Tiradas. Sobre el uso de las planchas

Según el Asian Art Museum in San Francisco el número de estampaciones de una edición habitual podía rondar las 200 copias, pero si tenían éxito, era posible imprimir hasta 8.000 grabados antes de que fuera necesario retallar los detalles desgastados en las planchas de madera.

Evidentemente el cuidado puesto en la estampación no era el mismo que en las primeras copias, pues las primeras debían ganarse el favor del público. Por ejemplo, los efectos conseguidos con la técnica de bokashi (el degradado del color) o con la impresión ciega, empleada para los gofrados, se perdían si se habían desgastado, o si para ahorrar tiempo y dinero no se priorizaba la calidad. Con frecuencia sucedía cuando las planchas se revendían a editores de menor prestigio.

Dado que la impresión es manual, entre una estampa y otra puede haber ligeras variantes, por ejemplo, de tonos de color, en función de la mayor o menor cantidad de pigmento, distribución o presión. Pero además, en tiradas posteriores podemos encontrar que se han producido cambios en la elección de los colores, e incluso cambios sutiles en el tema.

La obra que presentamos es lo que se conoce como kaihan atozuri, es decir, una edición posterior modificada. En esta debieron abaratarse los costes con una generalizada simplificación. Además, se aprecia también el desgaste de las planchas en detalles como la caligrafía de los textos y firmas.

Saga no Dairyo [瑳峩の大領]

Algunos de los grabados de la serie presentan la particularidad de que la reserva del sello del editor carece de los ideogramas [久次] que lo identifican como Ōmiya Kyūjirō (Kiyūdō) [おおみや久次郎]. Ante este hecho, podemos entender que las planchas se revendieron y que estos fueron estampados ya por otro editor, que se molestó en unos casos en dejar en blanco el sello, y en otros no. Lo más profesional hubiera sido retallar el espacio de dicho sello, pero no debieron considerar que mereciera la pena.

Konjin Chōgorō [金神長五郎]