La censura y sus instrumentos
La censura entendida como fenómeno histórico que controla, juzga, aprueba o prohíbe la producción intelectual ha existido siempre, aunque, tras la aparición de la imprenta en el siglo XV adquirió una regulación mucho más intensa. Desde entonces, su ámbito de actuación fue doble: por un lado, la censura previa, dedicada a la concesión o denegación de las licencias de impresión, en manos del poder civil y, por otro, la censura orientada a los libros que ya estaban en circulación, confiada a la Inquisición, que fijaba sus principios rectores y la lista de títulos condenados. Esta labor dio lugar a los dos tipos de índices: de libros prohibidos y de libros expurgados, en los que se señalaban aquellos pasajes que se debían suprimir. La Inquisición publicó en España once índices, más algunos apéndices, que tuvieron vigencia durante más de cuatro siglos y que son conocidos por el nombre del inquisidor: Valdés (1551 y 1559), Quiroga (1583 y 1584), Sandoval (1612), Zapata (1632), Sotomayor (1640), Valladares-Marín (1707), Pérez de Prado (1747) y Rubín de Ceballos (1790). Estos índices son mencionados en las portadas de los libros expurgados.