Número de documento 74. Carta de Rubén Darío a José Santos Zelaya
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- Autor
- Darío, Rubén, 1867-1916
- Fecha
- 1909-02-12
- Formato
- image/jpeg
- Idioma (código)
- spa
- Colaborador
- Zelaya, José Santos
- Extensión
- 26,5 x 21 cm
- Titular de los derechos
- Seminario-Archivo Rubén Darío
- Materia
- es-ES Cartas
- es-ES Darío, Rubén, 1867-1916-Correspondencia
- es-ES Zelaya, José Santos-Correspondencia
- Núm. páginas
- [3] h.
- Miniatura
- https://patrimoniodigital.ucm.es/r/thumbnail/966360
- Notas
- es-ES * Aparece: adejar, en el original.
- Derechos de acceso
- Ver todo fichas con este valorCC BY-NC-ND 4.0
- Signatura
- Carpeta 1/74
- Identificador BUC
- ARD/74
- Idioma
- Español
- Europeana Type
- TEXT
- Europeana Data Provider
- Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid
- Transcripción de
-
Documento 74
Madrid, 12 de Febrero de 1909 Particular Señor General Don J. Santos Zelaya
Presidente de la República
Managua
Señor Presidente y muy distinguido amigo:
Tengo el gusto de confirmarle mi carta anterior. Nada ha ocurrido en la vida política española que sea digno de particular mención, desde mi última comunicación hasta la fecha. En el eterno cambio en la dirección del Gobierno, entre los que aquí llaman liberales, por llamarles de alguna manera, y los conservadores, que lo son de verdad. Por ahora Maura sigue impertérrito y Moret hace lo que puede por subir.
Tal como Usted lo suponía envié oportunamente al Sr. Ministro de Relaciones Exteriores mi indicación sobre el proyectado arreglo con España respecto a paquetes postales. El Dr. Espinoza me escribió particularmente aplaudiendo la iniciativa, y me remitió una copia de la convención con Bélgica, par que aquí negociase otra semejante, pero olvidó enviarme la Plenipotencia, precisa para entrar en la negociación. Me dirijo al nuevo Ministro Dr. Sacasa, para que dicho documento me sea remitido.
Mi salud sigue bien fuera de algunos dolores reumáticos y uno que otro amago hepático. Para esto tendré que pasarme un tiempo haciéndome una cura en Carlsbad o en Vichy. Espero su aprobación para el nombramiento que he hecho de Agregado a la Legación, ad honorem naturalmente, a favor de Don Ramón Palacio Viso. El Sr. Vargas Vila me ha recomendado mucho a dicho Sr. Para proponerlo como Secretario de la Legación. Así, cuando yo tenga que ausentarme, la oficina no quedará acéfala. El Sr. Palacio es de nacionalidad venezolana, de distinguida familia, como que desciende de Bolívar. Yo cumplo con recomendárselo.
He recibido una renuncia del Consul en Valencia, que lo ha sido por largos años, don Federico Matthes. Me recomienda para sucederle a Don José Rodríguez Condesa, persona según datos que tengo, muy meritoria. Le adjunto esa carta del General Polavieja, a quien he manifestado comunicaria a Usted sus deseos.
Recibí una carta del Señor Don José Gallardo y Guzmán residente en Aguilar de la Frontera, en que me dice: “He tenido la honra de ser Consul de Nicaragua en Málaga cerca de treinta años, hasta que en 1890 el estado de mi salud me obligó a dejar* aquella plaza, viniendo a vivir a una finca de campo que tengo en estos alrededores. Conseguido mi objeto, que era restablecer mi salud, he decidido establecerme en Córdoba.” Solicita el Consulado, no veo ninguna necesidad de consulado en Córdoba, aunque casi todas las Repúblicas americanas lo tienen, por los turistas.
Mis relaciones en la Corte y en el Cuerpo diplomático, siguen en el mejor pie. El Embajador de Francia, M. Reveil, ha tenido la bondad de invitarme especialmente para ir con él a la inauguración de la estatua de Mistral, a Arles. Haré todo lo posible por ir, dado que dicha invitación especial es también una honra para el país. He conversado también con el Nuncio Monseñor Vico respecto a la misión de Monseñor Cagliero en Centro-América. Si Usted quisiera corresponder a la cortesía de la Santa Sede, y cree que puedo ser util para el caso por mis relaciones, estoy a sus órdenes.
No creo demás manifestarle que desde hace cuatro meses no he recibido mi sueldo.
Si mas por ahora, quedo como siempre, su servidor i afectísimo amigo, que le desea toda suerte de felicidad.
R.D.