El diálogo con el libro
Existen también otros niveles de intervención del lector en el libro, a menudo mezcladas con las huellas de lectura, como las anotaciones que actualizan, complementan o profundizan el texto: son las traducciones puntuales de palabras, la inclusión de referencias de autoridad, las notas que testimonian la cultura literaria del lector, las anotaciones marginales para constituir índices propios, etc. A veces, el lector no solo completa el texto, sino que lo comenta, manifestando una opinión personal, de tal manera que los márgenes acaban convirtiéndose en un espacio de diálogo entre el texto y el lector, que crea un discurso propio para alabar, asentir, matizar, disentir, rebatir, criticar o incluso, en los casos más extremos, anular o tachar el texto. Estas anotaciones suelen ser más apreciadas cuanto más antiguas son y, sobre todo, si se deben a la mano de un personaje histórico conocido.