Libros robados y mutilados
A lo largo de la historia, las bibliotecas han sido objeto de numerosas sustracciones. A veces, estos libros desaparecidos son recuperados o devueltos a sus legítimos propietarios y, de hecho, algunos ejemplares conservan testimonios de lectores que, al pasar el tiempo, dieron muestras de arrepentimiento. Sin embargo, quedan muchas más huellas de la avidez de los lectores por las iluminaciones que adornan los manuscritos o los grabados que ilustran los impresos, que ha sido la causa de numerosas mutilaciones de ejemplares. Pocas bibliotecas han podido sustraerse a esta acción vandálica. Destacados códices muestran evidencias materiales de estas prácticas de las que no se libran tampoco los impresos. Aunque muchas veces afectan a los grabados, son también frecuentes en las portadas, sobre todo para eliminar exlibris anteriores, de los que se quiere suprimir cualquier constancia.