo su
Lugarteniente Don Fernando de Córdova, Clavero, sucedió que en Toledo
donde estaba la Corte, se dixo como cosa cierta, que el Maestre era muerto,
aunque no lo era. Y como esto llegase á noticia de Don Juan Ramírez de
Guzmán, Comendador Mayor de Calatrava, que estaba en Toledo, pidió fa
vor y gente al Infante D Enrique, cuyo privado era, para apoderarse de los
Castillos y villas de la Orden, pareciéndole que este era buen medio, para
aver los votos de los cavalleros y freyles para ser Maestre. El Infante le dió
cierta gente, de manera que con los de su casa juntó doszientos hombres de
armas y cien jinetes, con los quales Don Juan entró por las tierras del Cam
po de Calatrava. Sabido esto por el Clavero que governaba la Orden juntó
hasta ciento ochenta hombres de armas y doscientos y veynte jinetes, y con
esta gente salió á resistir á D. Juan y ovieron batalla en el Campo de Bara
jas, muy reñida y sangrienta de ambas partes, porque todos eran valerosos
cavalleros, y como tales pelearon tres horas, sin conocerse victoria. Final
mente venció el Clavero, y el Comendador Mayor fué preso en la batalla,
Í
(t) Tit. 11—Cap. 2.°
42
— B30 —
juntamente con don Ramiro y don Fernando sus hermanos, y don }uan se
hijo. Murieron en esta batalla muchos cavalleros y entre ellos quatro sobri
nos del Comendador M ayor.„ (i) D. Francisco Caro de Torres añade: “Lle-i
vo los presos á la villa de Almagro y de allí á la fortaleza de Calatrava. E(
Rei don Juan quando lo supo mostró gran sentimiento de la muerte de aque*
líos Caballeros y prisión del Comendador Mayor, y mandó al Clavero los
soltasse..... No quiso obedecer, antes apeló para el Pontífice. „ — 1443 — (2)
Juan Alonso y de los RiUizes Fontecha.— Natural de la villa de Daimiel.
estudió en Alcalá, de cuya U niversidad fué catedrático de Vísperas y Prima en la fa
cultad, y escribió:
1—
Me<iicorutn incipientium; seu medicina christiance st>eculum.— A lc a lá — 15
Este libro está dedicado á D. Enrique de Mendoza, hijo del marqués de Mondéjar, y12
34
lo divide en tres partes ó luminares como él los llama. Esta obra es inferior en mérito
á la que antes que él escribió Anríquez,
2—
D iez Privilegios para mujeres preñadas con un Diccionario Médico de los
bres de piedras, plantas y jlo r e s .— A lc a lá — 1606— L a primera obra fué digna de ocu
par un lugar en el Diccionario de los libros raros y curiosos, por limpia de todas las
credulid ules del tiempo en que ju é escrita, y debiera hallarse en manos de tod o médico^
L a segunda es muy úlil, y que sin duda debe consultar el que intente escribir un Dic-*
cionario tecnológico.
3— Disputationes M édicas súper Hipócrates.— Alcalá — l ó l l —
Entre los muchos m édicos españoles que escribieron á principios del siglo X V I I
del gaiTwtillo fué uno de ellos Fontecha, siendo su obra de las más eruditas que se
publicaron sobre este mal. (3)
Cristóbal de Madrid.— E stu vo largo tiempo en Roma al lado de Juan D om i
nico de Cuppi, decano del Sacro C olegio de cardenales, ejerciendo el cargo de teólo
g o consultor; lo que hace com prender cuánta sería su pericia en las ciencias sag ra d as.
Cuando Ignacio de L o y o la llego á Rom a para someter la regla de su instituto á la 1
aprobación del R om an o Pontífice, Cristóbal dejó su honroso empleo para unirse al
santo, siendo uno de los primeros obreros de la célebre Compañía, y tenido en g ra n
estima y aprecio por el santo por su prudencia y autoridad. Fué asistente por Italia y*
Sicilia de D iego Lainez, segu nd o general de la Compañía de Jesús, y administró lar
g o tiempo la casa propia de R o m a en la que murió y a sexagenario el año
- E s
cribió:
D e frequ enti usu Eacharistice.— Nápoles—
— Este libro, aunque pequeño, es
tenido en gran aprecio por los teólogos y reputado como docto y útil. (4)
E l Doctor Pedro Gómez de Medina — El día de Santiago del año 1508 el
Cardenal Jiménez de Cisneros inauguraba con siete colegiales su C o legio — U niversi
dad de A lca lá — y el 6 de A g o s t o de aquel mismo año admitía otros siete, entre ellos
1573
1556
(1) Chron de Calat.—fol. 69 y 70.
>
■
■
(2) Hist. de la-i Ord. M ilit.— fol. 70.
(3) Historia Bibliog. de la Medicinx Española, por D. Antonio Hernández M orejón.—T. 4.°¿j
pág. 107 y siguientes.
(4) Cretineau Joli. —Hist. relig. polít. y literaria de la C. de Jesús.—T. l.°
—
331
—
al bachiller Pedro Gómez, de Daimiel, y al bachiller Tomás García, de Villanueva
[(Santo Tomás).
Hecha la anexión de los canonicatos de S S. Justo y Pastor, de Alcalá, á los gra
dos mayores de Teología de aquella Universidad en 1 5 ^9 , nuestro bachiller, colegial
mayor de S. Ildefonso, recibió una prevenda en aquella colegiata, erigida por el Ar
zobispo Carrillo, cuyas rentas empleó en la fundación de tres becas para sus parien
tes pobres en primer lugar y después para los hijos de Daimiel; abriendo á unos y á
otros el camino de las ciencias y de los honores. El rector del colegio de S. Ildefonso
por disminución, sin duda, de las rentas de esta fundación las redujo más tarde á una
sola beca, lo que motivó el pleito correspondiente con este municipio, el que perdió,
quedando subsistente el acuerdo del rector, (i)
Rodrigo de Flores.—Escribió: Obra nueva del nacimiento, vida , muerte y mila
gros del hermano Fray Francisco del Niño Jesús, religioso descalzo de Nuestra Seño
ra del Carmen—Valencia— 1605.
Antonio de Heredia y Cira.—Mongo benedictino, ejerció e 1 ta o den los
importantes cargos de abad de varios monasterios, definidor mayor y g •>. .-ral de ia
congregación de España é Inglaterra. Siendo abad de Santa María de Hi a .he, ■ scribió:
Vidas de santos, Bienaventurados, Persoms venerables ae la 5 . Religión de N. P. S.
Benito .... Con algunas Commemoraciones de sucesos varios dignos de memoria, que hubo
en los Monasterios de ella; Fiestas que en ellos se celebran, y Translaciones de Reliquias
de sus Santos.—Madrid— 1683—4 tomos folio menor.
Trae las vidas de los Santos por meses y en el orden que la iglesia los celebra,
por cuya razón ha sido siempre esta obra conceptuada como un Flos Sanctorwn B e
nedictino. Siguiendo el método del V. Gabriel Bucelino amplió los que los Menoiogios
y escritores á él anteriores sólo iniciaron, deteniéndose muy especialmente en los
Santos españoles. Ilustran esta obra tablas y catálogos completísimos, dando en toda
ella su autor gallardas muestras de su erudición pasmosa y de su conocimiento pro
fundo en las ciencias sagradas. Paga sin embargo su tributo á las credulidades de su
tiempo, siguiendo á Quintanadueñas, P. Vivar y M. Rus Puerta, pero dá la autoridad
que merece el P. Yepes.
El Sr. Martín Serrano cita á este autor en apoyo de su fantástica historia de la
Virgen de las Cruces; pero nosotros, por más que detenidamente hemos revisado su
obra, no hemos tenido tanta fortuna. Más aun, no c mcebim )s cómo en un Año Cris
tiano Benedictino podía tener lugtr ni aun siquiera una alusión á las Cruces; por lo
que llegamos á sospechar que esta es también del número no escaso de noticias pe
regrinas que este autor inventó para hacer su folleto mas ameno y entretenido.
M. Isabel de S. Pablo.—Priora del convento de N. Sra. de la Paz, fué de gran
virtud y estuvo adornada del don de profecía.
M. María de Jesús. —Profesa del convento de Malagón, su rara prudencia y
. virtud hizo que la destinaran á hacer varias fundaciones, entre ellas la de Madrid Su
celo y caridad eran tan intensos, que los comunicaba á cuantos con ella vivían. (2)
D. Carlos Risueño.—Catedrático de Patología general y especial en la Escue
la de Veterinaria de Madrid, desde el año 1827 al 36, esc, ibió:
j . —Diccionario de Vetei inaria y sus ciencias auxiliares. — Madrid.— 1829 al 34.—
5 tom.—4.0
;
2.—Elementos de Patología veterinaria general y especial.—-Madrid.— 1 834.— 2 to
mos—8.°
(1) Hist. de las Uviversid. por D. V. de la Fuente.—T. 2.°, cap. 11 y 18.—Libros Capit. de
Daimiel.
(2) Fr. F. de Sta. María. —Reforma, etc.—T. 4.°
—
832
—
D. J o r g e B o ro n d o y R o m e r o .—Presbítero, doctor en Teología, catedrático
del Seminario de Madrid, oficial primero de su Vicaría, canónigo de Toledo y profe
sor de su Seminario; ha publicado:
I .—Noticias históricas acerca de la veneranda imagen del Santísimo Cristo del Des
amparo y de su real é ilustre archico/radía, establecida en la Iglesia parroquial de San
José, de Madrid, con un examen razonado de los principales dogmas y festividades á
que se refieren sus constituciones.—Madrid.— 1889.— I t.—4.0—X IV __736 pág.
2 —
Positivismo y Monismo.—Memoria presentada al primer Congreso católico
Madiid. 1889* Sobre la tesis 17* > de la que se hace un extenso análisis y cumpli
dísimo elogio en la Crónica del mismo, t. 2.°, pág. 259 á 269.
3—Artículos varios de ciencias eclesiásticas publicados en La Cruz, La Fé y
Propaganda Católica de Madrid.
D. Agustín Sierra y -Enríquez.
1 . —La Lira del Guadiana.—C.-Real.— 1879.—4.0 96 pág.
2. — La vida del alma —Comedia en tres actos y en verso.
3. —Música, pintura y Guerra.—Juguete cómico en un acto, en prosa.
4.
—¡¡Fraternidad!!.—Poema en dos cantos con un Prólogo de D. Luis Delgad
Merchan.—C.-Real.— 1893.—4.0 29 pág.
Dr. D. Francisco Tomás Alegre.—Médico. Escribió sobre las lagunas sali
nas de esta ciudad y las de Calatrava la Vieja, cuyas noticias insertó D. Pedro Gó
mez Bedoya en su Historia universal de las Fuentes minerales de España_1765__. y
en unión del farmacéutico D. Manuel Dávila Salcedo analizó la fuente mineral de
Fuente el Fresno.
D. Gaspar Fisac y Orovio.—Médico.
1.
— Oda á la Virgen del Prado.— Premiada en el “ Certamen literario de Ciuda
Real,, de 20 de Agosto de 1887. (i)
2. —Poesías.— Arts.
P e d ro iiópsz V illa s e n o r .—Tallista; en 1771 restauró el retablo mayor de la
iglesia de Granátula y construyó el cascarón y mesa de altar. También es obra suya
el tabernáculo de la de Torralba.
José Joaquíu Flórez y García.—Pintor premiado en varias exposiciones.
Fernando de Ibarra y Padilla.—En 1769 propuso á Carlos III establecer
una fabrica de tejidos de esparto y de otras yerbas textiles en Madrid, siéndole con
cedido, y al año siguiente funcionaban dos fábricas con varios telares en Madrid y
Daimiel. Recibió varias franquicias é importantes auxilios; pero ya en 1775 informa
ba el alcalde mayor de esta villa hallarse esta industria en notable decadencia. (2)
Francisco Córdova y López.— Abogado y gobernador de provincia.
E l proceso del partido progresista. Folleto dedicado al pueblo soberano.—Madrid
— 1872—4.0— 50 pág.
Manuel Munóz de HHoiales y oánchez Valdepeñas —Párroco de S. Juan
B. el Real de Toledo y Profesor del Seminario central.
I .— Comprobaciones científicas de las primeras verdades de la Biblia.—Toledo__
1896—4.0—301 pág.
2. Discurso leído en el Seminario Universidad Pontificia de Toledo en el curso
académico de 1899 á 1900—Toledo— 1899—4.0—40 p.
(1)
(2)
El Apost. Manchego de Valdepeñas, núm. 11.
D. Euj. Larruga.—-Mem. Polít. Económica».—T. 18—40 p.
H ernán Cavallero se le llama en el B ilia rio de la Orden de Calatrava,
siendo ya villa en el año 1482 y antes de su separación aldea levantada
dentro de los términos fijados en los primeros tiempos de la Reconquista al
Castillo de Malagón. Fué agregada á la Mesa Maestral y consiguió, como
todos los pueblos del Campo de Calatrava, el privilegio de primera instancia.
Se ocupaba Felipe II en formar el real sitio del Pardo, embelleciéndolo y
ensanchándolo con singular esmero; á este objeto pidió á D.a Luisa de la
Cerda la dehesa de Palomarejo, lindera de sus términos, “ y le dió á trueque
la villa de Hernán Caballero, entre Malagon y Ciudad-Real„ (1) con lo cual
recibió notable incremento su señorío de Malagón. D.a Guiomar de Tavera
dió en 1575 á este concejo por escudo las armas imperiales.
Eran 200 sus vecinos en aquella época, disminuyendo en una mitad en
los años posteriores y al iniciarse en La Mancha su general despoblación,
continuando estacionada hasta nuestros dias en que ha experimentado incre
mento notable; pues mientras el censo de 1857 le señala 188 vecinos y 8 13
habitantes, el de 1887 los eleva á 3 18 y 1.081 respectivamente. Estación
de la línea directa de Madrid á Ciudad-Real, de cuya ciudad le separan 3
leguas, se halla situado en una llanura fértil dedicada á cereales y olivas.
Su parroquia tiene la categoría de entrada y en el siglo XVI se evalua
ban las utilidades del curato en 300 ducados. Desde tiempos anteriores á
esta fecha tenía este pueblo gran devoción á S. Agustín; su concejo le dedi
caba solemnes cultos todos los años y el pueblo recurría á su poderosa in
tercesión en todas sus aflicciones, muy especialmente cuando se veía casti
gado por la plaga de la langosta, costumbre tan extraña á los pueblos del
Campo de Calatrava como común y general á los del de Montiel. En aquéllos
(1) B. Porreño. —Dichos y hechos del S. Rey D. Felipe II—cap. 12.
—
834
-
es S. Greg-orio Ostiense, confundido ordinariamente con el Nacianceno, el
abogado contra la terrible calamidad de la langosta, y en éstos, aunque no
es unánime como en aquéllos la devoción, la mayoría de los pueblos recurría
en demanda de auxilio al doctor de la Iglesia S. Agustín.
P a n t a n o . — Decretada la construcción de un Pantano en el sitio de Navarredonda, el 30 de Septiembre de 1900 el Ministro de Agricultura, acom
pañado de las autoridades de esta provincia y previa la bendición del Exce
lentísimo Sr. D. Casimiro Piñera, Obispo-Prior, puso la primera piedra é
inauguró las obras. El pueblo dió repetidos y sinceros testimonios de su gra
titud al Ministro que con obra tan importante como beneficiosa aumentaba
su prosperidad y riqueza.
Jerónimo de Molina Lama y Gruzmáu.— Era natural de este pueblo aun
que por su padre procedía de Ubed 1. Jurisconsulto eminente, fué alcalde mayor de
Cartagena y siendo aún joven escribió:
1. — Vivir contra la fortuna ó Escuelas Políticas de Séneca contra los sucesos del
tiempo y rigores de la fortu n a. — Murcia— 1652— 4.°
2. — Novas Veritates Ju ris Practicas .— Mad.— 1670— fól.
H ontanarejo de A rroba en la Edad Media y Fontanarejo de ¿os ATa~
ranjos después fué el primero que se pobló en el campo de Arroba, y por
esta razón hablaba después de éste en las Juntas de partido. Se hizo pueblo
independiente á mediados del siglo X V, y su justicia estaba constituida en la
forma común á todos los pueblos de los Montes. Por este tiempo tenía de
anejo á Navas de Aceyte, cuyo vecindario no se determina. En 1575 era su
población de 200 vecinos, descendió á 100 en tiempos posteriores, fijándola
el censo de 1887 en 138 vecinos y 590 habitantes, en 148 edificios en el
lugar y 1 1 diseminados por su término, según el Nomenclátor de 1892. A
7 leguas de Piedrabuena, á cuyo partido judicial pertenece, y 1 1 de CiudadReal, linda al N. con Alcoba, E. Porzuna, S. Arroba y O. Guadiana.
Su iglesia dedicada á S. Felipe y Santiago es de antigua construcción,
afectando la forma antigua que la Iglesia diera á los templos después de
Constantino. Un cuadrado oblongo terminado por el ábside circular, donde
en nuestras catedrales se elevaba el trono del Obispo, rodeado de asientos
ocupados por los sacerdotes, la constituyen, aunque el artístico artesonado
que le cubre y que nos denuncia la hábil mano que trazara el rico y suntuo
so de Chillón acuse una ejecución relativamente moderna de últimos del si
glo XIV ó principios del XV. Es filial de Arroba y en el siglo XVI tenía ane
jas las ermitas de S. Marcos y S. Sebastián.
S an M arcos .— Donde partían lindes Fontanarejo y Arroba y en sitio
cruzado por la vía romana de Mérida á Toledo existía esta ermita, los dos
pueblos se reunían el día de su fiesta y la solemnizaban con corridas de toros
y otros festejos.
M orro d e l C astillo y también de los arroyados y valle d el Castillo 3
y medio kilóm. de Arroba y 2 de Fontanarejo con los restos de antigua edi
ficación que allí se perciben denuncian la existencia de población primitiva y