Alguien debía llevarlos al juicio ante Emma. El dibujante los imagina atravesando el río, la barrera que los separa del otro mundo, no en barca, muy común también en la iconografía universal, sino a hombros de cuatro oni. Mientras, caen pétalos de loto sobre ellos y en el horizonte se ven las arquitecturas del paraíso del Oeste, de la Tierra Pura.