El Deseo de Dios

En la Edad Media el conjunto de libros transmisores de la Revelación divina fue denominado de manera genérica τὰ βιβλία –los libros por excelencia– o bien Bibliotheca mediante un uso metonímico que reflejaba una concepción pansemiótica de unos textos considerados depositarios de todo lo que se debía conocer. Esta literatura era por definición autosuficiente ya que era la palabra de Dios.  En realidad, fueron  los instrumentos escritos que facilitaban la comunicación con la noción de trascendencia.

Testimoniar la Fe

Se trata de una producción literaria que adoctrina y encauza la espiritualidad.  En realidad, todas las obras  se definen por su tensión escatológica. Son textos orientados prioritariamente hacia la búsqueda de Dios. Tal meta era un objetivo arduo, que requería una adecuada formación en el terreno de la fenomenología religiosa. La lectura de este tipo de literatura completaba la instrucción adquirida y practicada con la ayuda de los libros litúrgicos y, por ello, constituía una actividad  indispensable para los miembros pertenecientes al estado eclesiástico, regular o secular.

En el Colegio Ildefonsino se encuentra una nutrida selección de textos de este género ya que Cisneros era partidario de difundir la literatura pietista.  A tal fin patrocinó la edición de los autores de libros de espiritualidad que gozaban de mayor prestigio en la época (Juan Clímaco, Ángela de Foligno, Catalina de Siena, Ludolfo de Saxonia, Ambrosio Montesino, etc.).

Historiae adversus paganos.

(1500)
BH INC I-28(2)

Liber de ciuitate Crhisti.

(1501)
BH DER 709

Decachordum christianum.

(1507)
BH DER 2491