Fue un artista especializado en el grabado de estilo ukiyoe. Aprendió del gran maestro Utagawa Kuniyoshi (1797-1861). Cuando entró en su taller, en 1850, tan solo tenía once años.
Además del aprendizaje en este taller, sintió una gran atracción por la obra del artista Kikuchi Yōsai (1788-1878), sobre todo por sus ilustraciones monocromáticas con representaciones de personajes históricos. En Biyu suikoden se refleja la influencia de Yōsai en la temática histórica, pero también en los aspectos realistas de sus obras, que se acentuarán a partir de 1873.
Posteriormente se centró en temas en los que la poesía y la mujer tuvieron mucha más presencia como en las series Mitate tai zukushi [見立多以尽], «Una comparación de deseos», publicada en 1877, Fūzoku sanjūniso [風俗三十二相], «Treinta y dos aspectos de costumbres sociales de las mujeres» (1885-1889), y Tsuki hyakushi [月百姿], «Cien Aspectos de la Luna» (1885-1891). Su obra presenta un estilo innovador y dinámico, en el que mantiene lo mejor de la tradición e incorpora novedades técnicas y compositivas llegadas de Europa.
Durante el periodo Bakumatsu (1853-1867), que va desde los últimos años de gobierno de los Tokugawa y la presión de armada estadounidense, a la restauración del emperador, Japón se vio sumido en un constante estado de luchas y crispación, de gran violencia. Esto lo tradujo Yoshitoshi en sus obras, un tanto perturbadoras como la serie Eimei nijūhasshūku [英名 二十八 衆句], «Veintiocho asesinatos famosos con versos» (1866-1868), grabados que muestran imágenes de violencia gráfica extrema.
Entre sus discípulos más destacados se cuenta Tsukioka Kogyo (月岡耕漁 1869-1927), cuya obra se centró especialmente en temas relacionados con el teatro Nō.